♪Three♪
«♪»
No sé porqué me sentía tan incómodo. Podría jurar que cada díez segundos me revolvía en mi lugar y una que otra vez reía porque todos estaban haciéndolo, no porque realmente estuviera divirtiéndome.
Y cómo no hacerlo, si ese tal YoonGi desviaba su mirada cinco segundos para beber de su cerveza y los cinco segundos después de eso, los utilizaba para posicionar sus profundos ojos en mí.
Al principio me pregunté si tenía alguna anomalía en el rostro o el resto de mi cuerpo, dudé un poco ante la idea y después de escaparme un rato al baño para comprobar la teoría, al verme al espejo y encontrar al insípido Park Jimin de siempre, sólo me quedó volver a la mesa. Con el corazón en la garganta me dije a mí mismo que debía dejar pasar la apuñaladora mirada del chico y prestar la menos atención posible a sus ojos inquisidores. Casi como si realmente no me estuviera perforando el cuerpo entero como dagas.
— ¿No han logrado tomar el caso, NamJoon?— Pregunta el castaño SeokJin, bebiendo de su cerveza— Ese loco no puede andar suelto por ahí.
Inmediatamente las miradas estan pocisionadas en mi mejor amigo y de vez en cuando, cuando NamJoon no sabe que responder, me observan fijamente como esperando a que yo responda la cuestión.
Sentí como el aire se me escapaba de los pulmones y se atascaba en mi garganta, no era el mejor tema del que pudieramos hablar en una noche como esta. Me repetí todo el camino de mi departamento hasta aquí, que si accedí a venir, era simplemente para olvidarme un poco del desastre de mi vida antes y después de la discoteca. Poco me duró el gusto, porque ahora lo único que deseaba hacer era golpear el rostro del más grande.
— No tenemos permitido investigar un crímen de homicidio en serie si sólo se ha presentado una vez en la ciudad— Aclaró— Tendríamos que esperar un incidente igual para que el caso ahora nos pertenezca a nosotros.
Sin querer me encuentro clavando mi mirada en equel peliazul. Para mi suerte y mi propia consternación ya no está mirándome, en cambio, su mirada se encuentra perdida en las burbujas de su cervaza y una arrogante sonrisa se dibuja en sus labios.
Nunca antes había visto algo igual, tan sólo pasaron un par de segundos y cuando sus oscuros ojos encontraron los míos, se me heló la piel.
Podía ver algo más que un par de simples pupilas pardas influenciadas por el consumo del alcohol, juraba había algo más. Era como aquel niño de la escuela primaria que negaba rotundamente haber alado las coletas de alguna niña, incluso cuando era culpable. Era como la burla ajena, como si el sufrimiento ajeno fuera cálido para sus ojos.
En mis propios adentros me pregunté porque sentía ese sabor tan amargo en mi boca y ni siquiera le di oportunidad a la idea de hacer responsable a la cerveza de que pasara por mi cabeza. Descarté toda coherencia, e insistí que había algo extraño en aquel chico.
— ¿No es eso algo estúpido?— Habló por fin Min YoonGi— Queda claro que por cosas como estas la situación en la ciudad será un caos— Se burló— ¿Por qué esperar a encontrar a una victima más si pueden evitarlo ahora?
— No estamos hablando de que realmente no se haya llevado acabo una investigación— Escupí, las palabras me rasgaron la garganta ante la brusquedad con la que logré externarlas— El caso fue llevado al departamento de homicidios, nosotros nos encargamos de homicidios en serie, así que no podemos meter las manos en ello aún— Enfrenté sus ojos, incluso intente sonreír a medias tal y como él lo hacia. No entendía porqué sentía la repentina necesidad de desafiarlo— Por supuesto, no es como si realmente hayamos dejado el caso en el olvido. Te aseguro que soy el primero en querer estrangular al hijo de puta que me arrebató a mi hermana.
Llevo el vaso de cerveza a mi boca y dejo que el líquido pasé por mi garganta hasta que el gas me queme. Termino la bebida y dejo caer el vaso en la mesa con brusquedad. Comenzaba a molestarme y eso sólo estaba empeorando la situación actual en lugar de mejorarla un poco.
Poco a poco el lugar comenzaba a llenarse, la pista estaba repleta de chicos y chicas moviéndose al compás de la música del DJ, mientras tanto, después de un par de minutos en silencio en los que intente controlar mi pulso cardíaco que parecía nunca bajar su ritmo, me dije a mí mismo que ya no quería estar más tiempo en este lugar.
— Creo que debería irme— Dije mientras tomaba mi chaqueta y la ponía sobre mi cuerpo. Observé a NamJoon— ¿Creés que puedas llevarme?
No lo vi muy convencido, pero aquel idiota era quien me había arrastrado hasta este lugar, lo menos que podría hacer sería no negarse a llevarme a casa. De ser lo contrario estaba seguro que explotaría.
— ¿Justo ahora? Vamos, Jiminnie— Me miró como si fuese a implorar— Esto está por llegar a su mero clímax.
— Tú puedes volver si quieres, sólo estoy pidiéndote que me lleves a mi maldito departamento y después puedes hacer lo que se te venga en gana.
NamJoon estuvo a punto de responder, pero la intervención de YoonGi lo dejó con las palabras en la boca y una mirada de sorpresa nos atrapó a ambos.
— En realidad yo también debo irme. Vengo sólo y conduciré de regreso, más vale ser un conductor designado— Pareciera como si intentara ablandar un poco el ambiente. Justo después de eso, me miró— Si te parece bien, puedo llevarte a casa.
Lo pienso dos veces antes de aceptar. Su presencia en el lugar no había provocado en mí más que una gran incomodidad. Vacilé entre mis opciones, negarme rotundamente y soportar una par de horas este lugar o simplemente aceptar y hundirme en la comodidad de mi hogar, ahogando el mal rato en un sueño profundo que desearía con fuerzas fuese eterno.
— De acuerdo.
Me despedí de todos, intenté dejar pasar los tragos amargos y me permití disfrutar un poco la despedida. Dejé a mi compañero de trabajo al final y cuando me acerqué a él, sólo pude susurrar "Esto te costará más que una semana de desayuno", justo después palme su espalda y dejé que la multitud de gente y YoonGi, me llevaran hasta la salida del lugar.
El aire fresco me golpeó bruscamente en el rostro y pecho, si antes creía que tres insignificantes cervezas no me habían provocado ni un mínimo mareo, justo ahora pareciera como si el frío se estuviese burlando de mí a carcajadas mientras me gritaba "¡Miren ese idiota!", porque repentinamente me sentí un poco mareado.
Seguí a YoonGi a sus espaldas, luché por controlar mi posición desbido al alcohol, aunque sabía que recién el mismo se me estaba subiendo a la cabeza, no me haría perder la consciencia ni decir incoherencias.
Mi desconcierto llegó cuando me di cuenta que no estacionó el automóvil en el aparcamiento del lugar, simplemente lo puso una cuadras más adelante.
— Si pagas por entrar al lugar, automáticamente eres libre de dejar tu auto adentro.
YoonGi se encogió de hombros.
— ¿Sabes cuántos idiotas hay allí dentro? Dichos idiotas pueden orinar, vomitar, golpear e incluso destruir tu auto. No soy alguien que le interese tener problemas, chico. Mucho menos con algo tan preciado como mi automóvil.
Solté una carcajada cuando estuvimos frente al auto negro. Sonaba razonable su respuesta, aunque si me dedicara a la seguridad vial en lugar de la investigación de homicidios en serie, probablemente ya lo hubiera infraccionado por estacionarse en un lugar prohibido.
Cuando entro al auto, siento que ahí adentro, incluso ante la calefacción, mi cuerpo se siente más helado. Observo su rostro de perfil cuando él empieza a manejar después de darle mi dirección, se ve tan relajado en comparación con los nervios que están carcomiendome la cabeza ahora mismo, que me pregunto porqué razón estoy tan incómodo.
— ¿Cómo conociste a Jin?
Imaginé por mi propia cuenta que quedarme callado no sería la mejor opción para hacer un poco menos tenso el viaje, así que escupí lo primero que se me vino a la cabeza.
— Oh, eso... — Murmura como si no tuviera importancia— Fui a hacer mi primera audición en el teatro donde él canta— Explicó y desvió su mirada por un segundo— Viaje desde Daegu hasta Seúl. Si me aceptan, me quedaré aquí, así que se ofreció a darme un recorrido por la ciudad— Una pequeña carcajada interrumpe su diálogo— Creo que tienemos conceptos muy diferentes sobre los recorridos.
No puedo evitar reír junto a él, aunque aún me siento extraño, puedo asegurar que es menos que antes.
— En realidad creo que fuiste el gancho, más que nada— Digo entre risas— Jin y NamJoon se gustan entre sí, pero ninguno de los dos tiene las agallas de dar el primer paso.
— ¿De verdad? Diablos, me siento utilizado.
Se tocó el pecho con una de las manos y su rostro fue pura lástima fingida.
— NamJoon estaba celoso y me llevó para alejarte, Jin te llevó para obligar a Joonnie a ir— Explico— Ambos tomamos el mismo papel.
YoonGi sólo asiente y finalmente detiene el auto frente al edificio donde vivo. Salgo del auto y cuando ciera la puerta, baja la ventana para despedirse.
— Gracias por el aventón.
— Cuando quieras, Jimin. Siempre estoy libre.
Pero ni siquiera tuve oportunidad de decir algo más, porque rápidamente arrancó el auto, dejándome ahí con un desconcierto sepulcral...
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Si aún siguen aquí... Espero que lo disfruten.
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