Una nueva vida
Temari aprovechó la oportunidad en la cual su rubio amigo se retiró junto con el dueño de la tienda al cuarto trasero para que este pudiera ver si le agradaba el diseño de los símbolos, para poder acercarse a Mio y preguntarle por qué su coqueteo así al rubio, aunque también lo hacía para saber porque se molestó al verla hacer eso.
- Oye Mio, no es que me moleste – hablo Temari ocultando su molestia - ¿pero a que se debió eso con Naruto?
- Oh eso, es que me parece un chico muy guapo – respondió Mio con una sonrisa y con un liguero tinte rosado en sus mejillas – sus rasgos son muy exóticos, en especial esas marcas en sus mejillas que lo hacen ver adorable, aunque también le dan un aire salvaje – agrego mordiéndose el labio inferior.
- Ya veo – dijo Temari con un tic en el ojo.
- Disculpa la pregunta Temari-san, ¿Sabes si ese chico tendrá novia? – pregunto sin rodeos, sorprendiendo a la rubia.
- No, no la tiene, pero creo que en estos momentos eso es lo último que busca, ha pasado por mucho – respondió tan rápido como pudo, sintiendo como su enojo comenzaba a crecer lentamente – en todo caso, ¿Solo por sus rasgos es que te gusto tanto? – cuestiono con una ceja levantada.
- No solo eso, tiene una espalda ancha, prueba de que es alguien fuerte, y las cicatrices de su pecho lo hacen ver misterioso, es un poco bajito, pero en lo personal yo creo que puede crecer bastante en algunos años – respondió con naturalidad.
Temari no dijo nada ante esa respuesta, pues tuvo que admitir que Mio tenía razón en aquello que dijo, el rubio no solo se veía fuerte, sabía que era monstruosamente fuerte al igual que su determinación, y también tuvo que admitir que lo de la altura del rubio era algo que se podía solucionar con una buena dieta, como ya había pensado hace poco. El par de mujeres terminaron de hablar cuando el rubio y el dueño regresaron, con el primero ya con su camisa puesta con las insignias de los clanes de sus padres en cada manga, cuando la rubia vio que la asistente estaba por coquetear de nuevo con su amigo, en un movimiento rápido lo toma de la mano y lo jala hacia la salida, mientras se despedía y decía que ambos regresarían a su casa, haciendo énfasis, en que los dos regresarían a la misma casa, a lo cual la asistente parpadeo confundida, hasta que después de unos segundos, entendió la indirecta y suspiro en derrota.
La rubia caminaba por las calles de su Aldea tomada de la mano por su amigo rubio, muchas mis cabezas de aldeanos estaban girando en su dirección, sorprendidos de ver a la kunoichi más fuerte de la Arena tomada de la mano con un ninja rubio a quién ninguno de ellos reconoció, y su confusión solo aumento al ver que era un ninja de su Aldea. Muchas chicas miraban al rubio mientras se sonrojaban al verlo de pies a cabeza, para luego comenzar a susurrar entre ellas, los chicos solo miraban celosos la escena, pues muchos habían intentado salir con la rubia más fuerte de la Aldea, solo para ser rechazados con el mínimo interés.
Naruto estaba nervioso al sentir las miradas de nuevo, solo que esta vez suspiro y se recordó a si mismo que ya no estaban en su Aldea natal, este lugar no era la Hoja y nadie lo odiaba sin razón, después de estar caminando por un tiempo, vio como salieron de la zona comercial y ahora estaban en las zonas residenciales, deteniéndose al frente de una finca muy grande, la más grande de la zona, Temari al rubio al interior de su casa, viendo con una sonrisa como este se maravillaba de lo grande que era y se sorprendía de que solo fuera para tres personas.
- Bien, Naruto esta es mi casa y ahora la tuya por el momento, déjame mostrarte todo bien – comento con una sonrisa, obteniendo un asentimiento del rubio.
Temari guio a Naruto por toda la casa, mostrándole la gran sala de estar, pasando al comedor que estaba adjunto a la cocina. Luego lo llevo al segundo piso por las escaleras que estaban a un lado de la sala, al llegar arriba estaban en un pasillo el cual tenía varias puertas y Temari lo llevo a la primera habitación, abriendo la puerta, dejo que el rubio viera el cuarto, que contaba con una cama para dos personas, un gran armario, un tocador con un gran estante además de un baño adjunto.
- Y esta es tu habitación Naruto, la habitación al lado de la tuya es la de Kankuro y la del frente es la de Gaara, mientras que la mía está al final del pasillo a la izquierda, y la puerta al final a la derecha es el baño – comento felizmente, aunque se confundió al ver al rubio sin decir nada.
Naruto estaba paralizado y sin poder decir nada, estaba realmente sorprendido de que esa fuera su habitación, era tan grande como su antiguo departamento en la Hoja si lo pensaba con cuidado, dirigió su mirada a la rubia y le regalo una sonrisa y un asentimiento.
- Muchas gracias Temari, en verdad me encanta – agradeció sin despejar sus ojos azules de los verdes de la rubia, la cual al escucharlo, ensancho aún más su sonrisa.
El par de rubios, bajaron de nuevo al primer piso en dirección a la sala, donde la rubia sin pena ni gloria simplemente se dejó caer sobre un cojín que estaba en el sofá y lo abrazo con fuerza, mientras que el rubio solo tomo asiento en una silla enfrente del sofá, viendo divertido como su amiga parecía estar haciendo pucheros por estar cansada.
- Dios, desearía poder comer algo ahora, me muero de hambre, pero el restaurante tarda dos horas en mandar a domicilio y odio comer allí con toda la gente mirándome todo el tiempo - se quejo Temari en murmullo con su rostro en el cojín.
- Si quieres, yo puedo prepararte algo de comer, claro si tú quieres – ofreció Naruto con una pequeña sonrisa y en voz baja.
- ¿Puedes cocinar? – pregunto realmente sorprendida y con una ceja levantada, obteniendo un asentimiento del rubio cabeza.
Naruto se levantó de su lugar y comenzó a caminar en dirección hacia la cocina mientras Temari lo seguía aun con sorpresa escrita en el rostro y tomando asiento en el taburete junto al mostrador. El rubio comenzó a sacar un sartén, un cuchillo, los ingredientes que estaban disponibles. La rubia miro sorprendida a su amigo mientras se lavaba las manos, para luego hacer lo mismo con las verduras para luego comenzar a cortarlas como todo un profesional. Tomo algunos ingredientes y un poco de carne que había de la nevera, con los cuales procedió a hacer una salsa. Comenzó a calentar la carne en la sartén, luego procedió a colocarle la verdura ya cortada y como toque final, la salsa que había preparado, para marinar la carne, todo bajo la mirada asombrada de la rubia que no despejo la vista de lo que hacía ni por un minuto. Tan pronto como el aroma comenzó a extenderse, el estómago de Temari resonó por toda la cocina, Naruto giro para mirarla con una sonrisa y asentir con la cabeza, como si el rugido fuera una orden para que aumentara la velocidad, cosa que ocasiono que ella se sonrojara por la vergüenza y desviara la mirada a otro lado.
- Wow, en verdad sabes cómo cocinar, lo sé por el olor – comento con una sonrisa y ya saboreando el platillo de su amigo rubio – el único que puede cocinar entre nosotros es Kankuro y tampoco es que sea muy bueno – dijo con una mueca al recordar el sabor de los platillos de su hermano.
- Aquí tienes, espero que te guste y que sea mejor de lo que Kankuro prepara – dijo colocando el plato frente a la rubia mientras se sentaba frente a ella.
Temari miro su plato con una sonrisa, el olor era simplemente increíble, miro a Naruto y le regalo una sonrisa y un gracias, mientras tomaba un tenedor y un cuchillo, cortando un trozo de carne para luego llevarse el pedazo a su boca, y sus ojos se abrieron en su totalidad de golpe, al sentir como su boca era inundada con una bomba de sabores deliciosos. Inmediatamente comenzó a comer más rápido, cosa que hizo sonreír a Naruto, pues al parecer si le gusto su cocina, y mientras el comía su propia porción de comida, no pudo evitar pensar en Ayame, pues ella le había enseñado a cocinar, aunque siempre comía en el puesto porque le gustaba la compañía, pues no le gustaba comer solo por mucho tiempo. Cuando Temari termino su plato sin dejar ni una sobra, suspiro completamente satisfecha, para luego mirar al rubio con una sonrisa enorme.
- Eres un gran cocinero, Naruto, estoy segura de que tu comida es mucho mejor que la comida de ese restaurante – elogio sin perder su sonrisa, viendo como el rubio sonreía y tomaba los platos y se dirige al fregadero para lavarlos, ella lo siguió y se recargo en la barra.
- Me alegra que te gustara, puedo cocinar cuando quieras si quieres, es lo mínimo que puedo hacer – dijo con una sonrisa, viendo como los ojos de la rubia se iluminaron ante su oferta.
- Eso sería genial, Naruto – exclamo con mucha felicidad, pues poder comer siempre los platillos del rubio sería algo glorioso – ahora ya no tengo que comer eso a lo que Kankuro llama comida – comento arrugando la nariz en disgusto.
Naruto se rio un poco ante la expresión de la rubia, ya que ese gesto en verdad le pareció divertido, su risa era suave, pero al menos estaba saliendo de a poco. Temari sonrió, pues el rubio al fin estaba derrumbando las barreras que había creado para protegerse a sí mismo y no sucumbir ante la soledad y el dolor, sabía que dentro de poco ese rubio regresaría a ser lo que fue y aún más.
- Deberías reírte y sonreír más Naruto, te queda mucho mejor – comento en voz baja y en un tono acogedor y feliz.
- Si, tal vez podría tener algo por lo cual ser feliz aquí – dijo casi en susurro con una sonrisa, pero perfectamente audible, que hizo sonreír a la rubia.
Una vez que los platos estaban limpios, Temari sugirió ir a dormir, pues ya era noche y en verdad necesitaba el descanso, Naruto acepto con algo de duda, pues aún no regresaban Gaara o Kankuro, a lo cual la rubia le dijo que no se preocupara, pues probablemente uno tenía una misión importante y el otro estaba atascado en el papeleo, por lo cual llegarían bastante noche, y con eso dicho, ambos procedieron a dirigirse a sus propias habitaciones.
Medianoche
Temari estaba tratando de dormir mientras abrazando a uno de sus tantos osos de peluche, pero simplemente no lo conseguía, sentía que algo le faltaba o que algo había cambiado, pues sus osos ya no se sentían tan cómodos o cálidos como siempre, envolvió sus piernas al rededor del oso, para jalarlo más hacia a ella y abrazarlo con más fuerza contra su pecho a la vez que cerraba con más fuerza sus ojos, pero el sueño simplemente no parecía querer reclamarla. Se dio la vuelta un par de veces en su cama, aun con el oso sumiso en su agarre, tomo varias posiciones para caer dormida, pero al final, se sentó con un fuerte gruñido, decidió tomar un poco de agua y dar un par de vueltas por la casa hasta cansarse, se levantó de su cama y emprendió camino hacia la cocina, estaba usando solo con camiseta negra holgada y sus bragas blancas de algodón, pues no le gustaba ponerse mucha ropa.
Cuando la rubia paso por la habitación de su nuevo inquilino, escucho sonidos de sollozos y se detuvo en seco. Abrió un poco la puerta de la habitación con todo el sigilo del mundo, para evitar que este la escuchara, miro por el espacio abierto y vio como el rubio estaba envuelto en las sabanas, pero era claro que estaba temblando y llorando, la rubia procedió a entrar, cerrando la puerta tras de ella, cuando llego a la cama se sentó en el borde y pudo ver como su amigo parecía tener alguna clase de pesadilla.
- Yo... no... por favor... solo... solo quería... quería protegerlos... amigos – murmuro Naruto aun dormido, soñando una vez más con todas y cada una de las palabras tan crueles que le dijeron todos aquellos a quienes consideraba sus personas valiosas.
Temari al escucharlo, frunció el ceño en enojo, ya sospechando que era lo que estaba soñando el rubio, esos infelices de la Hoja no merecían las lágrimas o el miedo, de alguien como el, por lo cual extendió su mano hacia la forma temblorosa de su amigo, colocándola en su frente, para después comenzar a acariciarle el cabello de forma suave, y parecía funcionar pues este dejo de temblar un poco y dejo de hablar dormido.
- Shhh ya Naruto, está bien, no pasa nada, duerme – susurro suavemente mientras se acercaba un poco a su lado para poder darle un abrazo para que se calmara del todo, pero en un movimiento del rubio, este la toma entre sus brazos y la acerco a él en un abrazo.
Temari soltó un pequeño chillido de sorpresa, para luego sonrojarse completamente debido a la ropa que llevaban ambos, él estaba en sus bóxers y una camiseta. Intento liberarse del agarre, pero con cada liguero movimiento para salir libre, el rubio la abrazaba más fuerte por la cintura y la acercaba aún más, cuando estaba a punto de volver a intentarlo, un bostezo salió de sus labios, la calidez del rubio era tan agradable y amaba tanto esa sensación, que no pudo evitar empezar a tener sueño, tragando saliva pesadamente, mientras su rubor aumentaba, envolvió sus brazos alrededor de la cintura del rubio de forma lenta y suave, coloco su rostro en el hueco de su cuello mientras cerraba sus ojos que ahora le pesaban bastante, las respiraciones ahora más calmadas del rubio la ayudaron quedarse completamente dormida y de forma inconsciente una sonrisa apareció en su rostro.
A la mañana siguiente
Temari despertó de un sueño profundo y reconfortante que le quitá todo el estrés de las constantes misiones en las que había estado teniendo a lo largo del mes. Sintió que algo se envolvía alrededor de su cintura y cuando dirigió su miraba hacia abajo vio un par de manos, donde de inmediato recordó donde estaba y quien la estaba abrazando, pero antes de pensar en nada, sintió como el rostro de Naruto se enterrado en la parte posterior de su cuello, sentía su respiración caliente en su cuello, al igual que una pequeña corriente eléctrica que le recorría la columna cada vez que lo hacía, su rostro lentamente se comenzó a tornar de un rojo brillante ante la posición y la sensación, intento escabullirse de su agarre para evitar posición embarazosa cuando se despertara Naruto, pero igual que la noche anterior, este la acerco más mientras enterró su rostro en su nuca un poco más, haciendo que el rubor en la rubia se intensificara aún más, viendo que no podía escapar y que aún tenía algo de sueño, cerro los ojos, preparándose para dormir un poco más, ya resignada a la futura vergüenza que pasaría, de todos modos solo tenía que explicar lo ocurrido y no habría problemas, pero si el rubio intentaba algo, lo molería a golpes por su osadía.
En la entrada de la finca Sabaku, un muy cansado Kankuro entraba por la puerta principal dirigiéndose al sofá de la sala con una mirada de pocos amigos, detrás de él, su hermano menor lo seguía, Gaara estaba cansado, pero más que eso, estaba frustrado por la enorme cantidad de tramites oficiales que tuvo que preparar toda la noche anterior para que se enviaran justo esa mañana, aunque su rostro no lo reflejaba, estaba cansado y molesto por esos malditos pedazos de papeles, mientras tomaba asiento en una silla frente al sofá.
- Por dios, esa misión fue agotadora, odio la seguridad fronteriza – gimió Kankuro, su voz en un vago intento de sonar molesta, pero el cansancio se lo impedía.
Gaara asintió con la cabeza, en el pasado tuvo que hacer misiones de ese tipo y efectivamente eran aburridas y molestas, no tenía el mismo problema que su hermano, ya que no dormía solo meditaba, pero aun así en estos momentos está realmente agotado y necesitaba estar en un lugar cómodo por bastante tiempo.
- Oye, ¿dónde está Temari? Ella usualmente está despierta y levantada a esta ahora – pregunto Kankuro viendo a su alrededor por la falta de su hermana.
- También me estaba preguntando eso, puede que aun este dormida – comento Gaara de forma estoica.
- Eso es raro en ella, bueno iré y la despertaré, nos haremos un desayuno, ella se va para hacer sus misiones y nosotros tomaremos nuestro merecido descanso – informo Kankuro, poniéndose de pie y dirigiéndose a las escaleras en dirección al cuarto de su hermana.
Gaara asintió a lo dicho por su hermano, pues en estos momentos, eso sonaba al mejor plan del mundo, por lo cual procedió a seguirlo ya que tenía ir a dejar y tomar algunas cosas de su habitación. Kankuro camino hacia su propia habitación dejando sus marionetas, para luego dirigirse al de su hermana y llamo tocando la puerta varias veces, pero no recibió respuesta alguna, siguió tocando, hasta que Gaara salió de su habitación y vio a su hermano seguir golpeando la puerta de forma insistente.
- ¿Qué pasa? – pregunto Gaara de forma estoica como siempre.
- Temari no responde, deberíamos... ya sabes, ¿entrar? – respondió Kankuro para luego preguntar de forma nerviosa.
Gaara y Kankuro se sumergieron en sus pensamientos por un momento, a Temari no le gustaba que nadie, absolutamente nadie, entrara a su habitación, especialmente por la mañana, pues de hacerlo ella los perseguirá para luego golpearlos hasta el cansancio, no entendían porque esa actitud tan agresiva, no era secreto para ellos que su hermana tenía una cantidad inusual de osos de peluche en su cuarto aunque ella pensara lo contrario y si no le gustaba que la vieran vistiendo poca ropa, debía ponerse más ropa para dormir en primer lugar, ninguno de los dos era culpable de ello, pero fue el pelirrojo que recordó que tenía su arena para protegerlo si su hermana tenía otro de sus arranques de enojo, aunque su hermano por otra parte...
- Si, deberíamos – respondió Gaara de forma estoica.
Kankuro asintió y de forma temblorosa procedió a abrir la puerta de la habitación de su hermana, pero para su sorpresa y la de su hermano, la habitación estaba completamente vacía, por un segundo cruzo por la mente de ambos que se había ido temprano, pero la cama desordenada era un prueba de que no era así y fue que a la mente de Gaara, vino el pensamiento de que su hermano en todo menos sangre, ahora vivía con ellos, por lo cual, al ser el último que vio a su hermana, debía saber dónde estaba.
- Kankuro, tengo una idea – comento Gaara y comenzó a caminar hacia la habitación de invitados.
Kankuro solo siguió a su hermano confundido mientras se dirigían al cuarto de invitados, pero decidió no darle mucha importancia al asunto, Gaara solo abrió la puerta del cuarto del rubio pero antes de poder dar un paso más, el cómo su hermano se detuvieron en seco al ver a su hermana acurrucada en el pecho del rubio. La mandíbula de Kankuro cayá al suelo, para luego comenzar a imitar a un pez fuera del agua, pues sus labios se abrian y cerraban constantemente a la par que apuntaba al par de rubios con un dedo tembloroso, los ojos de Gaara estaban completamente abiertos por unos momentos para casi de inmediato regresar a su expresión normal.
Temari estaba durmiendo con su espalda contra el pecho del rubio cómodamente, Naruto se sentía tan bien por alguna razón, su cuerpo ya no temblaba de miedo y las pesadillas por fin cesaron, por no mencionar que había un olor muy agradable que lo hacía relajar, por lo cual en un intento de tener más de ese olor tan dulce, atrajo con más fuerza aquello que tenía en sus brazos, pensando que se trataba de un sueño.
Cuando los sonidos de balbuceos de Kankuro llegaron a los oídos de Temari, lentamente comenzó a abrir los ojos, espero unos segundos para que su vista se aclarara y cuando dirigió su mirada al sonido que la había despertado vio a sus hermanos de pie en la entrada de la habitación con expresiones de incredulidad en sus rostros, de inmediato se sonrojo fuertemente al darse cuenta de la posición en la que estaba. Ella se giró en el agarre del rubio colocando sus manos en sus mejillas golpeándolo ligueramente para que despertara.
- Naruto se despierta, por favor – susurro suavemente con algo de nerviosismo, solo para que el rubio colocara su rostro en su cuello y se acurrucara como un zorro, cosa que hizo que se sonrojara aún más y su corazón comenzara a latir mucho más rápido, agradecía al menos que su rostro no era visible para sus hermanos.
- Mmm huele bien – susurro Naruto y volvió a dormir.
Si antes Kankuro estaba pálido, ahora parecía un fantasma, de solo escuchar lo que el rubio murmuro, sabía que su hermana iba a matarlo, ya su hermano lo había puesto al tanto de lo ocurrido con él, y justo cuando la vida al fin parecía ir bien para el rubio, ahora su hermana lo mataría, rezo porque la vida del rubio fuera buena en el otro mundo. Gaara también estaba preocupado por su amigo, ya que recordó cómo su hermana reaccionó cuando su hermano entro a su habitación sin tocar primero, esa vez tuvo que intervenir para que no lo matara, cuando solo estaba tratando de despertarla y ella casi lo golpeo hasta la muerte, ya que asumió que era un pervertido y sin siquiera darle oportunidad de explicar, su hermano recibió la golpiza de su vida.
- Naruto despierta por favor, Naruto – Temari volvió susurrar solo que un poco más fuerte, sintiendo como el rubio retira su rostro de su cuello, este comenzó a abrir un poco los ojos.
- ¿Temari? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Y por qué estas tan rojo? ¿Estas enferma? – pregunto Naruto aun somnoliento, colocando la frente contra la de la rubia para comparar su temperatura, descubriendo que estaba un poco caliente – Temari deberías quédate en la cama hoy, te algo para comer, parece que si estas un poco enferma – sugirió preocupado por el bienestar de su amiga.
Toda la sangre en el cuerpo de Temari corrió a su rostro volviéndolo de un tono rojo brillante, pero aun con toda la vergüenza del mundo, no pudo evitar dejar de miras esos ojos azules, que la miraban con nada más que preocupación, cosa que le pareció lindo, que se preocupara por ella de esa manera, eso hizo que sus dudas sobre si él hubiera aprovechado de la situación tan cercana en la que estaban, se esfumaran, pues sus ojos no delataban malicia, simplemente inocencia y preocupación.
- Mu... mu... muchas gra... gracias, Naruto – tartamudeo Temari aun sintiéndose un tanto avergonzada – pero estoy bien, no tienes por qué preocuparte.
- ¿Estas segura? Y no es que me moleste pero ¿Qué estás haciendo aquí? – pregunto Naruto con genuina curiosidad.
- Lo que pasa, es que pase por tu habitación anoche y estabas temblando y llorando por una pesadilla – respondió en un susurro con una sonrisa y un pequeño rubor en su rostro – entre para ver si podía ayudarte a dormir, pero tú me tomaste y me acercaste en un abrazo mientras dormías.
- Lo siento, te juro que no era mi intención – se disculpó algo apenado de haber incomodado a su amiga.
- No te disculpes, está bien – dijo con una sonrisa y negando con la cabeza – estabas dormido de todos modos y yo entré a tu habitación, así que no tienes por qué disculparte – agrego viendo como el rubio asentía y procedía a sentarse en la cama y ella lo imito.
- Voy a hacer el desayuno, creo que vi unos sobres de té ayer, ¿te gustaría eso para tomar? – pregunto y ella asintió.
Cuando Naruto dejo de mirar a Temari a los ojos, se dio cuenta de que Gaara y Kankuro estaban de pie en la entrada de su habitación sin decir nada, sus rostros eran una mezcla entre el asombro y la incredulidad total, los saludo con una pequeña sonrisa y un movimiento de su mano, se levantó de su cama, se colocó sus pantalones y se dirigió hacia ellos con calma.
- Buenas días Gaara, Kankuro, ¿ya comieron? – saludo y pregunto, recibiendo un movimiento de cabezas en negativa de forma casi robótica – bien, voy a preparar el desayuno, ¿él te está bien para ustedes? – volvió a preguntar y obtuvo un asentimiento mecánico de parte de ambos, sonrió un poco confundido, pero aun así se dirigió a la cocina con calma.
Cuando el rubio abandono la habitación, Temari estaba mirando los rostros estupefactos de sus hermanos, se sonrojo un poco por eso, no sabiendo bien cómo iba a explicar la situación y mucho menos toda la interacción que acaba de tener con el rubio, por lo cual solo llevo una mano a su cabello suelto y comenzó a jugar con él, esperando a que alguno de los dos dijera algo, y para su sorpresa fue su hermanito quien se recompuso primero, al verlo adoptar su semblante estoico.
- Lo apruebo – dijo Gaara de forma monótona, mientras se retiraba de la habitación jalando a su hermano por el cuello de su traje de su traje, pues cuando lo escucho hablar se petrifico con la mandíbula hasta el suelo.
La rubia no estaba mejor que su hermano, pues tenía los ojos bien abiertos y su boca ligueramente abierta de la impresión, lentamente su rostro se comenzó a tornar rojo brillante por la insinuación de su hermanito, tomo las sabanas de la cama y se cubrió con ellas, para luego comenzar a dar vueltas y soltar gritos por la vergüenza que la inundo. Cuando se recuperó, salió a toda prisa del cuarto del rubio y fue a su propia habitación, para ponerse unos pantalones cortos y luego lavarse el rostro.
Los hermanos Sabku, estaban sentados en la mesa viendo al rubio cocinar, Kankuro estaba babeando al solo oler la comida que preparaba el rubio, olía delicioso y podría jurar que su apetito solo aumentaba con cada segundo que seguía esperando, Gaara no era tan expresivo como su hermano, pero su rostro ligueramente suavizado y su estómago que rugía delataban que estaba igual de ansioso por comer. Cuando el rubio coloco un plato de huevos revueltos sazonados con especias acompañado con algunas patatas fritas con pimientos, tocino y un hot cake, frente al marionetista, de inmediato miro al rubio con estrellas en los ojos y le regalo un pulgar arriba, el rubio solo sonrió y procedió a entregarle su plato al pelirrojo, que solo le agradeció con un asentimiento de cabeza.
Temari ya estaba bajando las escaleras cuando otro dulce olor llego a su nariz, camino con rapidez a la cocina, vio como sus hermanos ya estaban comiendo, pero cuando Kankuro la vio llegar, de inmediato rodeo con sus brazos su plato de comida como si de una cría indefensa se tratara y si su hermana fuera alguna clase de depredador desalmado, la rubia frunció un poco el ceño por el acto tan infantil de fu hermano, mientras tomaba asiento en la mesa.
- No seas tan infantil Kankuro, no voy a robar tu comida – se quejó Temari con los brazos cruzados.
- Lo mismo decías justo antes de robarme mis dulces cuando éramos niños – reprocho Kankuro llevándose a la boca un trozo de tocino y comiéndolo con lentitud, todo sin despegar la vista de su hermana, la cual puso los ojos en blanco y se sonrojo un poco.
Antes de que Temari pudiera replicar, un plato de comida se posó frente a ella, cortesía de Naruto que le sonrió y se sentó a su lado con su propio plato de comida, ella le regreso la sonrisa y cuando vio que su plato parecia tener un poco más de comida que el de los demas giro para mirar a su hermano con una sonrisa de superioridad y luego sacarle la lengua, Kankuro solo resoplo y se concentró de nuevo en su platillo. Cuando la rubia dio su primer mordisco a su comida, sus papilas gustativas estaban en el cielo, solo había comido dos platillos hechos por el rubio, pero estaba segura de que ya no podía vivir sin su comida.
- Naruto, eres un gran cocinero, y esto es mil veces mejor que eso que Kankuro cocina y llama comida – elogio Temari con una gran sonrisa para el rubio y una sonrisa burlona para su hermano.
- En efecto – murmuro Gaara que llevaba a su boca un trozo perfectamente cortado de hot cake.
- ¡Hey! – exclamo Kankuro indignado, cosa que hizo que su hermana se riera de sus payasadas, él sonrió al ver a su hermana feliz, pero aun así no dejaría las cosas así – por lo menos yo hice mi mejor intento, no como otras personas que en su primer intento se le quemo hasta el agua – comento con una sonrisa burlona.
- ¡Hey! – exclamo Temari completamente avergonzada, no era su culpa, la cocina era difícil.
Los dos hermanos comenzaron una pequeña lucha de burlas entre ellos, donde ocasionalmente se les unió su hermano menor, los tres sonreían y reían, todo bajo la mirada de Naruto, que lentamente comenzó a sonriera y reír un poco, el ambiente se sentía tan cálido y tan acogedor, le gustaba estar en ese ambiente y le gustaba que los tres en verdad parecían disfrutar su comida, pues era lo mínimo que podía hacer por ellos, por salvarlo de la soledad. Después de que todos terminaron de comer, el rubio se levantó y tomo los platos y vasos de todos, para lavarlos, pero la rubia fue la única que protesto ante eso, pues él ya había cocinado y lo mínimo que podía hacer era ayudarlo a lavar los platos, por lo cual lo acompaño al fregadero, todo bajo la atenta mirada de sus hermanos, que se quedaron sentados en la cocina.
- Ella se comporta un poco diferente a su alrededor, ¿no crees? – comento Kankuro viendo a su hermano, el cual asintió.
- Si, actúa un poco diferente y apruebo si algún día ellos se juntan – respondió Gaara obteniendo una mirada un tanto sorprendida de su hermano – Naruto es mejor que cualquiera de los hombres que están tras de Temari y confió plenamente en él y sé que Temari no es del tipo de personas que le llegarían a romper el corazón, y si soy honesto, me alegraría que ellos dos acaban juntos – agrego con toda la seguridad del mundo y una casi invisible sonrisa.
Kankuro se sorprendió mucho ante lo dicho por su hermano, pues sabia bastante sobreprotector que se había vuelto con respecto a su hermana, pues cada vez que se enteraba que algún chico quería salir con su hermana pero tenía intenciones deshonestas detrás, como la fortuna de la familia o el poder que obtendrían sobre la Aldea, este siempre los ahuyentaba al dedicarles una mirada de muerte, aunque tampoco lo podía culpar, pues si no era su hermanito, era el mismo quien los ahuyentaba, pero si aprobaba al rubio con tanta seguridad, era una buena señal y él también lo haría, además ya no sería tomado con la guardia baja, pues de ahora en adelante las bromas hacia ese para estarían a la orden del día. Y con ese último pensamiento el marionetista se levantó y se encamino a su cuarto para poder descansar, seguido de su hermano.
Naruto estaba lavando los platos y sartenes que se usaron para cocinar, para luego pasárselos a Temari, quien era quien los estaba secando con un trapo limpio, la cual se decidió a hablar para iniciar una conversación, pues no le gustaban los silencios largos.
- Entonces, Naruto, ¿Qué tienes planeado para el día de hoy? – pregunto con curiosidad y viendo como el rubio se tomó unos segundos para meditar su respuesta.
- Hoy comenzare con mi entrenamiento, ejercitare mi cuerpo y trabajare en mi Taijutsu, luego, me reunirse con Gaara por la tarde para registrarme y obtener el rango que me corresponda – respondió, pensando si nada se la había pasado por alto.
Temari sonrió en aprobación, pues se veía que su amigo estaba entusiasmado en volverse igual o más fuerte de lo que fue antes, sabía que podía lograrlo y solo podía especular que tan fuerte se volvería, en uno realmente fuerte como mínimo y eso sumado a la determinación que tenía para arremeter contra quien fuera que se atreviera a atacar lo que era valioso para él, sabía que se volvería un gran ninja de la Arena.
- Si quieres ayuda o un compañero de entrenamiento, no dudes en pedírmelo – ofreció con una sonrisa.
- Gracias, pero por ahora tendré que entrenarme solo, para por lo menos, volver a la forma en que estaba antes y luego superar esa fuerza – comento con una sonrisa y una pequeña chispa de determinación en su mirada que no pasó desapercibida por la rubia – al estar solo pude darme cuenta de que tengo muchos fallos en mis entrenamientos y mi estilo de pelea, ya que simplemente peleaba hasta que alguno de mis golpes surtiera efecto, pienso corregir eso y volverme tan fuerte como para ya no depender del Chakra del zorro – agrego con seguridad y viendo a la rubia a los ojos.
Temari sonrió ante las palabras de Naruto, pues ya sentía esa chispa de determinación y seguridad que solía tener en abundancia.
- De acuerdo, solo llámame cuando creas que estas listo, me agradaría mucho un encuentro – comento con una sonrisa desafiante.
Naruto sonrió un poco y asintió ante el entusiasmo de su amiga, una vez que los dos terminaron de lavar los platos, se secaron las manos, ambos fueron a sus respectivas habitaciones, el rubio se duchó y se puso la ropa que Temari le había comprado ayer, tomo un pergamino de sellado y de una explosión de humo, saco la caja de madera que sus padres le habían dejado y levantó la tapa mientras miraba los pequeños rollos que había en ella. No hace mucho acaba de leer un pergamino de su madre sobre el clan Uzumaki, aunque tuviera mucho tiempo nunca llego a leer ni la mitad de sus rollos, los cuales hablaban sobre las cadenas de adamantina o el estilo de Kenjutsu de su madre ni mucho menos los rollos de su padre, los cuales en su mayoría eran sobre estilos de pelea, entrenamientos, su Jutsu firma como muchos más, en su momento pensó que sus días como shinobi habían acabado, por lo cual no le dio mucha importancia a aprender cosas que ya no le servirían.
Pero ahora, era el mejor momento para abrirlos y leerlos, pues ahora tenía una nueva vida, un nuevo hogar y nuevas personas valiosas a las cuales proteger y necesitaba ser mejor de lo que alguna vez fue en el pasado, reflexiono el rubio mientras abría un rollo de su padre, rápidamente se dio cuenta que la forma de redactar de su padre era muy diferente a la de su madre, pues ella era muy minuciosa con los detalles, tan especifica que era imposible no comprender a donde quería llegar, en cambio su padre divagaba de un punto a otro con mucha facilidad, enfocándose mucho solo en lo practico o lo más impresionante o sobresaliente, sonrió y rio un poco ante eso, pues tenía más parentesco con su padre de lo que pensaba. Regreso su atención al rollo y comenzó a leer el estilo Taijutsu de su padre, el estilo colibrí, el cual emplea la alta velocidad y la agilidad con golpes rápidos que todos los miembros del clan Namikaze tenían de forma natural. Esa información respondió una gran duda que siempre tuvo, pues nunca entendió porque era tan rápido como para dejar atrás a los Anbu de la Hoja después de una buena broma, ya que estos no podían atraparlo aun después de horas de persecución, donde solo el Tercero o Iruka lograban atraparlo.
Recordó con nostalgia al viejo y a su primer sensei, su difunta figura de abuelo, el cual siempre luchaba en contra del consejo por él. La única persona que le mostro interés cuando era niño y de quien recibía un estipendio mensual que recibía después de que lo echaran del orfanato, sabia era su propio dinero, pues el consejo nunca hubiera aprobado algo así para él, pero claro está, ese no fue el caso del ultimo Uchiha, del cual sabía que vivía muy cómodamente en un buen departamento y con un estipendio como para cuatro personas. Solo de recordar lo mucho que el viejo lucho por él, cuantas veces estuvo ahí para él, le trajo un dolor a su corazón.
Pero cuando recordó a su primer sensei, su corazón le dolió aún más, aun después de que Iruka admitiera abiertamente que por un tiempo si le guardo algo de recelo, nunca lo vio como a la bestia y saber que estuvo dispuesto a sacrificar su vida por él, solo hizo que su cariño por este aumentara, él fue la primera persona lejos del viejo que reconoció su existencia como Naruto Uzumaki y que siempre lo motivo a ser mejor, era la figura de padre que siempre anhelo tener, si había algo que lamentaba tras su partida de la Hoja, era el hecho de no poder verlo una última vez.
Naruto se limpió las lágrimas que comenzaron a surcar sus mejillas, se puso de pie y con una fuerte inhalada de aire, se llenó de energías renovadas y se dirigió al patio trasero de la finca, la cual parecía un pequeño campo de entrenamiento, pues veía el suelo con varias fisuras y muchos golpes, donde supuso que los hermanos Sababku la utilizaban como zona de entrenamiento, se adentró y comenzó con los estiramientos que dictaban los pergaminos de su padre, para luego comenzar con las katas básicas, donde practico durante varias horas hasta poder dominarlas un poco.
Torre Kazekage – cámara del consejo
La estructura del consejo de la Arena era muy diferente de la del concilio que tenía la Hoja, pues donde su antigua Aldea aliada tenía un consejo shinobi, un consejo civil y ancianos consejeros para el Hokage, la Arena tenía solo a su conejo compuesto por diez personas, todos los Shinobis de alto rango del pueblo y dos ancianos veteranos de guerra con mucha experiencia y sabiduría. Gaara entró por la puerta de la cámara, los Anbu que protegían a su Kage, solo cerraron sus puertas tras de él, para luego desaparecer en las sombras de la cámara. El Kazekage tomo asiento en su lugar en la mesa redonda, muchos de los consejeros comenzaron a preguntarse ¿para que una junta tan temprano y de la nada? Su líder podía ser joven, pero no un tonto, comprendía muy bien su labor y lo ejercía con el más alto respeto y eficiencia, pero una junta de la nada era algo nuevo.
- Muchos de ustedes deben de estarse preguntando, el fin con el cual los eh llamado aquí, por lo cual iré directo al grano – hablo Gaara viendo la confusión en los rostros de su conejo.
Todos asintieron en afirmación, les agradaba mucho eso de su líder, pues hablaba siempre para ir directo al punto y sin rodeos, respetaban eso, pues era clara su determinación para cumplir con su deber.
- Todos ustedes deben saber quién es Naruto Uzumaki o ¿Oh hay alguien que necesite ser metido en contexto? – volvió a hablar, obteniendo asentimientos de todos y sonrió un poco por eso.
- En lo absoluto Kazekage-sama, ninguno aquí es ajeno al rubio que lo derroto durante la invasión en conjunto con el Sonido – hablo Baki por todos en la sala – según nuestros informes ese chico es uno de los ninjas más prometedores que tiene la Hoja – agrego teniendo un asentimiento de todos, menos de su Kage.
- En eso se equivocan, pues Naruto Uzumaki fue desterrado de Konoha hace seis meses y el consejo de la Hoja ha ordenado a todos sus aliados que, si el chico pisaba su territorio, se le ejecutara en el acto – informo Gaara con enorme enojo contenido de solo tener que pronunciar esas palabras.
Todos los consejeros abrieron los ojos en shock ante esa noticia, no podían creerlo, ese chico tuvo que haber traicionado a su Aldea de una manera absoluta para que se le diera un destino tan desalentador.
- Kazekage-sama ¿Qué fue lo que hizo para merecer eso? Era claro que ese chico era uno de los Genin más prometedores y leales de la Hoja, si lo que vimos durante los exámenes Chunin y la invasión era un claro indicio de ello, ¿Qué hizo el? – comento Baki realmente desconcertado, pues no se imaginaba a ese ruidoso rubio como un traidor.
- Capturo a Sasuke Uchiha cuando este abandono su propia Aldea por voluntad propia, para irse con Orochimaru, el Sannin traidor de la Hoja y nuestro principal enemigo, el asesino de nuestro anterior Kazekage – respondió Gaara obteniendo miradas con una mezcla de sorpresa y confusión, pues seguían sin entender porque el rubio fue desterrado, por lo cual continua hablando – pero en la batalla de Naruto contra el Uchiha, este uso dos colas de su Biju para evitar ser asesinado por el desertor, y el consejo de la Hoja al ver las heridas de su ultimo Uchiha, decidió descargar todo su odio por el Kyubi en Naruto, todo se volvió más fácil para ese consejo cuando el Uchiha redacto un informe falso, alegando que este perdió el control e intento asesinarlo, todos los amigos y senseis de Naruto se volvieron en su contra, sin darle la oportunidad de explicarse y sin nadie que alegara por él, salvo la Hokage, quien no tenía voz ni voto en su propio conejo, todo porque estos actuaron a sus espaldas y recurrieron a su Daimyo, donde el miedo al Chakra del Biju solo solidifico las acusaciones falsas, acabado con su destierro bajo la premisa de no poder controlar a su Biju y ser una futura amenaza para su Aldea.
- Esos tontos, ¿Dónde estaban sus pruebas? Ni siquiera tuvo un juicio justo – comento un conejero experto en el Kenjutsu bastante molesto y obtuvo varios asentimientos en su evaluación.
- Kazekage-sama deberíamos buscar al chico para que convencerlo de convertirse en un shinobi de la Arena, toda la Aldea ya lo respeta aun sin conocerlo, ese chico le perdono la vida durante la invasión y por lo que eh escuchado, usted lo respeta como a un hermano – comento otro conejal experto en Genjutsu.
- Podría ser un shinobi fuerte para nuestro pueblo y su lealtad es incuestionable según nuestros informes y hasta donde tengo entendido no hemos aceptado tal petición de la Hoja, y aunque ahora somos neutrales debido a sus exigencias irrazonables, no tenemos por qué atacar a ese chico – comento Chiyo con seriedad, pues desde hace ya un tiempo quería conocer a ese joven rubio, pues tenía un presentimiento de saber quién era, pero cuando vio sonreír a su Kage, se confundió al igual que todo el consejo.
- No mandare ningún escuadrón para búscalo – comento Gaara de forma estoica, pero feliz de que el consejo opinara lo mismo que el, pero antes de que el consejo estallara en protestas hablo de nuevo – porque él ya está en el pueblo, Temari lo encontró en un pequeño pueblo aliado y lo convenció de venir aquí, ya lo asignado a nuestras filas y le he dado su banda para la cabeza y lo único que queda por hacer es asignarle un rango adecuado para el cual estoy aquí para sus sugerencias.
Todo el consejo se volvió silencioso por unos segundos, hasta que unos cuantos soltaron un suspiro, pues por un segundo pensaron que su Kage se había vuelto loco al no querer ir tras el rubio, para luego todos comenzar a murmurar entre ellos, intentando designar un rango adecuado.
- Aunque su actuación en los exámenes Chunin no fueron muy sorprendente, demostró de lo que en verdad era capaz durante la invasión, digo que Chunin por ahora es un rango adecuado si puedo sugerir Kazekage- sama – comento Ebizo, con tranquilidad y todo el consejo estuvo de acuerdo en su sugerencia al igual que su Kage.
- Entonces a Naruto Uzumaki se le otorga el rango de Chunin – dijo Gaara ganando un asentimiento de todos – solo una cosa más, decidí ponerlo en la lista reservada por el momento como el me lo pidió – comento y al ver algunas cejas levantadas continuo – para mantener su anonimato y no llamar la atención de enemigos y posibles mercenarios, Naruto no ha usado Chakra o entrenado desde hace seis meses, por lo cual ya no es tan fuerte como lo fue durante la invasión, necesita un tiempo para recuperar esa fuerza, yo estoy de acuerdo con su petición, ¿el concejo está de acuerdo?
- El consejo está de acuerdo – dijeron todos al unisonó, pues era lógico tal petición, además estaban seguros de que nos solo se volvería tan fuerte como en la invasión, sino que obtendría aún más fuerza.
- Estando todo decidido, el consejo puede retirarse – dijo Gaara con una pequeña sonrisa, pues su consejo vio los beneficios de tener a su amigo en la Aldea.
El consejo se levantó y se retiró con sonrisas en sus rostros, pues habían agregado una fuerte adición a sus filas, ese chico era inmensamente prometedor, y al igual que su Kage, aun eran solo unos chicos, era más que claro que en cuanto crecieran su poder aumentaría y con ellos la fortaleza de su Aldea, no les preocupo mucho el sello del rubio, pues la Hoja se caracterizaba por sus maestros en sellado y los que vieron que el chico era más que estable, solo justificaba más el hecho de que se uniera a sus filas.
Oficina del Kazekage
El pelirrojo se encontraba revisando algunos documentos y rollos de futuras misiones para sus ninjas, pero un par de golpes en su puerta lo hizo detener su revisión e hizo espacio en su escritorio al mover todos los documentos a un extremo, pues viendo la hora sabia de quien se trataba. Con un adelante, Naruto procedió a entrar con dos bento de comida, a lo cual Gaara sonrió, pues le pidió específicamente que lo visitara a la hora de la comida y esperaba que hubiera entendido el mensaje, aunque también tuvo que admitir que su hermana tenía razón, su amigo con sus nuevas ropas se veía como un verdadero ninja y no un blanco andante, noto que su ropa estaba cubierta de polvo y su cuerpo presentaba arañazos y cansancio, prueba de que se había estado entrenando arduamente y su postura era un poco más recta que la que noto ayer, con un movimiento de su mano le indico que se sentara, Naruto obedeció y coloco los bento en el escritorio, donde su amigo procedió a tomar con algo de rapidez.
- Naruto, el consejo ha tomado una decisión – hablo mientras abría su vento y veía que el rubio preparo sushi, tomo los palillos y tomo uno, casi ignorando el rostro curioso y desesperado de su amigo – y ha aceptado tu inclusión como shinobi de la Arena por votación unánime a tu favor y tomamos una decisión sobre tu rango, donde casi de inmediato se te asigno el rango Chunin – comento llevándose a la boca su comida con tranquilidad y con su mano libre le entregaba el chaleco táctico color beige.
Los ojos de Naruto se humedecieron un poco ante la felicidad que sentía, pue estaba bastante nervioso de que el consejo no lo aceptara, pero ahora todas sus dudas se habían desvanecido. Se limpio los ojos y el dio las gracias a su amigo pelirrojo y lo acompaño en su comida, tomando su propio bento.
- Naruto aquí está tu formulario de registro, solo tienes que llenar tu nombre, estado del clan si es que lo tienes, rango, nombre de tus padres y una firma para jurar tu lealtad a la Aldea Escondida entre la Arena, de lo demás yo me encargo de llenar al igual que la fotografía – comento tomando un documento de su pila de papeles y entregárselo a su amigo.
Naruto asintió tomando el documento y comenzando a completar todos los detalles necesarios con completa sinceridad, cuando termino se lo devolvió a Gaara, el cual lo tomo con una mano y comenzó a leerlo con calma, mientras se llevaba otro sushi a la boca, pero cuando termino de leer, abrió los ojos en shock, dejando caer los palillos con su comida, de inmediato busco en uno de sus cajones un antiguo libro Bingo, comenzó a buscar entre las páginas con rapidez, deteniéndose en una en particular, miro a su amigo y luego al libro, repitió el proceso dos veces más y finalmente suspiro pesadamente.
- No puedo creer que nadie en tu Aldea natal lo haya notado en todos estos años, incluso yo mismo me siento estúpido por no haberlo notado – comento con algo de molestia, pues cuando se volvió Kage se le obligo a aprender lo básico de todos los lideres o personas destacables de otras aldeas, estuvieran vivas o muertas – ¿Quieres hacerlo público? – pregunto con seriedad, y viendo como su amigo negaba con la cabeza.
- No, no estoy para listo defenderme si alguien viene detrás de mí o de alguien que me importe, tal vez cuando sea un poco más fuerte, tampoco me importa la fama, solo quiero tomar el apellido de mi padre – respondió con tranquilidad y una pequeña sonrisa.
- Pudiste habérmelo ocultado hasta que estuvieras listos, ¿Por qué decírmelo entonces? – cuestiono con curiosidad y una ceja levantada.
- Porque eres mi Kage ahora, soy leal a la Aldea de la Arena, pero primero y ante todo te soy leal a ti, me has ayudado tanto que nunca te mentiré – respondió en voz baja, pero era clara la seguridad en sus palabras.
- Muy bien, este formulario de registro estará, fuera de lugar por el momento, hasta que estés listo para revelarlo – dijo con una sonrisa, pues si necesitaba una prueba física de la lealtad de su amigo, ya la tenía – me honras con tu confianza, y con respecto a tu solicitud, como te mencione ayer, está aprobada y serás puesto en marcha cuando te consideres apto para ello, de momento, tu estipendio mensual te lo daré personalmente en nuestra casa, hasta que comiences a ganar tu propio dinero en misiones – comento con una sonrisa, no quería mentirle a su amigo, pero supuso que se negaría si decía que el dinero era suyo y no del pueblo.
- Muchas gracias, Gaara – dijo con una sonrisa alegre.
El par de Jinchuurikis, conversaron un tiempo más hasta que cada uno acabo con su comida, aunque quisieran seguir hablando, Gaara necesitaba terminar los documentos que tenía en su escritorio y Naruto necesitaba regresar a entrenar, por lo cual, el rubio se puso de pie y se despidió y el pelirrojo lo imito y le extendió la mano en forma de despedida, aunque cuando vio a su amigo abrir la puerta de su oficina, decidió preguntar algo que se le había pasado por alto.
- Naruto, ¿Qué piensas de Temari? – pregunto con tranquilidad, pero era claro el tono serio que uso.
- Que es alguien maravillosa, si no fuera por ella que me saco de mi tiempo tan oscuro, ya estaría muerto – respondió girando para ver a su amigo directamente a los ojos – si ella quiere, le daría mi vida con gusto, ella junto contigo y Kankuro, son de momento lo único que tengo en mi Aldea.
Gaara lo miro sin expresión por unos segundos, para luego sonreírle y asentir, vio como su hermano se retiró de su oficina y se sentó complacido por esa respuesta, tanto el rubio como su hermana estarían bien uno al lado del otro, ese pensamiento lo hizo feliz, para luego torcer su rostro en uno molesto y cansado cuando dirigió su vista a la montaña de papeles.
- Te odio – murmuro viendo a los documentos como a su peor enemigo.
Finca Sabaku - Noche
Naruto estaba sentado en el techo de la finca mirando las estrellas, todo iluminado por el fuerte brillo de la luna, quien se había convertido en su amiga silenciosa hace ya mucho tiempo, viéndola como detalle, un viejo habito que adquiero en los últimos seis meses al dormir en los fríos callejones. Se sintió cómodo en el silencio, hablar con las estrellas y la luna como si fueran amigos íntimos, podría ser raro para algunos, pero el lo encontraba muy gratificante, sintió a alguien a su espalda, pero algo le decía que conocía a quien se acercaba a sus espaldas.
- Hola – dijo Temari suavemente sentándose al lado del rubio, mientras llevaba sus rodillas a su pecho y envolvía sus brazos alrededor de ellas.
- Hola – dijo Naruto en voz baja y con una sonrisa, disfrutando de la pequeña briza que goleaba su rostro.
- Escuche que te ascendieron a Chunin, felicidades – felicito con una sonrisa viendo el cielo estrellado.
- Muchas gracias, te debo mucho Temari, te debo mi vida – dijo viendo también el cielo con sus ojos llenos de lágrimas, pero una sonrisa puramente feliz en su rostro, giro para mirarla y ella jadeo en sorpresa al verlo casi llorar – finalmente, siento que pertenezco a un lugar, aquí la gente no me odia, no me arrogan fuera de las tiendas, no me quieren la muerte, hoy me sentí como si tuviera un lugar para pertenecer y una genuina oportunidad de aceptación, por primera vez en mi vida, soy realmente feliz – agrego con lágrimas cayendo de sus ojos, pero aun así le dedico a la rubia una gran sonrisa que hace mucho que no daba.
En un movimiento rápido, Temari envolvió al rubio en un abrazo fuerte, que el regreso con algo de fuerza, estaba feliz de ver esa enorme sonrisa, pues ese fue el primer paso para que su amigo comenzara una nueva vida, lejos de ese caparazón en el que se había encerrado y lejos de los recuerdos de esos malditos infelices de la Hoja. Aunque su hermanito no lo admitiera era como Naruto, ambos anhelaban la aceptación y el amor real de personas que no lo vieran como monstruos, ella los comprendía bien.
- Shhh, todos te respetarán aquí y siempre te acepté y siempre lo haré – susurro mientras le acariciaba el cabello con sus dedos.
Naruto asintió y lentamente se comenzó a calmar, se limpió las lágrimas y le regalo una sonrisa a su amiga, la cual hizo lo mismo, pero ambos fruncieron un poco cuando un olor llego a sus narices, proveniente de los respiradores de la cocina.
- Ese idiota de Kankuro está haciendo algo de comer, pero lo comerá el solo – comento Temari mientras arrugaba la nariz – te juro que moriré antes de volver a comer cualquier cosa que el haga.
Naruto rio un poco entre dientes por el comentario de su amiga y también por como arrugaba la nariz cuando algo no le gustaba, la hacía parecer muy linda, Temari al ser golpeada por una briza fría, recargo su cabeza en el hombro del rubio mientras se acercaba más a él con un tinte rosado en sus mejillas, al igual que el rubio, pues no esperaba esa acción, pero aun así con cuidado y algo torpe, la tomo por la cintura acercándola más a él, intento cubrirla del frio, ella sonrió un poco ante su nerviosismo, amaba la sensación tan cálida que emanaba de su cuerpo, pues ahora el frio parecía completamente inexistente.
- No te preocupes, te haré algo después de que Kankuro y Gaara terminen de cenar – comento con una sonrisa, viendo como ella le sonreía y asentía en su hombro.
- Gracias, en verdad me encanta tu cocina – murmuro acomodándose un poco mejor para poder ver las estrellas.
El par de rubios entraron una hora después de que Gaara junto a Kankuro habían terminado de cenar y Naruto puso manos a la obra, donde preparo un poco de curry, arroz y para sorpresa de Temari un pudin de caramelo que ella devoro como una niña pequeña, pues si había algo que amaba eran los dulces, cosa que lo hizo reír un poco, para luego ofrecerle su porción, cosa que puso una sonrisa brillante en el rostro de la rubia que acepto sin pensarlo dos veces.
El par después de terminar de comer, se dirigieron a sus habitaciones, pero Naruto se detiene cuando Temari lo sujeta por detrás de su camisa, giro para mirarla y ella estaba moviéndose un poco incomoda en su lugar, sus mejillas estaban algo rosadas y estaba con la mirada abaja jugueteando con su kimono. Pensando que algo andaba mal, el rubio coloco sus manos en los hombros de la rubia para que lo mirara.
- ¿Qué pasa Temari? ¿Estás bien? ¿Qué te molesta? – pregunto y cuando la rubia lo miro a los ojos, este noto como su rubor comenzó a crecer.
- B... bueno yo, yo quería preguntarte si podíamos dormir juntos – respondió sintiéndose sumamente avergonzada por lo que estaba pidiendo – me gusta cuando alguien me abraza mientras duermo, nadie lo ha hecho desde que mi madre falleció, así que estaba pensando en que, si no te molesta, tal vez, podríamos... - se detuvo al ver como el rubio rio suavemente por sus palabras.
No esperaba esa reacción, se sintió herida y lo miro con algo de enojo y tristeza en sus ojos, pues dedujo que se estaba burlando de ella y que pensaba que lo que pedía era muy infantil. Se molesto por eso y sintió como un par de lágrimas de frustración, enojo y tristeza se formaban en sus ojos, ni sus hermanos sabían de eso, ella tuvo el coraje de contarle algo tan personal e íntimo y en respuesta obtuvo una burla, bajo la mirada y estaba por golpearlo en el rostro e irse a dormir a su propia habitación, pero se detuvo al escucharlo hablar.
- Temari, no tienes por qué preguntarme nada – dijo en voz baja sin perder su sonrisa, viendo un tanto confundida como la rubia levanto la mirada sorprendida y sus ojos bien abiertos, notando las lágrimas que se acumularon en ellos.
- ¿No te estabas burlando? – pregunto en un susurro, apenas saliendo de su sorpresa.
- Claro que no – respondió de inmediato, comprendiendo lo ocurrido – Temari yo nunca me burlaría de ti, yo sin conocer a mi madre, siempre me pregunto ¿Qué se sentirá ser abrazado por ella? Por lo cual nunca me burlaría, deveras.
- Muchas gracias, Naruto, lamento haber desconfiado de ti – se disculpó con una sonrisa, su enojo ya completamente olvidado – voy a ponerme algo más cómodo, enseguida vuelvo – dijo y el rubio asintió entrando a su habitación.
Cuando Temari entro en su habitación, de inmediato procedió a cambiarse, vistiendo una camisa holgada blanca, un short negro ajustados, que usaba ocasionalmente en las noches, la noche anterior fue lo suficientemente embarazosa como para volver a dormir con el rubio solo vistiendo sus bragas, esta vez estaría más presentable y cómoda, salió de su habitación y se dirigió a la de Naruto con normalidad, solo para sonrojarse cuando lo vio de pie colocándose una camisa negra y en bóxers.
- Ammm Naruto, ¿solo vas a usar eso para dormir? – pregunto desviando la mirada a todos lados menos al rubio.
- Siempre duermo así, ¿Hay algún problema? – pregunto viéndose a sí mismo y no encontrando nada malo.
- N... no, ningún problema, solo era curiosidad – respondió sin perder el rubor en sus mejillas.
Naruto se encogió de hombros, mientras se metía a la cama, seguido de Temari, ambos se metieron bajo las sabanas y ella apoyo su cabeza en el pecho del rubio, mientras envolvía sus brazos alrededor de su cintura, mientras el rubio envolvía sus brazos alrededor de su espalda acercándola más a él, donde capto el olor de su cabello, olía a flores y recordó que ya había olido ese mismo aroma en la mañana. Temari solo suspiro en satisfacción al sentir el cálido calor del rubio en sus brazos, era casi como un somnífero, pues ya sentía como el sueño lentamente comenzaba a reclamarla, Naruto sonrió contento, pues desde que dormía con la rubia, ya no había pesadillas que lo atormentaran, solo una cálida sensación de confort.
- Buenas noches, Naruto – susurro soltando un pequeño bostezo.
- Buenas noches, Temari – susurro con una sonrisa en su rostro.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top