Todo a su alrededor estaba en silencio y eso se le hacía muy raro. Camino con cuidado y estando atento a su alrededor. Escuchó un un pequeño ruido y se volteó a tiempo para esquivar al hombre que estaba apunto de acuchillarlo por la espalda. El hombre calló redondo en el suelo y el rubio acuchilló su cuello sin remordimiento alguno.

—¿Dónde podría estar esa basura?

Se preguntó y rápidamente apareció en su mente la habitación de Chanyeol. Comenzó a caminar hacia las escaleras aún estando atento. Al terminarla de subir aparecieron dos hombres. Esquivó el golpe de uno y lo empujó escaleras abajo. El hombre rodó por los escalones hasta caer inconsciente en el suelo con un charco de sangre alrededor de su cabeza. El otro hombre aún seguía asombrado por lo que le pasó a su compañero así que no notó cuando el menor se acercó a él y le enterró la navaja en el estómago y luego en el corazón, matándolo al instante.

El rubio siguió caminando como si no hubiera matado a tres hombres minutos atrás. En el camino a la habitación de Chanyeol se encontró con otros cinco hombres de los cuales fue fácil deshacerse.

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Entró a la habitación y se fijó si no había nadie. Caminó hasta el medio de esta y comenzó a buscar los lugares en los que podría estar la joya. Abrió el gran clóset que poseía el mayor y comenzó a buscar entre la ropa hasta dar con lo que tanto buscaba en el bolsillo de un saco de vestir.

Jimin sonrió feliz y caminó de vuelta a la habitación. Pero su felicidad duró poco al sentir algo frío en su nuca.

—Dame la navaja o disparo. —Habló el desconocido.

¿Cómo pudo haberse distraído de esa forma? Por haberse confiado todo ahora estaba perdido.

Le entregó la navaja con una falsa tranquilidad que molestó al contrario.

—Date la vuelta. —Jimin obedeció. —Ahora que te veo eres más atractivo de lo que pensé. —Su sonrisa le dió asco al menor. —Y tienes un buen cuerpo.

El hombre iba a acercarse más al rubio tomándolo por la cintura, pero un fuerte disparo se oyó por todo el lugar. El hombre cayó herido al suelo.

—Nadie toca a un Park sin su permiso. —Se escuchó la fría voz de Chanyeol por todo lugar. —Sáquenlo de mi vista. —Ordenó y rápidamente unos guardias aparecieron en el lugar para cumplir con lo ordenado. —Ya saben a dónde tienen que llevarlo. —Los dos hombres asintieron y se llevaron al herido ignorando sus quejas producto del dolor.

Jimin no se atrevía a mirar a Chanyeol. Creía que lo iba golpear por haber fallado la misión y que luego lo mandaría de regreso a donde Heechul.

El adulto se acercó a paso lento hacia el menor con una expresión indescifrable. Se detuvo delante de él y lo escaneó de arriba a abajo.

—¿Estás bien? —Preguntó con un leve toque de preocupación.

—Lamento haber fallado la misión. —Dice sin mirarlo.

—No respondiste mi pregunta. —Suspira al no recibir respuesta. —No tienes por qué preocuparte por haber fallado. Muchos reclutas no llegaron ni a la mitad.—Frunce el ceño al ver que el menor seguía con la cabeza gacha. —Levanta la cabeza.

El menor obedece sin rechistar. En ese corto tiempo que había estado viviendo con Chanyeol había aprendido a tenerle mucho respeto.

—Primero regla: Nunca bajes la cabeza ante nadie. —Dice serio. —Eres un Park, uno de los herederos de la mafia del Dragón. No puedes creer que eres inferior a los demás.

—¿Por qué dice eso? —Levanta el rostro. —En cualquier momento se va arrepentir de llamarme "hijo" y me va a mandar de regreso con Heechul. —Sus ojos comenzaron a aguarse.

—Segunda regla: Los Park nunca faltamos a nuestra palabra. —Dice serio. —Y tercera regla: por más difícil o triste que sea la situación un Park nunca llora. —Menciona. —Espero que con eso responda a tu pregunta. —Camina hacia la puerta. —Si veo que rompes algunas de las reglas dichas recibirás un fuerte castigo, esta será la única vez que te permitiré llorar. —Dice y sin más sale de la habitación dejando solo al menor.

El menor no aguantó más y se desplomó en el suelo. Un montón de emociones se albergaban en su pecho. Nunca creyó que todo sería tan difícil.

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🧁Seong🍭