La unión de dos almas

Finca Sabaku – noche

Llegando después de un día bastante ocupado, la pareja de rubios más popular de la Arena finalmente había llegado a su hogar después de un día verdaderamente pesado, o al menos fue pesado para Naruto el cual solo fue arrastrado de un lugar a otro mientras que Temari caminaba con tranquilidad agregando más y más cagas que su amado rubio tenía el trabajo de llevar a diferentes lugares con extremo cuidado con ayuda de sus clones, justo como estaba haciendo ahora mismo pues detrás de ambos rubios se encontraba una pequeña multitud de clones cargando cada uno una pila de cajas de al menos cinco pisos.

Aunque la pareja se confunde enormemente cuando ven a Gaara justo al pie de la entrada de su hogar, y lo que era aún más desconcertante era su mirada inusualmente seria.

- ¿Todo está bien, Gaara? – pregunto Naruto con una ceja levantada en confusión.

- En realidad, sí. Es solo que ha ocurrido algo realmente desconcertante – respondió Gaara con calma.

- ¿Akatsuki de nuevo? – pregunto poniéndose serio de repente.

- Nada de eso. No es ninguna amenaza o algo parecido. De hecho es algo que los incumbe a ambos – agrego disipando las dudas de un nuevo ataque enemigo.

- No comprendo y ¿porque estamos discutiéndolo aquí afuera? – cuestiono no entendiendo nada realmente.

- Bueno verán...

- ¡Ya se! – exclamo Temari con una enorme sonrisa radiante en su rostro mientras sus ojos parecen brillar con estrellas. Cosa que confundió mucho a los varones – ¡Viniste para pedirnos un consejo para invitar a Matsuri como tu acompañante en mi boda!

La mirada seria de Gaara se mantuvo incluso después de la declaración de su hermana, aunque sus ojos abiertos en su totalidad y un ligero pero notable rubor se comenzaba a formar en sus mejillas. Para Temari esto no podía ser más perfecto, su hermanito finalmente estaba siguiendo adelante en su vida no solo profesional como un el Kazekage, sino también en lo emocional, nada le haría más feliz que verlo con una chica en el día más especial y feliz de su vida.

Esa chica Matsuri podría ser una Chunin e incluso si la memoria no le fallaba, era uno dos años menor que su hermanito. Pero eso no le importaba mucho realmente. Ella era dos años mayor que su amado rubio y aquí estaba lista para casarse con él. La chica era realmente alegre y sumamente encantadora, lista y valiente. Definitivamente la aceptaba como cuñada, no importaba que tanto tuviera que empujar a su hermanito para que tuviera a esa chica a su lado.

- Nuestra boda – murmuro Naruto en un intento de hacer entrar en razón a su prometida.

- Y el asunto que vine a tratar es otro y de mayor importancia – aporto Gaara en un intento de desviar el tema – Naruto alguien te espera dentro.

Tal declaración hizo que la pareja de rubios mirase confundidos al pelirrojo, pero sabiendo que no era momento para bromas se pusieron serios y decidieron entrar a su hogar para descubrir quien estaba dentro. Naruto ordeno a sus clones a dejar las pilas de cajas al segundo piso de la finca.

- Muy bien, es hora de entrar – comento caminando al frente.

- Créeme hermano mío, esto puede subirte los ánimos – dijo Gaara con una media sonrisa mientras se hacía a un lado para que el rubio pudiera pasar – solo Naruto, tú y yo tenemos cosas de que hablar – dijo Gaara evitando que su hermana entrara a la finca y cerrando la puerta una vez el rubio paso.

- Pe... pero yo...

- Sin peros, es hora de discutir sobre invitar gente a vivir en mi Aldea sin mi previo consentimiento – murmuro con algo de molestia en su voz haciendo que su hermana abriera sus ojos de par en par.

- Espera... no me digas que son... - tartamudeo con nerviosismo ante la idea de que su regalo de bodas fuera arruinado.

- Créeme que no es quien tú crees y es esa misma razón la que me molesta – interrumpió e hizo una señal para que su hermana comenzara a caminar lejos de la finca y discutir del tema en cuestión.

Naruto se confundió enormemente cuando la puerta se cerró detrás de él, sin que su hermano o prometida, entraran también, pero no viendo nada raro u hostil en el ambiente, se dirigió al único lugar en su hogar donde sentía que se encontraba alguien. Su camino hacia la cocina fue como siempre, sin problemas tranquilo y despacio. Y sin embargo, no podía explicar porque un sentimiento de ansiedad, tristeza, nostalgia y anticipación se estaba apoderando de él.

Era como si de alguna manera sus sentidos se adelantaran a su propia anticipación, pero aunque los sentimientos que se enrollaban en su corazón haciendo que lata mucho más rápido, tanto que sentía que creía que se saldría de su pecho. Y cuando finalmente se posó en la entrada a la cocina, lo vio. La simple visión de lo que esperaba, le hizo sofocar un jadeo de sorpresa, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y su cuerpo comenzó a temblar.

De pie frente a la mesa se encontraba Iruka, mirando a su antiguo alumno con una sonrisa alegre y triste, tanto que simplemente no lo podía creer. Finalmente, después de tantos años, al fin podía ver a su antiguo alumno, el cual, a simple vista se había convertido en un hombre y un espléndido ninja.

- Hola, Naruto, has crecido mucho – saludo usando todas sus fuerzas para que su voz no lo traicionara.

- I... I... Iruka... Iruka... sensei... – tartamudeo mientras daba un paso al frente sin poder creer lo que sus ojos le mostraban.

- Naruto, yo... yo lo siento tanto... te juro que... si hubiera sabido... si hubiera estado presente... habría hecho hasta lo imposible para ayudarte... pero yo...

Iruka detuvo su profunda y dolorosa disculpa, cuando en casi un parpadeo Naruto ya lo estaba abrazando con tanta fuerza como si tuviera miedo de que desapareciera como si de un Genjutsu se tratara. Sin perder tiempo el castaño regreso el abrazo con la misma fuerza, pues el miedo de que su antiguo alumno le guardara odio por no poder hacer nada al momento de su destierro finalmente desapareció.

En ese momento, donde las palabras simplemente sobraban, pues a través de un abrazo y lágrimas que ninguno de los dos pudo contener. Pudieron expresar todo lo que sentían. Un insignificante huérfano al cual todos odiaban, donde solo uno estuvo dispuesto a tanto como para arriesgar su propia vida, donde a ese uno fue a quien vio como a la única figura de padre que tuvo en su vida y con quien después de años finalmente pudo volverse a encontrar. Y por otro lado estaba el hombre que vio a quienes todos llamaban el niño demonio que incluso el llego a odiar, pero conforme lo vio crecer, no pudo evitar verlo como lo que realmente era, un chico ruidoso y torpe, pero con un gran corazón y una fuerte determinación, del cual se encariño tanto como si fuera su verdadero hijo.

Después de un largo y necesario abrazo que ambos necesitaron, tanto como maestro y alumno tomaron asiento uno frente al otro, felices de poder rencontrarse, aunque después de algunos minutos, ninguno de los dos sabía cómo comenzar la conversación.

- Estas más viejo, Iruka-sensei – se burló con una pequeña sonrisa.

- Hehe, ¿tú crees? Aún estoy en mis 26. Honestamente creo que tú eres demasiado joven para ser Comandante Militar – contra ataco con una de sus clásicas sonrisas de profesor.

- Veo que te enteraste – murmuro esperando, como cualquier joven la aprobación y el respeto de su padre.

- Los Jonin de la Arena, bueno, ellos hablaron mucho acerca de ti cuando me llevaron a la sala de interrogatorios.

- ¿Ellos te hicieron algo? – pregunto poniéndose serio de repente, pues cualquiera que le hubiera puesto una mano a su sensei lo pagaría caro.

- No, fueron bastante profesionales de hecho – respondió con una sonrisa tranquila.

- Es bueno escuchar eso – murmuro soltando un fuerte suspiro de alivio – Y dime Iruka-sensei ¿Cómo has estado?

- Eh estado bien, sigo siendo maestro en la academia, aunque las cosas han estado mucho más tranquilas desde que te graduaste – comento con una sonrisa nostálgica.

Conforme avanzaba la conversación, Iruka pudo notar como Naruto en ningún momento preguntaba por la Hoja, sobre algún cambio o de si las cosas seguían igual. Lo conocía lo suficiente como para saber que cuando evitaba un tema con tanto esfuerzo, era porque le generaba mucho dolor o simplemente dejo de importarle. Aunque en este particular caso sabía que era un tanto de ambos casos.

- Sabe Iruka-sensei, Temari-chan me conto que usted junto con el equipo 8 y 9, han estado buscando pistas sobre mí, para encontrarme – murmuro con una pequeña sonrisa que contenía la enorme felicidad de decir esas palabras.

- Así es, Naruto, intentamos de todo para localizarte, aceptábamos misiones lejos de la Aldea con el único objetivo de encontrarte. Pero fue imposible – revelo con gran pesar en su voz – pero creo que fue para mejor. Todos queríamos ayudarte a regresar, limpiar tu nombre. Pero aquí, en la Arena veo con alegría que te forjaste como un espléndido ninja y te has ganado el respeto de tu gente. Estoy tan orgulloso de ti, Naruto – dijo con una enorme sonrisa alegre.

- Muchas, gracias... Iruka... sensei... significa mucho, deveras – dijo entre lágrimas que ocultaba con su antebrazo.

- Sabes, los chicos también te echan de menos, las cosas en la Hoja han estado muy aburridas sin ti en ella – comento, en un intento de poder hablar bien de los chicos, solo en el caso de que su antiguo alumno les guardara alguna clase de rencor.

- No es necesario que haga eso Iruka-sensei, ahora sé que ellos no hicieron nada debido a que se enteraron demasiado tarde de mi destierro, no les guardo rencor u odio. Y en verdad me gustaría poder verlos de nuevo en las finales de Chunin – afirmo limpiándose las lágrimas y deseando de corazón ver a sus antiguos amigos.

- ¿En la final de los exámenes Chunin? – repitió un tanto confundido – por favor no me digas que aun eres un Genin.

- Hahaha por supuesto que no. Soy todo un Jonin de elite, deveras – exclamo con una enorme sonrisa divertida por el comentario de su sensei – lo que pasa es que yo seré el tercer y último censor, del examen.

- Hehe es bueno escucharlo – dijo con una sonrisa paternal al ver el gran progreso del rubio - ¿pero cómo estas tan seguro de que ellos vendrán?

- Temari-chan se hizo muy amiga de Hinata y le comento que si ella junto con su equipo y el de Neji venían a la Arena para los exámenes, serian recibidos con los brazos abiertos – respondió con una sonrisa zorruna.

Iruka sonrió con alegría al saber que su alumno no juzgaba a las personas aun después de lo que sufrió, estaba genuinamente agradecido por eso. Aunque si había algo que lo estaba desconcertando un poco era el hecho de que ahora, su alumno le recordaba mucho al difunto Cuarto Hokage.

- Oye Naruto, desde que te vi, no eh podido ignorar tu nuevo aspecto, aun sigues siendo un fan del Cuarto Hokage – comento con una sonrisa divertida, para casi de inmediato poner un semblante triste – oh es que acaso, ¿Guardas algún parentesco con el Cuarto?

- Veo que se dio cuenta, pero dígame, ¿cuándo lo supo? – respondiendo a su pregunta con otra, Naruto ahora tenía la mirada fija en su sensei.

- Siempre tuve mis sospechas, pero una vez que dejas el odio atrás, la respuesta es tan clara como el agua. Además, no hay muchas personas en la Hoja de cabellos rubios alborotados y ojos azules – respondió con simpleza y encondiéndose de hombros.

- Ya veo. Pues está en lo correcto, el Cuarto Hokage, Minato Namikaze es mi padre y su esposa, Kushina Uzumaki ella, es mi madre – dijo con un nudo en su garganta al recordar a sus padres.

- La Aldea de la Hoja, un lugar conocido por su camaradería. Donde la voluntad de fuego arde con fuerza en todos y cada uno de sus shinobi y civiles – recito el lema por el cual la Hoja se enorgullecía ferozmente al estar por encima de las otras grandes aldeas gracias a siempre ser tan unidos – todo eso, no es más que una gran mentira – agrego bajando la cabeza en vergüenza – no pudimos ni proteger al hijo de nuestro más grande héroe, aun y cuando la respuesta estuvo frente a nosotros. Todos preferimos odiar y jamás olvidar. Traicionamos la confianza de nuestro héroe y tu gran sacrificio y carga, aun y cuando jamás tuviste una elección.

Iruka se sentía tan hipócrita, tan enfermo consigo mismo al saber que no pudo ni honrar la memoria de quien sacrifico su propia vida para salvar a su Aldea. Las lágrimas de frustración y autodesprecio comenzaron a acumularse en sus ojos, no podía ni ver al rubio a los ojos, sentía que no tenía el derecho de hacerlo, pues como todos fallo en protegerlo e inclusive en ayudarlo.

- Eso no es cierto – afirmo Naruto con toda la seguridad y seriedad del mundo mientras ponía una mano sobre el hombro de sus sensei, haciendo que este levantara la cabaza y lo mirara confundido – usted no es como el resto. Usted me guardo rencor, pero jamás odio. Dejo el pasado atrás y estuvo dispuesto a sacrificar su vida por mí. Me apoyo y me vio crecer. Eh incluso con mi destierro, jamás se rindió, deveras. Es por eso por lo que usted no es como los demás. Usted es el mejor sensei que pudo haber existido.

Tales palabras calaron profundo en el corazón del castaño, tanto que no pudo evitar derramar varias lágrimas de felicidad. Tanto que cuando finalmente pudo tranquilizare, tomo su protector y procedió a retirarla con calma, confundiendo mucho al rubio.

- Gracias, Naruto, no sabes la alegría que tengo al saber que piensas así. Aunque si no es mucha la molestia. ¿Crees que puedas darme un consejo? – pregunto con calma y una pequeña sonrisa.

- Por supuesto que si Iruka-sensei, deveras – respondió un tanto confundido, pero en el momento que vio a su sensei sacar otro protector de entre sus ropas, sus ojos se abrieron en su totalidad en completa incredulidad.

- Gaara-sama me presto esto, entonces dime, ¿Cómo me queda? – pregunto con una sonrisa ahora con un protector de la Arena sobre su frente.

Las palabras de Naruto quedaron ahogadas en su garganta, simplemente no podía creer lo que su sensei estaba insinuando. Pues estaba dispuesto volverse un ninja de la Arena, dejar atrás a su Aldea y gente, que aunque no fueran de ninguna manera los mejores, eran su gente. En verdad quería decirle que se quedara, tenerlo cerca, su compañía y sus sabios consejos, sería un sueño, seria obtener un pequeño fragmento de lo poco bueno que tuvo en la Hoja.

- Te queda muy bien Iruka-sensei – respondió con una genuina sonrisa – pero... usted pertenece a la Hoja, usted tiene su vida hecha en ella, jamás podría pedirle que abandone su Aldea.

- Me alegra oír eso – dijo con una sonrisa alegre, ganando una mirada confundida de su antiguo alumno – tu no me estas pidiendo nada, decidir abandonar la Hoja es mi decisión y solo mía. Pero que aún tengas la determinación de negarte a tal cosa solo por mi propio bien, me hace feliz. Ya que confirma que sigues siendo ese mismo chico que está dispuesto a ayudar a los demás.

- Iruka-sensei – murmuro en completa incredulidad por lo que acababa de escuchar – me alagan sus palabras, pero sigo creyendo que no debería. Aún hay gente en la Hoja que lo necesitan. El equipo 8 y 9, así como Konohamaru y Tsunade. Deberías quedarte, por ellos.

- Supongo que tienes razón, pero seguiré meditando en mi decisión sobre abandonar la Hoja – murmuro soltando un gran suspiro – y hablando del mini-Naruto, te sorprenderá saber que él, junto con Udon y Moegi, han pasado la primera etapa de los Exámenes de Chunin y están determinados en llegar hasta el final.

- ¡Eso es asombroso, deveras! – exclamo con emoción clara en su voz al saber del progreso de su antiguo rival.

- Y en verdad que lo es, el pequeño Konohamaru se ha vuelto todo un ninja. Cuando supo de tu destierro, no derramo ni una gota, me dijo que se reusaba a llorar, pues hacerlo sería admitir que te había perdido – conto con claro orgullo en su voz – se ha estado entrenando día y noche, más allá de los límites con el fin de algún día ser Hokage para cumplir todas las promesas que tú ya no pudiste y donde algo que te ocurrió a ti, jamás ocurra de nuevo.

- Ese tonto, aun después de todos estos años – murmuro con alegría viva que no podía contener.

- Así que por lo que veo, estos exámenes serán de muchos buenos rencuentros – comento con una cálida sonrisa.

- Si, estaré esperando ese día con ansias – dijo con una enorme sonrisa zorruna – ¿pero usted, sensei? Cuanto tiempo se quedará.

- Solo tengo una semana más antes de tener que regresar a la Hoja. Justo el tiempo suficiente para ver a mi alumno favorito casarse – comento ganando una mirada asombrada del rubio – bueno, solo si estoy invitado – agrego con una sonrisa tímida y rascándose la mejilla.

- Sobre eso. Ya que usted está aquí – murmuro poniéndose serio de repente y levantándose de su asiento – sé que es un poco tarde, pero ¿podría asistir a mi boda como mi padre?

Los ojos de Iruka se abrieron en completa conmoción por lo que escucho, simplemente no podía creerlo, sus ojos comenzaron a humedecerse, intento dar su respuesta, pero se vio impedido por el estrujamiento en su garganta. Poniéndose de pie, respiro de forma profunda y controlo las lágrimas que amenazaban con salir, pues necesitaba dar una respuesta.

- Naruto, ¡Cuenta conmigo! – respondió con completa seguridad y una sonrisa cálida.

- ¡Muchas gracias! – exclamo con alegría mientras hacia una profunda reverencia.

- Oye no tienes que dar las gracias. En cuyo dado caso yo debería darte las gracias – dijo con una sonrisa nerviosa – y de hecho ahora que lo pienso, no vine preparado para una boda.

- ¡No tienes nada de qué preocuparte Iruka-sensei! ¡Te conseguiremos uno y mientras tanto te puedes quedar con nosotros, deveras! – exclamo con una enorme sonrisa.

Una semana después

En un abrir y cerrar de ojos, el día de la unión entre Naruto y Temari, finalmente había llegado. Y el epicentro de esta gran ceremonia no era otro que la mismísima cueva de los tigres blancos, los cuales felizmente permitieron que la boda se realizara en su recinto, el cual fácilmente podía albergar a la nada pequeña cantidad de invitados que la rubia había invitado, así como a los meseros y cocineros, que fueron contratados para esta gran ocasión.

La cueva con sus grandes árboles, el pasto y la pequeña cascada, ya de por si era un lugar hermoso, pero ahora siendo adornado por un sinfín de adornos y tiras de focos decorativos que se extendían por todo lo largo de la cueva así como también caían hasta el suelo como si de una manta de estrellas se tratara.

Por toda la cueva había varias mesas y sillas decoradas con manteles blancos que tienen toques de ceda dorado simulando las arenas del desierto. Y sobre las mesas estaban los adornos de mesa que a todos encantaron. Mientras que en un extremo estaban los puestos de los chefs contratados de servir la comida, aunque uno en particular se encontraba cubierto por una manta blanca que colgaba desde lo alto de la cueva y tenía un listón rojo de regalo.

Pero el detalle más característico eran las sillas perfectamente alineadas donde al frente estaba un pequeño altar blanco donde se llevaría a cabo el evento principal.

La gente iba llegando en parejas, una tras otra, tomando su lugar en las mesas felices y expectantes a la gran boda que estaba por ocurrir, pues no todos los días su comandante militar y héroe de la Aldea se casaría con la Kunoichi más letal e inteligente que tenían. Era simplemente un día para conmemorar. Pero no solo eran personas quienes iban llegando, sino también los cachorros blancos que corrían de un lado a otro con diversión, mientras que los tigres adultos, estaban vigilando para que no hicieran nada imprudente, inclusive Kiara estaba en su forma adulta y no solo ella, el líder del clan de los tigres blancos, Fenrir-sama estaba presente en su forma reducida, pues de ninguna manera se perdería la boda de su invocador más poderoso.

Habitación de Naruto

En un cuarto preparado para que el rubio pudiera cambiarse sin problemas a sus ropas boda, se encontraban el rubio, Iruka, Gaara y Kankuro, pues al ser uno el padre, uno quien oficiaría la boda y el otro seria su padrino, necesitaban estar presentes para que no se acobardara en el último momento o hiciera algo estúpido.

- ¿Y bien, como me veo? – pregunto Naruto con una enorme sonrisa zorruna extendiendo sus brazos a los lados para que sus amigos pudieran ver mejor su traje.

Era un traje tradicional de una sola pieza color negro con exquisitos bordes de azul marino en la parte inferior del traje, una capa blanca con bordes de llamas rojas en los bordes que llevaba por encima del traje, donde en la parte posterior estaba escrito con kanjis rojos de forma vertical las palabras: Segundo Destello.

- Seré completamente honesto, te vez bien, pero esos mechones a cada lado de tu rostro te hacen ver extremadamente afeminado – respondió Kankuro encogiéndose de hombros – tanto que si no te conociera creería que mi hermana se está casando con otra chica.

Naruto puso los ojos en blanco y varias venas se formaron sobre su cabeza por la furia que sentía, su corte de cabello era idéntico al de su padre y no solo era genial, lo hacía ver mucho más imponente y fuerte que con su anterior corte y que su cuñado se estuviera burlando no era algo que le agradara ni un pelo.

Kankuro llevaba un traje negro con corbata del mismo color, con una camisa blanca debajo. Se encontraba desprovisto de cualquier pintura de guerra en su rostro o gorro sobre su cabeza. Revelando su cabello castaño y su rostro ligeramente maduro y serio, que en palabras de todos, se veía mucho mejor así. Y si el marionetista fuera honesto consigo mismo la única razón por la que decidió no usar pintura de guerra, era por la fuerte amenaza de su hermana donde lo castraría si ignoraba su advertencia de cero maquillajes.

Gaara e Iruka tenían un traje idéntico al del marionetista, con la única diferencia en que Gaara llevaba un moño en vez de corbata y su camisa era carmesí y no blanca. Tal diferencia era la apropiada o al menos en su juicio para alguien quien sería quien casaría al par de rubios.

- Lo dice el tipo que tiene más maquillaje que su hermana – contra ataco Naruto con una mirada de suficiencia.

- ¡Pintura de guerra! ¡Pintura de guerra! ¡¿Por qué nadie lo entiende?! – exclamo con furia viva en su voz, pues ya estaba cansado de repetir lo mismo una y otra vez.

- Ya, ya tranquilos – dijo Iruka con una sonrisa nerviosa intentando calmar el ambiente – no tenemos que pelear en este preciso momento.

- ¡¡¡Díselo al afeminado/Díselo al rarito!!! – exclamaron Kankuro y Naruto al mismo tiempo con varias venas sobre su cabeza y los ojos en blanco.

Al escuchar la declaración del otro, ambos chocaron frentes y comenzaron a gruñirse como si fuerana animales en un duelo de voluntades. Iruka tuvo un tic en el ojo por la actitud de esos dos y cuando estaba por calmarlos a la fuerza, Gaara da un paso al frente ganado su atención.

- Les recuerdo que Temari dio avisos claros a los involucrados principales de su boda, donde aquel que lo arruinara se las vería directamente con ella. ¿En verdad quieren hacerla enojar a un grado donde ni tu Naruto la puedas calmar? – cuestiono de forma estoica, haciendo que sus hermanos lo miraran con los ojos bien abiertos y pálidos del miedo.

Habitación de Temari

- Se ve hermosa, Temari-san – afirmo Matsuri con asombro.

La castaña llevaba un vestido carmesí de manga larga con bordes negros que iban a juego con sus tacones negros. Su cabello corto estaba recogido en un moño sostenido por una aguja senbon dejando un solo mechón de cabello al lado izquierdo de su rostro.

La chica en verdad estaba emocionada de ser la dama de honor de su más grande ejemplo a seguir como Kunoichi. En verdad fue una sorpresa cuando la rubia la localizo para pedirle ese favor, en verdad no sabía que había hecho para ganar ese merito, pero igualmente lo acepto pues ser la dama de honor de la mismísima Señora del Viento de Arena era un privilegio. Y por supuesto, podría estar más cerca de su enamorado pelirrojo.

- ¿Crees que le guste? – pregunto Temari mirándose al espejo.

- ¿Gustarle? – repitió como si la respuesta fuera obvia – creo que finalmente podre ver a Naruto-sama perder la cabeza, será algo muy divertido el verlo intentar formar una sola oración completa.

- Hehe lo mismo podría decir de mi hermanito cuando te vea – se burló haciendo que la castaña se sonrojara hasta las orejas.

- ¿Lo... lo... lo dice en serio? – pregunto esperando que no fuera alguna clase de broma cruel.

- Lo digo en serio, tenle paciencia, aun es nuevo en todo esto de ser más social y aún más cuando se trata de sus propios sentimientos, pero hace su mejor esfuerzo – respondió girando su mirada a su dama y dándole una gran sonrisa – solo asegúrate de dar lo mejor de ti... cuñada – finalizo con un giño, haciendo sonreír enormemente a la castaña.

Temari regreso su mirada al espejo y se contempló una vez más. Su cabello rubio estaba recogido en un moño suelto y sujetado con una aguja senbon dorada. Tenía un hermoso y largo vestido kimono blanco con hermosos grabados dorados de lirios del desierto. Su abdomen y pecho eran parte de un corset en vez de un obi tradicional. El vestido comenzaba a la altura de sus pechos, dejando ver un poco de escote, mientras que hombros y brazos estaban descubiertos.

Cubriendo la mitad inferior de su rostro, tenía un velo blanco transparente con toques dorados en los bordes. Era una tradición en la Arena que las novias cubrieran su rostro con un velo. Y finalmente, sosteniendo con ambas manos, un hermoso ramo de lirios del desierto envueltos en un velo dorado.

Su rostro estaba cubierto por una fina capa de maquillaje, que solo resaltaba su belleza. Sus labios delineados con un delicado lapis labial rodado, sombras doradas en sus parpados y un poco de rubor en sus mejillas.

Sonrió para sí misma y tuvo que hacer un esfuerzo sobre humano para no llorar de la felicidad y emoción. Pues, su sueño de estar con el hombre que tanto había cambiado su vida y amaba con todo su corazón, finalmente había llegado. Y lo mejor de todo era que sus hermanos y sensei estarían presentes. Viéndola con enormes sonrisas en sus rostros, solo deseaba que su madre estuviera presente para verla convertirse en Temari Uzumaki Namikaze. Pero sabía que desde el cielo ella la estaría acompañando.

- Es hora, Temari-san. No querrá hacer esperar a todos – comento Matsuri con una sonrisa amigable.

- Si, es solo que, aun no puedo creer que esto esté pasando – dijo intentando sofocar un jadeo de emoción – pero tienes razón, no hagamos esperar a los invitados y a mi futuro esposo, ya que mi boda no se puede retrasar – agrego con emoción aunque se detiene a pensar en lo último que dijo - ¿Hago mucho eso, verdad?

- Un poco, pero tiene toda la razón, es su boda, no tiene por qué sentirse mal – respondió con una pequeña risita.

- Cada vez me caes mejor – afirmo con una enorme sonrisa tras su velo.

En la cueva

Todos se encontraban sentados en sus respectivos lugares, tanto invocaciones como shinobis y civiles. Con la vista al frente, donde en el pequeño altar se encontraban ya presentes Gaara al centro a su derecha estaba Matsuri y a su izquierda Naruto y al lado de este Iruka.

Donde con un pequeño pero distintivo rugido de los tigres, todos se pusieron de pie y dirigieron sus miradas hacia atrás, donde en medio de ambas filas de los invitados, se encontraba Temari con la mirada al frente.

Naruto jadeo al ver a Temari, pues se veía tan hermosa como nunca, su corazón comenzó a acelerarse, no solo por la reacción que ella generaba en él. Sino porque finalmente, lo que anhelo con todo su corazón al fin se haría realidad, el tener una familia.

Aunque Temari estaba completamente asombrada del cómo se veía su amado rubio, se sintió algo desconcertada cuando no vio a su hermano por ningún lado, como padrino de Naruto debería estar a su lado, pero simplemente no podía encontrarlo, aunque su respuesta vino cuando sintió un brazo se enrollaba alrededor del suyo y al girar a su mirada, fue recibida por la enorme sonrisa de Kankuro.

- Ni en un millón de años, permitiré que camines sola hasta el altar, no si puedo evitarlo hermanita. Solo por esta vez, déjame ser el mayor y concédeme el honor de entregarte en el altar – dijo con todo el cariño del mundo.

(Canción recomendada)

https://youtu.be/L8V8RxypM_c

Temari abrió sus ojos en su totalidad y lágrimas comenzaron a formarse en sus ojos. Sujeto con fuerza la mano de su hermanito y sintiendo como su voz la traicionaría, solo asintió con la cabeza, donde ambos comenzaron a caminar hacia el altar. Pues su tonto y ruidoso hermanito, estaba haciendo que su sueño fuera aún más perfecto, pues sin una figura de padre a la cual aferrarse durante toda su vida, jamás creyó que sería entregada. Y era esa misma razón por la cual, este momento no podía ser más perfecto.

Ambos caminaron con calma hacia el altar, donde con cada paso que ella daba, recuerdos le llegaban a su mente. Su infeliz infancia gracias al tirano de su padre. El miedo mal infundado que tuvo sobre su propio hermanito. El distanciamiento entre sus hermanos. La invasión a la Hoja. Como un idiota rubio lucho con todo lo que tenía para vencer a su hermano y cuando finalmente lo logro, decidió perdonarle la vida. Como encontró a ese idiota rubio al borde de la muerte.

Cuando lo encontró en un callejón solo y listo para morir. Como poco a poco se fue enamorando de ese idiota. Como cambio su familia, y se fue uniendo poco a poco hasta ser lo que finalmente era ahora. Su vida no pudo haber tenido un inicio muy feliz y sin embargo, no cambiaría nada, pues justo ahora, en el preciso momento que estaba a solo unos cuantos pasos del altar. Vio lo que ahora tenía.

Un par de hermanos que la amaban con el corazón, donde ella misma regresaba ese amor. Una Aldea fuerte y compasiva, capaz de ver hacia el futuro y saber dejar el pasado atrás. Y en el centro de todo, estaba el hombre que lo cambio todo, ese idiota rubio al cual amaba con todo su ser.

- Bien aquí estamos – dijo Kankuro deteniéndose frente al altar y luego mirar de frente a su hermana con cariño.

- Si, aquí estamos. Solo por esta vez, dejare que sueltes algún chiste tonto o te burles de algo, sin consecuencias – ofreció Temari con una sonrisa cariñosa.

- Na, no es divertido cuando tienes el consentimiento – rechazo con una sonrisa divertida – hermanita, estas tan hermosa como nuestra madre. Ella estaba feliz de verte ahora.

- Kankuro – murmuro abrazando a su hermano con fuerza e intentando controlar sus lágrimas – eres un idiota, no debes hacer llorar a la novia.

- Lo siento, pero es la verdad – se disculpó mientras rompía el abrazo – ahora, es momento de hacerla sentir orgullosa – agrego colocando una mano sobre la cintura de su hermana y empujarla levemente para que se colocara junto al rubio.

(Fin de cancion recomendada)

Kankuro paso a tomar lugar junto a Iruka, mientras que todos los presentes tomaban asiento una vez más. Mientras que los rubios se miraban uno al otro con un brillo de amor y anhelo en sus ojos. No necesitaban decirse nada, pues en ese justo momento, las palabras sobraban.

(Canción recomendada)

https://youtu.be/lrF814OnFQ4

- Nos hemos reunido hoy para presenciar el matrimonio de dos grandes amigos, compañeros y amantes. La unión de dos almas, listas para emprender un futuro juntos, con la promesa de siempre estar el uno para el otro – hablo Gaara con normalidad las palabras que ensayo una y otra vez, para que este momento fuera perfecto para la pareja – La novia y el novio, pueden intercambiaran sus votos.

La pareja giro para mirarse el uno al otro, con sonrisas cariños y nerviosas en sus rostros, dieron un paso al frente, y tomaron sus manos, listos para comenzar una nueva vida juntos.

- Quería que estos votos fueran perfectos. Pero la perfección es algo difícil de encontrar. La vida debe ser un poco desorganizada. Y cuando se trata de amor, creo que es como mi sensei me dijo una vez sobre la vida ninja: "solo te alistas y es lo único que te imaginaste haciendo". Y Naruto, no me imagino pasando un momento de mi vida sin ti. Te prometo que siempre voy a apoyarte, como me vas a apoyaras a mí. Tu eres mi mejor amigo. Eres mi hogar. Eres mi verdadero amor. Yo soy el tuyo y lo seré para siempre.

Recito con amor las palabras que con tanto amor y dedicación estuvo escribiendo hasta finalmente encontrar las palabras correctas para transmitir lo que sentía.

- Yo, Naruto Uzumaki Namikaze, te acepto Temari No Sabaku para ser mi compañera. Para siempre. Y contigo a mi lado, jamás volveré a estar solo. Aunque el mundo vea una mujer fuerte e independiente. Nunca había conocido a alguien con tal gentileza y corazón tan puro. Cuando eh estado perdido, tú has estado ahí para encontrarme. En este día y en este momento. Te entrego el resto de mi vida. Siempre has creído en mí y yo creo en ti. Al creer en una persona, no es por un minuto, ni es por una hora. Es para siempre.

Aseguro dejando que fuera su corazón quien tomaba el control y fuera quien dirigiera lo que verdaderamente sentía al estar con su amada rubia.

- Ahora, Kankuro No Sababku y Matsuri. Los anillos por favor – pido Gaara con amabilidad.

Los mencionados asintieron y dieron un paso al frente y entregaron a la novia y novio, sus respectivos anillos que estaban en una cajita.

- Muy bien. Ahora. Naruto Uzumaki Namikaze, ¿Tomas a Temari No Sabaku como tu esposa, para amarla y respetarla? ¿Para serle fiel en la felicidad y la adversidad, en la salud y la enfermedad? - pregunto Gaara viendo con calma a su mejor amigo.

- Acepto – dijo con una enorme sonrisa, colocando un anillo dorado en el dedo de su esposa.

- Y tú, Temari No Sabaku, ¿Tomas a Naruto Uzumaki Namikaze como tu esposo, para amarlo y respetarlo? ¿Para serle fiel en la felicidad y la adversidad, en la salud y la enfermedad? – pregunto viendo a su hermanita con cariño.

- Acepto – respondió con alegría, deslizando el anillo en el dedo de su esposo.

- Entonces, a través del poder que se me confiere. Yo, Gaara No Sabaku el Quinto Kazekage de la Aldea Escondida Entre la Arena. Declaro a Naruto y Temari. Marido y Mujer. Que Kami bendiga su matrimonio y se mantenga fuerte a través del tiempo. Puedes besar a la novia – declaro con felicidad en su voz, al ver la unión de dos de las personas que más amaba.

Naruto tomo el velo que cubría el rostro de Temari y lo retiro con cuidado, para acto seguido capturar sus labios con los suyos. Donde a través de ese simple beso lleno de amor fue que ahora ambos eran uno y estaban unidos para toda la vida.

(Fin cancion recomendada)

Los presentes se levantaron de sus lugares y estallaron en aplausos, gritos y rugidos de emoción por los recién casados. Gaara aplaudía con tranquilidad, aunque cuando poso su mirada en Matsuri cuando creyó que no estaba mirando, se sorprendió enormemente cuando descubrió que ella también lo estaba viendo. Sus miradas se cruzaron y ambos se sonrojaron y desviaron la mirada, sintiéndose apenados por ser atrapados en el acto.

Iruka, que sostenía sobre su hombro a un Kankuro que lloraba a cascadas. Tenía la sonrisa más orgullosa y feliz que jamás había tenido. Pues el chico que vio crecer, el que siempre lucho por ganarse el respeto de los demás, ahora mismo se había casado ya habiendo cumplido su sueño de alcanzar el respeto de los demás. Era un sentimiento de orgullo paternal, uno que estaba más que feliz de poder expresar, pues ese chico era en todo menos sangre su hijo.

Tanto como los recién casados como los invitados, comenzaron a dirigirse a sus respectivas mesas para comenzar a degustar de la gran variedad de platillos de los chefs. Aunque Naruto se confunde enormemente cuando Temari lo jala lejos de su mesa y lo lleva a uno de los puestos de comida, más específicamente al que se encontraba cubierto con una manta.

- ¿Qué ocurre, Hime? – pregunto Naruto algo divertido por la actitud de su amada.

- Bueno, esto en un principio iba a ser una sorpresa que te iba a dar en una de nuestras citas, pero dado el cambio de planes, este será tu regalo de bodas – respondió Temari con una sonrisa enorme.

- Iruka-sensei ¿Usted sabe que es? O tal vez tú lo sepas Gaara – pregunto mirando por encima de su hombro.

- No seas descortés con tu esposa, deja que te entregue tu regalo como es debido – regaño Iruka con severidad, haciendo que el rubio bajara la cabeza algo apenado.

Todos rieron entre dientes al ver el comportamiento de esos dos, que aunque maestro y alumno, se comportaban más como padre e hijo.

- Bueno, si tanto quieres saber, abre tu regalo – dijo Temari con una cálida sonrisa pasando unas tijeras a su amado.

Naruto sintiéndose realmente emocionado, tomo las tijeras y dio un paso al frente donde corto el listón de regalo, que dejo caer la manta blanca y fue en ese momento que su mirada se volvió una de completa incredulidad. Pues detrás de la manta se encontraba un puesto bastante conocido por el rubio y castaño.

Era un puesto bastante simple, con algunos taburetes, donde escrito en tela a forma de letrero se podía leer: Ichiraku Ramen. Pero lo que en verdad dejo sin palabras al rubio fue ver a las primeras personas que lo trataron como a un ser humano.

Teuchi y Ayame estaban frente a su puesto de comida con enormes sonrisas grabadas en sus rostros al finalmente ver a su mejor cliente. El viejo vestía un traje negro con un mandil blanco, mientras que la castaña llevaba un vestido rosado pastel e igualmente un mandil blanco. Donde definitivamente, ya no era ese pequeño niño vulnerable.

- ¿Qué? ¿No hay un abrazo por el rencuentro, hijo? – pregunto Teuchi con una enorme sonrisa.

- Naruto-kun, es bueno verte una vez más – dijo Ayame limpiándose una lagrima que amenazaba con salir.

Y en menos de un segundo, el rubio ya ten

ia al padre y a la hija envueltos en un fuerte abrazo de completa felicidad. Pues ellos fueron sus primeros conocidos, sus primeros amigos y su primera familia. Verlos de nuevo. Tenerlos entre sus brazos. Era un sueño hecho realidad, tanta que solo podía estar más feliz de saber que su esposa hizo esto por él.

- Los eh extrañado tanto. No hubiera sido lo mismo sin ustedes, deveras – susurro con su labio inferior temblando al intentar contener el llanto.

- No llores, Naruto-kun, es tu boda, este debería ser un día de completa felicidad – dijo Ayame dándole algunas palmaditas en la espalda a su pequeño hermanito – nosotros también queríamos verte, todo ha sido diferente sin ti.

- Mi pequeña tiene razón, hijo. Hoy es un día para festejar, nada de lágrimas que el ramen no sabe bien con el toque salado de las lágrimas – se burló un poco Teuchi intentando calmar al chico.

- En verdad son los mejores, deveras – dijo Naruto rompiendo el abrazo y poniendo una sonrisa zorruna.

- Pero mírate nada más, veo con tristeza que las personas de la Arena no saben alimentar correctamente a mi muchacho, pero eso lo resolveremos ahora mismo – dijo con ligera arrogancia mientras se dirigía a su puesto a preparar los fideos.

- Mas te vale no haber perdido el toque, que Otosan no estará feliz hasta que completes al menos media docena de cuencos tamaño Naruto – se burló Ayame para luego ir a ayudar a su padre.

- Eres la mejor – dijo Naruto abrazando con fuerza a su amada.

- Lo sé y en verdad me alegra que te gustara – dijo Temari regresando el abrazo con fuerza.

- ¿Ellos también vienen de visita? – pregunto rompiendo el abrazo y mirando a su amada.

- No, ellos han venido para quedarse. He arreglado todo lo necesario para que puedan poner un restaurante en la zona más popular de la Arena, así como un departamento, hasta que tengan dinero suficiente para comprar un condominio – respondió con calma y viendo como la sonrisa de su amado solo crecía.

- En verdad que eres la mejor – reitero con seguridad para darle un beso rápido en los labios y tomarla de la mano y llevarla a tomar asiento – no se queden parados vengan, que es hora de comer el platillo de los dioses.

- Hehe tu nunca cambias – dijo Iruka con diversión caminando al local y sentándose junto al rubio.

- Vamos entonces – dijo Gaara de forma estoica a su hermano viendo que ahora solo quedaban dos lugares en el puesto y los invitados se retiraron a sus mesas.

- Lo siento hermanito, pero creo que... yo comeré otra cosa – se disculpó Kankuro con una sonrisa tonta mientras veía a unas chicas que lo veían y sonreían – pero sabes, aún queda ese puesto libre. Deberías invitar a Matsuri – agrego con diversión mientras se dirigía con las chicas.

Gaara se sonrojo un poco ante la idea de invitar a Matsuri a comer a su lado y era doblemente vergonzoso hacerlo ahora, ya que la chica estaba, literalmente a su lado y había escuchado todo. Sabiendo que su hermano lo estaba haciendo con las mejores intenciones y no solo para burlarse, soltó un suspiro y decidió hacer caso al consejo, ya que en algún momento tenía que intentar acercarse a la chica.

- Entonces... te gustaría... ¿Te gustaría acompañarme? – pregunto torpemente en un intento de sonar lo más caballeroso posible.

- Me... me encantaría... Kazekage-sama – respondió con un enorme sonrojo en su rostro.

- Gaara – dijo con simpleza ganando una mirada confundida de la chica – puedes llamarme Gaara.

Los ojos de Matsuri se iluminaron ante lo que escucho, pues sabía muy bien de cómo solo a las personas cercanas a su líder, les permitía llamarlo por su nombre. Eso quería decir que para el pelirrojo ella era una persona cercana. Tal revelación la hizo sonrojar a nuevas alturas, pero aun así, acepto la amable invitación para comer junto con su enamorado.

Todos comenzaron a comer, disfrutar y conversar. Poniéndose al tanto de las cosas, contando nuevas anécdotas y entre risas, Naruto se detuvo un segundo para contemplar a su alrededor. Después de tanta soledad, finalmente tenía lo que realmente anhelo desde el fondo de su corazón. Estar rodeado de las personas a las que ama y donde ellos mismos lo amaban.

Y finalmente, la noche cayó sobre la Aldea como un manto de oscuridad con infinitas estrellas adornando los oscuros cielos. Donde poco a poco, cada persona se despedía de la feliz pareja. Iruka se retiraron junto con Teuchi y Ayame a su departamento, donde se había estado quedando toda la semana, claro está a espaldas del rubio, para que no se enterara de nada. Y finalmente, los únicos en la cueva eran los tigres, junto con los hermanos de la Arena y el rubio.

- Este es nuestro regalo de bodas, sabemos que realmente les encantara – dijo Gaara entregándole unas llaves a su hermano rubio.

- No lo dudes. Muchas gracias mis hermanitos – agradeció Temari besando a sus hermanos en la mejilla justo antes de darles un fuerte abrazo.

- Solo recuerden que esa casa no tiene sellos supresores de sonido, solo digo – comento Kankuro de forma burlona, haciendo sonrojar a la pareja.

- Gracias por el consejo, creo – murmuro Naruto aun algo apenado.

Después de una despedida final entre todos. Naruto cargo a su esposa al estilo nupcial, concentrándose en el kunai especial que Gaara menciono que dejo afuera de su nuevo hogar, desapareció junto a Temari en un destello naranja.

Y cuando la pareja de rubios apareció frente a su futuro hogar, a ambos se les formo una enorme gota de sudor en sus nucas. Pues su supuesto nuevo hogar, era idéntico al anterior, literalmente era una copia exacta donde la única diferencia era que estaba varias casas lejos de la original. Ambos lo dejaron de lado, suponiendo que fue idea de Gaara para hacerlos sentir mucho más cómodos.

Cuando finalmente entraron a su nuevo hogar, ambos se miraron a los ojos y se rieron con diversión. Finalmente, después de todo lo que tuvieron que pasar y esperar para que este momento finalmente llegara. Y ahora finalmente había llegado, era algo simplemente maravilloso, pues jamás creyeron encontrar tal felicidad en los brazos del otro y que ahora, finalmente, estaban unidos de por vida, y no podían esperar para compartir esa vida juntos.

Aun con su amada esposa en sus brazos, se dirigió a su habitación en el segundo o al menos, siguió instintivamente ya que ni siquiera podía equivocarse de habitación ya que incluso el interior era igual al anterior, pero por fortuna, había una nota en forma de corazón con los nombres de ambos rubios en una de las puertas del segundo piso y al abrirla, se encontraron con una habitación enorme, tenía algunos una mesita de noche a cada lado de la cama, la cual era tamaño matrimonial, dos closet y un tocador con un espejo.

No estaba muy amueblada pero igualmente estaban felices de que Gaara y Kankuro se tomaran tantas molestias, en verdad eran los mejores a la hora de dar regalos, de eso no había duda alguna para ambos rubios.

Bajándola con toda la delicadeza del mundo, ahora ambos rubios se miraban a los ojos con todo el amor que podían reunir. Donde lenta y delicadamente, comenzaron a cerrar la distancia que existía entre ellos. Hasta que finalmente unieron sus labios en un profundo beso que transmitía todo el amor que sentían el uno por el otro.

De forma rápida y despreocupada, el beso comenzó a subir de nivel y escalar de forma acalorada, sus lenguas danzaban en una sincronización casi perfecta en un intento de obtener el dominio, pero esta vez, ninguno quería perder. Las manos de Naruto que se posaron en la cintura de Temari comenzaron a recorrer su cuerpo de forma ascendente, hasta llegar al senbon dorado que sujetaba su cabello y retirarlo con un suave movimiento, dejando caer su cabello un poco más debajo de su nuca.

Temari coloco sus manos sobre los hombros de su amado y retiro la capa que llevaba, dejando caer al suelo, luego comenzó a retirarle la parte superior del traje, dejándolo solo con sus pantalones, donde pudo deleitarse al apreciar su cuerpo bien tonificado mientras ignoraba las cicatrices que tenía a la altura de su pecho. Aunque tan perdida estaba admirando el cuerpo del hombre que amaba, que no se dio cuanta cuando este la tomo por la cintura para luego hacerla girar.

Haciendo su cabello a un lado, Naruto comenzó a besar con una pasión desenfrenada el cuello de su amada rubia, la cual hecho la cabeza a un lado para darle más acceso a la vez que llevaba sus manos hacia atrás, una para sujetarlo por el cabello y hacerlo profundizar el beso. Mientras que la otra se dirigía a su entrepierna, donde comenzó a acariciar con algo de fuerza el pene de su amado, donde aún a través de sus pantalones, podía sentir su gran dureza.

- Ah... Naru-kun... sigue... más – gimió con su respiración volviéndose más irregular al ser abrumada por el deseo de finalmente estar con su esposo.

Naruto, ya no pudiéndose controlar más finalmente decidió acelerar las cosas un poco y sin dejar de besar el cuello de su amada, llevo sus manos a la parte de posterior del corset y bajar el cierre para dejarlo caer junto con el resto del vestido. Dejando a Temari solo con un brasier blanco transparente de encaje con su tanga blanca, sus medias blancas sujetadas por un sexy liguero del mismo color.

Ella jadeo de placer cuando las manos fuertes y firmes de su amado ahora estaban apretando sus pechos con tanto deseo que la estaba volviendo loca de placer. Temari en un movimiento rápido ahora estaba frente a su amado y comenzó a besarlo con una pasión sin igual, a la vez que de forma apresurada comenzó a retirarle los pantalones para también poder complacerlo y hacerle saber cuánto lo deseaba.

- Eres hermosa – murmuro rompiendo el apasionado beso y contemplando la más maravillosa vista que hasta ahora había tenido.

- Estoy tan feliz de finalmente ser tu esposa – murmuro ella envolviendo sus brazos alrededor de su cuello y enterrando su rostro en su peco – te amo Naruto Uzumaki Namikaze.

- Y yo te amo a ti, Temari Uzumaki Namikaze – susurro con amor, mientras la abrazaba mientras se inclinaba y la recostaba suavemente en la cama – ¿estas segura de querer hacer esto? – pregunto acariciando una de sus mejillas con su mano haciendo que la mire a los ojos.

- Eh estado segura de esto desde hace tres años – respondió con una sonrisa amoroso. Se inclinaba para besar sus labios con dulzura justo antes de darle una sonrisa lujuriosa – ahora, no me hagas esperar más tiempo tigre.

Acatando el deseo de su amada, Naruto capturo los labios de Temari en un beso de pasión desenfrenado. Llevo sus manos a sus firmes piernas y comenzó a acariciarla con el simple deseo de poseerla por completo, poseer cada rincón de su cuerpo.

Temari abrazo a su amado y comenzó a acariciar cada musculo tonificado de su fuerte y ancha espalda, a la vez que levantaba las caderas y rosaba su intimidad contra la de su esposo, en un intento de calmar el fuego que se estaba alojando en su vientre. Llevo sus manos al cabello rubio de su amado y lentamente comenzó a empujarlo hacia abajo. Donde sin decir una palabra, Naruto comenzó a bajar, dejando pequeños y cálidos besos a lo largo de los pechos, abdomen y vientre de Temari. Donde soplo un poco en su ombligo, cosa que la hizo estremecer de placer.

Y cuando llego a su entrepierna, tomo ambas piernas por la parte posterior de sus rodillas para soparlas un poco. Acercando su rostro al interior y comenzó a besarlos a la vez que les daba pequeños mordiscos que provocaban que Temari gimiera levemente en aprobación y deseo.

- Ah... ah... Naru-kun... no juegues conmigo – pidió entre jadeos pues ya no podía soportarlo más.

- Tus deseos. Tus ordenes – dijo tomando con los dientes el borde de la tanga blanca de su amada y comenzar a retirarlos con lentitud.

Temari jadeo de placer al ver lo que hizo su amada, pues quitarle su prenda intima con los dientes, como si fuera alguna clase de animal que no se podía contener, realmente la excito. Naruto contemplo la vagina expuesta de su amada que estaba completamente mojada, no pudo contenerse más. Por lo cual saco su lengua y le dio una larga y lenta lamita. Ganando un jadeo de sorpresa de Temari, que se volvieron jadeos de placer cuando comenzó a lamer y chupar su vagina con gran avidez.

- Nar... Naruto... ¡HA! ¡Si! ¡Se siente...! ¡AH! – dijo como pudo entre gemidos de placer.

Ahora mismo Temari sentía como todo su cuerpo estaba en llamas, era un calor que la cubría por completo y no era otra cosa que la misma excitación de finalmente entregarse a su amado. Coloco sus piernas en los hombros de Naruto para facilitarle las cosas y luego sujetarlo por su cabello en un intento de hacerlo profundizar sus acciones, pues se sentía tan condenadamente bien como lamia y enterraba su lengua en su vagina. Ahora sabía que su amado siempre tuvo razón, si hubieran comenzado solo con los juegos preliminares, era claro que ni ella o el podrían detenerse.

Sentía como su orgasmo comenzaba a acumularse y estaba listo para ser liberado. Pero cuando sintió que le mordían delicadamente el clítoris cruzo sus piernas alrededor de su cabeza y atrajo aún más su cabeza contra su vagina y el orgasmo que se había estado creciendo dentro de ella fue liberado.

- ¡HA! ¡Naruto, HAAA! – grito su liberación sobre la boca de su amado el cual comenzó a beber sin despegar sus labios de su vagina, haciendo que su orgasmo se alargara – ¡SI!

Naruto estaba completamente fascinado con el sabor y la sensación de haber provocado el orgasmo en su amada, e incluso su liberación era como ella. Tan dulce y perfecto que simplemente no podía tener suficiente.

Temari callo sobre la cama jadeando y con la mirada ligeramente nublada, sin duda alguna, ese había sido un orgasmo maravilloso, pero tan perdida estaba en recuperarse de su propia liberación. Que no sintió cuando Naruto se levantó de su posición entre sus piernas y ahora tenía su mirada fija en sus pechos y desabrocho el sostén blanco por la parte delantera. Donde se puso a contemplar los hermosos y firmes pechos de su amada.

Remojándose un poco los labios, tomo entre sus labios su pecho derecho y lamia y chupaba su dulce pezón rodado, mientras que con su mano izquierda acariciaba el otro y con la derecha comenzó a acariciar suavemente su vagina, estimulándola una vez más.

- ¡Por Kami!... ¡Na... Naruto! ¡Es... es demasiado! – exclamo entre gemidos de placer, pues todos sus sentidos estaban siendo abrumados por el placer.

Naruto sonrió aun con el pezón en su boca e introdujo dos dedos dentro de la vagina húmeda de su amada y comenzó a trabajarlos de forma rápida moviéndolos hacia adentro y afuera dentro de ella. Tal cosa hizo que Temari arqueara su espalda debido a la corriente de placer que sintió, pues sabía lo que pasaría a continuación, otro delicioso y embriagante orgasmo, se apoderaría de su ser.

- ¡¡¡No puedo soportarlo más!!! – grito de placer cubriendo la mano de su amado en su liberación – ¡¡¡Me vengo!!!

Un fuerte grito de placer inundo la habitación. Temari respiraba de forma irregular, su cuerpo estaba sudoroso y sus mejillas estaban completamente rojas. Se sentía tan maravillosamente placentera que una sonrisa complacida se formó en su rostro.

- Eres maravilloso, Naru-kun – elogio entre jadeos.

- Y eso que apenas estamos comenzando – dijo con voz ronca y mordiéndole el lóbulo de la oreja.

Temari se estremeció por el placer, pero sabía que ya había sido suficiente de su propio placer, por lo cual en un movimiento rápido, abrazo a Naruto por el cuello y lo hizo girar, donde ahora ella estaba sobre él y le regalo una mirada llena de amor y lujuria. Se inclino hacia su pecho y comenzó a dejar besos a lo largo de su pecho y abdomen bien tonificado, hasta que llego a su entrepierna y sin un segundo que perder, le retiro los boxer, dejando libre su pene, el cual estaba completamente duro y erguido.

- No es necesario que lo hagas si no quieres – dijo no queriendo que se sintiera forzada a nada.

- Eres tan dulce, pero ahora mismo cállate, quiero esto tanto como tú, puede que incluso lo quiera más yo que tú – dijo con una sonrisa descarada y guiñándole un ojo.

Naruto hecho la cabeza hacia atrás y atrapo en sus puños las sabanas al sentir como las manos de Temari le rodean su pene y comenzó a mover suavemente su mano hacia arriba y abajo. Temari no podía creer lo caliente y dura que estaba su pene.

No muy consiente de si lo estaba haciendo bien, estaba lista para preguntar, pero en el momento que escucho un gemido de placer de su amado, obtuvo la respuesta que necesitaba, por lo cual comenzó a redoblar esfuerzos. Donde la masturbación que estaba realizando a su amado que comenzó de forma normal y eficiente, ahora mismo se estaba volviendo errático.

Su respiración una vez más se volvió entrecortada, soltó el agarre de su pene con una mano que uso para recogerse el cabello y acto seguido, sacar la lengua y darle una lamida desde sus bolas hasta la punta de su pene. Luego abrió su boca y se tragó tanto como pudo. Tenía un sabor saldo y amargo, pero extrañamente le fascinaba.

Continúo usando una mano para complacer lo que no podía meter a su boca, mientras que la otra la usaba para acariciar sus bolas. Podría tener cero practica en el sexo oral como su amado, pero lo estaba comenzando enormemente con el entusiasmo que estaba mostrando. Pues su cabeza se movía ferozmente de arriba a abajo, mientras que usaba su lengua para lamer la punta de su pene.

Naruto bajo la mirada y contemplo la escena más erótica que jamás pudo haber soñado, pues ver como parte de su pene desaparecía dentro de la boca de Temari, como sus mejillas se hundían por la succión a su pene era algo tan sexy que no podía ni quería apartar la mirada. Aunque para Temari no lo fue mucho, pues cuando levanto la mirada y vio los ojos de su amado, libero la mano de su pene y la puso frente a su rostro, pues si la seguía mirando, iba a comenzar a sentirse bastante cohibida.

- ¡Oh si! ¡AH! ¡Temari! – gimió no pudiendo creer que casi se perdía de este placer solo para no incomodar a su amada.

Aun con el pene de su amado en su boca, una sonrisa se intentó formar en sus labios, pues escuchar gemir su nombre la hizo sentir tan excitada además de saber que era ella quien le generaba ese placer. Por lo cual comenzó a mamar el pene de su amado con mucha más fuerza y pasión que antes, a la vez que tarareaba una canción, haciendo que las vibraciones estimularan su pene y sabía que estaba a punto de correrse debido al espasmo en las bolas que tenía en su mano, pero ni así se retiró en lo más mínimo, de hecho hizo todo lo posible para tragar a un más del pene de su amado.

- ¡Temari! ¡Me vengo! – grito de placer sujetando la cabeza de su amada para que no retirara sus labios de su pene.

Tomada por sorpresa, Temari comenzó a tragar todo el semen que fue liberado como una erupción en su boca, el sabor era simplemente embriagante. Sin despegar los labios de su pene comenzó a limpiar cualquier resto que aun pudiera quedar pues ahora más que nunca deseaba pasar al plato principal.

Separando los labios del pene de Naruto, Temari se levantó de su lugar solo para colocarse a horcajas sobre el pene de su amado, donde comenzó a acariciarlo con su vagina aun húmeda.

Naruto contemplo la forma tan sexy de su amada, pues solo vestía sus medias y ligero blancos, dejando expuesto su firme y tonificado abdomen, al igual que sus grandes y firmes pechos, los cuales ya estaba deseando poder mamar una vez más.

- ¿Te gusta lo que ves? – pregunto con una sonrisa arrogante por la mirada embobada de su amado.

- Me fascina – respondió roncamente y colocando sus manos sobre la cintura de su amada.

- Buena respuesta, tigre – dijo antes de comenzar a meter el pene dentro de elle de forma lenta y segura, asegurándose de no lastimarse.

- ¿Estas bien? – pregunto un poco preocupado, pues no quería que lastimarla en primera vez.

- No te preocupes, mis entrenamientos me causan más dolor – digo con una pequeña mueca de dolor cuando su himen fue roto al ser atravesada por el pene de su amado – además, leí que en esta posición el dolor no es tanto. Solo, ¿podríamos quedarnos así hasta que el dolor desaparezca?

- Por supuesto – dijo sentándose sin separarse de su amada – tomate todo el tiempo que necesites – dijo antes de besarla apasionadamente.

Ambos se perdieron en el beso descuidado y apasionado que tenían, pues una vez más, sus lenguas se encontraban en una lucha por el control. Aunque Temari parecía perder la batalla cuando comenzó a gemir cuando Naruto comenzó a acariciar sus pechos y apretar deliciosamente sus pezones entre sus dedos.

Sujetándolo por la cabeza, lo hizo romper el beso, pero antes de que preguntara, llevo su cabeza a su pecho izquierdo donde rápidamente entendió el mensaje y comenzó a lamer y chupar su pezón. Haciéndola jadear y gemir de placer. Y sintiendo como el dolor era remplazado por el placer, comenzó a mover sus caderas poco a poco, hasta que finalmente lo que obtuvo fue solo placer.

Envolviendo sus pies alrededor de la cintura de Naruto. Temari comenzó a saltar sobre el pene que le estaba causando un placer sin igual. Lentamente sus envestidas fueron apoyadas por las de Naruto el cual sentía como si su pene estuviera siendo envuelto por un calor cálido y apretado. Ambos se comenzaron a perder en el placer. El jadeo de placer que le provocó a ella hizo que Naruto se volviera loco mientras la sujetaba por las caderas y la levantaba y la dejaba caer de nuevo. Haciendo eso varias veces, y los dos rápidamente establecieron un ritmo de adecuado.

- ¡Oh por dios!... se... ¡se siente tan malditamente bien! – Temari gimió inclinándose hacia el pecho de Naruto pues ya no tenía fuerzas para continuar.

- ¡Si! ¡Es tan bueno! – dijo Naruto dejándose caer en la cama mientras seguía empujando furiosamente su pene – ¡No puedo detenerme, estas tan apretada! ¡Voy a venirme!

- Yo... ¡yo también!... ¡HAA! ¡Acabemos juntos! – dijo volviéndose su cabeza para encontrarse con la de Naruto en un beso de lengua.

Mientras sus lenguas danzaban en un baile perfectamente sincronizado, Naruto alcanzó entre sus piernas donde estaban conectadas dándole un masaje a su clítoris con una mano. Eso hizo que Temari rompiera el beso al sentir como un orgasmo mucho mayor a los anteriores comenzaba a recorrer todo su cuerpo.

- ¡¡¡HAAA!!! ¡¡¡NARUTO!!! – grito su nombre bañado en el placer absoluto a la vez que sentía como su vientre era llenado por su semen.

Naruto no podía describir su orgasmo, fue simplemente maravilloso sentir como las paredes internas de su amada lo apretaban tan deliciosamente fuerte que aun habiendo acabado, su pene se mantenía fuerte y listo para más.

- Eso... eso... eso fue... fue... simplemente... wow – dijo Temari entre gemidos y jadeos de placer, sintiendo todo su cuerpo convulsionaba débilmente por los espasmos de placer que el pene dentro de ella aun le daban.

- Si... en verdad lo fue... - dijo entre jadeos y gemidos, para luego capturar los labios de su amada en un beso casto.

- Dime, ¿aun puedes continuar? – pregunto con un enorme sonrojo en su rostro, pues aún quería más, quería seguir hasta quedar dormida.

- Pervertida – se burló con una pequeña risita, ganando un puchero de su amada – pero por supuesto que aun puedo continuar, la pregunta es ¿si tú puedes seguirme el ritmo? Ya sabes, resistencia de Jinchuuriki.

- Bueno – murmuro mordiéndose el labio inferior con lujuria – sabes que nunca abandono un desafío, es hora de probarte que soy tan capaz como cualquier Jinchuuriki.

Y con esas últimas palabras, ambos se sumergieron nuevamente en un beso apasionado. Pues después de su largo viaje, ahora eran uno. Sus almas estaban conectadas y no había nada en el mundo que los pudiera separar, pues sabían que su amor era lo suficientemente fuerte como para hacerle frente a cualquier cosa.




Yo básicamente la mitad del capitulo (Quien entendió, entendió, no pienso explicar, es un clásico maldita sea).

Ahora antes de hablar del capítulo, quiero dar un agradecimiento. Y es para  @Editorial_Honey_   ellos me hicieron la portada para la historia, tanto la portada de la historia como la del capítulo. La verdad, les quedaron hermosas, les estoy sumamente agradecido por el estupendo trabajo y me gustaría que opinaran cual les gusto más.

Ahora sí, hablemos del capitulo x)

Con respecto a Iruka, el siempre ha sido un ninja ejemplar y fiel a su Aldea, pero eso fue creyendo en la voluntad del fuego, en la camaradería que supuestamente la Hoja tiene. Pero desde el destierro de Naruto. Solo a podido ver esa voluntad y camaradería en algunos cuantos, mientras el resto de la Hoja solo vive en el pasado, siempre sumergido en el odio y no dispuestos a perdonar a nadie hasta que hagan algo realmente ejemplar para ganarse su perdón.

Por esos mismos motivos y agregando el gran cariño que tiene a Naruto, considera fervientemente la posibilidad de abandonar las filas de la Hoja y unirse a la Arena.

Pasando a la boda de los rubios, me esforcé para hacerlo lo más romántico y emotivo posible, pero igualmente evite alargar las escenas de forma innecesarias, ya que siento que hacerlo terminaría con arruinar el ambiente. Con respecto a Matsuri y Gaara, ellos se gustan, pero una es demasiado tímida para confesar sus sentimientos al líder de toda su Aldea un hombre importante y poderoso, pues siendo solo una Chunin cree que no está a la altura. Y por otro lado esta Gaara, que si bien ya domina mejor los sentimientos. Le es muy difícil comprender los propios, por lo cual no sabe como interactuar correctamente con la castaña y claro aún está el miedo de Gaara ante la posibilidad que la chica le tenga miedo debido a lo que es.

Y finalmente, el lemon... les seré completamente honesto, jamás había escribido nada relacionado a eso o leído algo que se enfoque meramente a el sexo. Principalmente porque no me interesan mucho realmente. Con eso dicho, espero y sepan comprenderme cuando digo que no soy muy bueno escribiendo cosas de ese aspecto, aunque creo que hice un buen trabajo.

Bueno solo quiero aclarar que esto no será muy seguido ni será el enfoque de la historia, no pienso sumergir mi historia en el lemon y dejarlo solo en eso. Tengo planeado cosas mejores para esta historia, bueno sin más que decir, nos vemos en otro capítulo raza, hasta luego!!!

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