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Dicen que los niños y las niñas crecen en madurez a diferentes ritmos, que las niñas son un poco más despiertas en jugar y soñar despiertas sobre enamorarse "del príncipe azúl", aquel que está en sus sueños... los niños en cambio prefieren jugar con sus amigos y no les importa nada que tenga que ver con los sentimientos y el enamorarse de niñas.
Creo que así era yo, pues no me consideraba una niña del todo, digamos femenina.
Por qué desde pequeña me gustaba jugar Beyblade, un juego que aunque lo podían jugar niñas, eran los niños los que más participaban en ello, y cuando me regalaron mi primer Beyblade empecé a hacer amigos para practicar y divertirme con un juego sano. Creo que las muñecas y juegos de té quedaron de lado al encontrar de está manera algo divertido que me gustaba hacer...
Así conocí a Ranjiro... un niño de mi edad que tenía un exhuberante cabello rubio con el que hice amistad... era agradable y también jugaba Beyblade.
— Este Rokavor fue regalo de mi hermano mayor.— Me explicó.— el me enseño todo lo que se.
Sonreí, se notaba desde lejos cuan orgulloso estaba de su hermano mayor. Y si que lo estaba, llegué a verlo un par de veces junto a él, Rantaro era amable como lo era Ranjiro, incluso me dio una paleta, sabrá uno de dónde las sacaban, si, ambos, Ranjiro también era fan de esos caramelos. No conviví más que un par de veces con el mayor, porque supe que se fue a España para ser del club BC Sol, uno de los clubes de Beyblade más importantes a nivel internacional.
Quién iba a decir que, gracias a Ranjiro, unos años después, iba a conocer a alguien que me llamaría tanto la atención, pero todavía era una niña, aún no estaba pensando en esas cosas del romance y las hormonas por decir asi. Lo único que me interesaba era claro, estar divirtiéndome con amigos jugando Beyblade.
Se que no era buena, y que me falta todavía mucho por aprender pero, para eso son los amigos, ellos te apoyan en todo y eso mismo hacia yo sin dudar... La pandilla salvaje bey se volvió algo así como una familia para mí. Y si, aunque yo no delataba demasiadas emociones y mi voz dejaba ver desinterés, la pandilla sabía que yo no les fallaría nunca. Después de todo, los amigos están en las buenas y en las malas ¿o no es así?
Aún creciendo al paso de esos años de infancia a adolescencia comenzaban a verse pequeños cambios en nosotros, bueno yo los sentía de ese modo... pero era normal al crecer.
Ranjiro había comenzado a destacar en cada encuentro que tenía, eso me alegraba por que aunque estaba ocupado en ello todavía tenía tiempo para la amistad... y no estuvimos tan separados si se podría decir así, ya que en el crucero en el que él participó, estuvimos de polizontes Tobisuke y yo, pero había salido sin ningún problema ello, era una oportunidad también de cierto modo de aprender de otros tipos de Bladers así como sus maneras de ser, al final de todo, Aiger quién comenzó como un fuerte y arrogante rival, se había vuelto muy cercano a Ranjiro, demasiado cercano pues dejo de ser un rival para convertirse en uno de sus mejores amigos. En alguien en quien Ranjiro podría confiar hasta con los ojos cerrados.
Creo que podría decir que el mejor amigo que podía pedir Ranjiro.
Y claro, para ese entonces también lo había conocido a él.
O algo así.
No era como si nos hubiésemos visto antes, lo conocía sin conocer realmente por que era una figura en el Beyblade... podría decir que admiraba esa parte de él, de como siendo aún niño había comenzado a subir peldaño a peldaño con sus altas y bajas hasta conseguir ser el mejor, al menos eso también lo era para mí.
Mi admiración era algo normal, como cualquier persona que admira a una celebridad como un músico, un artista, cosas así.
Hasta que un día lo conocí más de cerca...
Al final del torneo donde Aiger se hizo el campeón mundial, yo había salido de las gradas buscando por los pasillos a Ranjiro y los demás o la salida. Lo que encontrara primero.
— ¿Dónde está...?.— Murmuré viendo hacia ambos lados.
— ¿Estás perdida?
— ¿Que?.— Había volteado al escuchar una voz.
Era Valt Aoi.
No me dio tiempo de decirle algo pues me sorprendió verlo solo, quizás era normal que estuviera así tras haber perdido el torneo frente a Aiger.
— La salida es por allá.— Me señaló el pasillo de enfrente.
— Gra-gracias...
Aunque no pude decir mucho, mi sorpresa no me lo permitió y tampoco él pues había comenzado a caminar del lado contrario al que yo iba.
No se, pero ese primer encuentro, esas primeras palabras... Me habían hecho querer saber más de él.
Discretamente sin verme obsesionada, comencé a conocer un poco más de Valt Aoi, como si fuera pa estrella de rock del momento, como un artista al que se admira cuando se ve en televisión.
"Pareces como enamorada".
Ese comentario de mi madre mientras reía, me había sacado un poco de onda, por decir así.
Pero era la primera vez que me sentía de ese modo... y se sentía bastante bien, me sentía feliz.
Quizás si me gustaba, pero... no se puede enamorar de alguien solo por una admiración o el haber cruzado unas cuantas palabras.
Y quizás era un poco tímida para dar un paso como el que quería hacer pero, ¿por qué no intentar?
— Di-disculpa, Rantaro...
— ¿Qué ocurre?
Rantaro se había sorprendido cuando un día fui a buscarlo, daba la suerte de que estaba en casa con Ranjiro y podría hablar con él. Se porto accesible cuando llegue de sorpresa y él salía, me imagino que a algún entrenamiento.
— ¿Dime, Gumita?.— Me gustaba que me dijera mi nombre, a veces me sentía invisible pero eso era lindo.
— Bueno yo...
¿Aunque como empezar? Rantaro se notó extrañado de mi repentina falta de habla, pero seguía viéndome amablemente.
— ¿Podrías hacerme un favor?
— Por supuesto.— No entendía pero aún así sonrió.— ¿Que necesitas?
— ¿Me podrías presentar a tu amigo Valt?
En algunas ocasiones las niñas deben dar el primer paso, en especial cuando las personas de nuestro interés no saben de nuestra existencia. Pero aunque Rantaro se sorprendió, sonrió amablemente y me tomo por el brazo afirmando.
— Claro que sí.
Sonreí por ello.
"¿Te parece mañana? Ahora estoy ocupado".
Tampoco era como que quisiera causarle problemas al hermano de mi amigo, pero fue muy amable en darme una respuesta rápida y había asentido con ello.
"Claro, gracias ".
Era una sensación aún más extraña lo que sentía en mi pecho. No pude dormir bien en toda la noche pero esa emoción era indescriptible.
Estoy segura que muchos sabrán de qué hablo.
A la mañana siguiente me levanté muy temprano, más de lo que acostumbro y me di un baño, también había escogido un vestido lindo en color azul cielo y me arregle el cabello, sonreí al ver mi reflejo.
— ¿Ahora por qué estás vestida así?
Los chicos en la pandilla se quedaron un poco sorprendidos, yo no era muy femenina, me imagino que por ello sus comentarios.
"Dejenla, se ve linda".
Ranjiro había hablado y eso me hizo sonreír.
— ¿Gumita?.— Rantaro había llegado para sorpresa de todos.
— Nos vemos más tarde.
Había dicho yo por despedida y me fui con él, enseguida comenzaron a murmurar aún con su sorpresa pero ya no escuché nada de ello.
Llegamos al estadio donde también estaba uno de los centros de entrenamiento de la WBBA, Valt debía encontrarse dentro según me dijo Rantaro.
— Vamos, por aquí.
Creo que el latir de mi corazón era tal que estaba segura que Rantaro podría llegar a escucharlo.
— Ey Valt.
No tardamos en llegar a una de las salas de entrenamiento, estoy segura que la emoción se reflejo en mi mirada, pues Rantaro sonrió al verme.
— ¿Que sucede Audaz?.— Valt se había acercado.
— Hay alguien que quiere conocerte.
— Eres, la niña que encontré perdida en los pasillos.— O bueno, esa fue la impresión que le di a Valt.
— Soy Gumita Kazami, no estaba perdida.— Expliqué brevemente.— Soy integrante de la Pandilla Salvaje Bey.
— Es amiga de Ranjiro.— Añadió Rantaro.
— Es un gusto Gumita.
Me sorprendió que Valt me diera la mano para saludarme, pero sonreí a su gesto. ¡Era tan amable como se veía y decían!
— El placer es mío Valt.— Sonreí.
— ¿Y que puedo hacer por ti?.— Valt mantenía su sonrisa.
— Me preguntaba si... un día quisieras salir conmigo.
Estaba segura de que tenía las mejillas rojas... pero Valt fuera de hacerme el feo, sonrió.
— No me caería mal salir un poco y despejarme...— Se había reído ligeramente.— Me gustaría, aunque no se de esas cosas.— Se disculpó.
Tampoco yo sabía, nunca fui de las niñas que salen mucho y menos para una cita, pero, Valt había accedido a salir conmigo para conocernos.
Y no digo que esto pueda a llevar a un romance, más bien a una amistad... Después de todo, la admiración, decir que estás enamorado e incluso decir que amas a alguien puede despejarse conociendo a esa persona.
Y yo quería ser amiga de Valt, y quién sabe, poder llegar a ser algo más.
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🌺🌹FIN🌹🌺
Chanchanchan
Espero que les haya gustado ^^ fue algo sencillo que ya dije, es como se inicia algo raro y que no se vea mal solo por que no se conocen.
Aprendamos a respetar los gustos de otros y haremos del Fandom en cuanto a Ships algo más divertido.
Gracias por leer ☺️❤️ y nos leemos pronto ❤️☺️
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