Flecha #9
¡Es una señal!
Las vacaciones llegaron a su fin dando paso a un nuevo semestre. SeHun entró a la escuela con el corazón acelerado y una emoción que no podía controlar. Llevaba semanas queriendo regresar a los pasillos, conversar con sus amigos y compañeros, jugar basquetbol con su nuevo equipo y, sobre todo, retomar el hábito de pasar tiempo con JunMyeon en las tardes.
El primer día de clases llevaba consigo una bolsa dentro de su mochila, en ella había tres regalos que pensaba darles a los tres chicos de la familia Kim. No había podido ver a sus amigos desde la última vez que se reunieron para pasar una tarde juntos en el centro comercial hace varias semanas; mientras que con JunMyeon solo había intercambiado mensajes desde su salida al museo.
Cuando llegaron las festividades de navidad y año nuevo, mientras se encontraba fuera de la ciudad en la casa de sus abuelos, SeHun comenzó un recorrido por las tiendas del lugar en busca de regalos para su familia. Durante esas caminatas surgió en él un intenso sentimiento hacerles un pequeño detalle a sus amigos.
Pasó toda una tarde escogiendo los regalos para ellos y, después de pensarlo varias veces, también para JunMyeon. Se sentía un poco inseguro, pues no podía saber con certeza cómo reaccionaría el mayor, sin embargo las mariposas que lo atacaron al imaginar una sonrisa en su rostro, una tan bonita que haría desaparecer sus ojos brillantes y acentuar sus rosadas mejillas, lo hizo perder fuerza en sus rodillas y lo motivó a comprarle algo a él también.
Una noche antes del inicio de clases, mientras acomodaba las cosas que llevaría a la escuela, miró los tres regalos y se preguntó si sería capaz de pararse frente a JunMyeon y darle el presente sin mostrarse tímido, ocultando el rojo de sus orejas mientras fingía sentirse tranquilo y confiado. Por un momento se acobardó y pensó en renunciar a la idea, enterrar en el fondo de su armario el obsequio de JunMyeon y no volver a pensar en hacer algo como eso de nuevo. Pero al recordar que con ese simple detalle podría causarle un poco de felicidad al mayor, su valentía regresó y terminó metiendo los tres paquetes dentro de su mochila, sin darse la oportunidad de pensarlo dos veces por temor a arrepentirse.
El plan era entregar cada uno de los regalos a lo largo del día y en cuanto tuviera oportunidad, pero para su mala suerte ya no compartiría todas sus clases junto a JongDae y JongIn. Al parecer solo los alumnos de primer semestre tenía un grupo definido con el que convivían durante todo el periodo, y a partir de los siguientes comenzarían a cambiar de salón, maestro y compañeros varias veces al día.
Sus primeras dos clases las pasó con algunos compañeros del semestre anterior y muchos rostros nuevos. A pesar de encontrarse un poco solo a lo largo del día, la vergüenza que sentía al acercarse a gente nueva en esta ocasión no se comparaba en nada con el semestre anterior, por lo que pudo hablar con algunas personas se habían acercado a él con amabilidad.
Fue hasta la tercera clase, justo antes del receso, que entró a su salón y vio con alegría a JongIn sentado en una de las sillas junto a la ventana. El chico de tez morena se encontraba mirando su celular mientras esperaba a que la clase comenzara, por lo que se llevó una gran sorpresa cuando SeHun se acercó a abrazarlo con emoción.
— ¡JongIn-ah! —gritó con una gran sonrisa, causando que el moreno casi perdiera el equilibrio y cayera de su asiento.
— También te extrañé—contestó JongIn con una sonrisa y palmeando su espalda con cariño—. ¿Qué tal las vacaciones?
—Solo fuí a la casa de mis abuelos durante las fiestas, nada extraordinario—contestó quitándole importancia y tomando asiento a un lado de su amigo.
De un momento a otro recordó la sorpresa que llevaba en su mochila y con urgencia comenzó a buscar el regalo de JongIn. Sonrió al encontrarlo, sacándolo y dejando que la mirada curiosa de su amigo lograra ver lo que traía entre sus manos.
—Les traje un pequeño regalo, feliz año nuevo, JongIn—comentó con una sonrisa alegre en el rostro.
JongIn recibió ilusionado y feliz el pequeño presente. Lo abrió con rapidez, cuidando que la envoltura de osos no se viera dañada por la velocidad de sus movimientos, y dejando escapar un grito ahogado de emoción cuando vio su interior. JongIn abrazó con fuerza el suéter color café que SeHun había escogido para él, agradeciéndole más de cinco veces con los ojos brillosos de felicidad.
— ¡Me encanta!, ¿cómo supiste que me gustan los osos? —preguntó su amigo mientras admiraba el obsequio con adoración, SeHun dejó salir una pequeña risa.
—No fue difícil de adivinar, JongIn—contestó apuntando a su mochila que tenía un pendiente de dicho animal colgando del cierre.
Mientras veía a su amigo probarse el suéter, SeHun recordó la tienda que había encontrado durante sus vacaciones y en donde había había encontrado el obsequio. El lugar se encontraba cerca de la casa de sus abuelos y contaba con la más grande variedad de ropa de invierno que había visto en su vida. Entre los muchos percheros encontró un lindo hoodie afelpado color marrón con orejas de oso en el gorro.
Dejó salir una risita cuando lo encontró, pues sabía que sería el regalo perfecto para su amigo, quien tenía una extraña y adorable obsesión con esos animales. Así que no dudó en llevarlo consigo y comprarlo en ese preciso momento.
Su plática se vio interrumpida cuando el profesor de ética hizo su entrada, haciendo que el salón se sumiera en un silencio absoluto. La clase pasó tranquila, pues JongIn no solía conversar mucho durante clases, limitándose a decir un par de comentarios entre susurros que los hacían reír por lo bajo.
Cuando la clase concluyó, ambos chicos salieron del salón con rumbo a la cafetería, pues habían acordado con JongDae que se encontrarían durante el descanso. Los pasillos se estaban abarrotados de gente que se reunía con amigos después de las vacaciones, con algunos grupos que permanecían de pie a un lado del camino mientras conversaban y reían con el fin de ponerse al día. A pesar de toda esa gente, no pasó desapercibido por SeHun que muchos alumnos de cursos superiores los volteaban a ver cuando pasaban junto a ellos. El menor trató de no le tomarle demasiada importancia, convenciéndose de que tal vez estaba imaginándolo.
Al llegar a su destino encontraron a JongDae, quien compartía mesa con un chico que SeHun nunca había visto. Su amigo parecía estar quejándose sobre algo, pues sus cejas se encontraban fruncidas al igual que sus labios, mientras sus manos revoloteaban a su alrededor otorgándole énfasis e intensidad a sus palabras. JongIn y él llegaron a la mesa, el último confundido por toda la situación, sin embargo trató de ignorar por un momento a JongDae y volteó a ver al chico nuevo, saludándolo con un movimiento de cabeza que el otro respondió.
— ¿Te arrastró aquí? —preguntó SeHun con una sonrisa, refiriéndose a JongDae. El chico nuevo pareció divertido por la pregunta y solo asintió observando al mencionado, quien seguía murmurando quejas—. Soy SeHun.
—KyungSoo—se presentó.
JongIn también lo saludó, presentándose con su amabilidad natural e ignorando a su primo.
—¿Por qué tan molesto? —preguntó SeHun a JongDae mientras tomaba asiento. El chico bufó en respuesta, obligando a JongIn a hablar para explicarse.
—Está haciendo una rabieta porque el profesor de nuestra primera clase supo que somos parientes de JunMyeon hyung—JongDae volvió a bufar al escuchar a su primo—. Lo mencionó cuando dijo nuestros nombres al pasar lista, se corrió la voz y ahora todos saben.
—Tarde o temprano iba a pasar—razonó SeHun mientras asentía.
—Lo sé, pero el verdadero problema es que justo lo que más temía, está ocurriendo—se defendió JongDae—. Varias personas se han acercado a preguntar si es cierto, los maestros también han dicho que esperan mucho de mi por ser primo del mejor alumno de la escuela.
—A mí me han mirado en los pasillos, sobre todo personas de cursos superiores—añadió JongIn—. Tuve suerte de que el maestro de ética no dijera algo al respecto, pero estuvo mirando a mi dirección varias veces a lo largo de la clase.
SeHun entendió en ese momento porqué había tantos ojos observándolos cuando estaban de camino a la cafetería, todo tenía sentido ahora.
— ¿En serio tanta gente conoce a JunMyeon hyung? —preguntó asombrado SeHun. Para su sorpresa fue KyungSoo quien respondió.
—Claro, todos han oído sobre él—aseguró convencido, JongDae se lamentó ante el comentario—. Es el mejor promedio de su generación, es parte del exitoso equipo de fútbol de la escuela, amable, inteligente y también he escuchado que es muy atractivo, aunque nunca lo he visto en persona.
—Odio admitirlo, pero hyung es el más guapo de los tres—murmuró JongIn con un puchero en los labios.
SeHun tuvo que dar todo de si para no asentir y decir algo que pusiera en evidencia sus sentimientos. Claro que JunMyeon era atractivo, amable e inteligente. Él lo podía asegurar mejor que nadie.
—También oí que a veces ayuda al consejo estudiantil, aunque rechazó el puesto de presidente el año pasado—mencionó entre murmullos KyungSoo.
— ¿Por qué JunMyeon tiene que ser tan perfecto? —preguntó al cielo JongDae, y en realidad SeHun también se había preguntado lo mismo desde hace varios meses.
Al ver lo afectado que estaba su amigo, SeHun pensó que podría calmarlo un poco si le daba su regalo, por lo que comenzó a buscar en su mochila sin decir palabra alguna. Al encontrarlo, se lo entregó a JongDae con una sonrisa en el rostro. El chico tomó entre sus manos la pequeña caja, confundido y mirando de manera sospechosa a SeHun.
—Feliz navidad, JongDae—el mencionado sonrió asombrado al entender que en sus manos tenía un regalo por las fiestas. Miró a su amigo con agradecimiento y procedió a rasgar el papel de regalo azul.
— ¡No puede ser! —gritó el chico mientras sacaba los lentes de sol que había visto en el centro comercial la última vez que habían salido juntos. SeHun no pudo evitar sonreír al ver a JongDae más animado, tal parecía que se había olvidado de su enojo.
—Recordé que te habían gustado mucho cuando pasamos por la tienda, incluso los observaste por varios minutos.
—Es que son perfectos, ¡míralos! —contestó JongDae mientras se los colocaba y comenzaba a posar—. ¿No se ven bien?
Los tres restantes en la mesa comenzaron a reír mientras veían al chico emocionarse por su regalo, y SeHun sonrió contento cuando, aun con los lentes puestos, JongDae se levantó de su asiento para abrazarlo.
Durante ese intercambio de afecto, JongDae alcanzó a ver un regalo más dentro de la mochila de SeHun. El chico la había dejado en el suelo sin cerrarla por completo, por lo que pudo ver un poco del obsequio que aún tenía oculto. Sonrió pensando que ya sabía a quién le había comprado el otro presente, pero decidió guardarlo para sí mismo y verificar después si su teoría era correcta.
Los siguientes minutos lo dedicaron a almorzar y platicar, dándole a KyungSoo la oportunidad de hablar y convivir un poco más con ellos. El chico era callado y tranquilo, y aún así SeHun había logrado notar que su mirada curiosa parecía percatarse de todo lo que sucedía a su alrededor.
Les explicó con calma que él había estado en otro grupo el semestre pasado, por lo que nunca se habían visto antes. KyungSoo no era una persona con muchos amigos, su personalidad callada y observadora hacía que fuera difícil para él encontrar un grupo en el que se sintiera cómodo. Pero JongDae, al notar que un chico parecía estar junto a él en las primeras tres clases del día, decidió acercarse mientras salían de su segunda clase y decidió arrastrarlo con él para convertirlo en su nuevo amigo.
—Conocí a este chico en vacaciones y quería invitarlo a salir, pero no sé cómo hacerlo—les contó JongIn mientras pelaba una mandarina. JongDae bufó.
—Te dirá que sí no importa cómo le preguntes—aseguró ganándose una mirada confundida por parte de los otros tres en la mesa.
— ¿Cómo puedes estar tan seguro? —preguntó KyungSoo confundido.
— ¡Las señales están ahí! —exclamó como si fuera obvio. Al notar que los otros no comprendían, siguió explicando—. Siempre están hablando por mensajes, se preocupa por JongIn, es atento... creo que es bastante obvio que también le gustas.
Las mejillas de JongIn se pintaron de rosa, causando que JongDae comenzara a molestarlo. Mientras los otros tres seguían hablando del tema, la mente de SeHun se desvió por un momento, pensando si esas señales también las podría notar JunMyeon. Tal vez el mayor ya se había dado cuenta de sus sentimientos, aunque él siempre había tratado de no ser tan obvio frente a él.
De un momento a otro, comenzó a comparar lo que había dicho JongDae con la manera en la que JunMyeon se comportaba con él. ¿Podría ser posible que JunMyeon también sintiera algo por él?, de ser así, ¿serían las mismas señales?
Quería preguntarles a sus amigos al respecto, pero no pudo pensar en una manera en la que no fuera obvio que hablaba de sí mismo. No se sentía preparado para confesar frente a sus amigos que tenía un intenso flechazo por JunMyeon, no cuando ellos eran familiares directos del mayor.
Terminaron su comida con SeHun intentando apartar de su mente todos esos pensamientos. Los cuatro chicos aún tenían una hora más de descanso antes de que tuvieran que regresar a clases, así que permanecieron sentados dentro de la cafetería un poco más. En cuanto la puerta del lugar comenzó a abrirse en repetidas ocasiones, anunciando una nueva horda de estudiantes que apenas iniciaban su hora libre, SeHun comenzó a lanzar miradas fugaces a la entrada.
JunMyeon le había comentado que a esa hora él iría a la cafetería a almorzar junto a sus amigos, y Sehun esperaba poder verlo por lo menos unos segundos cuando cruzara la puerta.
Desde que habían intercambiado número de teléfono durante las vacaciones, ambos no habían parado de mandarse mensajes. A veces eran conversaciones cortas, cinco o diez mensajes para preguntar cómo estaban, y otras ocasiones conversaban todo el día hasta altas horas de la noche.
Con el pasar de las semanas los mensajes de buenos días se hicieron recurrentes entre los dos. A lo largo del día JunMyeon le mandaba fotos de restaurantes o lugares que quería visitar junto a él, haciéndole prometer que irían cuando ambos tuvieran tiempo. SeHun por su parte le mandaba algunas fotos de él junto a su perrito Vivi, le preguntaba cómo estaba su día y en general intentaba siempre conocer más al mayor.
Solo bastaron algunos minutos para que el menor pudiera ver de reojo que JunMyeon por fin había llegado a la cafetería. SeHun notó que el mayor observaba a alrededor con atención hasta que sus ojos chocaron entre la multitud. Una sonrisa apareció en ambos rostros ante el intercambio de miradas que duró poco más de tres segundos.
SeHun dejó salir un pequeño suspiro cuando regresó la vista a la mesa que tenía frente a él, aún con la sonrisa asomada en el rincón de sus labios y el pensamiento de las señales molestando en la profundidad de su mente. JongDae había visto la escena y trataba de ocultar su propia sonrisa detrás de sus manos, tratando de fingir que no se había percatado de nada.
Unos minutos más tarde, una figura alta se colocó a lado de SeHun, llamando su atención y recibiendo un saludo amistoso como bienvenida.
— Yeol, no te veo desde que salimos de clases—comentó SeHun intercambiando un saludo con las manos, el chico alto parecía contento de verlo también.
—¿Les molesta si me llevo a SeHun? —preguntó ChanYeol a sus amigos. JongIn y JongDae dudaron un poco, pero lo dejaron ir después de unos segundos al no tener una excusa para hacerlo quedarse.
SeHun tomó su mochila y se despidió de los tres chicos mientras se iba junto a ChanYeol, quien lo abrazó por los hombros mientras lo arrastraba fuera del edificio de la cafetería. Llegaron al patio, en donde había algunas bancas y se encontraban los demás miembros del equipo de basquetbol.
Todos los chicos recibieron a SeHun con gritos y felicitaciones. Dándole la bienvenida como miembro oficial del equipo y entregándole con orgullo el uniforme oficial. SeHun lo tomó entre sus manos con ilusión y felicidad.
Pasó lo restante de su descanso junto a sus compañeros, bromeando y riendo ante las ocurrencias de ChanYeol. Cuando fue momento de irse se despidió, prometiendo que se encontraría con ellos durante el primer entrenamiento del semestre, que sería esa misma tarde.
Sus últimas dos clases las compartió con KyungSoo. Fue toda una suerte que no se encontrara solo por completo en lo que restaba del día.
SeHun decidió aprovechar esos momentos a solas con el chico para conversar un poco y conocerlo mejor. Durante el almuerzo no había escuchado mucho sobre él y de alguna manera sentía curiosidad por el aura calmada y callada que transmitía su nuevo amigo.
— ¿Eres amigo de Park ChanYeol? —preguntó curioso KyungSoo cuando caminaban a la última clase del día.
— ¡Sí!, estamos juntos en el equipo de basquetbol—respondió con una sonrisa y mirando a su acompañante con curiosidad—. ¿También lo conoces?
—Sí, no... quiero decir, todos en la escuela lo conocen—murmuró—. Pero nunca he hablado con él.
—Deberías acercarte—propuso con inocencia—. Creo que se llevarían muy bien.
De reojo miró a KyungSoo, quien no respondió y solo se dedicó a observar hacia el camino frente a ellos, evitando posar sus ojos sobre él por temor a que notara lo mucho que lo había afectado su comentario. SeHun era muy distraído para percatarse de ello, por lo que dio por terminada la conversación.
Esa misma tarde, durante el entrenamiento del equipo, SeHun se encontraba sentado en la duela de la cancha junto a sus compañeros. El entrenador estaba hablando frente a ellos sobre los partidos que tendrían a lo largo del semestre, los equipos que enfrentarían, fechas, lugares y otras cosas importantes que debían mencionarse en la junta del primer día.
Pasó desapercibido para todos ellos que ya se habían pasado por cinco minutos del descanso que tomaban con normalidad. Cuando el entrenador los dejó ir para estirar las piernas SeHun miró el reloj y al notar la hora corrió con rumbo a su mochila para sacar el último regalo que aún cargaba consigo, esperando que no fuera demasiado tarde para encontrarse con JunMyeon.
Salió de las canchas techadas con rumbo a campo en donde el mayor entrenaba con normalidad. Llegó corriendo unos minutos después, notando que el equipo de fútbol apenas estaba comenzando su descanso de igual manera. JunMyeon logró verlo desde la distancia y se acercó a él con una sonrisa.
—SeHun, ¿qué tal tu primer día? —preguntó sonriendo—. No nos hemos visto desde hace semanas.
—Todo muy bien—respondió ocultando el obsequio detrás de él, pensando en cómo entregarlo—. Lamento no haberte saludado hace rato en la cafetería.
—No te preocupes, estabas con JongDae y JongIn.
—Hyung—llamó su atención después de unos segundos en silencio, el mayor lo observó con curiosidad—. Te traje un regalo... por navidad y año nuevo.
Dicho eso le mostró a JunMyeon el obsequio, ofreciéndoselo con timidez. El mayor lo aceptó asombrado y sin apartar la mirada de lo que tenía entre sus manos. Algunos momentos pasaron en silencio hasta que JunMyeon pudo mirar a SeHun directo a los ojos.
—N-no debiste... muchas gracias, SeHun—murmuró con un ligero color rosa en sus mejillas—. Yo no te traje nada.
—No era necesario. En realidad yo... me acordé de ti en vacaciones y quise regalarte algo—confesó avergonzado—. Ábrelo, espero que te guste.
JunMyeon asintió mientras quitaba el envoltorio con cuidado. Procurando que nada cayera en el piso y revelando con lentitud el suéter gris que SeHun había escogido para él. JunMyeon lo extendió frente a él para tener una mejor vista del diseño, sonriendo ante la elección del menor.
Cuando miró de nuevo a SeHun, dejó salir una risita que lo descolocó.
— ¿Son suéteres de pareja? —preguntó señalando la prenda que en ese momento portaba SeHun. El menor se miró, cayendo en cuenta de que había sido atrapado.
— ¡Oh!, no no... bueno, sí... pero no fue con esa intención—empezó a tratar de explicarse, causando que JunMyeon lo viera con ternura, claro que SeHun estaba demasiado nervioso para notarlo—. Vi el suéter y pensé que se vería bien en ti, así que lo escogí... luego vi el mismo modelo pero en otro color y me gustó, así que lo compré para mí... no estoy diciendo o tratando de insinuar que...
Mientras SeHun seguía murmurando con los nervios a flor de piel, JunMyeon rodaba los ojos divertido y comenzaba a probarse el suéter. Una vez terminó de colocárselo, lo miró sin poder evitar que su sonrisa se ampliara con cada segundo que pasaba.
—Escogí un suéter para ti porque sé que tienes mucho frío en estos meses, espero te mantenga abrigado—finalizó SeHun con un suspiro derrotado, percatándose en ese momento de que JunMyeon ya usaba con felicidad el suéter.
Sonrió ante la vista adorable del mayor, y las mariposas en su estómago lo atacaron cuando su mente se atrevió a pensar que lucían como una pareja en ese momento. JunMyeon con la versión gris del suéter, mientras que él lucía la misma prenda en color negro.
—Muchas gracias, SeHun.
El mayor de manera inesperada dio unos pasos a su dirección hasta rodearlo en un abrazo que lo descolocó de nuevo. Sehun se mantuvo quieto por el gesto tan inesperado. Mil pensamientos cruzaron su mente en ese momento como lo era la calidez que irradiaba JunMyeon, lo bien que se sentía estar cerca de él, lo delicioso del aroma que lograba percibir en el mayor.
Sin dejar pasar más de dos segundos, SeHun también rodeó al mayor en un abrazo y se aferró a él tratando de absorber en su memoria cada detalle del momento. Su mente lo traicionó un poco al preguntarse si JunMyeon podría escuchar su corazón acelerado, pues la cabeza del mayor se encontraba a la altura de su hombro y no dudaba que sus latidos podrían ser oídos sin problemas.
—No me agradezcas—murmuró el menor con una sonrisa y cerrando los ojos y así disfrutar del momento—. Lo hice con cariño.
Se mantuvieron en esa posición un poco más, hasta que el mayor dejó salir una risita. SeHun se separó un poco, al igual que JunMyeon, solo lo suficiente para poder ver sus rostros.
—Creciste un poco más desde la última vez que te vi—comentó JunMyeon. SeHun también comenzó a reír un poco—. A este paso tendré que pararme de puntitas para alcanzar tu cabello.
JunMyeon liberó uno de sus brazos y lo levantó hasta colocar su mano sobre el cabello de SeHun. Lo alborotó un poco, perdiendo fuerza en sus movimientos conforme pasaban los segundos hasta que se convirtieron en suaves caricias.
— ¡Jun, ven a ver esto! —gritó un amigo del mayor a la distancia. JunMyeon se separó por completo del menor con una sonrisa en el rostro.
—Perdón, tengo que irme—se despidió dando unos pasos hacia atrás.
—Nos vemos por ahí, hyung—comentó SeHun—. Tal vez después podamos ir a uno de los lugares que me enseñaste.
—Estaría muy bien—respondió el mayor con una sonrisa.
Sin más el mayor salió corriendo hacia donde estaba su amigo. SeHun dio media vuelta y se dirigió al lugar en donde estaban sus compañeros. Algunos minutos después de que regresara, el entrenador retomó la junta.
Mientras SeHun acomodaba sus cosas para irse a casa, ChanYeol se acercó a él con su mochila al hombro. Era costumbre para ambos que caminaran juntos hacia la salida de la escuela y unas calles más allá, hasta donde sus caminos se separaban.
—Yeol, ¿puedo preguntarte algo? —comentó mientras salían de los vestidores.
Desde que había regresado de su descanso, SeHun tenía la mente llena de JunMyeon. Sentía que el momento que habían compartido antes era demasiado íntimo y que en definitiva había algo ahí que no alcanzaba a interpretar.
La conversación de JongDae sobre las señales volvió a su mente, aún tenía dudas y por un momento pensó que ChanYeol podría ser de ayuda. No perdía nada con intentarlo.
—Claro, ¿qué sucede? —respondió el mayor con sus grandes ojos llenos de curiosidad.
— ¿Cómo sabes si a alguien le gustas? —preguntó con lentitud, midiendo las palabras y con temor de oír una respuesta que no fuera la que esperaba.
— ¿Esto es sobre Kim JunMyeon? —atacó ChanYeol con una sonrisa ladeada en el rostro. Al ver las mejillas sonrojadas de su amigo y su expresión avergonzada, soltó una risa al aire—. Es bastante obvio que te gusta, SeHun-ah.
—P-pero...
—Siempre lo buscas durante nuestros descansos, le llevas comida e incluso los vi juntos en el viaje del semestre pasado—razonó, acorralando por completo al menor—. ¿Planeas confesarte?
— ¿Eh?, ¡no no! —exclamó SeHun aterrado—. Por ahora no... me gustaría saber primero que no seré rechazado.
—Entiendo—murmuró ChanYeol—. Tienes que leer entre líneas, buscar señales.
— ¿Y qué clase de señales tengo que buscar?
ChanYeol se rascó la nuca frustrado, no sabía cómo explicarle esto a SeHun.
—Es complicado, siempre es distinto—el menor parecía más confundido que antes—. Por ejemplo, si siempre te busca, te llama por apodos cariñosos, hablan todo el tiempo, si toma tu mano o intenta tocarte es porque le gustas.
SeHun comenzó a pensar, recordando las veces en las que había estado con JunMyeon. Trató de unir lo que decía ChanYeol con la manera en la que se comportaba el mayor con él, tratando de saber si encajaban las descripciones.
JunMyeon siempre lo llamaba SeHun, a pesar de que sus amigos e incluso su propia familia tenían un apodo cariñoso para él. El mayor nunca se había referido a él de otra manera.
SeHun siempre era quien lo buscaba en las tardes. Él iba a verlo a la cancha y JunMyeon se acercaba para conversar con él, aunque con regularidad siempre era el mayor quien se despedía primero.
Nunca se habían tomado de las manos y tampoco habían tenido demasiado contacto físico iniciado por el mayor. Tal vez solo las ocasiones en las que le revolvía el cabello, pero eso también lo hacía con JongDae y JongIn. Lo más íntimo que habían experimentado era el abrazo que se habían dado ese mismo día.
SeHun suspiró derrotado. Tal vez todo había sido su imaginación y JunMyeon lo veía como un hermano pequeño, ni siquiera como un amigo. ChanYeol notó cómo SeHun se desanimaba con cada segundo en silencio que pasaba, por lo que decidió intervenir al abrazarlo por los hombros mientras caminaban, llamando su atención.
—No estés triste, SeHun-ah—lo reconfortó—. Las señales que te dije no son las únicas, hay muchas de ellas y varían con cada persona. Tal vez JunMyeon sunbae demuestra su amor de manera distinta...
— ¿A quién queremos engañar? —lo interrumpió SeHun—. JunMyeon hyung solo me ve como un amigo... o peor, como un hermano menor.
— ¡Hey!, eso no lo sabemos—continuó ChanYeol—. Y si es así, te puedo ayudar para hacerlo cambiar de opinión.
SeHun lo miró interesado, y ChanYeol sonrió al saber que había conseguido la atención del menor, apartándolo de sus pensamientos negativos por algunos instantes.
SeHun, por su parte, meditó un poco la propuesta de su amigo. ChanYeol era el alumno con más admiradores hombres y mujeres en el campus, ese era un hecho conocido por todos en la escuela. Su amigo le había contado sobre las cartas anónimas que recibía varias veces a la semana, o las confesiones que había tenido que rechazar cuando alguien lo citaba en algún lugar de la escuela, las cuales eran bastante seguido.
Si había alguien que pudiera ayudarlo, ese era Park ChanYeol.
—Está bien—accedió SeHun.
— ¡No te vas a arrepentir, SeHunnie! —exclamó emocionado ChanYeol, abrazándolo fuerte mientras salían del campus y él comenzaba a decirle la manera en la que podían empezar con su plan.
SeHun no tenía nada que perder, ¿verdad?
🐰
¡Heyyyyyy! Me desaparecí bastante tiempo, más de lo que tenía planeado.
Estuve en parciales, luego en finales y ahora soy casi libre de la universidad. 🥺
Tengo un examen el lunes y salgo de vacaciones. 👏
Pero tenía demasiadas ganas de escribir y acabar este capítulo. Había intentado terminarlo desde estas semanas, pero no me estaba gustando el resultado y no quería darles algo mal hecho.
Al final me gustó como terminó este capítulo, ¿y a ustedes?
Recuerdo que en el capítulo anterior varios dijeron que sentían algo raro con ChanYeol 😂, él solo es un amigo, no se preocupen.
¡Por cierto!
El hoodie de JongIn es este
Es bellísimo 🥺💕
Los lentes de JongDae son estos~
Es que en serio creo que se ve fabuloso 😂
Yyyyy, finalmente, los suéteres del Seho son estos.
SON SUÉTERES DE PAREJAAAAA BASTA, perdón, no pude evitar incluirlos.
Muchas gracias a quienes están esperando actualización. La verdad significa mucho. 💕
Durante mi ausencia "Flechazo" llegó a 1K de lecturas.
Estoy sumamente agradecida por esto 🤧🤧🤧 la verdad nunca pensé que esta historia tendría tantos lectores o gente que se interesara. Me esforzaré lo más posible por traerles capítulos buenos y entretenidos.
Se podría decir que estamos oficialmente a la mitad de la historia~ la verdad nunca pensé el fic para ser muy extenso. En un principio quería escribir capítulos cortos (1000-1500 palabras), pero terminó extendiéndose hasta 6000. No sé cómo pasó... 😂
Intentaré con todo mi corazón no dejarlos sin actualización tanto tiempo. Como dije antes, ya estoy de vacaciones 💃🏽
Me gustaría saber sus opiniones~ Saben que amo leer comentarios.
Eeeeen fin.
Muchas gracias de nuevo por leer 💓
¡Nos leemos pronto! 👋
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