Capítulo 4


Mucho texto, pero créanme que habrá un momento en donde extrañaran los capítulos así de largos...

─── ❝ Fire on fire ❞ ───

      A decir verdad, las primeras semanas donde Noah pasaba tiempo con Ellio eran completamente amenas, el pequeño apenas y podía visitarlo debido a su apretada agenda, pero en cuanto lo lograba se sentía en el paraíso. Las cosas no habían cambiado tanto, pero Ellio era el escape perfecto para Noah, con él podía hablar de cómo se sentía, podía hablar con confianza sobre los cambios que su cuerpo estaba teniendo y despejar todo tipo de duda sobre su segundo género sin juzgado.

      Las semanas se convirtieron en meses y los brownies dejaban de ser relevantes, aunque a Ellio realmente no llegaba a odiarlos, pero Noah sabía que el rubio necesitaba más ayuda que un simple postre, así que a medida que iba a visitarlo le dejaba mantas para los meses más fríos, se las arregló para llevarle cojines nuevos, le regaló una maleta que no usaba para que pudiera guardar más de su ropa y en ocasiones le llevaba productos de higiene personal. Ellio pensaba que le había llegado un ángel del cielo, realmente se estaba encariñando con el niño, que en realidad había resultado tener una muy buena destreza para caminar en tacones y usar maquillaje ligero para fiestas de alta sociedad. Ambos se complementaban de una manera extraña.

      Era hermoso ver como las estaciones cambiaban junto con ellos.

       Había noches en las que Ellio trabajaba de más y le daba pena llegar a su hogar donde lo esperaba su pequeño, así le había apodado, pues a pesar de que empezaba a madurar, su estatura lo hacía ver aún como el de un niño pequeño. La vida de Ellio había tomado otro color con la llegada de Noah, pero seguía siendo un prostituto que no terminaba de pagar su fianza.

      Hasta que una noche todo cambió repentinamente.

—¿A dónde vas? —preguntó Noah viendo como Ellio se arreglaba más de lo normal, el traje que llevaba era de lentejuelas plateadas que sólo le tapaban el muslo y la espalda caía descubierta, las zapatillas terminaban por darle ese toque de glamur y los labios rojos dejaban ver lo bello que era Ellio.

—Surgió un trabajo, pequeño, volveré en dos horas si tengo suerte— terminó de acomodarse unos aretes y peinarse de manera que su cabello se viera bien—No salgas por favor, puedes ir a casa si quieres o contar las cucarachas— dijo con sarcasmo antes de entregarle una bolsa de plástico—Si quieres ocuparte puedes ponerte lo que hay ahí.

      Noah abrió con cuidado la bolsa y se encontró con varios pares de medias y calcetas altas de diferentes colores y diseños. Miró con duda a Ellio con no dejó de observar orgulloso el contenido de la bolsa.

—Son mías—señaló recibiendo un rostro más confundido de Ellio, ¿se suponía que debía de ponerse la ropa del rubio a partir de ahora? —No me mires con ese rostro, pequeño, yo las diseñe y confeccione. Quiero que te las pongas y me digas cómo se sienten, son suficientes como para que te entretengas por dos horas en lo que mamá va y consigue el pan del día.

—¿No es ropa de mujer? —preguntó algo avergonzado en lo que sacaba el primer par, tenía un lindo patrón, Ellio tenía talento para confeccionar.

—Te lo he dicho antes mi cielo, no es lo que vistes es cómo lo vistes, y créeme, yo sé cómo vestir lo que sea para que se vea genial en mí. Esa es tu tarea de la noche, averigua cómo hacer para que se vea genial en ti.

—Pero es ropa de mujer— protestó Noah dejando de lado la bolsa.

—Es ropa— sentenció Ellio al ver que Noah no terminaba de entender que los omegas podían usar ropa femenina y masculina sin ningún problema. Ellio en ocasiones no sabía cómo explicárselo a un niño que carecía de su experiencia en las calles, pero si usaba esas medias sabía que terminaría por comprender que ser omega iba más allá de ser parecido a una mujer, se trataba de ver más lejos de los prejuicios y hacer lo que quisiera sin ninguna frontera— Vuelvo en dos horas.

       No era la primera vez que Noah se quedaba sólo en esa triste habitación, aprovechaba el tiempo para terminar sus tareas y limpiar un poco, pero se quedó pensando en lo que había dicho Ellio, debía de salir de su zona de confort.

       Mientras Noah se adentraba en la bolsa de plástico, Ellio se repetía su mantra en el interior de la habitación con luces led de color rojo, respiraba profundamente para no volver a caer en la ansiedad de ser tocado nuevamente por un desconocido, había algo diferente en el aire en particular, su cuerpo temblaba más de lo habitual y su estómago comenzaba a jugarle una mala pasada.

      El golpeteo de la puerta lo alertó y decidió sentarse en la cama, esperando a que el afortunado pasara por la puerta, se acabaran las dos tortuosas horas, y regresar a casa donde su cachorro lo esperaba.

      Pero en cuanto vio llegar a aquel alfa de cabello oscuro y piel bronceada el plan cambió por completo, sintió un palpitar en su corazón, su olfato desmintió toda inseguridad. El alfa que estaba frente a él era diferente, el olor de sus feromonas le encantaba y por más que se negara, le era imposible someterse a él.

—Aah...—gimió antes de poder formular una oración en su mente, pudo sentir como su entrada se humedecía con solo inhalar tan embriagante fragancia y su vista comenzaba a hacerse borrosa.

—Quiero ofrecerte una disculpa—inició el alfa, aún no se percataba del estado que estaba induciendo en Ellio— Un amigo pagó por este encuentro, pero no me siento cómodo con esto, te pagaré las horas, pero no es necesario que...— desvió la mirada con vergüenza y antes de que pudiera continuar, su mirada se encontró con los hermosos ojos verdes de Ellio, el olor de las feromonas del rubio lo alertó— ¿Estás bien?

      Ellio no podía contestar algo que no fueran jadeos de aire y gemidos silenciosos, daba gracias a Dios que estuviera en la cama, pues de lo contrario ya se encontraría en el suelo a merced de aquel apuesto hombre.

—N-no me hagas daño—gimió arrugando la prenda que traía puesto, sentía que se ahogaba, comenzaba a hacer calor, la presencia de ese alfa había incitado un celo en él— Por favor, por favor.

—¿Estás en...? — el hombre se acercó con rapidez al omega, pero lejos de ayudar sólo hizo que Ellio cayera contra la cama al sentir que las feromonas del alfa se incrementaban.

      El azabache no supo qué hacer, trataba de controlarse para no caer ante tan delicioso aroma que el chico emanaba. Su boca comenzaba a salivar, la excitación era inevitable, tenía a un hermoso omega indefenso, caliente y que suplicaba ser follado sin piedad durante esa noche, pero Alek Luttrell sabía que no se trataba de un celo, los celos de los omegas no llegaban de forma tan repentina.

      Ese acto era obra del destino. Ellio tomaba bien sus medicamentos, nunca se tardaba ni un solo segundo en tomar sus inhibidores y calcular sus periodos de celo, pero ahí estaba, tirado en el suelo, con si lubricante natural mojando sus bragas y exhalando erotismo, el alfa apenas y podía pensar, tenía frente a él a su destinado, no había duda de ellos. Era tan hermoso a sus ojos, jamás había visto a un omega tan hermoso como el rubio que tenía a sus pies y gateaba para alcanzar su pantalón y romperlo sin pudor para poder follar esa noche.

—Por favor...— gimió Ellio restregando su rostro pobre la pelvis del alfa, como si de un mínimo de tratase—Ayúdame...—pidió en un hilo de voz que sólo el alfa pudo escuchar antes de que el de la rubia cayera al suelo abrumado por el calor que salía de su cuerpo.

      Alek casi no podía pensar, sus instintos le gritaban cogerse a ese hermoso hombre y llenarlo con su semen hasta dejarlo embarazado, pero no podía permitirlo, debía de ayudar a su destinado.

      Buscó por toda la habitación y encontró un bolso que parecía ser del omega, ahí venía su identificación con su dirección, no tenía celular para poder llamar a alguien, pero no había tiempo para eso. Se quitó la chaqueta que traía y envolvió a su omega para calmarlo, se encargó de impregnarlo tanto de sus feromonas como fuera posible para que otro alfa no osara ponerle los ojos encima. Apenas salieron sin ser descubiertos y entre jadeos y gemidos llegaron a la casa del rubio.

      Noah apenas estaba tentándose a ponerse una de las medias que Ellio había dejado para él cuando la puerta se abrió de sorpresa, pensó que se trataba del omega, pero mayor fue su sorpresa cuando se encontró a un alfa cargando al que consideraba como su madre.

—¡Ellio! —expresó Noah al ver como el nombrado se encontraba en un trance en donde sólo podía gemir y tratar de besar al alfa que lo cargaba—¿¡Quién eres!?, ¿Qué le hiciste? —se acercó valientemente hacia el alfa y trató de tomar al omega, pero el peso le ganó y el Alek tuvo que ayudarlo a llevarlo hasta el sillón.

—M-me llamo Alek Luttrell—expresó sentándose en el suelo tras acomodar al omega mayor, todo el recorrido Alek había tratado de no caerse y no follarse a su omega en plena calle, pero al fin estaba a salvo y podía descansar un poco—¿Tienes idea de donde guarda su medicamento? Lo necesita, de lo contrario el celo se hará más fuerte y terminaré volviéndome loco.

      Noah no terminó de comprender lo que sucedía, pero el estado de Ellio le preocupo, parecía que tenía una fiebre muy grave, sus quejidos y jadeos en busca de aire eran desastrosos, no tardó mucho en correr hacia las maletas de Ellio y buscar algo que pudiera calmar su celo. El alfa comenzaba a emitir gemidos también, se le quedaba viendo a Ellio con dolor, quería tocarlo, quería comérselo, quería besarlo y al mismo tiempo llevárselo. Nunca habría imaginado que su destinado, su alma gemela, sería un prostituto.

      Alek no lo permitiría, lo llevaría lejos de ese asqueroso mundo, no se perdonaría que otro alfa lo tocara, aún si eso significaba pagar por todas las noches de su omega.

—¡Encontré un inhibidor! —expresó Noah llamando la atención de Alek. Tomó con cuidado el inhibidor en forma de inyección y la aplicó en Ellio, al instante el joven rubio se calmó, comenzó a respirar con normalidad y sus gemidos se hacían poco a poco más silenciosos, su vista dejó de ser borrosa y se posó posarse en los cafés del alfa que lo había llevado a su casa.

—Mío...—musitó con una voz ronca—Mi alfa—gimió con tristeza antes de que el sueño lo invadiera.

      Ni Noah ni Alek supieron qué hacer después de eso, sólo procuraron que el omega estuviera cómodo y abrigado. El alfa quiso quedarse al lado de su destinado hasta que pudiera abrir los ojos, pero Noah no confiaba en él, así que tomó uno de los cojines viejos de Ellio y decidió dormir a un costado del sillón para cuidarlo, el alfa comprendió que el cachorro quería proteger a su madre de un invasor, así que se quedó dormido en una de las esquinas del departamento, aunque despertaba cada diez minutos para asegurarse de que su omega se encontraba bien.

     Fue una dura noche para los tres, pero al amanecer las cosas se tornaron mejor. Noah despertó y se dio cuenta de que el alfa había ido y vuelto con un almuerzo muy grande, el más grande que McDonalds podía ofrecer, acomodaron la pequeña mesa del departamento y comieron en silencio.

—Entonces...—quiso iniciar una conversación el alfa—¿Su nombre es Ellio? —preguntó avergonzado mientras terminaba su café, ciertamente estaba en una situación muy incómoda, el niño frente a él no se parecía en nada a él omega que estaba dormido, no tenían el mismo aroma. Le preocupaba que otro alfa ya hubiera hecho suyo al hermoso rubio que dormía placenteramente.

—Si—cortó Noah terminando su hot-cake mal hecho. Le preocupaba volver a casa, su madre ciertamente lo mataría, pero primero debía asegurarse que su amigo estaba bien, no lo dejaría a costa de un alfa desconocido.

—Y él es tu...—buscó la forma de no verse tan obvio, pero la verdad es que estaba sumamente nervioso, quería saber todo sobre su destinado, su nombre, aficiones, qué lo había llevado a venderse en las noches y el parentesco que tenían—¿Él es tu mamá?

     Noah se sonrojó al escuchar tal pregunta, casi se ahoga con el pedazo de pan que bajaba por su garganta. Noah sentía un cariño por Ellio, cariño que había desarrollado con el pasar de los meses a su lado, pero por más que quisiera sabía que Ellio no podía ser su figura materna. Aunque el rubio había demostrado mayor material materno que su propia madre biológica en años.

—No—respondió sin decir más. No le agradaba ese sujeto.

     La habitación nuevamente se posó en un silencio profundo y de no haber sido por el quejido de Ellio habría permanecido así. El omega rubio se incorporó en su sofá, sobo su cabeza para calmar la migraña que comenzaba a apoderarse de él. No le tomó tanto tiempo cuando vio a su cachorro comiendo al lado del alfa de la noche anterior.

—¿Qué mierda sucede aquí? ¿Cómo carajos llegué aquí? —exigió saber con un gesto fruncido mientras terminaba de levantarse—¿Por qué sigues aquí? —se dirigió a Noah, preocupado de que no hubiera vuelto a su casa al notar que llevaba la misma ropa del día anterior—¿Qué hace él aquí? —miró al alfa tratando de que su corazón no se acelerara, debía de calmarse y resistir por más que quisiera lanzarse a los brazos de su destinado.

—¡Ya se iba! —expresó Noah celoso de cómo Ellio miraba al intruso.

—Perdona, ayer no me dejaste explicar—se apresuró a decir Alek antes de que el mocoso lo sacara de la habitación— No iba a tocarte, fue una mala broma que un compañero del trabajo hizo, yo jamás había estado en un lugar como ese, y cuando te vi...

—¿"Un lugar como ese"? Es mi oficina de trabajo cariño— lo corrigió doblando su pierna mostrando quien mandaba en ese lugar. Ellio estaba medio dormido, mareado y asqueado por la noche anterior, lo último que necesitaba era perder los estribos frente a su cachorro— En segundo lugar—se apresuró a tomar un panqueque y llevárselo a la boca— Gracias por el almuerzo, tercer lugar ¿a qué te dedicas?

     Tanto Noah como Alek se llevaron una sorpresa, el pequeño sabía que Ellio amaba el dinero, era un interesado, se fijaba sólo en el exterior, las calles lo habían hecho así, pero nunca pensó que llegaría a serlo tan descaradamente frente a un alfa desconocido que se había quedado dormido en su suelo. Noah tenía aún mucho que aprender.

—Soy abogado—respondió Alek casi de forma mecánica. La pregunta lo había tomado por sorpresa, pero no iba a perder la oportunidad de entablar una conversación con ese rubio tan hermoso.

—Perfecto—sonrió comiendo ferozmente, no había tiempo que perder.

     Después de una ducha rápida, vestirme de la forma más formal posible y de ponerse de su perfume más agradable le pidió a Alek que lo acompañara a la casa de Noah, al principio el pequeño no quería regresar, sabía que le esperaba el infierno, pero le daba algo de confianza que Ellio lo acompañara.

     Alek pidió un taxi algo apenado por no haber traído su coche, pero a Ellio no le importó tanto, procuró sentarse al lado de su pequeño niño, quien temblaba y trataba de no estallar en llanto por lo que le esperaba al llegar a su hogar.

     Podía sentir los golpes en su cuerpo y los raspones en su rostro, posiblemente después de ese día nunca más podría volver a encontrarse con Ellio, así que se dejó abrazar y olfatear su aroma el mayor tiempo posible.

     El trío entró a la residencia Miller y bajaron del auto para tocar la puerta, ninguno sabía qué rayos iba a pasar, al alfa no le agradaba la idea de que el niño estuviera al borde del llanto, sabía que debía de ponerse territorial en caso de que algo malo llegara a pasar, aunque el rostro sereno de Ellio le daba al mismo tiempo una extraña calma.

     Ellio tocó el timbre de la enorme mansión, al instante fue abierta por una mujer alta de cabello negro y aroma penetrante, el rubio casi se va de espaldas al ver que se trataba de la madre de su pequeño, no podía creer lo que veía ante sus ojos, la mujer era casi tres veces más grande que Noah, sus manos se veían fuertes y su asqueroso rostro no mostraba algún rastro de humanidad. Ellio casi quiso tomar al niño y correr de vuelta al taxi, pero sabía que no era posible, Noah no era suyo, sino de esa espeluznante mujer.

—¿Se puede saber quiénes son y porqué mi hijo está con ustedes? — exigió saber abriendo la puerta en su totalidad, pero sin dejar pasarlos. Las feromonas que comenzaba a esparcir la mujer marearon un poco a Ellio, vaya que había estado con alfas dominantes, Alek había sido uno de ellos, pero esa mujer parecía que lo quería matar con su mera presencia.

—Gusto en conocerla señora Miller— comenzó a hablar Ellio, pero la alfa no le mostró interés—Soy el señor de...— hizo una pausa al ver que no recordaba el nombre de su acompañante, su mentira había terminado antes de empezar y vaya que eso era un nuevo récord.

—Luttrell—se acercó rápidamente Alek a cubrir a su omega, tal acción llamó la atención al fin de la mamá de Noah— Le ofrezco una disculpa por que mi esposo hablara con tal libertad, suele emocionarse cuando sale de casa, mi nombre es Alek Luttrell— Alek ofreció su mano para saludar a la alfa, él era sólo un poco más alto que ella, pero no podía negar que su aura era aplastante.

—¿Qué hacía el director de bufets de abogados más poderoso del país con mi hijo omega? — exigió saber la mujer estrechando más fuerte la mano de Alek.

     Ellio casi deja caer su mandíbula al escuchar que Alek no era un simple abogado, también el hecho de que lo haya llamado su esposo y que al parecer nunca salía de su hogar. Vaya que Ellio lo dejaría en su lugar al terminar con la farsa, pero se lo debía, había sido una buena improvisación.

—Mi esposo hizo servicio en uno de los cursos que lleva Noah, se llevaron bien y ayer por la noche le ofreció a ir a jugar con nuestro cachorro, Noah se portó excelentemente que cuando cayó la noche nos preocupó que volviera a casa sólo— improvisó viéndose lo más natural posible, mientras que Ellio trataba de no darle una patada en los huevos por hacerlo ver como una fábrica de bebés.

     Alek apenas y conocía al chiquillo, pero sus años siendo abogado le habían enseñado que todos los omegas de clase alta eran obligados a tomar cursos y talleres para volverse buenos esposos, mientras que otros cumplían con servicios sociales para apoyar a la misma comunidad de clase alta.

     Ricos fanfarroneando con ricos.

      La mentira le pareció creíble a la madre de Noah pues no hizo más preguntas.

—Noah sube a tu alcoba y prepárate para tu cita con Nicholas, ya tuviste demasiadas libertades— Noah no hizo ni un solo ruido y subió rápidamente su habitación, tratando de no tropezar con las escaleras por el miedo de que al darle la espalda a su madre esta lo empujara por los escalones.

      Noah se dirigió rápidamente a su armario y se cambió de ropa, se asomó cómo puso a su ventana y apenas pudo visualizar como ese alfa continuaba hablando con su madre.

—Gracias por los cuidados que ha dado en mi estúpido hijo, pero créame cuando le diga que será la última vez.

—No tiene que serlo, señora Miller, Noah es un niño encantador, sin duda hará feliz a cualquier alfa cuando llegué a su adultez— se aproximó Alex para evitar que se cortara la relación que tenía ese pequeño con su omega— Si me permite decirle, mi esposo sería un gran tutor para su hijo, le aseguro que Noah aprenderá mucho viendo a un omega tan hermoso, perfecto y... —un suspiro le ganó al ver a los ojos verdes de Ellio, el rubio tampoco se hizo de oídos sordos pues sus mejillas comenzaban a enrojecerse— Un omega tan encantador como mi esposo, sin duda podría influir perfectamente en la conducta de Noah.

      La madre de Noah se quedó pensando, vaya que quería mandar a la mierda a ese par de extraños, estaba segura de que Alek Luttrell no estaba casado y que no tenía hijos. El aroma de ese omega le dejaba en claro que no estaba marcado, mucho menos reclamado por el alfa, pero no podía negar una petición como esa, después de todo, eran dos alfas dominantes hablando de algo tan insignificante como un omega.

—Será algo que tendré que hablar con mi esposo—sonrió, pero ni a Alek ni a Ellio les agradó esa sonrisa—Que tenga una buena tarde señor Luttrell...—se dirigió al alfa para después mirar un par de segundos a él omega— Y su puta.

      Ellio casi salta sobre la alfa en cuanto le dio la espalda, quería matarla por tener a su niño encerrado, quería cortarle las manos por siquiera pensar que lo volvería tocar, quería arrancarle la cabeza por haberlo denigrado y sobre todo hacerle perder su tiempo. Vaya que había estado con todo tipo de alfas, pero esa mujer lo sacaba de sus casillas.

—No puedo dejarlo ahí dentro—expresó molesto el rubio mientras que se alejaba de la residencia junto con Alek—Lo va a matar, estoy muy seguro de que lo puede llegar a matar—su tono de voz se tornó preocupado.

—T-Tranquilo, parece ser que ella se tragó la mentira—quiso calmar Ellio posando su mano en el hombro contrario, pero ante el tacto Ellio lo alejó.

—Estaré tranquilo cuando pueda tener a Noah sólo para mí—expresó hostil—Cómo sea...—tomó un cigarro de la cajetilla que guardaba celosamente en su bolsillo. Lo encendió con una elegancia que dejó atontado al alfa junto a él—Tu y yo tenemos asuntos que resolver.

       Un alfa y un omega destinados a estar juntos sin el menos conocimiento por el otro era algo peligroso, pero ambos estaban dispuestos a correr el riesgo y esperar lo mejor para Noah.

─── ❝ Fire on fire ❞ ───

       El pequeño se resguardó en su cuarto mientras acomodaba su escritorio para tratar de disimular que no había espiado por la ventana. Su madre no tardó en romper la puerta para entrar.

—N-No, ¡madre por favor no!—gritó Noah al ser tomado del cabello para obligarlo a arrodillarse ante su madre. Noah sabía lo que venía, fue inevitable no llorar.

—Te has hecho de amigos muy interesantes Noah— comenzó, el pequeño no pudo alejar la mirada de los tacones rojos de su madre— Un alfa dominante muy importante en la sociedad burocrática...—hizo una pausa para levantar el mentón del niño con su pie, obligándolo a que la mirara a los ojos—Y un prostituto—la última palabra había caído como un balde de agua fría sobre Noah, quien la miró con temor por lo que iba a pasar—A partir de hoy todo será diferente, veré la jodida forma de que te quedes aquí, de que no puedas volver a respirar cerca de ese omega, que tus asquerosos días de existencia se resuman a sólo atender a Nicholas y que cuando llegue tu primer celo, él te folle de una manera en la que puedas sentir, ¡lo que es ser una puta como ese bastardo! —La primera patada en el rostro no se hizo esperar.

      Noah quedó en el suelo con un moretón en su mejilla, ya era muy tarde para aguantar el llanto, y una segunda patada en el estómago le hizo perder el aire junto con sus esperanzas.

—¡Cof..cof..!—tosió en el suelo al tratar de recuperar el aire.

—Y cuando ese día llegue, cuando finalmente seas preñado, al fin podré deshacerme de ti y de toda la deshonra que tu nacimiento trajo—lo levantó tomándolo bruscamente del cabello. Noah parecía un muñeco de trapo, su madre lo levantaba como si nada. En su mejilla aún roja se impactó una cachetada que hizo arder su rostro, su madre llevaba anillos de oro que hacía más dolorosos el impacto— ¡No volverás a engañarme, no volverás a ver a ese jodido omega, no volverás a creer que tienes la oportunidad de escapar!

—¡Aght! —se quedó al recibir un golpe a puño cerrado en su estómago, creyó que iba a vomitar el desayuno que Alek había comprado, pero si lo hacía su madre se encargaría de acabar con él por ensuciar el piso.

      Ya en el suelo, sin fuerza y sin noción de lo que pasaba, su madre posó su afilado tacón en su cabeza, presionando de forma que Noah sentía que lo atravesaba.

—Grábate bien mis palabras Noah, aquí es donde perteneces...— alzó el pie un poco, Noah creyó que al fin su madre desistiría del maltratarlo, pero no fue así— En el suelo— nuevamente volvió a sentir el golpe del tacón, el que había caído desde lo alto, sacando un poco de sangre de su cabeza.

      Noah permaneció ahí, en el suelo, acostumbrándose al frío que este tenía, a su rigidez y a las lágrimas que hacían un charco en el piso. Noah se creyó muerto en cuanto sus ojos comenzaron a cerrarse, pero se sintió mejor al sentir la comodidad de su cama, como alguien limpiaba sus heridas, como con delicadeza sentía las vendas en su cabeza y una compresa tibia en su mejilla.

      Alguien lo estaba cuidando, alguien de olor dulce y de presencia caliente. Noah se sintió mejor, se sintió por primera vez en casa, y casi dormido expresó un aliento.

—Mamá...

      Y se quedó dormido, añorando que al despertar las cosas serían mejor, y que se volvería a encontrar con Ellio, quien ya consideraba su madre.


1. Fuck Romeo and Juliet, I want what Alek and Ellio have.

2.Tranquilos, Noah va a sufrir un poco más, pero es para ¿desarrollar al personaje?

3.¡Que no se les olvide a esa persona que ayudó a Noah! Es muy muy muy importante.

Espero que les haya gustado, díganme porfis qué piensan de este nuevo personaje (Alek Luttrell) Tranquilos, esta historia también es romántica, sólo esperen un poco más para que aparezca el príncipe que tanto añoramos.

Nos vemos en el siguiente capitulo ♡\( ̄▽ ̄)/♡

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