Capítulo 17


Ahora se encontraba pelando cebollas. Estaba empezando a hartarse de pasarse horas pelando, cortando y guisando para que luego los degenerados del resto de tripulantes se lo devoraran en dos segundos y ni lo apreciaran.

Iba por su cuarta cebolla cuando se le empezaron a saltar las lágrimas, llevaba un buen rato aguantando y realmente escocia. No sabía la razón, pero picaba hasta el punto de irritar sus ojos.

Y justo, exactamente en el que la primera lagrima se le resbalaba sin querer entro Jake a amargarle la vida con su existencia.

-Daros prisa, os están esperando desde... -dejo de hablar en cuanto vio su mejilla pecosa húmeda, esa que tantas veces había picado con el fin de molestarla. - ¿Qué pasa? - preguntó alarmado. Hasta él se sorprendió de lo preocupado que había sonado.

-Nada, solo estaba...

-Lleva toda la mañana llorando, se encuentra mal –la interrumpió Thomas rápidamente.

Ella se giró a verle, extrañada, pero se detuvo cuando Jake le acunó la cara entre las manos.

- ¿Estás bien? ¿estás enferma? ¿ha sido por la pelea de esta mañana? Solo te estaba molestando, no volveré a dormir ahí si te sientes incómoda, incluso podría dormir en el suelo. -Dijo atropelladamente cada pregunta de forma más afligida e ininteligible.

¿Estaba preocupado por ella?

¿Él?

¿El "no me importa nada ni nadie"?

-Pero si solo he... -y, para variar, la volvieron a interrumpir.

-Llorado, mucho, muchísimo, porque está muy mal –exageró de forma masiva su insólita mentira.

-No estoy...

-Deberías de hablar con ella antes de que empeore.

Hastiada, le miro con el ceño fruncido y el chuchillo para la cebolla aun en la mano. ¿se puede saber que estaba haciendo?

Y lo peor de todo es que Jake se lo estaba creyendo todo. Cada día la sorprendía siendo un poco más tonto de lo que pensaba.

La cogió de la mano y sin dejarle tiempo a replicar la arrastro hasta su habitación.

- ¿Qué pasa? ¿quieres contármelo? Si no quieres no pasa nada, te puedo dejar sola, o tal vez me puedo quedar, pero sin hablar, en silencio, como... -su vomito verbal parecía que no iba a parar así que fue ella quien lo detuvo.

-Jake –le llamo, pero él seguía en su mundo de nerviosismo y preocupación sacados de no se sabe dónde- ¡Jake!

-Dime –volvió por fin al mundo terrenal- ¿te encuentras peor? ¿te duele algo? ¿estás triste? -había hablado muy pronto.

-No me pasa nada, solo estaba cortando cebolla, Thomás, por algún casual, ha mentido.

Su cara cambio drásticamente, en un abrir y cerrar de ojos volvía a ser el Jake despreocupado y desinteresado de siempre.

En esta clase de situaciones se empezaba a preguntar muy seriamente si era bipolar o si tenía algún desorden mental serio.

- ¿Por qué no me has dicho nada?

-Tal vez porque no me has dejado hablar, no sé -ironizo con los brazos en jarra.

-Ah.

-Exacto, ah. ¿podrías soltarme ya o te doy la patada que no te he dado antes?

Ahí fue cuando se dio cuenta de que aún tenía su mano entrelazada con la suya, no se habían separado.

La quito enseguida, como si quemase, preguntándose entonces el motivo de todo ese numerito. Él no estaba preocupado. Era imposible estarlo de alguien tan irritante y molesto. Solo que...

No encontraba otro motivo. 

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