Capítulo 6
- ¿En autobús? ¿En serio, Chanyeol?
Chanyeol rodó los ojos y cogió su mano, llevándolo hasta la parada de autobús donde un par de personas que ya esperaban los miraron algo raro. Baekhyun lo siguió a regañadientes, sin mucho convencimiento.
- Aún estoy débil, tú no sabes conducir y no quiero que un chófer nos lleve de un lado a otro cuando estamos de cita.
- Yo sé conducir -se defendió el más bajo.
- No es eso lo que dice Yixing, y me fío de él.
La nueva protesta del más bajo fue acallada con la llegada del autobús. Chanyeol pagó por ambos y arrastró de la mano al alfa malhumorado hasta dos asientos en la parte trasera, encajándose en dos asientos contiguos, con sus hombros muy juntos.
- Esto es humillante -se quejó de nuevo.
- Oye, el transporte público es muy digno.
Pero Chanyeol sonreía de medio lado con una sonrisa de felicidad en su cara y Baekhyun no podía evitar pensar que se veía jodidamente atractivo.
Después de que Yifan los curara a regañadientes porque ambos lo amenazaban cuando oían gruñir al otro por las curas que les aplicaba, habían pasado una semana de absoluto reposo en la mansión Byun. Su madre había bajado a visitarlo, regañándolo a voces por su estupidez al no huir cuando vio que el número de vampiros era mucho mayor, pero sorprendiéndolo cuando lo abrazó, emocionada, y le dijo que había pasado miedo pero que estaba orgullosa de él. Varios de sus hombres habían pasado a darles informes de lo que había pasado en el bosque una vez ellos fueron trasladados. Habían conseguido dar caza a todos los vampiros, haciendo un barrido intensivo de la casa y los alrededores para asegurarse que aquella colonia estaba extinta.
Ellos habían tenido mucho tiempo para hablar entre sí. A pesar de las visitas que recibían a diario, la mayor parte del día estaban solos, así que Baekhyun aprovechó para poder conocer realmente a Chanyeol, ese privilegio que le había negado durante tanto tiempo. Si era completamente sincero consigo mismo, su obcecación por pensar que Chanyeol quería robarle su clan y que lo miraba con desprecio lo habían hecho no apreciar el valor del alfa como líder y como persona. Descubrió con algo de sorpresa que le gustaba hacer reír al pelirrojo, que disfrutaba viendo cómo su cara se transformaba para dar paso a aquella gran sonrisa que lo hacía sonreír a él también por puro contagio, y que quería seguir viéndolo así.
Sin embargo, debido a sus heridas y su curación, Chanyeol no había tenido tiempo de sacarlo de cita como prometió, así que el primer día que Yifan les permitió salir de la cama, cogió a Baekhyun de la mano y lo arrastró a la parada del autobús.
- Nos bajamos aquí.
La ronca voz de Chanyeol en su oído lo despertó de su ensimismamiento, haciendo que lo siguiera y bajara del autobús. El líder del Clan del Fuego, uno de los clanes de cambiaformas más poderosos de Seúl lo había llevado a un centro comercial, a un maldito centro comercial lleno de humanos.
- ¿Ésta es tu manera de conquistarme, Chanyeol?
- No te veo receptivo, Baekhyun -respondió de buen humor, arrastrándolo.
Chanyeol seguía estando de buen humor mientras conducía a Baekhyun de un local a otro en el centro comercial. Primero lo llevó a un local de comida rápida que el alfa moreno miró con la ceja alzada, ya que era la hora de comer y ambos comenzaban a tener hambre. Para Baekhyun no pasó desapercibido que Chanyeol se estaba divirtiendo a su costa, aunque debía reconocer que su sonrisa era contagiosa y que la comida no estaba muy mala.
Tras eso, se lo llevó a unos recreativos donde aludiendo al espíritu competitivo de los alfas, se enfrentaron en una máquina tras otra, Baekhyun sintiendo especial satisfacción cuando ganaba al más alto aunque fuera en algo tan estúpido como golpear topos que salían de agujeros.
- ¿Sabes que no es una competición, verdad? -le preguntó Chanyeol después de ver al resultado de su partida.
- Eso lo dices porque estás perdiendo -le sacó la lengua el más bajo.
Chanyeol sacudió la cabeza sonriendo y suspiró, siguiéndolo al siguiente juego que Baekhyun eligió.
Cuando comenzaba a atardecer salieron de aquel lugar, mano en mano y sonrientes. A pesar de su reticencia, Baekhyun había disfrutado y aquella tarde le había permitido conocer otras facetas de Chanyeol que no tenían nada que ver con los lobos, los vampiros o las estrategias militares. A pesar de todo, al ver que la parada de autobús estaba cada vez más cerca, Baekhyun abrió la boca para quejarse de nuevo, más por picarlo que por verdadera molestia. Sin embargo, cuando vio que se desviaba y comenzaban a andar por las calles de Seúl se quedó en silencio, siguiéndolo expectante, aunque tras varios minutos en los que no obtuvo indicio alguno de a dónde se dirigían, tuvo que hablar.
- ¿A dónde vamos?
Chanyeol lo miró, parpadeando sorprendido.
- A mi casa, Baekhyun. ¿No reconoces mi calle?
- He estado una vez en tu casa, Chanyeol, y no me fijé en el camino -le explicó con tranquilidad y una medio sonrisa.
El alto se encogió de hombros, aceptando su explicación, y lo llevó hasta su casa que en aquel momento no se encontraba ya lejos. Junmyeon les abrió la puerta de nuevo como si los estuviera esperando, saludando ambos y dedicándole una sonrisa amable a Baekhyun mientras le preguntaba si quería algún tentempié o algo de beber. Lo rechazó amablemente mientras Chanyeol seguía tironeando de su manga hacia la parte superior, donde recordaba que Junmyeon había dicho que se encontraba su cuarto.
- ¿Pretendes llevarme a tu cama? -preguntó Baekhyun, desconfiado.
- Me gustaría, sí -admitió el alto-. Voy a hacerlo, no. Quiero mostrarte algo.
Chanyeol abrió la puerta de una habitación, la puerta de la izquierda del corto pasillo de arriba ('La de la derecha es mi dormitorio', había sonreído el alfa alto) y le cedió el paso. Baekhyun se sorprendió de comprobar que efectivamente no era un dormitorio, si no una especie de estudio. Podía ver un escritorio con algunos papeles y fotos sobre éste, fotos, descubrió con sorpresa, de las que él era protagonista. Se acercó a mirarlo, curioso, descubriendo que no sólo había fotos de él si no de su clan, de cómo entrenaban sus cachorros o de cómo organizaba a sus tropas. Las fotos de su cara eran las más numerosas, así como las anotaciones en la parte posterior de las fotos.
- Sé que pensabas que quería quitarte tu clan.
Baekhyun se giró. Chanyeol se había quedado en la puerta, observándolo mientras miraba las cosas sobre su escritorio. Se acercó en ese momento, invadiendo su espacio personal y acorralándolo contra el escritorio, pero eso no lo agobió. De hecho, su lobo estaba más que contento con aquello, sintiendo que su pareja había estado demasiado lejos durante mucho tiempo y aún no se habían marcado. Su lobo le pedía que lo hiciera suyo y que lo marcara, pero Baekhyun primero quería escucharlo.
- Cuando mi padre murió, mucha gente estuvo en contra de que heredara el liderazgo del clan -comenzó cautelosamente, lamiéndose los labios y haciendo que Baekhyun quisiera morderlos, teniendo que controlarse para no hacerlo-. Tuve que pelearme incluso con alfas jóvenes que no tenían derecho alguno a reclamarlo porque todos pensaban que no valía para ser el líder. Era demasiado llamativo, demasiado desgarbado, demasiado torpe. Tuve que entrenar mucho y estudiar para llegar a donde estoy.
Baekhyun jadeó levemente. Ahora recordaba y entendía el por qué de su enfado en el bosque, la furia helada de sus ojos; y se sintió mal. Chanyeol tampoco había tenido un ascenso al liderazgo fácil, pero él prefirió asumir que todo le había venido rodado.
- La primera vez que te vi aún no eras jefe militar, pero venías acompañando a tu madre para 'aprender el oficio', dijo -rió un poco-. Creo que ella supo que serías mi pareja aquella vez, igual que yo. No podía apartar los ojos de ti, creo que fui maleducado, pero realmente no podía dejar de mirarte.
- Pensaba... que me juzgabas.
- Lo sé.
Se hizo un breve silencio. Chanyeol sonreía, tierno y guapo y Baekhyun cada vez tenía más ganas de besarlo, de consolarlo, de hacerlo suyo.
- Mi padre... no era muy afectuoso -continuó el alto-, o al menos no como tu madre. Mi madre murió incluso antes que él y nunca supe lo que era realmente tener familia o a alguien que me quisiera por lo que soy -lo miró a los ojos directamente, acercándose aún más si cabe, haciendo que Baekhyun contuviera el aliento-. Eso es lo que quiero, Baekhyun, nada más. Te quiero a ti, y quiero que me aceptes como tu pareja. No quiero tu liderazgo, no quiero que dejes de ser quien eres.
- ¿Y las fotos...? -logró decir, haciendo que Chanyeol conjurara una sonrisa de medio lado.
- No puedes reprocharme que quisiera conseguir fotos tuyas ya que no querías verme siquiera. Llevo años sabiendo que eras mi pareja, pero nunca has querido verme más de lo estrictamente necesario.
- Pensé que me juzgabas -repitió.
- ¿Y ahora qué piensas? -Baekhyun se mordió el labio.
- Así que puedo quedarme mi clan.
Chanyeol asintió y Baekhyun se dejó llevar, besándolo y enredando sus dedos en los mechones rojos de su cabeza. Podía notar la quemazón de la marca de emparejamiento formándose en su muñeca y aquello lo impulsó a besarlo con más vehemencia, hasta que sus labios quedaron rojos e hinchados y sus respiraciones se volvieron entrecortadas y trabajosas.
- ¿Qué te parece... -empezó Chanyeol- si hacemos la alianza permanente?
Baekhyun sonrió y volvió a besarlo en el despacho donde se habían convertido en pareja, donde sus clanes se habían unido para crear uno solo.
Firelight.
FIN
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