Capítulo 13

Muchas veces la rutina del día a día se volvía predecible, agobiante, aburrida y ordinaria, pero para Milo Relish la rutina se volvía algo extraordinario cuando se trataba de estar al lado de Nicholas Ivanov.

Se levantaba, sólo en aquel enorme departamento y con la sensación de que algo le hacía falta en su cama. Podía ser la ropa que no lo cubría o el alfa que se la había quitado, pero que no había despertado junto con él. Claro, Nicholas tenía mejores cosas que darle los buenos días a su amante, aun así, Milo no tenía tiempo para lamentarse, debía dar inicio a su día comenzando con hacer la cama, tomar un baño, prepararse el almuerzo e ir a su trabajo.

Nicholas :

Iré hoy a cenar.

Milo:

Perfecto, te prepararé algo delicioso.

Ya quiero verte (ꈍ ³ꈍ)

Cuatro palabras eran suficientes para tener a Milo suspirando toda la tarde, realmente había encontrado el amor con Nicholas, un alfa que sabía cómo dominar en una relación, un alfa al cual someterse y poder hacer feliz, tal y como le habían enseñado desde niño.

Gran parte de la rutina de Milo se resumía en eso, en prepararse para ser el omega ideal para Nicholas, iba desde tomar sus cursos, tener listo los alimentos, la limpieza y su trabajo que consistía en cuidar niños pequeños en una guardería.

—Se te da natural—comentó una de las nodrizas al ver como Milo daba fórmula a un bebé de pocas semanas.

—Gracias—sonrió pensando en cómo se vería un hijo producto de su amor hacia Nicholas. Se imaginaba a una bebé de cabello rojo y ojos azules—Dejó de llorar apenas llegué—sonrió apenado.

—No lo culpo, los niños te adoran—confesó la nodriza entregando la pañalera correspondiente del bebé—No olvides la rutina, aquí están sus pañales, toallas y ropa. Cuando termines ven a ayudarme con los de preescolar para la hora de la merienda.

—Claro—respondió tomando al pequeño para ponerlo en las incubadoras junto con los demás bebés. El trabajo de Milo se dividía en recién nacidos y preescolar, amaba desarrollar su lado maternal de una forma tan orgánica, estaba seguro de que iba a satisfacer a Nicholas.

Cuando su turno terminaba se iba al salón para consentirse un poco, debía de verse bonito para su alfa, y eso consistía en un facial, masajes rejuvenecedores y todo tipo de tratamientos que lo hicieran brillar. Después de eso iba a surtir unos ingredientes para la cena, los Relish eran originarios de Inglaterra, pero los Ivanov eran rusos que habían llegado ahí por mero destino, o al menos así lo veía Milo, así que le prepararía una cena rusa a su amado.

Ya de noche volvía al departamento limpio, tomaba una ducha rápida y se ponía su mejor ropa, peinaba su cabello y se colocaba su mejor fragancia para no apestar a comida. Todo estaba listo cuando escuchó el característico sonido de las llaves de Nicholas chocando entre ellas en lo que su alfa introducía la indicada a la cerradura.

—Ya llegué Milo—anunció Nicholas colgando su saco en el perchero.

El recién nombrado fue corriendo hasta la entrada para recibir a su alfa con un ardiente beso tan pronto cruzó el umbral de la puerta. Nicholas tuvo cuidado de no caer de espaldas cuando fue recibido por los labios de Milo. Lo cargó para que su omega lo rodeara con sus piernas y llegar hasta el sofá, donde siguió comiéndole la boca a besos hasta que se alejó lo suficiente para el rostro de su hermoso amante

—¿Qué tal el trabajo? —susurró el omega jugueteando con la corbata de Nicholas.

—Todo en orden—contestó besando el cuello de Milo, robándole en el proceso un gemido que hizo brincar su miembro involuntariamente—Te extrañé—murmuró con un suspiro al mismo tiempo que le quitaba su collar para volver a encajar sus dientes en la marca que le había hecho hace unos años.

—Aah—gimió Milo sintiendo como su respiración se agitaba y su entrepierna se mojaba. Nicholas era el único que lograba calentarlo tan rápido, sabía que puntos tocar, donde acariciar, donde morder y la forma correcta de hacerlo correrse a chorros.

Nicholas siguió su recorrido de besos hasta llegar a la playera de Milo, que al levantarla se llevó una excitante sorpresa al ver la lencería que llevaba debajo. Se trataba en realidad de un conjunto diseñado por Ellio Luttrel, obviamente estaba hecho para excitar a un alfa.

—Me haces feliz—soltó con una inusual sonrisa y dándole otro beso a Milo.

—Yo amo hacerte feliz—volvió a besar a su alfa al mismo tiempo que se levantaba del sofá y volvía a cubrirse con su ropa—La cena se enfría—habló con un tono burlón yendo a servir la comida a sus respectivos platos.

Nicholas se quedó sexualmente frustrado contra el sofá, debatiendo si debía ir al baño a solucionar su problema o atacar al omega contra la mesa donde servía la comida. Claro, el aroma de la comida era tan familiar que se acercó curioso a la mesa para encontrarse con un plato de borsch, ensalada de betabel y un plato lleno de piroshky.

—¡Russkaya yeda! (Comida rusa)—dejó salir su alegría en su idioma natal. Sin duda Milo era el omega que más lo hacía feliz, sabía perfectamente cómo complacerlo.

Nicholas se sentó en su respectivo lugar dejando que su omega le sirviera la deliciosa comida que había preparado, cuando Milo terminó, Nicholas le dio permiso de sentarse a comer a su lado.

—¿Qué tal tu semana Milo? —preguntó el alfa devorando su borsch como si fuera la primera vez que lo comía, aunque la verdad había pasado tanto tiempo sin comer platillos de su nacionalidad que se sentía en el cielo.

—Fantástico—respondió con una sonrisa—Visité a mis padres hace unos días, mis resultados de laboratorio salieron correctos, mi doctor dice que mi salud es perfecta, todos en la guardería son muy amables y ayer fui con Madame Berrycloth a la clase de doméstica, fui el mejor del curso.

—Eso es natural—besó la mano de Milo con ternura—Tengo al mejor omega de todos justo a mi lado.

—Si...—musitó pensativo. Nicholas no lo ignoró y lo miró con atención tratando de descubrir lo que le ocultaba—Noah también estuvo ahí—confesó finalmente—Nada importante en realidad, lo hubieras visto—comenzó con un tono burlón recordando las tonterías que había hecho ese día—Realmente no tiene un instinto maternal.

—Pues más vale que lo comience a desarrollar—habló cortante bebiendo de lo que había servido Milo.

El silencio reinó un poco, al menos lo suficiente para que Milo meditara sobre lo que había mencionado Nicholas.

—Sabes...—comenzó con un tono un poco más alegre llamando la atención de Nicholas—Yo sería mejor cuidando a un bebé—sonrió nervioso al ver como el rostro de Nicholas cambiaba poco a poco a uno más frustrado—Hoy cuidé a muchos bebés en la guardería, son tan lindos y pequeños, siempre dejan de llorar cuando yo los cuido y los niños más grandes son tan dulces conmigo—habló entusiasmado recordando aquellos dulces ángeles—No pude evitar soñar con tener a nuestra pequeña bebé en mis brazos—soltó con ilusión sin darse cuenta de lo irritante que estaba siendo para Nicholas.

—Eso es imposible, Milo—habló con voz grave bebiendo una vez más, pero el silencio y rostro sorprendido de su amado lo hizo suspirar y retomar la palabra—Mi futuro heredero debe ser producto de mi matrimonio con Noah, ambas estirpes son perfectas genéticamente, por eso mismo mi linaje debe ser igual de perfecto.

—¡El nuestro también sería perfecto! —se exaltó golpeando la mesa.

—Milo basta...—ordenó con gran calma en su voz.

—La familia Relish es igual de importante que la Miller—aclaró defendiendo su sangre—Tú mismo has visto mis exámenes mensuales, todo está en orden, mi salud, mis celos, niveles de estrés, ¡todo está en orden!

—¡Todo menos tu insensatez! —terminó alzando la voz—¡Claro que ya lo sé, Milo! —golpeó la mesa para marcar su punto—Pero no puedo tener un hijo que no sea de mi matrimonio, ¿es lo que quieres?, ¿quieres que tenga un hijo bastardo?

—No, pero...

—Entonces se acabó el tema.

Claro, la conversación murió junto con las ilusiones de Milo de tener una familia con el hombre que lo hacía feliz, lamentablemente el ambiente romántico que se había esmerado en crear también murió cuando la primera lágrima bajó de sus ojos azules.

—L-Lo siento—expresó limpiando rápidamente su rostro con una de las servilletas—No me siento bien, iré a recostarme.

Nicholas observó como Milo se levantaba de la mesa sin su autorización. Era humillante, no podía imaginar que su omega hiciera una rabieta tan infantil.

—Milo vuelve aquí de inmediato—advirtió con voz firme, hurgando en el fondo de su alma una pizca de paciencia hacia su omega—¡Milo! —alzó la voz desesperada al ver que el recién nombrado no obedecía a su palabra y en cambio escuchó la puerta de la habitación cerrándose.

Fue entonces que Nicholas decidió levantarse también de la mesa y caminar directo a la habitación con el objetivo de que Milo le escuchara, pero grande fue su sorpresa al notar que la puerta tenía seguro.

—Milo...—susurró recargándose en la puerta—Estoy cansado, no tengo la paciencia para aguantar tus berrinches, abre la puerta y termina de acompañarme a cenar—ordenó de la forma más calmada posible, pero su garganta ya pedía un trago y un buen puro para fumar.

Pero Milo tenía el corazón roto, detrás de la puerta, se encontraba recargado resguardado por el gran saco impregnado de feromonas de Nicholas, llorando en silencio tratando de encontrar refugio en el adictivo aroma de la prenda.

—Sabías que esto pasaría—continuó Nicholas—Esta relación funciona porque hay un acuerdo, porque ambos somos lo suficientemente maduros como para afrontar esta adversidad, porque, aunque Noah cumpla su papel como esposo, tú siempre vas a ser mi omega—habló un poco más calmado—De eso se trata esta relación.

—¡No! —gritó del otro lado de la puerta—¡Esta relación se trata de que te amo! —expresó con dolor recargándose contra la puerta—Se trata de que me entrego a ti, de que sólo te tengo a ti y de que eres el único al que pertenezco—lloró de rodillas queriendo derribar la puerta—¡Quiero una familia contigo! —gritó con la voz hecha trizas acompañadas de un doloroso sollozo.

—Yo soy tu familia, Milo—respondió Nicholas, decepcionado de cómo se había tornado la velada—Llámame cuando creas que es suficiente.

Milo sólo pudo escuchar como su alfa tomaba sus llaves y la puerta principal se cerraba. Cuando finalmente salió de la habitación, ya se encontraba sólo en el departamento, sólo con sus lágrimas y la cena sin terminar en el plato de Nicholas.

─── ❝ Fire on fire ❞ ───

Nicholas también tenía desastrosas rutinas por la mañana. Tristemente, no se sentía del ánimo como para salir de la cama, cama en la que no se encontraba un hermoso omega rubio de ojos azules que le llenaba de dicha la vida. Pero Nicholas era un hombre centrado que no dejaba salir tan fácilmente sus sentimientos, y prefería que fuera así.

Sin duda su cabeza estaba hecha un lío, pues salió de su frío departamento con ropa formal de trabajo, cuando en realidad se trataba de los fines de semana en donde iba a la casa Ivanov a ver a Noah.

Tampoco era como que Noah estuviera feliz de estar en la casa Ivanov, no después de dos días compartidos con Demian en donde no habían hecho más que comer y ver películas, dos días sobrio y alejado del estrés. Aunque algo extraño se veía en el rostro de Nicholas, seguía teniendo el mismo rostro frío y serio, sin embargo, su caminar y titubear daban el mensaje de que algo no estaba bien.

—Llegas temprano—habló Nicholas llegando a el patio en donde ya se encontraba Noah vistiendo un pantalón negro y una playera blanca con mangas abullonadas con detalles bordados en las muñecas. No era un vestido, pero resaltaba muy bien su belleza.

—Tal parece que sí—saludó cortez, siendo que en realidad Nicholas había llegado tarde— Nuestros padres no están, tuvieron que retirarse por un asunto pendiente. Disculpa que me haya puesto cómodo—respondió tratando de dar su mejor cara. Noah ya estaba cansado de fingir, estaba cansado de reprimir sus deseos de estrellar el florero en la cara de Nicholas, pero le temía tanto a lo que su madre haría con él si eso llegara a pasar—¿Té? —ofreció tratando de sonar amable.

—Por favor—pidió sentándose en una de las sillas para disfrutar un poco del aire fresco. Tras llegar a su departamento después de la discusión con Milo, se le había sido imposible dejar de beber hasta perder la conciencia, era natural tener una resaca.

Noah sirvió el té como se lo habían enseñado en esa tortuosa clase, aunque en realidad el toque de elegancia le salía con naturalidad. No pudo evitar asustarse cuando Nicholas lo tomó de la muñeca con tanta brusquedad que hizo dejar caer la taza de porcelana.

—Noah—lo llamó Nicholas tomándolo de la cintura para que se sentara a horcajadas de sus piernas.

—¡Nicholas! —soltó asustado Noah, tratando de separarse del alfa. Estaba demasiado cerca, podía sentir su profunda respiración, y temía que Nicholas pudiera sentir su miedo.

—Ahora me doy cuenta de que ni siquiera nos hemos besado—gruño a la par que acariciaba la espalda baja de Noah. Dejó vagar su mano por la silueta de Noah, de no ser por esos ojos marrones hubiera jurado que se trataba de la presencia de Milo—Apuesto a que ni siquiera sabes besar—río tomándolo con fuerza para que evitara escapar. Noah sólo pudo teñir su rostro de rojo, pero contrario a lo que pensaba Nicholas no se trataba de un sonrojo, sino de coraje—No te preocupes, ensayaremos tanto como queramos hasta llegar al altar.

Seguido de eso, tomó a Noah del cabello y le impregnó un beso. Noah no supo qué hacer, podía fingir disfrutar el beso como lo hacía con normalidad, poner de su parte y disfrutar del contacto humano, pero había algo diferente, Nicholas nunca se había interesado y de la nada se encontraba forcejeando por un miserable beso.

El fuerte brazo de Nicholas rodeando la cintura de Noah mientras tomaba por la fuerza su cabello, haciendo imposible que el omega se zafaba del agarre. El beso no podía ser más incómodo, todo el cuerpo de Noah estaba siendo aplastado mientras que unos labios, ajenos a los que amaban, chocaban con torpeza.

El toqueteo, los chasquidos y los jadeos en busca de aire por parte de Noah no hicieron más placentero el beso, simplemente era desesperante, era un acto de abuso.

—Ja'—se burló tomando el sonrojado rostro de Noah—Realmente no sabes cómo hacer esto.

Eso era mentira, Noah sabía besar tan bien y de una forma tan placentera que podía hacer que un alfa se doblegara a sus pies, pero simplemente no encontraba placer en Nicholas.

—No importa—suspiró el pelirrojo tomando nuevamente el rostro de Noah—Ayer fue una noche espantosa, creo que merezco un poco de atención—retomó el beso esta vez volviéndolo francés, introduciendo su lengua en la boda de Noah, dejando vagar sus grandes manos en las caderas y la piel blanca del omega.

—Mght—se quejó el rubio, pero Nicholas lo tomó como un sonido placentero y continuó acariciando el cuerpo de Noah a su antojo.

El beso pudo continuar tanto como Nicholas lo deseara, sin embargo, ambos jóvenes sufrieron un repentino mareo al instante que sintieron sus feromonas. Nicholas terminó empujando al piso al omega, quien estando ahí sintió un brinco en el estómago y corrió con una mano en el abdomen y otro tratando de controlar el desayuno que regresaba a su boca.

—Pero que mierd...—un sentimiento de asco lo inundó y sintió ganas de vomitar. Tuvo que recargarse en la silla para no caer.

Ninguno de los dos sabía lo que pasaba, podían culpar al clima, el té o los astros sobre ellos, pero en realidad era que ambos ya tenían a sus parejas destinadas. Tanto Noah como Nicholas compartían una parte de su alma con otra persona, y era la misma alma que rechazaba el contacto con cualquier otro que no fuera su respectiva pareja.

Nicholas corrió hasta el baño más cercano y regresó el almuerzo, el mareo continuó aún después de este. Terminó recargándose en la pared tratando de recuperar el aliento.

—¿Qué carajos fue eso? —murmuró cerrando los ojos para que su mundo dejara de dar vueltas.

—Noah—se escuchó la voz de Nicholas del otro de la puerta provocando un bombeo peligroso en el pecho de Noah—¿Estás bien?

La verdad era que no, pero Noah debía de sacar fuerza de donde podía para poder contestar sin hacer arcadas.

—Estoy bien, disculpa, creo que comí algo malo en el almuerzo—habló débil limpiando rastros de saliva de su boca. Necesitaba alejarse con urgencia de esa casa, necesitaba estar en un lugar seguro.

Justo cuando pensó que había logrado calmarse, su estómago volvió a regresar su contenido. Noah no podía sentirse más débil, realmente pensaba que iba a desmayarse en cualquier momento, por lo que en silencio mandó un mensaje a Ellio notificando que no se sentía bien, pero este no contestó, probablemente por lo atareado que lo tenía su trabajo y sus hijos.

Cómo pudo, se puso de pie y jaló la cadena. Se enjuago la boca lo suficientemente bien como para borrar cualquier rastro de sabor repugnante. Cuando se sintió mejor, se miró al espejo y sonrió para fingir estar bien, pero sintió como extrañamente su corazón se aceleraba poco a poco.

De la nada sus piernas volvieron a tambalear, su respiración se volvió complicada, comenzó a sudar frio y su corazón se aceleraba.

—Puta mierda...—susurró apretando su pecho—¿Por qué carajos inicias en este momento? —habló refiriéndose a su celo, o lo que parecía ser su celo—Espero que estés hasta el cuello de trabajo Ellio, esto no te lo voy a perdonar—musitó poniéndose de pie listo para salir.

Revisó que nadie estuviera a su alrededor, necesitaba irse sin hacer el menor ruido posible, necesitaba salir sin ser visto, luego se disculparía con su 'prometido' sobre su falta de educación por no quedarse a coger.

Caminó por el solitario pasillo hasta llegar al umbral de la puerta, su respiración agitada y la vista que poco a poco se nublaba no lo dejaba pensar bien. La desesperación llegó justo cuando su cuerpo comenzó a sentirse caliente, sentía que se quemaba, como su cuerpo se lubricaba, la vulnerabilidad y el deseo de ser tomado y despojado de todos sus sentidos con un buen orgasmo.

Necesitaba irse antes de darle el privilegio a Nicholas, pero justo cuando iba abriendo la puerta se topó con el hombre de sus pesadillas.

—Oh, pero qué oportuno acontecimiento.



Hoy no hubo mensajito de bienvenida arriba, una disculpa.

¿Qué les parece Milo? Les hablaré un poco de él :3

1. Milo Relish viene de una familia inglesa que se encarga de producir omegas aristocraticas que puedan casarse con alfas adinerados.

2. Él es el omega que vemos que tiene relaciones con Nicholas al principio de la historia.

3. Conoció a Nicholas desde pequeño, los Relish y los Ivanov son como socios, por lo que fue facil quedar enamorado del alfa

4. Milo y Nicholas son destinados.

5. Está medio dañado de la mente por como fue criado, él piensa que satisfaciendo a los alfas, siendo sumiso y dejando de lado sus sueños para complacer Nicholas, va a ser feliz.

6. Él si es rubio natural.

¿Qué datos random de los persojes quieren conocer? Pueden dejarlos aquí o yo los iré recopilando de sus comentarios jsjs. Muchas gracias por sus votos y comentarios, nos vemos en el siguiente capítulo.

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