Capítulo 8
ᴀᴄᴛᴏ 1 | ᴄʀᴇᴘᴜꜱᴄᴜʟᴏ
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴛɪᴛᴜʟᴀᴅᴏ
"Confortable"
—Ariadna había encontrado refugio de sus malos sueños en los brazos de Jasper que la rodeaban por las noches en un fuerte abrazo que la hacía sentir protegida como un escudo en medio de una guerra de emociones.
Su habitación se había vuelto en el lugar más frecuente de sus reuniones, solían pasar las tardes realizando tareas pues aun con el corazón destrozado por sus atormentados pensamientos debía ser una buena chica y no abandonar sus estudios.
“La escuela no te deja en paz aun cuando sientes que te mueres” era lo que pensaba mientras realizaba sus ensayos y tareas. Jasper la ayudaba con los ensayos de historia relatando las historias que él ya había leído infinidad de veces. Después de las tareas venían las pláticas donde él seguía preguntando si estaba bien, aun cuando los sueños habían desaparecido hacía casi una semana y media, él y su madre no dejaban de preocuparse por ella, lo agradecia pero empezaba a cansarse de sentirse atrapada en preguntas de preocupación y pena.
Como último esfuerzo por que la dejaran avanzar decidió dejar el miedo a otra de las cosas que la atormentaban, solo para demostrar un punto. Ariadna pudo optar a otras alternativas como aprender a soportar las preguntas pero siempre fue un poco extremista, después de todo había cierto caos en su naturaleza. Así que cuando la idea de hacer que su madre y Jasper se dejarán de centrar en aquella vívida pesadilla que la atormentó por días y pensaran en otra cosa le pido a la mujer que le enseñara todo lo que sabía de los dones familiares aun cuando aquello significa tener que enfrentar uno de sus miedos.
“He tenido mejores ideas” se dijo a sí misma cuando se vio vestida con ropa deportiva y de pie en el patio de su casa mientras Jasper quien estaba sentado en el pórtico trasero sostiene un extintor que Lilian le había pasado.
Lilian había intentado entrenarla hacía años pero solo logró que la chica le hiciera caso una sola vez y fue porque quería evitar que sus malvaviscos se le quemaran como siempre lo hacían en las fogatas. Claro que es truco solo lo podía usar en las fiestas familiares.
Durante las siguientes horas que pasaron en aquel patio entrenando todo lo que podían Jasper no pudo parar de analizar en su mente todo lo que aprendía de las habilidades de las O'connor. Desde luego que todo lo que las rodeaba le parecía interesante, después de todo en su larga vida nunca conoció a un humano que tuviera habilidades tan parecidas a las de un vampiro con dones pero a la vez tan diferentes.
Había comprendido no solo que su destino lo había unido a alguien especial si no que lo unió a la persona más poderosa de la familia O'Connor. Aquella comprensión de los hechos trajo a él un nuevo temor, dentro de su mente sus miedos empezaron a maquinar ideas sobre lo que podía pasar si los vulturis se enteraban de los dones de Ariadna y su familia. Conocía las ambiciones de Aro y sus seguidores por las historias de Carlisle, sabía que ambicionaba para su clan a los más poderosos.
Ariadna era poderosa por ser diferente a los humanos y lo era aún más por ser diferente a su familia.
— Un palito quemado por sus pensamientos —bromeó la ojiazul sacándolo de sus pensamientos, Ariadna estaba frente a él luciendo relajada y feliz aun con su aspecto desalineado por los ejercicios físicos que su madre la hizo hacer porque en sus palabras “Necesitas fuerza física y mental para controlar tus poderes” —creo que es una rama de pino.
Jasper rió ante la imagen de su novia sosteniendo con delicadeza un rama quemada y pasándolo frente a su rostro para llamar su atención. Eran esas cosas lo que lo hacían caer rendido ante el carisma de la chica quien siempre bromeaba aun cuando muchas veces la situación no concordaba con sus bromas.
— Pensaba en que luces hermosa con tu cabello despeinado.
— No te creo, vaquero.
Jasper se había acostumbrado a ser llamado así, no le molestaba, es más le parecía exquisita la manera en que el apodo salía de los labios de la chica con un melodioso tono de voz.
Ariadna tomó su rostro entre sus cálidas manos y dejó un beso rápido sobre sus labios, él podía sentir como ella sonreía entre el beso y sólo podía preguntarse qué era lo que había hecho para merecer que alguien como ella lo quisiera tanto. Cuando se separaron solo se centró en admirar la dulce sonrisa que la chica le dedicaba.
“Es tan hermosa” se dijo a sí mismo mirándola con dulzura.
J
asper se había prometido a sí mismo algo desde la noche en que la joven tuvo aquel mal sueño, se decidió a destruirlo todo si ella estaba en riesgo.
La joven frente a él deslizó sus manos con delicadeza por su cuello hasta su nuca para jugar con sus mechones de pelo haciéndolo cerrar los ojos unos instantes disfrutando de la sensación de los dedos de la chica deslizándose por su fría piel y tocar sus rizos dorados con suma delicadeza.
— Prométeme algo.
— Lo que quieras Jazz
— Si algo malo sucede me lo contarás
— Lo prometo.
Jasper se arrepiente de muchas cosas en su larga vida, el complacer a su padre en todo aun si se perdía a sí mismo y sus ideales en el proceso, creer en la manipulación de maria y otras cosas que lo atormentaban en sus momentos de silenció pero nunca se arrepentiría de acercarse a Ariadna a pesar de que sus temores le pidieran alejarse.
Jasper ardía por ella, su amor por ella era como un inmenso fuego creciendo dentro de él con cada caricia que ella le brindaba.
Ariadna fuera de sus expectativas había encontrado cierta tranquilidad en practicar los dones con los que había sido dotada. Nunca creyó que luego de tanto tiempo temiendole a su potencial había encontrado relajación en aprender más cosas sobre ellos.
Tal vez había influido el apoyo de su madre cada vez que se equivocaba o las dulces sonrisas que Jasper le dedicaba en señal de apoyo, pero de alguna manera encontró paz en lo que antes era su tormento.
La chica había recurrido a una relajante ducha luego de su entrenamiento por lo que su cabello mojado acompañaba uno de sus comunes atuendos los últimos días, unos viejos pants y un suéter tejido de los tantos que su abuela le había obsequiado. Mientras cepillaba su cabello recargada en el marco de la puerta al escuchar a Jasper leer la declaración de amor de Mr. Darcy a Elizabeth Bennett, había cierto encanto en escuchar como el acento sureño del inmortal escapaba entre las palabras de la narración.
Aquello ya era algo común en ellos, Ariadna disfrutaba de oírlo recitar las palabras de los libros que solían escoger juntos en sus visitas regulares a la libreta del pueblo, además que le complacía expandir las lecturas del empático a algo más que viejos clásicos y poesías.
— ¿Qué se te ocurrió? —preguntó Jasper cerrando el libro luego de sentir como la chica se emocionaba como solía hacerlo cada que le surgía una idea agradable.
— Solo pensaba en que quiero conocer al resto de tu familia— dijo subiendose a la cama mientras dejaba el cepillo en la mesa de noche — Tú conoces a mi mamá creo que es tiempo de que yo conozca a tus padres.
— Aún no les cuento que sabes el secreto —confesó —Es obvio que Edward ya lo sabe pero no ha comentado nada, creo que es porque le agradas más que cualquier otro humano.
— Bueno saberlo.
Lo cierto era que Edward se mostraba relativamente agradable con ella, la saluda siempre que la miraba por los pasillos y había veces en las que le pasaba un paquete de golosinas y se iba, como si fuese su rápida manera de decirle que le agradaba.
— No quiero que al decirles que sabes lo que somos te sientas forzada a decirle el secreto de tu familia.
Ariadna suspiro mientras tomaba las frías manos del rubio entre las suyas y las acarició con dulzura mientras las acercaba a ella.
— Jasper —comenzó a decir mirándolo con una diminuta sonrisa —no tiene que preocuparse por eso, hace tiempo que decidí con mi madre que no había problema en contarlo a tu familia, es justo, secreto por secreto. Además no creo que se lo tomen mal.
»Si Edward lo tomó bien, los demás también lo harán. Rosalie tal vez no tanto pero seguro que si sabe que no soy totalmente “humana” lo tomara con un poco más de calma.
La chica se acomodo sobre el regazo del chico como lo hacía comúnmente y besó su frente.
—¿Segura que quieres hacerlo?
— Muy segura.
Jasper no hizo más que sonreír antes de enterrar su rostro entre el hueco de su cuello disfrutando del aroma a frutos rojos que era ya parte de ella, le encanta el poder hacer eso, estar tan cerca de ella sin sentir que el olor a sangre era demasiado y lo volvería loco, podía pasar horas abrazado a ella disfrutando de su calidez y su dulce aroma. Estaba agradecido de que ella fuese su compañera y no su tua cantante, después de todo su familia no tenía buenas experiencias con ellas, Emmett había tenido dos y esa historia no tuvo un buen final.
ɴᴏᴛᴀ ᴅᴇ ᴀᴜᴛᴏʀᴀ
—Fan de la relación que yo misma escribo ♡
¿Les gusto el capitulo? Confieso que mis partes favoritas de escribir son estos pequeños momentos dulces entre Jasper y Ariadna, son como curitas para mi corazón.
Comenten su momento favorito del libro hasta ahora. Me encanta saber que les gusta mas de esta historia.
ɴᴏꜱ ʟᴇᴇᴍᴏꜱ ʟᴜᴇɢᴏ...
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