10. Aroma
hola a todos. Antes que nada quisiera pedir una disculpa por descuidarlos tanto tiempo, la situación actual ha sido dura para mí; afortunadamente no he perdido a nadie pero ha pegado en mi economía y seguramente me tarde en recuperarme puesto que ahora también me he quedo sin empleo; aun así trato de verle el lado positivo a todo esto y he aprovechado para escribir un poco... tomen esto como su regalito de navidad, que lo disfruten!!
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10. Aroma
- ¿Law? ¿Estás... llorando?- un nudo se formó en su garganta al ver el rostro afligido del médico; el mismo novato que todos decían no tenía ni una pizca de humanidad, que era tan desalmado como para ser asociado con la muerte, ahora estaba ahí, desmoronándose entre sus brazos y no estaba seguro del por qué.
- Deja de decir tonterías- por supuesto que Law no admitiría algo así; si había algo de lo que podían presumir los piratas es el orgullo. El pecoso decidió ignorar sus lágrimas para no hacerle pasar vergüenza y lo soltó poco a poco- Estamos por emerger y no hemos averiguado mucho
- Tenemos suficiente tiempo, no es que vaya a ir a algún lado- apenas terminó su frase, Ace se percató de algo; eran piratas adentrándose al Nuevo Mundo con un solo objetivo fijo. Él ya no tenía ambiciones que perseguir, pero ¿Y Law? - ¿Tú... a dónde irás?- el silencio del moreno fue respuesta suficiente; por supuesto que no se quedaría en su barco por siempre, la libertad era de lo más llamativo de ser un pirata, o al menos para Ace lo era- ¿Por qué quieres que recupere mis recuerdos si vas a irte de todas maneras?
- Tienes razón, es mejor así. Sigue feliz en tu ignorancia- sus palabras le encendieron y no en el buen sentido; ¿Qué sabía él de sus recuerdos perdidos? ¡Literalmente nada! ¡Si Law no lo hubiera mencionado, ni siquiera sabría que su memoria estaba dañada!
- ¡Si en verdad no te importa debiste dejarlo como estaba!- tan impulsivo como era, el pecoso tomó a Law por el cuello del abrigo y tiró de él para cortar algo de distancia entre ellos y mirarlo directo a los ojos- ¡¿Tan importante son mis recuerdos para ti?!- aquello lo dijo sin pensar, pero la expresión del moreno le indicó que acaba de dar en el clavo; algo de sus recuerdos perdidos significaba mucho para él. Respiró profundo para calmarse un poco, tratando de comprender la complicada manera de pensar del médico- ¿Qué fue Law? ¿Qué es eso tan importante que olvidé?
- No me interesa lo que hayas olvidado, Ace-ya. Lo que no te permito es que me olvidaras a mí, y todo lo que eso conlleva, idiota...- ya estaban cerca después de todo, por lo que sólo bastó con inclinarse sobre él para alcanzar sus labios, y al mismo tiempo lo sujetó de su brazo para pegarlo por completo a su cuerpo.
Con la cálida respiración del médico golpeando de lleno en su rostro, Ace cerró los ojos mientras se dejaba llevar por el mayor. Sus manos dubitativas se aferraron a la ropa del otro mientras poco a poco tomaba confianza para separar sus labios y permitir que la lengua de Law se deslizara entre ellos, haciéndole estremecer. Pero lo que realmente le aceleró el pulso fue el momento en que el médico lo empujaba con su propio cuerpo sobre la cama, posicionándose con rapidez sobre él. Su respiración estaba más que alborotada al sentir todo su peso aprisionándole contra el colchón.
- Ahh... espera...- no entendía nada de lo que estaba ocurriendo; Law actuaba contrario a su meticulosa forma de ser y eso le confundía demasiado. Aun así, la adrenalina ya estaba corriendo por sus venas, a esas alturas ya no podría detenerse, pero no podía dejar que Law hiciera todo. Con sus manos puso algo de distancia entre ellos para tomar la camisa que portaba de uno de sus bordes y tirar de ella, dándole a entender al contrario que quería ser él quien se deshiciera de esa molesta y calurosa prenda.
Law pareció comprender el mensaje, pues con una sonrisa burlona, se arrodilló sobre el colchón y tomó sus manos para guiarlas en su cometido. Aunque sus manos temblaban ligeramente, se las arregló para jalar la prenda del médico hacia arriba hasta quitarla por completo y finalmente arrojarla lejos de ellos.
Qué maravillosa vista tenía en esos momentos. Con toda la ropa que siempre llevaba puesta era difícil imaginar el cuerpo bien trabajado que el moreno ocultaba, sin mencionar esa piel oscura y brillosa que incitaba a morderla. Sin embargo, lo que se llevaba por completo la atención eran los complejos tatuajes que adornaban ese exquisito cuerpo; estaba seguro que cada trazo sobre su piel contaba algo de su historia... y era tan frustrante no saberla. Levantó ambas manos para repasar cada línea sobre su oscura piel, como si intentase leerlas con la yema de sus dedos, pero sus intenciones se vieron frustradas cuando Law sujetó una de sus muñecas y llevó esa mano por encima de su entrepierna, dejándole sentir lo dura que estaba. Eso sin duda hizo punzar su propio miembro; ¿Acaso Law estaba erecto por su causa?
- ¿Qué vas a hacer al respecto, Ace-ya?- le murmuró en voz ronca, no hacía falta decir que estaba tan excitado como el médico. Y Ace no era un niño, sabía a lo que se refería, pero no estaba seguro si en verdad podía satisfacer las necesidades de otro hombre.
La sonrisa traviesa de Law le inyectó un poco de confianza para continuar, por lo que el pecoso bajó el cierre de sus vaqueros y los deslizó con su ropa interior lo suficiente para liberar la erección del moreno. Estaba hinchada y palpitaba ansiosa por atención, y como buen hombre que era, sabía qué hacer o al menos lo imaginaba, ¿Debía ser como masturbarse, no? Envolvió el miembro del médico entre la cálida palma de su mano y comenzó a deslizarla de arriba hacia abajo, apretando firme pero sin llegar a ser demasiado rudo. Los sutiles jadeos que Law ahogaba en su garganta eran suficientes para saber que no lo estaba haciendo tan mal, animándolo a juguetear un poco más. Presionó el glande del moreno y lo bordeó con descaro hasta que le sintió humedecer; estaba seguro que podía hacerle correrse sólo con sus manos.
Sin embargo, sus planes se vieron frustrados cuando el cirujano de la muerte volvió a recostarse encima, apoyando su peso sobre la cama con uno de sus brazos mientras el otro repasaba sus caderas hasta colarse entre sus pantalones, apretando con fuerza una de sus nalgas. Aunque lo más sorpresivo fue cuando Law siguió manoseando su trasero hasta entremeterse en sus nalgas, buscando alguna manera de entrar con uno de sus dedos.
- ¡Espera, espera!- todas las alarmas del pecoso se encendieron de golpe- ¡¿De verdad crees que... yo seré el pasivo?!
- Puedes mentirte todo lo que quieras Ace-ya, pero tu cuerpo es más honesto. Y ciertamente no me ha olvidado- sonrió altanero antes de entrar con uno de sus falanges de golpe, restregándolo entre sus paredes para abrirse paso.
La sensación incómoda le hizo moverse un poco pero no lo detuvo, ¿Sería normal? Lo único que podía hacer Ace en esos momentos era morderse los labios e intentar aguantar mientras sentía otro dedo introducirse en él; el ritmo entre ambos era el mismo sólo que en direcciones contrarias, estirando cada vez más al mismo tiempo que le dilataba. Aunque le resultara incómodo comenzó a soltar suspiros profundos; su voz se agolpaba en su garganta y raspaba con cada exhalación... Sí, era extraño pero no podía negar que era jodidamente bueno.
Pero estaba claro que usar los dedos no era lo único que el cirujano de la muerte tenía planeado hacer. Si bien retiró sus dedos para dejar de torturarle, usó esa misma mano para sacarle las prendas y abrirle las piernas de par en par, dejándole completamente expuesto a su mirada analítica y esa expresión indescifrable en el rostro. Por instinto quiso cubrirse un poco cerrando las piernas pero el médico no se lo permitió; acomodándose entre ellas, sujetó su polla con su diestra mientras la izquierda abría un poco su ano.
- ¡Si vas a meterla hazlo de una vez!- su corazón latía a prisa; desde ese ángulo todo parecía más grande... ni siquiera estaba seguro que eso le cabría completo.
- Tan ansioso como siempre, Ace-ya...- la media sonrisa del moreno le daba a entender que ya habían pasado por algo similar antes; ¡¿Qué tan lejos había llegado con Law en el pasado?!
- ¡Ahhh!- No tuvo tiempo de preguntar pues una punzada en el trasero le indicó que Law ya estaba hundiéndose en él de manera lenta y tortuosa, atravesando sus entrañas hasta que entró por completo. Por supuesto que no pudo reprimir su honesto grito, el cual lo obligó a aferrarse a las sábanas con sus manos en un desesperado intento de tolerar el dolor- Nhhh joder... d-duele...
- Es un castigo razonable, ¿No te parece?- soltó burlón justo antes de plantarle un beso en su frente- Te lo haré tantas veces que seguro recordarás al menos una de ellas...- sin duda Law disfrutaba torturarle y no sólo de manera física; tanto sus palabras como su sarcástico gesto lograban hacerle enfurecer, pero no tuvo tiempo de reclamar siquiera pues enseguida el médico lo sujetó con firmeza de sus nalgas e inició el vaivén.
Ace tuvo que apretar los labios para bloquear su voz lo más posible, ¿Se escucharía algo a través de esas paredes? Sin duda el Polar Tang tenía una de las estructuras más sólidas que cualquier otro barco del Nuevo Mundo, aun así el pecoso no quería que nadie más que Law lo escuchara gemir, por lo que sujetó su rostro y lo besó impaciente. Con sus labios unidos y sus lenguas acariciándose por completo, su voz lograba ahogarse cada vez que Law entraba o salía de él, inyectándole algo de confianza. Cuando estuvo un poco más relajado, Ace levantó sus piernas y hundió sus rodillas a los costados de la esbelta figura del otro, sujetándose con firmeza mientras el ritmo iba en aumento.
Quizá era su imaginación, pero un calor abrumador inundó la habitación... no había sentido un calor tan agobiante desde hace tiempo; su cuerpo comenzaba a perlar en sudor no sólo por la temperatura sino por la actividad y su piel se volvió tan caliente que cambió de tono a uno más rojizo, sobre todo el área del rostro. Agradecía que el mayor estuviera concentrado en otras cosas como para notar lo rojo que estaba.
Después de un rato entre húmedos besos y movimientos constantes, Ace finalmente disfrutaba a plenitud. La experiencia del médico en ese tipo de asuntos era palpable, ¿Cómo se atrevió a olvidar algo como eso? Era como estar en el cielo, y no había nadie más que pudiera afirmar aquello que él mismo, quien literalmente murió y regresó a la vida. Era gracias a Law que sus ganas de vivir habían vuelto... no sabía cómo ocurrió, pero lo amaba... demasiado...
- Nhh... ahí...- murmuró entre sus labios cuando deshizo el beso para tomar una bocanada de aire. Su cuerpo enseguida se estremeció justo cuando Law llegó al punto más profundo y sensible de su anatomía, y sin reprimir su gesto lascivo, el otro siguió moviéndose más a prisa sobre él, golpeando insistente aquel punto tan sensible- ¡Ahh! jus-justo... nhhh... mierda...- Law se movía diferente, sentía el aire abandonar sus pulmones con mayor rapidez cada vez que gemía. Ya no podía controlar sus propias reacciones, todo parecía estar a manos de Law, y no le importaba; mientras fuera él, podía hacer con su cuerpo lo que quisiera- Law... me vengo...- cada embestida provocaba una avalancha de placenteras sensaciones hasta que culminó con la más intensa; su espalda se arqueó por completo mientras sus manos se aferraban a la oscura cabellera del contrario; el orgasmo llegó como un sorpresivo latigazo sobre su piel, expulsando un chorro de esperma que se embadurnó entre ambos a la vez que sus entrañas se contraían con fuerza, exprimiendo la dura polla del moreno hasta que lo hizo venirse dentro.
La semilla de Law lo inundó hasta el último rincón; incluso sentía algo del sobrante fluir entre ambos cuerpos, mezclándose con su propio semen. Sin duda, el sexo con Law no fue ni siquiera cercano a lo que alguna vez imaginó, fue mucho mejor. Ace estaba exhausto; sus extremidades cayeron por su propio peso sobre el colchón y su respiración profunda trataba de regular sus sentidos, pero un nuevo beso sobre su cuello lo tomó por sorpresa, sobre todo cuando sintió los dientes del médico hundirse en su carne con tal fuerza que seguramente dejarían una marca
- Aun no terminamos Ace-ya...- de nuevo ese gesto pícaro de Law le erizó la piel- Estaremos bastante ocupados hasta llegar al Nuevo Mundo...
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Bepo estaba asustado. Su capitán tenía horas desaparecido, y tras una minuciosa búsqueda en todo el Polar Tang, sólo quedaba un sitio en donde pudiera estar, pero en esos momentos tenían estrictamente prohibido abrir aquella puerta. No teniendo otra opción, cerró su pata en un puño y golpeó la puerta para llamar la atención de quienes estaban encerrados ahí.
- ¡Capitán!- le llamó el oso con el pelaje de su rostro ya húmedo por el sudor y no sólo por el calor que se encerraba en el submarino, también comenzaba a ponerse nervioso- ¡Capitán, el vicealmirante de la marina lo está buscando!- al no recibir respuesta, Bepo tragó nervioso y alargó la pata para volver a tocar, pero casi enseguida sintió una presencia detrás de él, y al girarse, no pudo evitar suspirar de alivio al ver a su capitán de pie a sus espaldas; seguramente había usado la habilidad de su fruta del diablo para salir de la habitación sin abrir la puerta siquiera- ¡Capitán, el vicealmirante...!
- Te escuché la primera vez, Bepo- estirando su brazo, hizo aparecer su nondachi y la atrapó en el aire para llevársela al hombro y comenzar a avanzar por el pasillo. El oso polar lo siguió enseguida, caminando apenas un par de pasos atrás del moreno.
Mientras avanzaba el oso polar notó algo diferente en Law; lo conocía desde hace años y podía identificar con facilidad cuando algo era diferente, incluso con los detalles más insignificantes. Arrugó un poco la nariz y olfateó en el aire, más específicamente a su capitán, aunque se detuvo enseguida cuando sintió la pesada mirada del moreno sobre él, ordenándole en silencio.
- ¡Ah! ¡Lo siento!- Bepo enseguida bajó la cabeza en señal de arrepentimiento, pero su nariz seguía moviéndose de un lado a otro, tomando cada uno de los aromas que se desprendían de su capitán.
Sin intercambiar más palabras en el camino, Law y su navegante llegaron a cubierta. El Polar Tang había emergido hace algunos minutos; el casco resplandecía tanto por los intensos rayos del sol como por los restos de agua marina que lo humedecían. Frente a ellos sólo había un infinito mar abierto que, pese a verse tranquilo, albergaba los peligros más inesperados y pesadillescos. A sus espaldas, la tierra de Marie Geoise se perdía casi a la vista, siendo apenas una silueta dibujada en el horizonte. Tanto la tripulación de los piratas Heart como la flota de la marina estaban reunidas en la proa del submarino, siendo el vicealmirante quien "encabezaba" la reunión.
- Bienvenido al Nuevo Mundo, Trafalgar- a pesar de sus cordiales palabras, el gesto del marino estaba lleno de resentimiento aunque no era algo que a Law le importara; no buscaba simpatizar con la marina salvo para situaciones en las que se viera beneficiado- Será mejor que tú y tu tripulación no nos causen problemas- la sonrisa del médico le hizo chasquear la lengua con fastidio; simplemente no podía fiarse de los piratas, mucho menos de un ouka shichibukai. Si un pirata se aliaba con sus enemigos seguramente había oscuras intenciones escondidas- Andando, tenemos cosas que hacer- sus hombres miraron con desprecio a aquella tripulación antes de volver a sus propias naves y marcharse de regreso a Marie Geoise.
Una vez que la marina retrocedió hacia la Tierra Sagrada, Trafalgar Law se acercó a su navegante para entregarle algunos artículos; un log pose de tres brújulas indispensable para navegar en el Nuevo Mundo, algunos mapas y unos documentos con coordenadas específicas para llegar a una isla.
- Ese será nuestro primer destino en el Nuevo Mundo, Punk Hazard- habló autoritario, como sólo un verdadero capitán podría hacerlo- Es una isla que no puede ser localizada por el log pose y su entrada está prohibida por el gobierno mundial tras un incidente ocurrido hace cuatro años. Llegar a ella es imposible si no se tienen los materiales adecuados
- Capitán, usted... ¿Se unió a los Guerreros del Mar para poder tener acceso a las coordenadas de esa isla?- la pregunta de Penguin fue directa así como la media sonrisa de su capitán; la cual le decía que robar unas coordenadas sólo era parte de su entramado plan- Entonces Punk Hazard será...
- Les hablaré de la siguiente parte del plan en cuanto lleguemos a Punk Hazard, por ahora sólo céntrense en llegar sanos y salvos hasta allá. Recuerden que estamos en el Nuevo Mundo, cualquier paso en falso podría significar nuestra ruina- fueron sus últimas palabras antes de perderse en el interior del submarino, seguramente iría a descansar
- En serio, a veces no sé qué tiene el capitán en mente- Shachi se alzó de hombros, su deber como tripulante de los piratas Heart era seguir las instrucciones al pie de la letra y sus compañeros tenían la misma ideología, así que se dispersaron para preparar todo lo necesario y marcharse a su nuevo destino, a excepción del navegante, quien seguía mirando el camino por donde se acababa de marchar el cirujano de la muerte- Bepo, ¿Qué ocurre?- normalmente era el oso quien salía corriendo a cumplir las órdenes de Law apenas éste las daba pero justo en ese momento parecía estar centrado en otra cosa
- El capitán... Tenía un aroma diferente...
Continued...
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hasta aquí el último capítulo del año; he intentado buscar en varias fuentes para ser lo más fiel posible a la historia canon, pero hay cosas que no se mencionan en ningún lado (por ejemplo cómo enccontró Law Punk Hazard) así que estaré inventándome algunos datos así como cambiar partes del canon para que vaya bien con la historia... espero que les haya gustado el capítulo, por favor cuídense mucho ustedes y sus familiares...
Feliz Navidad!! owo/
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