Un enfrentamiento de voluntades

Estadio de la Arena

Los enfrentamientos entre los Genin habían transcurrido uno tras otro, asombrando a todo espectador, por el gran nivel de las jóvenes promesas de cada Gran Aldea. Siendo una gran sorpresa para todo aquel que no viniera de Arena ver que los cuatro Genin de la Arena se mantuvieron firmes hasta el tercer enfrentamiento. Haciendo uso de técnicas ninja de alto nivel y un gran dominio sobre su control de Chakra. Eh inclusive de un dominio extraordinario sobre Jutsus elementales fuera del Elemento Viento.

Sin duda alguna, la Arena estaba demostrando ser poseedora de un nivel muy superior al que alguna vez llego a tener en el pasado. Ese hecho no pasó desapercibido por nadie, en especial para aquellos veteranos de guerra, los cuales instintivamente dirigieron su mirada hacia el rubio que se encontraba en medio del estadio como sensor, que permanencia impasible ante el último enfrentamiento.

Pero los ninjas de la Arena no fueron los únicos en sorprender a todos, pues Konohamaru Sarutobi, el único Genin de la Hoja, había logrado acabar con todos y cada uno de sus oponentes, sin importar que fuera lo que le lanzaran. Solo seguía avanzando y apenas se le veía cansado. Incluso fue el único Genin que logro vencer a dos Genin de la Arena, tras los encuentros preliminares.

Naruto no pudo hacer otra cosa que mirar con orgullo al pequeño castaño que aun siendo el último encuentro de los Exámenes Chunin, seguía dándolo todo con tal de ser el vencedor, aun y cuando ya había demostrado que poseía todo lo necesario para ser ascendido a Chunin. Eso en verdad que lo había asombrado y no podía estar más que contento de su crecimiento como ninja.

Konohamaru y Daimasu, eran quienes habían logrado llegar hasta el final. Y mientras el castaño jadeaba de cansancio, era claro que no se iba a rendir. Una determinación que era reflejada en el pelinegro de la Arena, un joven de cabello corto, de ojos café. Que bestia con una sudadera blanca con una bufanda naranja alrededor de su cuello, pantalones café y sandalias ninja azules. En sus manos llevaba una katana bastante afilada.

- ¡Muy bien, es hora de acabar con esto! – grito Konohamaru trazando sellos a gran velocidad e inhalando tanto como sus pulmones se lo permitían – ¡Estilo de fuego, Cenizas Ardientes!

Exhalando, Konohamaru libero una enorme cantidad de cenizas de su boca que se acercaban rápidamente a su oponente. Quien se sorprendió al ver ese Jutsu extraño, pero aun así no estaba dispuesto a caer en un Jutsu de ocultamiento para ser vencido solo por sorpresa. A lo cual envaino su katana en la funda que tenía a su espalda y comenzó a trazar sellos a gran velocidad.

- ¡No subestimes a los ninjas de la Arena! – exclamo Daimasu al finalizar los sellos y extender sus palmas al frente – ¡Estilo de Viento, Gran Ráfaga de Dispersión! – una poderosa oleada de viento fue lanzada de sus manos, lista para disipar por completo el Jutsu de su oponente.

- ¡Caíste! – exclamo victorioso, chasqueando sus dientes generando una pequeña chispa que volvió las cenizas en una gran llamarada de fuego.

Las llamas solo se intensificaron en tamaño y poder al entrar en contacto con el Jutsus de viento. A lo cual el pelinegro no pudo hacer otra cosa que maldecir su suerte al ver como su propio Jutsu era puesto en su contra. Pero negándose a perder, comenzó a canalizar todo su Chakra mientras volvía a trazar sellos de mano, donde al finalizarlos inflo su pecho tanto como pudo.

- ¡Estilo de Viento, Gran Muralla del Dios del Viento!

Daimasu exhalo una enorme cantidad de viento de su boca que salió disparado a toda prisa justo al suelo frente a , solo para que el viento chocara y saliera disparado hacia arriba en una gran muralla. Provocando que el fuego que se dirigía hacia él colisionara con la muralla, elevando el fuego hacia los cielos y reteniéndolo, ya que las fuertes corrientes de aire eran tan poderosas que el fuego era incapaz de aprovecharlas o superarlas y potenciar su propio fuego.

Pasados los segundos, ambos Jutsus cedieron ante la fuerza del otro. Dejando caer al pelinegro sobre una rodilla y respirando pesadamente. Había gastado demasiado Chakra en el último ataque, solo para evitar ser alcanzado por las llamas. Ese Jutsu era el más poderoso de su repertorio y era capaz de repeler cualquier ataque. Levanto la mirada al escuchar una serie de pasos rápidos en su dirección, solo para ver con incredulidad que ahora mismo se encontraba rodeado por varios clones de su oponente.

- "Esos no son clones normales" – pensó Daimasu mientras se ponía de pie y tomaba su katana una vez más – "Esos son Clones de Sombras. Los mismos que usa Naruto-sama. Si tuviera más Chakra, también podría hacer algunos. Pero ahora solo me queda acabar con todos y esperar que pueda encontrar al real" – medito, mientras buscaba entre los clones el que se encontrara más lejos o más resguardado.

- "Solo me quedan fuerzas para un ataque final, solo espero que funcione" – pensó Konohamaru preparándose para usar su carta de triunfo – ¡Observa muy bien, porque serás derrotado por el Jutsu más letal que me enseño mi mentor y rival! ¡El Jutsu secreto de Naruto Uzumaki!

Palco de los Kages

- Hokage-dono, ¿Sabe a qué Jutsu se está refiriendo? – pregunto Gaara ligeramente preocupado por su Genin, pues los Jutsus de su hermano tendían a ser todo menos inofensivos.

- Lo desconozco, hasta el día de hoy ni siquiera sabía que Konohamaru sabia usar los Clones de Sombra – respondió Tsunade asombrada del potencial del castaño.

- ¡Conociendo a Naruto-kun sin duda deberá de ser un Jutsu increíble! – exclamo Guy con nada más que emoción – ¡Ver la reunión entre rivales! ¡Mentor y discípulo! ¡Mostrando su progreso, su orgullo y respeto el uno por el otro! ¡Hoy las llamas de la juventud arden con la intensidad del mismo sol! – aseguro mientras las lágrimas recorrían su rostro como cascadas al presenciar tan juvenil escenario.

Tanto Kages como guardaespaldas miraron extrañados el comportamiento del hombre de spandex verde. Donde una enorme gota de sudor se formó en sus cabezas al ver que detrás del hombre, comenzaba a formarse una puesta de sol en el océano mientras las olas golpeaban la costa. La escena era simplemente confusa y más cuando ninguno logro detectar una pisca de Chakra para formar ese Genjutsu, solo generando una única duda, ¿de dónde se había formado semejante vista?

Sacudiendo su cabeza para eliminar semejante escenario, Ōnoki regreso la mirada al frente expectante ante cual sería ese Jutsu secreto. Ese joven rubio lo había aterrado al haber demostrado tanto las habilidades de su padre como la de su madre. No era un ninja cualquiera y no podía tomarlo a la ligera. Necesitaba cualquier cosa que pudiera usarla en su contra en caso de que fuera necesario. ¿Y qué mejor que su propio Jutsu secreto?

El Raikage estaba en una línea de pensamiento similar. Por años intento descubrir y perfeccionar la fórmula del Dios del Trueno Volador. Pero por años fracaso, jamás logro tener un avance lo suficientemente significativo como para que igualara a la formula original de su antiguo rival. Si tenía la oportunidad de obtener un nuevo Jutsu, no lo iba a dejar pasar.

- "Ese mocoso parece idolatrar al Namikaze" – pensó Kurotsuchi de forma seria, aun teniendo bien presente que ese rubio era la descendencia del hombre más odiado por su Aldea, pero no solo eso, también era quien había acabado con el traidor de Deidara, quien era su objetivo autoimpuesto – "veamos si ese Jutsu secreto es tan grandioso como aparenta".

- Solo espero que Konohamaru no se esfuerce demasiado, no ha tenido ni un descanso desde que comenzó el examen – murmuro Shizune preocupada por el estado del joven.

- No tienes de que preocuparte Shizune, ese Naruto no dejara que nada malo le ocurra – aseguro Tsunade intentando controlarse.

Desde el instante en que vio al rubio, los exámenes dejaron de importarle. Ya nada importaba, pues lo único que quería era poder tener a Naruto entre sus brazos y poder suplicar por su perdón. Quería que supiera lo mucho que se arrepentía de no poder hacer nada por ayudarlo, no importándole si no le llegaba a perdonar. Lo único que quería, era saber lo que pensaba Naruto de ella. Sin importar si era algo bueno o no, pues la incertidumbre siempre le consumía el alma.

Solo quería tener la oportunidad de poder enmendar sus pecados. De estar al lado de la persona que logro cambiar su forma de pensar y que cargaba con él, los sueños y esperanzas de las dos personas que más llego a amar en el mundo.

Palco de los Jonin

Todos los amigos de Naruto se encontraban incrédulos al presenciar como Konohamaru no solo parecía ser una copia suya en apariencia. Sino también en determinación y obstinación. Llegando a tener incluso el Jutsu más característico del rubio y aun así, llevarlo a los mismos niveles que solo él podía hacer.

Pero fue Neji quien sintió un ligero escalofrío al recordar su batalla contra el rubio en los mismos exámenes. Era como ver al mismo Naruto que lo derroto justo al lado Konohamaru. Al menos, ahora sabia a quien tendría que seguir soportando decir una y otra vez que sería Hokage. Y era claro que Konohamaru lo lograría si seguía el camino que se había autoimpuesto al superar a quien había sido su mentor y rival.

- Hinata-sama, usted entreno personalmente a Konohamaru, ¿a que Jutsu se refiere? – pregunto Neji no pudiendo tener curiosidad.

- No tengo ni la menor idea – respondió Hinata encogiéndose de hombros – Yo le enseñe el Jutsu Clones de Sombra, porque insistió en que también quería poder usarlo, pero ya ha usado todos los Jutsu que usábamos en nuestros entrenamientos. Esto es tan nuevo para mí como para ustedes.

- ¿Acaso será el Rasengan? – indico Temari siendo la única respuesta que le venía a su mente.

- No estoy segura, hasta donde sé, Naruto-kun jamás tuvo tiempo de enseñarle esa técnica – murmuro Hinata no eliminando del todo esa posibilidad.

- Naruto no era muy conocido por tener un amplio catálogo de Jutsus, lo más probable es que se refiera a un estilo de pelea – declaro Tenten intentando descubrir a donde iba todo esto.

- Es lo más probable, la mayoría de los Jutsus que ahora posee los aprendió aquí – aseguro Temari apoyando la idea de la castaña.

- Oh vamos, no lo piensen demasiado, recuerden que Naruto pudo haberle enseñado cualquier Jutsu de su repertorio a Konohamaru – hablo Kiba con una gran sonrisa – no por nada ese tonto es completamente impredecible.

- Supongo que tienes razón, Naruto siempre era capaz de eso – dijo Shino con monotonía – pero atentos, parece ser que Konohamaru está lista para atacar – y con eso dicho, todos regresaron la mirada al frente.

- "Tengo un mal presentimiento de todo esto" – pensó Iruka mientras que su instinto de sensei le advertía de una inevitable tontería.

Estadio de la Arena

Naruto se encontraba con los brazos cruzados y con la cabeza echada hacia atrás en un intento de recordar a que técnica se estaba refiriendo el castaño. Por lo que recordaba, jamás le había enseñado nada que no fuera la importancia y los valores que debe tener un Hokage.

Su propia ideología y las razones por las cuales en algún punto lucho por ser reconocido. Pero solo eso, ni siquiera le había enseñado el Jutsu Clones de Sombra. La mayor parte del tiempo que pasaron juntos lo usaban para entrenamientos físicos o para jugar, solo eso.

Era exactamente lo mismo cuando se conocieron, solo estuvieron vagando por las calles de la Hoja. Hasta que llego ese pervertido de closet y tuvo que darle una lección por intentar llevarse a Konohamaru a la fuerza y por verlo como a un monstruo.

- No puede ser.

La mirada del rubio se abrió en su totalidad justo cuando su memoria hizo clic. Si le había enseñado a Konohamaru un Jutsu. Si le había mostrado como usar ese mismo Jutsu en conjunto con los Clones de Sombra. El color en su piel se desvaneció de un segundo a otro, quedando tan blanco como un fantasma.

Todo su cuerpo comenzó a temblar y sudar de forma incontrolable ante lo que ese tonto estaba por hacer. Y peor aún, hacerlo después de haber gritado a los cuatro vientos que ese era su Jutsu secreto. No podía permitirle arruinar su reputación de semejante manera, no frente a todas las Grandes Aldeas. Y peor aún, frente a su esposa, quien definitivamente lo molería a golpes por enseñarle ese Jutsu a un niño pequeño y por haber sido tan pervertido como para crearlo en primer lugar.

- ¡Muy bien estoy listo! – exclamo Konohamaru y sus clones en perfecta sincronización, mientras todos hacían el símbolo del carnero, rodeando a su oponente en explosiones de humo.

- ¡Konohamaru, detente! – exclamo Naruto con desesperación, corriendo a toda prisa hacia el castaño.

- "Bien, ahora atacara" – pensó Daimasu nervioso pero listo para defenderse de cualquier cosa que su oponente estuviera tramando.

El humo se disipo con rapidez haciendo que cada persona en el estadio se reclinara hasta el filo de su asiento, expectante a lo que fuera que estaba por ser revelado. Solo para que todos fueran recibidos con decenas de mujeres castañas muy hermosas, con curvas en los lugares correctos. Pero el principal y más llamativo hecho, era que todas estaban desnudas y el humo que aún seguía presente hacia poco o nada para cubrir su desnudes.

Dejando a todos los hombres en el estadio boquiabiertos con enormes sonrojos en sus rostros mientras sus ojos parecían incluso querer salirse de sus orbitas para poder presenciar más de cerca a tan bellas mujeres. Eh incluso aquellos hombres más descarados, ya se encontraban desmayados con sangre escurriendo a chorros de su nariz.

Las mujeres por otro lado comenzaron a compartir un enojo colectivo contra el Genin que estaba haciendo uso de un Jutsu tan denigrante para una mujer. En especial aquellas mujeres que eran kunoichi.

Naruto tropezó al ver que no pudo evitar la revelación de ese Jutsu y callo de rostro contra el suelo con los brazos hacia el frente. Y aunque nadie pudiera verlo, lagrimas corrían por su rostro como cascadas al no poder evitar tal humillación.

- "Konohamaru voy a matarte" – lloro en su mente no queriendo levantarse del suelo.

- ¡Jutsu Harem! – exclamaron las castañas en un coro angelical haciendo poses que resaltaban aún más sus curvas.

Palco de Jonin

Temari, Tenten y Sakura estaban con la mandíbula hasta el suelo debido al shock por lo que estaban presenciando. Era incluso denigrante que en un evento tan importante, se atrevieran a mostrar semejante Jutsu y aún más cuando recordaron de quien era ese supuesto Jutsu secreto.

El shock fue rápidamente remplazado por la ira en Temari. Venas comenzaron a formarse en su cabeza a la vez que comenzaba a rechinar los dientes. Su mirada se volvió una asesina que dirigía todo su increíble sed de sangre sobre su esposo.

Esto era el colmo de las estupideces que pudo llegar a cometer, no solo por desarrollar ese Jutsu tan repugnante, sino por enseñárselo a un niño pequeño. Pues tras unas rápidas cuentas matemáticas en su cabeza, Naruto le enseño ese Jutsu al castaño justo antes de ser desertado de Konoha. Y tomando en cuenta que ese chico no había salido de su Aldea hasta el día de hoy y estas eran sus primeros Exámenes de Chunin.

Su esposo le enseño un Jutsu pervertido a un niño de tan solo ocho años. No quería ni aceptarlo, pues no podía soportar la idea de que su esposo le enseñara esos mismos Jutsus a sus hijos. Era claro que le iba a expresar su desagrado por tan horrenda técnica y lo haría jurar jamás usarla o enseñársela a nadie por lo que le quedaba de vida o en definitiva, tendría una vida muy corta y dolorosa.

- ¡No puedo creer que Naruto le haya enseñado eso a Konohamaru! – exclamo Tenten con nada más que vergüenza – ¡Temari, tienes que enseñarle a tu esposo que eso no está bien! – exigió claramente ofendida.

- No tienes que decírmelo, ese idiota va a desear jamás haber pensado siquiera en desarrollar es Jutsu – aseguro Temari con una voz de ultratumba y comenzando a tronarse los nudillos.

- Hehe, ahora sí que metiste la pata, Naruto. Y la metiste muy hondo – rio Kiara divertida esperar para ver la paliza que recibiría – ¿puedo quedarme con su taller cuando lo mates? – pregunto con genuino interés.

- Oh vamos, están exagerando – dijo Hinata intentando calmar los ánimos.

El par de chicas y la tigresa dirigieron su mirada a la Hyuga, solo para verla con la cara completamente roja y con dos pañuelos en sus fosas nasales para evitar el sangrado. Y mientras que Tenten solo pudo soltar un bufido de exasperación por la actitud de su amiga, toda ira de Temari quedo abandonada de su cuerpo sustituida por la incredulidad.

Y fue en ese preciso instante en todos los momentos que paso con la Hyuga le llegaron de golpe a la mente. Cada burla, cada elogio e incluso cada pequeño comentario aleatorio que parecían solo bromas ahora cobraban todo el sentido del mundo.

- ¡Oooooh! – fue todo lo que alcanzo a decir con un rostro de sombro una vez que finalmente dio con la respuesta.

- ¿En serio apenas te diste cuenta? – murmuro Tenten con una mirada escéptica.

- Dudo mucho que tengas derecho a recriminar a otros, Tenten-chan – hablo Hinata con tranquilidad, pero era clara la burla en su voz – tu jamás lo hubieras sabido si no es porque te lo dije en tu cara cuando me arte de que no entendieras mis insinuaciones para una cita.

Tenten tuvo la suficiente decencia para sonrojarse y reír de forma nerviosa, ante ese comentario. Pues era cierto, su amiga la había estado frecuentando muy seguido en el pasado, casi siempre invitándola a lugares lujosos para comer, a salir a caminar por las noches cuando había luna llena o incluso a las aguas termales. En un principio realmente no le dio importancia y se negó a todas porque tenía misiones o estaba muy cansada.

Pero no fue hasta incluso una semana entera de invitaciones que Hinata le dijo en su cara que quería una cita con ella que su cerebro comprendió lo que estaba pasando. Y no pudo hacer otra cosa más que pedir disculpas de forma incesante por jamás haberlo notado. Solo para que siguieran las disculpas al tener que rechazarla ya que ella no tenía ese tipo de gustos. Por suerte, Hinata lo tomo de la mejor manera y siguieron siendo tan amigas como siempre.

Y mientras la conversación entre las mujeres se desarrollaba, los varones por otro lado se encontraban completamente callados observando atentamente al frente con grandes rubores en sus rostros. Incluso Shino, que para cualquiera que viera bien, podría notar el rubor detrás de sus jafas y su chaqueta de cuello alto.

Lee estaba cubriendo su vista con sus manos, no queriendo presenciar algo que podía ser considerando como poco juvenil. Quería ser fuerte y resistirse a la tentación, pero no era tan fuerte, pues aún con sus manos sobre su rostro, tenía los ojos bien abiertos y viendo a través de sus dedos lo que ocurría en la arena.

Mientras tanto, sin despegar la vista del frente, Kiba llevo una mano a su bolsa ninja y saco de ella una cámara fotográfica de espía, con la cual, sin siquiera molestarse en despejar su vista de las castañas, comenzó a capturar el momento al comenzar a tomar fotos a gran velocidad.

- ¿De dónde sacaste la cámara? – pregunto Neji sin despegar su vista del frente.

- ¿En serio quieres saber? ¿O quieres una copia de las fotos? – cuestiono Kiba tomando una fotografía tras otra.

Neji se quedó callado y simplemente tomo un poco de dinero de su bolsillo, para acto seguido extendérselo a Kiba, quien solo lo tomo agradecido. Acto que Hinata imito al escuchar ligeramente la conversación, por lo cual coloco detrás de su espalda sus manos donde tenía dinero y que Akamaru tomo en su hocico, que procedió entregar a su dueño.

Iruka por su parte solo pudo contener de gritarle a Konohamaru al emplear semejante Jutsu, haciendo uso de todas sus fuerzas para no ser afectado y terminar en ridículo. Exactamente como Ebizu, que ahora mismo estaba completamente noqueado y tirado en el suelo con una gran hemorragia nasal y una enorme sonrisa en su rostro.

- "Y pensar que yo casi caigo de nuevo en ese estúpido Jutsu" – pensó Iruka respirando profundamente para controlarse.

- "¡Había olvidado lo talentoso que es Naruto!" – exclamo Jiraiya en su mente con una enorme sonrisa depravada, observando detalladamente a las castañas analizando cada rincón de su cuerpo y almacenándolo para siempre el recuerdo en su mente – "¡Definitivamente tengo que volverlo mi aprendiz de nuevo!"

Palco de los Kage

Todos los Kage sin excepción alguna, tenían una enorme gota de sudor en sus cabezas. Ninguno de los varones se había inmutado en lo más mínimo, pues lo que habían estado esperando era algo completamente diferente, algo realmente digno de los clanes del rubio, no semejante estupidez.

- "Bueno, puede que sea un pervertido... pero nadie dice que eso lo vuelve un mal hombre" – pensó Mei queriendo ver lo positivo en todo esto – "Solo me afirma que tiene un gran e insaciable libido" – se dijo a si misma con una sonrisa complacida.

- ¡¿Porque Naruto le enseñaría eso a Konohamaru?! – exclamo una fúrica Shizune con los ojos en blanco.

- "Si, en definitiva ese es mi Naruto" – pienso Tsunade con un tic en el ojo.

- No sé ni siquiera porque me molesto en preocuparme – murmuro Gaara con exasperación – era claro que algo como esto iba pasar.

- Yo no escucho a nadie quejarse – murmuro Kankuro con una sonrisa pervertida.

- "¿En serio el hijo de Namikaze fue capaz de crear y enseñarle tal Jutsu a un niño?" – se cuestionó Kurotsuchi sumamente molesta.

- Mocosos sin respeto – murmuro Ōnoki indignado, pero un ligero rubor en sus mejillas era visible.

De regreso en el centro del estadio, todas las castañas comenzaron a correr de forma muy provocativa al pelinegro que no sabía cómo reaccionar. Y justo cuando estuvieron lo suficientemente cerca, todas explotaron en nubes de humo y regresando a la normalidad.

- ¡KO! – grito un grupo lanzando una ráfaga de puñetazos al frente de su oponente que lo mandaron a volar hacia atrás.

- ¡NO! – grito el segundo grupo lanzándose una ráfaga por la espalda de su oponente.

- ¡HA – otro grupo se posiciono a su derecha, mandándolo hacia arriba con una gran cantidad de patadas.

- ¡MA! – más patadas por el costado izquierdo vinieron del último grupo.

- ¡RU! – exclamo un clon que había saltado y se encontraba justo arriba de su oponente conectándole una patada de hacha en cabeza.

- ¡Gran ráfaga de Konohamaru Sarutobi! – exclamo el real posicionándose justo debajo de donde caería su oponente y extendiendo su brazo derecho hacia arriba en un puño, que se enterró en el estómago del pelinegro.

Daimasu escupió algo de saliva tras ese duro golpe, a la vez que lentamente iba perdiendo la conciencia hasta que finalmente termino por cerrar los ojos al ya no poder resistirse más. Explosiones de humo se hicieron presente una vez que los clones se disiparon, dejando solo al original que bajo su brazo derecho, tirando a su oponente en el suelo.

Konohamaru apoyo sus manos en sus rodillas, tomando grandes respiraciones de aire mientras su rostro estaba cubierto en sudor. Se había excedido demasiado al crear tantos clones de sombra cuando su propio Chakra ya se encontraba muy bajo. Todo su cuerpo temblaba al resentir la falta de Chakra, quería vomitar por el sobreesfuerzo y sentía que en cualquier momento iba terminar por desmayarse.

Y sin embargo, como pudo, se enderezo y les mostro a cada persona en el estadio una mirada que aunque expresara cansancio, no opacaba en los más mínimo el fuego en sus ojos de una increíble y poderosa determinación. Mirando rápidamente a su maestra, Konohamaru sonríe levemente cuando Hinata le regalo una sonrisa llena de orgullo y asentía. Tomando eso como su señal de victoria, levanto su puño derecho hacia el cielo e inhalo tanto aire como pudo.

- ¡¡¡Yo soy el aprendiz número uno de Naruto Uzumaki e Hinata Hyuga!!! – grito a todo pulmón, soltando cada gramo de voluntad y fuerza que aún tenía – ¡¡¡Soy quien superara a mis maestros!!! ¡¡¡Soy quien liberara a la Hoja de su oscuridad!!! ¡¡¡Yo soy quien se convertirá en el futuro Hokage!!! ¡¡¡Yo soy Konohamaru Sarutobi!!!

Al finalizar su proclamación, el estadio entero se vio envuelto en poderosos estruendos de gritos y aplausos por semejante proeza del joven castaño al haber superado todos sus encuentros y aun así tener las fuerzas suficientes para lograr conseguir la victoria.

Las personas de la Arena estaban asombradas de ver perder a su Genin más prometedor, pero aun en su derrota, llego hasta el final y demostró de lo que ahora eran capaces, demostrando todo su poder. Y en cuanto al castaño, podía ser un Genin de la Hoja, pero si fue el aprendiz de su Comandante Militar, era claro que no era un buen joven y debían apoyar su victoria.

Incluso aquellas personas de la Hoja comenzaron a aplaudir de forma entusiasta, ya que aunque no sabían cómo sentirse al respecto con el descubrimiento del origen de quien por muchos años fue el niño demonio. Si que tenían que apoyar la victoria ya que sin duda había logrado una victoria más que aplastante para su Aldea.

Al ver cómo era apoyado por todos en el estadio incluso por parte de los mismos Kage. Konohamaru dio una enorme sonrisa, no viendo nada de malo en disfrutar de este pequeño momento. Y fue cuando lo sintió, sus piernas dejaron de responderle al igual que el resto de su cuerpo, comenzando a caer de espaldas.

Pero antes de que siquiera pudiera tocar el suelo, su cuerpo fue sujetado y al levantar la mirada pudo ver el rostro sonriente de su primer amigo real, la primera persona después del viejo que lo reconoció como Konohamaru Sarutobi.

- Lo hiciste bien Konohamaru – elogio Naruto con una gran sonrisa zorruna – en verdad te has vuelto fuerte. Estoy orgulloso de lo lejos que has llegado, sin duda te convertirás en Hokage.

- Naruto-niichan – susurro Konohamaru con un nudo en su garganta e intentando contener las lágrimas.

- ¡Con esto finalizan los Exámenes de Chunin! – exclamo Naruto concentrado Chakra en sus cuerdas vocales para amplificar su voz – ¡Konohamaru Sarutobi, Genin de la Hoja, futuro Hokage! ¡Es el ganador! – proclamo con nada más que orgullo en su voz.

El estadio una vez más volvió a resonar con los gritos y aplausos de la gente, solo que ahora con una intensidad aún mayor. Al haber obtenido una gran demostración de peleas impresionantes y la muestra de lo realmente poderosos que podían llegar a ser los Genin de las respectivas Cinco Grandes Aldeas.

Dos pares de equipos médicos de la Arena, entraron en la arena del estadio y comenzaron a dirigirse con prontitud a los últimos participantes para llevarlos al ala médica y así poder tratar sus heridas. El primer grupo comenzó a evaluar el estado del joven pelinegro con detalle y luego lo pusieron en una camilla con cuidado. Mientras que el segundo grupo se dirigió al castaño.

- Joven Sarutobi, por favor acompáñenos – pidió el medico de forma amable – nosotros nos encargaremos de tratar sus heridas.

- No, estoy bien. Hinata puede curarme, no hace falta – dijo Konohamaru apresuradamente, no queriendo separarse de su rival.

- No te preocupes, deja que te curen – hablo Naruto con tranquilidad – seguiré aquí cuando te hayas puesto mejor. No iré a ningún lado, lo prometo, deveras.

Konohamaru estaba indeciso de aceptar, tenía tantas cosas que decirle al rubio ahora que finalmente pudo encontrarse con él, quería hablar con él y hablarle de todo su duro entrenamiento, quería que él le dijera que tan fuerte se había vuelto. Simplemente quería pasar todo el tiempo que pudiera con Naruto. Pero sabiendo que tenía razón, y sabiendo que siempre cumplía sus promesas, acepto y fue con los médicos para que lo trataran.

- Naruto-niichan, no rompas tu promesa – pidió Konohamaru ya en la camilla.

- Yo nunca retrocedo a mi palabra, deveras – aseguro Naruto con seguridad, viendo cómo se llevaban al castaño que ahora tenía una enorme sonrisa en su rostro.

- ¡Naruto! ¡Hey, Naruto!

- ¡Naruto-kun, tus llamas de la juventud arden como nunca!

- ¡Ven acá idiota que tenemos mucho por lo cual ponernos al corriente!

- ¡Naruto-kun!

El mencionado giro en dirección de los estridentes gritos, solo para ver a sus antiguos amigos saludándolo desde el palco. Se sorprendió enormemente ante eso y no pudo hacer otra cosa más que sonreír enormemente como respuesta. Sin embargo, su sonrisa se desvaneció cuando vio a su esposa dirigiéndole una mirada seria e indiferente.

Una mirada que sabía muy bien que solo le iba a traer desgracia y dolor. Y sabia a la perfección a que se debía, solo que esperaba que el momento emotivo de hace unos momentos la hubiera hecho olvidar, pero al parecer se había equivocado. Pero antes de que pudiera dar un paso al frente, para saludar a sus amigos y recibir su justo castigo. Recordó algo sumamente importante y fue en ese momento que sin dudarlo, dio media vuelta y con un gran salto, se dirigió hacia el palco de los Kage.

- ¿A dónde diablos va ese idiota? – cuestiono Kiba ligeramente molesto.

- Pensé que no nos guardaba rencor – murmuro Tenten preocupada de que los estaba evitando.

- No se preocupen – dijo Iruka con una sonrisa y atrayendo la mirada de todos – y tampoco lo culpen, es solo que Naruto quiere ver a alguien primero.

- ¿A quién se refiere Iruka-sensei? – pregunto Shino no comprendiendo.

- A la única persona de la Hoja que Naruto ve como a una madre – respondió Iruka con simpleza, haciendo a todos dirigir su mirada al palco de Kage en completa comprensión.

- No se preocupen, si la cosa parece prolongarse, lo podemos esperar en nuestro hogar, todos son bienvenidos – ofreció Temari, no pudiendo sentirse molesta del todo al ver como su esposo corría como un niño pequeño para ver a su madre después de tantos años.

- ¿Nuestra presencia no será mucho problema para ustedes? – pregunto Neji de forma educada – somos bastantes y no nos sentiríamos bien aprovechándonos de su hospitalidad.

- Nada de eso, nuestra casa es bastante grande y todos pueden ir y quedarse a dormir si lo desean, sé que Naru-kun le encantara la idea – desestimo Temari con una sonrisa amable, no queriendo privar a su esposo o a sus amigos de poder estar y conversar amenamente.

- Eso es grandioso, Temari, en verdad sí que sabes ser una gran anfitriona – elogio Hinata con una gran sonrisa.

- Bueno, solo esperemos un poco, probablemente Tsunade también nos acompañe – indico Iruka con tranquilidad.

Habiendo escuchado atentamente toda la conversación, Sakura no sabía cómo sentirse al respecto. Obviamente no podía llegar y pedir ser invitada, no con el odio de todo el grupo en especial de Hinata. Necesitaba acercarse a Naruto, de confesarle su amor y de lo mucho que lamentaba haberlo tratado tan mal.

Necesitaba poder hacerlo cuando no hubiera nadie para intervenir y echara a perder todo, como estaba segura de que eso mismo haría la Hyuga. Tal vez podría esperarlo junto con el resto y pedirle la oportunidad de hablar. Se sentía nerviosa de solo pensarlo, ya que lo más seguro era que la odiara por todo lo que le hizo y dijo en el pasado, en especial el día de su destierro. Pero aun así estaba segura de que sus sentimientos lo alcanzarían, de que podrían superar el odio y por fin estar juntos.

Sasuke tenía los puños ante lo que estaba viendo, ese infeliz del ultimo muerto de la academia tenía el descaro de ir en otra dirección. De ignorar su gran y respetuosa presencia para ir con esa estúpida rubia que tenía que llamar líder. Sentía el enorme impulso de salir corriendo e ir y enfrentarlo. De mostrarle quien de los dos seguía siendo superior, no podía soportar el hecho de que ese inútil fuera el supuesto hijo de un Hokage. Que viniera de clanes tan importantes como todos lo hacían ver. Que le quitara a la mujer que por derecho debería haber sido suyo, una mujer que nació para ser su esposa.

Quería ir y acabarlo, probarle frente a todos quien era el mejor de una buena vez y para siempre. Eso era lo que quería, pero sabía que si lo seguía, se iba ver envuelto por Anbu como ocurrió con el Raikage y aunque eso no le importara porque estaba seguro de poder acabar con ellos.

Era Tsunade quien le preocupaba, pues esa mujer sin duda se entrometería en su camino y si ella lo hacía, el grupo de mediocres que ahora rodeaban a quien debía ser su mujer, también lo haría. Inconscientemente activo su Sharingan de la furia que sentía, ya que esto solo era un inconveniente tras otro. Todos metiéndose en su camino para acabar con ese bastardo.

Kakashi aun sumergido en su enorme depresión y autodesprecio, noto la mirada que su alumno estaba justo en la dirección de Naruto. No pudiendo hacer otra cosa que bajar la mirada en vergüenza. Por años entreno a Sasuke para eliminar esa oscuridad que había en su corazón. Lo hizo tan fuerte como podía llegar a enseñarle.

Pero al parecer todo había sido en vano. Nuevamente había fracasado, eso lo hizo sentir aún más culpable que antes. Fracaso en honrar el legado de su sensei. Le dio la espalda a Naruto por confiar completamente en Sasuke y aun cuando se esforzó en proteger a Sasuke de esa oscuridad, también fallo. También le había fallado a Sakura al fin darse cuenta de que siempre la hacía repetir el mismo ejercicio una y otra vez, nunca habiéndose percatado de ello. Parecía que lo único que podía hacer bien era en fracasar y defraudar a aquellos que alguna vez les mostro afecto.

Kiara hizo un gesto de completo desprecio cuando sintió que alguien había desaparecido y solo pudo gruñir levemente en respuesta a ello. Ese maldito anciano con olor a sapo fue astuto al no volver acercase a su amiga, pero no esperaba que fuera tras su invocador. Pero de ese infeliz, ya se encargaría Naruto.

Palco de los Kage

Mientras que Gaara se levantó de su asiento con toda normalidad, el resto lo hizo con un sobresalto cuando Naruto aterrizo frente a ellos sin previo aviso. Siendo el Tsuchikage y la Mizukage quienes se sentían ligeramente intimidados al recordar las historias de lo que el Destello Amarillo era capaz de lograr.

Una gota de sudor recorrió el rostro de Ōnoki al darse cuenta de que ese chico era más parecido a su padre de cerca. Tanto que no pudo detener el ligero escalofrío ante el miedo que sintió cuando recordó a ese hombre.

Por su parte, Mei olvido su ligero susto para dar paso a una sonrisa coqueta. De cerca, el rubio le parecía mucho más atractivo, poseía un cuerpo bien formado debajo de toda esa ropa y lo supo solo con su postura. Por no mencionar que su cabello más esas marcas tan inusuales en su rostro realmente que la atrajeron aún más por lo salvaje que se veía.

El Raikage se levantó más que nada para imponer su propio respeto, ya que seguía molesto por como acabo su pelea con el rubio. Ya que lo que quería y esperaba era claramente muy diferente de como terminaron acabando las cosas.

Sin embargo, Tsunade fue la única que se levantó de un sobresalto al sentirse nerviosa, pues después de tantos años de dolor y miseria, finalmente tenía frente a ella a la única persona que podía hacerle olvidar todo ese dolor. A tan solo unos metros delante de ella y de un segundo a otro, ya no había nadie.

Todos a su alrededor habían desaparecido para ella y la única persona que seguía estando era su rubio alegre. Las lágrimas volvieron a recorrer su rostro, sentía como su corazón se estrujaba ante el miedo de que le quitaran este momento.

Naruto, por su parte se había congelado en su lugar, creía que estaría listo para ver a la rubia pero descubrió que tanto sus labios como piernas le fallaron. No sabía que decir ni que hacer, aun y cuando lo había repasado mil veces en su cabeza. Lo único que sentía con claridad era la felicidad de finalmente verla de nuevo, de tenerla de frente y poder decirle lo mucho que la extrañaba.

Ambos se quedaron viéndose a los ojos por varios segundos que parecieron eternos, la simple sensación de no saber que era lo que debían hacer era perturbadora. Simplemente no querían que esto desapareciera, querían hacer eterno su rencuentro y jamás tener que volver a separarse.

Y habiendo leído todo aquello en la mirada del otro, ambos corrieron al frente para poder envolver al otro en un fuerte abrazo. Donde en un gesto tan simple como podría serlo, en Tsunade todo su dolor y tristezas finalmente desapareció, sus heridas habían sido finalmente sanadas. Todo aquello que la atormentaba, toda esa oscuridad que le impedía ser completamente feliz había sido erradicado de su corazón y remplazado por la enorme felicidad de tener a su hijo alegre entre sus brazos. Sabiendo que él también aceptaba sus sentimientos con la misma intensidad.

Y algo así no podía ser más cierto, ya que Naruto al estar en los brazos de la rubia, sintió un calor que jamás había sentido, un calor que jamás tuvo. Era el calor que solo el amor y cariño de una madre podía transmitir. Ese calor que tantas veces soñó con tener cuando era solo un niño indefenso. Un cariño que solo podía ver en los rostros de las madres de otros niños, cariño que siempre imagino como se sentiría. Y ahora que finalmente lo tenía, solo podía pensar que era aún más increíble de lo que alguna vez imagino.

- Naruto... lo siento... lo siento tanto... te juro que lo intente... en verdad lo intente... - intento decir Tsunade entre sollozos, enterrando más su rostro en el pecho del rubio y abrazándolo con más fuerza – nunca debí permitir que te fueras solo... debí permanecer a tu lado... por favor... perdóname.

- No... yo soy yo quien debe disculparse... tu no tuviste la culpa... y fui grosero contigo ese día en tu oficina – dijo Naruto intentando controlar el nudo en su garganta.

- No pienso dejar que te aparten de mí de nuevo – aseguro sonriendo al saber que no la odiaba.

- Si, nadie me apartara de mi Okasan – afirmo con todo el cariño que tenía.

- ¿Lo dices en serio? – pregunto con sorpresa apartándose de su pecho y sintiendo como su corazón daba un vuelco por la alegría de escuchar esas palabras.

- Solo si tú quieras.

- Por supuesto que lo quiero, nada me haría más feliz que poder llamarte mi hijo – afirmo sintiendo como sus lágrimas solo aumentaban, finalmente notando algo – en verdad que has crecido y mira lo guapo que te has puesto – dijo mientras se limpiaba las lágrimas y le dedicaba una cálida sonrisa.

- Hehe te dije que algún día crecería – se burló con una sonrisa zorruna.

- Hijo, creo que ya es tiempo de que recuperes esto – murmuro mientras sacaba del bolsillo de su chaqueta el collar de su abuelo.

- Pero...

- Sin peros – interrumpió rápidamente – es tuyo y siempre lo fue, lo ganaste justamente.

Naruto sonrió y asintió, y dando un paso hacia atrás se inclinó lo suficiente para que Tsunade pudiera colocárselo sin ningún problema. Y una vez que lo hizo no pudo evitar sonreír al finalmente regresar el collar justo a donde debería de estar.

Ambos volvieron a abrazarse y sentirse seguros a la vez que amados en los brazos del otro. Era una sensación cálida y reconfortante que ninguno podía tener suficiente de ello. Era como estar justo donde debían y tenían que estar, donde nada podría romper su felicidad o la increíble sensación de confort. Donde pasado un tiempo rompieron el abrazo, mirándose por unos segundos con sonrisas que no podían borrar de sus rostros. Y fue cuando Naruto noto a quienes se encontraban detrás de su madre.

- Hola Shizune y Guy-sensei, ha pasado tiempo – saludo Naruto viendo por encima de su madre.

- ¡Naruto-kun! – grito Shizune corriendo para abrazar al rubio.

- Te he echado de menos, Shizune – dijo Naruto con una sonrisa, regresando el abrazo.

- ¡Es bueno verte de nuevo, Naruto-kun! – exclamo Guy con grandes ánimos abrazando al rubio y levantándolo del suelo.

- No... puedo... respirar... muy fuerte... abrazo – intento decir Naruto que comenzaba a ponerse azul.

- Guy, por favor bájalo antes de que se desmaye – pidió Tsunade con una sonrisa.

- Oh lo siento, creo que me emocione de más – se disculpó Guy algo apenado bajando al rubio como si nada.

- Veo que aún sigue siendo monstruosamente fuerte – comento Naruto volviendo a su color natural.

- Dalo por hecho, chico – aseguro Guy con un pulgar arriba y una sonrisa brillante.

- Naruto-kun en verdad me alegra verte, estaba muy preocupada por ti todos estos años – dijo Shizune intentando controlar su llanto.

- Lo siento, me hubiera encantado poder decirles que estaba bien – se disculpó Naruto viendo a las dos mujeres.

- Eso ya no importa ahora, lo importante es que finalmente estamos juntos y que finalmente sabemos que estas bien – dijo Tsunade con tranquilidad.

- Ahora veo porque la Hokage y usted parecían estar hablando crípticamente cuando se trataba de ese rubio – dijo Mei colocándose justo al lado del pelirrojo y viendo el desarrollo de la conversación de ese grupo tan peculiar.

- Lamento eso, pero estoy seguro de que comprenderá mis motivos para hacerlo – se disculpó Gaara con amabilidad.

- Oh pero claro que comprendo, usted no se preocupe – aclaro Mei con una sonrisa amistosa.

Gaara estaba por sugerir a sus invitados dirigirse a otro lugar, pero se detuvo de hacerlo cuando observo que dos ninjas guardianes aparecieron en el palco. Uno del Daimyo del Fuego y otro del Viento.

Los cuales se dirigieron al respectivo Kage de cada nación, cosa que sorprendió a Tsunade que no tenía ni la menor idea de lo que estaba ocurriendo. Aunque en Gaara solo genero una pequeña sonrisa arrogante al ver que el Daimyo del Viento ya era completamente consiente de lo realmente fuerte que era la Arena.

- Hokage-sama. Por órdenes del Daimyo del Fuego tiene que acompañarme, pues su señor quiere una junta inmediata con usted – informo el hombre con clara autoridad.

- ¿Sobre qué quiere hablar el Daimyo conmigo exactamente? - cuestiono Tsunade con molestia.

- No me lo dijo – respondió el hombre con simpleza.

- Hmpf no ha respondido a mis cartas en tres años y ahora quiere una junta – resoplo Tsunade con veneno mientras cruzaba los dedos y un Clon de Sombras aparecía y se dirigía al hombre.

- Es insultante que quiera mandar un simple clon para hablar con alguien como su señor – despecho claramente ofendido por lo que estaba viendo.

- Es lo mismo a que yo esté presente y ahora mismo estoy discutiendo asuntos importantes para la nación del fuego. Que se conforme con lo que tiene – aseguro Tsunade soltando toda su intención asesina sobre el hombre.

Años, fueron años los que intentó contactarlo para que revocara el destierro de su hijo, pero todo siempre fue igual. Ninguna carta fue respondida, todas las reuniones que pidió fueron rechazadas y todos los ninjas que mando para informarle de su petición fueron ignorados. Su aprecio por el hombre en estos momentos era menos que amigable y si tenía el descaro de aun sentirse superior por su puesto, le dejaría bien en claro quién era verdaderamente superior.

A lo cual el guardián entendió muy bien cuando comenzó a temblar de miedo y por más que quiso decir algo, lo único que salía de sus labios eran palabras inentendibles. Para después resignarse y comenzar a guiar al clon a donde el Daimyo.

- Kazekage, el Daimyo del Viento exige su presencia en este preciso momento – ordeno el guardia de una forma muy altanera y claramente sintiéndose superior – será mejor que me siga y guarde silencio si no quiere...

El hombre se calló al sentir el filo de varias cuchillas en su cuello. A sus espaldas estaba Naruto con un kunai especial apuntando directamente a la nuca del hombre. Dragon y Kankuro estaban justo a cada lado del hombre apuntando con sus kunai a su yugular. Sorprendiendo a todos por semejante acto contra uno de los hombres de un Daimyo.

- Si vuelves a hablarle así al Kazekage, regresaras con tu Daimio en pedazos – aseguro Kankuro apenas conteniéndose de matar al hombre.

- Dile a tu Daimyo que yo no tengo interés en hablar con él. Que entienda bien que aquí en la Arena no es nadie, no tiene autoridad sobre mi o sobre mis ninjas. Que si quiere hablar, será cuando yo lo desee – aclaro Gaara con monotonía, pero haciendo notar su propio poder que paralizo de miedo al hombre – ahora lárgate, no quiero a basuras del Daimyo del Viento frente a mí.

El guardián fue liberado de su aprisionamiento y sin decir una sola palabra, salió corriendo completamente despavorido, temiendo por su vida y solo queriendo sentirse seguro al lado de sus camaradas y del Daimyo.

- Bueno, eso fue bastante patético – se burló Kankuro viendo al hombre con diversión.

- Al menos así entenderá – murmuro Naruto con desprecio, ganando un asentimiento de Dragon – lamento que hayas tenido que ver eso, Okasan. Pero ¿estás segura de haber mandado solo un clon?

- Si al Daimyo no le agrada que venga y me obligue – resoplo Tsunade con arrogancia en un intento de esconder su nerviosismo al ser llamada de ese modo.

- Bueno, si ese es el caso, creo que deberíamos ir con los demás – sugiero Naruto con una gran sonrisa – Raikage-sama, Tsuchikage-sama y Mizukage-sama, mis Anbu los guiaran de nuevo a sus departamentos, por favor disfruten de su estadía en la Arena – indico cortésmente, mientras tres Anbu aparecieron a sus espaldas y se dirigían a los Kage.

- Hmpf un poco osado de tu parte pedirme confíe en sus ninjas, Namikaze – se quejó Ōnoki con un evidente desprecio.

- ¿Tiene algún problema conmigo, Tsuchikage? – cuestiono Naruto con seriedad.

- Lo dices como si no supieras del daño que tu padre le causo a mi Aldea – despotrico Ōnoki con todo el veneno que pudo reunir – los pecados de un padre pasan a su hijo.

- Comprendo, se refiere al pelotón que mi padre acabo. Tiene razón, mi padre asesino cruelmente a muchos de los suyos, es justo que quiera venganza y más al usted ser el actual líder – dijo Naruto con tristeza mientras tomaba su kunai y lo tomaba en un agarre inverso apuntándolo al anciano para que lo tomara.

Ōnoki así como el resto de los presentes quedaron incrédulos ante lo que Naruto estaba sugiriendo. Le estaba dando su arma, el arma más reconocida del Destallo Amarillo para que lo acabara. Para que pudiera tomar venganza por sus hombres caídos hace tanto tiempo.

Una sonrisa arrogante se formó en el rostro de Kurotsuchi ante la estupidez del rubio, ya que claramente lo estaba poniendo a prueba o quería ver que tan lejos estaba dispuesto a llegar, y claro que su abuelo tomaría la decisión de matarlo sin dudarlo un segundo. Era por ese desgraciado de Minato Namikaze que la Roca paso por una gran humillación según los libros de historia.

Podría tener una genuina curiosidad y un gran interés en descubrir el potencial real del rubio, pero como orgullosa kunoichi de la Roca, su deber era primero con su nación. Y no pondría ningún pero en la ejecución del bastardo del hombre que trajo vergüenza a toda su Aldea.

Dando un paso al frente con cuidado, Ōnoki estaba más que dispuesto a tomar la oferta que se le estaba presentando. Pero eso no quitaba el hecho de que pudiera ser una trampa, además, simplemente no podía hacerlo frente a tantas personas, pues dada la actuación rápida con los estragos del Raikage, cada ninja de la Arena lo atacarían si se apresuraba a tomar una decisión.

- Aunque – hablo Naruto seriamente, deteniendo al viejo y volviendo a tomar su kunai con agarre normal – usted no odia a mi padre por acabar con sus ninjas. Eso solo lo haría un estúpido, estaban en guerra y como líder no puede odiar exclusivamente a unos cuantos ninjas, a menos que se trate de un asesinato personal, pero si no es el caso, no es nada lógico. Usted odia a mi padre porque era solo un hombre quien termino acabando con todo su ejército en un parpadeo. Lo odia por la humillación que le trajo, así que deje de fingir.

- ¿Acaso estas burlándote de mí? ¿un mocoso que no sabe nada? – cuestiono Ōnoki soltando veneno en cada palabra – un verdadero líder siempre buscara acabar con aquellos causaron dolor y tragedia a los suyos y con lo que hizo tu padre, es más que suficiente para que sea repudiado por toda mi gente.

- Si lo que dice es cierto, entonces, supongo que el hecho de que yo quiera ver reducida a la Roca a nada más que escombros es justo por lo que ustedes hicieron – declaro Naruto claramente despreciando al hombre.

- ¡Una basura como tú no puede dar tales afirmaciones! – grito Kurotsuchi molesta por el atrevimiento del rubio al hablarle de esa forma a su abuelo – ¡Minato Namikaze es un asesino que mato a tanta gente de la Roca que su sangre no solo está en sus manos, sino en las tuyas! ¡Matarte serie exactamente lo que te mereces, al solo portar el apellido de un asesino!

- ¡Kurotsuchi, silencio! – ordeno Ōnoki con severidad, esto se estaba comenzando a salirse de control, quería provocar al mocoso, hacerle entender su lugar y dejarle en claro cuál era la posición que se encontraba con los ninjas de la Roca, no un enfrentamiento.

- Si eso crees, entonces, ¿Qué creen que sería lo que la Roca se merece al ser todos unos paranoicos homicidas? – cuestión Naruto comenzando a elevar su Chakra haciendo estremecer a la pelinegra y dejando impresionados al resto – Los de la Roca fueron quienes comenzaron la Segunda Gran Guerra Ninja. Ustedes asesinaron a todos los habitantes del Remolino, a cada hombre, mujer y niño. Sin compasión, solo por miedo a su creciente conocimientos en varias ramas ninja, aun y cuando jamás habían pensado en atentar en su contra.

- Un mocoso como tú no entendería... - intento decir Ōnoki siendo interrumpido por el rubio.

- ¿No entendería sus estúpidas motivaciones para comenzar una guerra por miedo? – cuestiono Naruto ya no controlando su temperamento tan bien – usted y su gente ya me tienen harto. Intente ser amable, aun y cuando fue su Aldea y sus líderes, quienes masacraron la Aldeana natal de mi clan. Quienes obligaron a los Uzumaki a dispersarse y vivir con miedo de ser cazados. Y usted aún tiene el descaro de cuestionar mi amabilidad y desconfiar de mí.

Todos aquellos que conocían al rubio quedaron impresionados por el nivel de odio que estaba expresando, era claro que ya no era el mismo chico gritón e idiota que solo sabia guiarse por lo que se decían sin detenerse a contemplar todo el escenario.

Gaara ya sabía de todo esto, aunque estaba más sorprendido de que el Tsuchikage tardara tanto en impacientar a su hermano, pues el hombre no era más que un anciano prejuicioso que no podía dejar ir el pasado, eh incluso era alguien realmente hipócrita al soltar semejantes acusaciones cuando sabía perfectamente lo que su Aldea había causado al clan Uzumaki.

Mientras que Ōnoki se encontraba apretando sus puños con tanta fuerza que sus nudillos se estaban comenzando a poner blancos. Le era casi imposible controlar su temperamento en estos momentos. Pues estaba siendo cuestionado y ridiculizado, por el hijo del mayor asesino que presencio la Roca. Esto tenía que tratarse de una broma de muy mal gusto, no estaba aceptado ni en un millón de años lo que estaba escuchando.

Quería decir algo, lo que fuera, pero ya era demasiado tarde, se apresuró para atacar al mocoso y ahora estaba pagando las consecuencias. Jamás espero que conociera tanto de la historia del clan Uzumaki tomando en cuenta que ya no había prácticamente ninguno. Cualquier cosa que dijera simplemente lo haría quedar como un hipócrita. Todo por subestimar a un Namikaze, otra vez.

- ¿Usted cree que tiene el derecho de decir que cargo con los pecados de mi padre?, cuando Minato Namikaze solo asesino para defender su nación, como ustedes lo hicieron por la suya al asesinar ninjas de la Hoja y otras Aldeas – agrego Naruto con desprecio, solo para soltar un suspiro para tranquilizarse – si quiere vivir en el pasado y siempre estar sumergido en el odio es su problema. Pero no arrastre a los demás con usted. Y para la próxima, tenga más cuidado con sus palabras y el creer erróneamente que puede ir juzgando a los demás con todo el derecho del mundo.

Kurotsuchi al ver que su abuelo no decía ni una palabra ya estaba lista para comenzar a gritar y escupir en todo lo que había dicho ese rubio, aunque se detuvo de hacerlo al ver como su abuelo se daba media vuelta y comenzó a caminar hacia la salida del palco. Sabiendo reconocer una derrota cuando la tenia de frente, se dio la vuelta para seguir a su líder.

Pero no aceptando de ninguna manera lo que acababa de ocurrir. Pues nadie le hablaría hacia a su líder en su presencia sin sufrir las consecuencias. En otro momento lo habría atacado sin pensarlo un segundo. Pero dada las circunstancias y con tres Kage listos para apoyar al rubio, era claro que no debía actuar tan apresuradamente.

- Naruto, no sabía que conocieras tanto la historia del clan Uzumaki – murmuro Tsunade algo preocupada por su estado de ánimo.

- Lo descubrí al leer los pergaminos que Kushina-Okasan y Otosan me dejaron en la caja de madera que me entregaste – respondió Naruto ya sintiéndose mejor.

- Bueno, eso sin duda fue interesante. Tal vez debería comenzar a pedir disculpas, Raikage-sama – se burló Mei de forma descarada sin molestarse en ver al hombre que la miro con desprecio, ya que se encamino para estar frente al rubio – creo que no nos hemos presentado adecuadamente y me agradaría tener una mejor presentación que el Raikage y Tsuchikage – saludo con una sonrisa coqueta y extendiéndole la mano.

Al ver que terminaba sobrando en la conversación, A procedió a retirarse junto con su escolta. Ya había tenido suficiente por un día y necesitaba comenzar a analizar los detalles de todo lo ocurrido. En especial el trato del Kazekage y Hokage con respecto a sus respectivos Daimyo. Ya que si jugaba bien sus cartas, podría sacar ventaja de todo esto.

- Eso me agradaría mucho, Mizukage-sama – saludo Naruto con cortesía estrechando la mano de la mujer.

- Por favor, solo llame Mei – pidió de forma amble y con una dulce sonrisa al sentir las fuertes manos del joven – Kazekage-dono hablo de una reunión entre nosotros, espero y estés presente.

- Si usted gusta, lo estaré – dijo Naruto algo nervioso por como la mujer lo estaba viendo – amm ¿podría devolverme mi mano? – pregunto apenado, viendo como no parecía querer soltarla.

- Oh lo siento tanto, no me había dado cuenta – aseguro Mei fingiendo estar apenada.

Tsunade y Shizune vieron con malos ojos a la castaña al identificar claramente sus intenciones y sus para nada sutiles coqueteos hacia su rubio. Siendo la rubia quien más molesta se encontraba al ver como esa mujer parecía haberse dado cuenta de lo despistado que era su hijo. Definitivamente no iba a dejar que se le acercara sin que ella estuviera presente para intervenir.

- Lamento intervenir, Mizukage-dono. Pero si desea que Naruto esté presente para nuestra charla, me temo que nuestra reunión se tendrá que posponer hasta mañana – hablo Gaara con tranquilidad, atrayendo la atención de todos – ya que por cómo puede ver, él estará ocupado con su Okasan y antiguos amigos por lo que resta del día.

- Comprendo perfectamente y no tengo ningún problema – aseguro Mei sabiendo que había una larga historia entre esos dos rubios y nada podía hacer para impedirlo.

- Muy bien, en ese caso, nuestra reunión podrá realizarse mañana temprano si le parece bien – ofreció Gaara queriendo esa reunión tanto como la mujer.

Tal y como estaban las cosas, Gaara sabía que perfectamente podía conseguir la alianza con la Niebla sin ningún problema. Eh incluso las cosas mejorarían si la Hokage tenía pruebas sólidas de querer una alianza, logrando obtener dos alianzas con dos Grandes Aldeas. Cosa que sin duda seria de un valor incalculable para el bien de la Arena.

Solo necesitaba mover muy bien sus piezas y aun con el odio irracional del Tsuchikage y la demencia del Raikage por obtener poder. Ni siquiera unidos intentarían mover un solo pie en contra de su Aldea con intenciones de declarar una guerra, sabiendo de antemano lo fuerte que realmente son y menos con el apoyo de la Hoja y Niebla.

- Bueno, si ese es el cazo, vamos con los demás, en verdad tengo ganas de verlos a todos, deveras – sugirió Naruto con una gran sonrisa.

- Estupenda idea, Naruto-kun, debemos disfrutar juntos de este gran rencuentro con nuestras llamas de la juventud – exclamo Guy con una gran sonrisa.

- Eso me encantaría – dijo Tsunade bastante animada.

- Hinata-san y los demás estarán tan felices de verte – aseguro Shizune realmente feliz.

Naruto asintió feliz por el entusiasmo de todos y al dar media vuelta para saltar hacia el palco de Jonin, se quedó de piedra al ver que frente suyo se encontraba el mismismo Sabio Ermitaño de los Sapos. Regalándole una gran sonrisa, como si estuviera viendo a un hijo del cual hace años no sabía nada.

Y fue eso mismo que lo hizo salir de su sorpresa para que una mirada tan fría como el mismo hielo se reflejara en su rostro. No había odio, no había rencor, no había nada salvo una completa y abrumadora frialdad hacia el hombre frente a él. Pues mostrar cualquier emoción seria solo afirmar que aun sentía algo por ese sujeto. Aquel que supone era su padrino, el hombre que lo abandono durante trece años de su vida, que solo volvió para entrenarlo y mostrarle que podía ser mejor, solo para que aplastara esos sueños y esperanzas como si solo fuera una basura.

- Hey chico, ha pasado tiempo – saludo Jiraiya con cariño, intentando romper la tensión que parecía haberse formado.

- Jiraiya... - murmuro Naruto fríamente sintiendo un amargo sabor de boca de tan solo pronunciar su nombre – deberíamos apresurarnos, no debemos hacer esperar a los demás – dijo dando media vuelta y extendiendo su mano hacia su madre y amigos – creo que será mejor llegar con los demás en un destello.

- Naruto, necesito hablar contigo, es algo muy serio – hablo Jiraiya de forma apresurada no queriendo tener un encuentro tan amargo – es sobre tus padres. Sobre lo que Kushina y Minato querían para ti.

- Tú no tienes derecho para hablar de ellos – aclaro Naruto girando su cabeza para verlo sobre su hombro con las pupilas de sus ojos rasgadas – y si vuelves a decir sus nombres, será lo último que harás.

El Sannin se estremeció visiblemente ante ese comportamiento, esa mirada era la misma que tenía Minato cuando sus enemigos habían cruzado la línea. Una tan fría y sin compasión, que le era completamente imposible reconocerlo del hombre alegre y cariñoso que generalmente era.

Después de lo ocurrido tras el ataque del Kyubi sobre la Hoja, nunca creyó que volvería a ver esa mirada. Pero saliendo de su sorpresa, se puso serio, su ahijado debía comprender que lo que hizo, era lo mejor para encontrar a quien debía traer la paz, al niño de la profecía.

Pues aunque tales acusaciones sobre intentar matar al Uchiha pudieran ser falsas, el rubio debía entender que lo que hizo tampoco fue algo bueno, algo que no correspondía a quien debía traer la paz, quien ahora estaba más seguro de que no era otro que el mismo Naruto y esta vez ya no cometer el error de dudar él.

- Tsunade, vine a cuidar de ti, y necesito estar contigo en todo momento – dijo Jiraiya viendo como ya todos habían tomado la mano de su ahijado. No podía dejarlo ir solo, necesitaba hablarle de la profecía, entrenarlo, volverlo lo mejor de sí mismo para que cumpliera su destino.

- Eso dices tú, yo jamás te pedí que vinieras como mi escolta y puedo cuidarme perfectamente sola, aunque, con mi hijo encargándose de la seguridad no debo preocuparme de nada – declaro Tsunade de forma despectiva.

- Pero alguien debe acompañarte, para saber que estas bien y yo soy...

- Los guardaespaldas, así como varios ninjas de confianza de Hokage-sama vendrán conmigo – interrumpió Naruto de forma grosera – ella estará bien, ya que cuenta con la protección de una verdadera familia.

- "¿Acaso lo sabe?" – se cuestionó Jiraiya estupefacto al notar el odio y el énfasis en las palabras de su ahijado.

Aunque tampoco tuvo tiempo de preguntar al verlo desaparecer con el resto desaparecer en un destello naranja. Sintió una punzada de dolor en su corazón al solo imaginar la posibilidad de que el rubio supiera de su relación. Pero aun así, desecho tales pensamientos, pues aún tenía una misión que cumplir.

Era su deber para poder encontrar la paz, era la misión que le encargo el gran Gamamaru hace ya tantos años. Y si Naruto era el niño de la profecía, sabía que eventualmente lo perdonaría, pues en dicha profecía debía entrenarlo para que pudiera alcanzar la paz y consciente de ese hecho, sabía que aunque pareciera que era algo difícil e imposible, sin ninguna duda su ahijado lo perdonaría.

- Déjame adivinar, otra historia muy larga – murmuro Mei realmente incrédula por todo lo que había visto.

- No tiene una idea – aseguro Gaara de forma burlona, solo para ponerse completamente serio – Jiraiya de los Sannin, aunque conozco perfectamente su poder, recuerde que no es más que un invitado y las relaciones con su Aldea no son las mejores. Si mis Anbu lo ven intentar seguir a Naruto o espiar algo, lo que sea sobre mi Aldea, será atacado en el acto y pondrá más tensión entre nuestras Aldeas de lo que ya hay. Espero que le haya quedado claro.

- Bastante – aseguro Jiraiya respondiendo a la mirada que le estaban lanzando.

Palco de Jonin

Temari e Iruka se encontraban hablando amenamente con los miembros del equipo 8 y 9, esperando pacientemente para poder ver a su amigo después de tanto tiempo. Siendo ese el mismo motivo por el cual todos se callaron de golpe cuando Naruto apareció en un destello naranja justo al lado de su esposa y acompañado de su la Hokage y sus guardaespaldas.

Shikamaru se sorprendió al ver al rubio de cerca después de tanto tiempo, aun con lo que había visto a lo largo de los encuentros, aun le era difícil procesar la idea gran cambio que había sufrido, en verdad se sintió feliz de que estuviera bien. De que fuera feliz aun después de lo que había pasado.

Sin embargo, no pudo sentir más que vergüenza por ser tan idiota al creer en las palabras del Uchiha, pero ver a Choji al borde de la muerte, junto con el resto de su primer equipo en verdad le nublaron el juicio y al ser la historia del Uchiha la primera que escucho, al sentir que había fracasado en proteger la integridad de su primer equipo, no pudo hacer otra cosa que descargar todo sus miedos y molestias en Naruto.

Le habría encantado estar al lado de sus antiguos amigos y del mismo rubio, festejando el rencuentro. Pero sabía que eso no sería posible por lo que causo o peor aún, no haber hecho nada cuando su mente finalmente estuvo clara. Aceptaba los daños de su mala decisión y no estaba loco como para pedir un perdón que no merecía.

Aunque si era honesto consigo mismo, en verdad le hubiera encantado estar con el resto, por más problemático que fuera, en verdad le hubiera gustado poder estar en ese grupo. Y también, ahora comprendía el odio de la rubia de la Arena a su persona, era que la única chica en la que estaba interesado y que estaba seguro de que podría funcionar, pero ya se había enamorado de su antiguo amigo.

- Me alegra verlos de nuevo, chicos – hablo Naruto sintiendo un gran nudo en su garganta por la nostalgia.

- ¡Naruto-kun! – grito Lee con lágrimas cayendo de sus ojos y saltando al frente para abrazar a su amigo.

- ¡Hahaha menos ánimos cejotas! – exclamo Naruto regresando el abrazo – no saben lo mucho que me alegra verlos – dijo rompiendo el abrazo.

- ¡Disfrutemos todos de las llamas de la juventud! – exclamo Lee con alegría.

- Hehe había olvidado lo mucho que esos dos se parecen – rio Tenten al ver como se comportaban.

- A ti sí que en verdad te gusta hacerte del rogar – comento Kiba con una sonrisa.

- Es bueno saber que algunas cosas nunca cambiaran – murmuro Neji feliz de ver a su amigo de nuevo.

- Supongo que era de esperarse – murmuro Shino con monotonía.

Temari vio toda la interacción y no pudo hacer otra cosa que suspirar con diversión, ya en otro momento se encargaría de castigar a su esposo por la estupidez que hizo con ese tonto Jutsu. Pero ahora, solo lo dejaría disfrutar del reencuentro con sus viejos amigos. Ya que honestamente, no podía ni quería eliminar esa enorme sonrisa en su rostro.

No se sentía tan molesta para quitarle a su esposo este bello momento de finalmente reencontrarse con todos sus antiguos amigos y aquellos a los que consideraba familia.

Naruto miro con alegría a todos sus amigos y no pudo evitar sentirse enormemente feliz, también observo que estaban presentes su anterior equipo, pero no les dedico ni la mirada. Se sentía tan emocionado y nervioso por finalmente verlos de nuevo, siendo que aunque ya esperaba esto, realmente no había podido anticipar lo enormemente feliz que sería cuando finalmente ocurriera. Aunque se confundió cuando vio a la Hyuga varios pasos lejos del grupo, tenía la mirada baja y en cuanto se dio cuenta que la estaba mirando aparto la mirada con rapidez.

Recordó como ella siempre hacia eso cuando eran más jóvenes, y se maldijo por lo idiota que fue al no darse cuenta de sus sentimientos. Era demasiado obvio para él justo ahora, pero antes era solo un idiota que no miraba más allá de su ridículo aprecio hacia compañeros de equipo.

Si hubiera sabido lo que Hinata sentía por él cuando joven, sin duda se hubiera aferrado a ella con todo lo que tenía y su estancia en la Hoja hubiera sido menos solitaria. Pero ya nada podía hacerse salvo ser un buen amigo, algo que definitivamente no fue con ella al ser tan idiota, por lo cual se acercó a ella con una sonrisa amable.

- Hola, Hinata. En verdad has cambiado mucho – saludo Naruto suavemente – pero realmente te queda, te ves mucho más ruda y supergenial.

- Gra... gra... gra... gracias... Na... Na... Naruto... Naruto-kun... – tartamudeo Hinata completamente roja de la vergüenza y no sabiendo que decir, no estaba preparada para esto y sentía frustración al no poder controlar su tartamudeo – yo... yo... intente... intente buscarte... lo... lo... juro... yo nunca... nunca creí una palabra... yo siempre supe... que tu... que tu... - se mordió el labio inferior con molestia al no poder siquiera formar una oración coherente.

- Lo sé, muchas gracias por siempre ser tan buena conmigo – agradeció Naruto envolviendo la chica en un abrazo – quiero disculparme, jamás me di cuenta de lo que sentías por mí, deveras. Espero y puedas perdonarme.

El rostro de Hinata comenzó a cambiar drásticamente a un color más rojizo a la vez que sentía como su corazón iba a salir de su pecho. Ella no quería comportarse como la frágil y temerosa niña que fue en el pasado, quería demostrarle al rubio lo fuerte y decidida que se había vuelto.

Sin embargo, lo único que podía hacer en esos momentos fue comenzar a sollozar en el pecho del rubio mientras respondía al abrazo. Se sentía feliz de por fin verlo de nuevo, de saber que estaba bien y que sabía lo que ella sentía por él.

No le importaba si no podía estar con él, como ella siempre soñó. Estaba feliz con saber que podían estar juntos como amigos, que él no la odiaba. Que sus sentimientos al menos eran reconocidos. Donde no tuvo que pasar un acontecimiento estúpidamente incoherente y sin ningún argumento solo para que Naruto lo supiera. Donde la idea de un hombrecillo de la luna que viniera para secuestrarla le vino a la mente, haciéndola reír levemente ante esa idea tan estúpida.

Todo el grupo miro con sonrisas comprensivas a Hinata, de todos, ella junto con Tsunade fue quien más sufrió con la partida del rubio. Fue quien más se empeñó en volverse fuerte para tomar misiones lejos de la Aldea y poder buscarlo. Jamás se rindió en su búsqueda y mantuvo las esperanzas de todos bien en alto de que algún día podrían volver a verlo. Definitivamente ella se había ganado este momento que ninguno quería interrumpir.

- ¿Esto no te molesta, Temari? – pregunto Iruka, algo preocupado de que su nuera fuera a molestarse o algo, ya que la idea de que esas dos se enfrentaran en verdad lo aterraba.

- Por favor – resoplo Temari con superioridad – Naru-kun y yo hemos pasado por muchas cosas juntos, como para sentir celos por un abrazo. Pero si el abrazo no se acaba en otros dos minutos, yo lo acabo – agrego con una mueca, sintiendo una ligera punzada de celos.

Sakura volvió a sentir ese mismo enojo hacia la Hyuga al ver cómo era abrazada por el hombre que amaba. Esto era realmente injusto, Hinata estaba obteniendo todo lo que ella se había esforzado por obtener. Era amiga de Tsunade y Shizune, de su generación, ella era la más fuerte. Era la kunoichi más fuerte y respetada de toda la Hoja. Era reconocida y querida por el resto.

Y ahora, para colmo de males, era abrazada por el rubio. Siendo que ella misma había sufrido tanto por su partida. Las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos de la frustración que estaba sintiendo. Pues debería ser ella quien estuviera siendo abrazada por el rubio, no esa engreída.

- Gracias, Naruto-kun – susurro Hinata rompiendo el abrazo y limpiándose las lágrimas.

- ¿Por qué? – pregunto Naruto confundido.

- Por seguir siendo esa persona amable y feliz que recordaba. Por más que quisiera encontrarte, una parte de mí, nunca quiso hacerlo – respondió Hinata con la mirada baja – no quería verte convertido en algo que no eras. Si tu sucumbías al odio, yo... ya no hubiera tenido fe en nada o en nadie.

- Hehe entonces no tienes que volver a preocuparte por eso, nunca más, deveras – aseguro Naruto con una sonrisa.

- Si – dijo Hinata regresándole la sonrisa.

- Bueno – hablo Naruto girando la mirada al grupo – vamos todos a mi casa, será más cómodos que estar aquí para... - se detuvo al ver a su invocación caminando hacia el con una mirada no muy amigable.

- ¡Grrr! – gruño Kiara colocándose al lado de su invocador con una mirada molesta en su rostro y mostrando los colmillos.

- ¡Naruto!

Todos dirigieron su mirada al frente y en completa unanimidad fruncieron el ceño con molestia al ver de quien se trataba. Sasuke estaba a unos cuantos metros frente del rubio, mirándolo con un profundo odio y aún más notorio era, al ver que tenía activo su Sharingan.

Por más furioso que estuviera con ese don nadie a quien había logrado que echaran de la Hoja, no pudo evitar que una sonrisa arrogante se dibujara en sus labios. Ya que finalmente tendría la oportunidad de acabar con lo que empezó hace ya tanto tiempo, podría acabar con la vida del rubio. Finalmente se cobraría la humillación que le causo al derrotarlo aun con el poder que había adquirido de Orochimaru.

Le probaría a todos lo que realmente era ser un prodigio y miembro distinguido de un verdadero clan de elite. Y cuando lo acabara, reclamaría su premio. Tendría a la mujer perfecta quien sería la encargada de ayudarlo a repoblar su clan y volverlo mejor de lo que alguna vez fue. Pues estaba seguro de su victoria, si ese don nadie pudo lograr tal cosa como vencer al Raikage, era más que claro que él podría realizar una hazaña aún mayor.

- Sasuke, tranquilízate, no puedes hacer lo que quieras aquí – pidió Kakashi intentando hacer entrar en razón a su alumno.

- ¡Sasuke, te ordeno en este instante...! – exclamo Tsunade molesta por la intromisión de ese idiota, listo para barrer el suelo con él, pero se detuvo cuando su rubio levanto una mano pidiéndole que no se metiera.

- Sea lo que quieras, Uchiha. Dilo rápido, no tengo tiempo para malgastarlo con alguien como tú – exigió Naruto con frialdad apenas conteniéndose para aplastar a ese idiota.

- Veo que sigues siendo solo un idiota con aires de grandeza – siseo Sasuke con veneno – creo que ya es hora de finalizar correctamente nuestro encuentro. De esa forma obtendré lo que tú tienes y me pertenece por derecho.

- No sé de qué diablos hablas, nuestro encuentro acabo hace años. Te derrote y eso fue todo – dijo Naruto apretando sus puños en un intento de contenerse por ese comentario a su esposa – Hinata, por favor retrocede. Tú también Kiara.

- Pero Naruto-kun... - intento replicar Hinata, lista para matar a ese bastardo.

- No quiero lastimarlas cuando acabe con ese idiota – indico Naruto con confianza, a lo cual tanto su amiga como su invocación retrocedieron sin decir otra palabra.

- ¿Acabarme? – repitió Sasuke con molestia – ¿Acaso olvidas que yo siempre obtengo lo que quiero?, deberías saberlo, después de todo, fuiste desterrado por intentar asesinarme.

Tras esas palabras Sasuke gano una mirada de odio absoluto por parte de la mayoría de los presentes. Era claro para todos que ese idiota estaba intentando provocar a Naruto, hacerlo perder los estribos. Ellos mismos estaban luchando para no saltar en ese mismo instante y aplastarlo, ya que sabían que tales acusaciones siempre fueron falsas.

- ¿Qué paso con tu sueño de ser Hokage? No me digas que ahora renuncias a tu palabra – agrego Sasuke con una sonrisa cizañosa.

- Hablando de sueños, ¿no era el tuyo asesinar a Itachi algún día? – cuestiono Naruto con clara burla – todo el tiempo que pasaste elevando tu ego, regodeándote en tu supuesta fama y acosar esposas de otros, debiste usarlo para entrenar como se debe.

- Una basura como tú... – murmuro Sasuke con rabia, solo para corren en su dirección, listo para asesinarlo – ¡Te mostrare la enorme diferencia que hay entre nosotros! – exclamo, tomando su espada, listo para acabar todo en un solo ataque.

- ¡No, Sasuke, detente! – exclamo Kakashi preocupado de que su alumno lastimara al rubio, pero fue tarde, estaba demasiado lejos y reacciono demasiado tarde. A lo cual el miedo lo invadió, pues no quería ver al hijo de su sensei ser asesinado por su propio estudiante.

Los Anbu escondidos en las sombras miraron impasibles la escena mientras suprimían sus impulsos de cortarle la cabeza al pelinegro lo mejor que podían. Pues su comandante con un movimiento sutil de su mano, indico que no se movieran de sus lugares. Confiaban en sus capacidades para lidiar con la amenaza, solo que no podían soportar que alguien ofendiera de tal manera a su líder sin que pudieran hacer nada.

El grupo entero que rodeaba a Temari se preparó para saltar al ataque y apoyar a su esposo. Pero tanto ella como Kiara se pusieron enfrente de todos e impidieron que dieran un paso al frente, confundiendo de sobremanera a todos. Ellas mismas eran las primeras en querer lanzarse al frente, pero sabían mejor que nadie esto era algo que debía resolver Naruto por su propia cuenta.

- Explosión Rasengan – susurro Naruto sin moverse un milímetro.

Sasuke lanzo una estocada directo al corazón del rubio y no pudo hacer otra cosa más que sonreír con arrogancia al ver como este estaba tan asustado que ni siquiera era capaz de moverse. Era tan patético, de seguro estaba pensando que se detendría en el último segundo, pero no, esta vez lo asesinaría y tendría el gusto de hacerlo frente a todos, probando de una vez y para siempre que era él el mejor.

Sin embargo, para completa incredulidad del pelinegro y de los presentes. Cuando la punta de la espada estaba por tocar a Naruto, este se vio envuelto en fuertes ráfagas de viento envuelto en Chakra que cortaron en varios trozos finos la espada del pelinegro.

Solo para que ese viento se concentrara al frente del rubio y fuera liberado con brusquedad, empujando a Sasuke y mandándolo a estrellar contra una pared, agrietándola en el proceso. Cuando cayo, se hizo visible que sus ropas estaban completamente rasgadas, su cuerpo estaba cubierto de varios cortes profundos, donde la sangre rápidamente comenzó a brotar.

Kakashi miro en completa incredulidad el estado de su alumno, solo para regresar la mirada al rubio, que seguía desprendiendo todo ese viento de su cuerpo como si se tratara de una barrera defensiva.

- "Está emitiendo su Rasengan con todo su cuerpo" – pensó Kakashi sin poder creerlo.

Sasuke comenzó a levantarse lentamente, solo pudiendo ponerse de rodillas debido al enorme dolor de las cortadas de todo su cuerpo. No podía creer lo que había pasado, no quería aceptarlo, pues había sido repelido sin que el rubio se hubiera movido de su lugar. Esto era humillante, y sentía como la rabia comenzaba a inundarlo.

Ahora más que nunca, más que cualquier otra cosa en el mundo, quería matarlo. Quería hacerle pagar por subestimarlo. Abriendo su mano izquierda, comenzó a cargar su Chidori a la vez que levantaba su mirada para ver directo a los ojos al rubio, solo para ver como la última chispa de vida abandonaba su cuerpo.

Y en el momento que lo hizo, se congelo al ver que los ojos del rubio ahora eran rojos con la pupila rasgada. Y sin saber cómo, en un solo parpadeo, ya no se encontraba en el palco del estadio. Pues ahora estaba en lo que parecía ser una alcantarilla, frente a él seguía de pie el rubio, pero detrás había lo que parecía ser una reja gigante.

Unas risas tétricas comenzaron a inundar aquel lugar tan extraño para Sasuke, que por alguna razón ya no sentía el dolor de su cuerpo y eso le permitió ponerse de pie y encarar al rubio.

- Así que no pudiste controlar del todo tu odio, ¿Eh, Naruto? – se burló el Kyubi saliendo de la oscuridad de su jaula y posando su vista en el otro – así que el Uchiha también está aquí. Veo que su progreso ha sido mediocre si la razón por la que puede verme es porque tú se lo permitiste.

- Ni siquiera sabía que podía venir aquí si activa su Sharingan – respondió Naruto suprimiendo el Chakra del zorro, volviendo sus ojos a la normalidad.

No podía negarlo, ver a Jiraiya y Kakashi realmente lo molesto, pero que el pelinegro lo atacara, fue la gota que derramo el vaso e involuntariamente libero una pequeña cantidad de Chakra del zorro. Aunque en estos momentos estaba más impresionado del hecho de que ese idiota pudiera estar dentro de su espacio mental.

Sasuke por su parte, estaba ligeramente pálido, incrédulo de la enorme bestia que tenia de frente. Sabía que Naruto era el portador del Kyubi, pero jamás se imaginó que podría llegar a verlo en plenitud. Aun detrás de una jaula, podía sentir su aplastante poder, casi como si se estuviera desbordando.

Pero aun así, se recompuso, era un Uchiha, poseía los ojos que lo podían ver todo. Era capaz de suprimir el poder de los Biju en los Jinchuuriki. Esa cosa podía ser impresionante y claramente poderosa, pero él lo era aún más, no había manera de que ese idiota pudiera ganarle ahora que podía suprimir el Chakra del Kyubi directamente de la fuente.

Ya que el pelinegro se encontraba completamente seguro de que esa fue la razón de haber recibido tanto daño, como lo sufrió en el pasado. Sabía que el rubio no era especial, que la única razón por la cual lo venció en el pasado y logro causarle daño ahora, era por una simple razón. Y era porque había usado el Chakra del Kyubi.

- Conque de aquí sacas todo tu poder – afirmó Sasuke con burla – no cabe duda de que sin esa bestia dentro de ti, no eres nadie.

- ¡HAHAHAHA! – Kyubi rio a carcajadas macabras ante lo que había escuchado, sabía que había alguien a quien ese tipo le recordaba y finalmente pudo dar con la respuesta.

- No eh usado el Chakra del Kyubi en más de tres años, deveras – aclaro Naruto con seriedad.

- No... tú no – murmuro Sasuke con desprecio ante lo que escucho, no podía aceptarlo.

- Si Naruto hubiera usado mi Chakra, ya estarías cortado en miles de pedazos – aseguro Kyubi con malicia – aunque posees el poder de tu clan maldito, el cual reside en esos repugnantes ojos, tienes ese Chakra tan patético. Eres la viva imagen de quien fue conocido como Obito Uchiha – sentencio recordando al pequeño y estúpido renacuajo al cual su antigua contenedora le tenía tanto aprecio.

- ¿Quién diablos es ese? – cuestiono Sasuke bastante molesto, por como esa bestia lo hacía sonar, era claro que era un insulto.

- Eso a nadie le importa – hablo Naruto obteniendo toda la atención – que te quede claro esto, Uchiha. No eres nadie y no representas una amenaza para mi o para mi Aldea, eso lo comprobé con mi ataque. Así que, si vuelves a atacarme, acercarte a mi esposa o a cualquiera que me importe, te matare en el acto, no pienso tener compasión por alguien como tú.

La amenaza de Naruto venia acompañada de una mirada tan fría que incluso Sasuke se estremeció. Pero eso no fue nada en comparación con toda la rabia que estaba sintiendo, estaba siendo humillado, ridiculizado. Por la misma persona que su Aldea trato como a un monstruo, no podía permitir tal cosa, no estaba dispuesto a permitirlo. No le importaba lo que tuviera que hacer, ese desgraciado iba a morir en sus manos. Lo mataría por tales palabras, probándole en el proceso cuál era su lugar y que no era nada comparado con lo que él era.

- ¡¡¡RAAARRR!!!

Kyubi dio un poderoso rugido liberando gran parte de su poder, ya estaba cansado de ver esos repugnantes ojos que tanto odiaba, no podía soportar tener que permitirle a esa basura estar en su mismo espacio. A lo cual, lo saco a la fuerza, pero claro, no antes asegurarse de dirigir todo ese poder liberado sobre ese Uchiha, paralizándolo del miedo en el proceso.

Todos vieron como de un segundo a otro, el rostro de Sasuke se puso pálido y comenzó a sudar demasiado. No comprendían que estaba pasando, pues parecía realmente decidido seguir con su inútil pelea, solo para que dé un segundo a otro, pareciera que ya no podía ni moverse.

Y era lo único que les genero genuino interés en el Uchiha, oh al menos para el grupo de confianza de la Hokage, ya que todos ellos tienen sonrisas en sus rostros al ver el patético estado del Uchiha. Ya sea por una razón u otra, todos querían saldar una cuenta pendiente con ese infeliz. Y verlo acabado en un solo movimiento, sí que les produjo cierto grado de satisfacción.

Kakashi se apresuró para colocarse al lado de su estudiante y comenzar a inspeccionar su estado. Era increíble la cantidad de daño que había recibido al solo entrar en contacto con la nueva técnica del rubio, pero era aún más impresionante que aun por más que los cortes fueran bastante profundos, no lo eran lo suficiente como para dañar un órgano o exponer una arteria o vena.

Claramente la técnica estaba dirigida para repeler en el acto y asesinar a quien fuera al someterlo a varios cortes donde uno posiblemente diera en una arteria importante, pero ese no era el caso de Sasuke, por tanto, Naruto se había contenido para no matarlo, eso lo tranquilizo un poco.

- Solo algo que posiblemente ya supones, pero no quiero que te equivoques – hablo Naruto despreciativamente, atrayendo la mirada del peli-plata – si no está muerto, es porque no quiero que Tsunade-Okasan tenga problemas con el consejo de la Hoja, en especial con esos ancianos – aclaro dándose media vuelta y regresando con sus amigos.

- Naruto, no era necesario que hicieras esto, pudiste resolverlo de un modo más pacífico – se quejó Kakashi ligeramente molesto.

Si su antiguo alumno dominaba igual de bien las cadenas de Diamantina igual de bien que Kushina, pudo detener al pelinegro con ellas sin necesidad de herirlo. Aunque sus palabras no tuvieron ningún impacto, pues el rubio siguió su camino sin detenerse a escucharlo. Eso lo hizo bajar la cabeza, ya que por un segundo, olvido por completo que posiblemente el rubio lo odiaba por lo que lo último que le dijo antes de su destierro.

- ¡Buen movimiento, dame esos cinco! – exclamo Kiara bastante feliz por la victoria de su invocador, felicidad que se fue cuando levanto su pata derecha – oh... no puedo – se lamentó llorando a cascadas.

- Hehe no te preocupes – rio Naruto acariciando la cabeza de su invocación.

- Veo que al final perfeccionaste ese Jutsu raro tuyo – dijo Temari con orgullo, envolviendo sus brazos sobre el de su esposo.

- Jamás lo hubiera logrado sin tu ayuda – aseguro Naruto con cariño inclinándose para darle un beso en la mejilla.

- Lo sé – rio con ligera arrogancia.

- No tienes una idea de cuanto queríamos hacer eso – dijo Hinata asombrada por la facilidad con la cual acabo con el bastardo.

- Veo que aun tienes muchas sorpresas bajo la manga – aclaro Shino con monotonía.

- Hehe tú lo has dicho, Shino – dijo Naruto riendo entre dientes – bueno, creo que ya es hora de que nos vayamos – agrego extendiendo su mano para que todos la tomaran.

- ¡Tú lo has dicho! ¡Ya es hora de que festejemos este rencuentro como se debe! – exclamo Kiba con alegría acompañado de un ladrido de apoyo de Akamaru.

- ¡Tú lo dijiste! – grito Hinata igualmente animada.

- Seria descortés rechazar su invitación – dijo Neji con calma.

Y así, uno a uno de los miembros del grupo, fueron colocando sus manos sobre la del rubio, listos para poder conversar de forma más amena en un lugar donde no tuvieran que estar soportando las constantes interrupciones. De finalmente poder ponerse al día, ya que los de la Hoja no eran los únicos que tenían preguntas, también el rubio las tenía. Donde antes de que algo más ocurriera, todos desaparecieron en un destello naranja.

Sasuke comenzó a temblar a la vez que su respiración se volvía cada vez más errática, por todo el odio que sentía en esos momentos. Había sido derrotado, de nuevo por la misma basura de la academia. Le dio la espalda como si no representara ningún peligro, como si no se tratara de alguien de quien tomar en serio.

Él era un Uchiha, era la elite, claro que era alguien que debía ser tomado con toda seriedad. Cuando ese desgraciado lo derroto en el Valle del Fin y luego logro que lo echaran de la Hoja, pensó que eso era suficiente para cobrarse la humillación de su derrota, que al quitarle todo aquello por lo que había luchado iba ser suficiente castigo.

Solo para descubrir que ahora el rubio tenía todo lo que él debía tener poder derecho propio. El respeto incondicional de la gente, una esposa digna, el estatus, reconocimiento y principalmente el poder. Todo recaía en una sola cosa, la Hoja lo había reprimido de su verdadero potencial, todo por esa estúpida mujer, esa Hokage tenía miedo de lo que sería capaz si era entrenado adecuadamente, de lo lejos que hubiera llegado. Si hubiera logrado ir con Orochimaru cuando tuvo la oportunidad, seria imparable y tendría todo lo que ahora el rubio tenía.

No le importaba que tuviese que hacer para lograrlo, pero ahora tenía una nueva meta, una que cumpliría a cualquier costo. Mataría a Naruto y todo aquello que hubiera logrado se encargaría de arrastrarlo por el suelo.

- Naruto-kun – murmuro Sakura con tristeza al ver desaparecer a su amado.

Sentía que su corazón se estrujaba de dolor cuando su amado ni siquiera le dirigió la mirada. Apenas lo vio, quería correr en su dirección y abrazarlo, de confesar todo que su corazón sentía por él. Pero se paralizo por el miedo, miedo de lo que pudiera escuchar, de lo que Naruto tuviera para decirle por todo lo que le hizo en el pasado.

No quería eso, no podría soportarlo, aun sabiendo que se merecía el odio del rubio. Sabía que dolería, que sería algo completamente doloroso y posiblemente sería algo insoportable. Pero tenía que hacerlo, tenía que dejarlo soltar todo ese odio sobre ella, para que de esa forma, ambos pudieran dar un paso adelante y acercase uno al otro. Donde ella confesaría todo su amor y finalmente podrían estar juntos.

Y con esa nueva resolución, la peli-rosa se llenó de una nueva convicción y la próxima vez que lo viera, lo encararía, no se congelaría. Solo de esa manera ambos podrían entregarse a los sentimientos del otro y ser felices.

- Sakura, ven, necesito que cures a Sasuke – pidió Kakashi amablemente aunque algo apresurado dado que la sangre seguía brotando de su alumno.

La chica fue sacada de sus pensamientos al escuchar que era llamada y al posar su mirada sobre el pelinegro, no pudo evitar sonreír levemente ante su estado. Se veía tan lamentable y patético, tan vulnerable. Exactamente como ese mismo desgraciado la dejo a ella cuando se entregó a él con todo su corazón, inmensamente feliz al pensar que finalmente sus sentimientos lo habían alcanzado, de que su sueño y todo por lo que se había esforzado por alcanzar finalmente se harían realidad.

Solo para que todo aquello fuera remplazado con el miedo, impotencia e inmensa desesperación, mientras sus lágrimas y lamentos de horror ante la peor experiencia de su vida, eran lo único que la acompañaban al ser golpeada con la terrible realidad de que todo el amor que tenía fue dirigido a la peor basura del mundo, alguien que jamás pudo ver de nuevo sin sentir una pizca de miedo emerger desde lo más profundo de su ser.

- ¿Por qué? – pregunto Sakura sintiendo algo de superioridad – El rojo le sienta bien – se burló, solo para comenzar a caminar a la salida del estadio – "Tal vez pueda ver a Naruto-kun si lo espero junto con Konohamaru" – medito pensando en una forma de hablar con él.

Kakashi quedo perplejo ante el nivel de desinterés de Sakura por el estado tan grave de Sasuke, tanta que simplemente no podía creerlo, su equipo se había desmoronado en pedazos frente a sus ojos y nunca se dio cuenta. Pero había algo más, claramente Sakura lo despreciaba, pero a Sasuke no solo era desprecio, ya que ahora claramente podía sentir el completo odio y repulsión. Escuchando un quejido de dolor, decidió enfocarse en tratar las heridas del pelinegro y ya luego intentaría comprender las cosas.

- "¿En qué momento fracase como sensei?" – se preguntó, realmente abatido por toda la situación.


Hoolaaaaaaaaaa enferermeraaa.... Digo... raza, si eso x) y quien dice que no puedes tener amor y odio en un mismo capítulo? Porque yo lo acabo de hacer – dije todo orgulloso y con el pecho inflado en ego.

- Nadie dijo que no se pudiera – grito a lo lejos – y además, ya se había hecho antes.

- OK... nadie les pregunto – me queje mientras venas se formaban en mi cabeza.

Como sea! He vuelto gente y mejor que nunca, con este grandioso capitulo que estoy más que seguro todos estaban deseosos de poder leer. Lo sé porque tengo un sexto sentido para este tipo de cosas... eso y que los constantes mensajes de cuando publico el siguiente capítulo sí que lo dejaron bien claro -.-

Miren que no fue fácil, realmente me tomo mucho tiempo, hacer el guio, borrarlo, rehacer el guion y volver a borrarlo hasta que quedara tal y cual me lo había imaginado fue algo más tardado de lo que me había esperado.

Bueno eso, y el hecho de que tenía que hacer el capítulo crossover que realmente lo estuve posponiendo por un buen de rato. Pero ya de eso se hablará en ese capítulo, y miren que sorpresa, ya está publicado, pero antes de que pasen al siguiente, quédense un poco más y terminen de leer esto para que tengan las amadísimas curiosidades.

Seré honesto, el recibimiento que actualmente ha estado ganando esta historia en verdad, pero en verdad me dejo sin palabras, en especial el ultimo capitulo, ya que bueno, de un momento a otro, simplemente dio un brinco inesperado y comenzó a ser más visto, tengo mi teoría a que posiblemente se deba a que ya estoy por rebasar al autor original e igualmente rebasar a las historias con esas horribles traducciones del Google traductor.

Así que un muy cálido y sincero gracias de mi parte, por el apoyo que le han estado brindado a la historia, por confiar en que haría un buen trabajo en comparación a la original y sobre todo por seguir aquí. Pero!!! No nos pongamos emocionales, que la historia tiene suficiente de ello.

Oh por cierto ya solo como un pequeño detalle, no olviden pasarse por mi cuenta de Twitch y claro, seguirme, aun no subo nada, pero con el tiempo lo hare y podre responder sus dudas sobre las historias en directo y así tener una relación más cercana. Recuerden me encuentras como SUPERDANNY27

Ahora sí, que comiencen las curiosidades!!!

En un principio tenía planeado narrar brevemente cada pelea hasta llegar a la final con Konohamaru, pero lo que descubrí rápidamente fue que no iba a ser poco y mucho menos breve, donde terminaría haciendo un refrito de cada enfrentamiento y terminaría por ser monótono y pesado de leer, así que di un brinco olímpico hasta el final, donde todo ya estaba hecho y solo necesitaba hacerlo de forma Épica y creo que lo termine logrando (modestia aparte).

Konohamaru tuvo un entrenamiento más que difícil, pasando no solo por Ebizu, sino también por Iruka, los miembros del equipo 8 y 9, y principalmente Hinata. Tanta fue su determinación que se reusaba a perder aun y cuando tenía todo en contra. Pues si antes lo hacía para poder honrar a Naruto, ahora que finalmente lo había vuelto a ver, su convicción solo se duplico.

La ráfaga de golpes fue algo que obviamente Hinata le enseño a Konohamaru, pues había visto lo mucho que quería parecerse al rubio y como buena maestra le enseño tanto como pudo y sabia sobre los Jutsus o técnicas del rubio. Siendo solo el Rasengan la única técnica que no podía enseñarle y prefería morir antes que pedirle ayuda al Jiraiya, ya que obviamente no sabía que ese Jutsu era realmente el legado del padre del rubio.

El reencuentro de Tsunade y Naruto, siento que debió ser exactamente eso, un recuentro, uno donde las palabras sobraban y lo único que importaba eran los sentimientos procesados a través de un abrazo. Ambos cargan con un dolor en su corazón, con un constante miedo frecuente.

Siendo en Naruto que la mujer a la que veía como madre jamás lo amo y que era como el resto de las personas con las que convivio en su aldea natal. Mientras que Tsunade teme que el rubio por lo que la forzaron a hacer y no haber luchado más por él.

Cada uno con miedos que les llenaba de incertidumbres la cabeza. Sentimientos muy humanos, con los cuales muchos nos podemos identificar. Pero, en el momento que son envueltos en los brazos del otro, todo eso desaparece, solo dejando la felicidad. Porque en los pequeños detalles es donde radican los verdaderos sentimientos. Y eso, Naruto y Tsunade lo saben bien.

Lo mismo ocurre con los miembros del equipo 8 y 9, si bien, (¡¡¡ojo mucho ojo!!!) si bien Naruto no es su mejor amigo, sí que era un amigo y camarada al cual le tenían aprecio, cambio y apoyo a muchos de ellos, Kiba, Neji, Lee e Hinata siendo los principales. Kiba al ser derrotado por quien había llamado mediocre y probándole lo lejos que uno podía llegar si tenía la motivación adecuada.

Neji igualmente al ser derrotado, le abrieron los ojos, y sabía que su destino no estaba escrito en piedra. Pues a quien consideraba un perdedor, a quien era todo lo opuesto de él, logro vencerlo. Y probar que todo aquello en lo que creía sobre el destino era un error. Y en esa derrota, también logro confirmar en lo que Lee siempre se mantenía firme en creer, que el esfuerzo y trabajo duro, derrota al talento natural, Naruto comprobó que eso era cierto y por eso se ganó su aprecio. Y pues Hinata, bueno, ya todos sabemos de sobra porque Hinata ama a Naruto.

Esta es la razón por la cual, todos los reciben con alegría y ánimos, como lo harían con cualquier amigo que no han visto en años, siendo las únicas excepciones Lee e Hinata. Porque todos lo aprecian, pero no al nivel de abrazarlo y llorar solo por su presencia, porque aunque amigos, tampoco lo son a ese punto. Y antes de que alguien diga "Entonces porque ellos no se llevan bien con los que fueron ojetes con Naruto y fueron los causantes de su destierro".

Pues muy fácil en realidad, por la traición que implica el destierro de Naruto. Si Sasuke, Sakura, Kakashi, Shikamaru y Jiraiya, le dieron la espalda a quien era su amigo, compañero de equipo o sensei, ¿Qué más podían esperar ellos? sin duda también les darían la espalda si era necesario para proteger al Uchiha.

Y ahora que ya hablamos de lo bonito, hablemos de lo feo. Jiraiya, como ya se ha mencionado, este hombre tiene como objetivo encontrar la paz, más específicamente al niño de la profecía que alcanzara dicha paz. Porque si, Jiraiya también quiere la paz, pero como no es el niño de la profesión no le importa mucho el intentar alcanzar una.

Por eso su necedad a pensar que Naruto lo perdonara, porque está más que seguro que él es el niño de la profecía y que lo perdonara por esa misma razón. Ya que alguien que está destinado a traer la paz obviamente no puede albergar odio en su corazón hacia nadie.

Que si lo logra explicarle las cosas sobre la profecía y todo aquello que Gammamaru le dijo, lo entenderá y lo podrá perdonar.

Y por otro lado esta Kakashi, este hombre es todo un maldito caso, esta abrumado por semejante shock emocional ante lo que sus ojos le mostraban y finalmente había descubierto. Naruto era el hijo de Kushina y Minato, la sola idea lo carcomía por dentro.

Había fallado en los ideales que por años creía haber sido mejor que nadie. Pero el hecho de que siempre sea un flojo y no menosprecie a su equipo, no lo hace mejor, solo lo hace medianamente tolerable. Y de eso se dio cuenta Sakura.

Pero no nos desviemos, Kakashi aun sabiendo lo mal que hizo, no puede soportar la idea de que el rubio sea más fuerte o capaz que Sasuke, porque para el peli-plata, Naruto siempre será ese idiota y nada talentoso mocoso que tenía en su equipo. Que Sasuke al ser entrenado por él, sin dudas acabaría con el rubio en un segundo. Porque este tipo está obsesionado con Sasuke y en creer que es más fuerte que todos solo por ser el último Uchiha, al igual que es su última oportunidad de hacer las cosas bien con el ultimo miembro del clan de su mejor amigo.

Ahora, el final, el cual básicamente es un reflejo al primer encuentro de Naruto y Sasuke en shippuden, pues mientras que Sasuke parecía estar en toda calma y ser extremadamente poderoso, Naruto era un idiota que estaba dispuesto a ser atravesado por la espada de Sasuke (tanto literalmente como lo que se están imaginando), no logro hacerle ni un rasguño y peor aún, fue derrotado de un solo ataque.

Pues acá fue diferente, Naruto es el del control, quien había demostrado haber entrenado hasta el cansancio para poder ser más fuerte que nadie, mientras que Sasuke es fuerte sin duda, pero ni de cerca a lo que el rubio, siendo humillado en un solo ataque.

Kyubi incluso se burla de esto al relacionarlo con el peor miembro del clan Uchiha y no con el mejor como muchos esperaban.

Y aquí dejo una nota, cualquiera que sea fan de Obito Uchiha y que digan que pudo alcanzar a ser Hokage porque era muy poderoso. No lo es, Obito era de lejos el peor ninja y Uchiha de Konoha. Solo podía hacer el Jutsu bola de fuego, no era un gran peleador y mucho menos era un experto en Kenjutsu. Activo sus ojos hasta los trece, cosa ya de por si bastante mediocre (Sasuke lo activo de niño, pero no los pudo volver a activar por el trauma según entendí).

Y sobre su Mangekyo Sharingan, si no es por las células de Hashirama se quedaría ciego, tan simple como eso, agrega eso a que es fuerte, veloz y poderoso, solo por las células de Hashirama, quítaselas y es bastante lamentable. Exactamente lo que Kyubi vio a través de Kushina, y la razón por la que Kyubi lo usa como burla.

Si, creo que eso terminaría por cubrir los aspectos más relevantes del capítulo. En verdad espero que les haya gustado, y ya saben que si fue así, revienten el contador de votos para saber que les está gustando la historia y el rumbo que está tomando. Ya que de esa forma ayudan a que la historia crezca en la plataforma. Sin nada más que decir, cuídense y nos vemos en otro capítulo raza!!!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top