11 | propiedad de tommy

Tessa esperó despierta en su cama a que Tommy regresara de Londres. Había regresado a su casa después de dejar a Hetty en la casa de Polly, asegurándose de que la chica estuviera en buenas manos antes de partir, sabiendo lo vulnerable que estaba en ese momento.

Cuando escuchó que su auto se detenía, no se movió, esperando que Tommy la buscara y entrara a su habitación. Lo hizo casi en silencio, cerrando la puerta con apenas un sonido en caso de que su esposa estuviera durmiendo.

—¿Tess? —susurró Tommy.

—¿Sí? —respondió Tessa en voz baja, volviéndose para mirar a su esposo—. ¿Qué tal tu día?

—Fue extraño —respondió Tommy, sentándose en la cama y quitándose los zapatos—. Acabo de encontrar a Johnny Dogs acostándose con la criada en mi estudio.

Tessa hizo una mueca—. Eso suena desagradable. ¿Qué hiciste?

—La envié a la cama —dijo Tommy, encogiéndose de hombros—. No tiene sentido despedirla. Hace un buen desayuno.

Tessa se rió—. ¿Cómo estuvo tu reunión?

—Arthur rompió una silla con la mano —dijo Tommy—. ¿Eso responde a tu pregunta?

—Sí —dijo Tessa, mientras Tommy se levantaba para quitarse la chaqueta y la camisa—. ¿Supongo que no fue un buen día?

—No del todo —respondió Tommy—. ¿Qué tal tu día?

—Estuve con Hetty la mayor parte del tiempo —respondió Tessa, levatándose y acercándose a su esposo—. Fuimos a ver a Aberama para que pudieran hablar de Bonnie. No me di cuenta de que eran tan buenos amigos. Luego fuimos al doctor y se hizo un chequeo. El bebé está bien, el corazón late fuerte. Tommy...

La voz de Tessa se redujo a un susurro mientras se inclinaba hacia su esposo con las manos alrededor de su cuello.

—Quiero otro bebé.

—¿Eso es lo que quieres? —susurró Tommy, intentando besar a Tessa.

Ella se echó hacia atrás—. Sí, Tommy. Quiero otro bebé, y quiero que sea tuyo, con tu boca, tu pelo y tus perfectos ojos azules. Te extraño, ¿sabes? Esta casa se vuelve solitaria cuando estás fuera por negocios.

—Lo siento —dijo Tommy, tratando de capturar los labios de Tessa con los suyos—. ¿Qué quieres que haga?

—Déjame entrar, Tommy Shelby —dijo Tessa en su oído—. Déjame ver qué pasa dentro de tu cabeza.

—Siempre —respondió Tommy, besando el cuello de Tessa—. Siempre te dejaré entrar. Tú me ayudas a permanecer cuerdo.

Tessa sonrió—. Te amo, Thomas Shelby.

—Y yo te amo a ti —dijo Tommy—. Me perteneces. Mi propiedad. Mi hermosa esposa. Mi chica. Nadie toca mi propiedad.

—Nadie más que tú, Tom —respondió Tessa—. ¿Deberíamos irnos a la cama?

—Me gusta esa idea —dijo Tommy, empujando a Tessa hacia la cama.

Cayeron juntos, dejando escapar todos sus miedos y preocupaciones, y Tommy Shelby se dio cuenta de que Tessa Shelby era su salvadora.





A la mañana siguiente, Tessa se despertó con Tommy besando su frente. Hizo un ruido de satisfacción mientras pasaba sus dedos por su pelo—. Buenos días, ¿a dónde vas?

—Buenos días —respondió Tommy—. Hoy voy a disparar con Mosley. Te lo iba a decir anoche, pero nuestros esfuerzos se interpusieron.

Tessa le sonrió—. Bueno, ¿estarás en casa para cenar?

—No lo sé, Tess —respondió Tommy—. No lo sé.

—Está bien —dijo Tessa—. Ten cuidado y diviértete.

—Lo intentaré —dijo Tommy—. Aunque lo dudo mucho.

Tessa se rió—. Bueno, si quieres aliviar la tensión, lleva a John contigo.

—No.

—Estaba bromeando —dijo Tessa—. De ninguna manera dejaría que lleves a mi hijo a disparar cuando solo tiene tres años.

—Muy bien, Tess —dijo Tommy—. Tengo que irme.

Tommy le dio un beso a Tessa cuando ella se levantó para despedirlo. Envolviéndose en su bata, caminó con Tommy hacia la puerta principal, besándolo una vevz más mientras lo veía entrar en su auto y alejarse.

—¡Mamá! —exclamó John, corriendo por el pasillo hacia ella.

Tessa lo tomó en brazos sonriendo—. Buenos días, cariño.

—¿A dónde va papá? —preguntó John.

—Va a salir con un amigo del trabajo —respondió Tessa—. Estará fuera la mayor parte del día. ¿Qué quieres hacer hoy?

—Bella quiere ir a los establos —dijo John—. Quiere ver los caballos.

—Entonces haremos eso —dijo Tessa, bajando a su hijo—. Vamos, tienes que ir a vestirte.

Tessa Shelby no sabía que Tommy Shelby acababa de comenzar una guerra con los Billy Boys en forma de granadas de mano y vagones explosivos.

Arthur Shelby había recuperado a Aberama Gold, cuyo ataque a la patrulla fronteriza de los Billy Boys había sido la mecha, y las granadas de Arthur habían sido la chispa que haría que todo el asunto explotara.

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