Pt. 1 Love words
- Por favor, no digas cosas así...
Las mejillas de JongDae se encontraban extrañamente húmedas y tibias cuando su corazón parecía latir frenético, haciendo un zumbido punzante en sus tímpanos.
- Siempre es lo mismo contigo, nunca quieres aceptar la realidad... - El dueño de la voz se mostraba molesto e incrédulo.
- ¡Para! Por favor, para... - Chen no pudo terminar su frase ya que le hicieron falta las fuerzas. La voz termino una lastimera súplica que murió antes de completarse. Sus labios temblaban sin parar, todo su cuerpo temblaba en realidad.
Apretando los ojos y mandíbula, JongDae pretendía tener el control de su cuerpo, pero como hacerlo cuando su corazón caía a pedazos. Se encontraba parado esperando que todo acabará de una vez, pero cada vez la realidad era más cruel con él.
- Entiende que es mejor para ambos, antes de que comencemos a odiarnos. - Cuando MinSeok dio su razón, JongDae soltó un bufido burlesco en respuesta, fue algo instintivo ante algo que nunca pasaría.
- Te amo, jamás podría odiarte. - Controlando su voz, JongDae dio su respuesta tratando de buscar la mirada de MinSeok, tenía miedo de lo que vería, pero aún así quería comprobar que todo eso no era un terrible pesadilla.
- Yo... ya no sé si te amo... - MinSeok desvió la mirada, estaba cansado de todo eso. De dar razones, tratar de hacer lo mejor, de ser el fuerte. Eran tantas cosas pasando por la cabeza de ambos.
- Perdón. - Fue lo único que pudo responder ante todo lo que ya había escuchado. JongDae sabía que fue el culpable de eso y ya no podía repararlo, pero necesitaba decirlo.
- Ya es tarde.
MinSeok dio la vuelta y tomo su última maleta para salir del departamento que compartía con ahora, su ex pareja.
El último par de años no han sido los mejores. Y como cualquier pareja intentaron sobrellevarlos, pero el trabajo no es solo de uno, ambos deben de poner de su parte.
MinSeok se canso de intentar salvar lo que tanto amó, que se olvidó de si mismo, dedicando todo su ser por el sueño de JongDae, pero al parecer, en ese sueño no estaba contemplado el mayor. Tenía tanto por lo que ver y tener el aviso de enlistamiento ya sobre él tampoco le ayudaba.
JongDae cada vez se metía más y más con su disco como solista, dejando de lado a su pareja. Hasta que sin darse cuenta, ahora se encontraba desapareciendo a través de la puerta.
Le vio marcharse y sus pies no dieron ningún signo de seguirle. Sabía que ese día llegaría pero nunca imaginó que de esa manera, en forma de una carta con una fecha.
Apretó los puños y la hoja que tenía en una mano crujió. Era el oficio de asignación al servicio militar activo, con los datos y fecha de enlistamiento de MinSeok, 7 de mayo.
Sus piernas le jugaron una mala pasada y le hicieron caer en una de las sillas para su suerte. Necesitaba llegar a su habitación, entrar y ver que todo es una terrible broma.
No lo era.
Las cosas de MinSeok no se veían por ningún lado. El armario estaba medio vacío, ningún zapato que fuera ajeno, todo perfectamente acomodado y limpio. Tan MinSeok.
JongDae al fin llego a su colchón, apoyándose en el respaldo de su cama y mirando de frente la puerta por si en algún momento entraba su hermosa ardillita.
No sucedió.
Las horas pasaban una tras otra, en silencio, solo su respirar uniforme y gotas tibias humedeciendo su playera.
En algún momento recordó las palabras de su madre en donde le decían que sí era un buen chico y estaba en silencio, podría tener un premio. La idea absurda de poder tener ese premio a manos de MinSeok le hizo hacerse pequeño en una esquina de la cama sin emitir ningún sonido.
El parpadear significaba hacer brotar las lágrimas, hipido delicados compasaban la espera.
El tiempo pasó y nadie llegó.
La luz de la ventana principal le hizo retirar la vista de la entrada de madera y notar el amanecer que se abría paso entre los últimos rastros del cielo nocturno.
<<¿A caso no es hermoso, Dae?>>
Lo es. Realmente lo era. Arrepentirse fue el primer pensamiento del día, pero ya era tarde.
La vibración de su móvil le hizo tener un nuevo objetivo de interés, notando el nombre de su productor en la pantalla. Solo lo miro hasta que terminaron la llamada, pero se repitió el acto tres veces más.
¿Hace cuánto que seguía en la misma posición? Soltó sus piernas para luego bajarlas de la cama. Miraba por la ventana, ahora el cielo mostraba un despejado ceruleo, al ser finales de febrero, pronto llegaría la primavera.
Un nuevo zumbido le sacó de sus pensamientos, el nombre que conocía tan bien apareció y no dudo en responder en esa ocasión, tenía una idea, por idiota que sea, la tomaría.
- ¿Estás seguro de hacerlo? Ya llevamos meses trabajando en el proyecto y solo falta un par para la fecha debut. - La voz al otro lado de la línea no estaba muy segura.
- Estoy seguro, quiero... No, necesito hacerlo. - Los ojos y garganta de JongDae quemaban, pero traía la cabeza clara de lo que haría.
- Pero... - Una vez más, el sujeto al otro lado le quiso hacer entrar en razón, lo que pedía podría compararse a tirar más de un año de trabajo por la borda.
- Es lo único que pido. - Chen dijo seguro, estaba preparado para hacerlo.
- Ains... - No tuvo opción y aceptó, sabía que podría ser una mala idea, pero confiaría en él.
×××××
MinSeok entro al departamento que legítimamente era suyo. Aún recuerda la emoción que sintió al comprar el lugar, pero esos días le saben lejanos.
Recorrió los pasillos y cuartos. Ese lugar lo había diseñado a su medida, había elegido los muebles y los espacios para cada decoración, pero se sentía tan extraño.
Sí, el había comprado ese departamento, pero se sentía tan ajeno dentro de él.
Se sentó en el mueble chocolate de la recepción, un enorme y suave sofá. Lo eligió especialmente porque sabía que a él le gustaría, eran su tipo.
JongDae.
El nombre se colaba entre sus labios buscando llamarlo, pero se negaba a hacerlo, subiendo los pies y abrazando las rodillas, enterrando su cara entre sus piernas. Las lágrimas no se hicieron esperar, recorriendo sus mejillas hasta caer por su barbilla.
Lo sentía terriblemente incorrecto, pero inmensamente necesario. Necesitaba pensar en su partida al servicio activo, tenía temor de ir, pero daría lo mejor de sí mismo, era lo que hacia un hombre sirviendo a su país.
Salió del mueble e intento distraerse lo limpiando, pero la encargada del lugar no le dejo mucho por hacer. Reacomodó algunos discos y pinturas, cambio las colchas de su cama y limpió la cocina. Egoístamente impecable.
El agua recorría su espalda desnuda sin ningún impedimento, el limpiar su cuerpo también le parecía algo agotador.
Se tiro en su cama boca abajo, esperando morir por asfixia, pero la idea le hizo reír amargamente y se giro para dar la vista al techo. Tan vacío.
Podía escuchar al reloj dar cada segundo, haciendo que los sonidos se expandieron por toda la habitación, resonando una y otra vez.
Minseok extendió las manos encima del colchón haciendo que la tela acariciara su piel. La seda fue una gran elección, fluía deliciosamente por sobre sus movimientos, se sentía fresca y liviana. En ese momento fue cuando se dio cuenta que la cama era demasiado grande para una persona, para él.
Las lágrimas comenzaron a nacer de nuevo hasta morir en los tejidos. Una par de ojos que de apretaban tratando de contenerlas pero que es imposible una vez que empiezan.
Unos ligeros quejidos ahogados comenzaron a subir por la garganta, volviendose una maraña de sentimientos que desgarran todo a su alrededor.
MinSeok lleva sus manos hasta la cara y al fin se permite desahogar todo lo que reprimió desde el momento que le mostró la espalda a JongDae.
Grita, araña y patalea tratando de hacer que aquel sentimiento de fuera muy lejos y le permitiera respirar correctamente, pero es imposible cuando el sentimiento le cubre lentamente cada uno de sus sentidos, cada centímetro del cuarto y cada uno de sus pensamientos. Es imposible cuando el sentimiento le zumba los oídos, martillea su corazón y desgarra su garganta.
El sentimiento al que siempre le tuvo miedo tantas veces.
Soledad.
×××××
JongDae hace lo mejor posible para estar presentable frente a su equipo de producción. Era una idea temeraria y podría resultar en un caos, pero lo intentaría.
Fueron varias horas de discusión pero lo logro, haciendo que podría tener una posibilidad.
MinSeok no entraba ni a redes sociales. Rehuía de todos y todo con tal de no escuchar la más mínima cosa que le pueda recordar a JongDae, porque sabía que se volvería a encerrar en su habitación a gritar por él. Lo amaba pero ya estaba hecho.
Junmyeon fue un gran apoyo y al único que acepto a su lado. Él era el único contacto con el mundo exterior pero no le comentaba nada de su innombrable y se lo agradecía. No le recriminaba ni aconsejaba, simplemente se mantenía a su lado.
El final de Febrero había llegado como un suspiro en forma de deseos porque el tiempo se acabe.
Junmyeon estaba con él en ese día 28 porque tenía una misión, así terminará por ser odiado por su mayor, lo haría debido a que ambos lo necesitaban.
Faltaba poco y veía la televisión en la sala solo, debido a que MinSeok le había dicho que iría a dormir, pero podía escuchar los sollozos a través de la paredes. Su corazón se oprimía por su hyung, pero sería fuerte para él.
El volumen está bajo pero lo suficientemente alto para llegar hasta el cuarto de MinSeok. Pronto apareció en la pantalla el nuevo sencillo debut para un solita que todo el mundo estuvo esperando.
La figura reconocible fue cada vez siendo más claro por las cámaras, el escenario daba una sensación rústica y suave, dando paso a las notas en piano que comenzaron a reproducirse para que segundos después, JongDae en pantalla comenzará con la canción.
Hablemos de todas esas cosas
Que no pudimos decir
Cuando la brisa sople
Suavemente a nuestro alrededor
Sentémonos cara a cara
Y hablemos de nuestra ruptura
El llanto se detuvo para dar paso a la incredulidad, MinSeok no podría estarlo escuchando, no ahora que su corazón continuaba cayendo a pedazos, aún no podía hacerle frente.
Aún no estaba listo, negándose a escuchar llevando sus manos a los oídos impidiéndole escuchar, pero no sé detenían.
En cada melodía se podía saborear los sentimientos de JongDae, quemándose en su memoria, envolviendo y sofocando a su paso.
Necesitaba huir, dejar de respirar, dejar de existir.
Cuando el invierno pase
y las flores florezcan
Dijimos que estaríamos bien
Pero no importa cuanto me esfuerce,
No puedo ignorar
Tus sentimientos apagarse
<<
-¿Puedes creer que ya pronto cumpliremos otro año de estar juntos?
-Deberías estar orgulloso de soportarme un año más.
-Y te soportaría otro año, cinco, diez, una vida porque te amo...
>>
<<
—Te apoyaré en cada una de tus decisiones y sé que este disco es una gran oportunidad, así que acepta ser solista.
—Tú serías mejor para esto...
—¿Es en serio? ¿Acaso el chico que canta como un ángel duda de su habilidad?
—¿Haz escuchado cantar a un ángel?
—Amm, no, pero estoy seguro que ese podrías ser tú, así que aceptarás la oportunidad de ser solista y le demostrarás al mundo entero de lo que eres capaz, ¿entendido?
>>
Sí pudiera volver el tiempo
A cuando nos conocimos
No te quedes de pie
Bajo la luz de la farola
No sonrías
Y no te eches el pelo hacia atrás de ese modo
Para que yo pueda seguir de largo
<<
—Mucho gusto, soy JongDae, ¡perdón! Chen, soy Chen... Ush...
—Soy MinSeok, Xiumin. Mucho gusto.
—El gusto es mío, estoy bajo su cuidado, hyung.
>>
Las memorias retumbaban fuertemente. Aquel primer día, primer contacto, primera sonrisa, todo estaba tan reciente y dolía inmensamente, llegando a atrapar la piel del pecho para tratar de calmar el dolor.
Todo era tan hermoso, fue tan único y lo arruinaron, se dejó arruinar. Desistió cuando debió ser fuerte, pero MinSeok ya no tenía vuelta de hoja.
Cuando abril se desvanezca
Alejémonos
Basta...
Como si no pasara nada
Para que nuestro último adiós
Sea hermoso
Detente...
Solo sonríe un poco más hasta entonces
No puedo...
Sonríe
Los pies de MinSeok se movieron por voluntad propia sacándolo de la cama.
Los primeros pasos carecían de fuerza y le llevaron a tener que usar el colchón como apoyo, inhalar se volvía pesado e incómodo, le oprimía el pecho.
Dos, tres pasos y llegaría a la puerta del cuarto. Los pensamientos le abruman, ¿qué es es lo que estaba haciendo? Se suponía que se alejaría de él, no que cedería a la mínima señal de su presencia.
Aunque yo te consuele
Y pregunte por qué has cambiado
Aléjate
Para que conozcas a alguien
Que sea mejor que yo
Espero que puedas sonreír con él
¿Acaso estaba bien continuar? Jamás encontraría a alguien igual que él, estaba seguro que fue el primer y único amor que tendría, no podría tener derecho a otro, sobre todo cuando sabía que lo había arruinado.
¿Cómo podría encontrar a alguien más cuándo le seguía amando con cada fibra de su ser? Imaginarlo le era imposible, una abominación.
MinSeok sabía que nadie podría ocupar ni llenar el espacio dedicado a una sola persona. Él le hizo la promesa de amarlo toda la vida y aunque no estuviera a su lado, sabía que sería de esa forma. Jamás podría amar a alguien más, nadie sería él.
Mientras te alejas
Te desvaneces
Dado que nos amábamos
Digamos
Nuestro último adiós
Ruego que antes de que acabe este tiempo
Puedas encontrar la felicidad
No olvidemos nuestro amor
Tú y yo
Nosotros
Juntos
Los pasos no llegaron más allá del marco de la puerta. La fuerza se acabó junto con la melodía y las rodillas de MinSeok resonaron con las frías losas.
El frío se colaba a través de la tela de su pantalón, así como su corazón.
Nuevamente ríos tibios cruzaron sus mejillas y solo pudo sonreír de tristeza porque ya lo sabía.
Todo lo que JongDae dijo en la canción ya lo sabía.
Todo era jodidamente verdad.
×××
MinSeok estaba con sus demás miembros de grupo, se estaban despidiendo de él pero JongDae aún no aparecía.
Ya habían hablado por teléfono después de que los ánimos se habían calmado un poco.
Extrañamente hablar de esa forma les volvía más sinceros, pero de frente aún no estaba preparados.
Esa sería la última oportunidad de verse y aunque MinSeok lo negara, quería verlo.
Saber que podría volverse un tal vez y no un final.
Hasta el último momento en dónde iban a tomar la foto de despedida, JongDae llegó mostrando su singular sonrisa, no se dijeron nada, pero las miradas lo decían todo. La sonrisa le fue devuelta y fue a ocupar su lugar en la foto.
Ninguno lloraba, estaban felices, él así lo había querido y es como aquel día, JongDae se lo había pedido.
Nunca mintió y cuando abril terminó, ellos se separaron.
.
Sonríe
.
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