13 | a salvo
Un auto recogió a Tessa mientras caminaba, y sentado en el asiento del conductor estaba un hombre al que reconoció como un Blinder—. ¿Señora Shelby?
—Una de muchas —respondió Tessa, pensando en Linda y Esme mientras respondía—. ¿Qué puedo hacer por ti?
—Órdenes del Sr. Shelby —dijo el hombre—. Debo recogerla y llevarla a un punto de encuentro. Esa es toda la información que tengo.
Tessa suspiró, subiendo al auto—. Bueno, ya tuve un día lleno de acontecimientos, así que ¿por qué no condimentar un poco más las cosas?
—Ya veo, Sra. Shelby —dijo el hombre—. ¿Y puedo preguntar qué es lo que ha estado haciendo?
—Puedes hacerlo, pero probablemente sea mejor que no responda —respondió Tessa, recostándose en el asiento—, porque hay oídos a nuestro alrededor y la gente habla.
El hombre se quedó en silencio, y el resto del viaje se llevó a cabo con solo el rugido del motor. Cuando llegaron al patio de Charlie Strong, Tessa salió del auto, le agradeció al conductor y le pidió un cigarrillo.
Tomando el que le ofreció, Tessa caminó hacia Tommy, Arthur y Mason, quienes estaban parados alrededor de un fuego humeante. Con el cigarrillo entre los labios, Tessa sonrió—. Hola.
—Tess, por el amor de Dios, nos asustaste —dijo Mason.
Tommy guardó silencio, sacó el mechero del bolsillo y se acercó a su esposa. Siempre ahí para encender sus cigarrillos, como prometió. Sostuvo la llama en alto para que Tessa pudiera encenderlo, y mientras ella daba un calada, Tommy guardó su encendedor y tomó su cara entre sus manos.
—Eso fue estúpido —dijo Tommy—. Estúpido e imprudente.
—¿Qué más podía hacer? —preguntó Tessa, sosteniendo el cigarrillo entre los dedos—. Tenía un arma en la cabeza de mi Finn. No iba a dejarla pintar las paredes con su sangre.
—Finn dijo que fuiste tras ella con una maldita engrapadora —dijo Arthur, riendo con orgullo—. Debo decir que extrañé este lado de nuestra Tess.
—Fuiste estúpida —dijo Mason—. Y podrían haberte matado.
—¿Qué quieres que diga? —preguntó Tessa, observando cómo la atención de los hombres permanecía en ella—. ¿Quieres que diga que lo siento por defender al chico que prácticamente crié? ¿O que lamento no haber pedido permiso antes de atacar a esa mujer? Tommy, no estabas allí. Ella no tenía ninguna posibilidad. Eso suena arrogante, pero ella estaba desarmada y yo tenía la oportunidad.
—Debería haber estado allí —dijo Tommy—. No para Finn, porque él puede protegerse a sí mismo. Sino para ti. Aparentemente necesito protegerte de ti misma y de tus propias acciones demasiado ambiciosas.
Tessa arqueó una ceja—. ¿Ves una marca en mi, Tommy? No, porque hice lo que tenía que hacer. No necesito protección, puedo protegerme a mí misma. Hice lo que hice porque estaba amenazando a mi chico. Y habría hecho lo mismo si fuera John, Bella, Hetty, Isaiah o Michael. Algunos de ellos pueden no estar relacionados por la sangre, Tommy, pero son mis chicos, y nadie se mete con mis chicos.
—Bueno, tan enojado como estás, Tom —dijo Arthur, todavía sonriendo—, ojalá hubiera estado allí para ver a nuestra Tess perder el control.
—Finn dijo que lo hiciste bien —dijo Tommy—. Pero no vuelvas a hacer algo así. Incluso si crees que tienes oportunidad.
—Haré lo que tenga que hacer para proteger a mis chicos —respondió Tessa—. Y nada, ni siquiera mi propia cabeza, me detendrá. Porque no quise hacerlo, Tom. Simplemente sucedió y no lo siento.
—Solo ten cuidado la próxima vez, Tess —dijo Mason—. No podemos perder más personas en esta familia. Y menos a ti.
—No me vas a perder —dijo Tessa—. Debo decir que aunque fue bastante estimulante, no lo volveré a hacer a menos que sea necesario.
—¿Y el arma? —preguntó Tommy—. Finn dijo que la mujer dejó caer el arma y que todavía estaba allí cuando se fue. ¿Qué hiciste con ella?
Poniendo los ojos en blanco, Tessa se levantó la falda y sacó el arma de su media—. No podía dejarla allí, ¿no? El lugar más seguro era conmigo.
—Dámela —dijo Tommy.
—No —respondió Tessa—. Esto fue lo que casi le voló la cabeza a tu hermano. Irá a donde no pueda volver a herir a nadie —volviéndose hacia el canal, Tessa lanzó el arma tan fuerte como pudo, escuchando el chapoteo cuando golpeó el agua. Luego se volvió a Tommy—. No dejaré que Finn salga lastimado, Tom. El pobre chico ha pasado por mucho.
—Solo asegúrate de estar a salvo, Tess —dijo Tommy, colocando sus manos en su rostro nuevamente—. Necesito que estés a salvo, ¿de acuerdo? Y no es en ti en quien no confío, sino en otras personas. No eres una Blinder.
—No, pero soy una madre —respondió Tessa, sonriéndole a Tommy—. Y la sensación que tengo cuando uno de mis chicos está en peligro lo supera todo. Cada pequeño miedo simplemente desaparece, y en todo lo que puedo pensar es en proteger a mis chicos.
—Ellos pueden protegerse solos —dijo Mason—. Necesitamos que estés bien, Tess.
—Entonces Finn puede protegerse, ¿eh? —dijo Tessa—. ¿Desarmado, indefenso a merced de esa mujer? Dejen de sermonearme, no quiero escucharlo. Hice lo que hice, estoy bien, Finn está a salvo, todo está bien.
—Bien —dijo Tommy, besando a Tessa—. Lo único que importa es que estás bien.
—Siempre estaré bien —dijo Tessa, sonriéndole a su esposo—. Ahora, ¿qué diablos estoy haciendo aquí?
—Dijiste que querías participar —dijo Tommy, extendiendo los brazos—. Bienvenida a una reunión familiar. Solo estamos esperando a Polly.
Tessa dio una última calada a su cigarrillo antes de tirarlo a un lado. Exhalando humo, levantó una ceja—. ¿Reunión familiar para qué?
—Ya verás —respondió Tommy.
—Todo a su debido tiempo, Tess —dijo Mason—. Pero ¿por qué nadie me dijo que Tessa era una maldita loca? Ahora que está a salvo puedo decirlo. ¿Cómo diablos enfrentaste a una mujer armada con una engrapadora?
Tessa se encogió de hombros—. Instinto maternal. Simplemente entró en acción.
—Bueno, podríamos usar algo de eso —dijo Arthur—. Es bueno ver a la vieja Tess regresar. La que le rompió la nariz a Tommy en ese entonces.
Tessa se rió, tocando la nariz de Tommy—. Lo siento por eso.
—Sí, bueno, fueron estos bastardos los que tuvieron la culpa —dijo Tommy, señalando a Arthur y Mason. Luego se inclinó hacia Tessa—. Me alegra que estés a salvo.
Tessa sonrió—. Lo sé, Tom.
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