Cambios y decisiones
Aldea Oculta Entre las Hojas – Tres años después
Torre Hokage – Oficina del Hokage
Sentada en la silla Hokage, reposaba una muy molesta y cansada Tsunade, revisaba algunos una cantidad considerable de papeleo, aunque era una cantidad muy mínima en comparación a cuando recién tomo el puesto, tenía anillos negros debajo de sus ojos debido a la falta de sueño por causa del estrés y la depresión que lentamente comenzaron a devorarla en los últimos años. De todos en la Aldea, fue ella quien había sido más golpeada con el destierro de su rubio idiota, un idiota con una sonrisa tan cálida y llena de esperanza que extraño todos los días a todas horas, aun contra las protestas de su única aprendiz, volvió a sumergir sus penas en el sake, una solución que para su creciente molestia, fue solo un alivio temporal, pues el dolor que sentía era aún más grande que cuando perdió a Nawaki y Dan, era un dolor completamente diferente, mientras que con ellos, sus muertes fueron inesperadas y fuera de su control, que incluso con sus conocimientos actuales en medicina, no los hubiera podido salvar, pero murieron felices de luchar por sus sueños, llego a esa conclusión gracias a Naruto, y eso era lo que le generaba tanto dolor, pues con el rubio, pudo haber hecho algo, pudo haber evitado su destierro, pero no, fue impotente e inútil, no lo mato, pero le arranco sus sueños y esperanzas y lo mando solo a un mundo lleno de lobos para que muriera, eso era lo diferente, eso era un dolor tan profundo en su corazón que no había suficiente sake en el mundo como para olvidarlo.
Había tratado inútilmente de cambiar la opinión del consejo, o con lo menos al lado shinobi que tenía más peso, pero seguían firmes en su decisión junto con el apoyo del Daimyo, donde este último tenía el poder de revocar la decisión sobre el destierro de Naruto en su totalidad, pero supuso que no quería meter sus manos en una situación tan trivial, pues nunca respondió a ninguna de sus cartas.
- Lady Tsunade, se ha llamado a una junta del consejo – informo Shizune con su mascota en sus brazos, sacando de sus pensamientos a su maestra.
- ¿Quiénes fueron los idiotas que llaman a una junta sin mi autorización? – pregunto Tsunade con el ceño fruncido en molestia.
- Los ancianos mi Lady – respondió Shizune con enojo, pues odiaba a esos miserables por lo que le hicieron a su pobre hermanito en todo menos sangre.
Tsunade apretó los dientes con enojo y se levantó de su silla y se dirigió a la cámara del consejo seguida de su aprendiz, odiaba a todos en el consejo pero sobre todo a esas estúpidas momias, mientras que el sonido fuerte de su caminar era escuchado por los pasillos, no pudo evitar recordar todo lo que había cambiado en los últimos años, pues aunque una vez más quería abandonar su maldita Aldea natal que solo le había traído dolor, se quedó, solo por proteger el sueño de su hermanito, su amado y su rubio idiota, con la esperanza de algún día, poder traer de vuelta a este último. Lo primero que hizo fue atacar a quien más odiaba, a ese maldito lisiado, destruyo de pies a cabeza toda su repugnante organización Raíz y lo hizo personalmente con ayuda de algunos Jonin y Anbu, podía ser la organización fría y metódica que cualquier Aldea necesitara pero gracias a los registros de su sensei y predecesor en el puesto Hokage, logro encontrar que dicha organización conspiraba incluso contra la Hoja y con esa información, podía hacerla añicos sin protesta de nadie y como defensa por la Aldea, sonrió cuando ese estúpido de Danzo intento protestar, pudo haber sido un gran shinobi en su tiempo, pero aun en su mejor momento no era rival para ella, una Sannin, cuando ya había destruido prácticamente toda la base subterránea a sus espaldas, justo como él lo hizo cuando fue a buscar al Daimyo para el destierro de su rubio, fue casi poético, y disfruto cada segundo de la expresión de furia, molestia y miedo en el rostro del lisiado, muchos Anbu Raíz nunca volvieron a ver la luz del día por ir en contra de su palabra, la Hokage, pero personalmente no le importo mancharse las manos de sangre una vez más.
Lo segundo que hizo fue disminuir enormemente la cantidad de poder que podían ejercer los miembros del consejo civil así como sus estúpidas demandas que eran en gran parte de donde venia su molesto papeleo, claro que protestaron y gritaron al principio, pero después de que todos tuvieran en sus cuellos las espadas de sus Anbu se callaron, aun no podía eliminarlos del todo del consejo, pues algunas cabezas de clanes se oponían a ello, tal era el caso del líder Hyuga, Akimichi y Yamanaka, que pensaban que aun eran útiles si es que se llegaba a presentar alguna guerra, sus puntos podían ser válidos y pudo haber estado de acuerdo con ellos en el pasado, pero ya no, nunca más, pues estaba cerca, definitivamente estaba cerca de sacar a los civiles del consejo, solo necesitaba un empujón más, una pequeña brecha que pudiera utilizar, pues aún con su poder reducido, aun junto con el consejo shinobi podían anular su voto, pero se aseguraría de que eso nunca volviera a pasar.
En tercero y último, sus estúpidos concejales, sus cargos importantes de ancianos que eran prácticamente intocables se fue por el escusado, pues se les informo que ya no necesitaba a ancianos de guerras tan viejas para tiempos tan modernos y guerras muy diferentes, sus años de experiencia eran obsoletos y más un lastre que otra cosa, pues aunque odiara llamar a su rubio un arma, tuvo que hacerlo solo una sola vez, una vez que perforo su corazón como mil agujas, pero era necesario para poder dar a entender su punto, expuso ante todo el consejo que gracias a esos idiotas, quedaron desprovistos de su mejor arma, si cualquier Aldea enemiga se enterara de que ya no poseían a su Jinchuuriki y sobre todo al más poderoso, una guerra estallaría en su contra, esas momias no pudieron decir nada en su contra, pero cuando estaba por relevarlos de su cargo, una vez más los líderes que apoyaban a los civiles salieron en su rescate, a los líderes de clanes no podía casi ni tocarlos, pues necesitaba de su fuerza por el bien de la Aldea, pero aun así, mantuvo a ese par de ancianos estudiando y preparándose día y noche para demostrar que aun eran útiles aun en nuevos tiempos, con suerte solo tendría que esperar un año o dos para que murieran de un ataque al corazón, sabía que estaba mal, pero no pudo evitar sonreír ante la idea.
Cámara del Consejo
Todas las cabezas de clanes estaban sentadas del lado derecho de la mesa en forma de media luna con los consejeros civiles del lado izquierdo, los ancianos al frente y solo un puesto vacío el de su líder al frente y al centro, todos murmuraban cosas cotidianas o de algunos temas que aprovecharían a tocar en la junta ya aprovechando que se llamó al consejo, pero todos se callaron de golpe cuando su líder entro por las puertas de la cámara, de un momento a otro, todo se volvió tan silencioso como un entierro, todos hacían el más mínimo intento de hacer ruido al ver rostro molesto de su líder. Nadie era ajeno al enorme odio que les guardaba la mujer después del destierro del mocoso demonio, pero honestamente nunca imaginaron que las repercusiones fueran tan graves para ellos, en especial para los civiles, pues con suerte y podían opinar sobre los detalles más mínimos y que según su líder, si podían abrir la boca.
- Muy bien, ¿Quién ha llamado a esta reunión? Y aún más importante ¿Por qué? – pregunto Tsunade en un tono frio que le mando a todos escalofríos y los hacia tragar saliva – oh y por favor créanme, más les vale que sea por una buena razón o de lo contrario, no seré nada feliz – advirtió con un tono aún más frio que antes y una pequeña pisca de odio en sus palabras.
- He... hemos sido nosotros Tsunade – respondió Koharu con la vejez muy presente en su rostro, pues llevar su cuerpo a tanto a su edad para mantenerse al corriente con la época actual con tal de salvar su puesto en verdad la estaban acabando.
- Es Hokage-sama para usted, estimada anciana – corrigió Tsunade con molestia y sarcasmo en lo último – será mejor que lo recuerdes o tendré que llamar a Anko para que te discipline y llames a tus superiores como se debe.
- Mis disculpas Hokage-sama, lo que pasa... - se disculpó Koharu con un toque de miedo pero antes de que pudiera continuar su líder la interrumpió.
- Y llamar a una junta del consejo sin mi autorización solo prueba una vez mas que ya no piensas con claridad debido a tu edad – comento Tsunade con veneno en sus palabras y esperando hacer entrar en razón al consejo shinobi sobre quitarlos de sus puestos – pero solo por esta vez lo dejare pasar, ahora responde, ¿Por qué has llamado al consejo tan urgentemente?
Koharu nunca se había sentido tan humillada en toda su vida, pero aun con toda su molestia no podía reprochar a su líder, pues estaba en una cuerda floja, no podía darse el lujo de seguir cometiendo más errores, no si quería conservar su puesto en el consejo.
- Hokage-sama, el tema que queríamos abordar es de suma importancia, por eso llamamos al consejo, pues todos necesitan escucharlo y así poder llegar a una solución – respondió Koharu tragándose sus molestias contra su líder y cuando la mujer asintió, continuo – Hokage-sama, queremos poner al tanto a todo el consejo de lo que usted ya sabe, que desde el año pasado, nuestras alianzas comerciales con los países Ola y Primavera han estado en crisis y ahora que han pasado tres años desde que comenzó nuestra alianza con ellos y al fin llego el momento de una renovación en nuestras alianzas, han rechazado llegar a cualquier acuerdo con nosotros y se han aliado con la Aldea de la Arena, y por lo que algunos de nuestros ninjas han podido escuchar, es que la Ola y Primavera han ganado un contrato aún mejor que el nuestro – informo con seriedad intentando sonar lo mejor informada posible y técnicamente lo estaba, pues la última parte su líder no debería saberlo aún, pues un ninja se lo comento esa misma mañana.
- Estaba al tanto de la ruptura de esas alianzas, pero no del mejor contrato que la Arena les ofreció, ¿Cómo es eso? – pregunto Tsunade con genuina curiosidad y una ceja levantada.
- Bueno, para aquellos que no lo saben, antes, en nuestras alianzas, nos aliábamos solo para contratos comerciales mutuos, era una especie de relación de entrega, ellos nos proporcionaban sus recursos y nosotros cumplíamos con el contrato al ofrecerles los recursos nativos de la Tierra del Fuego – dijo Koharu metiendo en contexto a la mayoría, de los cuales obtuvo varios asentimientos – pero por lo que me conto un ninja esta mañana, la alianza con la Arena es completamente diferente, como la Arena no es tan rica en las plantaciones nativas que poseen, han decidido dar sus propios recursos a cambio.
- No comprendo, ¿Cómo eso podría ser un mejor trato? – volvió a preguntar Tsunade algo confundida.
- Pues debido a que la Arena es principalmente rica solo en metales o piedras preciosas, han ofrecido poner en la alianza esos recursos, dándoselos a un precio menor a cambio de su unión – respondió Koharu con tranquilidad.
La Hokage y el resto de los consejeros entendieron a donde iba todo esto, la Arena gano recursos e incluso vender los suyos, mientras que la Hoja solo los intercambio al precio de intercambio establecido en la alianza, en cambio con la Arena ellos mismos podían administrar sus propios precios, lo que significa que ellos tenían el control completo en la alianza, era una alianza sumamente beneficiosa no solo para esos países sino también para la Arena, pero aun así, había algo que no cuadraba, si bien la oferta era mejor, ya tenían problemas con sus países aliados desde hace un año y por más que intentaron resolverlos, los líderes de esos países, parecían firmes en romper sus alianzas incluso si la Arena no les hubiera propuesto tal alianza.
- Y no solo eso, debido a que no hemos recibido ninguna misión de las Olas o Primavera, solo nos queda suponer que en los términos de dicha alianza, ahora será la Arena quienes les proporciones la fuerza militar que necesitan, convirtiéndola en la única Aldea que obtendrá sus misiones – hablo Homura casi tan demacrado como su antigua compañera de equipo, tenía miedo de estar en la mira de su líder, pero aun así, lo que estaba brindando era útil por lo que en teoría no la haría despertar la furia de su líder – nuestro Daimyo no estará feliz con todas estas noticias al saber que perdimos tan preciosas alianzas, exigiera respuestas y nosotros debemos responderlas aun si no sabemos porque decidieron rechazarnos.
- Comprendo, esas sí que son malas noticias, no será fácil explicar la perdida de tan grandes aliados para alianzas comerciales, pero viendo el lado positivo, al menos no se fueron con alguna Aldea enemiga – comento Tsunade y muchos tuvieron que asentir en acuerdo - ¿Alguna idea de porque habrán decidido romper nuestras alianzas?
Una sonrisa de satisfacción se colocó en el rostro de la Hokage al ver como sus ancianos concejeros se comenzaron a partir la cabeza en busca de una respuesta con tal de quedar bien pues sabían que un solo error y podía volver a señalarlos como inútiles, pero al final solo negaron con la cabeza, suspiro por acabar su diversión, pero tampoco podía decirles mucho, pues ni ella misma sabia la respuesta a su problema.
- Muy bien, llegamos a punto muerto, esto se retomará cuando obtengamos más información, antes retirarnos, ¿Alguien más tiene otro punto a tratar? – pregunto Tsunade ya queriendo regresar a su escritorio y no verle la cara a nadie, pero para su desgracia su persona menos favorita levanto la mano.
- En realidad si, Hokage-sama, hay un tema que me gustaría abordar – respondió Danzo con un esfuerzo sobre humano para controlar su odio ante la mujer rubia.
Para el antiguo Halcón de Guerra era humillante la posición tan patética en la que estaba y como un plan a largo plazo se vio arruinado en su totalidad, la mujer a la que tenía que llamar líder, no era su antiguo rival, no podía tomarse tantas libertades con ella, pues su antiguo compañero se había vuelto un líder sin columna, pudo ocasionar la matanza del clan Uchiha y no recibió ni una penalización por parte del supuesto Dios Shinobi, pero desterró a un mocoso y toda su organización fue aniquilada en solo una noche cuando se encontraba fuera. Su plan era simple, desterrar al mocoso demonio, capturarlo, extraerle la bestia y colocarlo en uno de sus ninjas leales, luego aprovecharía la depresión de su líder para luego matarla con su nuevo Jinchuuriki personal, pero todo fracaso cuando no pudo ni encontrar un solo rastro de ese maldito rubio, era como si la tierra se lo hubiera tragado y para colmo de males, la Senju se volvió una líder en toda regla, la apoyaría si no fuera porque ese puesto debería ser suyo, con suerte pudo eliminar todo rastro que lo inculpara y quedar libre, pero eso no lo quitaba de su mira, pero tuvo que salir de sus pensamientos cuando ella asintió en su dirección con una mirada de odio puro.
- Nos hemos encontrado con información sumamente desconcertante a la vez que impactante sobre el nuevo sistema de seguridad empleado por la Arena – dijo Danzo con fingida tranquilidad aunque se sintió nervioso cuando su líder entrecerró peligrosamente los ojos en su dirección.
- ¿Y cómo exactamente descubriste información sobre el sistema de seguridad de otra Aldea? – pregunto Tsunade con molestia mientras maldecía por lo bajo al lisiado.
- Eso no es importante de momento – respondió Danzo de inmediato, intentando desviar la atención de su estúpido desliz – la Arena empleado un sistema de barrera que en muchos aspectos es similar al nuestro – explico sonriendo mentalmente al ver como muchos protestaron en que la habían robado su sistema de barrera, pues ahora la atención estaba sobre eso y no como consigo la información, pero decidió continuar hablando para darle a su líder algo en que enfocarse que no fuera el – no nos pudieron haber robado, ya que su sistema es mucho mejor que el nuestro.
Cuando termino de hablar el lisiado, la habitación se volvió completamente silenciosa al no poder creer esa información, el sistema de barrera de la Hoja era el mejor y estaban orgullosos de ello, pero si la Arena había creado un sistema de seguridad aún mejor, eso era noticia para el mundo, pues era como gritar a los cuatro vientos que habían adquirido un poder sumamente grande.
- Si dices que su sistema es superior al nuestro, debes saber al menos las bases de en qué consiste – dijo Shikaku con algo de pereza pero realmente interesado en saber esa información.
- Muy poco en realidad, nuestro sistema solo nos dice si un shinobi ha entrado a la Aldea, pero el de la Arena les alerta instantáneamente si entra un intruso y donde se encuentra, haciendo prácticamente imposible violar su seguridad, pues al parecer el Chakra de cada aldeano y shinobi fue vinculado con la barrera – informo Danzo con seriedad y algo de molestia, obtener toda esa información le costó 20 de sus mejores Anbu Raíz que aún le quedan – han convertido su Aldea en una fortaleza, pueden ver el mundo pero el mundo no puede verlos, además inteligencia revela que en los últimos dos años la calidad de sus equipos de sellado ha aumentado drásticamente, sus papeles bomba son mucho más potentes, a casi tres veces nuestra propia potencia.
- Parece que todo eso se debe al trabajo de alguien que posee un conocimiento excesivo en Fūinjutsu, probablemente una persona o un pequeño grupo, eso explicaría porque tan repentino incremento en su destreza de sellado – comento Shikaku con una mano sobre su barbilla y todos asintieron en su evaluación.
- Puede ser, pero aun así es algo ilógico, la Arena nunca fue conocida por su dominio en el Fūinjutsu, por lo que sabemos Lady Chiyo fue la más grande maestra de sellado de su Aldea y aun así no le llega a los talones al Maestro Jiraiya y eso que es un maestro de Fūinjutsu de nivel 8 – cuestión Hiashi no muy convencido de que la Arena se hubiera vuelto tan hábil por méritos propios – además ¿De dónde ganaron el conocimiento para superar incluso nuestra propia barrera? Creo que probablemente un Maestro en Fūinjutsu se unió a la Arena en los últimos años y de allí su crecimiento tan rápido – agrego y muchos asintieron a lo dicho, era imposible que lograran un avance en tan poco tiempo por cuenta propia.
- Pero eso es imposible, ¿Quién podría ser tan hábil? – cuestión Inoichi llamando la atención de todos – nuestros propios sellos fueron entregados por el mismísimo Primer Hokage, nadie ha podido llegar a superar su destreza en el sellado – dijo y el como todos giraron a ver a su líder cuando resoplo con burla ante lo dicho.
- Por favor, mi abuelo no era un maestro de sellado de tan alto nivel como para crear algo tan complejo como nuestra barrera, tal vez mi tío-abuelo hubiera logrado crear algo remotamente parecido, pero aun así nada tan bueno en realidad – comento Tsunade y cuando vio los rostro confundidos de todos, decidió explicarse un poco mejor – todos nuestros complejos sellos, fueron entregados por mi abuela, Mito Senju anteriormente conocida como Mito Uzumaki del otrora gran clan Uzumaki de la extinta Aldea Oculta Entre el Remolino, el sistema de barrera fue un regalo de los ancianos del clan Uzumaki como tributo a la alianza matrimonial de mis abuelos, ambos de familias reales, para unir a la Hoja y el Remolino, el símbolo en espiral que llevamos puesto en nuestras espaldas es el símbolo del clan Uzumaki para honrar la alianza, todo ha sido registrado y mantenido a salvo en los archivos de historia del clan Senju – termino de explicar con la mirada baja, pues solo con escuchar ese apellido le traía hermosos recuerdos de su rubio que perforaban su corazón.
Todos en la sala tenían prácticamente la mandíbula en el suelo, pues lo que por toda su vida pensaban era una verdad absoluta, resulto ser una mentira, incluso Danzo estaba en shock, pues desconocía completamente esa información y aún más del hecho de que el mocoso al que desterraron hace ya tres años, perteneciera a ese clan tan poderoso en el sellado y perteneciente a una Aldea igualmente poderosa.
- Disculpe, Hokage-sama, ¿pero porque no sabemos de nada de esto? – pregunto Asuma completamente desconcertado ante tal información.
- Eso se debe a que mis abuelos sentían vergüenza de no poder ayudar a su Aldea aliada al inicio de la segunda gran guerra ninja, pues Iwa lanzo un pequeño ejercito contra la Hoja para desviar su intención del Remolino – respondió Tsunade con tristeza – por lo cual ocultaron toda información de su alianza con el Remolino o sobre el clan Uzumaki, como ya dije todo está escrito en los documentos Senju.
- Hokage-sama, ¿No era Naruto un Uzumaki? ¿Estaba relacionado con ese clan? – fue Shukaku quien pregunto lo que todos pensaban, mientras este recordaba a otra Uzumaki, Kushina era su nombre si recordaba bien.
- La herencia de Naruto solo era conocida por el Tercero y se llevó el secreto a la tumba, ahora el único que conoce esa respuesta es el mismo Naruto, pues le di una caja de madera con un sello vinculado con su sangre que le entregué en el momento de su destierro – respondió Tsunade con dolor en su voz que todos ignoraron excepto su aprendiz – pudo haber sido un descendiente real del clan Uzumaki o solo el legado del clan Uzumaki, incluso el origen de Naruto, pero nunca lo sabremos – finalizo sintiendo como le estrangulaban el corazón al solo recordarlo, solo Shizune y Kami sabían cuánto lo extrañaba y deseaba poder ver su sonrisa una vez más.
Shikaku estaba completamente sumergido en sus pensamientos, su postura y rostro eran los de un flojo total, pero su cerebro estaba trabajando más que nunca, intentando encontrar una relación entre esa chica pelirroja y el rubio desterrado, excepto por la aptitud escandalosa, hiperactiva y bromista, no eran muy parecidos, aunque su rostro ligueramente redondo le daban un aire familiar, pero había alguien con quien esa chica siempre estaba, alguien con quien siempre podía ver tomada de las manos, fue en ese momento que sus ojos se abrieron tanto que casi se salen de sus cuencas, ojos azules, cabello rubio y alborotado, no había nadie más con esas características exóticas, esa fue la razón por la que le sello al Kyubi, era su propio hijo, él es el hijo de su difunto líder, no podía ser posible, era tan obvio, era la copia de ambos y nunca lo vio, oh mejor dicho, nunca quiso verlo, su repulsión hacia el zorro que casi acaba con su Aldea, agregado el hecho de que pensaba que por culpa del rubio la vida de su hijo y los amigos de este casi mueren en vano por casi matar a quien debían rescatar, lo cegó por completo, se sentía un completo y total estúpido, pues desde el destierro del chico, estudio el informe del Uchiha y varias cosas no cuadraban, donde la más clara era una sola cosa, Si Naruto en verdad intento matarlo, ¿Entonces porque lo regreso a la Aldea aun cuando su cuerpo presentaba tan terriblez heridas?
- ¿Algún problema Shikaku? ¿llegaste a alguna conclusión? – pregunto Tsunade con una ceja levantada, pues el rostro del Nara no pasó desapercibido por nadie.
- Ninguno Hokage-sama, solo recordé algo sobre mi esposa – respondió Shikaku con pereza escuchando a sus amigos reír por lo bajo – "¿De qué sirve que lo diga? Es solo una pérdida de tiempo y un fastidio total, el pobre chico probablemente está muerto, pues las condiciones de su destierro no le daban un futuro muy alentador, además, no habido noticias suyas en tres años" – pensó con un profundo remordimiento por sus acciones, al igual que sabía que al llegar a su hogar se golpearía la cabeza tan fuerte con el sartén de su esposa por no ver lo obvio – "¿Qué hemos hecho? Desterramos a alguien con tanta sangre real en sus venas, desterramos al príncipe de la Aldea, al hijo de nuestro héroe, que sacrifico su vida por el bienestar de la Hoja y así le pagamos, ahora entiendo porque el Tercero decía que lo viéramos como a un héroe y no un monstruo".
- ¿Entonces Hokage-sama? ¿Qué vamos a hacer al respecto? – pregunto Homura queriendo saber qué medidas tomarían.
- ¿Hacer sobre qué? – pregunto Tsunade de vuelta, pues no sabía a qué se estaba refiriendo la momia.
- Sobre la Arena por supuesto, tenemos que tomar medidas, hacer algo al respecto – respondió Koharu teniendo la misma línea de pensamiento que su antiguo compañero de equipo.
- Lo siento, pero en realidad no te sigo – dijo Tsunade no viendo a donde querían llegar.
- Lo que ellos intentan decir, ¿Es sobre qué haremos con respecto a la Arena? Se están volviendo demasiado poderosos – explico Danzo sintiéndose indignado pero tenía que conservar la calma.
- No vamos hacer absolutamente nada – respondió Tsunade ganando miradas incrédulas de todos – ellos son la única Aldea principal que es completamente neutral con la Hoja, además el Kazekage llegara en unos días para las negociaciones finales sobre las propuestas de una alianza, ya llevan retrasando la alianza los últimos tres años, y ahora que sé que tan fuertes son, quiero que esto funcione más que nunca, lo último que quiero es tener a la Arena y sus aliados en nuestra contra – explico con calma ganando asentimientos de todos, aunque ella pudo ver como los del consejo civil sonreían y dedujo que intentarían aprovechar la alianza para sus propios fines – "Idiotas, como si fuera a permitirlo" – pensó con una mueca.
- Si me lo permite Hokage-sama, tengo una idea para que la alianza funcione y dure por mucho tiempo – comento Danzo y vio que su líder le hizo una mueca de disgusto pero igual asintió para que continuara - ¿Por qué no forjar una alianza de la misma manera que sus abuelos?
- ¿Un matrimonio político? – pregunto Tsunade con una ceja levantada y cuando recibió un asentimiento continuo – para que eso funcione, ambas partes deben de estar de acuerdo y deben ser figuras importantes de las Aldeas para casar, ¿A quién tienes en mente? – pregunto aunque ya se hacia una muy buena idea de quién sería el pedazo de mierda que propondría.
- ¿Por qué no proponer a Sasuke Uchiha? Es el ultimo titular Uchiha y de su lado, a Temari no Sabaku, la hija del Cuarto Kazekage y la hermana del Quinto – respondió Danzo con una pequeña sonrisa – eso sería más que suficiente para una alianza firme y prospera, además de que nos beneficia con una poderosa kunoichi de la Arena con sangre real y seria perfecta para Sasuke, pues tengo entendido que últimamente está deseoso de encontrar una futura esposa fuerte para reconstruir su clan.
La mayoría asintió ante eso, pues sonaba lógico la propuesta de ambas partes, aunque Mebuki Haruno estaba furiosa ante la idea de que alguien más que su hija se casara con el ultimo Uchiha y perder la oportunidad de ganar un mayor respeto y posición en la Aldea.
- Eso suena bien de nuestro lado, ¿Pero porque la Arena siquiera consideraría la idea de aceptar dicha alianza? Tomando en cuenta que la novia debe ir donde vive el novio – pregunto Tsunade ya cansada de escuchar la voz de esa momia.
- Consiguen una fuerte alianza y el apoyo total de la Hoja, la lealtad del clan Uchiha y la herencia del heredero Uchiha en el matrimonio, con eso debería bastar para que acepten la alianza e incluso podríamos decir que ella tiene doble ciudadanía, para que viaje de Aldea en Aldea cuando quiera – respondió Danzo sin perder su sonrisa, pues tal vez podía sacar provecho de todo esto y si no podía tener el control de la Aldea, alguien más podría continuar con su legado – además, el simple hecho de la posibilidad de que sus hijos logren obtener el poder del Kekkei genkai del elemento Imán que corre por la sangre de la familia Sabaku, seria completamente beneficioso para nuestra Aldea, pues eso sumado al Sharingan, haría resurgir al clan Uchiha mucho más poderoso que antes – agrego y vio complacido como la mayoría parecía interesado en los Kekkei genkai que podían obtener.
- Muy bien, hablare con el Kazekage sobre dicho asunto junto con el resto de los asuntos relacionados con la alianza y veremos que sale de eso – dijo Tsunade con todo el desdén que pudo reunir en sus palabras – entonces, ¿Hay algo más sobre los que quieran discutir? – pregunto y todos negaron con la cabeza – entonces, pueden retirarse.
La Hokage se levantó de su asiento y se fue a su oficina molesta, pues quería castrar a ese maldito lisiado por su repugnante sugerencia, claro que sus abuelos se casaron de esa manera, pero ellos ya se amaban desde antes y el matrimonio político fue más en el cual tanto la Hoja y Remolino aprovecharon para usarlo como alianza, pero esto era diferente, era obligar a casar a dos desconocidos y que intentaran amarse en el mejor de los casos, en el peor, dos personas atrapadas en una vida sin amor y en uno aun peor, uno donde estaba involucrado ese infeliz de su supuesto ultimo leal Uchiha, la novia solo le serviría como una incubadora humana donde lo ayudaría a cumplir su retorcido sueño.
- Lady Tsunade ¿Qué cree que pasara con la Arena y la alianza? – pregunto Shizune viendo su maestra sentada en su escritorio y tomando más sake de lo normal, no podía ni juzgarla, el tema de su hermanito siempre la ponían bastante mal.
- No tengo idea Shizune, solo eh visto a Gaara una vez y fue durante su estadía en la Hoja cuando pedí su ayuda en la misión de recuperación hace ya más de tres años, además, solo ha enviado a un delegado en su lugar y desde que Temari dejo de ser la embajadora oficial de la Hoja-Arena, la conversación para una alianza ha estado en un punto muerto – respondió mientras ignoraba el pequeño baso para el sake y comenzó a beber directamente de la botella, sentía como si su garganta estuviera en llamas, pero el efecto que nublaba un poco su juicio era lo único bueno de seguir bebiendo – además, los exámenes Chunin serán pronto y por primera vez, será organizada por dos Aldeas, siendo las dos primeras partes aquí y la última en la Arena, eso nos dará tiempo para poder discutir todos los puntos necesarios – finalizo mientras recargaba su cabeza contra su escritorio, deseando poder dormir un poco.
La Hokage lentamente comenzó a cerrar los ojos, pero aun con el efecto casi tranquilizante de su sake, no pudo evitar preguntarse, ¿Dónde estaba su pequeño rubio? ¿incluso seguía vivió? A lo largo de los años, había mandado varios Anbu en su búsqueda, con el fin de traerlo de regreso y esconderlo hasta que pudiera encontrar la forma de incluirlo de nuevo a la Aldea, pero todos los escuadrones que mando habían regresado sin ninguna pista, diciendo que el chico probablemente estaba muerto o posiblemente capturado por alguna Aldea enemiga, donde muy probablemente se le extrajo a la bestia. Nunca escucho ni una sola palabra de sus ninjas, no podía, no quería creer en la posibilidad de que su rubio estuviera muerto, lagrimas comenzaron a caer de sus ojos ante el dolor, la culpa, la tristeza, el odio o la impotencia, ya no sabía por cuál de todas estaba llorando, pero si sabía el motivo, su inutilidad de salvarlo y protegerlo.
Shizune al ver a su maestra comenzar a llorar aun con su rostro en su escritorio, se acercó a ella y la abrazo con fuerza, ella siempre estuvo con ella cuando perdió a su tío y ella necesitaba de ella ahora, pues sabia por lo que estaba pasando y porque en tres años aún seguía llorando como el primer día, sintió como ella le regreso el abrazo y enterró su rostro en su cuello, y comenzaba a temblar y llorar con más fuerza, donde ella solo pudo abrazarla más fuerte y comenzar a consolarla, para hacerle saber que siempre estaría allí para apoyarla.
Barbacoa de los Akimichi
Diez de los once novatos que aún quedaban en la Hoja, estaban reunidos compartiendo algo de comida después de mucho tiempo de no juntarse, aunque de todos los novatos de su generación que estaban en la Aldea, solo uno faltaba, Sasuke Uchiha, el cual después de ser regresado a la Aldea, se volvió incluso más solitario y distanciado que antes e incluso eso empeoro cuando el Sabio Sapo encontró la forma de retirar su sello maldito, aunque su falta no le importo a nadie y de hecho la mayoría de los que estaban compartiendo la mesa para comer, no querían estar allí, donde era obvio pues las divisiones que hicieron para tomar asiento era una clara indicación de quienes querían estar y quienes no, de un lado estaba el equipo 10 y la peli-rosa, del otro el equipo 8 y 10.
Hinata era quien principalmente detestaba compartir mesa con el dúo de zorra e inútil de la Yamanaka y Haruno, al igual que odiaba al culo perezoso del Nara, después de que se enterara del destierro de su amado por parte de su padre, rogo e imploro con lágrimas que no podía contener para que su padre cambiara su opinión, pero todo fue inútil, Hiashi no retrocedió ante sus peticiones, estuvo un mes entero encerrada en su habitación, lamentándose y odiándose así misma por su debilidad, se sentía tan miserable y patética por su propia debilidad, por no tener el coraje de ir en contra de su padre y fugarse e ir en busca de su amado. Cuando al fin salió de su habitación al igual que de su depresión, la tímida y amable Hinata había muerto, se dedicó enteramente a su entrenamiento sin descanso, día y noche, volviéndose un digna heredera para el clan Hyuga, tanto que al igual que su primo, se volvió una Jonin, donde ahora, en palabras de muchas de las kunoichi de la Aldea, era una autentica perra, en su rostro un casi permanente ceño fruncido, menospreciaba y se burlaba de todos aquellos que consideraba inferiores o débiles, su temperamento ahora era uno extremadamente volátil, lo que ocasionaba que terminara golpeado o amenazando de muerte a quien la llegara a hacerla enojar, pero no solo su personalidad cambio, sino también su apariencia y forma manera de vestir, se dejó crecer el cabello hasta la mitad de la espalda, su rostro libre de maquillaje con excepción de sus labios donde usaba un labial rojo, solo resaltaba lo hermosa que se había vuelto, usaba una chaqueta de color lavanda y blanco abierta y debajo una rejilla negra a forma de top, dejando ver sus muy desarrollados pechos copa D al igual que su estómago plano y bien trabajado, su protector atado a su cintura como cinturón, un short corto azul marino, que resaltaba sus bien torneadas piernas al igual que su firme trasero, y como ultimo unas sandalias ninjas de tacón.
La heredera Hyuga se volvió el sueño de todo hombre, pero no tenía ningún pretendiente, pues con los pocos que lo intentaron basto para no tener más, pues esas pobres almas terminaron en el hospital por meses con los huesos de brazos y piernas hechos añicos, Hiashi estaba orgulloso de que su primogénita se volviera alguien digna para tomar su lugar como cabeza de clan, aunque muchas veces tuvo que admitir que incluso él le tuvo miedo, pues cuando miraba a su hija a los ojos, era como si pudiera ver reflejada su propia muerte. Claro está que Hinata aún conservaba algo de su vieja actitud, pues aún era amable y cariñosa con sus compañeros de equipo y los compañeros de su primo y su primo, su sensei, los dueños de Ichiraku Ramen, con Tsunade, Shizune, Iruka y Konohamaru, pero únicamente ellos, mientras que con aquellas personas que descubrió como trataron mal a su amado en especial el día de su destierro, los odiaba hasta la muerte, siendo Sakura e Ino las principales a quienes odiaba, y a quienes ya había amenazado con matarlas en más de una ocasión y justo ahora no podían ni verla a los ojos por el miedo que le tenían, eso puso una sonrisa de superioridad en su rostro, pero a quien odiaba por encima de todos y todo era al estúpido emo Uchiha quien era el causante de todo su dolor, y donde se juró que si algún día tenía la oportunidad, le arrancaría los ojos, para luego hacérselos tragar.
Kiba y Shino tampoco deseaban estar presentes en la comida, por el lado del Inuzuka, siempre juro que solo porque su amigo rubio no llevaba marcas de colmillos en las mejillas, podía confundirlo con alguien de su clan, alguien dispuesto a darlo todo por la manada, nunca dejando atrás a nadie, no importando que tan herido estuviera, por lo cual cuando despertó en el hospital después de su pelea contra uno de los del Sonido y enterarse que el Nara lo acusara de supuestamente intentar matar al traidor Uchiha, al cual nunca le creyó una palabra de lo que dijo, lo vio como un completo traidor, dejo morir a uno de la manada por confiar en la palabra de un omega, eso era una traición en toda regla para él. Con el Aburame era algo un poco diferente, pues aunque no conociera bien al rubio, enterarse que él fue el único que pensó en él para la misión de rescate, diciendo que era super genial, fue algo que considero de un buen amigo, por lo cual su actitud normalmente estoica con sus compañeros de generación se volvió en una fría y casi molesta por su sola presencia.
Neji desde que perdió contra el rubio, supo que el destino se podía cambiar, que no estaba atado a nada, podía ser un ave libre, y enterarse del destierro de quien le enseño eso, fue algo que odio desde el fondo de su corazón e igualmente odiando a quienes estuvieron involucrados con ese acto. Lee estaba en el mismo barco que su compañero, el rubio fue quien demostró que el trabajo duro supera al talento natural, pudieron no tener el mejor inicio, pero se volvieron amigos y lo respetaba por su coraje y determinación, ya no veía a muchos en esa mesa como colegas, pues sus llamas de la juventud estaban completamente apagadas por el fango de la hipocresía, incluso ya no podía ni ver a su antigua amada a los ojos. Tenten no tenía motivos para odiar o despreciar a nadie, ni siquiera había cruzado palabra con el rubio, pero sus compañeros y amigos tenían razón, lo que algunos en esa mesa hicieron no estuvo bien.
Shikamaru era consciente de que no era del agrado de mucho en la mesa, y que solo aceptaron comer por petición de su mejor amigo, pero eso no lograba evitar que de vez en cuando lo fulminaran con la mirada, nunca se imaginó que su antiguo amigo fuera desterrado, solo estaba furioso porque pensaba que casi hacer que las vidas de sus amigos fueran en vano al intentar matar al Uchiha, pero nunca deseo tal final, ni siquiera apreciaba o le caía bien el emo vengador y en cambio le creyó por completo al leer su informe y no darle una oportunidad a su amigo de explicar su lado de la historia. Ino que se sentía un tanto incomoda con el silencio de la mesa y de vez en cuando sentía un escalofrió por la mirada de esa Hyuga, decidió hacer un poco de conversación para intentar aligerar un poco el ambiente.
- ¿Qué pasa Shikamaru? ¿Qué te tiene tan pensativo? – pregunto Ino viendo el rostro normalmente cansado de su compañero ahora en uno ligueramente frustrado.
- No es nada, solo es un fastidio pensar en la delegación de la Arena que está por venir para los exámenes Chunin, al ser coanfitriones debemos estimar muchos aspectos para que todo salga bien, incluso será más trabajo que en años anteriores – respondió Shikamaru con un suspiro perezoso – aunque también me pregunto ¿Quién estará a cargo desde su Aldea?
- Oh conque es eso – dijo Ino con una sonrisa pícara y golpeando un poco el hombro de su amigo – acaso será ¿Qué estas deseoso de que sea Temari? ¿crees que ella pueda ser la indicada? – pregunto disfrutando como un ligero y casi invisible tinte rosado aparece en las mejillas de su amigo.
- Ino, sabes muy bien que ella no quiera saber nada de mí, y lo sé porque sé que estuviste espiando ese día, lo dejo bastante claro esa vez hace ya un par de años – dijo Shikamaru algo decaído por eso.
La Yamanaka asintió con tristeza, había presionado a al Nara hasta el cansancio para que invitara a una cita a esa chica y cuando este al fin reunió el valor y las energías para hacerlo, ella lo rechazo al instante sin el más mínimo tacto, por el lado del Nara ese punto en su vida era uno muy complicado y un total fastidio, pues no podía hacer encajar las piezas del porque la rubia ni siquiera lo consideraba, era algo que lo confundía demasiado.
- Y dime Sakura – volvió hablar Ino viendo a su amiga jugando con su comida - ¿Tsunade-sama está de acuerdo en tomarte como su nueva aprendiz? – pregunto algo emocionada, pero esa emoción cuando su amiga frunció el ceño en molestia.
- No, ella me dijo que no aceptara a ningún aprendiz de la Aldea, ya que no encuentra a alguien realmente digno ante sus ojos para entrenar, solo me dijo que me enfocara en el hospital y que si quería aprender algo nuevo que lo hiciera por mi cuenta – respondió Sakura molesta pues ella si se consideraba digna, era inteligente y su control de Chakra era perfecto, pero a su líder eso no parecía importarle en lo más mínimo.
Hinata sonrió por esa respuesta y en verdad disfrutaría cada segundo cuando esa zorra descubriera que la Hokage si tenía una aprendiz de la Hoja, y era ella misma. Ino asintió ante la respuesta y llego a una conclusión, todos estaban de mal humor, bueno casi todos, pues su compañero castaño estaba completamente feliz devorando carne tras carne, dudaba seriamente en que si quiera disfrutara del sabor de lo que comía, pero se puso completamente tensa cuando la Hyuga estaba por tomar el pedazo de carne que había esto preparando, que casualmente era el último, pues sabía que iba a ser su amigo castaño.
- ¿Qué demonios crees que estás haciendo? – pregunto Hinata con molestia al ver como ese gordo tomo su pedazo de carne como si nada.
- Jeje lo siento, pero el ultimo trozo es el más valioso y debe ser degustado con el mayor cuidado para poder sentir todo su sabor al máximo, no todos pueden hacerlo – respondió Choji con una sonrisa complaciente en su rostro – buen provecho – dijo mientras abría la boca para comer su pedazo de carne.
Justo cuando estaba por ingerir su sagrado, el castaño se paraliza por completo al ver como la Hyuga en un solo movimiento rápido, coloca sus dedos indicie y medio justo en su yugular con su Byakugan activo y una mirada de completo odio en su rostro.
- Escúchame gordo – dijo Hinata con odio que no se molestó en contener, sintió como el gordo estaba por gritar de enojo, pero presiona aún más sus dedos en su cuello para que no haga un solo movimiento – tienes suerte que estoy de buen humor, así que te perdonare tu falta de respeto y dejare que tengas dependencia – comento tomando con su otra mano libre el pedazo de carne y se volvía a sentar en su lugar, desactivo su Byakugan y miro al gordo que la miraba con miedo y le regalo una sonrisa arrogante – ya no tengo hambre, Shino ¿podrías?
El domador de insectos asintió ante la petición de su amiga y libero algunos insectos que devoraron el pedazo de carne que tenía en la mano la Hyuga que ensancho su sonrisa ante el rostro horrorizado del castaño que comenzó a llorar a cascadas. La actitud fría y ruin de la Hyuga ya no era algo nuevo, pero no dejaba de impresionar. Neji viendo que las miradas se concentraban en su prima y que si seguían mirándola podría atacar a alguien, decidió iniciar otra conversación.
- ¿Han oído sobre las alianzas rotas con el País de las Olas y Primavera? – pregunto Neji mientras con que le hacia una seña al mesero para traer la cuenta.
- Si de algo me entere, tengo entendido querían romper las alianzas desde hace dos años, pero como ya habían firmado una alianza de tres años, no pudieron hacerlo hasta ahora – respondió Shikamaru con aburrimiento pero mirando ligeramente molesto a la Hyuga por su anterior acto.
- No comprendo, ¿a qué se deberá que se arrepintieran tan rápido de su alianza con nuestra Aldea? – pregunto Kiba algo confundido.
Todos en la mesa escucharon como la peli-rosa soltó su cuchara con fuerza sobre su platillo haciendo resonar y atrayendo todas las miradas a su persona.
- ¿Algo te molesta tabla? – pregunto Hinata con desdén y con una sonrisa burlona.
- Si – respondió Sakura, ignorando el insulto de la Hyuga, de nada servía molestarse con ella, no era como si pudiera ponerle un solo dedo encima de todos modos – tal vez todo se deba a Naruto, pues en parte fue por el que se dieron las alianzas en primer lugar – comento en voz baja y con un tono de tristeza.
Esa respuesta hizo que todos bajaran un poco la cabeza en tristeza, desde el destierro del rubio, se hizo de conocimiento público su estado como Jinchuuriki, y al fin todos comprendieron porque siempre las personas lo miraban mal, porque de niños no podían jugar con él o porque en ocasiones algunos aldeanos lo votaban de sus tiendas, incluso porque lo llamaban demonio, pero aun con todo eso, siempre sonreía y gritaba que sería Hokage para ganar el respeto de todos y poder protegerlos de igual manera, se sintieron mal por como en ocasiones lo trataron sin siquiera conocer con el terrible peso que cargaba, ninguno lo odiaba y mucho menos deseaba su destierro, con excepción de la Haruno y del Uchiha.
Todos eran conscientes de como la peli-rosa ahora extrañaba al rubio, especialmente desde hace un año, más o menos las mismas fechas en las cuales dejo de ir tras el Uchiha, no sabían los detalles de que fue lo que ocurrió, pero la peli-rosa había perdido todo el amor por el Uchiha y parecía estar deprimida por la falta de su tercer compañero de equipo.
Sakura echaba totalmente de menos a Naruto, en un principio pensó que ya todo estaba bien, su amado Sasuke estaría a su lado reconociendo su profundo e infinito amor y Kakashi los entrenaría para ser la pareja de ninjas más fuerte, pero no tardó mucho en darse cuenta que era el rubio quien sostenía a su equipo, por él su equipo convivía, hacían misiones importantes y eran entrenados de igual manera, su sensei les prestaba atención por igual y el pelinegro se les unía para conversar, pero sin él, era un historia muy diferente, el Uchiha simplemente la hizo a un lado y era aún más frio y desinteresado que antes y su sensei solo lo entrenaba a él, y a ella solo le decía que se enfocara en su control de Chakra.
Desprecio por completo su actitud de fangirl todos esos años atrás, y cuando salió de lo alto de Sasuke y su mundo de fantasía, Naruto se había ido de su vida, ese tonto que siempre intentaba animarla con una cita cuando era rechazada por el Uchiha, solo para siempre terminar golpeándolo para sentirse un poco mejor y luego rechazarlo como a un pedazo de basura, se odiaba a si misma por como lo trato y nunca ver al chico tan dulce y lindo que era en realidad. Intento buscarlo, fue con la Hokage para que aprobara una misión de búsqueda, pero la Senju le lanzo su escritorio y ella apenas lo pudo esquivar, y luego le grito con todo el odio del mundo ¿Qué si no había hecho suficiente? No lo dejo en paz cuando vivía en la Hoja y ahora no quería dejarlo en paz aun después de su destierro, eso hizo que llorara a mares en su habitación por dos días antes de tener que regresar al trabajo.
- Oh ya veo – dijo Hinata apretando un vaso de vidrio hasta romperlo, llamando la atención de todos.
- Hinata-sama su mano – dijo Neji preocupado al ver sangrar a su prima y de inmediato busco algo con que ayudar a parar el sangrado.
- No importa, no me duele – informo Hinata y era cierto, una palma llena de vidrios rotos no era nada para ella, luego poso su mirada con su Byakugan activado en dirección a la zorra de cabello rosa – por lo que veo, ya te cogiste al bastardo Uchiha y descubriste que no fue tan bueno o el mismo descubrió que tú no tenías mucho que ofrecerle, por eso ahora extrañas a Naruto-kun, a tu compañero que siempre golpeabas y gritabas, al que le gritaste demonio el día de su destierro – comento con veneno y odio puro en sus palabras, su mirada clavada en el rostro sorprendido de esa zorra casi como si quisiera hacerle un agujero con la vista – en verdad eres una puta, apuesto tu pequeña y patética vida a que podrías enamorarte de un buen hombre al cual darle tus pocos atributos femeninos, pero si llegara el Uchiha y te dijera te amo, te lo cogerías sin problema alguno.
- ¡¡¡Cállate!!! – grito Sakura con enojo y lágrimas en sus ojos, no quería ser cuestionada por esa maldita que en antaño era una tímida niña que no podía ni hablar bien - ¡No sabes lo que paso! ¡No tienes ninguna idea de cómo ocurrieron las cosas! ¡Y no pienso permitir que me hables así o...! – no pudo continuar al ser bruscamente interrumpida.
- ¡¡¡¿¿¿OH QUE???!!! – grito Hinata con más fuerza y un odio aun mayor, poniéndose de pie y golpeando sus manos contra la mesa haciéndola retumbar - ¡¿Qué podría hacerme una patética civil que no es entrenada ni por su propio sensei?! ¡Aun no entiendo como demonios te volviste Chunin! ¡Pero si quieres pelear, pelearemos! ¡Me das la oportunidad perfecta de por fin matarte! – exclamo con odio mientras se inclinaba para colocar su rostro un poco más cerca de esa zorra y sonreírle con superioridad y arrogancia – vamos, te regalare el primer golpe, ese será tu único placer antes de que te mande al infierno – dijo girando un poco y mostrando su mejilla derecha.
Todo el local se había quedado callado ante los gritos de la Hyuga, algunos mirándola con miedo, Sakura la miraba con enojo, pero aun así no pudo evitar llorar por sus crueles palabras, en verdad quería golpearla, pero estaba segura de que no podría hacerle nada en lo absoluto. El equipo 10 miraba con enojo a la Hyuga pues ahora era alguien cruel que gozaba con pisotear a quienes odiaba, pero no podían decirle nada en contra, pues sabían muy bien porque su odio hacia ellos, los compañeros de la Hyuga y el equipo 9 se mantuvieron al margen sin decir ninguna palabra, pues ya no consideraban a ese lado de la mensa sus amigos o camaradas, pues si le dieron la espalda a uno que lo dio todo por ellos, probablemente también los traicionarían a ellos sin dudarlo.
- Eres patética – dijo Hinata poniéndose recta para luego sacar algo de dinero y colocarlo en la mesa – si quieres vivir para seguir lamiéndole el culo a tu amado Uchiha, no me volverás a levantar la voz – advirtió mientras comenzaba a caminar hacia la salida para atender su pequeña herida.
- Nosotros también nos vamos – dijo Kiba para seguir a su amiga seguido de Shino que no dijo nada.
- Aquí esta nuestra parte – dijo Neji colocando el dinero en la mesa – lamentamos los inconvenientes causados – se disculpó más por respeto que por remordimiento real, sus amigos y compañeros lo siguieron a la salida sin despedirse.
Ino solo abrazo a su amiga para intentar calmarla, pues por sus llantos y su mirada, era claro que estaba completamente destrozada, incluso ella dejo de amar al Uchiha hace ya mucho tiempo, se volvió algo que no podía ni querer, pues Sasuke se había desconectado de todos, alegando que solo le estorbaban, incluso su actitud algo arrogante se disparó por los cielos ya que los aldeanos lo trataban como a un príncipe para mantenerlo leal al pueblo y con Kakashi prácticamente como su sensei personal, era aún peor. Había logrado ser Chunin hace dos años y medio y hace 4 meses un Jonin, aunque eso era discutible, pues supuso que fue ascendido por presión del consejo civil y parte del shinobi sobre la Hokage para poder darle las facilidades de un ninja de elite, pues querían que fuera lo más leal que se pudiera, pues aún persistía el miedo a que se fuera de la Aldea, antes toda esa aura del Uchiha la atraía, pero ahora era casi aterrador y le causaban repulsión, se sentía horrible por desperdiciar tantos años de su vida en un hombre así y se sentía mal por cómo fue su última conversación con Naruto, ni siquiera sentía la mitad de cosas que le dijo, pero era una chiquilla estúpida que se dejó llevar por su preocupación por alguien que no valía la pena.
Aldea Escondida Entre la Arena
Era un día brillante y bastante fresco, Temari caminaba por la Aldea con completa tranquilidad, dejo crecer su cabello un poco más, pero lo seguía atando en las mismas cuatro coletas. Lleva un vestido largo de color negro de mangas cortas, abierto por los costados, dando una vista de sus bien torneadas piernas, en su pierna derecha, llevaba una media de rejilla desde su tobillo hasta su rodilla, una cinta roja en la cintura a modo de obi y unos guantes negros sin dedos. Además, ahora lleva su protector ninja en la frente.
La rubia se dirigía a la tienda de armas para recuperar su abanico de su mantenimiento trimestral, en el camino iba saludando a algunos aldeanos que la saludaban y sonrió con felicidad al ver a los niños jugar entre los árboles de los parques y algunas personas reposar debajo de estos solo por la sombra que generaba, no se había vuelto loca o estaba en un Genjutsu, ahora la Aldea era mucho más verde y todo gracias a su amado rubio, pues de mucho investigar los rollos de su madre y gracias a sus invocaciones y su grandes habilidades con los Jutsus elementales, logro que la Aldea fuera un poco más fértil, comenzó con hacer que algunos tigres lograran empujar el agua que había debajo de la Aldea hasta un punto en que la tierra pudiera aprovecharla, luego, comenzó con introducir árboles en los parques, para que la gente se fuera acostumbrando, pues pensaron que a muchos no le gustaría la idea de intentar convertir su Aldea en algo que no era, pero al final se preocuparon por nada pues todos aceptaron la idea de volver más fértil sus tierras, ahora había árboles y pasto a montones, y dentro de poco, se tendrían listos las hectáreas para poder cultivar sus propias frutas y verduras, volviendo a la Arena, parcialmente autosustentable.
Sin que se diera cuenta, detrás de la rubia apareció una figura más alta, y solo se dio cuenta de su presencia hasta que sintió como dos brazos fuertes y firmes le rodeaban la cintura y un par de labios le besaban el cuello, haciéndola soltar unas risitas, no tenía que girar para encarar a la persona a su espalda, pues solo su amado lograba hacerla derretir en su abrazo y darle a su cuerpo un calor sumamente agradable.
- ¿A dónde se dirige tan hermosa princesa? – pregunto una voz algo gruesa y juguetona, que luego beso el cuello de la rubia y le mando una descarga eléctrica por todo su cuerpo.
Temari giro y miro esos adorables y hermosos ojos azules que la miraban con todo el amor del mundo, envolvió sus brazos alrededor de su cuello y le dio un pequeño beso en los labios, no importándole en lo más mínimo que la gente los mirara, llevo una de sus manos a sus mejillas y acaricio sus marcas de bigotes mientras este se apoyaba en su toque, haciéndola reír un poco. Naruto había cambiado bastante en solo tres años, ahora media 1.70 siendo un poco más alto que su novia, tenía una complexión delgada y atlética, su cabello un poco más crecido, con dos mechones que enmarcaban su rostro. Llevaba una camisa negra de manga larga una chaqueta larga naranja de manga corta y cuello alto, la chaqueta le llegaba un poco más arriba de las rodillas, pantalones Anbu blancos, guantes negros sin dedos con placas de metal en el dorso, su banda de la Arena cosida en la chaqueta en el brazo derecho, bajo el símbolo Namikaze y el remolino Uzumaki en el otro brazo y unas sandalias ninjas negras. La característica más distintiva eran las llamas negras en la parte inferior de su chaqueta.
Temari abrazo con fuerza a su amado rubio el cual le correspondió el abrazo, donde Naruto la beso en su cabeza con cariño, para después desaparecer en un Shunshin de Agua, reapareciendo bajo la sombra de un árbol que se encontraba un poco lejos de todos y todo, colocado exclusivamente para que ambos pudieran descansar sin ser interrumpidos, la pareja de rubios se sentó con Naruto recargado en la corteza del árbol y Temari sentada en su regazo con su espalda recargada en su firme pecho.
- ¿Me extrañaste Hime? – pregunto suavemente mientras acariciaba su cabello y lo liberaba de sus coletas, dejándolos fluir.
- Por supuesto que sí, se supone que volverías anoche y aquí estas apareciendo medio día tarde – respondió con un puchero pues odiaba dormir sin el a su lado, pero sonrió cuando le beso la mejilla – aun no te perdono, pero vas por buen camino – dijo con un tono algo burlón.
- Jeje lo siento mucho, pero hubo un problema en la barrera y tuve que ir a comprobarlo, un idiota trato de mejorarlo pero en su lugar arruino la estabilidad de los sellos – se explicó con algo de molestica con ese Jonin que casi arruina la barrera – me tarde más de lo pensado en reparar el daño y verificar en su totalidad la barrera para cerciorarme de ninguna falla, tan pronto acabe vine para verte, aunque puede que eso no sea tan buena idea ahora que lo pienso, ya que se supone tengo que ir a informar a Gaara – finalizo y ella rio un poco y giro para verlo y darle un beso rápido.
- Mmm yo creo que hiciste lo correcto, y tienes suerte, ya que Gaara me mandó llamar así que también tengo que ir a verlo, así que podemos ir juntos – dijo con una sonrisa cariñosa pues la hacía feliz que tuviera bien en claro cuáles eran sus prioridades.
Naruto le dedico una sonrisa zorruna a su novia para luego comenzar a besarle el cuello, bajando poco a poco, sintiendo como ella se inclinaba más en su pecho para darle total libertad, tomo el cuello de su vestido y lo retiro un poco para comenzar a besar su clavícula, donde sabía que era muy sensible, Temari comenzó soltar pequeños gemidos, mientras comenzaba a sonrojarse y respirar de forma irregular, aun después de tres años con su rubio la magia no se había perdido, seguía siendo incapaz de resistirse a sus toques y amaba eso, pues siempre lograba hacerla estremecer.
- Naru-kun – gimió su nombre al sentir como le mordía ligueramente el cuello para luego tomarlo por su nuca y besarlo con fuerza – aunque quiera continuar con esto, me moriré de la vergüenza si alguien nos ve así y aún tenemos que ir con Gaara – dijo mientras se ponía de pie y el junto con ella y cuando estaba por sujetar su cabello que ahora le llegaba un poco más debajo de los hombros, el la detiene.
- Déjatelo suelto Hime, te ves aún más hermoso así – pidió mientras metía uno de sus hermosos mechones detrás de su oreja.
Temari se sonrojo por el cumplido y le sonrió a su amado por lo que dijo, era imposible no amarlo, siempre encontraba palabras dulces y amorosas para hacer que su corazón comenzara a latir con fuerza, y lo que más amaba, era que ni siquiera lo intentaba, era todo natural, era casi como un sueño perfecto. Naruto volvió a abrazar a su novia y desaparecieron en un remolino de agua, primero irían por el abanico de la tienda de armas, luego almorzarían algo en su casa y si tenían tiempo, se tomarían unos momentos para ellos y finalmente irían con Gaara.
Torre Kazekage – Oficinal del Kazekage
Gaara estaba revisando algo de papeleo y esta enormemente frustrado, pues desde que un idiota intento demostrar su destreza de sellado con modificaciones a la barrera, lo único que logro fue desestabilizarla y crear una brecha para cualquier ninja enemigo. El consejo estaba en un alboroto, pues temían que algún espía enemigo pudiera burlar su seguridad y obtener información sobre qué tan fuertes se habían vuelto, y eso no se podía permitir, pues era claro las demás Aldeas se enteraban de su poder real antes de los exámenes Chunin, todo acabaría muy mal, el Kage podía entender eso, pero no entendía porque cada diez minutos un funcionario tenía que ir y preguntarle sobre sobre cómo estaban las cosas, eso comenzó a agotar su paciencia. Su hermano rubio fue enviado desde ayer en la noche a reparar la barrera pues fue el quien la diseño desde cero, se supone que dejo la barrera hace dos horas y hace dos horas ya debió haber llegado para informarle de lo ocurrido, pero no había señales de él y ya estaba harto y estaba considerando seriamente matar al funcionario que seguía molestándolo.
- Como dije hace diez minutos, mandare un mensaje tan pronto Naruto termine con las reparaciones de la barrera – dijo Gaara en voz estoica ocultando su enojo que solo aumentaron al ver al hombre que le sonrió y se retiró, sabía que de todos modos volvería en diez minutos.
Apenas había pasado un minuto y el pelirrojo volvió a escuchar que alguien golpeaba su puerta, eso fue todo, oficialmente había llegado al límite de su paciencia, tuvo un tic en el ojo y juro que si volvía a ser ese estúpido funcionario lo mataría en el acto por su estúpida insistencia, ya luego se encargaría de explicar lo ocurrido y de buscar a otro para el puesto o simplemente no buscar nadie para evitarse estos problemas en el futuro.
- Adelante – dijo de forma estoica para luego ver como la puerta se abre y pasan su hermana y su hermano rubio, ella tenía el cabello suelto, los labios de ambos estaban ligueramente hinchados y en él podía ver que tenía algo de labial rosa en su cuello.
- Hola Ga... - Naruto no pudo terminar de saludar ya que se vio aplastado contra la parad por una masa de arena - ¿Enserio? – pregunto con una ceja levantada a su hermano pelirrojo.
- Enserio, se supone abandonaste al equipo de barrera hace dos horas, y no he recibido noticias tuyas ni de la barrera – comento Gaara con molestia mientras se paraba de su silla y se dirigía al frente para ver a su hermano rubio directamente – incluso mande tres equipos de Anbu en tu búsqueda, aunque tampoco han aparecido y... - se detuvo al ver como a su lado derecho aparecieron los Anbu que mando en la búsqueda arrodillados y con la cabeza baja.
- Kazekage-sama, parece que Naruto Uzumaki ha dejado la Aldea, ya que no pudimos encontrarlo por ninguna parte – informo el líder de Anbu con una máscara de dragón.
El equipo Anbu al no escuchar respuesta de su líder, levantaron la mirada y vieron que su líder los veía con un rostro algo molesto al igual que un tic en su ojo, luego vieron como señalo a la entrada de la oficina con un dedo, siguieron la trayectoria de su dedo y todos vieron al Uzumaki atrapado en una masa de arena y sonriéndoles como si nada, la hermana de su líder a su lado con una sonrisa divertida en su rostro. Debido a las máscaras Anbu que llevaban nadie pudo ver sus mandíbulas abiertas en su totalidad y sus ojos bien abiertos, fueron lo suficientemente listos para desaparecer de su lugar, pues un segundo después una pequeña ola de arena aplasto la zona donde estaban.
- ¿Dónde demonios estabas Uzumaki? – pregunto Gaara dirigiendo de nuevo su mirada al frente, solo para ver como su arena ya no estaba sujetando nada para luego sentir a su hermano rodeándole el cuello con su brazo y cuando lo vio le sonreía con tranquilidad, eso lo hizo enojar aún más – he estado respondiendo ante las numerosas quejas del consejo con respecto a la barrera las últimas dos horas, así que de nuevo, ¿Dónde estabas? Y más te vale tener una buena explicación – exigió intentando calmarse.
- Bueno veamos – dijo Naruto con una mano en su mentón mientras caminaba al lado de su novia – me dirigía hacia aquí, hasta que me tope con Hime, nos pusimos al corriente ya que no nos pudimos ver anoche – dijo señalando a su novia y no viendo la vena gigante que se formaba en la cabeza de su hermano pelirrojo – luego fuimos por su abanico, nos dio hambre y nos fuimos a la casa para hacer algo de comer y luego... bueno tuvimos algo de tiempo para nosotros – finalizo viendo como su novia se sonrojaba y colocaba sus dedos sobre sus labios, dedujo que estaba recordando su sesión de besos.
- Me estás diciendo que hacías todas esas cosas cuando debiste venir de inmediato a mi para entregar tu informe, ¿Entendí bien? – cuestiono Gaara con un tic en su ojo y obtuvo su respuesta cuando el rubio asintió - ¿Sabes que informar a tu Kage después de una misión es obligatorio?
- Eso eh oído – respondió Naruto con una sonrisa y vio como el pelirrojo soltó un suspiro molesto mientras se apretaba el puente de la nariz – oh vamos no te molestes, te traje comida – dijo sacando un rollo y de una explosión de humo apareció un bento.
- No siempre serás tan rápido como para escapar de mi arena y no te libras de esto solo con comida – dijo Gaara tomando el bento y caminado a su asiento donde se sentó e intentaba regresar a su actitud normal – entonces, ¿El problema fue reparado?
- En su totalidad, revise la barrera dos veces cuando termine de reparar el error, no hay nada de qué preocuparse y la brecha en la que la barrera callo fue muy corto, y ningún enemigo ha sido detectado – respondió Naruto colocando un rollo en el escritorio con toda la información redactada de forma más precisa.
- Muy bien – dijo Gaara para luego mirar a su hermana – Temari, lo siento pero te tengo una misión de negociación que no te gustara – comento ya sabiendo que esto no sería tan fácil como le gustaría que fuera.
- ¿Que no me gustara? – repitió Temari confundida – sabes que no me molestan las misiones que involucren estar fuera de la Aldea – comento y su hermanito la vio de forma estoica con una ceja levantada – oh vamos Gaara, ya te pedí disculpas por enojarme contigo cuando me mandaste a negociar con el País de las Olas y Primavera y me mantuviste fuera de la Aldea por cerca de dos semanas, te juro que no se va a repetir – dijo con un puchero y sintiéndose apenada por gritarle a su hermanito por alejarla de su rubio por tanto tiempo, pues pensó que lo hizo a propósito cuando la encontró muy acaramelada con su rubio en la sala de su casa.
- Esta vez no se trata de nada de eso – dijo Gaara con un suspiro – vendrás conmigo a la Hoja para las negociaciones finales sobre la alianza sobre nuestras Aldeas, necesito a la mejor, ya demostraste que tu conocimiento en política no tiene paralelo, por eso necesito que vengas conmigo, ya hemos prolongado esto demasiado tiempo y necesitamos ir con cuidado.
Los ojos de Temari se ensancharon al escuchar la petición de su hermanito, para casi de inmediato fruncir el ceño en molestia y odio, hace dos años había dejado bien en claro que no volvería a poner un solo pie en esa repugnante Aldea por ningún motivo, no soportaba la idea de estar en el mismo lugar donde hicieron sufrir a su amado, solo había un puñado a los que no veía con odio, pero ese puñado no estaba incluido en las personas con las que estaba obligada a convivir, con suerte pudo irse la última vez sin golpear a ese culo perezoso que tuvo el descaro de invitarla a salir, estaba por comenzar a gritar y dejar en claro que su respuesta era un no absoluto, pero se detuvo al sentir la mano de su rubio sobre su hombro y cuando giro para mirarlo, este simplemente negó con la cabeza.
- Hime, no dejes que tus sentimientos personales se interpongan en lo que debe hacerse, solo necesitas ir y trazar una alianza que nos beneficie, para no temer a una guerra con otras Aldeas, pues lo pensaran dos veces antes de atacarnos si tenemos a la Hoja de nuestro lado – dijo Naruto con suavidad intentando tranquilizar a su novia, sabia porque estaba enojada y no la culpaba, pero esto era por el bien de la Arena – además, esto será pan comido para ti y solo será algo de una sola vez.
- Bueno – hablo Gaara llamando la atención del par de rubios – Temari también fue nombrada por el consejo como nuestro enlace entre la Arena y la Hoja para los próximos exámenes Chunin, así que tendrá que estar en la Hoja por lo menos unas cuantas semanas para la planeación de dicho evento – informo viendo como el rostro de su hermana comenzaba a cambiar a uno rojo y solo deseo que fuera de vergüenza, pero sabía que era de ira.
- "¿Y yo soy el idiota?" – se preguntó mentalmente Naruto mientras se golpeaba la cara con su palma, estaba seguro de ya haber convenció a su novia, pero eso ultimo era completamente diferente.
- ¡No puedes estar hablado enserio! – grito Temari a todo pulmón y su ira solo se incrementó al ver a su hermanito que no se inmutaba ante su enojo - ¡Te lo dije y te lo repito! ¡No pienso poner un pie en esa estúpida Aldea! ¡No por más de un día! ¡Así que búscate a alguien más para los exámenes Chunin! – termino de gritar y ahora jadeaba por un poco de aire.
- No, esta es una orden por parte del consejo y de tu Kazekage, no pues rechazar esta misión – dijo Gaara con firmeza, aunque mentalmente hacia una mueca de molestia, pues sabía que la pagaría caro después por sacar la carta del rango.
La rubia una vez más ensancho los ojos por lo que escucho, estaba en shock, solo sentía como la sangre comenzaba a hervirle, apretó tanto los puños que sus nudillos se volvieron blancos, quería gritar con todo lo que tenía pero su enojo era tan grande que ni eso podía hacer, por lo cual simplemente se dio media vuelta y salió de la oficina cerrando la puerta con tal fuerza que algunos cuadros colgados en la oficina cayeron al suelo.
- ¿Eso era necesario? – pregunto Naruto viendo a su hermano pelirrojo con seriedad – sabes cuánto odia a la Hoja, ya estaba por aceptar ir sin quejas a ver lo de la alianza, no tenías por qué presionarla para que se quedara para los exámenes.
- Era necesario, Naruto, esta será la primera ocasión en la historia que los cinco Kage se reunirán para los exámenes Chunin, necesitamos que todo sea perfecto para ganar alianzas con otras Aldeas o por lo menos quedar como neutrales y no ser su blanco – comento Gaara con seriedad poniéndose de pie y comenzar a caminar para estar frente a su hermano rubio – te seré honesto, cruzo por mi mente llevarte como mi guardaespaldas para luego dejarte con Temari, pero la Hoja aún tiene esa ley sobre tu destierro, además uno de nosotros debe quedarse en nuestra Aldea para que no dejarla desprotegida.
- Mmm supongo que tienes razón, pero aun así será muy difícil hacer que acepte – murmuro Naruto rascándose la nuca – entonces supongo que llevaras a Kankuro, de ser ese el caso, déjalo a él también para que cuide a Temari, cuando regreses, solo aléjate lo suficiente de la Hoja y estaré contigo en un segundo y regresaremos un segundo después – comento mientras tomaba de su bolsa ninja un kunai de tres puntas con sellos grabados en el mango y se lo entregaba al pelirrojo.
- Me parece un buen plan – dijo Gaara tomando el kunai y guardándolo entre sus ropas – ahora Naruto, en el momento que me vaya, se te entregaran mis poderes militares mientras que los poderes diplomáticos se entregaran al consejo, el cual ya ha aceptado mi decisión, en pocas palabras, serás nombrado Kazekage temporal – informo con tranquilidad y viendo como su hermano rubio abría sus ojos de par en par ante la noticia, coloco una mano en su hombro y le sonrió – mi hermano, ambos sabemos que siempre has sido el más fuerte de los dos y no por las bestias que llevamos dentro, con tus acciones has ganado mucha influencia y respeto, no solo por compartir los sellos de tu clan, sino por las alianzas que pudimos obtener gracias a tu persona al igual que volver a la Arena un poco más verde, e incluso me ayúdate a mí de una forma que nunca pensé que fuera posible, no puedo pensar en otra persona mejor para ocupar mi puesto, incluso de forma temporal.
Naruto seguía atónito por todo lo que escucho, nunca le importo la influencia, solo quería que la gente lo reconociera y respetara, fue por esa razón que se esforzó hasta el cansancio para poder ayudar a su Aldea, pero esto era demasiado para asimilar, quería decir algo, expresar con palabras lo agradecido que estaba por tal confianza, pero le fue sumamente difícil.
- Gaara, muchas gracias – fue todo lo que dijo Naruto para abrazar a su hermano con fuerza, levantándolo un poco del suelo.
- No hay nada que agradecer – dijo Gaara regresando el abrazo y palmando la espalda de su hermano para que lo bajara y cuando lo hizo continúo explicando – no tienes nada de qué preocuparte, solo estarás a cargo de los asuntos shinobi de lo demás se encargara el consejo, además solo será por un par de días a lo máximo, ahora será mejor que te vayas y busques a Temari, estoy algo preocupado por como reacciono.
- Dalo por hecho, y te lo aseguro Gaara, no te defraudare – dijo Naruto para luego salir corriendo de la oficina en busca de su muy molesta novia.
- No lo has hecho en años y dudo que empieces ahora – murmuro Gaara con una sonrisa, para luego regresar a su asiento – más le vale que la comida sea extremadamente deliciosa por todos los problemas que causo.
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