Niños perdidos
╭ - - - - - - - • ═ ❖ ═ • - - - - - - - ╮
Perdidos en una tierra desconocida
A pesar de sus años, ella aun disfrutaba esos instantes donde furtivamente quería correr en lugar de caminar, bailotear por ahí, lanzar y atrapar una y otra vez algún objeto como si de malabares se trataran o reírse por nada, en otros casos disfrutaba rememorar aquellos días donde podía hacer todo eso y mas sin ser juzgada.
Era un adulta si, pero ¿eso quería decir que tendría que vivir bajo un mundo de monotonía? ¿Qué perdería la capacidad de ver los colores del mundo?
No soltar esas manías era su medio de entretenimiento al fin de cuentas su naturaleza era esa; su actuar para muchos era muestra de su excentricidad, podía importarle poco o nada lo que pensaran no era algo que quisiera negar ¿por qué impedirse disfrutar sus días?
Ahora se encontraba contemplando desde lo alto de un balcón la preciosa vista, llevaba puesto un hermoso sombrero azul que optó por quitarse votándolo en alguna parte al sentir que repentinamente el viento se avecinaba.
Observaba como las hojas flotaban como si estuvieran danzando.
—Que suertudas... –decía casi con envidia.
Quería ser como aquellas hojas que volaban libremente, balanceándose igual que en un vals de un lado a otro y sin ninguna atadura. Antes de que protestara sintió la brisa de la tarde moviendo su cabello en una caricia como si respondiera sus palabras.
—Comprendo, no te olvidas de mi gracias... –el dulce céfiro, le daba la bienvenida haciendo ondear su cabellera, parecía alentarla avivando la llama de su entusiasmo – Veo que traes contigo el aroma de las flores.
Los arboles de cerezo estaban en su apogeo el viento mecía las flores esparciendo su olor. La mujer se sentía complacida por el recibimiento.
—Hola de nuevo Japón.
Mirando el cielo tomó una pausa.
—Después de tanto tiempo regreso aquí.
(...)
"Tiempo atrás"
—Yo __, estoy en la misión de explorar tierras desconocidas y misteriosas.
La pequeña __, se encontraba acompañando a su familia en un viaje a Japón hace poco su padre por razones de trabajo le había surgido la oportunidad de laborar por un tiempo en el país del sol naciente.
Al ser una familia pequeña el traslado no era complicado pues solo se trataban de sus padres y ella, por ello decidieron que todos irían.
Desde hace unos días habían arribado, __ le emocionaba estar en un lugar diferente, desde que el viaje inicio estaba entusiasmada por todo, por supuesto que lo que mas quería era explorar, pero tal vez creerse exploradora había ido demasiado lejos aquel día.
—Me he alejado del grupo, parece que este lugar no es habitado... no veo a nadie tengo que volver... –al observar su rededor no pudo divisar ni un solo rastro de su padre.
Hasta cierto punto había pedido permiso para salir a jugar, claro era solo cerca de su hogar y en esos momentos cerca donde pudieran verla era lo ultimo donde estaba. Trato de recordar el camino que había tomado, sin embargo falló en su intento.
—Tal vez me aleje demasiado... no se a donde ir... –unas lagrimas amenazaban con salir.
El pánico la invadía ella solo quería ser una exploradora. Tenía miedo, solo pudo agacharse para hacerse bolita con el objetivo de protegerse y darse un consuelo antes de que el sentimiento de aprensión terminara por esparcirse.
Desde la distancia un niño de ojos oscuros como la noche se percato de aquella niña que en su rostro reflejaba total pavor.
Ese día el joven maestro del clan Yamazaki había decidido escabullirse, se sentía tan encerrado y vigilado que para liberarse de ese sofocante ambiente decidió lo que en sus palabras era un "descanso" unas "vacaciones" lo que mas anhelada un respiro de todo, no obstante no tomó en cuenta que era desconocedor de lo que había fuera de sus aposentos, por lo que al poco tiempo se perdió.
—Tal vez salí demasiado lejos.
Shingen no estaba del todo seguro de donde se encontraba, no podía decir que estaba totalmente perdido, pero si bastante desorientado. Confiaba en si mismo de que encontraría el camino pues tenía una vaga idea de como volver.
Mientras observaba en todas direcciones se percató de la presencia de una niña hecha un ovillo, gracias a su vista pudo ver con detenimiento el temor en su mirada, no vio a nadie cerca de ella y en voz alta pensó.
—Seguramente es porque esta sola.
Pronto diviso algunas personas a la distancia, pero en su opinión no lucían como buenos samaritanos, la situación lo alerto al devolver la mirada hacia los ojos vidriosos de la pequeña que débilmente trataba de hablar.
—Tengo miedo.
Sentía como sus lagrimas se habían acumulado estando a punto de deslizarse por sus mejillas; cuando de pronto aquel niño la tomó del hombro agachándose para quedar a su altura.
—Ven, no es bueno que estés aquí –sutilmente la movía y suavizando su voz trataba de convencerla–. Calma ven confía en mi.
—Tengo miedo –repetía.
En silencio analizo la situación.
—Lo se, entiendo, pero este no es un buen lugar.
Las personas ya estaban a una distancia corta, no es que le representaran un problema a él, pero no podía decir lo mismo en el caso de ella, tal vez se asustaría mas, tratarían de hacerle algo o solo tal vez eran personas que se veían mal encaradas, pero que pasarían de largo.
La miro de nuevo, no quería arriesgarse.
—Te gustan los juegos mira ahí hay un parque vamos, es mejor ¿no crees?
La pequeña __, lo miraba tímida y dudosa, pero al fin se atrevía a verlo directamente, Shingen al notarlo sonrió para ella. Ganando así su confianza.
Su amigable sonrisa en ese momento era reconfortante para ella, definitivamente representaba una especie de consuelo y a pesar de nunca haber visto ojos como los de él esa cálida mirada no le inspiraba ningún temor.
Finalmente se levanto junto a él para seguirlo sujetando su mano en el proceso, tomándolo por sorpresa. Shingen no esperaba que lo tomara de esa forma aun así termino por dejarla e imitar su acción entrelazando sus manos.
Juntos caminaron hasta detenerse cerca de una resbaladilla que se encontraba a la sombra de los arboles.
El lugar estaba bastante desierto solo con la presencia de aquellos dos niños y la escasa gente que cruzaba en aquel parque.
La niña miraba temerosa su alrededor, con su mano libre se cubría tratando de resguardarse, clara señal de que aun tenía miedo, Shingen para no asustarla se coloco de frente para llamar su atención y como antes tratar de calmarla.
—¿Mejor? –preguntó Shingen.
—si –respondió débil y tímidamente.
—Bien, tranquila aquí estamos seguros no pasa nada.
—¿Si? –preguntaba con duda.
—Por supuesto te lo prometo, yo no soy malo puedes confiar en mi.
Lo miraba detenidamente analizando sus palabras.
—Los parques como este son para niños aquí nada mas deben de estar los niños y supongo que alguien que los cuide así que no pasa nada, ¿por que como es para niños lo demás cuidan no? –nervioso por su mirada trataba torpemente explicar que estaban en un lugar seguro, pero ella lucía confusa–. no es que lo este inventando, es que...
Él era gracioso.
Una sonrisa apareció en ella borrando ya aquel temor.
—Te creo.
—¿En serio?
Asentía en respuesta.
—Bien gracias, perdón si no me entendiste –decía avergonzado rascando su mejilla.
—Repites mucho... Hablas chistoso.
Apenado Shingen solo pudo soltar una risa.
Lo cierto es que a él no le interesaban mucho los demás no había razón para ello, pero ahora estaba él ahí consolando y cuidando a una niña.
Una vez calmada explico lo que había pasado Shingen escuchaba atento su historia percatándose que estaban en el mismo barco. Era bueno encontrar a alguien en la misma situación.
—¿Cómo te llamas?
—___
A la pequeña __ le resultaba intrigante el color de ojos del niño que estaba frente a ella, definitivamente había descubierto algo nuevo estaba segura que era un descubrimiento sin igual, necesitaba anotarlo cuando regresara a casa.
—¿Y el tuyo? –pregunto ella.
Dudo unos instantes, de su boca sólo escapo en un susurro lo que parecía su nombre, pero fue tan bajo e imperceptible que ella no lo pudo apreciar. Su nombre había quedado atapado.
—Shintaro –contesto dudoso de su propio nombre.
El pequeño Shingen decidió en un ultimo momento mentir sobre su identidad, pues no quería que ella se alejara de él y el primer nombre que llegó a su mente fue el de su hermano aunque de todas formas ella no parecía ser de Japón e ignoraba la fama de la familia Yamazaki.
La pequeña volvió a tomar la palabra contando los motivos de su travesía a su estilo.
—¿Entonces están de viaje? –preguntaba él.
—Si algo así... me dijiste que te llamas Shintaro ¿verdad? espero que nos llevemos bien.
—Seguro que si –contestaba con una sonrisa.
—Cuales son las palabras cuando conoces a alguien ¡ya recordé! dicen はじめまして どうぞよろしくお願いします。que es "Por favor cuida de mi"? –observando al joven que asentía en respuesta–. Entonces Shintaro, por favor cuida de mi.
Ambos niños se sonreían, dando comienzo a su historia.
—Oh Shintaro, ¿tú porque estas solo? estabas con tu familia? ¿acaso viniste tú solito a jugar?
—¿Eh yo? bueno la verdad es que...
Él termino contando parte de su historia.
—¡Tú también estas perdido!
—No... solo no estoy seguro de... de... del ¡lugar! solo estoy desorientado.
—Eso es estar perdido.
—Te digo que no.
—No te hagas el fuerte tranquilo.
Ahora era su turno de consolarlo aunque él no lo necesitara, pero no era algo de lo que ella se percatara, en su opinión él quería hacerse el valiente.
—Voy ayudarte somos un equipo seremos los niños perdidos.
Anonadado Shingen apenas podía seguir el hilo y procesar todo lo que le decía.
—Podemos ayudarnos tú me ayudaste ¿no? y hace rato dijiste que cuidarías de mi así que yo también tengo que cuidarte, es lo normal.
—¿Por qué?
—Te digo que los dos estamos igual –acercándose rio –. y ahora somos amigos.
—¿Oye qué estas haciendo?
—Te quiero dar palmaditas –explico con simpleza.
—¿Qué?
—Puedes hacer sentir mejor a alguien, tus padres o alguien lo han hecho ¿no?
—No –respondió–. ¿por qué lo harían?
—Ya te lo dije hace sentir bien a la gente, los consuelas, los animas o solo para dar amor
—¿Si?
—Si y se siente muy bonito, ahora déjame mostrarte.
—¿Qué? espera por que debería deja... –no tuvo oportunidad de terminar.
Lo había jalado hacia ella abrazándolo, dándole palmaditas en la espalda al mismo tiempo que continuaba con su explicación se separo un poco de él.
—¿Por qué actúas raro?
Para él era ella la que actuaba raro.
—Parece que hablabas en serio cuando dijiste que no, recuerda esto es como una medicina todos deben pasar por algo así y mas los niños –dando efusivamente mas palmaditas reconfortantes.
Él estaba totalmente ido, pero no la alejo solo se quedo ahí estático aceptando los golpecitos de la pequeña.
—¿Mejor, verdad que si?
—Yo.. si... ¿eso creo? –contestaba aún desconcertado, mientras ella sonreía en respuesta.
La niña lo miraba con curiosidad ¿por qué lo miraba de esa forma? la razón es que de nuevo caía intrigada por aquel "niño de ojitos negros".
—¿Ahora qué?
Guardo silencio esperando alguna respuesta.
—Bueno desde hace rato había algo que quería decirte y ahora que te veo así de cerquita estoy segura.
—¿Qué es?
Se acerco un poco a él como si fuera a confesar un secreto.
—Tus ojitos son bonitos...
Esas palabras le cayeron por sorpresa a Shingen. Nunca nadie le había dicho eso, existían comentarios idolatrando su don, pero ninguno sobre su apariencia.
Ninguno tan inocente.
Su boca entre abierta por la sorpresa pronto se curvo en una sonrisa.
Ella lo hacia sentirse cómodo, ella lo hacía sonreír.
Esa fue la primera y única vez que lo escucharía. Nadie mas aparte de ella lo volvería a decir.
Algunos minutos pasaron y los niños continuaban bromeando y platicando. De pronto __, comenzó a cantar.
—En un bosque de la China me perdí yo.
—Es Japón –corregía él.
—Como tu andabas perdido.
—No estoy perdido –replicaba.
—Nos encontramos los dos...
Shingen solo se echaba a reír escuchándola cantar.
Hola querido reader espero vaya siendo de tu agrado la historia, tengo noticias no sea si son buenas o malas y es que la historia va a tener mas de 3 partes tal vez 4 o 5 capítulos el tiempo lo dirá.
El libro esta basado en un capitulo que ya subí en otro libro de mi perfil que es en general de Lookism el cap aparece como "Yamazaki".
En cuanto a la protagonista como es character x reader pondré como aquí una rayita para indicar que iría su nombre, tal vez le ponga apellidos no quiero que tenga una nacionalidad exacta pero en definitiva no es japonesa porque la idea es que es foránea.
Hasta aquí mi reporte nos vemos pronto y una disculpa por la tardanza.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top