18 | buenas noticias

Al volver, Tessa vio a Mosley de pie en el escenario donde se había realizado el ballet dando un discurso. De pie junto a la tienda con Tommy y Polly a su lado, Tessa cruzó los brazos con incredulidad, escuchando las palabras que salían de los labios de Mosley.

—La especie humana nunca tuvo tantas posibilidades —dijo Mosley—, tantas opciones. En la vida de toda gran nación, hay momentos del destino que dejan de lado a los hombres convencionales para abrirle paso a los hombres del momento. Y nuestro anfitrión —Mosley señaló a Tommy, ganándose una ronda de aplausos—, es ese hombre. Para él... para él, las pequeñas maquinaciones de hombres insignificantes no valen nada. Él es un hombre que se adapta al humor actual e Inglaterra. Digo esto ahora, en este momento y sobre este escenario, porque tengo novedades. Creo que son buenas noticias.

Tessa negó con la cabeza—. Qué maldito bastardo. Usando mi cumpleaños...

—Pido disculpas a nuestro anfitrión por usar esta plataforma, esta reunión de amigos con ideas afines para darles la primicia de algo que se viene gestando desde hace tiempo. Quiero que sepan los primeros en saber que, con el comienzo de la nueva década, trazaré un nuevo rumbo en el armado de un nuevo movimiento político... aquí, en el corazón de Inglaterra. Y el Sr. Shelby me acompañará, codo a codo.

—¿Esto es una broma? —preguntó Tessa.

—Él ofrecerá una nueva idea de política en la cual el verdadero carácter de los británicos renacerá —continuó Mosley—. Muchos de ustedes perdieron sus fortunas en el colapso de la bolsa. Los adinerados, los capitalistas de Nueva York, los judíos... dirigen un sistema internacional donde la movilidad infinita de capital, su capacidad de crear caos y pánico financiero, puede acabar con cualquier gobierno que se atreva a oponerse. Durante generaciones, los esfuerzos de hombres trabajadores como ustedes han preparado a nuestros competidores en nuestra contra. Los molinos de algodón en India y Asia, creados con dinero británico pero utilizados para la destrucción de Lancashire y Yorkshire. Los usureros de Nueva York y el trabajo esclavo de Oriente se combinaron para destruir las fábricas de hierro y acero de Warwickshire y Staffordshire. Los estadistas británicos no pueden promover essa políticas, salvo que estén locos o sean funcionales a las finanzas de los judíos.

—¿Qué está haciendo? —susurró Tessa—. Va a provocar un motín.

—Ellos son los que les quitaron su dinero, pero quienes saben esta verdad y yo encenderemos una llama que los ateos no podrán apagar —declaró Mosley—. ¡Las filas de nuestros héroes de la Gran Guerra han sido traicionadas una y otra vez por los políticos! Pero escuchen esto, quienes lucharon en la guerra de los judíos para nada, hombres valientes, se unirán con la juventud enojada de Birmingham, Manchester, Londres y Liverpool, ¡y declararán que Inglaterra vive y seguirá adelante!

—Dios mío —susurró Polly.

—Les digo todo esto ahora, porque creo que en lugares como estos, con gente como ustedes, debemos transmitir nuestro mensaje. Nuestro mensaje se resume en estas palabras: "Primero Gran Bretaña". Y como es nuestor mensaje, dudo que la prensa lo informe con objetividad. Los periódicos de este país están en manos de los mismos intereses que les quitaron su dinero. Les venden noticias falsas a la gente para favorecer los intereses de una facción y de un sector por sobre los intereses de una nación. Así que escuchen lo que les digo y transmítanlo a quienes quieran escucharlo, y recuerden que, cuando comience la nueva década, ¡nacerá un nuevo partido político que hablará por todos ustedes! Este partido, este nuevo movimiento, esta revolución... se llamará la Unión Británica de Fascistas.

Cuando Mosley bajó del escenario entre un fuerte aplausos y vítores de la multitud, Tessa miró a su esposo—. ¿Qué haces metiéndote con un hombre así, Tommy?

—Tendrás que confiar en mí —dijo Tommy.

—Otra vez —dijo Polly con amargura.

Mosley apareció en medio del trío, y Tessa instintivamente se acercó a Tommy. Le ofreció su cigarrillo sin inmutarse por la repentina aparición de Mosley, y cuando Tommy colocó el cigarrillo entre los labios de su esposa y lo encendió, Mosley le sonrió.

—Me voy a acostar con el cisne —les informó Mosley—. Que alguien le diga que venga a mi habitación.

—¿Cómo sabe que irá? —preguntó Polly.

Mosley la miró—. Porque siempre lo hacen.

Mientras Polly desaparecía para informarle al cisne, Mosley le dio un paso hacia delante de Tessa, tomó su mano y la besó. Tessa vio los ojos de Tommy destellar cuando Mosley pareció darse cuenta que eso lo molestó.

Sus ojos nunca se apartaron de Tessa, y Mosley le sonrió—. Ahora perdóname. Voy a tomar prestado a tu esposo por un momento.

Tessa no respondió, volviéndose para mirar a Tommy—. Iré a ver a Mason y luego a los niños.

—Bien —dijo Tommy, inclinándose hacia delante para besar a Tessa.

Había algo en la forma en que la besó en ese momento, con la mano presionada contra su espalda, que mostraba las acciones de un hombre que reclamaba la posesión de la mujer en sus brazos. Pero a Tessa no le importaba, porque podía sentir los ojos de Mosley ardiendo en su espalda.

—Iré a buscarte cuando termine —dijo Tommy.

Tessa asintió mientras se alejaba de Tommy—. Muy bien, Tom. Nos vemos más tarde.

—Tess —dijo Tommy—, te amo.

—Yo también te amo, Tom —dijo Tessa sonriendo y alejándose para encontrar a su hermano.

Estuvo un rato largo buscándolo, así que Tessa decidió ir a ver a sus hijos primero. Después de comprobar que ambos estuvieran bien, se embarcó de nuevo en la búsqueda de su hermano.

Una vez que lo encontró, Polly se unió a ellos, hirviendo de rabia contenida—. Odio a ese bastardo.

—Yo también —dijo Tessa, sentándose en una de las mesas vacías con su hermano y su tía—. ¿Te dijo Tommy lo que pasó?

—Sí —dijo Polly, alcanzando la mano de Tessa—. Y si te vuelve a tocar, me asegutaré de que nunca vuelva a tocar a nadie más.

Tessa sonrió, notando el anillo en el dedo de Polly. Con una ceja levantada, sonrió—. Polly, ese es un buen accesorio.

—Lo sé —dijo Polly—. Aberama me pidió que me casara con él.

Tessa sonrió—. ¡Dios mío, Polly! ¿Por qué no me lo dijiste?

—No encontré el momento —dijo Polly—. Entre que le gritabas a Linda y el bastardo que estaba dando su discurso, encontrar el momento indicado fue difícil. Mason, ¿cómo está tu brazo?

Mason movió los dedos—. Doloroso, pero sobreviviré.

—Lo juro —dijo Tessa, levantándose y dirigiéndose hacia el gabinete de whiskey—, si Linda intenta algo así una vez más, me aseguraré de que no sea solo su brazo el que reciba una bala.

Polly negó con la cabeza—. Nuestro Tommy es ferozmente protector con su familia, pero no creo haber visto a nadie preocuparse por otra persona como tú, Tess. El amor que tienes por todos nosotros me sorprende.

Tessa volvió a sentarse con tres vasos en su mano y una botella de whisky en la otra—. Soy una mujer de familia. Ustees son todo para mí y si algo les sucediera, no me quedaría callada —sirvió tres vasos y levantó el suyo—. Por la familia, tanto viva como muerta. Por nuestro John, nuestros padres, tu difunto esposo y tu hija, Pol. Por Alfie Solomons, Bonnie Gold y las demás almas que perdimos. Que no perdamos más gente en este mal negocio.

—Una familia unida que nunca será vencida —dijo Polly, levantando su propio vaso.

—Y por los niños —continuó Mason—. Por mi bebé, por el hijo de Hetty y su hijo por nacer, por Billy, por Bella y John... que esta familia prospere a pesar de todo.

Bebieron por eso, un brindis lleno de dolor y amor, recordando a todos los que habían perdido, pero también celebrando las nuevas incorporaciones a la familia Shelby.

Polly dejó su vaso y miró a Mason—. Olvidaste a uno en tu brindis, Mason.

—No, no lo hice —dijo Mason, contándolos con los dedos—. No mencioné a los hijos de John porque no tuvimos noticias de Esme desde que... ya sabes, ¿pero a quién olvidé?

—Al bebé de Tessa —dijo Polly, sonriendo cuando Tessa se atragantó con su bebida, escupiendo whisky por todo el mantel.

Se secó la boca y miró a Polly—. ¿Qué?

—Felicitaciones, Tess —dijo Polly—. Estás embarazada.

Tessa suspiró—. ¿Estás bromeando?

—¿Por qué lo estaría? —preguntó Polly—. ¿Quieres que te diga si es niño o niña?

Tessa se puso de pie—. Hazlo.

Polly se puso de pie y Mason parecía confundido—. Espera, ¿cómo...? Mierda, Polly está tocando tu pecho, Tess.

Mason desvió la mirada mientras Polly realizaba su magia, sus ojos se suavizaron mientras soltaba a Tessa—. Felicitaciones, Tess. Es una niña.

Tessa jadeó—. ¿Otra niña? Tommy se va a enfadar tanto. Está superado en números.

Polly sonrió—. ¿Tienes un nombre en mente?

—Bueno, me gusta Elizabeth —dijo Tessa—. Como ti, Pol.

—¿Le pondrías mi nombre a tu hija? —preguntó Polly—. Me sentiría honrada.

—Sí —dijo Tessa—. Desde que murieron nuestros padres, todo lo que has hecho es cuidarnos y es bueno darle a los niños nombres que tengan significado. Arthur le puso Billy a su hijo, Hetty le puso Alfie y Bonnie a los suyos, mi John... y ahora tendremos nuestra propia pequeña Elizabeth.

—Llámala Eliza para abreviar —dijo Polly en voz baja, mientras Mason se levantaba para felicitar a su hermana.

—Eliza Shelby —dijo Tessa—. Me encanta.

—Estoy feliz por ti, Tess —dijo Mason—. Y esperamos que neustra pequeña Victoria Rosie sea su mejor amiga. Aunque estoy aterrorizado porque acabo de ver a Polly manosearte.

Tesas se rió—. No es la primera vez —dijo bostezando—. Bueno, ha sido una noche llena de acontecimientos. Iré a buscar a Tommy y me iré a la cama. Gracias, Pol, por las buenas noticias. Y felicitaciones por tu compromiso, espero con ansias la boda.

Polly asintió—. Yo también.

—Buenas noches, Mase —dijo Tessa mientras se alejaba—. Lamento que Ada no haya podido asistir.

—Está bien, tengo a Arthur para que me haga compañía —dijo Mason riendo—. Buenas noches, Tess. Feliz cumpleaños.

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