Esto es lo que quiero
Temari al despertar de un relajante sueño, lo primero que captan sus ojos, es el rostro pacíficamente dormido del rubio que estaba a su lado y la abrazaba con fuerza, sonrió mientras enterraba su rostro en el hueco de su cuello y lo abrazaba con fuerza, se sentía tan cómoda en sus brazos, que le era casi imposible sentirse avergonzada de estar compartiendo la misma cama que un chico. Para su suerte, esta vez no tenía que preocuparse por otra escena incomoda con sus hermanos, pues sabía que Kankuro se había ido temprano a una misión de patrullaje y Gaara siempre se iba temprano para poder acabar sus labores como Kage, y con eso en mente, coloco una sonrisa y se dispuso a dormir un poco más. Pero su sonrisa no duro mucho, pues de repente escucha que golpeaban y llamaban a la puerta de su hogar, soltó un gruñido de molestia, para después levantarse de la cama, camino con bastante fuerza hacia la entrada principal, sus pasos resonando por toda la casa y cuando abrió la puerta con fuerza, se sorprendió bastante al ver a la anciana consejera de su hermanito.
- Lady Chiyo, buenos días, esto es en verdad una sorpresa – saludo Temari algo confundida por la presencia de la anciana - ¿algo anda mal? ¿Oh hay algo en que la pueda ayudar? – pregunto cortésmente.
- No, no Temari-hime, es solo que quería conocer a este nuevo Chunin al cual el consejo acepto ayer en la mañana – respondió Chiyo con una sonrisa mientras negaba con la cabeza – Naruto Uzumaki era su nombre si mal no recuerdo – agrego notando como la rubia se ponía un poco tensa.
- Si puedo preguntar ¿Qué es lo que quiere con Naruto Lady Chiyo? – pregunto con un poco cautelosa, pues aunque no desconfiara de la mujer, también le parecía muy extraño que viniera tan temprano a buscarlo personalmente.
- Jeje ¿no podemos entrar y hablar de eso? Mis viejas piernas se cansan muy fácilmente últimamente – pregunto de forma juguetona con una sonrisa de abuela.
- Por supuesto, discúlpeme por mi falta de modales, por favor pase – dijo de forma cortes y un sonrojo en sus mejillas por su comportamiento – iré a buscar a Naruto, tome asiento en la sala por favor.
Chiyo asintió con una cálida sonrisa y camino con calma hacia uno de los sillones de la sala, Temari subió al segundo piso en busca de su amigo, cuando entro en la habitación, pudo verlo limpiándose el rostro con una toalla mojada.
- ¿Quién era Temari? – preguntó en voz baja y con una sonrisa al ver a la rubia.
- Es Lady Chiyo, es uno de los dos honorables ancianos de la Aldea, es muy respetada y quiere conocerte – respondió regresando la sonrisa y viendo como el rubio inclinaba un poco la cabeza en confusión.
- A mí, ¿Por qué? – volvió a preguntar con más confusión que antes.
- Ni idea, es una mujer un tanto extraña, no me dijo cuando le pregunte lo mismo, y estoy segura de que no dirá nada hasta que la veas – respondió encogiéndose de hombros.
Naruto se puso unos pantalones y siguió a Temari a la sala, cuando bajo, pudo ver a una anciana que en el sillón que en el momento que poso sus ojos en él, lo miro sorprendida para luego mirarlo con cariño y algo de nostalgia, eso lo confundió enormemente, pues nunca en su vida había visto a esa mujer.
- Ammm, buenos días, Lady Chiyo, ¿Puedo preguntar porque deseaba verme? – pregunto Naruto de forma educada mientras se sentaba en el sofá junto con la rubia y obteniendo una sonrisa de la anciana.
- Directamente al grano y sin perder tiempo como todo un Uzumaki – comento Chiyo crípticamente sin perder su sonrisa y miro como el rubio abrió los ojos de la impresión.
Naruto se sintió bastante incomodo con lo que dijo la anciana, pues era claro que ella conocía el clan de su madre, el clan Uzumaki siempre fue envidiado y temido por sus habilidades, temía que esa mujer supiera algo de su pasado y que lo obligara darles la información de su clan. Temari noto la inquietud del rubio, donde solo pudo arquear una ceja en confusión, pues por más que les dio vueltas a las palabras de la anciana consejera, no les encontró sentido.
- Iré a preparar un té – comento Naruto poniéndose de pie y comenzando a caminar a la cocina, pues quería aunque fuera unos minutos para poder encontrar una buena historia para poder negar su relación con su clan si es que esa mujer planeaba algo – regresare en un momen... - no pudo continuar ya que fue interrumpido por la anciana.
- Honestamente tenía mis sospechas pero realmente eres su hijo, el mismo cabello, los mismos ojos y su rostro, eres realmente un calco perfecto de tu padre, aunque puedo decir que también tienes rasgos muy particulares de tu madre, me pregunto ¿Si tienes su carácter? – comento Chiyo con cariño y viendo como el rubio se detenía en seco en su lugar.
- No entiendo de que está hablando, deveras – dijo Naruto dándose media vuelta y mirando a la mujer con nerviosismo que intento ocultar, pero el temblor en su mirada lo delataba.
- Jeje incluso tienes su tic verbal, la apariencia de tu padre pero la personalidad de tu madre – comento Chiyo con una risita, pues ese jovencito había adquirido los rasgos más dominantes de ambos padres, que a simple vista eran tan diferentes, pero cuando vio su rostro preocupado decidió calmarlo un poco, pues supuso porque estaba tan tenso – por favor sabes absolutamente bien a lo que quiero llegar Naruto-kun, no tienes por qué hacerte el tonto y tampoco tienes que preocuparte, soy alguien de confianza – dijo con calma sin perder su sonrisa.
El rubio respiro hondo para poder tranquilizarse un poco, pues en las palabras de la anciana no escuchaba malicia o codicia, pero aun así prefirió tomar medidas para que nadie más pudiera escuchar, por lo cual comenzó a trazar algunos sellos de mano para luego colocar su mano en el suelo, donde varios sellos se extendieron por todo el suelo, paredes y techo de la sala, para después de un brillo desaparecer, todo bajo la mirada impresionada de la anciana y la mirada confundida de la rubia que solo escuchaba en silencio la conversación sin entender nada.
- Vaya, sellos de privacidad y de tan alto nivel con solo sellos de mano, un Uzumaki hecho y derecho – dijo Chiyo asombrada del nivel en el que se encontraba el joven, si bien aún no estaba a su altura, a ella le tomo muchos años llegar al nivel al que estaba y ese joven no estaba lejos de superarla.
- ¿Quién se lo dijo? – pregunto Naruto con seriedad y algo de preocupación, pues la anciana no solo sabia de su herencia sino también de quien eran sus padres, pues entendió muy bien las indirectas.
La anciana siguió sonriendo y le hizo una señal para que se sentara, estaba tan feliz de ver una vez más a sus antiguos amigos en la forma de su hijo, ese jovencito tenía mucho potencial y saber que ahora pertenecía a las fuerzas de su aldea la ponían muy emocionada, aunque tampoco le gustaba el cómo fue que llego, pues su historia era una verdadera tragedia, sus padres seguramente dieron su vida para proteger a su aldea y sellaron a la bestia en su propio hijo y ¿Cómo trataron tan noble sacrificio? Tratándolo como basura y desterrándolo, al pobre chico que debería ser considerado un héroe, mientras ensuciaban la memoria de tan valientes ninjas.
- Naruto, ¿Qué está pasando? ¿Lady Chiyo sabe quiénes fueron tus padres? – pregunto Temari ya un poco desesperada por no comprender de que estaban hablando esos dos.
- Naruto-kun, ¿Está bien que Temari-hime escuche? – pregunto Chiyo con tranquilidad, ganándose una mirada un poco molesta del rubio, donde ella se sorprendió pero sabía que ya estaba colmándole un poco la paciencia al joven al no contestar ninguna de sus preguntas.
- Es mi secreto, no quiero faltarle el respeto, pero es mi decisión en quien puedo y no confiar – respondió Naruto con un poco seriedad, para luego mirar a los ojos a la rubia – si Temari, ella está hablando de mis padres, al parecer los conocía.
- No has hablado sobre ellos desde que pregunte por esa carta aquella noche – dijo Temari con autentica curiosidad en sus ojos – pero no entiendo, ¿Cómo es que Lady Chiyo los conoce? ¿Quiénes fueron tus padres? – pregunto con su mirada pasando de los ojos del rubio a los de la sonriente anciana.
- Te lo contare, pero primero, yo también quiero saber – respondió Naruto pues a ella no quería ni podía guardarle ningún secreto, luego dirigió su mirada a la anciana – ¿Como es que los conoce? – pregunto y vio como la sonrisa de la anciana decayó un poco.
- Los conocí durante el final de la tercera gran guerra ninja, eran grandes personas, de hecho fueron las únicas personas que respeté de la Hoja después de tan dura guerra – respondió Chiyo no pudiendo evitar sonreír un poco más ante los recuerdos – tu madre fue una gran y hermosa mujer y una buena amiga, tenía el cabello rojo característico de los Uzumaki y un temperamento que solo tu padre podía manejar – comento no pudiendo evitar reír un poco ante lo último, pues esa hermosa joven era una bomba andante de emociones – tu padre, aunque solo conviví con el pocas veces, te puedo decir que era una de las personas más honorables que conocí y aun con años de muerto, creo que lo respeto aún más, ambos fueron los últimos de sus respectivos clanes, no muchos los recuerdan pues eran clanes prácticamente extintos después de la segunda gran guerra ninja, ya te imaginaras mi sorpresa cuando escuche el apellido Uzumaki y te vi, pues nunca pensé encontrarme con su hijo, una viva imagen de ambos – agrego con un tono cariñoso.
Naruto sonrió ante la respuesta de la anciana, pues sus dudas y miedos se habían disipado, ahora tenía una imagen un poco más amplia de sus padres y el hecho de que esa mujer los viera como amigos y los respetara de tal manera aun siendo de diferentes aldeas, lo hizo sentir aún más orgulloso de ser su hijo. Temari vio como los ojos del rubio se llenaron un poco de lágrimas, a lo cual le tomo la mano para que supiera que ella estaba con él, pero aun así, la anciana Chiyo no era de expresarse así de bien de ninjas de otras aldeas, y menos de la Hoja, pues por uno de esos ninjas fue que perdió a su hijo, por lo cual sus dudas solo iban aumentando, pero antes de que pudiera hablar, el rubio separo sus labios para hablar.
- Temari – hablo Naruto con una sonrisa melancólica en su rostro, mientras veía a la rubia y le daba un pequeño apretón a su mano – sus nombres eran Kushina Uzumaki, la princesa del clan Uzumaki y la heredera de la Aldea Oculta entre el Remolino – dijo sintiendo un nudo en su garganta.
- ¿Aldea Oculta entre el Remolino?... ¡¿Te refieres a la sexta gran Aldea Oculta?! – pregunto Temari realmente asombrada, pero cuando el rubio asintió, su sorpresa solo aumento a nuevos niveles.
La rubia sabia de la existencia del Remolino pues desde muy temprana edad le fue enseñada la historia shinobi, incluidos los sucesos que desencadenaron las tres grandes guerras, y sabía que antes de la segunda gran guerra ninja, eran seis grandes Aldeas, pero por el fuerte temor al Remolino y su poder con el cual estaba creciendo tan rápidamente, la Niebla y Roca, junto con otras aldeas menores fueron quien orquestaron un golpe contra el Remolino, lo que dio lugar a la segunda gran guerra y a la destrucción de una de las grandes Aldeas, solo quedando cinco.
- Y mi padre es, Mina... él era el Cu... Cu... - intento hablar Naruto pero el nudo en su garganta aumento, hablar de ambos le era difícil, era más fácil solo escribir sus nombres en un formulario.
- Tranquilo Naruto, no te presiones – susurro Temari con suavidad en sus palabras, solo para ver como una lagrima caer por el rabillo del ojo del rubio.
- Minato Namikaze – dijo Naruto en un susurro apenas audible.
La rubia pensó por unos momentos, sabía que había escuchado ese nombre antes, de hecho recordaba que era un nombre de suma importancia para la Hoja e incluso para otras Aldeas, incluyendo la suya, pero fue hasta que miro de nuevo el rostro del rubio y la respuesta le vino a la mente, donde una vez más la sorpresa inundo todo su ser, le tomo un par de segundos el poder siquiera formular una sola palabra coherente, pues todo lo que salía de sus labios eran palabras huecas.
- El Destello Amarillo, El Cuarto Hokage, Minato Namikaze – dijo Temari con los honoríficos de tan importante figura, decir que estaba en shock cuando el rubio asintió era quedarse corto, era tan obvio, eran prácticamente la misma persona, donde solo las marcas de bigotes hacían una diferencia, pero fue sacada de su trance que vio como las lágrimas caían de los ojos del rubio, donde de inmediato lo atrajo a ella con un abrazo, enterrando su rostro en su cuello mientras este la abrazaba y sollozaba – oh, lo siento Naruto, en verdad lo siento mucho – susurro mientras le acariciaba el cabello y recargaba su barbilla en su cabeza.
- Lo siento Naruto-kun, te juro que no quería traer malos recuerdos, solo deseaba ver y conocer al hijo de mis antiguos amigos, disculpa mis acciones, nunca pensé en cómo te sentirías – se disculpó Chiyo con voz apenada y con una reverencia, sabía que el chico estaba frágil pero nunca se imaginó cuanto, le dolió verlo llorar y saber que no podía hacer mucho por consolarlo.
- No lo haga – dijo Naruto separándose de la rubia mientras se limpiaba los ojos, para luego sonreír un poco – la verdad es que me alegra conocer a alguien que conociera a mis padres personalmente, si no le importa ¿Podría contarme algo sobre ellos? Lo que sea – pidió esperanzado en poder obtener más información de sus padres.
- Por supuesto que sí, lo hare encantada – respondió Chiyo con un asentimiento y una sonrisa – pero desafortunadamente hoy tengo una reunión con el consejo, aunque mañana puedes ir a mi casa, Temari-hime sabe dónde queda y ella también puede venir – sugirió y sonrió cuando el rubio asintió feliz.
- Eso en verdad seria agradable, realmente se lo agradezco – agradeció Naruto de todo corazón por la oferta de la mujer.
Con ya todo dicho y aclarado, Chiyo se levantó de su lugar y procedió a caminar en dirección a la salida, Naruto y Temari la acompañaron, la anciana se despidió con una cálida sonrisa donde el par de jóvenes rubios también le regresaron la sonrisa, cuando cerraron la puerta, el rubio regreso a la sala esperando pacientemente a que su amiga comenzara a preguntarle todo lo que se había guardado antes, solo esperaba que no hubiera molestado por ocultarle la verdad de sus padres. Temari tenía mil dudas en su mente, la principal ¿Cómo demonios no se dio cuenta antes de un hecho tan obvio? El rubio era la clara imagen del Cuarto Hokage, se sentía tan tonta de no ver lo obvio, pero de inmediato otras dudas importante asalto su mente, ¿Por qué no se lo conto antes? ¿no confiaba en ella? ¿Por qué diablos la Hoja desterraría a tan importante figura?
- Naruto... Ammm... - tartamudeo un poco no queriendo hacer la pregunta, pues de cierto modo ya sabía la respuesta - ¿Gaara lo sabe? – ante su pregunta el rubio giro para mirarla y asentir, eso hizo que su corazón le doliera un poco – Entonces ¿Por qué no me lo dijiste Naruto? ¿No confías en mí? – volvió a preguntar en un susurro y con la cabeza algo baja.
- N... No Temari, no es nada de eso, te lo juro – respondió subiendo el tono de voz un poco y obteniendo la total atención de la rubia – en ti confió con mi vida, te lo iba a contar en unos días, y si no te lo dije esa noche fue porque... porque tenía miedo, estaba asustado y no sabía si podía confiar en alguien, en ese tiempo solo quería que el dolor desapareciera, quería mo... - no pudo continuar de explicarse pues la rubia le tapo los labios con su mano.
- No vuelvas a decirlo, ni siquiera pienses en volver a decirlo – pido con dolor de solo pensar que su amigo pensaba acabar con su propia vida para escapar del dolor – te creo y comprendo tus razones – agrego con sus dudas ya olvidadas, aunque solo una persistía y decidió expresarla - ¿Lo vas a revelar a la Aldea?
- No, aun no soy lo suficientemente fuerte como para protegerme si alguien viene a cobrar venganza por los actos de mi padre y mucho menos para protegerte a ti o a Gaara o Kankuro, si los atacan, pues son sumamente importantes para mí – respondió con completa honestidad– nunca me perdonaría si alguien llegara a lastimarte por no poder protegerte – agrego, no notando el sonrojo en la rubia por su comentario.
- A... agradezco tu preocupación – dijo intentando controlar su sonrojo – mantendré tu secreto a salvo hasta que estés listo para contarlo.
- Estoy seguro de que sí, sé que puedo confiar enteramente en ti, Mari-chan – dijo con una sonrisa alegre en su rostro.
- ¿Cómo me llamaste? – pregunto con su sonrojo controlado regresando con fuerza, solo por escuchar cómo fue llamada.
Naruto abrió los ojos de par en par al darse cuenta del tono cariñoso que uso, bajo la mirada no queriendo ver a Temari a los ojos, pues recordaba como Sakura solía golpearlo y maldecirlo cuando la llamaba con un nombre afectuoso, sabía que ella también lo odiaría, su pregunta era un indicio de ello, se maldijo por arruinar las cosas con su amiga por su estupidez.
-Lo siento, por favor no te molestes, yo no lo volveré a decir, te lo ju... - intento disculparse temeroso de perder su amistad, pero ella hablo interrumpiendo sus balbuceos.
- Silencio, no me molesta – hablo con sus mejillas enrojecidas por lo que estaba a punto de decir – de hecho me gusto, así que llámame así de ahora en adelante – agrego con una sonrisa reconfortante, pero no se esperó ser abrazada por este con fuerza.
- "No se molestó" – pensó abrazándola con fuerza mientras sus ojos se llenaban de lágrimas que se reusó a derramar – Muchas gracias, Mari-chan.
- No tienes nada que agradecer – dijo mientras acariciaba su cabello, y su rubor no se iba, pues en realidad le gustaba como la llamaba, por lo cual decidió regresarle el afecto – soy tu amiga, Na... Naru-kun – sintió como el rubio rompía un poco el abrazo para mirarla algo sorprendido, eso hizo que riera un poco - ¿No pensaste que solo tú puedes llamarme con afecto? ¿O sí? – pregunto de forma juguetona.
- No Mari-chan, puedes llamarme como quieras – respondió con una sonrisa.
Temari sonrió por su respuesta y llevo una de sus manos y le limpio una lagrima que había caído por su mejilla, luego acaricio su mejilla, donde Naruto de forma inconsciente se apoyaba un poco en su toque, nunca había estado tan cerca de alguien que le mostrara ese nivel de afecto y realmente le gustaba, era una sensación increíble, sentir que alguien te quiere y se preocupe, era lo mejor.
- Naru-kun, no tengas miedo de hablarme así o de contarme algo, puedes contar conmigo y prometo que nunca me enojare... a menos que sea algo realmente estúpido – dijo con suavidad pero no pudiendo evitar soltar una risita ante lo último, donde el rubio también rio por lo que dijo y asintió.
Con las cosas aclaradas, Naruto procedió a la cocina para preparar el desayuno donde Temari lo siguió con gusto, donde solo podía imaginar la dulce comida que estaba por degustar y cuando un plato de panqueques de chocolate con tocino se posaron frente a ella, sonrió enormemente y procedió a devorarlos con sumo placer, aunque para su vergüenza, Naruto le limpio con una servilleta la mejilla derecha que se había llenado de miel, se sintió como una niña pequeña que no podía controlarse solo por unos cuantos dulces, pero aun así no le importo, disfrutaba de su comida y se lo haría saber siempre. Naruto disfruto de ver a su amiga comer con tanta felicidad su comida, por lo cual hizo una nota mental de comprar ingredientes para preparar postres más seguido. Cuando ambos terminaron su comida, se dirigieron a la sala y sentarse en el sofá.
- Oye Naruto, ¿Sabes jugar shogi? – pregunto de repente con curiosidad.
- No, realmente nadie jugo conmigo antes, pero si explicas las reglas, puedo intentar jugar – respondió en voz baja y con una sonrisa.
Temari sonrió enormemente ante la respuesta, a nadie le gustaba jugar con ella, pues todos alegaban que era aburrido y que no tenía caso jugar un juego donde ella siempre iba a ganar, se levantó casi de un brinco y camino con algo de prisa a su habitación, comenzó a buscar en su armario y cuando encontró lo que estaba buscando, bajo de nuevo a la sala, donde Naruto pudo ver que regreso con una tabla de madera y una bolsa con lo que parecían ser fichas a dentro, ella coloco la tabla en medio del sofá, con ambos uno frente al otro.
- Bien Naruto, este es un juego de estrategia, algo así como un verdadero campo de batalla, donde la estrategia es la clave para ganar, ahora te explicare las piezas y reglas – hablo emocionada por jugar después de un buen tiempo.
Naruto sonrió por la emoción de su amiga, por lo cual enfoco toda su atención en comprender las reglas del juego. Kankuro había terminado su misión de patrullaje y paso a la oficina de su hermano para regresar a casa por un desayuno hecho por su nuevo inquilino, Gaara acepto sin ninguna vacilación, pero cuando entraron a su hogar, vieron como su hermana y al rubio sentados en la sala jugando shogi, su hambre casi fue olvidada de solo ver eso, el marionetista suspiro, pues su hermana ya había conseguido otra víctima para que jugara con ella ese aburrido juego.
- Oye Naruto, un consejo – hablo Kankuro llamando la atención del rubio que asintió en su dirección – no juegues con ella, no solo no es divertido, sino que Temari no tiene piedad con nadie, siempre gana contra novatos o expertos por igual.
- Eso solo lo dices porque tú eres demasiado tonto como para igualarme en un juego mental por solo concentrarte en esas marionetas – dijo Temari con una mueca por ese comentario mientras colocaba sus manos en su cintura – además soy la mejor estratega que ha visto nacer esta Aldea, idiota – agrego con un tono de superioridad e inflando el pecho.
Kankuro solo suspiro con cansancio, pues esto era lo de siempre, alguien le decía a su hermana las razones porque no jugar con ella y siempre sacaba a flote lo de su gran mente, ya ni era divertido burlarse de ello.
- Temari, no debes subestimar a tu oponente, tu mejor que nadie debería saberlo – hablo Gaara de forma estoica ganado la atención de su hermana que le sonrió con diversión.
- Por favor, nadie nunca me ha vencido en shogi y simplemente le explique las reglas – comento Temari encogiéndose de hombros sin perder su sonrisa.
- Odio admitirlo, pero ella tiene razón Gaara, no le va a ganar, incluso si juegan diez veces, apuesto a que ganaría Temari en todas ellas – comento Kankuro ya resignado.
- Tomare esa apuesta – dijo Gaara mientras sus labios se torcían en una pequeña sonrisa – apuesto 500 Ryos a Naruto.
- ¿Enserio? – pregunto Kankuro con una ceja levantada en incredulidad, pero cuando su hermano solo asintió vio que era enserio – bueno, si quieres ir regalando tu dinero de tan mal manera, lo acepto – dijo con una sonrisa confiada.
- Umm Gaara, ellos tienen razón, esta es mi primera vez y dudo que Temari me deje ganar – comento Naruto algo nervioso – no creo que sea buena idea apostar por mí y menos si vas a perder mucho dinero.
- De ninguna manera – dijo Gaara colocando una mano sobre el hombro de su hermano Jinchuuriki – si estoy seguro de algo, es de tu capacidad de volver lo imposible posible de manera inesperada – agrego viendo como este asentía un poco vacilante y dirigía su mirada a su hermana.
- Muy bien, juguemos Mari-chan – dijo en voz baja y una pequeña sonrisa.
Kankuro levanto una ceja ante nombre afectuoso que uso el rubio en su hermana, donde solo esperaba que esta le gritara y golpeara por eso, pero cuando la vio sonríele, lo confundió demasiado, pero aun así, se prometió así mismo que nunca más lo tomarían con la guardia baja por lo cual sonrió con algo de burla y se aclaró la garganta para llamar la atención de todos.
- Haber, viven bajo la misma casa, duermen en la misma habitación, en la misma cama para ser más precisos, el cocina para ti – dijo Kankuro enumerando lo que decía mientras levantaba un dedo para cada cosa – ahora usan nombres muy afectuosos... ¿cuándo fue la boda? y ¿Por qué no fuimos invitados? – finalizo con una risa burlona.
El par de rubios se sonrojaron por las burlas del marionetista, pero ninguno más que Temari que estaba completamente roja de la vergüenza, y todo por las estúpidas insinuaciones de su hermano pero cuando estaba a punto de pararse y molerlo a golpes, ve como su hermanito también asiente con la cabeza, como si también preguntara porque no fue invitado, su rubor solo incremento con eso, donde solo se cruzó de brazos y les saco la lengua en un burdo intento de parar las burlas. Kankuro comenzó a reír con fuerza al dejar a su hermana sin palabras y Gaara rio solo un poco, pues le pareció divertido, ya que su hermana rara vez era dejada sin palabras.
Cuando ya todos se calmaron un poco, Gaara y Kankuro se sentaron para poder observar la partida de forma cómoda, cuando Temari hizo su primer movimiento, uno simple para no acabar muy rápido pues quería disfrutar del juego y que su amigo no se sintiera mal si perdía muy rápido, pero Naruto inmediatamente movió una de sus piezas. Este acto continuo por cerca de una hora, donde la rubia pensaba frenéticamente en una estrategia que era detenida cuando el rubio movía una ficha unos segundos después que ella, arruinando por completo su estrategia. Por primera vez desde hace mucho tiempo, Temari se estaba frustrando por no poder ganar, pero su frustración se detiene cuando ve al rubio hacer un movimiento final donde capturo a su rey, cosa que hizo que la mandíbula de Kankuro callera y Gaara sonriera.
- Creo que gane, Mari-chan – dijo Naruto con una pequeña sonrisa, se sentía feliz de poder ganar en ese juego en su primer intento.
- Arrgh... Ahhhhhhhha – grito Temari de frustración mientras se rascaba la cabeza, para luego mirar con el ceño fruncido al rubio y sujetarlo por la camisa y comenzar a sacudirlo - ¿Cómo lo hiciste? No tenías estrategia, mueves tus piezas al instante sin pensar en ningún movimiento futuro – dijo dejando de sacudirlo, solo para volver hacerlo con mucha más fuerza - ¡Y esta es tu primera vez jugando! ¡¿Cómo lo hiciste?! ¡Eres demasiado, demasiado...! – intento decir pero no lograba dar con la palabra que buscaba.
- Impredecible – dijo Gaara con simpleza, haciendo que su hermana lo viera y asintiera.
- Wow, Mari-chan eso fue divertido – murmuro Naruto con los ojos en espiral y algo mareado, sacudiendo la cabeza para deshacerse del mareo, continuo – eres buena, deberíamos jugar de nuevo en otra ocasión – dijo con un tono de voz feliz y una sonrisa.
El enojo de Temari fue remplazado por la calma al ver al rubio feliz, puedo haber perdido, pero logro un avance con el rubio en volverlo un poco en su actitud feliz y gritona. Gaara solo puso su mano frente a Kankuro que tuvo un tic en el ojo y con un refunfuño tomo su billetera y le dio a su hermano lo justo de la apuesta, el cual comenzó a contar el dinero de forma lenta, para enfurecerlo por haber perdido.
Un mes y medio después
Naruto se había estado entrenando todos los días arduamente para llevar a su cuerpo, Taijutsu y Ninjutsu a un buen nivel. Su personalidad tímida y vulnerable ya prácticamente había desaparecido, sustituida por su actitud alegre algo bromista y positiva. Durante sus tiempos libres se dedicó a realizar algunas bromas con Kankuro, tomar algunas cenas con Gaara y conversar con tranquilidad con él, donde con ambos su amistad se fortaleció enormemente. También jugaba shogi con Temari varias veces de noche en su habitación, donde cada vez que estaba por ganar, Temari lo distraía para que mirara en otra dirección y cambia las fichas o el tablero en general, eso siempre acaba con ambos mirándose fijamente por un tiempo para luego comenzar a reír, para luego Naruto saltar sobre ella y comenzar a hacerle cosquillas, donde Temari entre carcajadas suplicaba que se detuviera, cuando los dos estaban exhaustos de reír, se envolvían en un abrazo y quedan profundamente dormidos. Había visitado a Chiyo un par de veces, donde ella le contaba todo lo que sabía y vivió con sus padres, como su padre era un hombre de altos valores, muy serio cuando la situación lo ameritaba, pero bastante torpe cuando las cosas eran calmadas, como su madre era una mujer muy hiperactiva, que parecía irradiar una energía infinita, no podía quedarse mucho tiempo quieta en un solo lugar, amaba hacer bromas, como su carácter increíblemente volátil la hacía enfrentar a quien se le pusiera enfrente sin miedo alguno y el cual solo un hombre era capaz de controlar.
En un campo de entrenamiento con el sol a solo unas horas de ponerse, el rubio se encontraba repasando las katas de Taijutsu de su padre, hasta que siente una ráfaga de viento en su dirección, de un salto hacia atrás esquiva el ataque, para luego dirigir su mirada al frente, de pie con toda la calma del mundo, una mano sobre su cintura, la otra sujetando su siempre leal abanico, en su rostro una sonrisa divertida era visible.
- Hola Mari-chan – saludo con una sonrisa y un pequeño rubor en su rostro.
Desde hace ya una semana, ella llegaba para ayudarlo con su Taijutsu, aunque también lo hacía para ayudarse a sí misma, pues cuando comenzaron a entrenar juntos, descubrió que tenía muchos problemas a la hora de un encuentro a corta distancia, cosa que intentaba solucionar. Mientras que el agradecía su ayuda, pues dominar el estilo de pelea de sus padres, que eran tanto defensivos como ofensivo, para una lucha a corta distancia, pero a larga distancia, era algo bastante complicado, pero intentaba compensarlo con sus clones de sombra.
- Vamos a tener un encuentro, más te vale estar listo – informo con una sonrisa retadora y cuando vio al rubio asentir, dio un salto hacia atrás que el también imito.
- Jutsu Multiclones de Sombra – dijo colocando sus dedos en cruz y tras una gran explosión de humo, había treinta clones.
Los clones se dividieron en tres grupos, uno al frente y los otros dos al costado, cada clon salió corriendo con todo lo que tenía, listo para inmovilizar a la rubia, pero justo cuando estaban por llegar a ella, esta abre su abanico hasta la tercera luna para luego canalizar su Chakra, todo sin perder la sonrisa en su rostro.
- ¡Estilo de Viento Jutsu Guadaña de Viento! – exclamo con fuerza, blandiendo su abanico en un giro de 270 grados lanzando una poderosa onda de viento.
Todos los clones fueron golpeados por las ráfagas de viento para luego estallar en bocanadas de humo que no tardó mucho en disiparse, pero fue en ese momento que Temari abrió los ojos de par en par, pues el real no estaba entre los tres grupos, giro y coloco su abanico a forma de escudo para poder cubrirse de varios kunai que fueron lanzados desde arriba, luego blandió su abanico una vez más y creo un pequeño tornado que iba justo al rubio que estaba por aterrizar, pero para su sorpresa cuando este fue atrapado por su Jutsu, exploto en una bocanada de humo, revelando otro clon, escucho un ruido a su espalda e intento girar, pero uno de los brazos de Naruto la envolvió por la cintura con fuerza y con la otra mano apunto a su cuello con un kunai.
- Yo gane, Mari-chan – dijo en un susurro cerca del oído de la rubia, estaba algo cansado y no creía poder sostener una pelea por mucho tiempo, por lo cual decidió acabarla rápido.
Temari sintió como todo su cuerpo se estremecía por la voz del rubio tan cerca de su oído, pero aun así, en un movimiento rápido, sujeto la muñeca del rubio que tenía el kunai, giro sobre su eje para estar frente a él y con un movimiento barrio sus pies, aun cuando cayó en el suelo, nunca lo soltó, estaba justo sobre él, cada mano sujetaba sus muñecas y tenía sus piernas a cada lado de su cintura.
- Jeje tu pierdes Naru-kun – dijo inclinándose un poco hacia el a escasos centímetros de su rostro.
- Si tu ganas – dijo con una sonrisa y un rubor por la cercanía.
Temari sintió como su rostro le ardía, desde hace un tiempo, las contantes bromas de su hermano a decir que ella y el rubio eran alguna clase de pareja, la hicieron pensar, nunca se había sentido así por algún chico, pero con él, ella se sentía feliz, amaba su cercanía, le encantaba dormir entre sus brazos y sentir su calor, ese simple pensamiento hizo que su corazón comenzara a latir con fuerza, por lo cual, sintiéndose un poco atrevida, se inclinó un poco más y beso al rubio.
Naruto tenía los ojos bien abiertos por lo que hizo la rubia, no sabía cómo reaccionar, pero poco a poco comenzó a cerrar los ojos y dejarse llevar. Cuando la rubia soltó las manos del rubio, este la sujeto por la cintura y ella coloco una mano en su pecho y la otra detrás de su cuello para profundizar el beso. En un pensamiento travieso, sin romper el beso, Temari lamio suavemente el labio inferior del rubio, para luego empujar su lengua dentro de su boca. Ahora Naruto estaba más que aturdido por la acción de la rubia, no sabiendo bien como proseguir, se relajó y envolvió su lengua con la de ella, no impidiéndole nada, ella agredía que no intentara tomar el control y solo masajeara su lengua, dejándola hacer lo que quisiera, interrumpieron su beso después de unos minutos, ambos jadeaban y tenían rubores en sus rostros, Naruto se sentó, sin retirar a Temari, la abrazo con fuerza por la cintura y oculto su rostro en su cuello para que no viera que sus ojos se llenaron un poco de lágrimas. Temari simplemente regreso el abrazo pasando sus brazos por debajo de los suyos, mientras acariciaba y sentía su fuerte espalda, recargo su barbilla en su hombro y sonrió con felicidad por su primer beso.
Desde hace unas semanas, Naruto admitió para sí mismo que había desarrollado fuertes sentimientos por la rubia, y sabía muy que lo que sentía por ella era real y no una estúpida e insignificante atracción, como lo que sintió en la Hoja. Los papeles se invirtieron pues ahora la rubia se hacía acurrucada en el cuello del rubio y este coloco su barbilla sobre la cabeza de ella.
- Mari-chan – dijo en un susurro temeroso, pero se estremeció cuando ella le besaba el cuello – de... deberíamos de detenernos, esto no está bien – dijo con un nudo en la garganta.
Ese comentario hizo que Temari abriera sus ojos de golpe, el calor de sus hormonas de adolescente al ser dos años que el rubio, murió con esas palabras, se separó de su cuello y lo miro a los ojos, sus ojos reflejaban dolor por lo que escucho y su labio inferior comenzó a temblar, no sabía porque había dicho eso, sabía que no era la chica más detallista en cuanto al uso de maquillaje, pero pensaba que para el rubio se veía bien, que él la consideraba atractiva, aunque también estuvo presente el miedo de que hubiera malimpretado las cosas y que a él ni siquiera le gustara.
- ¿No te gusto? ¿No soy lo suficientemente bonita? ¿O acaso soy de tu tipo? – pregunto con un tono herido, se sentía tan vulnerable al solo pensar que a quien había mirado con ojos de amor no le correspondiera.
- No se trata de ti, todo de ti es perfecto, yo soy el del problema – respondió desviando la mirada y sintiéndose mal por hacer sentir mal a la rubia.
- ¿Qué quieres decir? – pregunto confundida, sus preocupaciones hechas a un lado cuando lo vio derramar un par de lágrimas, llevo sus manos a sus mejillas y las limpio de las lágrimas y lo forzó a verla a los ojos – por favor, dime.
- Eres una princesa, aunque yo te quiera con todo mi ser, te mereces a alguien mejor, no a alguien como yo – respondió con toda honestidad, honestidad que le dolía, pues en verdad la quería.
- No Naru-kun, yo te quiero a ti y solo a ti, no hay nadie en esta Aldea o en ninguna otra con quien yo quiera estar, con quien yo me sienta tan feliz – dijo con una gran sonrisa llena de cariño.
Naruto abrió los ojos de la impresión, estaba por decir algo, pero Temari aprovecho eso para volver a besarlo, dándole el beso más apasionado que pudo dar, donde solo se dejó derretir ante el tacto de sus labios sobre los suyos. El rubio la abrazo por la cintura con una mano y con la otra libero su cabello de sus colas de caballo, para después volver a sujetarla con fuerza para luego girarla y recostarla en el suelo con cuidado, mientras intentaba responder al apasionado beso que le estaba dando. Ella volvió a lamer su labio inferior y casi de inmediato le dio acceso para que pudiera meter su lengua, mientras colocaba una mano sobre su cuello para profundizar el beso y la otra sobre su cabello, le gustaba sentir que tenía el control total en el beso y como masajeaba su lengua suavemente con la suya, no intentando ganar el dominio.
No sabía si fue por sus hormonas adolescentes, la pasión del momento o la posición en que estaban, pero no le importo, por lo cual, ella rompió el beso y antes de que el dijera algo, jalo su cabeza a su cuello, donde él le beso y lamio la piel suave de su cuello, ocasionando que gimiera en aprobación y ladeara su cabeza a un lado para darle más libertad.
Naruto mordisqueo suavemente su cuello, haciendo que Temari gimiera más fuerte, siguió besándola hasta que comenzó a bajar y removió un poco su kimono para poder llegar a su clavícula, ella comenzó a respirar más agitadamente, amo cada caricia que le daba, sentía como su intimidad comenzaba a humedecerse, él sujeto con fuerza sus caderas, quería deslizar sus manos por sus firmes muslos, pero no sabía si eso sería demasiado, por lo cual se contuvo y simplemente abrió las manos cuanto pudo y las cerro obteniendo cuanto pudo, pero debido a un movimiento de ella, tomo entre sus manos más de lo que debía, pues estaba sujetando una parte de su firme trasero, y en cuento sintió que hizo algo mal, ella soltó un fuerte gemido de aprobación.
Ambos volvieron a besarse con pasión, solo para que Naruto volviera a atacar su cuello solo que ahora con más pasión que antes, Temari intento sofocar un gemido ante su repentina acción, pues le encantaba como la hacía sentir, de forma inconsciente, comenzó a levantar sus caderas, sabía que él solo quería sujetarla de la cintura, pero cuando sujeto parte de su trasero, sintió como todo su cuerpo se calentó aún más.
- Naru-kun – dijo su nombre en voz alta al sentir como el placer la inundaba.
Temari en un movimiento rápido tomo la cabeza del rubio para besarlo apasionada y descuidadamente, no quería que se diera cuenta que la hizo llegar al orgasmo, pues se moriría de la vergüenza. Naruto sintió como la rubia le mordió un poco fuerte el labio, tanto que lo hizo sangrar, pero ignoro el dolor y comenzó a separarse de ella para mirarla en su totalidad, su cabello estaba desalineado, la parte de superior de su kimono estaba flojo hasta el borde de sus pechos, mostrando un poco más de escote y los tirantes de su sostén rosado, pero aun con su figura mostrando más de lo que normalmente podía ver, dirigió su mirada a lo que más quería, a esos ojos verde azulados que tanto amaba, aunque se confundió cuando la escucho reír tiernamente, viendo su confusión ella decidió aclarar sus dudas.
- Esos fueron mis primeros veces y déjame decirte, que no muchas chicas pueden decir que su primer beso fuera tan increíble – comento de forma juguetona con un sonrojo.
Naruto rio suavemente y le dio un beso rápido en los labios, se levantó y le extendió la mano, Temari la acepto y sin soltarla la guio hasta un poste donde se sentó y la atrajo con él, recargo su espalda en su pecho y dejo que envolviera sus brazos alrededor de su estómago.
- Temari, ¿Quieres ser mi novia? – preguntó en voz baja y algo avergonzado, donde ella abrió sus ojos y girara su cabeza para verlo con sorpresa, pero el continúo hablando para que no pensara que la estaba forzando a nada – está bien i no quieres, no se mucho sobre relaciones o citas, pero quería que lo supieras.
Temari capturo sus labios cuando dejo de hablar, sintió como la abrazaba con cariño y cuando rompió el beso para mirarlo a los ojos con cariño, le sonrió con una gran sonrisa que intentaba imitar las del rubio.
- Por supuesto que seré tu novia, idiota, sino aceptara, ¿De qué otra forma les aclararía a las otras chicas en la Aldea que ahora eres mío y solo mío? – dijo sin perder su sonrisa y con un rubor por lo que acaba de decir.
- Entonces, esos lindos labios rosados, ¿ahora son solo míos? – pregunto en un tono un poco burlón.
Temari se sonrojo bastante por su pregunta, pero aun así, asintió con la cabeza intentando ignorar su vergüenza, giro un poco para poder acurrucarse mejor en su pecho, sintió la suave brisa que anunciaba la noche, pero no le afecto en lo más mínimo, pues su rubio emanaba tal calidez que le era imposible sentir una sola pizca de frio. Sin quererlo realmente, ambos cerraron sus ojos y durmieron plácidamente.
Naruto despertó un par de horas después, vio que ya había anochecido y luego miro que su rubia seguía profundamente dormida en sus brazos, aunque no le molestaría dormir a la intemperie, no quería hacerle eso a su novia, por lo cual, coloco pequeños besos en su cuello para poder despertarla, ella soltó algunos gemidos como respuesta, pero aun así no parecía querer despertar, por lo cual, coloco sus labios sobre los suyos. Temari comenzó a despertarse al sentir algo cálido sobre sus labios y cuando abrió los ojos, rompió el beso, para luego envolver sus brazos alrededor de su rubio y mirarlo con nada menos que amor.
- Hola guapo – dijo con una sonrisa.
- Hola hermosa – regreso el saludo mirando esos hermosos ojos.
Ambos se inclinaron y se dieron un largo beso, cuando se separaron, estaban sonrojados y respiraban pesadamente, pero aun así, ninguno separo la mirada del otro, después de otro beso corto, se pusieron de pie. Temari se arregló la ropa, para luego atarse su cabello suelto que le llegaba un poco más abajo de los hombros, en sus cuatro coletas habituales, luego coloco su abanico en su espalda.
Cuando salieron del campo de entrenamiento privado, pasaron por el distrito comercial de la Aldea, para llegar rápido a su hogar. Naruto tomo la mano de su rubia y la sujeto con cuidado, Temari sonrió por su acto y de forma inconsciente una sonrisa aún más grande adorno su rostro, en su caminar fueron ganando miradas y murmullos de la gente, pero al final no le dieron mucha importancia. Cuando llegaron a su casa, cada uno fue a sus habitaciones para dejar sus pertenencias shinobi, la rubia se deshizo de su armadura, y sustituyendo su falda por un short negro, bajo a la cocina, donde el rubio ya estaba preparando la cena, ella lo vio cortando la verdura y se acercó tímidamente a él, quería ayudarlo a cocinar o ser ella quien le preparara la comida, pero no era buena para esas cosas.
- ¿Necesitas ayuda? – pregunto de forma tímida con la mirada baja y jugueteando con sus pies, el tiente rosado en sus mejillas fue algo que no pudo esconder del rubio.
Naruto levanto una ceja en confusión, era raro verla tan apenada, pero recordó como Kankuro siempre se burlaba de ella por su cocina y supuso que era por eso su nerviosismo, el saber que ella quería ayudarlo aun cuando no era buena en esas cosas lo hizo sonreír, tomándola de la muñeca la jalo hacia él, sosteniendo su pecho contra su espalda, y recargando su barbilla en su hombro. Temari sonrió y se sonrojo fuertemente cuando su rubio coloco sus manos sobre las suyas para ayudarla a cortar las verduras, le pareció muy tierno el cómo la estaba sujetando y ayudándola para ayudarlo.
- Ahora si soy una buena cocinera – dijo de forma burlona para luego besar la mejilla su rubio.
Naruto la ayudo colocar las verduras cortadas en una hoya con agua hirviendo, para preparar una sopa, Temari le daba algunos codazos en su pecho cuando movía sus manos para hacerla parecer un títere. Tan concentrados estaban la pareja en lo suyo que no se dieron cuenta de que Kankuro y Gaara estaban al pie de la cocina mirándolos con los ojos bien abiertos, pues desde hace algún tiempo veían que ninguno de esos dos daba un paso en su relación, donde casi estaban perdiendo las esperanzas de que algo ocurriera.
- Veo que al fin se juntaron – hablo Gaara llamando la atención de pareja.
Naruto le dio una gran sonrisa a su hermano y Temari se sonrojo al ser atrapada por sus hermanos, pero aun así, sonrió y asintió con la cabeza.
- Naruto – hablo Kankuro un poco alto y caminando firmemente hasta estar frente a su hermano de bromas.
Temari vio como la mirada de su hermano era seria casi molesta y su postura completamente firme, se sonrojo de nuevo al pensar que su hermano actuaria de forma protectora como sabía que lo hacía con los chicos que él no aprobaba, se sintió feliz de que le importara de esa manera pero de su rubio alegre no había nada de qué preocuparse, quería hablar y salir en defensa de su novio, pero su hermano hablo antes de que ella pudiera decir nada.
- Escúchame muy bien, porque no lo pienso repetir – hablo Kankuro colocando sus manos sobre el rubio y apretándolo con fuerza – bajo ninguna circunstancia Gaara o yo aceptamos devoluciones, así que si quieres a mi hermana será tu responsabilidad a partir de ahora – dijo comenzando a reír con fuerza, solo para callarse al sentir un fuerte dolor en su cabeza.
Temari golpeo a su hermano con una sartén, en su cabeza eran visibles varias venas gigantes y su rostro reflejaba enojo absoluto, los gritos de Kankuro fueron escuchados por varias cuadras a la redonda, su hermana en verdad odiaba sus bromas, pero no le importaba el dolor, pues su rostro de incredulidad y ese rubro de vergüenza valieron absolutamente la pena.
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