Capítulo 41


Esa mañana había sido un sufragio para Noah, ni siquiera se enteró como se levantó de la cama del departamento de Alek, o si siquiera desayunó o si la ropa que llevaba era la misma de día anterior. Sin embargo, se propuso seguir con el plan establecido.

Todos se pusieron de pie cuando la jueza llegó a la habitación y tras un discurso apegado al protocolo, del cual, Noah se perdió tras la sordera de su tristeza; finalmente se pudo proseguir con las testificaciones y pruebas por parte de los acusados.

—Dígame, ¿cómo ha sido siempre la relación del señor Nicholas Ivanov con su prometido, Noah Miller? —preguntó el abogado contrario a cada uno de los testigos que iban desde asistentes particulares de Nicholas, servidumbre del hogar y amigos íntimos.

—Nicholas siempre ha estado pendiente de su omega, podría decir que es su púnica prioridad.

—El señor Nicholas se mostró estresado y mortificado por la desapareció de su omega, sin duda hizo todo lo posible para encontrarlo, él esa verdadera víctima aquí.

—Como su asistente pudo comprobar que el señor Nicholas siempre estuvo presente en sus reuniones de encuentros prematrimonial, sin embargo, no podría decir lo mismo del omega, no creo que un hombre tan comprometido con su futuro matrimonio sea tan malvado como el omega que si tuvo el coraje de irse a meter a la cama de otro alfa.

Sí, todas esas respuestas eran mentiras, compradas y corruptas, pero en cuanto Noah miraba a los jurados y a la juez misma se veían convencidos, todos los ojos estaban sobre Noah, como i lo castigaran y discriminaran, todos los ojos apuntaban a que era el verdadero villano en la historia, todos, menos los de Demian, los cuales no habían volteado a ver al omega en todo el día.

—La corte llama a Demian Alexei Anderson Fossati para testificar a favor de Noah Miller—dictó la jueza haciendo que Demian se pusiera de pie rumbo al estrado.

—¿Qué está pasando? —preguntó Noah a Alek, muerto de los nervios por lo que fuera a pasar.

—No lo sé—contestó manteniéndose firme y analizando toda la situación—Posiblemente nada bueno, aún.

Noah comenzó a morderse sus uñas por la ansiedad, sentía unas ganas de vomitar terribles, lo último que quería era que Demian se diera por vencido con él y ayudara a ganar a Nicholas, se lo merecía por haberlo lastimado tanto, pero obviamente no iba a pasar, aunque para la mente atrofiada de Noah, todo apuntaba a que iba a morir en ese mismo momento.

—¿Jura decir la verdad y nada más que la verdad? —preguntó la secretaria de la corte haciendo que Demian posara su mano sobre una biblia.

—Lo juro—tomó asiento una ve retiró su mano del extenso libro.

—Señor—comenzó el abogado de Nicholas—¿Cómo conoció a Noah Miller?

—En un bar cercano a mi universidad—contestó con la verdad.

—¿Qué hacía en ese bar?

—Fui a beber un poco, necesitaba relajarme de mi estrés de la escuela—contestó con una voz ronca y con la vista de lado, como si recordara cada segundo de esa noche.

—¿Él se le insinuó? —preguntó casual, pero su tono de voz hizo irritar al alfa.

—No—contestó seco—Alguien adulteró su bebida y lo ayudé.

—¿De qué manera?

—Llevándolo a un lugar seguro...

—¿Qué tipo de 'lugar seguro'? —preguntó rápido sin permitir que Demian continuara hablando—¿Su cama?

—¡Objeción señoría! —exclamó Alek—Está recurriendo a la especulación.

—Denegado, prosiga—habló la juez queriendo ver a dónde llegaba la conversación—Señor Anderson, responda.

—Lo llevé a la casa de mis madres, ellas me ayudaron a cuidarlo, puede preguntarles y darán la misma versión—contestó serio y tratando de conservar la calma.

—Sin embargo, es curioso que un hombre comprometido haya llegado a la residencia de otro alfa—empezó—¿Piensa que fue víctima de algún tipo de seducción por parte del omega?

—No.

—¿Durmieron en la misma cama?

—¡No! —se mostró molesto.

—¿Sabía de su compromiso con Nicholas Ivanov?

—No.

—Entonces legalmente usted fue solo un amante, la diversión de un omega corrupto que sucumbe al peor lado de sus institutos—contestó haciendo estresar a Demian.

—¡Eso no es cierto! —exclamó agresivo.

—Señor Anderson—comentó el pedante abogado—¿Por qué no ha dirigido su mirada al joven Miller? ¿Tanta vergüenza siente?

Era verdad, no le había dirigido la mirada a Noah en todo el día, su molestia no se lo permitía, es más, ni quería verlo a la cara. Estaba furioso por lo que estaba pasando, sin embargo, no podía permitir que las cosas terminaran mal para Noah cuando era más que obvio que solo se trataba de una víctima de las circunstancias.

—Porque estoy molesto—contestó—Estoy molesto porque me ocultó que estaba comprometido, porque tomó decisiones sin mí y me hizo a un lado en uno de los momentos más importantes de nuestra relación.

—Y sí es tan mal omega ¿por qué sigue con él?

—Porque lo amo—contestó—Lo amo tanto que, pese a odiarlo soy capaz de venir aquí y a estar a su lado para exigir la justicia que se merece, porque lo amo, lo amo, lo amo, lo amo tanto que aveces olvido amarme a mí mismo, lo amo con una locurar, que sin él mi vida no estará completa.

El corazón de Noah no podía estar más cautivado, quería correr y abrazar a su alfa, no pudo evitar sentir como la ansiedad lo abandonaba y comenzaba a nacer la esperanza de que las cosas entre ellos iban a volver a estar bien.

—Sin embargo—prosiguió el abogado contrario—A pesar de lo que usted llama 'amor' en nuestra ley no es más que secuestro y usurpación de propiedad privada.

—¡¿Propiedad privada?!—exclamó Demian—¡Noah es una persona, no un objeto que tenga precio!

—Señor Anderson—habló la jueza hacia Demian—Le advierto que conserve su vocabulario—advirtió dejando sonar su mazo sobre la superficie de madera—Prosiga—se dirigió al abogado.

—Gracias, su señoría—sonrió victorioso—Déjeme explicar, joven Anderson, cuando los Miller y los Ivanov extendieron el contrato matrimonial se realizó un intercambio monetario mensual como se hace al contratar o comprar cualquier tipo de bien o servicio, y usted, pasó por alto todo este intercambio monetario, negándose a ofrecer una mejor oferta y llevándose a la fuerza a un omega que no es suyo o que mucho menos está unido por un documento legal—explicó confiado.

Alek sabía a donde el abogado estaba llevando todo, y por la expresión de la jueza parecía que estaba destinado a ganar el caso.

—Su señoría—exclamó el abogado de los Ivanov—Temo recordar que es un delito este tipo de conductas, por lo que mis clientes exigen la separación inmediata del joven Miller para que finalice con sus deberes establecidos en el contrato.

—¡Objeción señoría! —gritó Alek adelantando a cualquier escenario peligroso.

—Denegada—habló la jueza seria—El señor Dutton tiene un buen punto—se dirigió a Alek—No podemos pasar por alto la ley de propiedad establecida por contratos legales, es una falta a nuestro código penal, en todo caso, la custodia sigue siendo de la familia Miller y la Ivanov.

—Correcto—sonrió Dutton al verse victorioso.

Alek sabía lo que eso significaba, sabía que todo estaba a un par de segundos de que las cosas terminaran a favor de los Miller y los Ivanov. Noah y Demian igual lo presentían, podían sentir las sonrisas triunfantes de Nicholas, y las cabezas de cada familia. Iban a obligar a Noah que volviera a las garras de Nicholas hasta que el caso terminara, por obligación los Ivanov tenían la custodia territorial sobre el omega.

—En estas circunstancias creo que queda en claro las condiciones en las que se encuentra, señor Anderson, por lo que no me queda otra opción que separar al omega de la residencia Anderson Fossati para pasar a la tutela de los Ivanov hasta que termine el juicio.

—¡Objeción señoría, esto no puede ser posible bajo ningún argumento! —exclamó Alek levantándose de su asiento hasta llegar al frente de mala jueza.

—¿Bajo qué argumento, señor Luttler?—preguntó la mujer fastidiada de escuchar como el alfa seguía teniendo objeciones a tantos argumentos válidos del otro abogado.

Alek sabía que necesitaba un milagro, solo le quedaba un haz bajo la maga, pero aún no era el momento de rebelarse, necesitaba más tiempo y mantener seguro a Noah, así que sin más sacó un archivo de su portafolio, negándose a que el par de jóvenes perdieran la batalla.

—Bajo el argumento de que Noah Miller está marcado por Demian Anderson—comentó—Y están esperando un hijo.

Ante esto no solo el jurado se sorprendió, sino también la madre de Noah, el padre de Nicholas y el propio Nicholas, el cual no podía creer que lo que por derecho era suyo ya había sido cruelmente mancillado.

—Que Noah...—musitó desde su haciendo siendo el crujir de sus dientes—¡Eres un maldito prostituto! —vociferó Nicholas lleno de ira hacia Noah.

Demian no se quedó indiferente ante ese comentario y amenazó con ir a golpear al otro alfa, propósito que se vio interrumpido cuando un guardia de seguridad lo tomó por la fuerza.

—¡Te prohíbo que le hables así, maldito bastardo violador! —gruñó Demian sin dejar de forcejar para librarle un buen golpe al pelirrojo frente a él

—¡Hijo de perra, él es mi puto omega! —exclamó Nicholas amenazando igual en ir a golpear a Demian.

—¡Orden! —gritó la jueza repetidamente obligando a los guardias aplicar fuerza entre ambos alfas para que mantuvieran el orden en la sala—¡Esta corte no tolerará la violencia de cualquier tipo! —advirtió exaltada—Les exijo controlen a sus clientes—bufó tratando de conservar la calma.

Demian y Nicholas solo se miraban con repudio, mientras que Noah, aún asustado por los gritos, tenía que aguantar en silencio la mirada asesina de su madre. Lo único que podía hacer era tratar de respirar para que el estrés no afectara al bebé, al cual, trataba de proteger posando sus manos en su vientre.

—Por otro lado—la jueza agudizó su voz—No cabe duda de que estos a análisis son fidedignos, por lo que no puedo pasar por algo que ambos alfas tienen custodia sobre el omega, por eso no queda otra opción que separar al omega de ambas custodias proporcionando una residencia imparcial y objetiva por parte del estado en donde permanecerá ahí hasta que el caso se vea finalizado—argumentó tratando de dar por finalizada la sesión.

—Pero su señoría, mi cliente necesita de las feromonas de su alfa enlazado, de lo contrario...

—Podría perder al bebé, lo sé, señor Luttrel, es por eso que la corte permitirá la asistencia del señor Anderson a la residencia, sin embargo, no podrá dormir ahí o permanecer más de cinco horas, así como también el señor Ivanov tendrá derecho a las visitas del omega.

—Pero...

—Sin más objeciones, señor Luttrel, independientemente del contrato, estos análisis no apuntan concretamente que Demian Anderson sea el padre—habló cansada de tanto drama por un día—Se levanta la sesión, el juicio continuará mañana a las ocho de la mañana.

Y sin más, el martillo cayó resonando en la habitación que la sesión había terminado.

Cuando Alek y Demian volvieron a Noah, este se encontraba llorando, completamente asustado, frágil y roto.

—No, no, no—suplicaba a Alek—No me pueden hacer esto, no quiero dormir en otro lugar, no quiero estar con él—lloró angustiado, aun sabiendo que Demian continuaba molesto con él, no podía evitar mirarlo en búsqueda de apoyo—¿Qué pasará conmigo y el bebé? —cuestionó desesperado derramando gruesas lágrimas de amargura—N-No qui-quiero que... él se n-nos acerque—ni siquiera podía hablar con normalidad.

Ese día parecía que todo le estaba jugando en contra, y para su desdicha, su mala suerte no estaba pronta a terminar.

─── ❝ Fire on fire ❞ ───

Las cosas no solo se habían vuelto complicadas para Noah, de todos los implicados, Milo se estaba llevando la peor parte de todos. Lidiar con el estrés de Nicholas.

Desde que había comenzado el juicio, no había podido ver a Dominique, apenas y podía salir de la habitación que compartía con Nicholas, ni siquiera había ido a trabajar o tener contacto con su padre. Tan solo permanecía ahí, tratando de no sentirse como un prisionero, justificando toda acción con que Nicholas necesitaba de su compañía, cegándose por el supuesto amor que le tenía.

—¿Cómo está el bebé? —preguntó Dominique atreves del otro lado del teléfono, era la única forma en la que podía seguir en contacto con Milo.

—Bien—pareció sonreír el rubio—He tenido muchos antojos, pero el bebé se calma cuando le doy fresas, parece que son sus favoritas—explicó con un tono más animado, siempre lo estaba cuando hablaba del bebé y Dominique lo sabía, podía sentir el cariño incondicional e inocente de Milo hacia él o la bebé.

—Te traeré muchas fresas cuando regrese de Francia—prometió esperanzador, imaginando el escenario de Milo comiendo una cesta entera de fresas, con sus labios rojos y mejillas embarradas de fresas.

—¿Irás a Francia? —preguntó ansioso.

Dominique era su prometido legalmente, pero entre ellos había nacido una amistad y un cariño genuino, por lo que la idea de que Milo perdiera a su compinche lo entristecía.

—Tranquilo—musitó buscando calmarlo, sabía que Milo se enfermaba cuando estaba bajo estrés, y eso era lo último que quería—Solo atenderé unos asuntos familiares, la loca de mi madre piensa que estoy huyendo de mis responsabilidades, me tomará tres días calmarla.

—Oh—suspiró más tranquilo—Está bien, ya sabes, siempre y cuando me traigas mis fresas—rio suavemente haciendo que Dominique hiciera lo mismo del otro lado del teléfono.

—Sabes, me gustaría verte en el aeropuerto mañana—soltó despreocupado—Tal vez me traiga suerte y me den más ganas de regresar más pronto.

—Veré si podré—sonó nuevamente nervioso—Nicholas quiere que me quede aquí.

Entonces Milo escuchó como Dominique soltaba su aliento de manera decepcionada por su respuesta.

—Claro—musitó con fastidio—Nicholas...—se asqueó al pronunciar ese nombre—Supongo que debe de preocuparse mucho por el bebé, ¿no?

Milo se quedó en silencio con el rostro agobiado. Se suponía que le había prometido a Dominique desde que se enteró de su embarazo que se lo diría a Nicholas, pero simplemente no podía, no hasta que su alfa perdiera su obsesión con Noah Miller y recordara quien era su auténtico omega.

—Milo—volvió el francés a pronunciar su nombre—Nicholas ya sabe del bebé, ¿verdad?

—Amm—quería cambiar de tema, aunque el sonido de la puerta abriéndose hizo que saltara asustado del suelo—D-Debo irme—se apresuró a decir en un susurro—Te veré mañana en el aeropuerto, lo prometo.

—Milo, attend...

Antes de que Dominique pudiera terminar de hablar, Milo colgó la llamada y buscó en el historial del teléfono y borró todo rastro de su actividad en la última hora que había estado charlando con Dominique. Si había algo que le había prohibido a Milo era el uso de su celular, por lo que solo podía usarlo cuando Nicholas no estaba para después devolverlo al cajón de un escritorio que se encontraba en la oficina de Nicholas.

Una vez se aseguró de poner todo en su lugar, se encaminó hasta l entrada tratando de disimular su acción, encontrándose a Nicholas entrando al departamento.

—¡Milo! —exclamó Nicholas azotando la puerta una vez entró por completo, dejando caer brutalmente su saco y pertenencias en el suelo.

—H-Hola, amor—se apresuró a llegar hasta Nicholas esperando de él un beso o algo, pero el alfa solo lo ignoró en el camino a la licorería, por lo que Milo se apresuró a tomar las cosas del suelo y a acomodarlas en un perchero.

Fue inevitable sufrir un mareo ante lo rápido que se había levantado del suelo y girado para acomodar las cosas, pero debía de disimular su malestar.

—¡Ese hijo de puta! —gritó abriendo la vitrina llena de licor tomando una pequeña botella de tequila y abriéndola para dar un largo sorbo—¡Está preñado! —sonó con una voz más ronca y llena de ira dando nuevamente un sorbo.

—¿Qué? —soltó Milo completamente impactado.

'Debe de ser una broma, una mala broma'. Se repetía frenéticamente en su mente tratando de no gritar por la desesperación. Debía de ser una mala broma. Noah no podía estar embarazado, no de Nicholas, era algo imposible, sobre todo sabiendo que el último celo de Nicholas había sido en su compañía personal.

¿El destino acaso le estaba jugando una mala broma?

—Ese maldito de Demian Anderson me lo robó y lo marcó, pero no satisfecho, el hijo de puta lo preñó—gruñó furioso—Un maldito bastardo, eso es lo único que Noah obtendrá de ese alfa bueno para nada, un puto bastardo, nacido, ¡de mi omega!

'Mi omega'. Repitió Milo en su mente tratando de no darle tanta importancia, en el fondo sabía que Nicholas no veía a Noah como algo serio, únicamente como un objeto más, después de todo, Milo podía decir con orgullo que la marca en su nuca y la criatura en su vientre eran completamente de Nicholas.

—Amor...—musitó tratando de calmarlo, pero su voz era insignificante en comparación con la de Nicholas.

—Piensan que con un hijo bastardo podrán ganarme—rio cínicamente, logrando asustar a Milo—Solo debo de ingeniármelas—volvió a beber sin lograr cesar su sed—Cuando Noah sea finalmente Noah, solo debo de desaparecer al bebé y preñarlo con uno mío—pareció brindar frente a Milo, dando un nuevo sorbo.

—M-Mi amor...—titubeó acercándose lentamente a él, pero Nicholas lo arrebató tomándolo a la fuerza, haciendo que el contacto doliera.

—Gracias a Dios que uno de mis omegas si es responsable—sonrió acercándose a Milo, dándole un beso de lengua haciendo que el rubio sintiera el sabor de alcohol en los labios de Nicholas.

El rostro de Milo hablaba por sí mismo, no podía ni con el olor ni el sabor del alcohol, las ganas de vomitar se apoderaron de él, de no tener fuerza de voluntad hubiera devuelto su aperitivo sobre el alfa, pero gracias al cielo solamente logró expresar un rostro de lleno de repudio.

—¿Qué? —río Nicholas una vez se separó de él—¿Ya no te gustan mis besos? —habló molesto tomando a Milo de la mandíbula para que no separara la mirada de él.

Milo sabía lo que significaba ese tono de voz, no era nada bueno, y no había sido su intención despreciar los besos de Nicholas, pero el olor a alcohol lo había asqueado terriblemente, aunque para el alfa solo era una desaprobación por parte de su omega.

Lo siguiente que pasó sucedió de manera espontánea. Milo ni siquiera terminó de comprender cuándo fue el momento en que el alfa lo tomó por el cuello y lo estampó contra el sofá mientras terminaba de asfixiarlo.

—¡Apuesto a que deben de saberte asquerosos mis besos en comparación a los de ese puto francés! —clamó con voz agresiva, amenazando a muerte el chico debajo de él.

—N-Ni-ck—suplicó herido con el poco aliento que transitaba por sus pulmones. Estaba asustado.

—¡Primero el puto de Noah Miller se embaraza y ahora tú me rechazas! —gruñó estrangulando fuertemente a Milo—¡Eres una basura buena para nada que únicamente disfruta tener a cualquier alfa entre tus piernas! —remató su protesta dando rienda a varias cachetadas sobre el rostro de Milo, castigándolo brutalmente y sin compasión.

La presión de las manos de Nicholas sobre el cuello Milo no cedía, oprimía fuertemente privándolo de aire, como si quisiera desquitar su enojo sobre el rubio. Y era lo que en realidad el alfa quería, deseaba que Milo sufriera tanto como él lo estaba haciendo, que una vez rompiera el cuello del omega todo terminara y que su coraje se calmara.

Pero entonces Milo tomó la mano de Nicholas y comenzó a llorar.

—P-Perdón—tartamudeó tratando de expresar débilmente misericordia—Amo tus besos...—se quejó derramando lágrimas sobre su mejilla, no era la primera vez que sucedía eso, pero siempre se asustaba al ver los ojos de Nicholas ajenos de cariño y bañados de odio—Así que ya no me pegues—imploró apretando la muñeca del alfa tratando de zafarse de su fuerte agarre.

No se supo que había sido el rostro agonizante de Milo o sus palabras las que terminaron haciendo que el pelirrojo se rindiera.

—Cof... Coff... Cof...—tosió ruidosamente Milo una vez sintió que el aire regresaba a sus pulmones.

Noah entonces retrocedió un poco y observó lo que había provocado con sus propias manos. Un momento de decides lo sacudió cuando observó como Milo llorar aún resido sobre el sofá. ¿Cómo había podido lastimar a la única persona que amaba?

—Oh no—masculló arrepentido, cayendo de rodillas mientras sumisamente tomaba una de las manos de Milo—P-Perdóname Milo—expresó agobiado—No sé lo que me pasó, mi amor—se acercó al omega buscando calmar su tos—Perdóname, en serio soy de lo peor, por favor, por favor perdóname—comenzó a llorar desesperado.

Milo era lo único que le quedaba en el mundo, no terminaba de entender por qué le estaba haciendo tanto daño a su pareja destinada.

Viendo que el rubio aún no respondía y que solamente derramaba lágrimas desviando la vista con desilusión, Nicholas decidió tomar la iniciativa y sujetándolo delicadamente lo besó.

—Perdóname, no volverá a pasar, debes de entender, estoy demasiado molesto y sé que tú nunca me fallarías...—musitó con un tono de voz trágico, esperando que sus palabras fueran lo suficientemente creíbles para merecer nuevamente el perdón del omega—Porque nuestro amor es más fuerte que cualquier inconveniente y si tú me das la oportunidad, te prometo que nunca volveré a golpearte.

Esas palabras, esas mismas malditas palabras las había escudo tres días atrás, pero para suerte de Nicholas, Milo seguía cegado por su amor, creía que la culpa no recaía en el alfa convenciendo en que solamente era víctima de las circunstancias.

—Vamos—susurró Nicholas sobre los labios de Milo—Sonríe para mí.

Milo lo hizo, recordando que siempre le decía eso en sus días de juventud, cuando eran un par de adolescentes enamorados felices, antes de que Noah apareciera y cambiara las cosas.

—Eso es—limpió las lágrimas de Milo al observar la sonrisa que se asomaba en su rostro—Esa es la sonrisa que me gusta—volvió a besar a Milo.

—Te amo—musitó débil.

—Correcto.

Y sin más, Nicholas se pudo de pie y dejó a Milo en la espera de otro 'te amo'.

¿Había sido mucho pedir? ¿Qué significaba decir 'correcto'? No tenía sentido.

Sin embargo, tan pronto como Milo se recuperó del escenario de violencia, se apresuró a limpiar la sala y dirigirse a la cocina para preparar la cena, sin expresar nada, sin esperar a que Nicholas limpiara las heridas que él mismo había provocado.

Todo prosiguió con normalidad hasta que cayó la noche, una noche en donde Milo no pudo conciliar el sueño, ansioso, pues sabía que debía de ir a la mañana siguiente a despedir a Dominique.

Aunque sabía que, si Nicholas lograba descubrirlo, su vida y la de su bebé corrían un peligro mortal.

─── ❝ Fire on fire ❞ ───

Noah nunca fue una persona que tuviera tantas pertenencias. Su madre no le permitía tener posiciones propias, el hecho de ser omega hacía que le fuera imposible tener sus propias cosas, pero el día siguiente al caso, con la mudanza a un motel cercano a la fiscalía, en donde Noah iba a residir hasta que el caso terminara, hizo más notorio que ahora tenía menos que nada.

—Está sucio—musitó decaído viendo la pequeña habitación abandonada.

—El estado no paga comodidades a los omegas—comentó Alek abriendo una ventana para que el aire corriera—Te visitaré mañana, debo de ir por los niños a la escuela—comentó apresurado sin dejar de ver su celular como si su vida dependiera de eso.

Después del desliz con el aborto, Noah solo podía tener de compañía a Alek. Las personas que consideraba cercanas y confidentes ahora lo odiaban y sufría una fría soledad que lo entristecía más y más.

—¿Cómo está Ellio? —preguntó sentándose lentamente en la dura cama.

—Bien, pero su fecha de parto se va a adelantar debido al tamaño de los bebés—comentó tratando de ser lo más sutil posible. Sabía que Noah extraña a Ellio, así como su querido esposo prestaba atención única y exclusivamente cuando comentaba algo sobre el omega.

Se seguían preocupando uno por otro, pero no estaban a tiempo de reencontrarse, necesitaban de ese tiempo separados.

—Descansa, Noah—comentó dejando abandonado al omega en esas frías cuatro paredes.

Descansar no fue fácil la primera noche, la mayor parte del tiempo se la pasó dando vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño. Extrañaba terriblemente a Demian, la culpa de haberlo alejado lo deprimía profundamente. Dolía no poder sentir sus feromonas, su calor, sus dulces labios rozar su piel, era como si le hubieran arrancado un pulmón sádicamente.

¿Qué iba a pasar si no lograba recuperar la confianza de Demian? 'Me lo merezco, debe de odiarme profundamente, me merezco su desprecio'. Se repitió en su mente mientras las lágrimas comenzaban a bajar.

Sintiéndose asfixiado en la cama, decidió levantarse para entrar al diminuto baño para enjuagar su cara. Ni siquiera sabía qué hora de la madrugada era, pero sabía que a la mañana siguiente debía de volver temprano al juicio.

—Cálmate, cálmate...—suspiró limpiándose las gotas de agua que se confundían con las de sus lágrimas.

El insufrible dolor de su cabeza ante los terribles pensamientos de culpa lo volvía loco, se sentía asqueado por la culpa y el arrepentimiento, respirar hasta se le hacía difícil. Salió del baño y abrió prontamente una de las ventanas que daban a las afueras de la ciudad, era tan vieja que apenas y había podido hacer que corriera un poco de aire, la vista era hedionda y lúgubre, dando a un canal de aguas negras.

'Si caigo, no quedará rastro mío'. Parecía tentador, así todos podrían librarse de la carga que era, Demian podría encontrar a otro omega que lo hiciera feliz, uno que no le jodiera la vida y con el que pusiera lograr un futuro tranquilo y positivo.

'Si caigo, todo terminará'. Una lágrima se derramó tras ese pensamiento. El cuerpo de Noah se asomó por la ventana, el aire rugía fuerte, como si conspirara para tumbarlo. Subió una pierna y se sujetó del marco de la ventana, estaba a un brinco de terminar con su sufrimiento, saltar al cielo esperanzado de volar a una fantasiosa libertad.

Pero antes de que la mente de Noah terminara de fallar, sintió un pinchazo oportuno en su vientre.

—Aght—musitó dejándose caer.

Y si, Noah cayó, se estrelló profundamente contra el suelo y quedó adolorido, pero no tanto como lo hubiera sido caer sobre esas aguas negras. Por suerte, Noah había tambaleado al interior de la habitación, salvando su vida y la de su hijo.

—Ah... Ah... Ah...—respiró profundamente mientras sollozaba en el suelo—P-Perdón bebé, mami está triste—lloró abrazado su vientre.

Si, Noah seguía tomando decisiones egoístas, crueles y radicales, sin embargo, tentar nuevamente contra la vida de su hijo, nunca lo volvería a hacer.

Necesitaba ayuda, por su bien y el de su hijo, así que hizo algo que nunca hacía, pero que de alguna manera su corazón necesitaba. Rezar.

—D-Dios—tartamudeo de rodillas frente a la cama—Si es que todos somos tus hijos, por favor no te olvides de mí—suplicó—Sé que he pecado terriblemente, y si esta es tu manera de castigarme, lo aceptaré, pero por favor, libérame de este mal por el bien de mi hijo—su voz se quebró—Permíteme darme fuerza y la oportunidad de ser mejor, si me ayudas, daré lo mejor para este niño y haré las cosas bien, si tú me das la oportunidad de ser mejor mañana.

Tras eso, tanto el dolor de su vientre como el de su cabeza de calmaron. Se arrastró débilmente a la cama y lloró silenciosamente, hasta que finalmente el cansancio lo abatió y lo dejó profundamente dormido, con la esperanza de que al despertar las cosas serían mejor.

─── ❝ Fire on fire ❞ ───

El día siguiente no mejoró mucho. Noah se sentía cansado tanto física como emocionalmente, sin embargo, había hecho el esfuerzo de ducharse y desayunar tanto pudo, sabía que debía de comenzar a cuidarse por su bebé, algo que lo mantenía ocupado y centrado durante los largos juicios, aunque las cosas tampoco parecían mejorar cuando las visitar de Demian y Nicholas comenzaron.

Los primeros días fueron una cruel agonía, no solo por la absurda soledad que incluso lo había abandonado, sino por la creciente depresión que había regresado ante la molestia de Demian. Había quedado tumbado en cama desde el día uno de visita, la cual se había resumido en Demian sentado en la cama mientras ponía una película en su laptop. No era que Demian fuera indiferente a Noah, después de todo seguía siendo su pareja, por lo que trataba de apoyarlo liberando sutilmente sus feromonas en el transcurso de las películas, y justo al terminar, Demian se levantaba y se retiraba sin decir más.

Nicholas por su parte solo se quedaba viendo a Noah desde la puerta de la entrada, ni siquiera terminaba de entrar a la habitación, solo se quedaba ahí, estático y frívolo, matando a Noah con su presencia.

Los días habían trascurrido y los testigos y pruebas por parte de Nicholas no llevaban a ningún lado debido a que no coincidían completamente, sin embargo, Noah estaba más nervioso por el día siguiente que por las pruebas falsas que Nicholas estaba mostrando a la corte.

—Mañana vendrá la doctora—comentó Noah tímidamente desde la cama mientras observaba a Demian acomodar la ropa sucia de Noah por prendas limpias.

—¿Yohan? —preguntó refiriéndose al doctor que solía tener su familia de confianza.

—Alek trató de convencer al juez de que el doctor Yohan me atendiera, pero se prefirió buscar a un doctor neutral.

—Bien...—suspiró sin dejar de concentrarse en terminar de acomodar la ropa en uno de los pequeños cajones que tenía la alcoba.

Noah se quedó en silencio. Quería más, su cuerpo necesitaba más interacción de su alfa, le urgía seguir escuchando su voz arrulladora y respirar sus dulces feromonas. Así que Noah siguió buscando más.

—¿Vendrás? —preguntó decaído con la esperanza de volver a escuchar la voz de Demian.

—Sí—respondió sin voltearlo a ver—Bueno—suspiró levantándose y sacudiendo un poco sus pantalones por el polvo que se había colado en ellos—Es toda la ropa de la semana, te veo mañana, traeré unas sabanas limpias también—comentó tomando la mochila en donde iba la ropa sucia de Noah para salir de la habitación.

Su visita había terminado.

—¡Demian! —se apresuró a exclamar haciendo que el alfa se detuviera antes de abandonar la recamada—S-Sé que no estoy en condiciones de pedirlo, pero...—tartamudeó con miedo, y Demian lo notó.

—Dime—habló tranquilo, buscando no asustar ni hacer sentir avergonzado al omega.

—¿P-Podrías traer algo de tu ropa? —preguntó sintiendo como sus mejillas se ruborizaban—Es que, cuando no estás, mi vientre se endurece y siento dolor...—comenzó desviando la mirada a sus manos sobre su pancita—Pero cuando huelo tus feromonas, yo, estoy feliz—sonrió sutilmente, haciendo que el corazón de Demian se acelerara—Pero, sé que tú no... Digo, si no quieres, no tienes que...

—Tranquilo—pareció sonreír por primera vez en semanas—Te traeré unas playeras para que hagas un nido, sé que es algo importante en los embarazos.

—¡¿En serio!?—pareció saltar de la felicidad—¡Gracias! —sonrió genuinamente, como si por primera vez en semanas hubiera vuelto a sentir el amor de Demian hacia él.

—Nos vemos mañana.

Y con el corazón acelerado Noah suplicó por la llegada del día siguiente. Ya no sabía si deseaba más ver por primera vez a su bebé o a Demian, probablemente a ambos, debido a que comenzaba a sentir que las cosas podrían recuperar su normalidad.

─── ❝ Fire on fire ❞ ───

La mañana llegó tan prometedora como se esperaba. Noah había despertado temprano y había decidido tomar una ducha para verse lo mejor posible para Demian. Parecía más emocionado que cuando tuvo su primera cita con el amor de su vida, aunque al mismo tiempo, sabía que parte de la emoción se debía a que iba a ver por primera vez a su bebé.

La doctora había llegado con dos horas de anticipación para la instalación del equipo en la pequeña habitación del omega. Noah tenía más que prohibido salir de esas cuatro paredes, por lo que Alek se había asegurado de que el ultrasonido de llevar de la manera más cómoda posible, después de todo, Alek tenía suficiente experiencia sobre la importancia de los ultrasonidos, sus cinco hijos (y contando) lo validaban.

—Buenas tardes—se escuchó a Demian entrar en la habitación.

—Buenas tardes—saludó la doctora sin dejar de acomodar todo para la examinación.

—Hola—saludó Noah con una sonrisa ya recostado en la silla de la doctora.

—Hola—saludó igual Demian sin evitar sonreír en cuando vio le rostro del omega—¿Cómo estás? —preguntó cortésmente acercándose a él.

—Feliz de que vinieras—contestó dulcemente. Sabía que aún había asperezas entre él y Demian, pero extrañamente se sentía cómodo.

—No me lo perdería por nada—aportó haciendo sonrojar a Noah.

—Empezaremos en unos momentos, solo estamos esperando al señor Ivanov—comentó la doctora rompiendo de manera sutil con el cursi encuentro entre el alfa y el omega.

Demian solo asintió serio y permaneció al lado de Noah, acto que lo hizo feliz. Sin embargo, no lo estuvieron en cuanto vieron como al cabo de media hora llegó Nicholas, tan formal como siempre, pero apestando a feromonas y alcohol.

Era más que obvio que había estado con Milo embriagándose de alcohol para obtener algo de valentía para la cita, el alfa ni siquiera quería estar en lo que para él era solamente una pérdida de tiempo, pero no iba a perder la oportunidad de que Anderson tomara ventaja.

—Bueno, creo que ya estamos todos—anunció la doctora sacando un gel de su botiquín—Va a sentir un poco frío, pero es soportable—anunció levantando a camisa de Noah notando la mirada ansiosa de Demian sobre ella.

Era normal, después de todo, era el trabajo de los alfas desvestir a sus omegas.

—¿Han tenido un ultrasonido antes? —cuestionó fijando su mirada en el monitor en búsqueda del bebé.

—No—respondió rápidamente el omega—Esta es le primera vez.

—Bien, me imagino que deben de estar emocionados—pronunció viendo que así parecía ser, a excepción del alfa pelirrojo que se mantenía serio y frívolo en un rincón—¿Han estado fumando o tomando alcohol antes de saber del embarazo?

—No—respondió atento a las preguntas y a la pantalla llena de imágenes que no podía terminar de descifrar.

—¿Han tenido relaciones sexuales en el periodo de embarazo? —preguntó seria mientras tecleaba en su computadora para conseguir una mejor imagen—¿Señores? —volvió a preguntar, esta vez encontrándose en el rostro de Demian y Noah completamente enrojecidos.

—S-Si—respondió Noah con voz baja—Pero es porque no sabía que estaba embarazado y mi marca era reciente, así que...

—Comprendo—agregó la doctora, notando que el omega estaba avergonzado—Es bueno que haya sido así teniendo en cuenta que el embarazo y el enlace se llevó al mismo tiempo, sobre todo porque las feromonas del padre son importantes, pero como es el primer embarazo, sugiero no abusar de las relaciones sexuales—comentó haciendo clic sobre la pantalla, dejando a su espalda a Noah y a Demian muertos de vergüenza—Aquí está...

La doctora había señalado con un puntero la pantalla donde en medio de la oscuridad del vientre de Noah, se encontraba una luz blanca. Era tan pura, pequeña y hermosa. Podía ver ya el cuerpo del bebé formado en miniatura. Un pequeño círculo que asimilaba su cabeza y su cuerpo flotando en la infinidad de su vientre.

—Wau—suspiró Noah, encantado por lo que sus ojos presenciaban, feliz, porque era real, estaba viendo a su hijo—Es tan pequeño...—su voz pareció quebrarse ante las imágenes que veía—¿E-Es un bebé? —preguntó emocionado sin dejar de sonreír mientras sentía como sus ojos comenzaban a picar.

—Es precioso—Demian pareció reír nervioso, ni un millón de palabras iban a poder explicar la sensación de ver a su bebé por primera vez—¿P-Pero está bien que sea tan grande?

—Todo está en orden—se apresuró la doctora al ver que los jóvenes padres se encontraban ansiosos, asustados y emocionados. Todo al mismo tiempo—Los embarazos de los omegas masculinos duran menos, por lo que la gestión es más rápida, es por eso que este bebé tiene el tamaño de uno de tres meses en embarazo femenino, sin embargo, su tamaño está dentro del rango. Mide tres centímetros y ya tiene aspecto humano. Pueden ver su cabecita y bracitos—señaló con el puntero de la pantalla—Y si lo vemos de este otro lado—señaló, rotando el aparato—Aquí deja ver sus piernitas, está en una posición normal, parece estar dormido.

Demian suspiró más calmado, logrando acercase a Noah, tomando la mano del omega con cariño. Compartiendo ese bello momento juntos.

—Gracias—musitó idolatrado mientras besaba la mano de Noah—Es una hermosa vista—volvió a ver a la pantalla.

—Hay suficiente placenta y para este periodo su corazón ya late fuerte—la doctora entonces oprimió un botón del aparato y en toda la habitación se escuchó un retumbar del pequeño bebé.

—Ay Dios...—Noah ni siquiera pudo terminar de expresar lo que sentía, su piel se había erizado y finalmente había roto en llano. Nunca en su vida había escuchado algo tan hermoso.

Al igual que Noah, Demian también había comenzado a llorar, sin embargo, una sonrisa de alegría se asomaba por la emoción. No podía creerlo, ni en sus mejores sueños había pensado que un solo sonido lo iba a hacer sentir de mil maneras nuevas.

—Tengo dos corazones—Noah sonrió emocionado mientras veía a Demian con ilusión.

El alfa pelinegro no se pudo resistir a ese comentario y entonces besó con cariño la frente de Noah, con todo el amor que le tenía y todo su agradecimiento.

Sin embargo, mientras Noah y Demian moría de emoción, Nicholas Ivanov únicamente permanecía en silencio, olvidado en la tan emotiva escena, sobrando, siendo excluido. Porque lo sabía, sabía que en la tonta fantasía que se estaban creando esos dos tortolitos, no había lugar para él a no ser que él mismo hiciera algo al respecto.

—Veo que le hace mucha ilusión el bebé, ¿les gustaría saber el sexo? —cuestionó mientras observaba como la pareja se limpiaba las lágrimas.

—Es tan pronto, no sé si mi corazón podrá con más—lloró Noah posando su mano en pecho, comprobando que ciertamente su corazón estaba a punto de salir.

—Yo tampoco estoy seguro de querer saber, simplemente quiero que nazca y que sea saludable.

—¿Y usted que opina, señor Ivanov? —preguntó la doctora hacia Nicholas—¿Le gustaría conocer el sexo del bebé?

Sí, era lo malo de estar en medio de un juicio. Tanto Demian como Noah cambiaron sus rostros a uno lleno de mortificación. Sí Nicholas no tenía ni siquiera porque estar parado en esa habitación, mucho menos tomar tal decisión importante, pero hasta que se verificara lo contrario, él seguía siendo legalmente potente padre de la criatura.

Aunque para alivio de todos, en lugar de responder, Nicholas solamente miró al monitor y salió de la habitación dejando a todos desconcertados.

—Es un idiota—gruñó Noah sintiéndose un poco más tranquilo al ver que Nicholas se había ido.

—Lo es—musitó sujetando la mano de Noah por inercia—Solamente vino para alterarnos.

—Disculpen—carrasco la doctora sin querer desviarse del tema—¿A ustedes les gustaría saber el sexo?

Demian entonces miró a los ojos de Noah y pudo ver como estos se iluminaban con una fascinación y temor. Sonrió al darse cuenta de que era una decisión muy difícil de tomar, así que sujetó con más fuerza la mano del omega para hacerle recordar, que, aunque había asperezas, el alfa seguiría a su lado.

—Amm... No—contestó Noah en un titubeo—Quiero que sea sorpresa, no me importa si es niño o niña, yo ya amo a este bebé—sonrió haciendo que la doctora diera por concluida la sesión.

—Perfecto, en todo caso, estas son las capturas del ultrasonido—extendió su mano con las fotografías del interior de vientre del Noah—Ya puede limpiarse, por el momento solamente recetaré vitaminas, descanso constante y feromonas de su alfa. Al ser el primer embarazo deberían abstenerse un poco del sexo, los omegas suelen perder resistencia en esta etapa del embarazo.

—Júrelo—bromeó l alfa haciendo sonrojar a Noah. Obviamente el omega superaba en resistencia a Demian, pero al parecer el alfa podría aprovechar esa oportunidad a su favor.

El ambiente de pronto se volvió más cálido en comparación a los días anteriores. Noah estaba más relajado y feliz de tener a Demian a su lado, por lo que una vez la doctora se fue, el omega volvió a la cama y suspiró encantado sin dejar de observar con adoración la imagen de su bebé.

—Es un milagro—habló Noah con una sonrisa—Me daba miedo al principio, pero no puedo dejar de amarlo, o amarla—se sonrojó con ternura.

—Yo también tengo miedo, Noah—habló Demian sentándose al lado del omega—Sigo teniendo miedo, digo, nadie te enseña a ser padre, pero dicen que cuando algo te asusta es porque te importa.

—No estaba asustado por el bebé, sino por arruinar tu vida más de lo que ya la he arruinado—musitó recostándose de lado sin dejar de ver a Demian—Me voy a esforzar por recuperar tu confianza y ser el papá de este bebé.

Demian sonrió, podía ver como Noah había cambiado radicalmente, ya no era del todo ese chico imprudente que conoció en el baño de un antro, sino que ahora cargaba con su hijo, su familia, su universo.

—Solo confía en mí—besó Demian la mejilla de Noah—Y casarte conmigo tampoco estaría tan mal—rio travieso posando una de sus manos en el trasero de su amado, acariciándolo con cariño.

Noah rio y besó la mano sobrante de Demian.

—Diría que esto es un chantaje, pero adoro la idea de casarme contigo—sonrió nuevamente —Además, verte vestido de traje sería jodidamente sexy.

—Bueno—acarició ahora el rostro de Noah—Juega bien tus cartas y podría estar usando uno muy pronto—se acercó y dejó un pequeño beso en los labios de Noah—Te veo mañana.

—Hasta mañana—suspiró terminando de recostarse en la cómoda cama que ahora comenzaba a formarse un nido.

Demian salió feliz de ese motel ante la experiencia de ver y escuchar por primera vez a su bebé. Su corazón tenía una batalla intenta, obviamente aún seguía herido por las acciones de Noah, pero suponía que tendría que vivir con ese dolor si quería tener una familia funcional con el omega.

Sin embargo, caminando despistado y con su mente en las nubes, no se dio cuenta de que alguien lo seguía a sus espaldas. En el momento antes de abrir la puerta de su auto, se escuchó la detonación de un arma.

No supo qué había sido más rápido, si la bala atravesando su cuerpo y el maldito que había corrido velozmente una vez terminada su acción. Atacado por la espalda, el acto de cobardía fue tan certero que antes de girar su cuerpo el atacante ya se encontraba fuera de la escena, solamente se había quedado el sonido de la detonación y un charco de sangre proveniente de la herida del alfa.

Demian trató de respirar calmadamente, pero el dolor y el miedo de morir en la calle como un perro se apoderaron de él. A medida que caía al fio asfalto, las imágenes de su vida pasaban por sus ojos en cuestión de segundos, pero no todas, no las suficientes, no había ninguna de su futuro, no podía con la tristeza de nunca poder ver más a Noah, verlo vestido de blanco frente al altar, a su hijo, ver su nacimiento, escuchar sus primeras palabras, enseñaré a andar en bici, cargarlo en sus brazos.

'Qué desdicha' Pensó Demian en el suelo mientras su vista se nublaba y la sombra de un desconocido lo abrumó con la oscuridad.

Cameron, el hermano de Noah, observaba en silencio como Demian perdía la conciencia. El plan había salido mejor de lo que había esperado, de seguro su madre estaría satisfecha con la noticia de que el matón que habían contratado había dado en el blanco y dejado muerto a Demian Anderson.

Pero Cameron, como siempre, tenía otro plan. Tan pronto se aseguró de que no hubiera testigos, tomó a Demian como pudo y lo subió a su coche, manejó rápidamente asegurándose de que el alfa siguiera con vida una vez llegaran al hospital donde fue atendido rápidamente por el equipo quirúrgico de la prometida de Cameron.

Sí, el plan estaba saliendo a la perfección, una vez su madre pensara que Demian Anderson había muerto, podía asegurarse de que Liam y Noah finalmente se encontraran para ponerle fin a la pesadilla.

Y mientras el destino movía sus hilos para asegurar la libertad de Noah, Demian quedaría fueras del juego por el bien de todos.

─── ❝ Fire on fire ❞ ───



Jamás pensé  que me fuera a tardar tanto en actualizar, personalmente creo que escribí este capítulo más de cinco veces y lo resumí a más no poder.

Estamos en la recta final y no puedo creer que ha pasado tanto desde el capítulo uno, simplemente les quiero agradecer por la paciencia y por no abandonar este proyecto. Les prometo que trabajaré más duro para darles la historia que se merecen. 

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