Capítulo 7

ᴀᴄᴛᴏ 1 | ᴄʀᴇᴘᴜꜱᴄᴜʟᴏ
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴛɪᴛᴜʟᴀᴅᴏ

"Sueños y tormentos"


       ‎  —Ariadna se retorció al sentir como sus adoloridos huesos parecían arder como si todo su cuerpo desde sus entrañas hasta su piel estuviera envuelto en llamas. Sus párpados se sentían tan pesados cuando ella intentaba abrir sus ojos que cada intento resultaba en un fracaso.

Removió sus pies sintiendo como el suelo era húmedo, pudo ver las hojas moverse entre cada movimiento de su cuerpo. Oía el incesante sonido del fuego que quemaba con fuerza cada rincón de aquel lugar. Con toda su voluntad y con un miedo incesante apretando su corazón contra su pecho abrió sus ojos para observar lo que sucedía en su entorno.

Aun con su vista nublada pudo observar las copas de los árboles siendo consumidas poco a poco por el fuego. Movió con cuidado sus dedos sintiendo el musgo y las hojas secas que yacían debajo de ella. Encaminó sus manos por su cuerpo intentando llegar a tocar su cabeza que dolía con intensidad.

Cuando toco su frente supo que todo aquello estaba mal, sus manos se sentían frías de pronto y el líquido que tocaba manchaba sus yemas de un intenso color rojo.

—¡Ariadna! —escuchó una voz acercándose desde las entrañas del bosque.

Aun aturdida y con su cuerpo adolorido se puso de pie como pudo sintiendo como le pesaban sus extremidades y todo daba vueltas.

—¿Papá? —preguntó mientras veía la figura de alguien acercándose hacia ella.

Cuando su vista se aclaró pudo observar bien a aquella figura,  Nathan corría hacia ella con terror plasmado en su rostro ensangrentado y sus ropas rasgadas.

—¡Papá!—gritó con todas sus fuerzas antes de sentir como su cuerpo parecía ser tirado hacia atrás logrando hacerla caer al agua.

Su corazón acelerado y la sensación de caer sin fin fue lo que la hizo incorporarse rápidamente en su cama. Se intentó tranquilizar a sí misma mientras se repetía una y otra vez que no había sido más que un mal sueño que estaba en su habitación en Forks y no en un bosque que ardía sin parar.

Aún cuando intentaba tranquilizar sus respiraciones todo fue en vano cuando la imagen de su padre la sorprendió de nuevo al aparecer en su mente. Todo su esfuerzo se esfumó en cuanto se fijó en el terror de los ojos de su padre y como su cuerpo estaba cubierto de sangre y golpes, el llanto la atacó sin aviso.

Podía sentir sus pulmones contrayéndose, las lágrimas caer por sus mejillas y como todo su cuerpo temblaba ante la imagen de sus pesadillas. Su corazón parecía estar siento estrujado fuertemente, sus vista estaba nublada y su respiración era cada vez más agitada como si sus pulmones tratarán efusivamente de que el oxígeno siguiera llegando a ellos.

La chica arrojó las sábanas en un intento desesperado de conseguir más aire. No recordaba haberse sentido así ni siquiera los días siguientes a despertarse en el hospital con la noticia de que su padre había muerto. Sentía que todo giraba y empezaba a sentir como su cuerpo cosquillas amenazando con hacerla sentir sus extremidades adormecidas. Como pudo se arrastró fuera de la cama solo para tener que sostenerse de su mesa de noche.

Su mente le estaba atormentando con miles de imágenes borrosas del bosque, de sus propias manos ensangrentadas y horribles imágenes de su padre herido.

Su límite llegó cuando vio la imagen de su padre tirado en el suelo retorciéndose de dolor mientras se ahogaba con su sangre. No pudo evitar que de sus labios saliera un grito desgarrador que posiblemente había despertado a su madre.

— ¿Ariadna? —La voz preocupada de su madre llegó a sus oídos un tanto distorsionada.

‎ ‎
No era muy consciente de lo que pasó durante los siguientes minutos después de que su madre la sostuvo entre sus brazos cuando parecía apunto de perder el conocimiento, pero ahora estaba recostada en el sofá de la sala con la mirada perdida en el fuego de la chimenea mientras su madre quien la tenía entre sus brazos peinaba sus cabellos con sus dedos intentando darle confort.

— Ya pasó mi niña —murmuró dándole un suave beso en su cabeza.

Pudo oír el timbre de la casa sonar y sintió como su madre se levantaba del sofá con cuidado de no moverla demasiado pero aun así aunque lo quisiera su cuerpo no se movía.

— Gracias por venir —escuchó decir a su madre.

— No tienes porqué agradecer —respondió una voz que no reconocía mientras parecía adentrarse a la casa— Ariadna es la novia de mi hijo, ya es familia así que tengo que cuidar de ella.

La ojiazul sintió como unas frías manos le tomaban el rostro con delicadeza y por fin pudo alejar su vista del fuego. Jasper estaba frente a ella con el temor pintado en su rostro, acariciaba con suavidad su rostro mientras la analizaba buscando cualquier herida.

—Ariadna —murmuró con preocupación acercandola a él para abrazarla —¿que paso?

De alguna manera él esperaba que la chica respondiera pero su cuerpo aun parecía querer que ella no se moviera como si hubiera atrapado su mente entre sus huesos.

— Jasper dejame revisar cómo está —dijo el padre adoptivo del vampiro mientras le apretaba el hombro en señal de apoyo.

Lilian había entrado en pánico cuando encontró a su hija en tal estado de desesperación que luego de sostenerla entre sus brazos y traerla al primer piso para intentar hacerla reaccionar con agua y un algodón con alcohol, su instinto le hizo llamar al doctor Cullen a quien había conocido en el hospital, más aparte conocía como el padre del novio de su hija.

Sabía que no los había despertado porque aun cuando no lo decía sabía su secreto pero sí había conseguido alterar al vampiro más jóven quien ahora estaba junto a su hija tomándole la mano mientras su padre la revisaba

—Fuera de su estado de shock no parece haber nada malo con ella.

—¿Seguro?

—Si

Jasper se acomodo en el sofá y dejó que la chica descansará su cuerpo entre sus piernas y su torso contra su pecho mientras él la rodeaba con sus brazos y acariciaba sus manos con delicadeza.

—¿Qué le sucedió?—preguntó el empático mirando con preocupación a Lilian

—No lo sé, me desperté cuando escuché su grito y la vi llorando desesperada junto a la cama —explicó con su voz entrecortada —apenas y se mantenía de pie.

Ambos adultos tomaron asiento en los sofás individuales de la sala observando como el empático seguía consolando a la castaña.

—Debió ser un mal sueño—comentó Carlisle —lo que sea que haya visto la dejó en shock.

—Solo una vez la he oído gritar así —murmuró con tristeza la mujer —cuando se enteró que su padre murió.

Ariadna había sido la última en enterarse pues duró un día inconsciente en el hospital mientras se recuperaba de sus heridas, cuando le dieron la noticia gritó con todas sus fuerzas, estuvo a punto de arrancarse la intravenosa de no ser porque los doctores la detuvieron.

Luego de eso pasó los siguientes días perdida en su mente, lloraba en silencio y no salía de su habitación. Pero nunca la había visto llegar a tal desesperación hasta casi perder el conocimiento.

La parte de su mente que aún se mostraba en calma era aquella que le decía que tal vez el cerebro de su hija había dejado de reprimir los recuerdos del día del incendio, y sin duda la reacción que tuvo la hizo sentir dolor en  su corazón pues era probable que hubiera visto morir a su padre de una horrible manera.

— Vi a papá—murmuró Ariadna como un susurro pues su voz aún era demasiado baja. — él me protegió.

—Mi niña —comenzó a decir Lilian acercándose para tomar la mano de su hija —está bien no tienes que hablar ahora.

— Tu madre tiene razón Ariadna es mejor que no pienses en ello y descanses —comentó Carlisle — debes estar mas tranquila mañana ya podras hablar de ello.

— No tengo sueño —comentó la adolescente mientras se aferraba con sus manos al brazo de Jasper y jugaba con la manga del suéter del vampiro.

— Igual debes descansar linda —le dijo Jasper besando su hombro con delicadeza —no te preocupes tu madre y yo nos quedaremos contigo. Carlisle si tienes que irte no hay problema.

—Vendré mañana temprano a revisar cómo sigues —le dijo el hombre a la chica quien asintió levemente.

Tal y como Jasper lo prometido se quedó con ella aquella noche ambos recostados en el sofá pues la ojiazul se negaba a ir a su habitación, durante unas horas la chica no pudo cerrar sus ojos por temor a volver a aquel terrible recuerdo, pero luego que las suaves caricias del chico que la sostenía contra su cuerpo temiendo separarse de ella la empezaban a arrullar junto con la suave voz del vampiro leyéndole uno de los libros de Jane Austen.

Ariadna agradeció no volver a soñar nada durante el resto de la noche tanto que deseo tener a Jasper todas las noches junto a ella para no volver a pasar una mal sueño como si la simple presencia del vampiro no le permitiera soñar algo aterrador.

Jasper la había casi obligado a desayunar algo, por lo que ahora comia pequeños bocados de yogurt con frutas que el vampiro le llevó hasta el sofá.

Aún no sabía bien cómo explicar lo que había vivido la noche anterior, su mente parecía por fin mostrarle fragmentos de lo que sucedió el día que perdió a su padre. No sabia porque ahora, luego de varios años, cuando por fin empezaba a ser más feliz que los años anteriores luego de su pérdida.

—¿Crees estar lista para contarnos que viste?

—Quiero hacerlo —dijo ella antes de volver llevar la cuchara a su boca. No sabía si aquello era bueno para ella pero necesitaba sacarlo de su mente y pensaba que diciéndolo podría quitarse un peso de encima.

Lilian la miraba con dulzura esperando que aquello le sirviera de apoyo. Ariadna se sentía mal por hacerla pasar una mala noche al asustarla con el pánico que la inundó.

— Al principio era solo un sueño, estaba en el bosque rodeada de árboles quemandose, con sangre en la cabeza y de pronto veía a papá corriendo hacia mí con preocupación —comenzó a explicar la ojiazul jugando con sus dedos — después de eso él…

La joven tuvo que hacer una pausa para intentar contener sus lágrimas.

—Él estaba en el suelo sufriendo,había sangre en su boca y —negó con su cabeza —no puedo, lo siento.

“Lo siento mamá” pensó mientras bajaba su mirada para evitar ver a su madre limpiarse las lágrimas ante la idea de su esposo sufriendo una muerte lenta y dolorosa.

Aún había momentos borrosos de aquel dia en su mente pero cuando intentaba ver a través de la neblina mental que los cubría sentía como si todas las imágenes mentales se amontonan unas con otras dejándola confundida. Solo sabía algo su padre la había protegido de algo y había salvado su vida.

ɴᴏᴛᴀ ᴅᴇ ᴀᴜᴛᴏʀᴀ

¡Volvió la desaparecida!

Andaba yo muy perdida, metafóricamente hablando...creo. Me aleje un poco de mi escritura en casi todo sentido pero ahora volví y aunque costo un poco.

Hoy tendrán dos capítulos —este y otro— para compensar mis días terriblemente desaparecida.

Btw no se preocupen el Acto I ya tiene capítulos guardados para publicarlos luego y estoy terminando los que siguen para por fin escribir lo que mas me emociona el Acto II porque tengo muchas ideas para eso.

‎ ‎

ɴᴏꜱ ʟᴇᴇᴍᴏꜱ ʟᴜᴇɢᴏ...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top