Capítulo 16

No he dejado de hacer tarea :3

Disculpas por actualizar hasta ahora.

─── ❝ Fire on fire ❞ ───

—Claro...—habló a través del teléfono Nicholas. Estaba cómo en su cama, con su omega desnudo acurrucado en su pecho mientras se escuchaba como el cielo se cuarteaba a pedazos—La tormenta se pondrá peor, así que todos trabajen desde sus casas y manden sus trabajos a los coordinadores de sus departamentos antes de las nueve, yo me reuniré con ellos por videollamada para aclarar cualquier cosa—ordenó colgando la llamada.

Había pasado todo su celo con Milo, no tuvo noción del tiempo y había dejado sus responsabilidades en la empresa familiar para poder satisfacerse con su hermoso omega. Se quedó observando a su amante y como poco a poco este abría los ojos con pesadez.

—¿Te desperté? —musitó acariciando la rubia cabellera de Milo. El omega negó con la cabeza y depositó un beso en el mentón de su alfa.

—Los truenos me dan miedo—habló volviendo a retozar en el pecho de Nicholas, le encantaba escuchar su corazón, le traía calma—¿Cómo te sientes?

—Ja'—soltó con un tono burlón—Yo soy el que debería decir eso, estuviste fantástico, eres el omega más sexy que conozco—sobo la espalda baja del rubio provocando un escalofrío y un sutil ronroneo que le aceleró el corazón—Te tengo un regalo—susurró en el oído del omega. Se estiró hasta el cajón el buró y sacó una caja de terciopelo.

El pelirrojo pudo ver un brillo en los ojos del omega, podían ser las lágrimas o la simple emoción, pero sin duda había una chispa en él.

—Es tarde para que podamos comprometernos, yo debo de cumplir con mis responsabilidades y tu debes de seguir con tus sueños, pero sin importar lo que nos pase, ni los caminos que tomemos, siempre estaremos juntos—profesó tomando de la mano a Milo para ponerle una argolla de plata—En el interior está grabado mi nombre—agregó dando en un beso en los nudillos del omega, así como también le entregaba el par—Y en este lleva tu nombre, espero que sea suficiente para que sepas cuanto te amo.

Las lágrimas cayeron del rostro del rubio, para Nicholas parecían ser de felicidad, sin embargo, no era así. Milo ni siquiera sabía cómo tomar ese acto, se suponía que debía de traerle dicha, pero sólo lograban herirlo más de lo que ya estaba.

—M-Mi amor—susurró el omega tomando el rostro—No hacen falta anillos para saber lo mucho que nos amamos.

—Pero...—agregó limpiando las lágrimas de su amado.

—El anillo que yo esperaba cargaba con una promesa diferente—lloró dolido. Nicholas comprendió el llanto de su omega y lo tomó para acunarlo entre sus brazos, sintiendo la suavidad de su desnudez—¡Lo siento, lo siento, lo siento! Sé que no puedo retenerte y que ya debería de aceptarlo, pero no puedo... no puedo...

Nicholas sólo guardó silencio y dejó que Milo se desahogara. Lo que había planeado como un acto de redención había terminado en lágrimas y en el recordatorio de que por más que trataran, jamás lograrían llevar unos anillos de boda.

—No es el anillo que esperabas, sin embargo, carga con el amor que te tengo, la paciencia que me tienes, mis besos, tus lágrimas, mis abrazos y tus gemidos...—vio a Milo sonrojar mientras paraba de llorar poco a poco—Tienes razón mi amor, no hacen falta anillo para saber lo mucho que nos amamos, pero sí para recordarte que nuestro lazo existirá para siempre—besó por último la frente de Milo—Se mio hasta el final...

Milo aceptó con un beso y un par de lágrimas derramadas. Se puso el anillo con la esperanza de que se tratará de un hermoso recuerdo de ese apasionado amor, más sabía, que al igual que la plata en sus falanges, ese lazo que los unía terminará por mancharse.

─── ❝ Fire on fire ❞ ───

—¡Vamos, esto no es divertido! — gritó Noah recostándose a lo largo de toda la cama de Demian.

—Lo dices porque vas perdiendo—la sonrisa de Demian se vio eclipsada por un cubrebocas. Ignoró los berrinches del omega tomando todas las cartas de UNO con sus guantes estériles—¿Otra ronda?

—La última vez que alguien me dijo 'come 4' parecía más un reto que un castigo—entregó su montón de cartas al alfa.

Noah se había quedado como petición del doctor, sus feromonas era un tranquilizante natural ante la agitada salud del alfa. No tenía otro lugar al cual ir, debido a la terrible tormenta muchos caminos habían sido bloqueados y los servicios de telefonía y cable no funcionaban.

Habían pasado un buen rato jugando diferentes juegos de mesas, pero Noah tenía que ser honesto con Demian y dejar todo en claro tal y como había pedido Amber.

—Podemos ver una película de mi videoteca si quieres...cof...cof...—aportó el alfa tras una molesta tos—Perdona...—musitó con voz ronca ajustando su cubrebocas—Creo que debiste irte con mis madres.

—No era necesario, les dije a mis padres que iba a salir— era mentira, pero Noah estaba no listo aún para hablar de su familia— Por otro lado...— sonrió coqueto acercándose a Demian, gateó hasta el cuerpo del enfermo, quedó sobre las piernas del alfa y miró los encantadores ojos azules de Demian—¿Qué tal un juego de roles? Yo soy la enfermera sexy y tú eres el paciente— guiñó el ojo viendo como Demian se ruborizaba a más no poder, puso sus manos frente a Noah como si quisiera ponerse en pausa o apartarlo sin la necesidad de tocarme.

—M-Mejor veamos una película— tartamudeo nervioso. El omega rió al ver como las gotas de sudor bajaban por su rostro.

—Oh vamos—musitó rodeando el cuello del alfa, acercándose lo suficiente como para juguetear con el cubrebocas. Demian sólo pudo desviar la mirada para no dejarse hipnotizar por esos ojos marrones tan seductores—Deja de jugar al virgen y busquemos la forma de hacernos sentir bien—tomó el rostro de Demian y se dispuso a darle uno de los besos que tanto le gustaban, pero fue interrumpido por el chico debajo de él.

—Yo no juego—aclaró separándose un poco del tacto del omega.

—¿Eh?

—No juego a ser virgen, lo soy—dejó en claro colocando correctamente el cubrebocas.

—¿Qué tanto? —preguntó entusiasmado el omega.

—¿Qué?

—¿Qué tan virgen eres? — Una sonrisa malvada se formó en el precioso rostro de Noah. Simplemente no pudo evitarlo, a sus ojos Demian era un moja bragas.

—Yo qué sé...—meditó un poco la pregunta—Como una mantis religiosa macho...viva.

—¡No puede ser cierto! — exclamó retorciéndose de la risa sobre la cama, tenía miedo de orinarse, pero era algo inevitable de su parte. Era algo sumamente inusual para Noah.

—No es para tanto, muchos alfas en el mundo son vírgenes en la actualidad—murmuró ocultándose en la cobija que lo cubría del frío.

—Sólo escúchate— dijo sin parpadear— Todos hemos experimentado, aunque sea algo, una fantasía, un faje o toqueteo, pero tú me dices que eres virgen hasta la médula —soltó una carcajada más fuerte retorciéndose en la cama.

—No todos tenemos una vida sexual activa— desvió la mirada y Noah supo por qué. Las risas se acabaron tras ese comentario, Noah era conocido por su personalidad tan seductora y erótica, Demian lo había visto con sus propios ojos en primera fila, más específico con lencería.

Noah por su parte quería seguir burlándose de su Demian, le encantaba molestarlo, era su forma de mostrar el afecto que le tenía, pero otra parte de él sintió que debía parar, como si estuviera apenado por su extravagante comportamiento

—Ok chico lindo y virgen — calmó su risa de la forma más natural posible— Es hora de tu medicamento y como soy la enfermera sexy te la daré en la boca— dijo con una voz igual de sexy y se levantó de la cama riendo. Caminó hasta el escritorio donde había una jarra de agua, un vaso y unas pastillas. Recortó la pastilla de tu empaque y la llevé a Demian junto con el vaso de agua— Bebe— ordenó sentándome en la orilla de la cama.

—En serio eres bueno en esto— volvió a incorporarse en su cama un poco más tranquilo. Tomó la pastilla, sin dejar de desconfiar en la palabra de Noah, sabía que el omega era capaz de darle el medicamento en la boca sin miedo a contagiarse en el acto, pero se relajó tras notar una dulce sonrisa en el rostro del omega.

—Si, bueno, a los omegas se nos obliga a tomar clases sobre el hogar y el cuidado de cachorros, son ridículos, pero supongo que es útil en estos casos— sonrió tomando el vaso una vez Demian terminó— Al menos hoy puedo cuidar a mi cachorrito— rió acariciando el cabello de Demian, en secreto, a Noah le encantaba verlo tan desordenado.

Demian no dijo nada y se dispuso a tomar su medicamento, cuando finalmente pasó por su garganta soltó aire y se recostó de nuevo en su cama, por otro lado, Noah no dejó de acariciarlo, a lo que Demian cerró los ojos disfrutando del tacto. Pareciera que el alfa iba a quedarse dormido, pero no lo culpaba, eran la una de la madrugada y aún seguíamos despiertos.

—Noah— le nombró con su voz cansada incorporándose en la cama— Iré a dormir a la sala, puedes cambiar las sábanas si quieres— respiró profundo.

—No te preocupes tontito, no me molesta dormir contigo— guiñó el ojo levantándose de la cama, dirigiéndome al armario de Demian—Sí no te molesta, tomaré un pijama.

Lamentablemente, Demian se había quedado profundamente dormido y no pudo escuchar la última parte.

El rubio de adentro al pequeño armario del alfa, no pudo evitar embriagarse con el olor a menta y cítricos que se esparcía por las feromonas impregnadas en la ropa. Se sintió como niño en dulcería cuando pudo olfatear más de cerca las diferentes telas; el recuerdo de su celo se vino encima al recordar que él tenía su propia colección de ropa de Demian, y aunque tomar una extra parecía avaricia, la verdad no le importaba al omega.

Finalmente se deshizo de su prenda y se pudo la primera camiseta que pudo cubrirlo hasta los muslos de una forma perfectamente sensual, prosiguió a quitarse los pantalones quedando sólo en unos simples, pero al mismo tiempo eróticos boxes. No era intencional, simplemente era algo que Noah irradiaba con naturalidad.

Por inercia, acercó la prenda a su nariz y se drogó con el olor de las feromonas del alfa, estaba celoso de que esa misma tela rozara contra la canela piel de alfa.

Simplemente le excitaba.

—Ay no...—gimió apretando las piernas para liberar un poco el placer de su entrepierna, lo último que necesitaba era una erección.

Decidió buscar rápido el maldito short y volver a la cama del alfa, tal vez podría conseguir algo. Dejó que su olfato lo guiara y cuando pareció encontrar la prenda la luz del armario se esfumó seguida de un fuerte trueno que azotó contra el silencio.

Noah gritó asustado cayendo sobre unas cajas de zapatos. El ruido alertó al Demian, quien al no notar la presencia del omega, como pudo se puso de pie y caminó hasta el armario, sacando un susto de nuevo a Noah cuando se hizo presente de la nada en medio de la oscuridad.

—¿Estás bien? —sonó preocupado, de su frente bajaba sudor y su voz se colaba entre las gotas de agua que se escuchaban bajar del cielo. Noah se abrazó de Demian tras escuchar los estruendosos truenos impactar.

—Si, estoy bien— trató de recuperar su respiración tras el susto— Olvidé la tormenta— quiso ver los ojos azules de Demian pero no podía verlo, la oscuridad se lo negaba, lo único que me aseguraba que Demian estaba a su lado era sentir su mano enlazada a la suya.

—Me diste un susto— regañó tosiendo al forzar la voz.

Con dificultad se pusieron de pie. Eran como un par de ciegos, sobre todo Noah, quien desconocía completamente la habitación de Demian, así que dejó que el alfa me guiara a salvo hasta la cama. En cuanto sintió el colchón, subió rápidamente. Noah detestaba la oscuridad, pues era ahí a donde temía volver.

—Se fue la luz— dijo el rubio lo obvio, pero no pudo ver a Demian. Extendió sus manos buscando el tacto ajeno— Demian— lo llamó cerrando los ojos, notando que no había diferencia, pero decidió que sus sentidos lo guiaran y estos no fallaron cuando sintió ese aroma que tanto le encantaba—Demian...

—En serio me asustaste— su voz ronca logró estremecer a Noah una vez lo sintió cerca. Se dejó abrazar y envolver por su aroma. Demian estaba más cálido de lo normal, se lo atribuía a la fiebre que comenzaba a bajar gracias al medicamento —¿Qué estabas haciendo en mi armario? —se separó un poco para tratar de visualizar al omega, pero en su lugar sólo pudo acariciar su sedoso cabello, como respuesta, Noah llevó mi mano hasta la suya.

Sólo podían buscarse con el tacto, por más que forzaran su vista no lograban ni verse las narices.

—Estaba buscando un pijama— contestó llevando la mano contraria hacia su pecho para que Demian pudiera notar que se trataba de su ropa— Pero cuando iba a ponerme un short tuyo se fue la luz y me asusté...— susurró con una voz aterciopelada y cargada de sensualidad. Tomó la mano de Demian y la guió sutilmente hasta su espalda baja.

El alfa respiró agitado tras sentir la tela de su ropa, y al bajar poco a poco sintió que las piernas de Noah estaban casi desnudas.

—¿P-Por qué no te dejaste los pantalones?—preguntó también susurrando, haciendo que Noah se estremeciera más con la masculina voz que salía de Demian.

El rubio sonrió para sí mismo al notar que la mano de Demian tocó por accidente uno de sus glúteos, lo cual terminó de calentarlo. Y sin dar respuesta a la pregunta, Noah se acercó lo suficiente para plantarle un beso al también excitado alfa.

En seguida todo fue una explosión en cadena. Demian apretó la suave piel de Noah, sacándole un gemido entre el lujurioso beso, le gustaba doblegar alfas a su voluntad, pero sentía que con el joven alfa era más natural, podía sentir como el tacto de Demian lo calentaba y como ambos disfrutaban de la cercanía.

El beso poco a poco se tornó más húmedo, el omega decidió que sus manos vagaran igual por el pecho de su alfa, no se desilusionó tras sentir su cuerpo bien trabajado. Noah quiso ir más allá y con su mano libre guio a Demian al interior de su bóxer.

Estaba hecho un caos, cada vez quería más, sus labios comenzaron a entumecerse a medida que la intensidad aumentaba, le fue imposible abalanzarse contra el alfa y dejarlo tendido contra la cama, llevó ambas manos sobre el rostro de Demian y con cada beso, lamita y chupetazo fue delineando sus fracciones. Un extraño sentimiento de felicidad lo inundó cuando Demian tomó la iniciativa o volvió a acariciar las redondas nalgas del omega con una mano y con la otra acariciaba su rubia cabellera.

—Ah...Demian—gimió tratando de recuperar el aliento tras el fogoso beso, pero al mismo tiempo, gimió tras sentir como los dedos del alfa se aventuraban en su entrada—¡Fuck! —gimió desesperado llevando su mano a los pants holgados del alfa hacia el bulto que comenzaba a formarse dentro de ellos.

—¡E-Espera...! —brincó Demian tratando de apartarlo con delicadeza.

—Lo sé, yo también sentí que fue mucha espera— volvió a introducir su lengua en la boca ajena mientras masajeaba sobre la tela el semi erecto pene del alfa.

—Espera...— volvió a susurrar apartándose con delicadeza— Espera un poco mi amor— pidió avergonzado cubriendo su boca para respirar por la nariz. Las feromonas de Noah sí habían logrado tranquilizarlo, pero también podía provocar un estado de celo espontáneo.

Demian trató de tranquilizarse con ejercicios de respiración, pero Noah estaba desesperado al no sentir los labios de alba contra los suyos y esas grandes manos sobre su trasero, simplemente no podía dejarlo así de mojado y excitado. Era una grosería.

—Vamos, no va a pasar nada malo, déjame hacerte sentir bien— rogó volviendo a colocarse encima de él, frotando sus nalgas contra su pene. El azabache gruñó frustrado ante la tentación de esas palabras y trató de parar el compás apretando las caderas del omega, pero eso no detuvo a Noah.

Los truenos y relámpagos que azotaban contra la ciudad sólo lograban hacer del ambiente más provocativo. Noah volvió a besar al Demian y a recorrer su cuerpo hasta llegar a su pants, metió su mano hacia el pedazo de carne de sus fantasías y su respiración se agitó excitado tras sentir el enorme potencial del alfa que estaba debajo de él.

—Ah...—suspiró Demian tras sentir el agarre de Noah subir y bajar.

—Se siente bien... ¿verdad? —susurró Noah besando y lamiendo el cuello de Demian, mordiendo su lóbulo seximente.

—N-Noah—gimió sintiendo como era masturbado por esas pequeñas y suaves manos. Su corazón latía a mil por minutos, su verga estaba erecta y si se dejaba llevar terminaría antes de lo deseado.

El rubio no podía estar más feliz, dar placer era igual de excitante que recibirlo. Le encantaba el grosor que no permitía cerrar su mano, la textura de las venas resaltadas y como salía un líquido preseminal lubricando el falo. La muñeca de Noah se movía con suma destreza en la punta y subía y bajaba frenéticamente para que de la nada dar un fuerte apretón en las bolas de alfa, sacando callados gemidos.

—Mójame Demian—gimió el rubio extasiado por las feromonas que ambos estaban liberando, por el sudor que los bañaba y las ganas de probar el semen de Demian—Hazlo mi amor, empápame con tu semen y déjame sentir tu nudo...

—¡Noah! —gruñó su nombre sintiendo como se corría en la mano del omega. Sus jadeos inundaron la habitación junto con los dulces gemidos de Noah. Cuando la base del pene del alfa comenzó a hincharse formando el nudo, Noah apretó ese parte encantado por el enorme tamaño que estaba tomando, pero el gusto no le duró tanto cuando sintió las manos del alfa alrededor de su cuello y como su espalda chocaba contra la cama.

—Ah...Aght...—gemía dolorosamente por como la presión que ejercían las manos de Demian cortaban su respiración.

La ausencia de luz volví todo más escalofriante, no podía ver los ojos que tanto le encantaban, sólo sentir sus pulmones contrayéndose en busca de aire y al alfa entre sus piernas. Claro, Noah había experimentado el ahorcamiento erótico y juegos de asfixia, pero la brusquedad y ausencia de control lo alertó al grado en donde sus húmedas manos tomaron las muñecas de Demian en búsqueda de ser liberado.

—¡Kgh...Kgh...De...mi...

—¡Mamph! —se escuchó la mordida de algo.

Demian había mordido sus manos evitando así morder el cuello de Noah, evitando una marca no deseada. Estaba terriblemente afectado por las feromonas, nunca había sentido su instinto tan dominante, cada célula de su cuerpo gritaba por morder el blanco cuello del omega y volverlo suyo, pero Demian supo parar a tiempo.

La luz volvió a la habitación, dejando ver a Noah con una vista un poco nublada lo que el alfa había hecho, lo había protegido de sus instintos.

—¡Kght!—se quejó Noah logrando visualizar como el alfa lo liberaba empujándolo de nuevo contra la cama y él cayendo al suelo tratando de volver a en si—¡Coff...coff...Haah...haah...haah—recuperó el aliento sintiendo un enorme placer pese a las circunstancias—¿Estás bien Demian?—preguntó con una extraña sonrisa en su rostro tratando se ponerse de pie. Sus piernas le temblaban por lo excitante había sido la ausencia de aire en sus pulmones, sentía como su ropa interior se empapaba con sus fluidos y sentía que estaba a punto de correrse.

Demian no contestó, estaba tratando de respirar con normalidad, plantearse cosas en su cabeza lo demasiado desagradables como para bajar la hinchazón del nudo y sobre todo buscar su hibidor para evitar otro ataque. Ni siquiera sentía la herida que sus colmillos habían causado en el dorso de su mano derecha.

—¡Te dije que esperaras! —exclamó al borde de las lágrimas, haciendo que Noah dejara de sonreír—¡Pude haberte lastimado! —gritó tomando el hibidor de su escritorio para inyectar sobre su brazo.

—Nos dejamos llevar, no hicimos nada malo—contestó en el mismo tono, pero con voz más calmada.

—¡Pude haberte marcado! —jaleo frustrado—Contra tu voluntad Noah, entiéndelo por favor, por favor, por favor; entiende que somos destinados, nuestros cuerpos se someten a lo que nuestros instintos piden, no somos coherentes y actuamos como animales, no somos como los betas.

—Pero te detuviste—aclaró firme—Hasta ahora no me has forzado a nada. Siempre es a mi ritmo, bajo mis condiciones y está bien que te detengas porque sí por mi fuera estuviéramos en la cama follando en lugar de discutir como adolescentes cachondos.

—¿¡Y eso qué mierda significa!?

—¡Que confío en ti!—contestó exaltado—¡Que nunca cedo el control, que siempre las cosas son bajo mis reglas y que por primera vez me estoy abriendo a algo nuevo en lugar de abrir mis patas!—explicó acercándose a Demian, dejando un metro de distancia entre ellos—Quiero hacerlo contigo, quiero follar contigo, quiero tener el almuerzo contigo, quiero ver películas ridículas en tu casa y comer de los postres que haces cuando estás aburrido; escucharte hablar italiano y ruso, que seas el único que me vea en medias, cuidarte cuando estás enfermo, besarte cuando estás sonriendo...

El corazón de Demian latía fuertemente, las cosas realmente estaban pasando muy rápido y debía leer entre líneas con cuidado. Sabía que Noah no era un chico que se expresaba con completa honestidad, algo le decía que por dentro sufría y que por eso mismo enmascaraba todo en una fuerte personalidad.

—Entiéndelo Demian, no puedes lastimarme porque contigo estoy seguro—concluyó tomando la mano herida de Demian, y en un acto repentino se quitó la camiseta quedando sólo en ropa interior.

La frustración llegó al alfa al tratar de no mirar el pecho de Noah, pero su vista se desvió al notar que había usado la prenda para drenar la sangre que goteaba por la herida.

Era surreal la seriedad en los ojos marrones de Noah, le sorprendía a Demian, pero es que a esas alturas ya no sabía qué esperar de su destinado.

—No volverá a pasar—se prometió a sí mismo caminando hasta el baño para sacar el botiquín de primeros auxilios, dándole tiempo suficiente a Noah para buscar su pijama en paz.

La tormenta, al igual que la confusión de Demian, prosiguió por toda la noche, haciendo ruido como los truenos y presente como los rayos en el cielo.

─── ❝ Fire on fire ❞ ───



Perdonen a Demian, él es un bebé pequeño, así que les traigo unos pequeños datos sobre nuestro alfa todo hermoso:

1. Es mitad rusa y mitad italiano

2. Tienes muchos pasatiempos porque en realidad no sabe qué hacer con su vida, sólo sueña con ayudar a sus mamás en sus empresas para que ellas se puedan jubilar.

3. A diferencia de Noah, Demian a tenido varias novias y novios, pero siempre da mucho en las relaciones y termina con el corazón roto.

4. El tipo es un otaku, friki y geek.

5. Es muy timido en temas de la sexualidad, sus madres le dieron un libro sobre el tema en lugar de hablarlo abiertamente con él.

6. Tiene problemas de asma:'3

7. Siempre se compra una sola cerveza cuando va al mercado, no le gusta tomar, pero (al igual que la autora) sólo toma alcohol cuando está estresado.

Y bueno, hay más datos, pero mejor espero a que lo terminen de conocer ustedes mismos. Perdonen la poca actividad :(

Nos vemos en el siguiente capítulo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top