Capítulo 09

FIRST CAME MARRIAGE (TRADUCCIÓN)

PRIMERO VINO EL MATRIMONIO

Disclaimer: Harry Potter, sus personajes y sus hechizos pertenecen a nuestra maravillosa JK Rowling, la historia pertenece a Amberjanus quien me autorizó para hacer su traducción. Nada me pertenece. Beteado y corregido por Sunset82.

Thank you Amber for bring us this beautiful story.

CAPITULO 09

Ella se movió en su sueño y buscó en su cama a su esposo, pero su lado de la cama ya estaba vacío y frío. Semi dormida, escuchó cuidadosamente para averiguar si estaba cerca. Ningún ruido provenía del cuarto de baño o en las habitaciones adyacentes, indicándole que él ya había dejado su recámara antes de las cinco y media de la mañana. Sin ser una persona madrugadora, se movió un par de veces antes de levantarse y se arrastró al baño.

Fue justo ayer que George Weasley se casó en una sencilla ceremonia en la mansión Bulstrode, y él ya se había levantado temprano en la mañana para ir por sus cuentas y por el inventario como de costumbre. No le gustaba dormir de más; trabajaba duro como una máquina dado que le ayudaba a olvidarse de su dolorosa realidad. Perder a Fred fue más difícil para él que nadie más en la familia, para superar la perdida e impotencia que sentía, se dedicó a un trabajo excesivo desde el inicio hasta el final del día. Había estado muy ocupado con su trabajo, y se tomó unos minutos para darse cuenta de que alguien estaba de pie en el umbral de su nuevo estudio.

—Millie, ¿qué estás haciendo aquí? —preguntó sorprendido—. ¿Te desperté?

—No, para nada. Sólo me desperté y me di cuenta que no estabas en la cama —se sonrojó—. ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?

George suspiró. —Regresa a la cama Millie, es muy temprano para que tú estés levantada.

—No, está bien. No quiero regresar a la cama. ¿Puedo traerte algo de tomar? ¿Tal vez... un chocolate caliente...?

—Si tú insistes... —él sonrío, y ella le devolvió la sonrisa antes de dirigirse a la cocina.

Regresó levitando dos tazas de chocolate caliente. —No te preocupes, no lo hice yo. Spotty lo hizo —dijo entregándole una taza.

—¿Planificaste ir a la tienda hoy? —preguntó sorbiendo su bebida. Ellos acababan de casarse ayer, pero nunca mencionaron algo acerca de una luna de miel y algo le dijo que él tenía la intención de pasar el día como de costumbre comprometiéndose con la rutina de trabajo.

—Sí, pero si quieres que...

—No, está bien —respondió rápidamente—. ¿Puedo ir también...?

Él se rio. —No necesitas mi permiso para visitar la tienda. Es "nuestra" ahora. Puedes ir y venir cuando lo desees —la miró con preocupación—. Pero hoy, creo que es mejor que te quedes en casa y descanses.

—No, no necesito descansar —dijo obstinadamente—. ¿Puedo ir a trabajar contigo?

—¿Quieres trabajar en la tienda de bromas? —le preguntó con incredulidad.

—Sí.

—No, por favor. Es un trabajo duro —dijo meneando la cabeza—. Tú no eres de una familia de clase obrera, no va a ser fácil.

—Soy esposa de un hombre de negocios. Quiero involucrarme en su trabajo y ayudarle —ella contestó con terquedad.

—Has crecido para convertirte en una mujer de sociedad, no una ayudante de tienda...

—Soy adulta y soy muy capaz de decidir lo que realmente quiero —frunció el ceño.

George exhaló profundamente. —Está bien entonces, pero prométeme que vas a tomar descansos regulares y ten en cuenta, solo trabajo ligero.

—No me vigiles y no trates de estar cerca para ayudarme todo el tiempo.

—Trato hecho. Pero si es demasiado agotador, prométeme que vas a renunciar.

—Claro, pero si no es agotador voy a trabajar contigo todos los días.

—Está bien —estuvo de acuerdo sólo porque él no quería decepcionarla, pero se mostró escéptico.

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Su cuerpo dolía como el infierno. Tenía el cuello rígido, la espalda le dolía, las manos estaban inflamadas y las palmas estaban cubiertas de ampollas dolorosas, pero no quería renunciar, y ocultó su malestar con eficacia. Cada vez que sentía los ojos atentos de su marido sobre ella, ella tomaba gran cuidado, para no dejar que un ligero dolor la traicionara. El trabajo era duro; algunos tenían que hacerse usando magia y algunos requerían mano de obra pura. Ya pasaba la hora del almuerzo, su estómago gruñó, pero la tienda estaba inundada de clientes sin darle la oportunidad a George de hablar con ella. Algunas veces vio que trató de caminar hacia ella pero se distrajo al acercarse nuevos clientes. Ella suspiró y agarró una caja de caramelos longuilinguos del almacén para rellenar la estantería en la tienda, pero lamentablemente perdió su equilibrio y se cayó, golpeando fuerte su trasero contra el piso. Con ojos llorosos, se quejó de dolor. Para duplicar su carga de trabajo, los caramelos se desparramaron por todas partes en elsuelo.

—¿Estás en una misión suicida? —alguien se burló de ella—. Sabíamos que George no es un buen marido, pero nunca pensé que intentarías matarte a solo un día después de tu boda —dijo Ron ofreciendo su mano.

—Weasley... —murmuró ella, sorprendida, aceptando su ayuda.

—Técnicamente hablando, tú también eres una Weasley —dijo ayudándola a ponerse de pie.

—Es la costumbre... —se rio—. ¿Qué estás haciendo aquí, Ron?

—¿Qué estoy haciendo aquí? —alzó las cejas—. Esta es la tienda de mi hermano y cuando estoy libre, vengo aquí regularmente para ver si necesita ayuda, hoy me pidió que le diera de comer a su esposa hambrienta.

—¿Qué hay de él?

—¿Qué hay de él? —él rodó los ojos—. Estás bromeando ¿no querida cuñada? ¿Esperabas tener una comida romántica mientras ustedes dos están trabajando?

—No, no es así —se ruborizó—. Pero también necesita comer algo.

—Soy consciente de eso Millicent, pero él me pidió que te llevara a almorzar, así que ¿por qué no vienes? Primero vas a comer y luego traes algo para él, así los dos podrán almorzar —respondió saliendo del almacén. Se quedó allí, insegura.

—¿Vienes o no? —preguntó, y ella lo siguió lentamente a la red flu más cercana. Salieron a la nueva sección de "El Caldero Chorreante" y se sentaron en la mesa habitual de él. Ellos golpearon ligeramente el número de su mesa y sus platos habituales en el menú para hacer el pedido. Él le dedicó una mirada muy curiosa mientras esperaban la comida. —¿Qué estás haciendo Millicent? ¿Qué estás tratando de probar? —demandó.

Ella lo miró sorprendida. —¿Qué quieres decir?

—Sabes, no eres de clase obrera, así que ¿por qué estás tratando de matarte haciendo algo en lo que no estás familiarizada en absoluto? ¿Te pidió George que trabajases?

—No, para nada, quería que me quedara en casa, pero quería ayudarlo. Esta es mi única elección.

Ron le dio las gracias a la joven bruja que levitaba su comida a su mesa antes de disparar otra pregunta a Millicent. —¿Pero por qué? —preguntó con curiosidad.

—Porque... porque está atrapado conmigo debido a esa estúpida ley. De lo contrario tendría a alguien mucho más hermosa que yo.

Ron rio. —Él supo de la ley mucho antes de que entrara en acción, así que si quería casarse con otra persona lo habría hecho bien antes de que él se comprometiera contigo.

—Ronald, por favor, mírame —dijo dolorosamente—. Nadie, nadie, quería casarse conmigo, pero George lo hizo sin una queja, y él me aceptó por lo que soy, estoy agradecida por ello.

—Millie, Millie, nosotros los Weasley no nos dejamos llevar por las apariencias, así que deja de probarte, relájate y sé tú misma.

—No estoy tratando de probarme Ron, realmente amo trabajar con él, es mi esposo y es el hombre más amable y simpático que he conocido. Así que no hay daños al cambiar un poco de mi estilo de vida por él.

—¿Un poco? ¡Tú has cambiado totalmente tu estilo de vida en un día! El pobre hombre está preocupado, y personalmente me llamó por la red flu y me pidió que te buscara para almorzar. Él se preocupa.

—No sabía que te había llamado... —respondió asombrada—. Pero sé que se preocupa —murmuró—. Es por eso que lo elijo a él y al trabajo duro por sobre mi cómodo estilo de vida.

—Tú lo amas —era más una confirmación que una pregunta, pero ella no respondió—. Tú lo amas —repitió, arqueando las cejas.

—Bueno, te dije que él es la persona más cordial y más amable que he conocido, que me aceptó por lo que soy. Antes de él, nadie me trató como lo hace, así que... —se sonrojó incómoda.

Ron se rio de nuevo. —No haces daño al aceptar que lo amas, él es tu esposo. Nosotros los Weasley nos importa...

—¡Hijo, qué sorpresa! —se distrajo Ron con un excesivamente emocionado Héctor Parkinson, que olía como si acabara de salir de una destilería.

—Errrr... Hola Héctor, de hecho es una sorpresa verte aquí de esta manera —Ron lo saludó torpemente.

—Tuve una reunión de negocios con un par de mis amigos —señaló a dos hombres que lo apoyaban—. Este es el tipo que va a ser mi yerno muy pronto. Es un excelente jugador de Quidditch —murmuró, tratando de mantener el equilibrio. Era obvio que sus amigos conocían al famoso héroe de la guerra, Ronald Weasley, pero le asintieron en reconocimiento.

Ron se puso de un inusual rojo brillante con la presentación de Héctor Parkinson, pero asintió tranquilamente. —Héctor, ¿necesitas ayuda? Puedo llevarte a casa si quieres... —dijo mirando a Millicent excusándose.

—No, mi querido muchacho, nos las arreglaremos. Nos reuniremos para un par de tragos pronto.

—Claro, claro Héctor, voy a conseguir esas entradas la próxima semana. Me reuniré contigo y con ellos.

—Eso está muy bien, hijo, eso es genial... —tartamudeaba. Sin preocuparse por la objeción del hombre mayor, Ron se levantó y lo ayudó a acercarse a la red flu más cercana. Millicent los miró con atención mientras Ron tuvo mucho cuidado de enviar a Héctor Parkinson a salvo.

—Lo siento por eso — se disculpó Ron después de regresar.

—Está bien. Nunca supe que ustedes dos se llevaran tan bien.

—Bueno... —se encogió de hombros—. Apareció por mi oficina un par de veces después de... después de... ya sabes —murmuró con inquietud— ...y es un fanático del Quidditch y un gran defensor de los Cannons. Con intereses comunes, no es difícil llevarse bien con él.

—Es maravilloso tener una buena relación con los parientes políticos, bien hecho Ron —exclamaba con verdadera felicidad—. Ahora dime, ¿cuándo es tu boda?

—No lo sé... —se encogió de hombros casualmente, concentrándose en su comida.

—¿Qué quieres decir con "No lo sé"? —preguntó con los ojos muy abiertos.

—Quiero decir Millicent, que no lo sé —respondió con amargura—. No te preocupes mi madre se asegurará de que yo vaya a mi boda —añadió con desdén.

Ron exhaló profundamente en desagrado. —¡Diablos, no! ¿Estás planeando molestarme como los demás? Si es así, simplemente olvídalo —dijo irritado—. No quiero hablar de mi matrimonio, de la boda o de la mujer con la que debo casarme.

—Honestamente Ronald, no quiero molestarte —ella respondió con tristeza—. Pero ella es mi amiga, sabes. Así que quiero que sea feliz. Por favor, por favor, sé amable con ella —suplicó.

—No tengo intención de abusar de mi esposa.

—El descuido es una especie de tortura.

—Ella tiene dinero, poder y libertad para hacer lo que quiera, y tendrá acceso a mi bóveda en Gringotts, así que definitivamente sus necesidades no van a ser descuidadas.

—El dinero no puede comprarlo todo, Ron —dijo con voz severa—. ¿Vas a estar allí para ella?

—¿Por qué? ¿Es frágil y delicada? Una descorazonada, arrogante y mujer sádica como ella no necesita la ayuda de nadie más para sobrevivir.

—¡Ella NO es arrogante, sádica o descorazonada!

—¿En serio? ¿Alguna vez has estado en el extremo receptor de sus insultos brutales? Ella me humilló delante de toda la escuela por tantas cosas. Insultó a mis padres y mis hermanos. Se rio de mi pobreza y aquí estás tú diciendo que no es descorazonada.

—Por Merlín, Ron, ella era una adolescente inmadura, ¡no puedes tratarla en base a su pasado! —gritó—. Bueno, solía insultar a Hermione también, pero ahora se han convertido en buenas amigas.

—No soy Hermione Granger, que es una persona muy amable y compasiva.

—Escucha, Ron —dijo en un tono muy suave—. Deja ir el apestoso pasado y conócela bien, no te arrepentirás en absoluto, porque ella ha cambiado definitivamente —dijo acariciando lentamente su mano y arqueando las cejas con una sonrisa maliciosa—. Me pregunto si sus hijos tendrán el cabello rojo de los Weasley o el cabello negro de los Parkinson, ya que ambos son conocidos por ser las características dominantes en sus familias.

Ron se atragantó con la comida tan pronto como Millicent terminó su comentario. Su rostro palideció como si hubiera visto un fantasma, y se quedó sin habla con la boca entreabierta. Después de salir de la horrible conmoción, en pocos segundos, Ronald Weasley suspiró hondo. —Date prisa y termina de almorzar a Millie, necesitas volver pronto con tu esposo, debe estar muriendo de hambre... —murmuró nervioso—. Y por favor no te mates, George no sobrevivirá si algo te sucede. Así que si necesitas una mano siéntete libre de llamarme, te ayudaré si estoy libre, si no puedo pedirle a otra persona para venir a ayudarte, ya sabes, esa es una ventaja de ser miembro de una gran familia —dijo con una muy débil sonrisa.

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Millicent Weasley entró en una nueva rutina. Todos los días, George Weasley se levantaba a las cuatro y media de la mañana, teniendo gran cuidado en no molestar a su esposa dormida, pero tan pronto como se acomodaba en su estudio, podía oír los suaves pasos que resonaban por el pasillo indicando que su querida esposa estaba lista para unirse a él. No quería molestarla y nunca le decía que lo ayudara, pero en el fondo disfrutaba de su compañía. Como un hábito, escuchó con cuidado, hasta que oyó sus pasos tenues para iniciar su trabajo. Cada día se le unía con dos tazas de chocolate caliente y lo ayudaba tanto como podía. George nunca tuvo que levantarse de su silla o al menos mover su varita; ella se aseguró de que todo estuviera en orden. Libros de contabilidad, libros de compras y ventas, libros de inventario y tantos otros documentos relacionados con su negocio llegaron a él uno tras otro en su secuencia preferida. Ella apenas se sentaba, aunque se lo pidió varias veces. Después de tener el desayuno hecho por los elfos, ambos se iban a su tienda. Ella trabajó duro; a veces incluso sin tomar descansos adecuados y cuando era casi mediodía, se dirigía hacia el piso de arriba y preparaba el almuerzo para ambos usando los hechizos de cocina aprendidos de su suegra. Después de almorzar a toda prisa, corría escaleras abajo para liberar a su esposo para que pudiera tener su almuerzo en paz. Antes de regresar a casa para la cena preparada por los elfos, ambos trabajaban hasta las seis de la tarde y no tomaban pausas. Sus manos ya no eran suaves y blandas; se habían vuelto ásperas y secas, pero no le importaba. Sin ninguna queja se abrazó el nuevo estilo de vida y todos sus resultados felizmente. Ella continuó su nueva pequeña rutina durante once meses desde el primer día después de su boda, hasta el día en que no pudo levantarse de la cama debido a un severo malestar de la mañana.

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N/A: Muchas gracias por leer. Por favor escriban review. Gracias de nuevo.

N/T: Perdón, perdón, perdón, no pensé que había pasado tanto sin actualizar. Entre varios compromisos no me había podido sentar a trabajar de lleno con la traducción. Quiero dar muchísimas gracias por los reviews, y por no haber enviado tantos Cruciatus ni tantos Avadas que afortunadamente pude evadir XD. La verdad este capítulo fue uno muy bonito para mí, ver cómo Millicent cambió su estilo de vida para ayudar a George, y obviamente se enamoró de él, ¿quién no lo haría?, y pueden ver que la relación va de viento en popa. Escriban para saber que piensan de la nueva vida de Millicent como una Weasley.

Ahora por favor lean el siguiente capítulo, que sé que ustedes lo estaban esperando ansiosamente. Nos leemos y no dejen de escribir.

XOXO

Doris

16/11/2016

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