La verdad sale a la luz
Aldea Oculta entre la Arena – Estadio
Intentando contener toda su alegría, Shizune no pudo evitar soltar algunas lágrimas de felicidad al finalmente poder ver a su hermanito. No importaba cuanto hubiera cambiado, esa sonrisa era la misma a la de ese pequeño que conoció hace ya tanto tiempo atrás.
Aunque tuvo que salir de sus propios pensamientos para poder concentrarse en su maestra. Pues solo podía imaginar la felicidad al igual que el dolor que estaba sintiendo al ver al rubio de nuevo. Por lo cual, coloco una mano sobre su hombro para hacerle saber que no estaba sola. A lo cual Tsunade, sin despegar la vista del frente llevo una de sus manos para poder tomar la de su alumna.
Observando la reacción de las mujeres, Guy sonrió con alegría al ver que su líder había encontrado al chico que tanto quería. Jamás estuvo de acuerdo con ese destierro y no podía creer que la Hoja fuera capaz de tal acto tan atroz. Aunque desecho esos pensamientos para otro momento, pues este era un momento para estar completamente feliz.
El estadio estaba completamente dividido en aquellas personas de la Arena que exclaman con alegría el cómo su héroe abrazaba a un joven con una vestimenta de la misma tonalidad que la que él llevaba. Y aquellos que seguían petrificados de miedo o incredulidad ante lo que sus ojos les mostraban y muchos se reusaban a creer.
Entre ese extenso y variado grupo, se encontraban los ninjas de la Roca que estaban sumidos en el miedo y horror total. Para aquellos civiles o ninjas jóvenes que tuvieron la fortuna de jamás ver los horrores de la guerra. Conocían a la perfección la figura, el nombre y apellido del hombre que acabo con el más batallón más grande de su Aldea durante la Tercer Gran Guerra Ninja. Y presenciar a alguien idéntico a él que incluso llevaba su mismo apellido y un título muy similar grabado en su espalda, solo les traía un sentimiento de miedo sin control y en algunos casos de odio. Pues ese hombre destruyo muchas familias al asesinar a tanta gente.
Donde este último sentimiento era compartido por todos aquellos veteranos ninjas de la Roca que recordaban a Minato Namikaze. Era la mayor amenaza para tomar en esos tiempos y sin embargo, era solo un hombre. Y justo ahora estaba frente a sus ojos un joven que perfectamente podría ser su hijo. Todos, sin excepción alguna, abrían arremetido contra ese rubio sin dudarlo un segundo, si no fuera por el petrificante miedo que les hacía estar estáticos en sus lugares.
Pero no era otro que el mismísimo Tercer Tsuchikage quien estaba pálido, casi como un fantasma. Pues el joven que estaba justo en medio del estadio no era otro que la reencarnación misma del mayor enemigo de la Roca. Pero eso no era todo, pues reconoció de inmediato el primer apellido. Y aunque su cabello no era rojo, igualmente usaba el apellido Uzumaki. Era miembro del extinto clan más poderoso en Fūinjutsu que el mundo hubiera visto.
Ahora todo parecía tener sentido para el anciano Tsuchikage. Los reportes tan extraños de destellos cuando alguno de sus grupos ninja se encontraban con los de la Arena. Rara vez sus ninjas terminaban muertos si no comenzaban un ataque directo. Pero algunos de los que volvían, mencionaron haber visto destellos naranjas, justo antes de quedar inconscientes. El enorme aumento en el nivel de Fūinjutsu en la Arena y su inusual vegetación en un lugar tan árido.
Todo estaba conectado y la respuesta yacía justo frente a sus ojos. Sabía que el Cuarto Hokage había muerto cuando el Kyubi ataco la Hoja. Pero ni en sus sueños más fantasiosos o inclusive en sus peores pesadillas, contemplo que ese hombre habría tenido descendencia y una que claramente estaba a la altura de su padre. E inclusive que fuera de descendencia Uzumaki y estuviera el potencial de ese clan. Esto no podía representar nada bueno y lo sabía.
La Roca fue la Aldea pionera en la idea de la erradicación del Remolino así como de toda su gente. Aun con años de muerto, Minato Namikaze y todo lo que representara era considerado una amenaza. Nunca creyó en las coincidencias o el karma mismo. Pero sin duda alguna, esto no podía ser solo una ironía del destino.
Los Daimyos, en especial el del Fuego y Viento no podían creer lo que estaban viendo ahora mismo. Por parte del Daimyo del fuego, Minato Namikaze fue un joven demasiado prometedor, con tantas ideas y determinación. Que fue una verdadera lástima haberlo perdido, pero jamás se le informo que tuviera un hijo. Y lo que era mucho peor, era que tuviera un hijo y ahora mismo fuera un ninja de la Arena. Conocía al clan Uzumaki y Namikaze, ambos muy poderosos por cuenta propia. Con una historia y respeto de la misma magnitud que la realeza. Ese chico debería estar en el País del Fuego, su país. Su lealtad debería estar clara.
Y era esa la misma razón por la cual se sentía tan ansioso y molesto por estas revelaciones. Si ambos clanes eran formidables por sí solos, una descendencia de ambos debería estar por encima de cualquier cosa que se hubiera visto antes. Esto simplemente no debería de estar pasando. No bajo su mandato. Ese chico, ya solo por sus apellidos debería de estar en la Hoja, era su derecho y su obligación. Era donde pertenece, así como cualquier conocimiento que pudiera aportar para hacer más fuerte a su país y la Aldea que lo protege.
Y por otro lado, estaba el Daimyo del Viento. Que debido al color rojo de su rostro, era más que claro que se encontraba sumamente furioso. Se suponía que la Arena debería encontrarse en un pésimo estado económico, no recibía demasiadas misiones por parte del País de Viento, ya que el mismo desviaba las misiones a la Hoja o la Nube, para poder elevar los precios de las misiones. Era el escarmiento que se merecían por no cumplir con las cuotas de dinero que había impuesto y elevado en los últimos años.
Y sin embargo, la Arena estaba rebosante de flora y fauna, siendo que está en medio de un desierto. Por lo que había visto de los edificios, locales y del estadio del evento, la economía que tenían era incluso superior de donde vivía. E investigando un poco, no tardo en descubrir que la Arena ahora tenía fuentes de agua subterránea en abundancia, vendía sus minerales y piedras preciosas a cambio de buenos tratos para la compra de recursos. Alianzas con países importantes. Solo para descubrir que ahora poseían a un ninja con un legado tan importante detrás.
Esto no podía pasar por alto y definitivamente se encargaría de reprender a ese estúpido mocoso de Kazekage por ocultarle tales cosas. De saber las condiciones en las que se encontraba realmente la Arena abría explotado todos estos recursos hasta que necesitara una montaña entera para poder resguardar toda la fortuna que haría. Y con respecto al rubio que estaba en el estadio. Lo vendería a la Hoja por una suma bastante considerable y si no estaban dispuestos a pagar. Se encargaría de casarlo a la brevedad con alguna hija suya para hacerse con las riquezas de los Uzumaki y Namikaze. Claro considerando que aun hubiera alguna.
Con una mano sutil de su mano, la asistente del Daimyo del Fuego se le acerco y se inclinó un poco para poder escuchar lo que tenía que decirle.
- Quiero una junta con la Hokage tan pronto este evento acabe. No me importa lo que tenga que hacer, ella tendrá que responder muchas preguntas – ordeno el Daimyo en un tono bajo pero claramente molesto.
- Como usted ordene, Daimyo-sama – decía la asistente retirándose para ir y organizar lo pedido.
- "Te crees muy listo maldito chiquillo. Para cuando acabe contigo, los hijos de tus hijos seguirán pagando con creces este insulto" – pensó con rabia el Daimyo del Viento, al sentirse como un tonto por estas burlas.
Mientras tanto, sumido en la incredulidad y el escepticismo total, estaba Sasuke. Ya que no podía creer que el rubio siguiera vivo después de tanto tiempo. Se suponía y ese idiota debería haber muerto después de lo que le hizo, era lo que se merecía alguien de su tipo. Y sin embargo, aún era un ninja. Uno que claramente estaba recibiendo los gritos de respeto y alegría de cada ninja y civil de la Arena. Siendo que cuando estuvo en la Hoja, todo lo que recibía era desprecio y odio. Y sabía que era lo que merecía por ser un don nadie, pobre y patético perdedor.
Él mismo era un Uchiha, pertenece a la elite. Provenía de hombres y mujeres respetados y temidos por todos. Y era el último descendiente real del Sharingan, el respeto y la admiración de su propia Aldea eran suyos por derecho propio. Y sin embargo, jamás había tenido tal reconocimiento y valoración en la Hoja. No como la que estaba recibiendo el rubio y menos después de la eliminación del consejo civil.
Y eso, simplemente no podía ni comenzar a comprenderlo. Alguien como él, debería de tener toda ese reconocimiento y admiración, al momento que alguien supiera quien era y no solo por la influencia del consejo. Esto no debería estar pasando, tan simple como eso. Quien debería ser aclamado y respetado debería ser él. No el idiota al que le había puesto una trampa para que lo echen. Para que todos le dieran la espalda como la basura que estaba seguro de que era.
- "¿Qué fue lo que hizo ese idiota para ganarse tal reconocimiento?" – medito Sasuke de forma venenosa, para obtener lo mismo e incluso más.
- ¡Naruto-kun! – grito Lee con lágrimas recorriendo sus mejillas como si fueran cascadas, intentando llegar a su antiguo amigo para abrazarlo.
- Sera mejor que te calmes Lee, no puedes ir así como así – declaro Neji con firmeza deteniendo a su amigo por los hombros.
Claro que el Hyuga también estaba emocionado por ver a quien le mostro un nuevo camino. Quien lo hizo cambiar para bien. Pero no por eso iba interrumpir los Exámenes de Chunin o el momento tan especial que estaban compartiendo Naruto y el joven Konohamaru.
- ¡Pero Neji! ¡Debo disfrutar con Naruto de este hermoso rencuentro como lo está haciendo el pequeño Konohamaru! – exclamo Lee forcejeando un poco más - ¡Debemos disfrutar de este acontecimiento con nuestras llamas de la juventud!
- No cabe duda, ese tipo en verdad es Naruto.
Afirmo Kiba olisqueando en la dirección del rubio, era su misma esencia, no había cambiado en lo más mínimo, salvo por un pequeño detalle. Y era que su aroma estaba completamente envuelto por otro. Era más suave y dulce, contrastando mucho con el del rubio.
- Creo que es algo más que claro, después de que lo anunciaran con su nombre – declaro Shino con estoicismo.
- Bueno, no hacía daño confírmalo – se defendió Kiba algo sonrojado – pero lo que no entiendo es eso de Namikaze. Pensé que su apellido era solo Uzumaki. ¿Ustedes saben algo, chicos?
- No, yo también desconozco eso – comento Neji viendo que su compañero finalmente se calmó.
- Tal vez Temari sepa algo – ofreció Tenten llamando la atención de sus amigos – digo, ahora son de la misma Aldea. Ella parece muy amiga de Hinata ya que la está consolando, y como somos amigos de Hinata, ella podría decirnos.
Con un asentimiento en afirmación, el grupo se dirigió con calma hacia el par de mujeres. Donde Hinata ya parecía encontrarse un poco mejor del shock inicial. Solo esperaban que el gran tigre no comenzara a rugirles e intentar atacarlos como ocurrió con el Sannin. Y para su sorpresa, la invocación no hizo nada, salvo hacerse a un lado para permitirles pasar. A lo cual todos asintieron en gratitud.
Aunque fue Akamaru quien fue el único que se quedó detrás y comienzo olisquear con curiosidad a Kiara. Quien solo se sentó sobre sus patas traseras y comenzó a lamer sus patas con calma, pues no era como si le diera mucha importancia al canino. Sabía que ellos así identificaban y distinguían aliados de enemigos. Pero no fue hasta que el perro se posó frente a ella mirándola con curiosidad y meneando la cola con alegría.
- ¿Algo que quieras decir pulgoso? – pregunto Kiara con calma.
Aunque lo único que obtuvo en respuesta fue un lengüetazo en su rostro por parte de Akamaru como signo de amistad, cosa que ella no tomo demasiado bien y comenzó a golpear en la cabeza al perro con una de sus patas a modo de reprimenda, cosa que Akamaru tomo como juego. Dando comienzo a una pequeña pelea donde uno estaba golpeando al otro para que dejara de molestarla y el otro solo quería jugar.
- Disculpen que la interrumpamos, pero queríamos saber si podías respondernos una pregunta, Temari-san – hablo Neji de forma educada y obteniendo la completa atención de la rubia.
- ¿Sobre porque Naruto está en la Arena? ¿Su apellido? ¿Cómo ha estado? ¿O sobre su apariencia? – Temari formulo a grandes rasgos todas las posibles preguntas que los amigos de su esposo pudieran tener.
- Bueno, tal vez más de una – aclaro Tenten con una sonrisa nerviosa.
- No se preocupen, Naru-kun estará encantado de responder cualquier pregunta, personalmente – dijo Temari con una sonrisa amigable.
- Espera... ¿Naruto-kun, no nos... no nos odia? – pregunto Hinata con hilo de esperanza en su voz.
La pregunta pudo haber salido de la Hyuga, pero era claramente una pregunta para la cual todo el grupo quería una respuesta. Por años lo buscaron y por años fracasaron. Y no sabían si el rubio los odiaba por como acabaron las cosas. Naruto siempre estuvo dispuesto a darlo todo por ellos y poco pudieron hacer el día de su destierro. Ese hecho, los atormentaba y muy en el fondo tenían miedo de que efectivamente los odiara.
- Por supuesto que no. Naruto jamás guardaría tal clase de rencor contra sus verdaderos amigos – hablo Iruka, uniéndose al grupo y atrayendo la mirada de todos – ¿o me equivoco, Temari-san?
- Exacto, Iruka-san. Yo le conté a Naru-kun lo que tú me contaste, Hinata. Él los quiere a todos y está ansioso de poder verlos y hablar con todos una vez más – decía Temari ganando miradas de felicidad por parte del grupo – oh y ahora que el apareció, creo que ya puedo dejar de usar esto.
Todos vieron como la rubia poso sus manos en un sello del carnero, solo para que dos pequeñas explosiones de humo se hicieran presentes, una en su hombro derecho y la otra en su espalda. Revelando que justo en la espalda de su blusa lavanda, llevaba grabado el símbolo del Remolino, el símbolo del clan Uzumaki, mientras que el Namikaze era el que tenía en el hombro.
Donde el grupo se sorprendió de sobremanera al ver el mismo símbolo que estaba grabado en los chalecos Chunin y Jonin de su Aldea. Tal hecho solo genero más dudas y preguntas que deseaban poder realizar a su antiguo amigo rubio.
- ¡Ustedes!
La voz molesta de Sasuke resonó por todo el palco, atrayendo la mirada de todos. Pero en especial la del equipo 8 y 9, así como la de la rubia de la Arena. Comenzó a caminar hacia ellos, listo para exigir respuestas. Ya que necesitaba saber porque ahora el idiota era tan respetado y saber si el supuesto ninja tan prometedor y esposo de la rubia, era ese mismo idiota.
Aunque su camino hacia el grupo se vio obstaculizado por Kiara que salto en medio y comenzó a gruñir como advertencia. Donde no fue la única, pues Akamaru se puso al lado de la tigresa y comenzó a imantarla para alejar a una posible amenaza de su compañero.
- ¿Porque todos parecen tan conmocionados por el apellido de ese dobe? – cuestiono Sasuke de pie donde ese maldito tigre no parecía intentar atacarlo.
- Lárgate, bastardo. No tengo porque responder preguntas tan estúpidas – aclaro Temari con una mueca de desprecio.
- Responde a mis preguntas, mujer insolente – ordeno Sasuke sintiendo como la rabia comenzaba a calentar su sangre.
- Esta mujer insolente, tiene algo que tú no tienes, Uchiha – decía Hinata mientras se limpiaba las lágrimas y regresaba su actitud hostil con fuerza – y eso es amigos. Así que lárgate o ahora mismo te matare al pensar que tienes alguna clase de derecho de exigir algo – termino activando su Byakugan.
La situación rápidamente se estaba comenzando a poner más y más tensa. Pues la actitud del Uchiha solo estaba poniendo de muy mal humor al resto. Donde el equipo 8 y 9 estaban listos para atacar a ese pretencioso idiota si daba un paso más cerca de su amiga. Temari podría ser de otra Aldea, pero en solo unas pocas horas había demostrado ser mucho más confiable, amable y buena amiga, que el Uchiha en todos sus años de conocerlo.
Y aunque se sentía bastante apartada del resto, Sakura se acercó un poco más al grupo que rodeaba a la rubia, esperando poder saber que fue de Naruto y como había llegado a la Arena. Quería saberlo todo, quería respuestas y las obtendría, pues finalmente tendría la oportunidad de estar con el hombre que merecía su corazón y no estaba dispuesta a perderlo, no de nuevo.
Siguiendo a la peli-rosa y dando un par de pasos más cerca del grupo, fueron Jiraiya y Ebisu. El Sannin principalmente porque quería saber si la actitud de su antiguo estudiante había mejorado o empeorado con el pasar del tiempo. Y por parte del sensei del joven Sarutobi, porque quería descubrir cómo fue que nunca noto las similitudes entre el mocoso demonio y su respetado y honorable Cuarto Hokage.
Y aunque noto la aproximación a la rubia. Kakashi siguió de pie en su lugar, petrificado. Sentía como un enorme dolor se instalaba en su corazón y una culpa aun mayor a la que sintió con la perdida de Obito, Rin, Kushina y Minato, se comenzaba a apoderar de él. No necesitaba estar cerca de la rubia para oír sus respuestas. Ya las sabía y eso solo lo ponían peor. Ya no sabía qué hacer. Todo en lo que creía y todo lo que hacía, estaba mal.
Sakura tenía razón, era peor que la basura. Le dio la espalda a Naruto al creer ciegamente en la palabra de Sasuke. Siempre tuvo frente a sus ojos al hijo de las personas lo aceptaron como a un hijo y el mismo los había llegado a ver y querer como sus padres. Lo abandono, decidió ignorar la verdad frente a sus ojos, solo porque no quería aceptarla.
- "Los eh defraudo, Kushina-san. Minato-sensei. Yo abandone y traicione a su hijo... lo siento tanto" – rezo Kakashi en su mente, usando todas sus fuerzas para no llorar y derrumbarse frente a todos.
- Problemático – murmuro Shikamaru demasiado fuerte y atrayendo la mirada de todos – veo que ustedes no prestan mucha atención a la historia de nuestra Aldea.
- Oh miren, el estúpido cabeza de piña sabe la respuesta y quiere deslumbrarnos con su sabiduría – se quejó Hinata con una mueca de desprecio.
- Dime, ¿Quién es este Namikaze? ¿Y porque es tan importante? – demando Sasuke con su rabia apenas contenida.
- El nombre del Cuarto Hokage, ¿Cuál era? – cuestiono Shikamaru con una mirada de molestia al Uchiha, ya que lo único que estaba intentando era ser amable con el resto.
- ¿Eso que tiene que ver? – cuestiono Sakura algo alterada – el nombre del Cuarto Hokage era Minato... ammm Minato Nami... Nami – comenzó a tartamudear cuando finalmente comprende a lo que iba el Nara – Minato Namikaze.
La respuesta vacilante dejo perplejos a todos una vez más en ese día. De un segundo a otro la memoria de los más jóvenes regreso a la academia, recordando cuando se les hablaba de los Hokage. Era el Cuarto quien salvo a la Aldea del Kyubi que según sabían estaba dentro de Naruto. No lograban comprender nada. Jamás escucharon de un Namikaze aparte del Cuarto y Naruto siempre uso el apellido Uzumaki. De forma casi sincronizada, todos dirigieron sus miradas a Temari, sin decirle nada, casi como esperando a que pudiera leer sus mentes y respondiera la pregunta.
- Y la razón de eso es que Naru-kun es hijo del Cuarto Hokage – aclaro Temari ganando miras aún más perplejas.
Si antes el grupo estaba conmocionado, ahora mismo se encontraban en un shock total. Naruto era hijo de un Hokage. Era el hijo de uno de los Hokage que más impacto tuvo en la Hoja y el único que estuvo cerca de superar al Primero, no solo en voluntad, sino en poder. Ahora comprendían un poco porque fue Naruto en específico para volverse el contenedor del Kyubi. Ahora mismo se sentían incrédulos y algo culpables, pues un hijo de cualquier Hokage era tratado con respeto y no con odio e indiferencia, como era el caso del rubio.
Aunque quienes no compartían ese sentimiento, eran Sakura y Sasuke. Por parte de la peli-rosa se sentía infinitamente feliz del hecho de que su amado rubio fuera hijo de un Hokage, pues de esta manera, podía volver a la Hoja sin la objeción de nadie y los aldeanos tendrían que comenzar a tratarlo con el respeto que merecía. Y de esta manera podrían estar finalmente juntos.
Sentimientos completamente opuestos a los de Sasuke, pues la sola idea de que ese idiota que lo derroto hace ya tantos años en el Valle del Fin, proviniera de alguien importante lo enfurecía. Era imposible, risible. No podía aceptar la idea de que esa basura de ninja proviniera de alguien tan influyente y poderoso. No quería aceptar la posibilidad de que ese infeliz estuviera de alguna manera aun por encima suyo. No solo en poder y habilidad, sino también en posición de respeto ante los demás.
- Eso es imposible. No hay forma. Ese idiota no puede ser hijo de un Hokage – declaro Sasuke con veneno en cada palabra – Naruto es un don nadie. Sin familia... Sin clan.
- ¿Acaso crees que mentimos? – cuestiono Temari con tranquilidad – para ocupar el título de dos clanes tan poderosos debe tener pruebas y claro que Naru-kun las tiene. Además, ahora es idéntico al Cuarto Hokage. Pero de joven también era un calco de él. Habría que ser idiota para no notar las similitudes – agrego con una mueca, que se volvió una sonrisa de disculpa para el grupo que estaba a su alrededor – sin ofender chicos.
- No te preocupes. Pero tienes razón en eso, fuimos unos idiotas al no ver las similitudes – aclaro Shino con tranquilidad.
- Si, incluso yo que soy fan del Cuarto por su uso tan excepcional de los kunai y de su extraño diseño. Jamás me di cuenta – agrego Tenten con un sonrojo.
- No se preocupen, incluso nosotros tardamos en descubrir la verdad – comento Temari restándole importancia al asunto.
- Pero... dijiste dos – aclaro Neji con la duda claramente escrita en su rostro – Uzumaki, ¿también es un clan?
¡¡¡CRASH!!! Antes de que Temari pudiera responder, el estridente sonido del suelo rompiéndose en pedazos debido a la presión atrajo su mirada con la del reto del estadio hacia el centro de este. Solo para observar que el Raikage había aterrizado en la arena de encuentro con la mirada clavada sobre rubio.
Naruto de inmediato rompió el abrazo con Konohamaru y se paró enfrente de él, protegiéndolo de cualquier futuro ataque. A la vez que un par de Anbu aparecían frente a los Genin para protegerlos de cualquier daño colateral. Gaara que cuando vio al Raikage levantarse de su lugar, imagino que solo estaba incrédulo ante lo que estaba viendo, jamás se imaginó que se lanzaría directamente al estadio. Tal acto no podía pasarlo por alto.
- ¡Raikage-sama!
El grito de preocupación de C al contemplar que su líder estaba actuando sin medir consecuencias una vez más, resonó desde las gradas de los Kage. Incluso Darui que siempre permanencia con una actitud relajada ahora estaba claramente nervioso. Este era un evento importante, tanto que jamás se había visto antes. Y su líder no puede ir causando destrozos solo porque sí. Abría consecuencias graves para la Nube si hacia algo fuera de lugar.
Y justo en el momento que ambos guardaespaldas intentaron moverse para saltar a la arena y detenerlo, se dieron cuenta de que sus pies ahora estaban siendo sujetados. Al bajar la mirada descubrieron que había arena sujetándolos hasta las rodillas. Y justo en el momento que ambos levantaron la mirada para ver al Kazekage. Se encontraban siendo apuntados con la hoja de espadas directamente a sus gargantas, a la vez que sentían el filo de otras espadas sobre su espalda.
Ambos habían sido sometidos en el acto por cuatro Anbu de la Arena. Dos para cada uno, mientras envolvían sus armas en viento, para repeler cualquier Jutsu de elemento Rayo que se les ocurriera usar. Gaara se levantó de su asiento y camino al frente, hasta llegar al barandal. Su mirada era molesta y el resto de los Kage y sus guardaespaldas lo vieron. Aunque estaban más sorprendidos por la rápida respuesta de los Anbu.
- ¡Tsunade-sama debemos intervenir! – pidió Guy al ver que el rubio podría estar en peligro.
- ¡Lo mismo digo, mi Lady! – agrego Shizune de forma apresurada.
Tsunade asintió con rapidez, pues nadie le pondría un solo dedo a Naruto cuando finalmente lo había encontrado después de tanto tiempo. No le importaba en lo más mínimo si tenía que enfrentarse a un Kage o contra una nación entera. No estaba dispuesta a quedarse de brazos cruzados como una inútil. No de nuevo.
- Eso no será necesario – aclaro Gaara con tranquilidad, pero la molestia en su voz no pasó desapercibida por nadie.
- Pero, Naruto-kun podría estar en...
- Esto ya está resuelto – aclaro Gaara interrumpiendo al hombre del spandex verde.
Tanto la Hokage como sus guardaespaldas al igual que los del Raikage y el resto de los Kage dirigieron de inmediato sus miradas a la arena del estadio para ver a lo que se refería el Kazekage, solo para que sus miradas se abrieran en la sorpresa total.
Levantando la mirada, A pudo mostrarles a todos su rostro molesto y sus dientes apretados en rabia. Sabía que el clan Namikaze estaba prácticamente extinto, solo quedando un miembro vivo de dicho clan. Era cierto que el rubio era completamente idéntico a Minato Namikaze, pero solo el determinaría si era realmente su hijo. Pues ese hombre fue el único que logro superar su velocidad durante la Tercer Gran Guerra Ninja. Respetaba su poder y voluntad. De hecho era la única persona que respetaba de la Hoja.
Pues mientras todos se atemorizaban por ladrones que copiaban Jutsus con sus ojos, él estaba más preocupado por aquellos que realmente podían demostrar su verdadero valor en el campo de batalla, tal y como era el caso del Relámpago Amarillo y de otro que jamás conoció en persona. Pero se decía que el solo fue capaz de enfrentarse y aniquilar a los Siete Espadachines de la Niebla. Un hombre apodado el Genin Eterno.
Si el mocoso osaba usurpar uno de esos dos nombres, tendría que hacerlo bajo su propia autorización. Por lo cual dando un paso al frente, estaba listo para arremeter contra el chiquillo, solo para darse cuenta de que algo le estaba sujetando los pies y un segundo después, se encontraba completamente rodeado por Anbu de la Arena. Tres al frente, apuntando a su corazón, hígado y garganta. Otros dos a cada lado apuntando a sus brazos y piernas. Y finalmente tres a su espalda apuntando a diferentes puntos de su columna. Todos con espadas largas y envueltas en Chakra de Viento.
- ¿Quién te crees para usar el apellido de los Uzumaki y Namikaze? – cuestiono A sin inmutarse por los ninjas a su alrededor.
- ¿Quién se cree usted para cuestionar mi herencia? – contra pregunto Naruto de forma seria.
- Solo había un Namikaze vivo antes y después de la Tercer Guerra Ninja. Es claro que pretendes ser el hijo de Minato Namikaze – afirmo A con nada más que molestia en su voz – será mejor que estés listo para defender tal posición. Ya que pienso ponerte a prueba.
- No está en posición de decir tales estupideces. No importa lo rápido que crea ser, activar su Armadura de Elemento Rayo le debe tomar al menos un segundo – declaro Naruto con calma – y mis Anbu aprovecharan ese segundo para matarlo. E incluso si puede activarlo más rápido que eso, su Armadura poco podrá hacer contra sus Jutsus de Elemento Viento de tan alto nivel. Sera mejor que se calme y regrese a su lugar. La Arena no piensa perder el tiempo con estúpidos de su nivel y yo no dudare en matarlo.
A sentía como toda la sangre de su cuerpo hervía de la furia al estar siendo tomado como un tonto, incluso pudo escuchar a personas de la Arena y otras Aldeas comenzar a murmurar sobre lo que estaba ocurriendo. Eso solo hizo que su furia se elevara a nuevos niveles. Comenzó a rechinar los dientes y venas comenzaron a hincharse sobre su rostro.
- ¡Tu padre no era un cobarde que huía de sus enemigos! – rugió A colérico, pues odiaba cuando no lo tomaban con la seriedad que merecía.
- ¡¿Eso es una declaración de guerra, Raikage?! – la voz mortalmente monótona de Gaara resonó por todo el estadio mientras mantenía su posición en el palco de los Kage – ¡No sé cómo está acostumbrado a ser tratado en su Aldea! ¡Pero en la Arena, realizar tales actos como los suyos se toma como un insulto y una falta de respeto a la amabilidad que le hemos brindado! ¡Al igual que autoproclamarse enemigo de uno de mis ninjas es una clara declaración hostilidad!
- ¡Este no es su problema Kazekage! ¡Mis asuntos son con el mocoso que usurpa el legado del ultimo Namikaze! – afirmo A con un poderoso gruñido de molestia, pues ya se estaba cansado de estar siendo tomado como un tonto.
- ¡Sus problemas son con uno de mis ninjas! ¡Y eso es suficiente para hacerlo mi problema! – sentencio Gaara con una mirada fulminante - ¡Esta es su única advertencia! ¡Seda de estos ataques o me veré forzado a detenerlo, junto con todo ninja de la Nube!
Con una mirada que hacía poco o nada para ocultar su furia y enojo, A contemplo la postura del Kazekage y de inmediato supo que estaba hablando en serio. Apretando sus puños tan fuertemente como podía, se obligó a si mismo a tranquilizarse. Esta no era su Aldea, era claro que aquí no podía comenzar un alboroto sin que todos perdieran la cabeza. Estaba seguro de poder lidiar contra el Kazekage si era necesario, pero viendo lo bien preparado que estaban los ninjas de la Arena y de cómo su gente ahora estaba en medio a la vez que sus dos mejores hombres estaban a un solo movimiento de que le cortaran las gargantas. No tuvo más remedio que soltar toda su molestia en un suspiro.
- Esto es interesante. Pensábamos que quien perdería la razón sería el Tsuchikage. No el Raikage – murmuro Temari, molesta de que ese sujeto arruinara todo cuando las cosas iban tan bien.
- ¿Por qué el Tsuchikage? – pregunto Kiba realmente confundido.
- El padre de Naru-kun acabo con gran parte del ejército de la Roca en la última Gran Guerra. Es claro que Minato Namikaze o su descendencia no es del agrado de la Roca – respondió Temari sin despegar la vista del frente.
- Si ese es el caso, ¿Por qué mierda ese lunático con esteroides quiere comenzar una pelea con Naruto-kun? – cuestiono Hinata con una mirada de odio al infeliz líder de la Nube.
- Lo desconozco. Ni siquiera sabía que los de la Nube odiaran abiertamente al Cuarto Hokage – aclaro Temari viendo como la invocación se posicionaba justo a su lado – ¿No piensas ir a ayudarlo?
- Naruto me dejo ordenes claras de cuidar de ti sin importar lo que ocurriera y eso pienso hacer, aunque la vida me cueste. Además, soy especialista en el Elemento Agua. Para enfrentar al Raikage, es mejor que invoque a Fenrir-sama que es especialista en el Elemento Viento – respondió Kiara con una mirada molesta hacia el líder de la Nube.
- ¿No deberíamos ir a ayudarlo? – cuestiono Kiba realmente preocupado por su amigo.
- No podemos. Si vamos sin una orden de la Hokage, estaremos cometiendo un acto de traición contra nuestra líder – afirmo Shino con clara molestia en su voz.
- ¿Entonces debemos quedarnos sin hacer nada? – reprocho Kiba molesto por esa respuesta.
- Shino tiene razón, no pueden ir sin ningún motivo – apoyo Temari con algo de pesar en su voz – no estaría bien visto.
- En ese caso iré yo a ayudarlo – afirmo Neji con rabia en su voz y ganando una mirada escéptica de todos – ese desgraciado del Raikage fue quien ocasiono la muerte de mi padre. No pienso permitir que Naruto luche solo contra ese malnacido. Tengo motivos de sobra para ir e intentar matarlo. Mejor que yo sea castigado y reprendido a que lo sean ustedes.
- No serás el único – hablo Lee completamente serio, atrayendo la mirada de todos – Naruto-kun en un amigo valioso. Y tú, Neji. Eres mi mejor amigo y rival, no te dejare hacer esto solo. Si luchas yo te seguiré.
Los amigos del Hyuga y del chico de spandex verde quedaron sin palabras al escucharlos hablar y la rabia y la seguridad detrás de sus palabras. Neji no era de expresarse de esa manera de nadie, desde que fue derrotado por el rubio. Jamás dejaba que sus emociones lo controlaran. Y justo ahora, no solo estaba siendo influenciado por ellas, estaba sucumbiendo totalmente a ellas. Aunque era Hinata quien más lo comprendía y apoyaba.
Ese miserable del Raikage ordeno su secuestro importándole poco si aún era solo una niña indefensa. La quería por sus ojos y no sabía lo que le habría pasado si padre no la hubiera salvado. Sin duda la experimentación y la extracción de sus ojos estaban encabezando la lista. Donde posiblemente la mantendrían convida para ser violada y obligada a dar a luz a niños de la Nube con el Byakugan.
Tales pensamientos de los Hyuga y del chico de spandex indicaban una sola cosa. Que en el momento que vieran al Raikage ignorar las palabras del Kazekage irían en la ayuda de Naruto. Ya se encargarían de lidiar con los problemas que eso pudiera ocasionar después. Aunque era Hinata quien estaba segura de que no serían reprendidos por tales actos. Pues conociendo muy bien a su maestra, sabía que hasta ella podría llegar a intervenir.
Por su parte, Lee no iba a permitir que un buen amigo luchara solo y estaba listo para lanzarse a una lucha contra el Raikage si hacía falta. Pues ya había perdido a un amigo en el pasado y no estaba dispuesto a permitirse perder a otro. No si podía evitarlo.
Kiba y Shino cruzaron miradas, las cuales se vieron con la de Hinata. A su vez Tenten dio un paso al frente y se colocó en medio de sus amigos y compañeros de equipo, regalándoles a ambos un asentimiento de seguridad. Todos, sin decir una sola palabra, ya estaban listos para ir y ayudar a su amigo. Aliados o no, de la misma Aldea o no.
Eso no cambiaba el hecho de que Naruto era su amigo, y estaba dispuestos a ayudarlo con todo lo que tenían. En el pasado no pudieron hacer nada, pero esta vez, se asegurarían de hacer hasta lo imposible para ayudarlo.
- Cálmense chicos – hablo Iruka con autoridad y ganando la atención de todos – sé que todos quieren ayudar, yo incluido. Pero esperemos y veamos lo que ocurrirá. No actuemos a toda prisa.
- Pero, Iruka-sensei. Naruto no podrá contra un Kage, necesitamos ir y ayudarlo – afirmo Kiba expresando la opinión de todos.
- Por favor, confíen en Iruka-san y en mí, Naru-kun tiene todo controlado – afirmo Temari con completa seguridad – si algo malo llega a pasar, yo misma los liderare para ir y acabar con ese sujeto.
Los miembros de los equipos 8 y 9 se miraron entre si claramente dudosos de aceptar las palabras de la rubia. Pues no querían esperar hasta que fuera demasiado tarde para ayudar. Pero confiaban plenamente en su antiguo sensei. Él siempre fue una fuente de conocimiento y sabiduría, siempre daba los mejores consejos. Por lo cual, aceptaron y se mantuvieron en sus lugares. Esperando a no tener que intervenir.
- ¡Ninjas de la Nube! – rugió A con fuerza y siendo escuchado por todos sus hombres – ¡Sin importar lo que me ocurra, no se muevan de su lugar! ¡Esto es entre el Namikaze y yo! ¡Si alguno se mueve yo mismo lo matare!
Todos lo ninjas de la Nube se quedaron de piedra al escuchar las declaraciones de su líder. No era nada nuevo que se precipitara y se lanzara a hacer lo que quería o expresar su queja o molestia más fuerte y retumbante que nadie. Lo que era nuevo era que estuviera dispuesto a arriesgarse tanto cuando la situación no lo ameritaba de ninguna manera. Definitivamente algo quería probar al luchar contra el rubio, pero seguían sin comprender que podría ser.
- Mis ninjas me son leales y jamás desobedecen mis ordenes, aunque les cueste la vida o la mía – A dijo sin ninguna vacilación en su voz – ¿Esto es lo suficientemente seguro para que dejes de huir?
Naruto estrecho su mirada hacia la amenaza del Raikage. No estaba contemplado que algo así ocurriera, sabía que el tipo era fuerte y muy orgulloso. Pero jamás se imaginó que fuera tan arrogante como para creer que podía ir y dar órdenes donde fuera. Lo último que quería era darle el gusto y aceptar su estúpida pelea. Sin embargo, algo le decía que solo terminaría causando mucho más daño si se reusaba.
- Konohamaru, ve con los Anbu. Ellos te cuidaran – pidió Naruto con tranquilidad.
- Pe... pe... pero... Naruto-niichan... - tartamudeo Konohamaru a la vez que intentaba ocultar su claro nerviosismo – juntos acabaremos con ese anciano.
- No te preocupes, estaré bien – dijo mirando por encima de su hombro y regalándole una sonrisa zorruna – esto no demorara mucho, acabare con ese tarado en menos de cinco minutos. Aun quiero verte ganar estos exámenes, deveras.
Konohamaru se sorprendió al escuchar tales palabras y donde una sonrisa enorme se formó en su rostro. Pues la confianza que le transmitía su antiguo rival era tan grande que simplemente no podía desconfiar de él o pensar que fracasaría. Y en el momento que dio un asentimiento, un Anbu apareció a su lado, listo para llevarlo lejos junto con los otros Genin.
- Mas te vale no perder, Naruto-niichan. No quiero que faltes a tu palabra.
- Hehe eso jamás – comento con una sonrisa, que se volvió un rostro serio al regresar la mirada al frente – Anbu, libérenlo y estén atentos ante cualquier nuevo suceso.
- ¡Hai! – exclamaron los Anbu, desapareciendo en remolinos de viento.
- ¿Esta bien dejar que luchen? – pregunto Kankuro claramente alarmado.
- Es la única manera en que el Raikage se controle y deje de comportarse como un lunático – respondió Gaara con seriedad.
- ¡No le falte el respeto a Raikage-sama! – ordeno C con molestia y aun prisionero.
- Sera mejor que te calles. Las acciones de tu líder solo están tensando las cosas cuando todo estaba en perfecto orden – amenazo Kankuro con severidad, no permitiría que nadie le faltase el respeto a su hermanito en su presencia.
- Kazekage-dono, no creo que deberíamos permitir esto – pidió Tsunade claramente preocupada.
- No tienen nada de qué preocuparse, Hokage-dono. Le aseguro que personalmente intervendré si la situación lo requiere. Pero dudo mucho que eso sea necesario – tranquilizo Gaara con confianza.
- Estas demasiado confiado en la victoria de ese Namikaze contra un Kage – cuestiono Ōnoki analizando detenidamente cada palabra del pelirrojo.
- Lo estoy, no por nada Naruto es incluso más fuerte que yo – afirmo Gaara sin ningún remordimiento – tengo plena confianza en su victoria.
Tal respuesta lleno de orgullo a Tsunade. Pues sin duda alguna su rubio se había hecho fuerte, tanto como para superar al Kazekage y posiblemente al Raikage. Lo sabía, siempre lo supo. Desde que observo como Naruto la salvo de Kabuto completando el Rasengan en menos de un mes y logro portar el collar de su abuelo. Supo que ese chico llegaría lejos. Que se haría un nombre propio y seria reconocido. Lo único que le dolía era que no era en su Aldea natal.
Por otro lado, estaba Ōnoki que comenzó a ponerse más y más ansioso y nervioso. Ese mocoso rubio se supone y ya había superado al Kazekage. Y supuestamente había asesinado a Deidara, sin duda el potencial del mocoso era enorme, quizá aun mayor al de Minato Namikaze. No quería ni admitirlo, pero estaba siendo abrumado por el miedo ante tal idea. La Roca fue la Aldea principal en acabar con el Remolino. Eran abiertos al expresar su odio por el Cuarto Hokage.
Ahora lo sabía, esto no podía ser solo una coincidencia o una ironía. Si existía algún ser superior, un dios, era claro que no estaba en paces con él. Sabía que a partir de aquí, tenía que moverse con extremo cuidado. Ese mocoso era una amenaza para su Aldea. La sangre del mayor asesino que pudo presenciar la Roca corría por sus venas.
Sentía una rabia inmensa al solo quedarse quieto y observar. Ese chiquillo debería pagar por los pecados de su padre. Pero no era nada inteligente intentar atacarlo ahora, la Arena era sumamente fuerte ahora y con mucha vigilancia y quien sabe cuántos ases bajo la manga aún no habían mostrado. Sin mencionar el hecho de que la Hokage y Mizukage estaban llevándose bastante bien con el Kazekage.
Cualquier intento de ayudar al Raikage para ayudar a matar al chiquillo sería inútil si la Hoja y la Niebla se unían en su contra. Serian tres contra dos, sin mencionar el hecho de que la Arena estaba a toda potencia, mientras que todos los demás estaban con una mínima fracción de sus fuerzas. Aunque no le gustara, sabía que lo más inteligente seria solo observar y determinar con exactitud el grado de la amenaza que era ese rubio.
- Palabras muy duras, al decir que me derrotaras en cinco minutos. Pero es bueno saber que no le tienes miedo a la muerte cuando la tienes de frente – se burló A con una sonrisa descarada – "No veo que saque esos kunai especiales. Por lo cual solo debe parecerse a Minato en apariencia. Veamos si tiene algo con lo cual equipararse a su velocidad".
- ¡Liberar! – exclamo Naruto formando un sello de medio carnero y liberando los sellos de gravedad en su cuerpo.
Observando todo con cuidado, Sasuke activo su Sharingan para poder analizar con completo detalle la pelea que estaba por ocurrir. Era ilógico que ese dobe tuviera las habilidades para vencer a un Kage cuando ni el mismo podía vencer a la Hokage. Era risible en cualquier aspecto y si por asares del destino podía vencerlo, era claro que también él podría. Pues no importaba si ese idiota era el hijo de un Hokage. Él provenía del clan más poderos y respetado en todo el mundo. Era un Uchiha, era la elite. Y no habría nada ni nadie que pudiera hacerle frente. Naruto no era especial, no era nada al compararlo consigo mismo.
- ¿Qué fueron esas marcas que aparecieron en el cuerpo de Naruto-kun? – pregunto Sakura asombrada por las nuevas habilidades del rubio.
- Es Fūinjutsu de entrenamiento de alto nivel – respondió Jiraiya sin poder creer lo que veía – logre distinguir sellos de gravedad y resistencia. Pero ni siquiera yo puedo lograr crearlos a tal punto. Se requiere de un nivel muy superior para tales sellos tan complejos.
Sakura asintió con asombro, a la vez que regresaba su vista a la arena del estadio. Sus mejillas se sonrojaron y una sonrisa se formó en sus labios. Pues a pesar de estar a punto de enfrentar a un Kage, Naruto mantenía una postura recta e inamovible. A la vez que la tranquilidad y confianza rebozaban en su rostro. Sintió como su corazón se aceleraba de solo verlo. Ella estaba segura de que ganaría, no sabía cómo, pero lo sabía.
- Veo que finalmente te estas tomando las cosas con la seriedad que se debe – murmuro A mientras su cuerpo entero era rodeado por un Chakra completamente visible, el cual desprendía electricidad, a la vez que su cabello se erizaba hacia arriba – ¡Armadura de Elemento Rayo! ¡máximo poder!
Sin ningún aviso, el Raikage sale disparado hacia el rubio a una enorme velocidad. Era como ver un rayo de un azul intenso atravesando el estadio de extremo a extremo en apenas casi un parpadeo. Y sin dudarlo un segundo, A alzo su brazo derecho hacia adelante, listo para golpear al rubio con su golpe más rápido y poderoso. Y justo cuando su puño estaba a escasos centímetros de dar en el blanco.
Naruto desaparece en un destello naranja, dejando que el golpe solo atravesara el aire. Dejando a un Raikage perplejo en su lugar. Donde su incredulidad se volvió mayor cuando observo que el rubio apareció justo a su derecha, solo que a unos metros más lejos y en la misma posición, sin haber movido un solo musculo.
De inmediato se lanzó a su derecha listo para lanzar otro golpe, a la vez que escaneaba con la mirada todo el suelo, en busca de los kunai que usaba para teletransportarse. Era imposible que pudiera sobrepasar su velocidad a tal nivel que ya ni siquiera podía verlo moverse. No estaba dispuesto a crecerlo. Y una vez más, cuando su puño estaba a centímetros de dar en su objetivo, Naruto desapareció, solo para reaparecer varios metros al frente del Raikage.
A comenzó a perder la paciencia y siguió atacando. Moviéndose a su máxima velocidad e intentando acertar un golpe. Pero todo fue en vano, pues cada vez que estaba por golpear al rubio, este siempre terminaba reapareciendo en un lugar diferente. Sin duda, tenía la habilidad de su padre, pero el Raikage no lograba dar con la respuesta, no sabía cómo era que lo estaba logrando.
- ¡¡¡Rodillazo!!!
Con un poderoso grito lleno de furia, el Raikage salto justo sobre el rubio y descendió a una velocidad increíble y como su mismo grito lo dijo, lanzo un rodillazo. Destruyendo el suelo que estaba debajo, generando una pequeña explosión de rocas y polvo. Solo para que al disipare, A viera que no había nadie. Se irguió por completo y dio media vuelta, solo para ver a Naruto de frente, quien le estaba regalando una media sonrisa, la cual reflejaba toda su confianza.
- Que lento.
Con una pequeña sonrisa confiada y con un toque de arrogancia, Naruto se burló de los intentos poco efectivos del Raikage al intentar darle un simple golpe mientras seguía sin moverse. Cosa que solo enfureció enormemente al Raikage y la prueba más clara eran las venas que comenzaron a hincharse y hacerse más notorias en su rostro al igual que en la frente. Su mirada paso de una simplemente molesta a una completamente iracunda y frustrada.
Sintiendo que estaba siendo subestimado y burlado al mismo tiempo, A corrió con todas sus fuerzas para golpear al chico con todo lo que tenía en el próximo ataque si se estaba burlando de su velocidad, entonces sería más rápido, aceleraría su velocidad tanto como pudiera en el último segundo. Pues de esta manera tomaría a su oponente con la guardia baja.
Pero debido a que el Raikage corría de frente hacia el rubio. Jamás noto que algo comenzó a salir de su espalda. Pero quienes sí pudieron contemplar ese hecho, fueron todos aquellos que estaban en las tribunas, observando todo desde una posición más elevada. Vieron como varias cadenas doradas salían del rubio y salían disparadas al suelo justo por detrás de sus piernas para que el Raikage no pudiera ver nada.
Y estando a solo un metro del rubio, A escucho como el suelo se agrietaba y rompía justo detrás de él. Pero antes de que pudiera reaccionar, ya estaba siendo sujetado por esas cadenas de las muñecas, tobillos, cuello, mientras otras dos se enrollaban en su cuerpo como si fueran serpientes y las cabezas, siendo sustituidas por puntas de flecha que apuntaban directamente a su cabeza. Lo estaban sometiendo, intento seguir moviéndose al frente, romperlas en miles de pedazos.
Pero fue inútil, sentía como esas cosas estaban suprimiendo todo su Chakra. Esas cadenas que lo aprisionaban le estaban impidiéndole usar toda su fuerza, sentía que su comenzaba a pesarle demasiado y con cada segundo que pasaba, su Chakra se sentía cada vez más débil.
Su Armadura del Elemento Rayo comenzó a disminuir en intensidad, las fuertes corrientes de electricidad que desprendía se volvieron más y más pequeñas. Apenas y podía seguir manteniendo su armadura.
- "Las Cadenas de Diamantina del clan Uzumaki, creí que solo las mujeres de ese clan podían usarlas" – medito A incrédulo ante la situación en la que se encontraba – "Los reportes de la fuerza en las cadenas palidecen ante su poder real. No cabe duda de porque esta habilidad era tan codiciada por mi padre..."
La línea de pensamientos del Raikage fue cortada cuando sintió como la hoja de un kunai se presionaba contra su garganta. Y no era otro que el rubio quien poseía el arma en sus manos. Y al parecer las sorpresas aún no habían acabado. Ya que el arma que estaba usando, era una réplica exacta de los kunai del Cuarto Hokage y eso incluía los sellos de teletransportación.
Esto solo confirmaba lo evidente. El chico podía usar tanto las habilidades de su padre como las del clan Uzumaki. Si hacia memoria, en Konoha solo había una Uzumaki, después de que el Remolino fuera erradicado. Era la misma Uzumaki que su padre intento secuestrar hace muchos años. Y fue en ese momento que la mirada de A se amplió en incredulidad.
El chico frente a él era el hijo de Minato Namikaze y Kushina Uzumaki. Dos de los ninjas más poderosos y talentosos que la Hoja había podido ofrecer. Ambos eran fuerzas que temer en el campo de batalla. Sus habilidades rosaban con la perfección de un ninja. Y ahora mismo había sido superado por su hijo.
- Yo gano – afirmo Naruto con una mirada afilada.
Los gritos de apoyo por la incuestionable emoción y alegría por parte de los civiles y ninjas de la Arena no se hicieron esperar. Pues una vez más su Comandante Militar había demostrado su abrumadora fuerza y contra el Raikage de todas las personas. Sin duda alguna, la Arena tenia a los shinobi más poderosos de todos y estaban seguros de que nadie intentaría meterse con ellos después de tales demostraciones.
Sin embargo tales alegrías, no eran compartidas por el resto de los aldeanos y shinobis invitados. En especial para aquellos que venían de la Nube, ya que estaban pálidos del miedo al presenciar como su líder había sido superado y derrotado por el rubio que apenas y se había estado moviendo. Para los veteranos era como estar viviendo una pesadilla. El nombre del Destello Amarillo resonó en la cabeza de todos. El miedo que estaban sintiendo era como volver a la última guerra.
Aun teniendo bien en cuenta las palabras de su líder. Cada ninja de la Nube se preparó sutilmente para saltar al ataque y protegerlo de lo que posiblemente sería una muerte segura. Pues preferían morir a manos de su líder por desobedecerlo a dejar que muera a quedarse viendo y no hacer nada.
Tsunade contemplo con asombro el enorme progreso del rubio. No era una experta en Fūinjutsu pero sabía que el Cuarto era capaz de teletransportarse mediante los sellos en sus kunai y ahora mismo Naruto podía hacer lo mismo. No estaba completamente segura, pero sabía que solo podía teletransportarse a lugares que previamente se habían marcado. Y eso solo quería decir que Naruto marco todo el estadio, ya previendo un futuro ataque.
Era simplemente ingenioso y muy cuidadoso. Por eso no se había preocupado en lo más mínimo de distribuir sus kunai. Porque podía moverse tan rápido como quisiera a cualquier parte del estadio y el Raikage jamás sabría a donde habría ido.
Y aunque el orgullo comenzó a inundar su cuerpo. Era opacado por el enorme dolor que sentía en su pecho. Naruto era el hijo de uno de los Hokage más poderosos que tuvo la Hoja. Quien estaba casado con Kushina Uzumaki. Conocía a la niña por algunas historias y cartas que le mandaba su abuela Mito durante las guerras. Pero jamás la conoció en persona, ya que abandono la Hoja tras perder a su novio.
Cuando conoció a Naruto o más específicamente su apellido, sospecho que era el hijo de ambos. Pero desecho la idea cuando ningún reporte afirmaba el embarazo de Kushina. Incluso en los reportes confidenciales de los anteriores Hokage y de Anbu, ninguno decía nada al respecto. Interrogo a Kakashi sobre porque estaba vigilando a la pelirroja durante un periodo de tiempo bastante largo, aunque este se limitó a decirle que solo era por precaución a un posible ataque de la Nube.
Ahora todo quedaba en su lugar. Naruto era efectivamente el hijo del Cuarto Hokage y de la última heredera real del Remolino. Naruto era prácticamente un príncipe con tanta sangre de héroes y de grandes clanes corriendo por sus venas. Y aun así fue obligada a desterrarlo como si fuera un animal.
No le importaba en lo más mínimo que fuera todas esas cosas. Pues lo que realmente importaba y lo que más anhelaba de ese chico era lo feliz que la hacía sentir y de su fuerte motivación al igual que su terquedad e infinito positivismo. Cualidades que hicieron volver a tener fe en los Hokage y en la voluntad de fuego. Pero si hubiera indagado más, habría descubierto su verdadera herencia y pudo haberlo salvado del destierro.
Mientras tanto, con su mirada abierta en su totalidad en completo shock, Jiraiya apenas y estaba procesado lo ocurrido. Una cosa era que el rubio fuera lo suficientemente bueno como para poder crear sellos de gravedad y resistencia tan complejos. Pero otra muy diferente era liberar las Cadenas de Diamantina. Esas cadenas eran el pináculo definitivo del Fūinjutsu en todo su esplendor.
Kushina no solo podía defenderse con esas cadenas, podía repeler ataques de una fuerza devastadoras y superior a su propia fuerza. Acabar con enemigos mucho más poderosos y aún más excepcional, suprimir monstruosas cantidades de Chakra como si nada. Había más, mucho más en esas cadenas que solo una apariencia amenazante. El nivel que Naruto debía de tener para poder liberar aunque fuera una sola, ya era suficiente para superarlo por completo en Fūinjutsu.
Era obvio que la maestría y el domino en sellado era una habilidad innata en él. No era mucha sorpresa ya sabiendo quienes eran sus padres. No había duda alguna que venir a este evento fue la mejor decisión que pudo haber tomado. Pues al fin tenía su respuesta a la profecía que hace tanto tiempo le fue encomendada.
- "¿Qué harás Naruto?" – medito sumiéndose en una completa seriedad – "Demuestra que no me equivoque contigo. Muéstrame que puedes ser el niño de la profecía. Perdona a tu agresor, demuestra que hay paz en tu corazón para perdonar los males de todos y a traer la paz al mundo".
- ¿Ese en verdad es Naruto? Es increíble que pudiera vencer al Raikage – murmuro Kiba en shock ante el increíble avance que tuvo su amigo.
- Naruto-kun es realmente impresionante – afirmo Hinata con un pequeño sonrojo.
- ¡Increíble! ¡Simplemente increíble! – exclamo Lee con nada más que emoción – ¡Las llamas de la juventud de Naruto arden intensamente! ¡No puedo esperar a luchar contra ti, Naruto-kun!
- Nunca imagine que podría mejorar tanto – agrego Shino y aunque no lo demostrara, estaba realmente asombrado.
- Temari, tu dijiste que esos sellos que libero eran de gravedad y resistencia. Si solo necesitaba teletransportarse, ¿Por qué los libero?
Cuestiono Tenten claramente confundida, pues noto que a diferencia de la velocidad de Lee, Naruto no realizaba ningún movimiento para moverse. Lo que dejaba solo la explicación de que no lo hacía, se teletransportaba justamente como lo hacía el Cuarto. Supuso que los sellos para teletransportarse eran invisibles como los que tenía en todo su cuerpo y por eso no veía nada.
- Porque Naru-kun sabe que ese sujeto es fuerte. Por eso libero los sellos, solo como precaución. Ya que a diferencia del Naru-kun que conocían antes. Ahora él no toma riesgos innecesarios. Analiza al oponente y está listo para darlo todo desde el inicio – respondió Temari con calma.
- Naruto en verdad se encuentra a otro nivel, no puedo creer que sea tan veloz – murmuro Neji en completa incredulidad, aunque una sonrisa se formó en su rostro al ver el estado del asesino de su padre – "Nada me gustaría más que lo mataras, pero sé que tú no eres así, Naruto. Pero, sea la decisión que tomes, yo la apoyare."
- Bueno, él dijo que acabaría en menos de cinco minutos – comento Temari con una sonrisa orgullosa – y Naru-kun jamás miente.
- "¡¿Como lo hizo?! ¡¿Cómo demonios ese estúpido pudo derrotar a un Kage con tanta facilidad?!" – se cuestionó Sasuke con veneno a la vez que sentía como su cuerpo comenzaba a temblar de la rabia – "¿Qué fue lo que hizo ese perdedor para obtener ese nivel?"
Ni con su Sharingan activo pudo ver nada. Le era completamente imposible, apenas y podía seguir la velocidad del Raikage, era difícil, pero podía. En cambio, con Naruto, esa era otra historia. No podía seguirlo cuando desaparece y apenas se daba cuenta cuando reaparecía. Y en cuanto a esas cadenas, era Chakra puro, no podía copiar algo si no podía ver los sellos que se empleaban o el secreto detrás del Jutsu.
- "¿Ese es en verdad Naruto?" – pensó Kakashi incrédulo que ni con su Sharingan pudiera seguir sus movimientos.
E incluso ver esas cadenas, le recordaron tanto a Kushina. Era asombroso el nivel de poder y velocidad que había adquirido. Era como ver las mejores cualidades de Minato y Kushina siendo demostradas con tanta naturalidad por Naruto.
Aun en su situación actual y con la posibilidad de morir de otras maneras diferentes. Una sonrisa retadora comenzó a formarse en el rostro A. Sin duda alguna el chico era bueno. Pudo nivelar la situación sin mucho esfuerzo y jamás se inmuto ante su presencia. Eso ultimo ya era lo suficiente como para darle crédito.
- Veo que mis conclusiones son acertadas. ¡Eres el digno hijo de Minato Namikaze y Kushina Uzumaki!
El estridente grito del Raikage solo confirmo el miedo de muchos ante las similitudes del rubio con el Cuarto Hokage. Aunque para muchos otros, principalmente los ninjas y civiles de la Hoja, solo genero un shock colectivo al descubrir que el mocoso demonio al cual habían logrado desterrar de su hogar, no era otro que el hijo de una figura tan imponente al igual de importante.
- Tienes mi aprobación, chico. Pero no te regodees en tu victoria por mucho tiempo – afirmo A con tranquilidad – pude haber luchado más seriamente si me lo proponía, solo quería medir tu nivel.
- Como ya le dije, no me importa lo que usted crea. Su aprobación o sus palabras no me importan, deveras – afirmo Naruto retirando el kunai de la garganta del hombre – en lo que mí respecta, solo busca una excusa para no admitir su derrota.
- Tu padre tenía mucho más respeto por sus enemigos de lo que tú me estas demostrando – dijo simplemente, aunque el enojo en su voz era claro.
- Interrumpe los exámenes por sus estúpidos motivos. Cree que tiene el derecho para negar mi herencia solo porque conoció a mi padre. Ordeno capturar a una amiga cuando era joven y cuando fracaso, pidió la muerte de quien detuvo a su secuestrador – aclaro con seriedad y molestia en cada palabra – y su aldea ordeno secuestrar a mi madre cuando era una niña. En lo que mí respecta, usted no merece mi respeto, sino que lo mate.
- Lo afirmas como si realmente hubieras podido hacerlo.
- Y pude desde que entro en la arena del estadio – simplifico no dejando lugar a debate – su Chakra regresara a la normalidad en un par de horas, regrese a su lugar y no vuelva a causar problemas. No importa que tan leal sean sus ninjas, todos atacaran si lo mato y si eso ocurre, tendremos que matar a cada ninja de la Nube presente. Use la cabeza y piense en su gente – y con eso último, retiro sus cadenas, dejándolo libre.
Una vez liberado, A comenzó a mover sus extremidades y se dio cuenta que lo que escucho fue verdad. Se sentía extremadamente débil. Apenas y su Armadura estaba rodeado su cuerpo y no podría protegerlo de ataques de alto nivel. Pero eso no le impidió dar unos pasos al frente y encarar al rubio.
Se estaba burlando de él, no. Le estaba ordenando que hacer. Lo humillo, tan seguro estaba de su victoria que apenas e hizo un movimiento. Dio su máximo y el mocoso lo supero como si nada. Sentía que la sangre le hervía. Pero en algo tenía razón. Y era que no podía dejar a su Aldea sin un líder, no podía sacrificar la de su gente en vano. Su deber era para con su gente y tenía que ver primero por ellos. por lo cual se forzó a si mismo a calmarse.
- Por lo que dices, es claro que te refieres al Hyuga que asesino a mi Comandante Militar, es justo una muerte por otra. Y es claro que viviste en la Hoja. Pero ahora eres de la Arena, eso es muy interesante.
- Y un acto de traición cuando pide la paz, ¿Qué cree que sería justo? Ambos sabemos que eso no fue solo obra de su Comandante Militar. Así que deje de actuar como si sus actos ruines y despreciables estuvieran justificados.
- No deberías dejar que tus emociones te nublen el juicio. Todos los países luchan para hacerse los más poderosos. ¡El débil es aplastado! ¡Solo los tontos creen que podrá existir la paz sin sacrificios! ¡Esa es la verdad ineludible del mundo ninja!
- Se equivoca. Porque este tonto que cree en la paz, lo venció. Los débiles pueden volverse fuertes si tienen la motivación correcta. Los fuertes pueden volverse arrogantes y caer en la debilidad sin saberlo – declaro con convicción – no importa la verdad en la que usted crea si hay alguien que no la acepta y está dispuesto a cambiarla.
Analizando lo que dijo, A solo observo detenidamente al rubio. No había ni una pizca de duda o remordimiento en sus palabras. Era claro que no lo convencería de lo contrario. Y por otro lado estaba el hecho de su victoria. Cuando dos personas de un nivel muy alto entraban en una lucha, solo acaba de dos maneras. En una lucha prolongada y devastadora. O en una rápida y contundente. Y eso fue efectivamente lo que ocurrió.
Sabia admitir una derrota cuando era clara. Aunque eso no quisiera decir que la aceptaría y simplemente se quedaría cruzado de brazos. Pues quería una pelea donde ambos pudieran luchar sin restricciones. Por lo cual solo dio un asentimiento y dio media vuelta para comenzar a caminar en dirección hacia el palco de los Kage con paso tranquilo. Donde al llegar al extremo, solo se limitó a dar un salto para poder aterrizar frente a los demás Kage.
Sin embargo, antes de que pudiera dirigirse a su lugar, observa como el Kazekage está de pie frente a él impidiéndole el paso. Su mirada afilada y precavida le aseguraba que no estaba contento con su decisión de enfrentar al rubio.
- Que esto no se repita, Raikage-dono, no quiero tener verme envuelto en una lucha solo por un capricho – hablo con severidad y clara molestia.
- Lo tomare en consideración – dijo A sin mucha preocupación, luego poso su mirada en sus guardaespaldas aun prisioneros – déjelos ir, esto ya se acabó.
- No le pedí que considerara nada – afirmo, asiendo entender que sus palabras fueron una orden – no permitiré ninguna agresión contra mis ninjas o mi Aldea. Así que será mejor para los dos que la próxima vez piense en las consecuencias antes de actuar.
Y finalizando su advertencia, Gaara hizo un simple movimiento con su mano y los Anbu que tenían sometidos a los guardaespaldas del Raikage desaparecieron y a su vez la arena que los retenía se disipo. Por su parte A se veía claramente molesto. No era alguien que tolerara que alguien le hablara de esa manera, pues lo hacían ver como un estúpido.
Pero dada las circunstancias, poco o nada podía hacer al respecto. Por lo cual con un resoplido asintió y se dirigió a su lugar con una mueca de disgusto, tratando de ignorar su propio enojo. Por su parte, Tsunade le estaba regalando una mirada molesta al hombre, ya que aún seguía molesta por que fuera y atacara al rubio sin razón.
- ¡Lamento profundamente los inconvenientes! ¡Los Exámenes se reanudarán de inmediato y por favor disfruten del evento!
Con el aviso dado para todos los presentes en el estadio. Gaara regreso y se sentó de nuevo en su lugar. Esperando no tener que presenciar otro desafortunado evento.
Analizando el confrontamiento con calma. Ōnoki descubrió cosas bastante alarmantes, y era que el rubio no solo era el hijo del mayor asesino que pudo presenciar la Roca. Sino que también poseía sus habilidades más características y si eso no era suficiente. Poseía las habilidades únicas de los Uzumaki. Sin duda la Arena había adquirido un poderoso ninja a sus filas.
Si bien la Arena podía mantener una posición neutral, fácilmente era más fuerte de lo que dejaba ver. Debería tener bastante bien vigilada a toda la Arena y en especial al Kazekage y al Namikaze. Ya que lo último que quería era enfrentarse a esos dos sin tener bien establecidas sus habilidades.
Mientras tanto, Mei tenía una sonrisa seductora en su bello rostro. Pues el joven en medio del estadio era sin duda bastante atractivo, por no mencionar que era sumamente atractivo a sus ojos. La alianza entre la Niebla y Arena ahora era una cosa completamente necesaria. No solo para prevenir que tipos como el Raikage decidieran atacar cuando más vulnerables se encontraban.
Sino también porque el poder que obtengan de la alianza los ayudaría a recuperarse mucho más rápido. Sin mencionar el hecho de que ese chico rubio era sin lugar a duda, su tipo de hombre. Fuerte, decidido, valiente y seguro de sí mismo. Con una determinación inquebrantable. Por no mencionar que esas marcas de bigotes le daban un toque salvaje, que lo hacen ver muy sexy.
- "No estaría mal agregar a la alianza un matrimonio político" – pensó mientras se mordía ligeramente el labio inferior con picardía.
- Kazekage-dono. ¿Hace cuánto que Naruto se unió a la Arena? – pregunto Tsunade con calma.
- Hace tres años, Hokage-dono. Exactamente seis meses después de lo que le ocurrió – respondió Gaara con una pequeña sonrisa – Temari lo encontró en pequeño pueblo aliado. Paso por mucho antes de que ella lo encontrara, pero le aseguro, que ahora está bien.
- Es bueno saberlo – murmuro Tsunade con la cabeza algo baja.
- No se lamente, mi Lady. Naruto-kun se encuentra bien y es claro que es feliz aquí – apoyo Shizune con una sonrisa comprensiva – no deje que esos malos sentimientos arruinen este momento.
- Shizune tiene razón. Arriba esos ánimos, que en cuento este examen acabe, usted y Naruto-kun podrán reunirse una vez más. Ese es suficiente motivo para ser feliz – apoyo Guy con una sonrisa radiante un pulgar arriba.
- Muchas gracias – agradeció Tsunade sometiéndose feliz por el apoyo.
- Eso en verdad me intriga, Kazekage-dono. Hokage-dono. ¿Cómo es que el descendiente de Minato Namikaze y Kushina Uzumaki, que vivieron en la Hoja, termino en la Arena? – pregunto Ōnoki con tranquilidad, intentando recabar algo de información.
- Entrar en detalles es algo de lo cual no puedo hacer, por respeto a Hokage-dono – aclaro Gaara con tranquilidad – lo que sí puedo decir es que Naruto vago de un lugar a otro sin afiliarse a ningún pueblo o aldea por seis meses. Hasta que finalmente mi hermana lo encontró por casualidad y cuando lo trajo ante mí, le ofrecí ser parte de la Arena como uno de mis ninjas.
- Y pensar que tal promesa de ninja se encontraba rondando por ahí. Hubiera sido una fortuna que llegara a mis filas. Pero supongo que la suerte influyo en esta ocasión – comento A con ligera envidia, tener al chico de su lado hubiera sido realmente algo bueno.
- No creo que sea necesario interrogar más a Kazekage-dono. Es obvio que todos tenemos preguntas. Ya sea por un motivo o por otro. Pero es descortés hacerlo en estos momentos cuando finalmente los jóvenes van a luchar.
Apoyo Mei con una sonrisa amable, ganando un asentimiento de gratitud por parte del pelirrojo. Y aunque ella misma tenía varias preguntas y aun más deseos de conocer a ese joven rubio. Necesitaba hacerlo en tiempo y forma. Ahora que había visto y conociendo lo que la Arena tenía para ofrecer, más que nunca estaba deseosa de una alianza. Su Aldea lo necesitaba con desesperación. Por tanto, necesitaba comenzar a ponerse del lado bueno del Kazekage.
Podía comprender de cierta manera la razón por la cual querían una alianza con su aldea incluso en un estado tan débil. Con la Roca odiando abiertamente al difunto Cuarto Hokage y la Nube intentando demostrar que estaban por encima de todos. Era más que claro que necesitaban de aliados si no querían sufrir un ataque.
Aunque también cabía la posibilidad de que estuviera dándole muchas vueltas al asunto. Por lo cual simplemente decidió encogerse de hombros y esperar pacientemente a poder obtener un buen trato con la Arena para que su Aldea se fortaleciera y recuperara con mayor rapidez. A la vez que encontraban en una Aldea sumamente poderosa, genuinos aliados. Donde se aseguraría que duraran por mucho tiempo.
En la arena del estadio
- ¡Naruto-niichan eso fue increíble! ¡Eres incluso más asombroso de lo que recordaba! – exclamo Konohamaru quien había llegado con el rubio y lo observaba a su rival con estrellas en los ojos.
- Hehe gracias Konohamaru. Pero ahora ve y fórmate con los demás, ya quiero ver lo mucho que has progresado, deveras – pidió Naruto con una gran sonrisa zorruna.
- Y no te defraudare, Naruto-niichan. Solo espera y veras todos y cada uno de mis asombrosos movimientos. Te probare que soy el mejor.
- Esa es la actitud – dijo, extendiendo su puño a su rival.
La sonrisa de Konohamaru solo se amplió de oreja a oreja al ver el gesto de su antiguo rival. Respondió al gesto, chocando su puño contra el de él. Para luego correr y alinearse con el resto de Genin. Con una nueva seguridad llenando su pecho de confianza y listo para dar aun más de lo que estaba pensando dar.
Pues antes iba a luchar y ganar para honrar la memoria de su antiguo rival y demostrar porque todos se había equivocado. Pero ahora no solo lucharía por eso, pues lo haría para demostrarle a Naruto lo mucho que había progresado y lo lejos que había llegado gracias a sus enseñanzas. Lo haría sentir orgulloso.
- ¡Estos doce Genin son lo mejor de lo mejor de sus respectivas aldeas! ¡Y hoy demostraran de lo que son capaces, para probar que merecen ser ascendidos a Chunin!
Exclamo Naruto con alegría mientras concentraba Chakra en sus cuerdas vocales para poder ser escuchado por todos. A lo cual, todo civil y shinobi de la Arena exclamo con gritos y aplausos de emoción. Mientras que la gran mayoría de los invitados permanecieron serios, pues aún tienen presentes la figura del Destello Amarillo al ver al sensor. Aunque viendo la alegría en el rostro de su Mizukage, los civiles y shinobi de la Niebla comenzó a unirse al coro de aplausos y gritos de apoyo y emoción.
- ¡El ganador será aquel que logre derrotar primero a su oponente! ¡intervendré si considero que la lucha tiene un ganador definitivo, alguien se rinde o para preservar la vida de alguno de los Genin, deveras! ¡Esta será la primera ronda de los Exámenes de Chunin! ¡¿Quedo claro?!
- ¡Hai! – exclamaron los jóvenes Genin en perfecta sincronía.
- ¡Bien! ¡Se clasifico la lucha entre los finalistas al terminar la Segunda Etapa de los Exámenes Chunin! ¡Por lo cual, Kadachi de la Nube y Barroth de la Roca, serán los primeros en luchar! ¡Los demás participantes favor de pasar al palco de los participantes!
Palco de los Jonin
- Vaya, aun no puedo creer que ese sea Naruto. Se ve menos estúpido y gritón – comento Kiba al ver el profesionalismo que estaba demostrando el rubio.
- Muchas cosas han cambiado. Aunque me gustaba más cuando era más bajito que yo – dijo Temari con una pequeña risa.
- De hecho – murmuro Kiba olisqueando en dirección a la rubia.
- Mas te vale tener una explicación para eso – amenazo Temari con una mirada de muerte por el atrevimiento del castaño.
- Kiba, ya te he dicho que no olisques a las personas sin su permiso – reprendió Hinata golpeándolo en la cabeza con fuerza – perro malo y pervertido.
- ¡Oye, no lo hice por esa razón! – se quejó Kiba con un chichón gigante en su cabeza y una lagrima en su ojo – ¡Lo que pasa es que Temari y Naruto están impregnados con el olor del otro! ¡Y quería preguntar la razón!
Temari se sonrojo un poco al escuchar los motivos del castaño. Y se sonrojo un poco más al ver que ahora el centro de atención de todos en el palco. Pues el grito de Kiba no pasó desapercibido por nadie. Y no ayudaba que ahora mismo todos la estuviera viendo y esperando una respuesta, claro con excepción de Hinata que ya la conocía.
- Bueno, supongo que eso es algo normal entre esposos – respondió Temari con una sonrisa divertida mostrándole al grupo su anillo de bodas – por eso mismo llevo el símbolo de los clanes de mi esposo. Ahora soy Temari Uzumaki Namikaze
Todos miraron incrédulos la sortija en el dedo de la rubia. Jamás imaginaron que el siempre alegre, ruidoso y energético Naruto llegaría contraer matrimonio a una edad tan temprana. Sin embargo, eso no hizo que la alegría disminuyera. Incluso Shino mostro una sonrisa aún más grande de lo usual ante dicho acontecimiento.
- ¡No puedo creerlo! ¡Las llamas de la juventud arden intensamente en ustedes dos! ¡Es maravilloso que el amor juvenil floreciera de esta manera! – exclamo Lee con completa alegría.
Aunque de forma casi inmediata remplazo su alegría y comenzó a llorar a cascadas a la vez que se arrodillaba frente a Temari e inclinaba repetidamente la cabeza en forma de disculpa.
- ¡Pido mil disculpas Temari-san! ¡Pero no traje ningún presente por su boda, esto es deshonroso!
- Hehe no te preocupes. Darme un regalo no es la gran cosa, tampoco sabias sobre la boda – dijo Temari con una gota de sudor al ver la extraña actitud del chico.
- ¡Lee Cálmate! ¡Temari dijo que no hay problema, nos estas avergonzando! – grito una furiosa Tenten al darse cuenta de que ahora eran el centro de atención de todos.
- ¡No hay excusa! ¡Por tal falta de respeto, le daré cien vueltas a la Arena para reponer mi falta! – grito Lee con convicción y aun llorando en cascadas.
- ¡Lo hubieras hecho de todos modos! ¡Esto es solo un pretexto para tus locos ejercicios! – grito Tenten con los ojos en blanco y varias venas sobre su cabeza – ¡Si quieres reparar el error, acompáñame a comprar armas ninja! ¡Temari usa su abanico y claramente Naruto usa los Kunai del Cuarto! ¡Un buen regalo es expandir su repertorio de armas!
- Tu solo me generas vergüenza – murmuro Neji con una mano sobre su rostro al ver la actitud de su amigo – un buen regalo sin duda sería un pergamino de clanes, que hable de como una cabeza de clan debe actuar correctamente. El conocimiento es el mejor regalo.
- Veo que ustedes no saben nada. Akamaru y yo podemos encargarnos de buscar algunos cachorros de nuestro clan. Me encargare de elegir a los más tiernos – dijo Kiba con una enorme sonrisa – supongo que ya viven juntos y un hogar no es un hogar sin un cachorro – afirmo viendo a la rubia y recibiendo un ladrido de confirmación de Akamaru.
- No todos necesitan de cachorros para ser feliz, Kiba – murmuro Shino con tranquilidad.
- Oh y supongo que tú tienes una mejor idea. ¿acaso pensabas regalarles insectos? – pregunto Kiba con molestia.
- No cualquier clase de insectos. Sino insectos especializados en eliminar plagas indeseables como los arácnidos. Además de otras variantes que puedan ayudar para volver las tierras más fértiles – respondió Shino con seguridad – viendo como la Arena está siendo más fértil, mi regalo podría ser mucho más efectivo, aprovechable y fructífero que simples cachorros que marcan su territorio en todos lados.
- ¡Ha!, sigan ofreciendo sus ideas tontas. Porque cuando llegue con cajas de ramen premium de edición limitada para Naruto-kun. Y ropa y lencería adecuada para Temari. Sus regalos se verán insignificantes en comparación – afirmo Hinata con una sonrisa arrogante e inflando el pecho en orgullo.
Y de un momento a otro, todos comenzaron pequeñas discusiones en torno a los regalos que podrían brindar y por supuesto, cual regalo sería el mejor. Todo bajo la mirada de Temari que tenía los ojos bien abiertos y parpadeando repetidas veces en un intento de comprender el cómo las cosas se salieron tan rápido de control. Y no fue hasta que sintió una mano en su hombro que salió del shock. Donde al girar se encontró con la mirada divertida de Iruka.
Regreso la mirada al caos de los chicos y luego a su suegro. Donde no pudo evitar comenzar a reír ante lo hilarante de la situación. No podía creer que todos estuvieran tan preocupados por un simple regalo de bodas. Pero sabía que tal alboroto era debido al gran aprecio que le tienen todos ellos a su amado rubio.
Se sentía tan feliz de que Naruto contara con el apoyo y alegría de todos ellos. Pues solo confirmaba lo que ya sabía. Y era el hecho de que Naruto contaba con una amistad completamente genuina y leal de todos ellos. Eso en verdad la alegro y solo podía esperar a verlos la reunión de todos.
Mientras tanto, algunos metros lejos del bullicioso grupo, Sakura tenía sus ojos envueltos en lágrimas. Pero eso no evito que una mirada molesta, completamente dirigida a la rubia de la Arena se formara en su rostro. Pues ella le había robado el corazón de su amado rubio. No era justo, finalmente lo había encontrado y estaba lista para confesar sus sentimientos. Solo para descubrir que Naruto ya se encontraba casado.
Pero se negó firmemente a aceptarlo. No había pasado tanto y sufrido un infierno tras la partida del rubio. Solo para que esa mujer le arrebatara al amor de su vida. No se daría por vencida tan fácilmente, iría con Naruto y una vez que se le confesara. Lo haría entrar en razón y le haría ver que ella también era su verdadero amor.
Por su parte, Jiraiya que no había perdido nada de la conversación del grupo frente a él. Sonrió con orgullo. Su ahijado no solo demostró que podría ser ese niño de la profecía al perdonarle la vida a su atacante. Sino también por cómo había influenciado tan positivamente en esos jóvenes. Ahora lo sabía, tenía su respuesta a la pregunta que por tanto tiempo había estado buscando.
Sabía que el destierro pudo haber sido algo duro. Pero sin duda los años lejos de la Hoja lo moldearon al chico para mejor. Y ahora que sabía de su linaje, podía hablarle de sus padres y de lo que ellos esperaban de él. Tenían mucho por lo cual ponerse al corriente.
Estaba completamente orgulloso del hombre en que se convirtió y no podía esperar para felicitarlo por su progreso y ofrecerle ser su estudiante de nuevo. Pues con el potencial que ahora tenia, podía enseñarle a explotar ese potencial a nuevos niveles.
Tal vez tendría que llevárselo de la Arena para un viaje de entrenamiento. Pero conociendo al chico, sabría que no se negaría. Después de todo, el chico no era alguien que guardara rencores. Estaba seguro de que una disculpa lo arreglaría todo y más cuando le dijera que era su padrino. Y que estaba planeando entrenarlo para volverlo aún más fuerte.
- "Sabia que no me había equivocado contigo, Naruto" – pensó con una enorme sonrisa alegre.
Nos vemos de nuevo
Y con esto da por finalizado este gran capitulo gente!!! No me había puesto a analizarlo, pero ha sido un largo viaje hasta llegar aquí. Ya que estamos a solo tres capítulos más de quedar justo donde el autor original lo abandono. Y solo déjenme decirles que tengo grandes planes para el futuro de esta historia, pero eso ya lo irán descubriendo poco a poco conforme siga avanzando la historia.
Y con respecto a este capítulo, ¡dios en verdad que me encanto! No solo por todo lo que transmite y quiere dar a entender. Sino también por como todos se sentían con respecto al destierro y revelación de la herencia del rubio.
Conforme la historia siga avanzando mayor se ira revelando cada fragmento faltante a la historia y nuevos acontecimientos vendrán acompañados, junto con muchas peleas, que seamos francos, sé que a muchos les encanta eso. Pero para ello, recuerden que tienen que votar pues es un muy buen medidor para saber que tanto les está gustando la historia.
Ahora sin más rodeos, pasemos a las curiosidades del capítulo:
Minato Namikaze fue un hombre talentoso y muy poderoso, muy respetado por sus firmes ideales de poder conseguir la paz y de hecho lo consigue al final de la Tercer Guerra Ninja. Pero tristemente la consiguió debido a su monstruosa habilidad de acabar con batallones enteros en tan solo unos cuantos segundos. Y no mediante el dialogo como le hubiera gustado.
Por esta misma razón, cada ninja o civil que conoce la historia del Relámpago Amarrillo que no es de la Hoja y ahora también de la Arena. Le teme hasta los huesos incluso con años de muerto. Su solo nombre transmite miedo a sus enemigos. Por lo cual ver a un joven con su apellido y básicamente siendo una copia de ese hombre. Solo puede generarles un profundo terror.
En especial a aquellos de la Roca, pues esta aldea en específico fue quien más sufrió durante esa gran guerra. El Tsuchikage es un hombre que siempre está preparado para la guerra, es orgulloso, terco y muy rencoroso. Por tal, no es de extrañar que odie hasta la medula a cualquiera que se parezca al mayor enemigo de la Roca.
Pero también es sabio y analítico, y diferencia de A, sabe a la perfección que no puede salir corriendo y exigir respuestas. Por eso se queda quieto en su lugar. Analizando y meditando en lo que la aparición de Naruto podría significar.
A en cambio, es un hombre con un temperamento en extremo volátil, respeta la genuina fuerza y siempre quiere dejar en claro que es el, quien tiene la última palabra. Y debido a que desarrollo una rivalidad contra el Cuarto Hokage al verse superado por este en velocidad. No tolerara que alguien lleve su apellido y mucho menos que intente parecerse a su rival si él no lo autoriza.
Y aquí un pequeño paréntesis. En la historia original A ataco y amenazo a Naruto de forma abierta y nadie movió un solo musculo y se le quedaron viendo como idiotas. Inclusive Naruto acepto el desafío y parecía disfrutarlo, como si fueran amigos de toda la vida. Y al final de esa pelea se da a entender que lo respeta y tan tan, todo resuelto. Eso jamás me gusto, en lo más mínimo.
Como se los dije, la historia comienza a tomar un rumbo un poco oscuro. No tanto como para solo enfocarme en eso. Pero si como para que se note el cambio. Pues aquí Naruto, sabe de los actos del Raikage contra los Hyuga. Sabe perfectamente que no iban a tratar a la pequeña Hinata con cuidado y respeto, al solo hacerle unos pequeños estudios y luego dejarla ir.
Sabía que iban a investigar tanto como pudieran sobre el Byakugan sin importar cuanta tortura tuviera que sufrir esa pequeña niña. Eventualmente cuando descubrieran todo lo que pudieran, le arrancarían los ojos y seguramente la violarían apenas tuviera la edad para dar hijos con un Doujutsu.
Sabía que ese destino era el mismo que habría sufrido su madre a manos del tercer Raikage cuando este intento secuestrarla de niña y fue su padre quien la salvo. Por tales motivos, supo que tanto Tercero como Cuarto eran iguales. Y es por eso de su hostilidad y gran desprecio hacia A
Y antes de que alguien diga algo, Minato pudo acabar con A en solo dos movimientos cuando se enfrentaron, si no fue así, fue por la intervención de Bee. Las cadenas de diamantina junto con los sellos del dios del trueno son una peligrosa combinación. Y A al confiarse perdió solo un poco antes.
Pero funcionan muy bien solo y cuando el enemigo solo se concentra en Naruto, pues en el caso de Deidara y Sasori, ambos intentaron distraerlo al intentar dañar deliberadamente a los aldeanos, por eso se las vio tan difícil.
Oh y solo como curiosidad, en efecto, las cadenas de diamantina son una habilidad característica de las mujeres Uzumaki, pues ellas pueden dominarlas con una gran facilidad. A diferencia de sus contrapartes masculinas que debido al enorme esfuerzo, paciencia y determinación que les llevaba dominar aunque sea solo una. Optaron por especializarse en el Fūinjutsu convencional.
Las cadenas de diamantina son el resultado del Chakra único de los Uzumaki sumado a su gran conocimiento en Fūinjutsu. Una mujer Uzumaki puede liberar las cadenas sin ser experta en Fūinjutsu pero las cadenas no serian tan poderosas en comparación a alguien que si sepa. Además de que su uso se vería enormemente restringido (tal es el caso de Karin).
Todo lo anterior no es canónico y es de mi propia invención, ya que aparentemente a Kishimoto no le pareció importante explicar en detalle el uso de estas cadenas. Ya que en el punto en que aparecieron por vez primera, prefirió hacer más poderoso a los Uchiha restantes. Darle más poderes al Sharingan y darle más protagonismo a Sasuke y todo su clan de dementes que a Naruto y su clan... quien es el protagonista.
Pero regresando al tema, en esta historia, Naruto tardo poco más de dos años en poder dominar las cadenas de diamantina aun y con clones de sombras en masa. Eso da a entender lo complejo y duro que es para un hombre Uzumaki liberar tales cadenas. Y sobre cuantas puede liberar, es un total de 8 cadenas hasta este punto de la historia y el Uzumaki más fuerte en esta rama es Kushina al poder liberar 14 en su máximo y 7 después de un parto y la extracción de su Biju.
Con las cuales pudo contener al zorro de nueve colas en su máximo poder aun en su terrible estado. Prueba de que Kushina era una Kunoichi en extremo poderosa, superando al Tercer Hokage y a los tres Sannin. Siendo solo Tsunade con su sello liberado quien podría igualársele.
Pasando con la actitud de Jiraiya, este hombre siempre ha creído en una sola cosa: la paz. Pero no una paz que él pueda alcanzar o preservar. No nada de eso, eso lo haría esforzarse más. Pues sabe que la paz solo la alcanzara el niño de la profecía, como el Gran Sapo se lo dijo en su juventud. Por lo tal no le importa dejar a estudiantes detrás con tal de estar seguro de haber encontrado al correcto.
Sabe que lo que hizo con Naruto estuvo mal, pero en su mente sabía que no podía perder su tiempo con alguien que no fuera el niño de la profecía. Pues necesitaba entrenarlo para que pudiera traer la paz al mundo ninja. Ahijado o no, era necesario.
Pues su búsqueda era algo más grande que el mismo o sus propios intereses. Y eso lo tenía claro. Por tal motivo al ver el enorme parecido de Naruto con sus padres y de su enorme potencial. Supo que su larga búsqueda había terminado.
En cuanto a Sakura, bueno, pues que les digo, es una chica inestable, que busca la aprobación de todos y está obsesionada con encontrar al amor de su vida. Es cierto que en algún punto, creció y se volvió mejor, pero solo fue hasta que fue orillada a lograrlo, jamás por convicción propia.
En cuanto perdió todo el cariño por Sasuke, el único que abiertamente la amo tanto como ella llego a amar al Uchiha, no era otro sino el mismo Naruto. Donde al verlo de nuevo. No estaba dispuesto a dejarlo ir, se esforzaría como jamás lo había hecho en el pasado y lograría obtener su corazón. Estaba segura de hacerlo ver la verdad de sus sentimientos y hacerle olvidar a Temari.
Si, creo que eso terminaría por cubrir los aspectos más relevantes del capítulo. En verdad espero que les haya gustado, y ya saben que si fue así, revienten el contador de votos para saber que les está gustando la historia y el rumbo que está tomando. Ya que de esa forma ayudan a que la historia crezca en la plataforma. Sin nada más que decir, cuídense y nos vemos en otro capítulo raza!!!
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