A

#Estilo_America.

Abro la puerta y tiro la pequeña maleta en el suelo, la casa está a oscuras, seguro no sabi que volvía hoy por las vacaciones, cierro la puerta de un jalón y me dirijo a mi lugar más añorado de Canadá. El bar.
Sigue con la misma gente apestosa y con la misma gente borracha de siempre, comienzo a observar mi alrededor y no logro encontrarlo.

-  no está aquí- alguien habla a mi espalda por sobre el bullucio de los borrachos viejos, una chica de no más de 1.58  y con cara de aburrida me habla mientras limpia una mesa.

- ¿quien?.

- Sebastián. El se fue hace dos meses,sabria que volverías y me dejo algo para ti- la chica termina de limpiar una mesa y me hace seguirle hasta la barra. Me entrega un sobre blanco y me mira como esperando las gracias o algo. No amiga, no soy así.

Me doy media vuelta y salgo del bar. Sebastián me ha dañado la noche quería destrozar a silvia, llegando borracha a la casa pero no puedo beber cuando Tego un arma mortal entre mis manos. Ni siquiera se si debería abrirla o tirarla y hacer que Sebastián está muerto para mi.
Digo, no es que me importe, no de verdad. Ay joder. Rasgo el sobre y saco un papel doblado perfectamente.

América...

No podía comenzar con algo más cliché.

He estado enamorado de ti desde que te vi por primera vez robando en la tienda de mi tío Clark, estabas desaliñada, con unas botas sucias y un jeans roto, quería acusarte y hacer que te llevarán a la comisaría de menores pero después te vi, otra vez, dos dias depues de asaltar la tienda, cerca a un basurero, con una botella de vino media vacía entre las manos y todo tu rímel corrido. Nunca había visto a alguien llorar tanto y tampoco pensé que con lo ruda que te veias me contarás absolutamente todo. Desde ese momento, me enamoré de ti y no he vuelto a ver a otra chica igual que tu, creia que era algo normal, que sinceramente terminaríamos juntos y después... Te fuiste. Y en todo este tiempo lejos de ti, me he dado cuenta que eres una solitaria, nunca nesecitaria a alguien si así no lo quieres y yo soy todo lo contrario, te nesecitas a ti y quería que así fuera, no me di cuenta hasta las dos semanas después de que te fuiste. Terminé viéndole la casa todos los día a tu hermana, imaginando que cada día que iba, ella me diría que habías vuelto. Se que me perdí por varios día solo nesecitas darme cuenta que solo quería tenerte, más no  que te nesecitaria, fue muy duro pero lo conseguí y así como tú América, me convirteri en un solitario.

Sebastián.

¿solitaria?. Soy una... Solitaria. Podía decir que no pero es cierto, no nesecito a nadie pero... Tal vez si quiera alguien conmigo.

Tiro la carta en un pedazo de hielo que se encuentra el cielo y camino de nuevo hacia la casa. Puto Sebastián. Puta vida. Puto todos! Entro, me quito las botas, el chaleco y subo las escaleras, son embargo una risa y un gemido me detienen justo cuando pasó cerca de la cocina. Me doy cuenta de la chaqueta tirada en el suelo y al volverme de doy de bruces con una Silvia en pleno acto. !Que asco¡...el hombre que está urgando en su cuello, no puedo saber a ciencia cierta quien es pero estoy casi segura de que de trata del sexy  Cooper.

Me trago la risa y planeo dañarles el rato.

- joder! Que buena bienvenida me hiciste hermanita- digo y alzó la cabeza, la cara de Silvia es un poema y su primer instinto es tirar a... Efectivamente,cooper al suelo y luego taparse con vergüenza las tetas-  no ha sido una sorpresa, de verdad, sabía que esto sucedía desde el principio- paso por encima del Cooper rojo y abro el refrigerador,saco una lata de Coca-Cola. Ya Silvia no tiene cerveza y la bebo con una sonrisa increíble. Ninguno de los dos dice nada, es tan frustrante que siento que puedo cortar el aire. Me termino la Coca-Cola con tanta devoción y eructo. Ambos voltean a verme- sigan en lo sullo pero vamos - me volteo a Silvia- esto en serio que es una bomba.

Comienzo mi escapada pero antes de marcharme por completo, miro a Cooper.
- no quiero sobrinos- le lanzó una mirada acusatoria y le señalo a la estantería donde están los saleros- detrás de la pimienta hay unos 4 condones. Odio a los niños- digo y subo corriendo a mi habitación. Cómo es de costumbre me tiro a la cama sin quitarme nada y me cuestión de segundos, duermo bien. Sin Sebastián, sin Silvia, sin Cooper. Pero con muchos niños.

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