2.La primera noche
Habiendo quedado en ultimar los detalles de su contratación con el señor Emily por mensaje telefónico, Nicole regresó a su hogar con una amplia sonrisa en su rostro. Esto pudo ser notado por Billy y Anby, quienes recién acababan de terminar el filme de "Los caballeros estelares", cayéndosele una lagrimita por el ojo al ciborg que sin importar cuantas veces viese esa película, siempre acababa encantado.
- Bienvenida de vuelta, Nico. - dijo Anby viendo más animada a su jefa, que caminaba moviendo pomposamente las caderas llena de alegría y felicidad - Te ves más animada ¿Pasó algo?
Ante las cuestiones de la albina, la jefa solo dejó salir una risilla traviesa echándole una mirada juguetona muy propia de ella.
- Digamos que he conseguido un trabajito que solventará TODAS nuestras deudas con Faeton. - mencionaba echándose la mano a la boca.
- ¿Tenemos trabajo? - preguntó Billy buscando saber más al respecto, ante lo que su jefa estiró el brazo con el índice apuntando arriba antes de negar con este.
- ¡Tengo! Trabajo. - tal como comentó con el señor Emily antes de marcharse, la tarea de revisar la pizzeria era cosa de una sola persona, motivo por el cual Nicole se encargaría ella sola por su cuenta - El cliente ha aclarado que no puedo compartir detalles con vosotros, pero os garantizo que valdrá la pena... ¡Y no solo eso! Tendremos comida ¡Para toda la semana!
Al escuchar esto, Billy y Anby se miraron el uno al otro, mostrándose mucho más emocionado el ciborg que la ex-soldado.
- ¿¡De veras!? ¡Eso es genial! - con los brazos en alto, el de cuerpo metálico ondeaba estos con emoción.
- Uh-uh, uh-uh~ Espero que os guste la pizza. - mencionaba abanicándose la cara con su mano derecha en una postura de diva.
- Me gusta más la hamburguesa... Pero no pondré pegas, comida es comida después de todo. - replicó Anby sin cambiar su semblante ni tono de voz, al contrario de su compañero de pelos parados que se veía muy feliz - Espero que no te estés poniendo en peligro, Nico.
Estas palabras generaron que la Demara biológica se quedase viendo a su contraria de mismo apellido por unos instantes en silencio. Si bien Nicole no tenia idea de en que se metía, guardaba sus leves sospechas sobre lo sombrío que podría ser todo este asunto. Buscando disipar la preocupación de su cercana, esta puso su mano en la cadera de esta, quedando sus pechos pegados a los de ella.
- Nooo te preocupes, Anby~ Sabes que yo, nunca pongo mi vida en riesgo, si no se que voy a ganar. - mencionaba con orgullo, ante lo cual la otra Demara asintió para acto seguido darle un beso en la mejilla.
Gesto que pilló desprevenida a Nicole, ocasionando que se separase algo sonrojada. Billy como de costumbre, solo se quedó con las manos en las mejillas observando con una sonrisa esos momentos románticos que las dos compartían.
- Oíd, a todo esto... ¿Dónde está Nekomata? - cuestionó la líder de las liebres preguntando por su ultimo miembro.
En alguna parte del barrio 6, la miembro felina de las liebres astutas se encontraba peleándose con un gato salvaje por un trozo de pescado.
- Grrrr, basura esa lata es mía ¿sabes cuanto he tenido que penar para poder comer esta noche? ¡DAMELA! - sus gestos furibundos eran ciertamente cómicos con su postura encorvada.
- ¡Meoooow! - un maullido de desaprobación salía de la boca del gato salvaje con el ojo rasgado, que ponía su garra afilada sobre la lata de atún que Nekomiya planeaba cenarse esa noche, si, así de pobres eran las Liebres Astutas.
De esta manera, bajo el sonar de gruñidos gatunos por parte de la semihumana felina y el gato salvaje, el sol se alzó con la mañana.
En la habitación de Nicole, la cual por supuesto compartía con Anby, la de melena rosada fue despertada por el vibrar de su teléfono. Al revisar, esta se encontró con un mensaje del señor Emily.
Levantándose de su cama, la joven empezó a rebuscar por sus cajones todos los datos necesarios. Por suerte, pese a no parecerlo, Nicole era una mujer ordenada por lo que enseguida esta le mandó todo lo necesario para proceder.
De esta forma la mañana sucedió sin mucho altercado. Anby, Billy y Nekomiya se la pasaron buscando trabajos como saqueadores de cavidad para poder conseguir algún dinerillo mientras que Nicole descansaba y se preparaba mentalmente para su jornada laboral. En pos de estar mejor informada, se tomó la molestia de buscar algo de información con respecto a su nuevo local de trabajo: Freddy Fazbear's Pizzeria.
Se trataba de una franquicia de pizzerías con animatronicos la cual tuvo un punto de gran fama en Ridu durante un tiempo antes de la caída de la vieja capital. No obstante, debido a ciertos asuntos bastante inquietantes y turbios relacionado con la desaparición de cinco niños, la pizzería terminó por cerrar su recinto.
¿Qué motivos tenia la compañía de Fazbear para querer recuperar los datos de un local perdido en una cavidad? ¿Por qué nadie aguantaba pasada la primera noche? ¿Cuánto tiempo pasó desde que esa pizzería quedó perdida en la cavidad? Preguntas sin respuesta que la de orbes verdes se hacía generándole algo de inquietud. Lo único en lo que confiaba era en la palabra del Señor Emily, no había etéreos en los alrededores de la pizzería y el nivel de corrupción era lo suficientemente bajo como para que estando las seis horas que duraba su turno no sufriese consecuencias al respecto.
11:00 PM
La hora acordada con el señor Emily llegó, caminando hasta el punto de encuentro en la Plaza Luciente, nada más y nada menos que un callejón extremadamente sospechoso, se encontraba un Bangbú un tanto curioso. Era un Bangbú de color amarillo, con orejas de oso en vez de conejo, un sombrero de copa morado y una pajarita del mismo color. Su pantalla frontal estaba cubierta por una estática, por lo que no se podían apreciar sus ojos.
- ¿Tu eres el Bangbú del señor Emily? - cuestionó Nicole agachándose para echar una mirada al pequeño muñeco - En cierta forma adorable... Pero también me das miedo...
Sin mediar palabra, el Bangbú le entregó a Nicole un maletín con el logo de Fazbears en la tapa, además de indicarle un rincón levemente iluminado. Al abrir el maletín, esta pudo apreciar que se trataba de un uniforme de guardia de seguridad rudimentario.
- ¿Q-quieres que me cambie aquí? - preguntó la de melena rosada mirando algo sonrojada al pequeño Bangbú, que se quedó mirándola fijamente con su pantalla de estática - ¡Agh, de acuerdo!
No teniendo otra alternativa, Nicole deposito su ropa en la maleta y se cambio a su nuevo uniforme, compuesto por una camisa azulada la cual apretaba un poco a causa de su busto, unos pantalones largos, gorra con el logo de la compañía y unos zapatos. La maleta también traía una linterna y una identificación.
- Bien, ya está... Vámonos. - con algo de pena, cargando la maleta en una mano y la linterna en otra, Nicole siguió al pequeño Bangbú hasta un vehículo que se encontraba aparcado cerca de ahí, mismo que contaba con un plug para Bangbú en el asiento del conductor.
11:40 PM
Tras un largo rato, la guardia de seguridad en su primer día llegó hasta la tan afamada pizzería de la cavidad. La misma parecía congelada en el tiempo, teniendo un aspecto de barrio noventero abandonado, el cual era ciertamente espeluznante al ser de noche y contar con una iluminación muy tenue. Antes de bajarse del vehículo, el Bangbú le entregó a Nicole unas llaves del recinto junto con un pequeño libreto de instrucciones.
Tras esto, el automóvil se marchó, dejando a Demara en la puerta de la infame Freddy's.
- U-ugh... - las piernas de Nicole temblaban, de repente se encontraba en una película de terror, viendo el cartel descolorido, a penas visible por la oscuridad, solo le quedó tomar un largo suspiro de aire y entrar en el lugar con todo el valor que reunió durante la mañana.
Dando largos pasos por el local, Nicole encendió la linterna comprobando cuidadosamente el local. Carteles arrancados, dibujos pegados en la pared, cintas de fiesta descolgados, así como algunas telarañas y azulejos del suelo rotos. La espina de la de coletas tembló del miedo, sintiéndose su corazón acelerado.
Atravesando la entrada, la líder de las liebres finalmente llegó hasta el comedor principal, fijándose en un set de tres animatronicos que se mantenían inactivos en el escenario. Un conejo morado que cargaba una guitarra ¿o era un bajo? una pollo con babero y un cupcake en su mano, y por ultimo la mascota de la compañía, el oso con su sombrero y microfono.
- H-hey... ¿Vosotros vais a hacerme compañía esta noche? Que maravilla... - dijo hablando sola la pobre mujer, antes de darse la vuelta y caminar rápidamente hasta el pasillo que le llevaba directamente a su oficina.
Sin mirar atrás, pronto llegó hasta la oficina del guardia. El lugar estaba desordenado, contando con una mesa con varias pantallas antiguas que servían para ver las cámaras, una tableta sobre la mesa, un par de peluchitos y el fantástico poster de Fazbear and Friends en la pared. A espaldas de su silla, se encontraba un armario de metal, un generador eléctrico y lo que parecía ser una maquina con un tubo que marcaba unos porcentajes.
La maquina parecía estar golpeada, marcas bastante recientes además.
- Bien... Ahora ¿Qué tengo que hacer? - la espera era la clave.
Noche 1
12:00 AM
En el momento en el que la hora llegó, la maquina que lucia apagada ante sus ojos, repentinamente comenzó a emitir un brillo azul intenso, seguido de unos chispazos del generador que hicieron que las luces, cámaras y dispositivos de la pizzería se tornasen operativos.
Todo esto le dio un susto de muerte a Nicole, quien se cayó de culo al suelo, al borde de las lagrimas y empezar a chillar por auxilio, arrepintiéndose completamente de todas y cada una de las decisiones que le habían llevado hasta ese momento.
Tras unos segundos en silencio, la joven guardia se calmó un poco, levantándose temblando como un animal asustado y dirigiéndose a la mesa. Entre las ideas de Demara estaban pegarse un atracón de pizza mientras trabajaba y luego cargar sus tapers de plástico en su mochila con comida para Billy, Anby y Nekomiya.
Sin embargo, en esos momentos Nico tenia tanto miedo que preferiría encerrarse en el armario llorando hasta las seis que atreverse a dar un paso fuera de su oficina, cuyas dos puertas estaban completamente abiertas.
- Nghgghg... - abrazándose a la tableta con terror en sus manos, esta cerró sus ojos con fuerza hasta que el sonido de un teléfono la sacó de onda - ¿¡Q-que eso eso!?
Notando que entre los objetos de la mesa se encontraba un teléfono antiguo, con una parpadeante luz roja, esta se arriesgó a tomar la llamada, deseando que no fuese a escuchar una voz demoniaca que le arrastraría al infierno por todos sus pecados.
- Hola, ¿Hola? Uh, quería grabar un mensaje para ti, para ayudarte a instalarte en tu primera noche. Um, en realidad, yo trabajaba en esa oficina antes que tu. Ahora estoy terminando mi última semana, como podrás ver. Así que, sé que puede ser un poco abrumador, pero estoy aquí para decirte que no hay nada de que preocuparse. Uh, te irá bien. Así que, vamos a centrarnos en que pases tu primera semana. ¿De acuerdo? - una voz con algo de estática, un sonido propio de una llamada de la vieja era ¿se trataba de un mensaje grabado? pensó Nicole, no había manera de que esto lo hubiese grabado un empleado de la semana anterior.
- Mi primera semana dice... ¡Y la ultima también! - exclamando aquello, la mujer no tenia claro si lo decía porque antes de que acabase la semana moriría o lograría superar las cinco noches en Freddy's
- Uh, veamos, primero hay un saludo introductorio por parte de la empresa que se supone que debo leer. Uh, es una especie de cosa legal, ya sabes. Um, "Bienvenido Bienvenida a Freddy Fazbear's Pizza. Un lugar mágico para niños y adultos por igual, donde la fantasía y diversión vienen a la vida. Fazbear Entertainment no se hace responsable por daños a la propiedad o persona. Al descubrir que se ha producido un daño o muerte, un informe de la persona desaparecida se presentará dentro de 90 días, o tan pronto la propiedad y los locales sean completamente limpiados y blanqueados, y las alfombras sean reemplazadas». - esta información con respecto a las políticas de la compañía dejó fría a la guardia de seguridad, que pudo sentir un sudor frio caer por su frente.
- ¿Q-que...? B-broma ¿cierto? ¿De que año es esta llamada? Hehehe... - una risilla nerviosa salía de sus labios mientras seguía escuchando la llamada del hombre del teléfono.
- Blablablá... ahora, eso puede sonar mal, lo sé, pero no hay de que preocuparse. Uh, los animatronicos, aquí pueden actuar un poco raro durante la noche, pero, ¿Yo los culpo? No. ¿Y si yo estuviese obligado a cantar esas mismas estúpidas canciones por veinte años sin nunca recibir un baño? Posiblemente estaría también un poco irritado en la noche. Así que, recuerda, estos personajes mantienen un lugar especial en los corazones de los chicos y necesitamos mostrarles un poco de respeto, ¿Verdad? Muy bien. - los ojos de Nicole se quedaron en blanco al escuchar esa parrafada que el tipo del teléfono soltó, ocasionando que su primera acción instantáneamente fuese checar la tableta con las cámaras, revisando el escenario donde estaban los tres animatronicos.
- ¿Un poco raro? ¿Cómo que actúan un poco raro? ¿Cómo que están irritados? ¿V-Veinte años? ¿¡D-de que año es esta llamada!? - con velocidad, Nicole cambiaba las cámaras, buscando ver si en alguna sucedía algo fuera de lo normal, jadeando cada vez más rápido con el corazón acelerado.
- Así, sólo ten esto en cuenta, los personajes suelen merodear un poco. Uh, se los deja en una especie de modo "caminata libre" por la noche. Uh... Algo sobre sus motores se bloquea si se desconectan por un largo tiempo. Uh, ellos solían caminar también durante el día, pero entonces ocurrió la Mordida del 87. Sí. E-es impresionante que el cuerpo humano pueda vivir sin el lóbulo frontal, ¿Sabes? - las palabras "caminata libre" ocasionaron que Nicole dejase en la mesa la Tablet, reposando su cabeza en el apoyo de la silla sufriendo tres micro infartos figurados, uno detrás de otro, sintiendo unas ganas de vomitar inmensas
- Mordida... del... 87... Modo... Caminata libre... - en esos momentos, la joven Demara comprendió a la perfección el por qué nadie soportaba más de una noche, todo eso era una trampa mortal.
No obstante, Nicole se aferraba a una esperanza, la esperanza de que debido al paso del tiempo aquellos animatronicos se hubiesen deteriorado lo suficiente para no tener que moverse. Después de todo, por lo que la voz del teléfono contaba, todo este percal sucedió en la época previa a la catástrofe, antes de que ese lugar quedase atrapado en una cavidad. Ella solo debía aguantar hasta las seis y vigilar en lo que se cargaba la maquina, no debía haber peligro alguno ¿cierto?
- Uh, ahora, respecto a tu seguridad, el único riesgo real para ti como vigilante nocturno aquí, si lo hay, es el hecho de que estos personajes, uh, si llegan a verte durante horas posiblemente no te reconozcan como humano. Lo más probable es que te vean como un endoesqueleto de metal sin su traje. Y como está en contra de las reglas aquí en Freddy Fazbear's Pizza, seguramente tratarán de... meterte a la fuerza en un traje de Freddy Fazbear. - la cabeza de Nicole no tardó en imaginarse versiones aterradoras de esos monstruos metiendo a una pequeña "ella" a golpes en un traje vacío, ocasionando que las lagrimas de terror se escapasen de sus ojos. - Ahora, eso no podría ser tan malo si sus propios trajes no estuviesen llenos de vigas, cables y dispositivos animatrónicos, especialmente alrededor de la zona facial. Así que, podrías imaginarte como sería tener tu cabeza fuertemente presionada en uno de esos podría causar un poco de incomodidad... y la muerte.
El espíritu de Nicole abandonaba su cuerpo por la boca, sintiendo como su hora final llegaba sin ser a penas la una de la madrugada.
- Anby, Billy, Nekomiya, Amillion... Os dejo el resto a vosotros. - mencionaba juntando sus palmas totalmente aterrada, con los ojos cerrados aceptando su destino - Lo siento mucho, Proxis.
- S-sí, no te dicen estas cosas cuando firmas. Pero eh, el primer día deberían ser una briza. Voy a hablar contigo mañana. Uh, revisa las cámaras, y recuerda cerrar las puertas solamente si es absolutamente necesario. Debes conservar energía. Bien, buenas noches. - con esto dicho, la llamada cesó.
Sabiendo toda esta información nueva, que por supuesto el señor Emily omitió durante sus charlas, Nicole comenzó a comprender que quizá habría sido más fácil rogarle a Wise y Belle trabajar gratis como empleada del Random Play hasta saldar su deuda, que arriesgar su vida en un trabajo de Guardia de Seguridad ¿Era la paga tan buena como para arriesgar la vida? ¿Lo era a caso la pizza y los refrescos?
- ¡No quiero, no quiero, no quiero! - repetía una y otra vez golpeándose la cabeza contra la mesa una muy nerviosa pelirrosa.
Así pues, la noche transcurrió con relativa tranquilidad. Nicole decidió echarle un vistazo a la guía que el Bangbú le dio, enterándose un poco más en profundidad de las tareas que podía desempeñar en la pizzería además de estar cagada del miedo en su oficina.
Lo primero de todo, era que a causa de encontrarse dentro de una cavidad, el sistema de los animatronicos se había alterado, razón por la que al activarse el motor de extracción, estos acudirían a la oficina para golpearlo y desarmarlo. Este era el motivo principal por el que ella debía impedir que estos ingresasen a la oficina.
Segundo de todo, el suministro de energía pese a ser estable, podía llegar a sufrir cortes en las noches más avanzadas debido a que el proceso de extracción gastaba más energía, razón por la cual la oficina quedaría indefensa. En el comedor, cerca del escenario, se encontraba un panel que reiniciaría la energía del local en caso de que esto sucediese.
El tercer punto mencionaba que si los animatronicos entraban en contacto visual con ella, lo más probable es que buscarían encerrarla en un traje de Freddy, contrastando la información dada por el tipo del teléfono. Afortunadamente para ella, el paso del tiempo había calado en los animatronicos, por lo que si flasheaba sus rostros varias veces podría dejarlos confundidos el tiempo suficiente para pulsar el botón en sus cuellos que los reiniciaría a su posición inicial.
- Bien, esto me hace sentir un poco más segura... - mencionaba la guardia, obviamente mintiéndose a sí misma ya que, en efecto, no se sentía más segura - Bien, veamos las cama... ras. - sentimiento de terror que solo se reafirmó cuando al echar un vistazo a la tablet se percató que el conejo morado había abandonado su posición inicial, encontrándose ahora en mitad del salón.
Nicole miró la hora rápidamente, el reloj marcaba las tres de la mañana en punto, registrándose el primer movimiento de los animatronicos a mitad de su jornada. Esto ocasionó que empezase a hiperventilar, sintiendo el terror en cada fibra de su cuerpo.
De esta forma, inicio una pelea mental entre Nicole y el conejo Bonnie, quien mantuvo su posición durante los próximos cuarenta y cinco minutos, hasta que la pantalla de la table se tornó en estática, sumado al ruido lejano de unos pasos que confirmaban sus mayores temores: El conejo se había movido.
La pelirrosa era incapaz de soltar palabra, quería gritar, pero no deseaba arriesgarse a que hacerlo arráyese a los demás animatronicos. Quería huir, pero no buscaba un encontronazo directo con estos.
Los minutos avanzaron por el reloj, y con ellos, la frecuencia de los movimientos de aquel autómata con apariencia de animal humanoide. La piel de la de orbes verdes jamás había estado tan pálida como lo estaba aquella noche, sintiéndose constantemente al borde del desmaye. Lo bueno era que esta serie de sensaciones habían eliminado toda pizca de hambre de su cuerpo.
- No, no, no... - Nicole revisaba las cámaras a cada rato, podía ver como el conejo se acercaba peligrosamente a la oficina, ya estaba en el armario de las fregonas y a penas iban a dar las cinco menos diez. - Vete, vete, vete.
La estática volvió a apoderarse una vez más de la pantalla, ocasionando que se le acelerase el corazón al punto de casi sufrir un ataque, quedándose congelada al notar que el conejo no había cambiado de posición.
- No. - una suposición se cargó en su mente, que rápidamente se lanzó a comprobar para ver si era cierta. - No, no, no... - la cámara se fue al escenario, encontrándose con la mala noticia de que la estrella del local, Freddy Fazbear, quedó completamente solo, lo cual solo podía significar una cosa. - ¡No me jodas! ¡NO ME JODAS! ¡NOOOO ME JODAS POLLA DE MIER-!
- Ughhgh... - el gemido tan cercano dejó congelada a Nicole, quien encendiendo su linterna, se giró cuarenta y cinco grados a la izquierda en su silla, pudiendo ver a través del cristal al conejo viéndola fijamente.
Lanzando su puño al panel de control sobre la mesa desde el que remotamente controlaba la puerta izquierda, Nicole cerró la entrada a la oficina, no sacando su vista de este. Podía notar como esos ojos robóticos, brillaron por unos instantes, antes de que el propio animatronicos se diese la vuelta y se marchase otra vez.
Mirando la hora, solo restaban sesenta minutos más hasta que llegasen las seis. Estaba en la de coletas sobrevivir lo suficiente para dar por finalizada su primera de cinco noches en Freddy's. Por lo que revisando una vez más las cámaras, Nico se encontró con que el conejo regresó al salón, zapeando entre las cámaras para buscar a su amiga plumifera, la cual resultó estar en el baño de damas mirando fijamente a la cámara.
- Ahí estas... ¿Solo querías ir al baño Señorita Pollo? Un pis y de vuelta al escenario, va, va...~ - la tensión en el cuerpo de la saquea cavidades era tan alta, que fue capaz de alcanzar el nirvana donde se permitía bromear con respecto a ese tema.
La estática nuevamente volvió a tomar por sorpresa a Nicole, siendo que Chica desapareció de su vista, ocasionando que esta se dejase caer en la silla, soltando de su boca un suspiro.
- No te gusta que te miren, lo entiendo tanto... - sus ojos se iban al techo, aprovechando sus últimos minutos de jornada para reflexionar sobre su vida - Quiero irme a casa... Quiero tumbarme en la cama y que Anby me abrace y proteja de estos estúpidos robots animatronicos... Tengo tanto miedo, pero ya no me quedan lagrimas para llorar...
Durante algunos minutos, el silencio colmó la habitación, hasta que el sonido de unos pasos sacó a Nicole de su trance causando que diese un bote tan grande de la silla, que terminó por caerse de esta.
- ¡Ah! - la linterna se quedó sobre la mesa, vislumbrando por la ventana un pequeño destello de dos pares de ojos, pertenecientes al pollo y su pastelito. - ¡N-no!
Tragando saliva, Nicole se puso de pie lo suficientemente rápido como para llegar a la mesa y presionar el botón de la puerta, no obstante, los nervios fueron traicioneros causando que en lugar de cerrar la derecha, activase la izquierda.
- Guugh... - el sonar de los pasos precedió al ingreso de ese animatronicos tan grande y amarillo en la habitación, encontrándose cara a cara ambas, sintiendo su vida pasar por delante de sus ojos con los pasos del pollo cada vez más cerca.
- A-ah... - echándose para atrás, Nicole se dio cuenta que cavó su propia tumba al haber cerrado la puerta izquierda, no teniendo forma de huir.
Chica comenzó a acercarse cada vez más a ella, estirando su brazo libre con claras intenciones asesinas, cubriendo por inercia Nicole su cabeza con los brazos asustada. Por fortuna para ella, la maquina que generaba la luz azul, cuya bombilla permanecía en rojo, se tornó en verde, apagándose repentinamente la maquina mientras el reloj empezaba a pitar.
6:00 AM
- ¿U-uh...? - al escuchar la alarma, Nicole sacó sus brazos temblorosos de su cabeza, encontrándose con que el animatronico se marchó de la oficina dejándola en paz. - N-no me lo puedo creer...
Nicole Demara no daba crédito en sus ojos el como fue capaz de pasar la noche en tan horrible lugar como lo era Freddy's. Riendo nerviosa, con una sonrisa victoriosa, siendo completamente consciente de que todavía debía de pasar cuatro noches más.
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