Capítulo 32: Conversación
Oliver
La fiesta estaba siendo todo un éxito, la gente se estaba divirtiendo, bailando, comiendo y bebiendo. Por supuesto, los novios también se la estaban pasando de maravilla.
Trish y yo nos habíamos mantenido juntos la mayoría del tiempo, ya que no teníamos mucho más en común con los otros invitados y ahora que estábamos fingiendo esa relación frente a Ely, teníamos que parecer una pareja de verdad.
—¿No quieren ir a bailar? —preguntó Grecia cuando llegó de vuelta a nuestra mesa, acompañada de Carter.
—Estamos bebiendo —le dijo Trish.
—No se la pueden pasar bebiendo toda la fiesta solamente.
—Podría estar fumando hierba, pero ya que nadie trajo.
—No vas a cometer delitos en un país extraño y en mi boda —le dijo Grecia—. No quiero a la interpol metida en esto.
—¿Por un poco de hierba? —preguntó Trish—. Pero si apenas atrapan a los que secuestran niños.
—Trish, no quiero esos temas en mi boda, por favor —le pidió Grecia, asqueada.
Yo solté una risa por la cara de desagrado de Grecia.
Los dos se sentaron a la mesa y pidieron unos tragos, ya que estaban bastante cansados y sudados de tanto bailar.
—¿Qué tal si bailamos una sola canción? —preguntó Grecia—. Yo con Oli y tú con Carter.
—¿Yo con Trish? —cuestionó Carter, fingiendo desagrado.
—Te lo ganaste, Carter.
Trish se levantó de la mesa y fue por Carter a buscarlo y jalarlo a la pista de baile, mientras Grecia se levantó para ir por mí.
Los cuatro estábamos en la pista de baile cuando comenzó a sonar Teenage Dream de Katy Perry y varios de los invitados comenzaron a corear la letra:
—¡Will be young forever!
Era algo difícil bailar con Grecia cuando tenía ese vestido tan largo, pero debía admitir que me estaba divirtiendo.
—We can dance, until we die... —Grecia cantaba mientras bailaba y saltaba.
Yo la seguí y comencé a cantar también.
Trish y Carter comenzaron a hacer lo mismo. Incluso Trish saltó sobre Carter y él empezó a girar con ella encima.
—I'ma get ypur heart racing in my skin-tight jeans, be your teenage dream tonight.
Una vez que Teenage Dream terminó, vino una canción lenta: A Thousand Years de Christina Perri, por lo que Carter fue a tomar a Grecia y comenzaron a bailar juntos. Por un momento pude ver que Trish iba en dirección a la mesa, pero entonces me interpuse en su camino y la tomé de la mano para llevarla más al medio de la pista.
—¿Vamos a bailar esta cursilería?
—Sí, eso haremos.
Tomé a Trish por la cintura y ella puso sus manos en mis hombros, para comenzar a movernos un lado a otro. De vez en cuando nos mirábamos y otras veces evitábamos nuestras miradas, al menos yo porque de todas maneras se me hacía algo incomoda la situación.
En todos esos años, nunca había bailado con Trish, ni siquiera en fiestas de la universidad o cuando íbamos a bares y por lo tanto era aun más extraño que la primera canción que estuviéramos bailando en nuestras vidas fuera una canción lenta y romántica.
—¡Lamento interrumpir, pero he llegado la hora del ramo! —interrumpió la organizadora cuando la canción terminó.
Todas las mujeres gritaron emocionadas y corrieron a formarse en la pista, unos metros detrás de Grecia, quien les daba la espalda con su ramo de flores en las manos.
—Trish, tú también tienes que ir —le dijo Paris, al ver a Trish entre nosotros.
—No, muchas gracias.
Paris rodó los ojos y junto a London tomaron a Trish de los brazos y la llevaron junto al resto de las mujeres solteras que esperaban el ramo.
Trish se quedó de mala gana ahí, no sin darles una mirada de odio a los hermanos de Grecia por obligarla a ir.
—¡Uno, dos, tres! —contó Grecia, para luego tirar el ramo de flores hacia atrás.
Todas intentaron atraparlo, pero irónicamente, cayó sobre la única persona en todo ese grupo que no quería el ramo: Trish.
Sin saber que hacer cuando se vio con el ramo de flores entre sus manos, se lo tiró a una de las mujeres que tenía a su lado directo al rostro.
—¡Trish! —le gritó Grecia—. No te hagas la dura, si bien sabes que por Oliver te casarías...
Entonces Grecia le recordó la razón por la que debía aceptar el ramo y actuar como si realmente le gustara la idea de casarse algún día con nada más ni nada menos que conmigo.
Yo fui hacía ella y, tal como ella se había tomado la libertad de besarme en la iglesia, yo la tomé por la cintura y la besé.
Trish, por supuesto, tuvo que actuar como si estuviera feliz y realmente le emocionara la idea de casarse conmigo algún día.
Pude oír que los invitados aplaudieron y dieron gritos, entre ellos, Carter y Grecia. A veces dudaba si ellos estaban actuando y ayudando con la causa o eran reacciones reales.
Luego de todo el espectáculo que montamos, fue hora de que Carter le sacara la liga a Grecia, por lo que fue hora de que los hombres solteros nos pusiéramos detrás de él para que la lanzara. La liga terminó llegándole encima a Orlando, por lo que los hermanos Smith no tardaron en ir a molestarlo, incluida Grecia.
La fiesta siguió con la música y el baile, pero yo decidí sentarme un momento a beber algo y comer del coctel. Mientras, Trish estaba con Grecia en la pista de baile tonteando y Carter estaba bailando con su hermana menor.
Por un momento me quedé apreciando a Trish. Se me hacía bastante extraño verla con un vestido como ese, normalmente Trish no usaba escotes que mostraran tanta piel, con ese incluso se le podía ver parte de sus pechos, y bueno, también era muy extraño ver su cabello ordenado en un medio moño.
Quizás no era la Trish a la que estaba acostumbrado, pero debía decir que se veía bella de todas formas, estaba seguro de que así era capaz de llamar la atención de más hombres de lo que ya lo hacía.
De pronto, sentí que alguien se sentó a un lado mío, por lo que me giré para ver quien era.
—Ely —dije sorprendido.
—Lamento molestarte, pero creo que sería bueno que habláramos.
—¿De qué? —cuestioné—. No tenemos nada de qué hablar.
—Tú y Trish, por ejemplo...
—¿Qué te importa lo que pase entre Trish y yo?
—No quiero ser cruel contigo, pero solo piénsalo, si conmigo no duraste para toda la vida cuando soy una mujer intachable, decente y buena, ¿qué esperas que pase con Trish? —me preguntó—. Ella no es para un hombre como tú, puedes encontrar algo mucho mejor... créeme, no te va a costar mucho.
Debía admitir que había quedado en shock. No esperaba que Ely me fuera a hablar en ese momento, menos sobre Trish y menos que viniera a insultarla de esa manera. Sinceramente, no supe que decir.
—Sabes que tengo razón —dijo Ely—. Y estoy segura de que la única razón por la que sales con ella ahora es porque no puedes superar el hecho de que nos hayamos separado..., pero eso fue tu culpa.
Entonces no me quedó de otra que reaccionar.
—No, Ely, ya no me interesa haberme separado de ti, era lo que tenía que pasar y no salgo con Trish por despecho o algo por el estilo —aclaré—. Y todo lo que dijiste de ella, será mejor que no lo vuelvas a repetir y menos frente mío, porque voy a olvidar que soy un caballero.
Me levanté de la silla en la que estaba y dejé a Ely sin decir nada más, para luego irme dentro de la casa. Necesitaba relajarme y alejarme de Ely y de todos los pensamientos negativos que traía ella a mí.
Me senté en el sofá de la sala y me restregué el rostro con las manos para intentar borrar la conversación anterior y evitar hacer un escándalo en la boda de mis amigos.
Sinceramente no me interesaba lo que dijera de mí y ella, pero no podía permitirle que hablara así de Trish.
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