Capítulo 4. Lluvia
Estan en la cancha de fútbol de la universidad, está lloviendo y todos están corriendo dándole vueltas al campo.
Los uniformes estaban llenos de lodo y empapados a más no poder.
Guillermo, sin embargo, no le daba importancia, a pesar de que el agua le recorría la cara y le mojaba por completo el cabello pegándolo a su frente.
Tenía la cabeza llena de preocupaciones, entre la tarea, el equipo y su vida no sabía que hacer. Pero si tenía a alguien presente entre todo su desorden.
Cristiano Ronaldo.
El portugués que había estado saliendo con Lionel durante la última semana, había dicho miles de veces que había algo en el que no le daba buena espina pero siempre terminaba molesto y con sus compañeros dándole mil razones del porque el portugués era una buena opción para Lio.
Y todo siempre se reducia a una cosa, el portugués quería al argentino, y no le molestaba demostrárselo.
Era todo lo que Lionel merecía, y el lo sabía.
-Memo.
La voz de Javier lo saco de sus pensamientos.
-¿Que paso?
-Ya acabamos wey.
Cuando mira sobre su hombro no ve a nadie, todos están en los vestidores porque la lluvia había comenzado a empeorar.
-Ah, si.
En los vestidores, todos están cubiertos por una toalla o pequeñas cobijitas con estampados infantiles.
-Vente Memo, cabes aquí.- Dice Guardado abriendo su brazo para levantar la cobija que comparte con Hirving y Acevedo.
-¿Dónde está Diego?- Pregunta con preocupación.- Le hace daño mojarse mucho, y más con el aire que está haciendo.
-Ya te ganaron compadre.- Andrés suelta una risa y apunta en dirección a Diego.
Y entonces lo ve con una cobija tapandolo por completo y con Kevin a sus espaldas secando su cabello lo más que puede para después ponerle un gorrito.
-Asi estás mejor, ¿Estás calientito Lainez?- Pregunta Kevin.
Diego asiente y su novio le sonrie con ternura.
-No creo que puedan volver por ahora, la lluvia está empeorando.- Avisa Miguel, la persona a cargo del equipo.- Tendremos que quedarnos aquí hasta que pase.
Todos se miran entre si y sueltan aire con frustración.
-Es muy tarde, y yo no pienso quedarme aquí rodeado de pibes apestosos.
Todos miran a Kun de mala manera.
-Pinche morro mamón.
Andrés rie y Sergio lo mira de mala manera.
Guillermo sonríe y vuelve a girarse en dirección a Andrés.
-¿Dónde está el enano?-Pregunta Guardado.
-Dijo que iba a ir a buscar una toalla, traía el cabello muy mojado.- Responde tecleando un mensaje en su celular.
-No mames cabron, ¿otra pinche cita?
-No seas chismoso, luego quiero ver tu celular y andas de chillón, te pareces a mi hermana.
-¿Ahora con quién? ¿Uno de ingeniería?
-Es de Psicología.
Hirving se inclina para quedar más cerca de ellos.- Dicen que esos te sacan los traumas, yo nomás te digo.
-Y ahí viene el de el.
El argentino no tarda en aparecer con solo dos toallas en las manos.
-El equipo es re pobre, ni para toallas tienen.- Dice quejándose y poniendo la toalla sobre sus hombros.
Guillermo rie y lo mira con más atención.
-¿Que miras bobo?
-Pinche wey grosero.
Cuando todo el equipo se pone a ver las noticias en el celular de Kevin, se dan cuenta que la lluvia no se detendrá hasta la madrugada.
-¿Entonces me tengo que quedar aquí?
-Hay suficiente espacio para todos, si quieres dormir de cucharita con alguien ya es muy tu pedo.
Kun mira de reojo a Guardado.
Diego abre un poco la puerta para mirar cómo el agua cae con más fuerza y los truenos comienzan a aparecer.- Tengo que llamar a mamá.
Su novio lo mira y le sonríe.- Tranquilo, le mandé un mensaje, ella sabe que estás bien.- Cuando Diego hace ademán de querer decir algo, el chico lo interrumpe.- Si Lainez, si le dije que cuide del perro.
Diego sonríe y recuesta su cabeza en el hombro de Kevin.
-¡Ustedes van a dormir separados!
Lainez suelta una carcajada cuando escucha la voz de Guillermo desde el otro lado de los vestidores.
-No es como que se vayan a estar dando en los vestidores con todos aquí Paco, no seas pendejo.
-Deja de moverte Guille.
Memo bufa y deja que Lio continúe secando su cabello.
-Mira que lindos tus rulitos, es como si te acabarás de bañar, solo que todavía apestas un poco.
-Te toca, siéntate.
Ambos cambian de lugar. Leo sentado en la banca de los vestidores y Memo frente a el con la toalla en las manos.
-¿Traes ropa seca?
-No, pero tengo un sándwich en mi locker.- Dice Lio.- Te doy la mitad si me das ropa seca.
Memo lo duda un momento.
-Funciona para mí.
Al final, comida es comida.
-Ya estás, quédate ahí.
Camina a su locker y saca de ahí un pants, una sudadera con un dibujo de Hello Kitty bordado en el lado derecho y una de sus bandas para el cabello.
-Claramente no te voy a dar ropa interior, sería raro.- Suelta una risa y luego comienza a peinar el cabello de Lio.- Se que no te gusta que se te pegue mucho a la frente, pero estás muy greñudo, para eso es está.- Le nuestra la banda.- La pierdes y te regresas a Argentina.
Lio asiente.- Perderla, entiendo.
Memo voltea los ojos y sonríe, le acomoda el cabello y luego le limpia gotas de agua que aún tiene en la cara.- Estás listo, ve a cambiarte.
-Voy a hacer como que no vi nada ¿Va?
Acevedo está sentado en el otro lado de las bancas y mira todo con atencion, lleva otra ropa y se seca el cabello con una toalla.
-No es nada malo.
-¿Qué no te gusta?
-¿Que?
-¿Que?- Repite Acevedo.- Bueno adiós.
Se levanta y se va lo más rápido que puede.
Cuando Guillermo por fin se integra con los demás, se da cuenta que están uniendo el chisme que lleva casi dos semanas corriendo en la universidad, cada uno tiene información diferente que al final toma sentido conforme siguen hablando.
-¿Entonces al final si terminaron?
-Fue lo último que supe.
-Para mi que regresan.
-Si, se ve que el wey sabe lavar el coco.
Conforme va anocheciendo, menos voces se escuchan. Kevin y Diego fueron los primeros en quedarse dormidos y a partir de ahí, muchos los siguieron.
-Bueno, ya somos menos, traigo una torta de milanesa y un Boing de mango, alcanza para todos.
-A huevo.
.
Pocas veces habían podido convivir de la manera en que lo habían hecho con el equipo, jugaron el UNO que Diego traía en su mochila, a pesar de que se mandaron a chingar a su madre varias veces, había sido entretenido. Habían llamado a la mamá de Edson para preguntarle si sabia que su hijo había reprobado una materia, lo regaño en plena llamada en altavoz, pero el propio Edson dijo que había valido la pena.
-Vamos a dormir, te llevo a tu casa en la mañana.
Lio asiente y se recuesta haciéndose bolita.
Memo se queda un rato más a su lado, tratando de no hacer mucho ruido mientras plática con Andrés.
-Hoy en el entrenamiento, te perdiste en ti mismo, ¿Que tienes?
El rizado mira a Lio y luego regresa su mirada a Guardado.
-Ah, ya.- Exclama Andrés.- Es por eso.
-¿Que? ¿Que cosa?
-Eres un idiota.- Le dice con molestia al más alto.- Ya deja de negarte a sentir algo.
-Pero...-Guardado chista y Memo guarda silencio.
-Se que te asusta, y está bien, pero detrás de todo tu miedo, puede estar tu felicidad. Y si te la mereces.
Guillermo baja la mirada.
Te la mereces.
.
Al día siguiente, cuando la lluvia se detuvo y todos iban a volver a casa, levantaron todo lo que habían dejado tirado la noche anterior.
-Bueno, estuvo chido, que no se repita.
-Al menos no en los pinches vestidores.- Se queja Hirving.
Todos ríen.
Poco a poco, cada uno se va a casa, al final solo quedan Edson, Guardado, Kun, Lio y Guillermo, todos quedan para ir a desayunar juntos a casa de Guillermo.
Cuando van a llegar a la salida, Edson ve en poste de luz algo colgando, un pedazo de tela.
-No mames, pinche gente puerca, alguien dejo sus calzones ahí.
Memo y Guardado se miran.
-Hirving.- Dicen al unísono.
Ya voy a tratar de actualizar 👍🏻
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