05 | dangerous II
Días después, Tommy había regresado de su aventura en Londres para hablar en el Parlamento y Tessa estaba afuera con sus hijos. El auto de Tommy se detuvo, y mientras Bella le lanzaba una pelota a Cyril, el perro, Tessa enderezó a su hijo sobre su hombro. John chilló cuando su mundo de repente se puso patas arriba, agarrando la parte de atrás del vestido de su madre.
—¡Mamá! —chilló John—. ¡Mamá, bájame!
Tessa se echó a reír cuando Cyril se acercó hacia ellos, la pelota se le olvidó cuando John gritó. El perro empezó a ladrar, haciendo reír a Tessa—. Muy bien, Cyril, me tienes. Lo bajaré, ¿de acuerdo?
Dejó a John en el suelo y lo vio atacar a Cyril en un abrazo. Habían adoptado al perro después de la última conversación de Tommy con Alfie Solomons, una conversación que terminó con los disparos de Tommy y Alfie. Tessa recordó haber encontrado a Hetty, la hija adoptiva de Alfie, en su habitación después de que se supo que Alfie estaba muerto.
—Hetty, cariño —dijo Tessa en voz baja, acercándose a la cama mientras pisaba cautelosamente sobre los cristales y las cartas de su padre rotas sobre el suelo.
—¿Qué? —fue la respuesta.
—Soy Tessa, cariño —dijo ella en voz baja—. ¿Me puedo sentar?
Hetty asintió, con su cabeza asomando por debajo de las mantas—. ¿Por qué estás aquí?
—Escuché sobre tu padre y quería ver si estabas bien —respondió Tessa, sentándose en la cama de Hetty y colocando una mano sobre el hombro de la chica—. Y quería hablar contigo.
—¿Qué hay que hablar? —preguntó Hetty—. Se ha ido. Está muerto. Me dejó. Me dejó sola.
El corazón de Tessa se rompió—. Lo sé, cariño. Y sé que duele, lo hará por un tiempo.
—¿Alguna vez deja de doler? —preguntó Hetty—. Has perdido gente. Tus padres, John... ¿alguna vez deja de doler?
—No, cariño —dijo Tessa.
Hetty abrazó a Tessa Shelby con fuerza, sin molestarse en ocultar las lágrimas que caían por su rostro mientras lloraba por su padre.
—¡MAMÁ! —gritó Bella—. ¡Papá está en casa!
Tessa salió de sus pensamientos para ver a Tommy acercándose a ella—. ¿Regresaste?
—Sí —respondió Tommy, mientras Cyril corría hacia él—. Hola, Cyril. Es bueno saber que no me odias.
—Nadie te odia, Tommy —dijo Tessa.
—¡Papá! —gritó John, corriendo hacia su padre.
Tommy levantó a su hijo en el aire y lo apretó contra su pecho—. Hola, John. ¿Ya me perdonaste?
—Sí —respondió John—. Dangerous estaba enferma. Mamá dijo que la ayudaste.
—Sí, lo hice —dijo Tommy, tocando la nariz de John con una sonrisa—. ¿Tienes hambre?
—Sí —dijo John riendo.
Tessa sonrió—. Bueno, puedo pedirle a las criadas que preparen algo.
Tommy asintió—. Bella, vamos.
—¿A dónde vamos? —preguntó Bella.
—A los establos —dijo Tommy—. Quiero mostrarles algo.
Tessa arqueó una ceja—. Tommy...
—Sígueme, Tess —dijo Tommy, guiando a su esposa e hijos a los establos, con John todavía en sus brazos.
Cuando llegarona los establos, Tessa vio a Johnny Dogs junto a la entrada—. Hola, Johnny.
—Hola, Tessa —dijo Johnny, antes de mirar a Tommy—. Ya la tengo, Tommy. Es hermosa.
—Papá, ¿qué tiene Johnny? —preguntó Bella.
Tommy bajó a John y señaló hacia los establos—. ¿Por qué no entran con su mamá? Estaré allí en un segundo, solo necesito hablar con Johnny.
Tessa le lanzó una mirada a Tommy antes de seguir a sus hijos a los establos. De pie fuera de uno de los establos había una hermosa yegua gris, un caballo al que Bella y John ya se habían acercado y estaban alimentando. Tessa se acercó al animal, estirándose hacia delante para tocarle la nariz con cuidado, y cuando vio a Tommy, se giró para enfrentarlo.
—¿Te importaría explicar? —dijo Tessa.
—Sé lo molesto que se puso John, así que esto es para los dos —dijo Tommy—. Ella no tiene nombre, pero pensé que podía dejarle eso a ellos dos.
Bella y John se miraron, antes de que John sonriera—. Dangerous II.
Tessa se rió—. Bueno, eso es ciertamente interesante.
—Dangerous II, ¿eh? —dijo Tommy, acercándose al animal—. Ustedes dos tienen que prometer cuidar de ella, ¿sí? Tienes que alimentarla, montarla y asegurarse de que se mantenga saludable.
—Sí, papá —dijeron ambos niños.
Tessa miró a Tommy—. ¿Montarla? Tommy, todavía son niños.
—Y Johnny jura que es la yegua más segura que jamás haya visto —dijo Tommy—. No le haría daño a una mosca.
—Espero que tengas razón —dijo Tessa.
Tommy sonrió, colocando sus manos en la mejilla de Tessa—. ¿Cuándo no la tengo? Estarán bien.
John se rió mientras Dangerous se acariciaba contra él, intentano conseguir el heno que sostenía. Tessa suspiró—. Está bien, Tom. Si estás tan seguro...
—Estoy muy seguro —respondió Tommy—. Tenemos que mantenerlos ocupados, ¿no?
—Sí, pero serás tú quien venga aquí con ellos en el inverno cuando haga frío —dijo Tessa—. Porque yo me quedaré adentro.
Tommy puso los ojos en blanco—. Bien, eso suena como un trato justo.
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