Capítulo 40
Noah había escapado hace una hora, Ellio seguía en el cuarto de los bebés, había tenido que hacer ejercicios de respiración y tomar un té que poco efecto había hecho para calmarlo. La furia lo carcomía, su rostro seguía colorado cuál llamas del infierno, su corazón estaba dolido y los calambres en su vientre hacían que la situación empeorara.
—Te llevaré al hospital—habló Alek insistiendo nuevamente, ahora con maletas en mano para una posible estancia.
—¡No! —exclamó aun sin calmar su ira—acomodando uno de los cojines en su espalda—¡Llama a Demian antes de que ese loco de mierda cometa una estupidez!
—Lo llamaré camino al hospital—se acercó tomando de las piernas y espalda a su esposo para tomarlo cargándolo con la típica pose de princesa, aunque su príncipe azul tenía la expresión de satán recién caído del cielo.
—¡Bájame! —ordenó sin que su esposo hiciera caso.
—Los niños ya están en el auto, llamaré a Demian en el camino y te bajaré en el hospital—se apuró a llegar hasta el auto en donde estaban sus hijos esperando a sus padres.
Ellio siguió quejándose y reclamando sin pelos en la lengua, había olvidado incluso que sus cachorros iban a bordo, los cuales temblaban en un nervioso silencio, los más pequeños trataban de no llorar mientras los mayores los consolaban. Estaban sufriendo el mismo dolor de su mamá.
En cuanto llegaron al hospital el doctor atendió rápidamente a Ellio, hizo un rápido ultrasonido y con permiso del doctor revisó una posible dilatación, pero esta no se formaba, descartando un posible adelanto en el parto.
Alek había mandado a los niños a la guardería del hospital, había nodrizas de confianza y mantas para que pudieran dormir un poco, le dolía el estar lejos de sus cachorros, pero no podía dejar a Ellio solo lamentándose de dolor.
—¿Y bien? —musitó esperando lo peor.
—Los bebés están intactos—suspiró aliviado el doctor extendiendo un par de servilletas para que Ellio pudiera quitarse el gel—Lo que su esposo experimento fueron contracciones espontáneas por el estrés, pueden ser de alto riesgo, pero solo en casos extremos, gracias a Dios lo trajo a tiempo—expresó tomando sus hojas de recetario para ordenar un par de vitaminas que pudieran ayudar con el progreso de los bebés.
—¿Qué recomienda, doctor? —preguntó Alek al notar lo callado y distante que estaba su esposo sobre la camilla del hospital.
—Descansen esta noche, pueden salir en la mañana después de un último chequeo, les asignaré una habitación en donde toda su familia podrá descansar—habló sin más respirando la receta con las vitaminas y sin más, abandonó la habitación en silencio.
Alek se recostó al lado de Ellio. Había sido un día caótico y lleno de emociones para ambos, pero a diferencia de Ellio, el alfa no podía expresar tan libremente su encuentro con Liam Thatcher, el papá omega de Noah, por lo que prefirió ocupar su mente completamente en su esposo e hijos.
—¿Llamaste a Demian?—musitó el rubio sin darle la cara a su esposo.
—Lo llamaré en la mañana—susurró igual soltando un par de feromonas en una búsqueda de calmar a su omega.
—Llámalo ahora—ordenó firmemente.
—¿Cuál es la insistencia? —cuestionó ansioso.
—Los análisis de Noah dicen que está embarazado—gruñó apretando los dientes, tomando por sorpresa a su esposo—Vino a la casa con los resultados y porque quería un maldito aborto, por eso nos exaltamos y huyó de la casa.
—¿Q-Qué?
—Llama a Demian, busca a Noah antes de que el idiota cometa una equivocación—repitió dándole la cara esta vez, una cara llena de angustia y enfado—Sabes que Noah conoce donde hacerse un aborto.
—La zona roja...—musitó, recordando que había sido el lugar en donde había conocido a Ellio cuando él ya había sufrido su primer aborto—Podría estar en cualquier parte.
—¡Llama a Demian!—repitió desesperado.
Ante ese exclamar, Alek solo asintió y tomó su celular. Eran las dos de la mañana, esperaba que Demian estuviera lo suficientemente despierto para tomar la noticia de que su destinado estaba embarazado y que había escapado para realizarse un aborto sin su consideración.
Alek sabía que, de haber un enfrentamiento, debía de ser lo más diplomático posible. Estaban a un día de volverse a encontrar con los Ivanov en el juzgado para presentar pruebas concretas junto a su destinado.
─── ❝ Fire on fire ❞ ───
Los ojos de Noah ardían como el infierno, había llorado tanto que se habían secado sus lágrimas en sus mejillas, lo salado de sus lamentos junto con las luces de los burdeles y clubes los irritaba. Una parte de él quería volver con Demian y arreglar todo, pero sabía que ya no había marcha atrás, no podía formar una familia a sus cortos veintiún años, no podía permitirse siquiera tener la idea de traer a un niño al mundo cuando su propio mundo era un tormento.
Fue así que continúo caminando hasta llegar a la parte más baja de la zona roja. Conocía perfectamente ese lugar, había conocido a Ellio ahí cuando era un niño. Era imposible reconocer las luces fosforescentes y la música alta que alteraban sus nerviosos ante los amargos recuerdos que había pasado en el interior de los clubes en sus días con Dimitri, el sentimiento de una cruel nostalgia lo invadió, se sentía mal recordar que en ese mismo sitio había conocido a Demian y sería ese mismo sitio donde abortaría al hijo de su alfa.
Un edificio en particular le llamo la atención. Tenía una arquitectura en firma de cono y fue cuando lo recordó. Era uno de los edificios de Dimitri, lo único que necesitaba era entrar y fingir que era del personal. Dudaba que lo llegaran a reconocer, ya había pasado mucho tiempo, había madurado y su tono de cabello había cambiado. No parecía una mala idea.
Caminó hasta la entrada, las personas entraban y salían de manera constante, le sorprendía ver tanta facilidad de acceso, sobre todo de grupos que parecían ser de amigos y parejas, pero no necesitaba perder el tiempo en detalles, por lo que decidió actuar rápido.
—Disculpa—hablo al guardia con un tono angelical—Necesito hablar con Dimitri— musitó mordiéndose el labio inferior—Es mi primera vez aquí, necesito ayuda y me dijeron que Dimitri necesita urgentemente a un omega.
Noah no solo era un buen actor, sino que su belleza y cuerpo bien proporcionado ayudaban a que las personas pusieran más atención en su físico que en sus palabras.
—Claro—sonrió de lado hablando a otro sujeto para encaminarlo a un auto.
Noah sabía que tenía una mala experiencia subiendo a autos de desconocidos, pero después de todo había sido esa misma acción la que lo había llevado a Dimitri en primer lugar, por lo que planeaba que el destino fuera tan maldito como para repetir esa acción. Aún estaba a tiempo de huir, se había prometido nunca volver a ver a Dimitri, pero el miedo lo hacía dudar terriblemente.
En cuanto subió pensó que sería el mismo recorrido de la primera vez, sin embargo, poco a poco notó el que trayecto era diferente, en lugar de alejarse de la ciudad, se estaba adentrando a la zona central, sobre todo a los edificios residenciales más costosos de la ciudad. No importaba lo inseguro que estaba sintiéndose, constantemente se repetía que todo iba a acabar pronto y que podría seguir con normalidad con su vida al día siguiente.
Cuando el camino terminó el guardia lo subió hasta la última habitación que en realidad se dividían también en dos pisos. Obviamente, no podía esperar menos de alguien tan ridículamente presumido como lo era Dimitri, pero por fortuna, no era lo único ridículo que iba a pasar esa noche.
—Jefe—llamó el guardia a través del comunicador de la puerta.
—¿Qué carajos quieres? —pronunció con una voz hostil que dejó temblando a Noah. Comenzaba a sentir la realidad sobre él—Sabes perfectamente que hoy no entra ni sale nadie.
—P-pero—tartamudeó pasando saliva con inseguridad—Se trata del omega que solicitó.
Un silencio frío y terrorífico se apoderó de Noah, sabía que en cuanto la puerta se abriera y viera finalmente el rostro de Dimitri las cosas sé tornarían desesperantes y en cuando la puerta terminó de abrirse se encontró con el alfa de sus pesadillas.
Se veía cambiado, algunas arrugas se asomaban en los bordos de sus ojos, su cabello rubio se notaba más opaco, permanecía largo, así como lo recordaba, pero peinado de manera diferente, y extrañamente, sus ojos se veían en calma. Ese fuego infernal que había visto por última vez en sus pupilas se había tornado en un cielo azul cuál zafiro en el mar.
—Saca a esa escoria de mi vista—pronunció con voz distante e indiferente al ver de nuevo la presencia de Noah—Si se le ocurre volver a acercar a aquí, te despediré—gruñó.
—Ja'—escupido irritado—Ni creas que estor equipo por gusto—ni siquiera sabía de donde carajos había salido la voz para hablar sin sonar marginado—Vengo únicamente por negocios.
—Nada de ti me interesa—bufó con ultrajo proponiéndose a cerrar la puerta, sin embargo, Noah no estaba ahí para aceptar un 'no' como respuesta.
Antes de que la puerta se cerrara por completo, Noah empujó de esta y entró a la fuerza tumbando en el suelo a Dimitri en el acto. Su enojo fue inevitable, era imposible considerar que, en una de las noches más cruciales de su vida, Noah Miller volvía a su vida, interrumpiendo y arruinado todo como el maldito parásito que era.
—¡Jefe! —exclamó el guardia ayudando rápidamente a Dimitri a ponerse de pie y corriendo a sujetar a Noah.
El omega pronto se vio prisionero de la fuerza del guardia y privado de su libertad.
—¡Suéltame! —forcejeo erradico—Solamente necesito un maldito aborto, te pagaré cada centavo, dime, ¿no es acaso el dinero lo único que te importa?, ¿no te gustaría sacarme las entrañas a tu placer? —ladró tratando de librarse del agarre del guardia.
—¡Sácalo de aquí y asegúrate de dejarle claro que no quiero volver a ver su maldito rostro—ordenó frenético tratando de contener sus ganar de golpearlo.
—¡Maldito seas, Dimitri Harrison! —gritó fuertemente con clamor, haciendo que su voz resonara en todo el interior del departamento.
—¡Cállenlo y retíralo de mi casa! —insistió más molesto, parecía que una vena saltona se asomaba de su frente y su rostro se tornaba carmesí ante el coraje.
No obstante, Noah siguió clamando y ladrando a los cuatro vientos, vaya que quería ser odio con desespero, y lo fue, aunque no precisamente por alguien completamente bueno.
—¿Qué es todo ese escándalo? —se escuchó una voz ajena, dulce y pasiva entrando a la habitación.
Fue impactante para Noah ver como el rostro rabioso de Dimitri cambiaba a uno compasivo y preocupado ante la llegada de un joven esbelto y pequeño de cabello pelinegro y rasgos delicados. Su belleza era monumental y exótica, Noah quedó con la boca abierta, no lo iba a admitir abiertamente, pero ese sujeto era más hermoso que Ellio y él juntos.
—No es nada, querido, ve a descansar—suplicó llegando rápidamente al lado del misterioso omega. La voz de Dimitri se escucha encantadora a pesar de estar completamente enfurecido.
Noah por su lado, observaba con atención pese a estar preso de la fuerza del guardia.
—No puedo descansar con este escándalo—masculló crítico ante el escándalo que interrumpía su dormir.
—Perdóname—suplicó acariciando el rostro del chico tras un notorio titubeo—Me voy a encargar rápido de sacar a ese hijo de puta...
—Oh...—desvió la vista ligeramente a Noah—¿Pero ¿qué es lo que tenemos aquí? —salió de la sombra de Dimitri dejando completamente a la vista su belleza.
Noah se quedó sin aliento, sin duda se trataba del omega más bonito que había visto. Era imposible quitarle la vista de encima, sobre todo cuando este se acercaba hasta a él peligrosamente.
—¿Él es Noah? —cuestión acercándose hasta el punto en donde el espacio personal se volvió insignificante. El omega rubio trató de apartarse, pero el azabache terminó por tomándolo del rostro con ambas manos para ver su rostro más detalladamente—Dios mío...—musitó embelesado—Eres realmente hermoso—sonrió—Me gustas...
—¿Eh? —ni siquiera había terminado ni de hablar de ni asimilar las últimas palabras que había pronunciado el extraño omega.
Cuando menos se dio cuenta, los labios del pelinegro ya estaban sobre los suyos. El shock fue inevitable, era un beso profundamente provocativo y cálido, desesperado y radical, como si la vida del omega dependiera de ese solo beso. Trató de escapar de la fogosa demanda del omega sobre sus labios, pero al estar sujeto de sus brazos lo limitaba enormemente.
Cuando finalmente se separaron, el alma de Noah ya había abandonado su cuerpo.
—Lo quiero—sonrió el omega azabache hacia Dimitri, quien observaba frustrado y distante.
—Querido, puedo conseguirte a un omega más apropiado, uno menos asqueroso—suplicó Dimitri, tratando de que su pareja recuperara la razón y para ignorar la idea de que los mismos labios que adoraba incondicionalmente habían tocado los de Noah.
—Quiero a este—pareció hacer un pequeño berrinche, una faceta que le pareció tierna a Dimitri. No podía negarse a la ley de su rey.
—Bien, llévalo a su habitación—bufó haciendo rechinar sus dientes ante la idea de que Noah pasaría la noche con su omega.
—¡Gracias, amor! —giró dulcemente hasta su alfa y brincó para abrazarlo.
Dimitri lo tomó para evitar que cayera y como agradecimiento el omega le regaló un beso, automáticamente, el ceño enfurecido de Dimitri se tornó relajado y alegre.
Noah no lo podía creer, era como si se tratara como de un niño cuyo padre había dejado que se quedara con un perro que había recogido de la calle. Y tal como había ordenado Dimitri, Noah fue llevado a la fuerza a una habitación del segundo piso de departamento. No tenía idea de lo que estaba pasando, segundos antes Dimitri lo estaba vetando de su existencia y ahora estaba siendo llevado a la fuerza a la habitación de un omega que lo había besado como si lo estuviera seduciendo.
—¡Oye espera! —exclamó siendo cargado por el guardia y abruptamente lanzado al interior de la habitación. Antes de que pudiera objetar, la puerta fue cerrada y asegurada con seguro exterior—¡Mierda! —bramó hostil, golpeando la puerta con desespero—¡Abre la jodida puerta! —insistió golpeando esta.
—Buena suerte con eso—cantó el otro omega haciéndose notar en la habitación mientras entraba a una enorme cama cubierta por un bello dosel que se encontraba en el centro de la recámara. Tan pronto como se recostó soltó un suspiro melodioso—Llevo días suplicando porque abran esa puerta, admito que tu visita fue la excepción por la que pude salir.
—¡No tengo tiempo para esto! —articuló con rabia—Si no quieres escapar es tu maldito problema, pero yo no pienso quedarme aquí únicamente porque decidiste despertar un maldito fetiche de Dimitri.
—¿Escapar? —rio—¿Por qué querría escapar de mi esposo?
—¡¿Qué!?—exclamó ante la sorpresa—¡¿Te casaste con el hijo de perra de Dimitri?!
—'Mi' hijo de perra—aclaró acurrucarse en la cama—Ven...—suplicó tapándose con las sábanas de ceda.
Noah se mostró ansioso, no era como que terminara de confiar en las circunstancias del momento, venga, ni siquiera sabía con quién estaba tratando, pero sabía que probablemente con un maniático tratándose de un omega que a vivas luces había decidió contraer matrimonio con Dimitri Harrison.
—¿Planeas volver a atacarme? —bromeó—Debo admitir que en el pasado disfrutaba estar tanto con alfas y omegas, pero mi paladar solo admite a un hombre ahora.
—Lo mismo digo—musitó recostándose por completo, como si estuviera a punto de dormir—Ya en serio, por ahora lo único que se me antoja es dormir.
Noah notó sinceridad en sus palabras, y a medida que se acercaba a la cama cubierta de una delgada tela blanca y hacía de maya, se dio cuenta de que el chico estaba teniendo problemas para respirar, su rostro estaba sonrojado y su cuerpo estaba abrazando una enorme almohada. Noah decidió sentarse a la orilla de este, no era como que fuera a algún lado esa noche, por lo que decidió ponerse lo más cómodo posible, aunque no pasó mucho tiempo cuando el misterioso chico estaba sobre su regazo, como si en ese acto buscara protección.
—Eres muy hermoso—musitó recostándose dócilmente—Realmente hermoso—abrió los ojos posándose en los marrones de Noah—Perdona el beso de antes, es que únicamente me calmo con feromonas de omegas y si no te ayudaba Dimitri te iba a matar.
—Lo hará de todas formas—musitó incómodo desviando la vista para no soportar la mirada del omega—¿Por qué necesitarías de las feromonas de un omega? Digo, no es como si...
Le tomó un minuto pensarlo, pero fue también gracias a un gemido del omega que lo entendió. Ya entendía por qué Dimitri estaba tan alterado, no era porque su repentina llegada lo pusiera como al mismísimo diablo, sino porque su esposo estaba pasando un celo.
—Estás en celo—confirmó Noah al ver al contrario sudoroso y jadeante.
—Si—pareció sonreír—Lamentablemente las feromonas de mi Dimitri son demasiado intensas y dominantes—esa última parte resonó de manera provocativa—Pero estoy bajo un tratamiento hormonal, además, estoy cansado y todos sabemos que en un celo sé hace de todo menos dormir—rio pícaramente—Por cierto, soy Ethan Evans.
—¿Evans? —cuestionó—Es un apellido original.
—Soy de Galés—aclaró.
—Pues mucho gusto, Ethan Evans—era una manera particular de conocer a la nueva pareja de su ex—Soy Noah Mill...
—Noah Miller—completó en un quejido—'El hijo de perra que quemó mi casa'—agregó haciendo un tono de voz parecido al de Dimitri.
—Yo no quemé su casa—gruñó haciendo reír al omega—Si hubiera querido quemar su casa no se hubiera enterado de que fui yo.
—Lo voy a creer—cerró sus ojos dejando olfatear un poco de las feromonas de Noah, haciendo así que su cuerpo se relajara un poco más.
—Como sea, no planeo quedarme por mucho tiempo aquí—gruñó.
Noah no podía soportar más la incómoda situación. ¿Cómo rayos habían pasado de abandonar a su alfa, terminar su única amistad de años a volver a encontrarse con su ex y estar compartiendo la misma cama con el esposo del hombre que le rompió el culo? Parecía que el karma estaba volviendo a él rápidamente.
—¿Entonces por qué viniste? —cuestionó con una voz dolorosa—No todos los días uno se levanta de la cama con ganas de ir a visitar a su ex.
Bueno, eso era cierto, pero en realidad era más complicado que eso.
—Dimitri legalizó muchos procesos de aborto y es justamente lo que necesito en estos momentos—contestó sin llegar a dar tantos rodeos, no terminaba de confiar en Ethan.
—Eso explica tu delicioso aroma—musitó inhalando las feromonas de Noah—Es un poco injusto, los omegas en realidad no tiene algo conocido como la privacidad.
—¿De qué hablas?—sordeó al ver el poco interés del galés por su condición.
—A que el olor de tus feromonas siempre te delata—contestó desanimado—Si estás enlazado, en celo, embarazado, o si engañaste a tu pareja con otro, todo eso se nota.
Era cierto, mil veces había notado que Ellio estaba embarazado solamente con su aroma, y ni hablar de Demian, siempre que sentía su fragancia dulce su corazón se emocionaba. Incluso cuando volvió a ver a Dimitri, sus feromonas habían cambiado de etéreo a pútrido en cuando su estado de ánimo cambió. Pero había algo extraño, pues el omega sobre él realmente no reflejaba ningún tipo de esencia.
—¿Qué hay de ti? —preguntó—No tienes aroma.
—Cierto—contestó alegre—Es gracioso, de cierta forma te podría envidiar—abrazó más fuerte la cintura de Noah, profundizando más en su aroma—Yo no puedo embarazarme, enlazarme o despedir olor—rio amargamente.
—Imposible—comentó escéptico—Sabes, si quieres te puedo hacer un favor y transporte a este parásito.
—¿Por qué no querrías tener un hijo? —preguntó irritado—Dime ¿Tan malo sería?
—Claro que si—contestó desesperado poniéndose de pie dejando caer la cabeza del omega en la almohada—¡Si tengo a este bebé, Demian nunca terminará su carrera, su madre lo va a desheredar, va a perder a su familia, amigos, tiempo y vitalidad!—contestó sin parar de parlotear, sintiendo un desahogo profundo y errático saliendo de su boca—¡Solo le voy a terminar de arruinar la vida!—exclamó dando mil pasos en su mismo lugar—Y ni hablar de la criatura—musitó con tristeza—Mis genes solo pueden darle depresión y pesadumbre.
Ethan no terminaba de entender, de alguna forma sentía que todo lo que Noah decía parecían más excusas que un verdadero miedo. Toda su vida había deseado estabilidad, por lo que llegó a pensar que Noah también anhelaba lo mismo, después de todo, ¿qué omega en el jodido mundo no lo quería?
—Entonces tu pareja debe de ser un hijo de puta como tú—supuso respirando pesadamente.
—¿Qué? —preguntó Noah sintiéndose atacado.
—Dices que si tuvieras al bebé únicamente podrías heredarle genes horrendos, así que supongo que parte de esos genes también vienen del padre—argumentó perspicaz con el propósito de que Noah reflexionara un poco más en sus palabras.
—No—protestó—Sin duda los 'genes' de Demian son perfectos—musitó distante—Y él sería un gran padre—masculló mordiendo la uña de su pulgar involuntariamente por ansiedad—Tenemos un gato y lo cuida como si fuera un bebé, me gusta ver como se quedan dormidos juntos, la forma en la que lo mima y protege, supongo que con un bebé sería la vista más hermosa de todas, además, probablemente crie al ser humano más perfecto de la historia, y ni hablar de sus rasgos, son perfectos, me imagino a un bello niño con su cabello negro y nariz recta, sería...
—¿Hermoso? —indagó jadeante, pero con una sonrisa, como si todas las palabras que decía Noah de alguna forma reflejaran su sentimiento—Lo mismo digo—susurró débilmente—Eres afortunado Noah, tienes a un alfa que te ama y respeta, llevas en tu vientre a un bello bebé y estás marcado tu destinado, un hombre que amas y te ama.
—Sigues repitiendo eso—masculló notando que el estado del omega se volvía más problemático, escuchaba como su respiración se volvía más ruidosa, por lo que decidió volver a sentarse a su lado en la cama.
Ethan pudo volver a respirar con tranquilidad una ve sintió el calor de Noah de nuevo en su cama, se sentía perfectamente, casi tan bien como estar con Dimitri.
—Cuando vivía en Gales mi familia me vendió a un buen postor—empezó a narrar haciendo que Noah se recostara a su lado, sonaba como una larga historia, por lo que prefirió ponerse cómodo—Tenía mucho miedo, pero cuando conocí a ese hombre me di cuenta de que era mi destinado.
—¿Dimitri?
—No—contestó apático—Era un hombre que al principio parecía bueno, estar al lado de él me daba tranquilidad y cumplía con todos mis caprichos, parecía una vida cómoda, pero cuando quedé embarazado las cosas comenzaron a ponerse lúgubres—farfulló acurrucándose al lado de Noah, como si buscara seguridad en su cuerpo—Conforme el embarazo avanzó él se volvió más estricto conmigo, me estresaba mucho y dejó de ser amable, una noche cometí un error en la cena y me golpeó hasta quedar inconsciente, cuando desperté estaba solo en la casa y mi vientre dolía, temí lo peor y traté de ir al hospital, pero él me había encerrado en la casa como un tipo de castigo, y cuando llegó ya era demasiado tarde...—se escuchó su voz lamentarse, como si la cicatriz siguiera abierta—Había perdido al bebé y mi útero quedó lastimado al intentar sacarlo de mi cuerpo, tenía tanto miedo, pero él solo me miraba con asquerosidad.
Noah apretaba la mandíbula para intentar no doblegarse, no podía creer que a cada omega que conociera su vida estuviera jodida gracias a un alfa.
—Intentó matarme en muchas ocasiones, lo hubiera logrado de no ser porque una noche escapé rompiendo una de las ventanas—expresó melancólico—Y por cosas de la vida llegué a uno de los burdeles de Dimitri, no lo conocí directamente, pero eventualmente lo hice. Él estaba pasando por tu reciente ruptura y pedía consuelo en muchos omegas, ambos estábamos heridos y supimos acoplarnos al dolor del otro, pero lamentablemente mi ex esposo me había marcado y al ser mi destinado el lazo es aún más fuerte, por lo que Dimitri me empezó a pagar un tratamiento para borrar mi marca y poder volverse su pareja, pero parte del proceso es no recibir feromonas de Dimitri en mis ciclos de celos, además, mi instinto sigue llamando a mi ex—trató de controlarse, pero fue inevitable derramar un par de lágrimas—Solamente quiero enlazarme a Dimitri y tener una familia, ¿te lo imaginas?, poder hacer tu propia familia, sin violencia, sin abusos, algo que finalmente sea tuyo...
Noah pensó que eso sería lindo, sabía que quería pasar el resto de sus días con Demian, estaba tan seguro de eso como que el cielo era azul.
La historia de Ethan lo hizo reflexionar en que tal vez las cosas no serían tan malas si decidía conservar al niño, después de todo, las cosas apuntaban a que Dimitri no iba a aceptar su petición abrupta de practicarle un aborto.
—No creo que debas enlazarte con Dimitri—comenzó—Es egoísta y un manipulador cuando menos te des cuenta estará llevando a esta misma cama a sus prostitutas.
—Oh, descuida, esas ya no existen—suspiró somnoliento—Hace dos años Dimitri dejó de administrar el prostíbulo, ahora sus edificios son clubs en donde van universitarios y personas a pasar un buen rato, aunque hemos ayudado a varias personas a salir del país a lugares donde tengan más oportunidades.
—¿En serio? —preguntó escéptico.
—Claro—abrazó aún más fuerte a Noah—Yo personalmente administro todo, Dimitri ya no es tan joven como antes así que decidió salir de todo lo ilegal, debiste de ver el caos que hizo su exesposa cuando la acusó con la policía por la venta de drogas. Gracias a Dios soy lo suficientemente joven como para lidiar con el drama.
—Insisto—habló Noah sin poder llegar a moverse ante el agarre del omega—Dimitri debería de ser tu última opción, ¿en serio quieres enlazarte con un anciano de ochenta años?
—Tiene cuarenta y dos—corrigió señalando receloso—Y para tu información el juez que nos casó fue menos estricto que tú en estos momentos. Comparado con mi anterior matrimonio que casi termina con mi homicidio, te sorprenderá saber que Dimitri se ha vuelto un hombre de bien, gruñón, eso lo acepto, pero menos problemático, por eso quiero enlazarme con él, sé perfectamente de que ha cambiado y está listo para continuar con una vida familiar.
—Claro, el amor lo puede todo—suspiró sarcástico, aunque en realidad él era el mejor testigo de que el amor si lo podía todo.
Siguieron platicando esa noche, tanto de las inseguridades de Noah como del pasado de Ethan, sus primeras citas con sus parejas y sobre los problemas que cada uno estaba lidiando. Noah le compartió a Ethan también su trágico pasado y de como ahora, junto con Demian, estaban haciendo todo lo posible para tener un futuro juntos.
A medida que se iban quedando dormidos, Noah se terminó de dar cuenta de que había cometido un error, no debió de haberle guardado el secreto a Demian de su embarazo, hubiera compartido sus inseguridades y miedos con su destinado, se hubiera ahorrado la pelea con Ellio y estar en el departamento del hombre que tanto repudiaba.
Esa noche, antes de que el sueño lo venciera, Noah hizo algo que hacía en extrañas ocasiones, y fue el rezar.
Le pidió a Dios, que, si tenía una gota de bondad y de misericordia, le brindara un amanecer esperanzador a su relación con Demian y al hijo que cargaba en su vientre, le suplicó al creador esperanza y perdón por todos los errores que había cometido esa misma noche.
A la mañana siguiente Noah se despertó, aunque no estaba en la cómoda cama doncillada, no sobre una enorme almohada o frescas sabanas, sino que estaba sobre la alfombra de la habitación. Por un segundo pensó que había caído al suelo mientras dormía, ya que había quedado cerca de la orilla gracias a Ethan.
Tan pronto como la pereza se lo permitió se pudo de pie lentamente, aunque tan pronto como vio el panorama de la cama decidió volver al frío suelo.
'Deben de estarme jodiendo'. Repitió mil veces en su mente tratando de tapar sus oídos ante los repentinos sonidos que Ethan estaba haciendo al tener a Dimitri a tempranas horas de la mañana entre sus piernas haciéndole una mamada.
—Oh Dios...—suspiraba el omega galés con una voz frágil y sumisa—Amor...—gimió exaltado ante el magistral tacto de su esposo—Ha... Haa...—se quejó tratando de callar sus gemidos.
—¿Qué pasa, cariño? —musitó Dimitri levantando su rostro para mirar a su esposo completamente indefenso.
—El doctor dijo que no podemos—masculló tratando de controlar su respiración—Además, Noah sigue aquí—farfulló tomando el rostro de Dimitri para que volviera en sí mismo.
No era del todo cierto, puesto que Noah se escabullía silenciosamente a rastras hasta la puerta de la habitación.
—Entonces guarda silencio para que no te escuche—dictó posando su mano en los labios.
Antes de que los gemidos y quejidos de placer de Ethan se hicieran más sonoros, Noah salió a rastas de la recámara, incluso pudo llegar a sentir como el aire era menos pesado y más fresco en comparación al interior donde estaban las asquerosas feromonas de Dimitri.
—Qué asco—tembló terminando de ponerse de piel para alejarse aún más del fétido olor.
Terminó de limpiarse el polvo de su ropa y se dispuso a caminar a la salida. Lo último que necesitaba era pasar un segundo más en ese departamento, iba a regresar con Demian y haría de cuentas que la noche anterior nunca había pasado, aunque su improvisado plan terminó antes de empezar al llegar a la sala de estar.
—¿Qué haces aquí? —preguntó al aire al toparse con la sorpresiva presencia de Alek sentado en uno de los sofás.
—Podría preguntar lo mismo—comentó poniéndose de pie—Nunca pensé que de todos los lugares vendrías aquí, ¿qué no fue Dimitri el que casi te mata en ese incendio?
Era muy temprano para Noah como para discutir, por lo que decidió simplemente guardar silencio. De todas formas, Alek sabía que Noah ya se había castigado a sí mismo.
—¿Ellio te pidió que vinieras por mí? —vaciló con su voz decaída. Se le remordió la conciencia al recordar que no habían terminado de la manera más pacífica su última conversación.
Alek por su lado se debatía si debía decirle a Noah la situación por la que estaba pasando su esposo. Parte de su orgullo y coraje le decía que lo dejara vagando en la incertidumbre y no proporcionarle respuesta, pero sabía o importante que Ellio era para Noah, así que decidió ser honesto. Duramente honesto.
—Ellio está en un hospital internado, después de tu ridícula discusión sufrió contracciones espontáneas, créeme, tú eres su última preocupación, dudo que quiera ver tu rostro en un tiempo—contestó acercándose a Noah.
Eso terminó por hacer sentir peor a Noah.
—Andando—anunció tomándolo por la espalda para que siguiera caminando tumbo a la salida.
Mil pensamientos y remordimientos se posaron en la menta de Noah, no podía creer hasta donde había llegado gracias a sus miedos e inseguridades, deseaba más que nada oprimir un maldito botón que lo regresara al punto de inicio cuando se enteró de su embarazo.
No quedaba de otra más que afrontar las consecuencias de sus acciones.
—¡Espera, Noah! —se escuchó el grito Ethan saliendo rápidamente de la habitación abrochando descuidadamente su bata, como si a duras penas hubiera podido escapar del libido de Dimitri—Necesito preguntarte algo—se apresuró a llegar hasta Noah.
—¿Qué pasa? —cuestionó preocupado ante la exaltante voz del omega pelinegro que reflejaba preocupación.
—El nombre del hombre que abusó de ti...—pronunció tratando de cuidar sus palabras—¿Podrías repetir su nombre?
Alek se asombró de que el repentino esposo de Dimitri supiera sobre los abusos que había sufrido Noah en su niñez. Sin duda las cosas se estaban volviendo cada vez más extrañas.
—Su nombre...—musitó Noah sin llegar a entender por qué la curiosidad de Ethan por el nombre del padre de Nicholas. Cierto, no lo había mencionado la noche anterior, pero no creyó que realmente fuera a ser de relevancia—Vladímir—pronunció—Vladímir Ivanov, ¿por qué la curiosidad?
—Porque antes de que el burdel cerrara recibíamos visitas especiales de un señor que siempre acosaba a los hijos de los omegas que cuidábamos—comentó llamando la atención de Alek—No pasó a mayores, pero en sus pedidos siempre se centraba en omegas que tenías a sus hijos aquí y las grabaciones captaban como se acercaba y acariciaba a los niños, por suerte nos dimos cuenta y lo vetamos antes de cambiar la administración de los locales, pero aún conservamos las grabaciones, tenemos testimonios de que ese señor y registros de que podría tratarse de ese mismo hombre—explicó llenando de asombro tanto a Alek como a Noah—Si resulta ser el mimo nombre entonces tendrás pruebas suficientes de que ese hombre en realidad es un maldito pedófilo.
—¿Tienes esos documentos contigo? —interfirió Alek en la conversación.
—Si—contestó confiado—Puedo mandarle una copia por correo electrónico.
—Cuento con ello—habló esperando que Ethan fuera todo lo contrario a Dimitri y pudiera cumplir con su palabra—Mañana en la tarde es la muestra de los primeros testigos, por lo que me mantendré en contacto usted para que pueda testificar a favor de Noah con esta información, aunque como sabe, no creo que sea sensato comprometer a Dimitri en este evento.
—No le importará, confíe en mí—confesó con una sonrisa humilde—Buena suerte—articuló dirigiéndose a Noah—Y recuerda, tienes a un amigo con el cual hablar.
—Gracias—musitó no sin antes despedirse con un abrazo de Ethan.
Había sido una experiencia única, nunca pensó que al final del día su visita con Dimitri podría hacer ayudado a confirmar que el padre de Nicholas en realidad se dedicaba a abusar de niños inocentes, no solo de Noah, sino de otros pequeños que habían corrido con la misma mala suerte, sin embargo, la culpa aún lo carcomía. Aun sabiendo que había resultado algo bueno de esa humillante visita, aún estaba decidido a desear que ese escenario nunca hubiera pasado, el haber permanecido en casa con Demian y haberle hecho saber de la ansiosa y sorprendente noticia que estaba sobre su vientre.
─── ❝ Fire on fire ❞ ───
El camino en el auto de Alek era silencioso. Pese a todas sus dudas, el alfa no había hecho ninguna pregunta sobre cómo había pasado la noche o si siquiera sobre lo que había hablado con Dimitri, pero su silencio era en parte un castigo hacia el omega.
Alek condujo hasta una zona residencial abandonada que extrañamente se me hizo familiar a Noah.
—Pensé que íbamos a ir con Demian—musitó apretando el cinturón de seguridad.
—Así será—comento recargándose por completo en el asiento del conductor—Demian está arriba en el departamento veinticinco, quería que hablarán en un territorio neutro.
—¿Dónde estamos?
—En mi viejo departamento—contesto señalado justamente el departamento antes mencionado—El departamento que tenía antes de casarme con Ellio.
—¿Por qué razón decides seguir pagando la renta de un asqueroso departamento cuando vives felizmente en tu enorme casa con tu familia? —preguntó arisco sin saber a dónde llevaba la conversación.
—Tengo un hermoso esposo que se enoja fácilmente cuando se embaraza, y como siempre se embaraza siempre está enojado y no tolera verme, así que vengo aquí cuando me corre de la casa—suspiró sacando del bolsillo de su pantalón un cigarro electrónico, algo que hizo saltar de sorpresa a Noah.
—¡¿También vienes aquí a fumar?!—exclamó sin saber en qué clase de realidad estaba viviendo.
—Si tuvieras que arreglar tus problemas y tropiezos solo también lo harías—exhaló el aromático aroma de uvas—Pero estoy aquí, otra vez, regañándote, limpiando tu desastre, tratando de que las cosas sean mejor para ti, porque te amo como a un hijo, pero por mucho que lo intente, por mucho que te proteja siempre vas a terminar alejándome.
—Alek, yo...—trató de hablar, pero la voz del alfa castaño lo interrumpió.
—Y no solo a mí—siguió hablando sin importarle lo que Noah fuera a decir—A Ellio, a Demian, por un demonio Noah, ¡tu verdadera familia! —soltó irritado—Sé que has sufrido demasiado, pero si sigues alejándonos solo tendrás a ese sufrimiento de compañía. Así que sube y arregla esto, dile a Demian del embarazo, tomen una decisión y acepta tus errores.
Noah solamente guardó silencio y agachó la cabeza para tratar de disimular las lágrimas amargas de frustración que bajaban por sus mejillas. Ni siquiera podía respirar, no quería salir del auto, quería desaparecer, morir en ese mismo instante. Pero no podía, Alek tenía razón, debía de aceptar sus errores y aferrarse a las consecuencias.
Sin más, Alek observó como Noah bajaba del auto mientras daba otra calada a su vape. Pudo haberse terminado el contenido en ese mismo momento, pero ni con todo el humo del mundo podía relajarse. El embargo de Noah era lo último que le mortificaba, sino porque veía cada vez más imposible cumplir con la promesa que le había hecho a Liam Thatcher. No podía sumarle una carga más a Noah, no podía presentarle, así como así a su padre omega biológico, de hacerlo, todo se volvería un caos.
Con eso en mente, decidió fumar con tranquilidad mientras despejaba su mente para comenzar a planear algo en donde todos salieran victoriosos.
─── ❝ Fire on fire ❞ ───
Noah subió las escaleras del viejo edificio sintiendo como si su corazón estuviera atorado en su garganta. Apretó fuertemente una de sus manos sobre su vientre, como si quisiera proteger a la criatura que tenía en su interior.
Como fuera, respiró un par de veces antes de abrir la puerta, y cuando lo hizo toda la preocupación y miedo desapareció sutilmente. Eran las feromonas de Demian, tan ricas y deliciosas como recordaba, como si hubiera pasado una eternidad en lugar de solo una noche. ¿Cómo era posible? No tenía lógica, pero en su interior así se sentía.
Caminó lento dentro de la habitación hasta dar con la sala en donde encontró a Demian distraído en su celular.
Guardó silencio, tanto que pareció invisible por unos segundos, quería conservar, aunque fueran unos segundos de paz antes de que las cosas se supieran turbias entre él y la persona que más amaba en el mundo.
—D-Demian—musitó el nombre de su alfa.
En cuanto Demian escuchó la voz de su omega volteó la mirada y observó a su pareja recargada en la pared, como si quisiera ocultarse. Se puso de pie con una sonrisa y se acercó a saludarlo con un dulce beso.
—Hola amor—sonrió abrazándolo con cariño—Pensé que íbamos a encontrarnos en la casa de Ellio, pero Alek dijo que viniera aquí.
—Pasaron muchas cosas en la casa de Ellio—habló con voz débil, tratando de aguantar sus ganas de llorar—Ven—anunció delicadamente tomando a Demian de la mano, caminando hasta unos de los sofás para estar un poco más cómodos—Yo...
—¿Todo está bien, amor?
Era ahora o nunca, no iba a guardar más secretos.
—No—contestó abatido—Quiero que por favor escuches hasta el final y entonces podrás enojarte tanto como quieras y yo lo aceptaré.
—Noah...—musitó tratando de calmar a su omega. No le gustaba su semblante, necesitaba respuestas, pero la espera únicamente lo carcomía.
—¿Recuerdas los resultados de los análisis? —preguntó Noah viendo finalmente a los ojos a Demian, este asintió a la pregunta y el turbio decidió proseguir—La droga no fue lo único que salió positivo, aparentemente la juez mandó a hacer todo tipo de pruebas, incluidas las de embarazó.
—¿Qué? —musitó sintiendo como el aire se le escapaba de los pulmones.
—Y-Yo tenía mucho miedo—tartamudeó apretando sutilmente la mano de Demian—Perdóname, sé que debí decirte, pero no soportaba la idea de que esta noticia arruinara más tu vida, así que fui con Ellio y le pedí que me ayudara, pero solamente discutimos y me mandó al diablo—habló rápido, pasando desapercibido muchos puntos, sus sentimientos y los miedos que pasó estando a solas—Así que traté de buscar otra solución, pensé que si hacía de cuentas que esto no estaba pasando las cosas continuarían con normalidad, pero no puedo, no sin ti—finalmente lloró ante la idea de que Demian comenzara a odiarlo.
—Es-Espera—tartamudeó tomando el rostro dolido de su omega. Noah solo se quebró ante el dulce tacto de su alfa, no era digno de recibir tanto amor siendo él tan egoísta—¿Qué me quieres decir? —cuestionó emocionado.
Fue cuando Noah tomó aliento y se preparó para lo peor.
—Demian, estoy embarazado—soltó viendo como su alfa reaccionaba con felicidad—Y traté de abortarlo—soltó viendo como tan pronto apareció la bella sonrisa de su amado este desaparecía—Ellio no me quiso ayudar así que busqué otra persona que fuera capaz de ayudarme.
—No lo digas—musitó cerrando los ojos, haciéndose de la idea de que esa discusión no estaba pasando.
—Demian—suplicó su atención, pero el alfa solo desvió la mirada al suelo—Te prometí no más secretos—lloró sin soltar las manos del pelinegro, como si se quisiera aferrar a este—Fui con Dimitri...
—¡Maldición! —explotó poniéndose de pie caminando rumbo a la salida.
Noah ni siquiera se dio cuenta cuando su cuerpo reaccionó y se aferró a la cintura de Demian, abrazándolo de espaldas para que no siguiera avanzando, suplicando que se quedara.
—Demian, Demian, Demian—lloraba con desespero—¡No pasó nada, no dejé que me tocara, él ni siquiera me ayudó, no pude hacerlo, no pude hacerte eso a ti! —clamó culpable—Te juro que no pasó nada, su esposo, Ethan, fue el que me hizo entrar en razón, no tuve nada que ver con Dimitri, te juro que sigue detestando tanto como yo a él.
—¡Pues no lo parece! —exclamó zafando dl agarre de Noah para verlo a la cara—¡¿Acaso no soy suficiente?!—habló con tono de voz dolido—No me duele que me hayas ocultado el embarazo, que hayas querido abortar, eso lo puedo soportar, no sería la primera vez que me ocultas algo—gruñó frustrado—¡Me duele que hayas preferido ir con ese maldito que tanto daño te hizo en lugar de mí!
—No quería arruinar más tu vida—lloró sintiéndose pequeño—Ya perdiste la confianza de tu madre, tu carrera, lo último que necesitas es tener que criar a un bebé.
—¿Siquiera sabes lo que quiero?—cuestionó herido—¿Por qué crees que te estamos ayudando romper tu contrato matrimonial?—volvió a cuestionar acercándose a Noah—Porque te amo, porque nos prometimos una vida, porque quiero tener una familia—contestó—¡Quiero que seas feliz, quiero ser feliz a tu lado!—se quejó sintiendo como las lágrimas se asomaban también por el zafiro de sus ojos—Yo no perdí nada Noah, no arruinaste nada—respiró agitado—Pero me acabas de lastimar—lloró mirando con decepción a su omega—¿No pensaste que te apoyaría como siempre lo he hecho? Si quieres tener al bebé, si quieres abortarlo te hubiera apoyado. ¡Eso es lo que hacen las parejas, pero preferiste mil veces ir a Dimitri antes que con tu destinado!
Noah solamente pudo llorar como un niño herido, se merecía todo el odio de Demian sobre él y lo aceptaba con sufrimiento y arrepentimiento.
—Yo no aborté—soltó en un lamento—Fue un error todo lo que hice, y por eso merezco tu odio, y entenderé si decides no continuar con el caso o conmigo—balbuceó abrazados a sí mismo—Pero te lo prometí, no hay más secretos.
Demian tuvo que respirar un par de veces para calmarse. No le dolía que Noah le hubiera ocultado el embarazo, de cierta forma suponía la probabilidad de un embarazo, ninguno de los dos se había protegido en sus relaciones sexuales, por lo que era tan responsable como Noah, pero no podía con el dolor de que Noah hubiera tomado una decisión tan importante sin él y haber socorrido a la ayuda de un animal que lo había lastimado tanto en el pasado en lugar de él.
¿Debía de abandonar todo y seguir con su vida? Sonaba a lo más justo, cualquier otra persona hubiera preferido la paz antes que volver a repetir la mima historia de secretos y mentiras. Pero Demian sabía que cualquier decisión que tomara, ya fuera quedarse o continuar solo, sería la equivocada.
—Te apoyo en todo Noah, lo haré como siempre lo he hecho—comentó distante—Lo haré porque te amo, te amo, y te amo tanto que a veces me olvido de amarme a mí.
—Demian, perdóname, por favor, perdóname—sollozó viendo como el alfa volvía a caminar lejos de la habitación rumbo a la salida.
—Te veré mañana en el jurado—manifestó limpiándose sus lágrimas—Necesito algo de tiempo.
—¿Tiempo para pensar o para nosotros? —preguntó deprimido.
Demian se quedó en silencio, un silencio que permaneció tremendamente eterno y agobiante. Noah se ahogaba en la ausencia de ruido, en la lejanía de su alfa pese a los espacios pasos.
—Tiempo—contestó sin más saliendo del departamento.
Tan pronto como escuchó la puerta cerrándose, cayó al suelo en un mar de lágrimas. Definitivamente, lo peor ya había pasado, pero lo último que quería era las cosas volvieran a ser como antes, añoraba que el destino lo volviera a juntar a Demian, iba a pelear por un futuro con él y su pequeño.
Tan pronto como Demian salió de la casa comenzó a llorar silenciosamente. Sabía que no era su culpa y que debía de dejar de castigarse a sí mismo y ser consciente de su estabilidad emocional. Sin embargo, la noticia de que había un bebé en camino lo llenaba de felicidad, eran las acciones de Noah las que le rompían el corazón.
—¿Sabías de esto? —preguntó en un gruñido cuando se acercó al auto de Alek en el que se encontraba fumando con despreocupación.
—Me enteré ayer en la noche—contestó exhalando el aromático humo—Pasé toda la noche buscándolo, por suerte no hizo ninguna imprudencia sin ti.
—¡Hizo todo sin mí! —exclamó enfurecido y sabía que no era culpa de Alek, simplemente tenía problemas para expresar su furia.
Iba a retirarse sin hacer más, pero Alek llamó su atención.
—¡Demian! —detuvo el caminar del alfa—La vida de Noah va a cambiar para siempre, va a necesitar de ti, y no solo hablo del embarazo, aparentemente toda la vida de Noah ha sido una telaraña de mentiras y manipulaciones.
—¿Ahora de qué hablas? —cuestionó irritado—No estoy para bromas, secretos y palabras claves, ya tuve suficiente de eso por un día.
—Hablo del omega que viste en la casa de la madre Noah—comentó llamando rápidamente la atención del alfa—Lo que viste no fue una ilusión, y tengo pruebas.
—¿Qué tipo de pruebas? —preguntó interesado y preocupado por el rumbo que estaba tomando la conversación.
—Una a la que podrías llamar suegro—contestó sin más haciendo que Demian sacara por sí mismo sus conclusiones.
Alek tenía razón, la vida de Noah iba a cambiar radicalmente.
─── ❝ Fire on fire ❞ ───
Tardé más de lo pensado pero edité este capitulo como 8 veces, tuve que cambiar el nombre de Ethan como tres veces y pues ver la preciosa ilustración que nos hizo Anne (la nueva ilustradora uwu)
Espero mañana tener el proximo capítulo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top