Capítulo 6

Minutos después, el timbre sonó llamando nuestra atención. Antes de ponernos de pie, Derek toma mi brazo, mirándome con expresión seria y evidente. Quería que le platicara lo que pasó con Valerii. Bajo mi mirada recordando. Respiro hondo y paso mi mirada a la de _____ y Layla, despidiéndose de nosotros. Sacudo mi mano despaciosamente sin separar mi mirada de ______.

—A ver Link... ahora dime qué te dijo Valerii... —antes de responder, me lleva a la parte trasera de la cafetería, para estar a solas—¿Link?

—Me mandó a volar, Derek... —respondo cerrando los ojos conteniendo las lágrimas. No puedo llorar por eso, había un cincuenta cincuenta de que pasara eso— Me dijo que no quería tener pareja en estos momentos. Le parecí guapo, pero no está buscando nada.

—Ya... ¿pero solo te dijo eso? —asiento sin más. Pude ver como apretaba sus labios, pensativo. Correspondo su misma expresión, pero con dolor— Y de ahí te presentó a su hermana... —confirmo moviendo mi cabeza de arriba a abajo, en silencio— ¿Y ella que te parece? —arrugo mi entrecejo mirándolo abrumado. ¿Qué?

—Pues no sé qué quieres que te diga, ¿se me hizo linda?, sí, ¿saldría con ella?, de momento no... —respondo intentando averiguar la finalidad de su pregunta. Alzo los hombros mirando a Derek en silencio— Eso sí, me prometiste dejarme de joder con el tema. Ya déjame de hablar de tener novia, me rechazaron, no hay nada que puedas hacer ya...

Digo molesto y dolido, alejándome de él, dando marcha a mi salón para tomar la última clase del día. Caminando hacia mi edificio, la voz de Valerii no dejaba de resonar por mi mente...

"Eres guapo, sí... pero no siento lo mismo."

Me atormentaban los pensamientos de que no era suficiente para ella. No la culpo, entiendo que no busca nada, o que no es momento para aventarse a un nuevo noviazgo... pero mi mente no paraba de decirme que no era gran cosa. Me detengo unos segundos, y me recargo contra la pared. ¿Me falta algo? ¿Más musculatura? ¿Mi voz no es agradable a su oído? Cierro mis puños con rabia, intentando callar mi mente parlanchina. No quería que Derek y Kayden me empezaran a molestar de nuevo sobre esto. Dudo que Derek lo haga... pero conociendo lo risueño y castrante que es Kayden, me irrita deducirlo.

—Ya no importa... solo espero no me molesten hoy con eso... —digo en mis adentros, retomando mi camino a mi salón. Me daba igual ahora mismo el llegar temprano o no, solo quería distraerme con algo que no tuviera relación con Valerii.

[...]

Pasando la clase, me quedé sentado en mi salón cabizbajo. No quería salir, no quería hacer nada. No quería toparme con Derek ni con Kayden. Cierro mis ojos ahora levantando mi cabeza, dejándola caer en el respaldo de esta. Entreabro mis ojos mirando a alguien parado en la puerta. Giro mi cabeza para poder enfocar mi mirada, y averiguar quién estaba ahí.

— ¡Hey, Link! —una voz masculina y firme, salió de aquella silueta en la puerta— Oye, oye... Derek me contó lo que pasó en la cafetería, ¿apoco te rechazó la chica? —automáticamente cerré mis ojos recordando que acerté mis pensamientos— Oye no te desanimes, hay millones en el mundo; y me contó Derek que ella tiene una hermana... ¿y ella?

— ¡Ya! —grito furioso conectando mi mirada con la fría amarillenta de él. Guardaron silencio. Compartieron miradas de sorpresa, volviendo a mirarme— ¡Quiero que ya me dejen en paz! Kayden, Derek... por las Diosas, ya déjenme... —mi tono molesto comenzó a volverse de cansancio. Derek se acercó a mi lado, y colocó su mano en mi hombro notando mi desesperación.

Retiro bruscamente su agarre y me salgo rápidamente del salón. No quiero verlos, no quiero hablar con ellos. Quería estar solo, acelero mi paso para meterme al baño. Ya dentro, paso mis manos por mi pelo, entrando en desesperación. Me siento en el retrete mirando el piso, tratando de calmarme. Cierro los ojos unos segundos, decidido a salir y preparado para ignorar todos esos comentarios que me tiran mis amigos.

Saliendo del edificio, miro a mi alrededor y veo a Derek platicando con Kayden. No quería que me vieran, pero no tengo de otra más que pasar entre ellos. Agarro y doy paso firme para poder marcharme de aquí.

—Ey, ey, ey, Link... espera —habla Derek intentando frenar mi caminar. Cierro los ojos volviéndome a frustrar—. Yo no dije nada, fue Kayden el que está haciéndote enojar. No te enojes conmigo... yo te prometí que dejaría el tema.

—Si no puedes superarla sin ser nada, tienes serios problemas. —dijo Kayden, riendo. Ambos pasamos a mirarlo, yo conteniendo las ganas de golpearlo— ¿Qué? Es verdad, hay muchas chicas que seguro por ti sí se han de morir... no te centres solo en una. Va a llegar alguien que sí te valore...

— ¡KAYDEN! —gritamos ambos al unisono, hartos de sus comentarios innecesarios. Cierro los ojos volviendo a escucharlo reír, causando que baje mi cabeza— Link, solo ignoralo, ya no te preocupes por el tema... —¿yo?— Lo siento, es mejor que vayas a casa a descansar.

Me vuelvo a desenganchar de su agarre, y doy camino al estacionamiento. Antes de alejarme por completo de ellos, pude percibir como Kayden soltaba en voz baja:— Quizás la hermana esté más buena... —giro mi cabeza a él, haciéndole saber que lo escuché. Aprieto los puños a mis costados, sintiendo mis mejillas arder.

En ese mismo momento, _____ llegó a mi mente. No niego que es una linda chica, igual de linda que su hermana. Pero algo en ella me dejó pensando, que me hacía dudar demasiado en si hacerlo o no. Debo buscarla antes de irme. Cambio de dirección, y voy al edificio de Diseño, en su búsqueda.

[...]

— ¿Dónde estás, _____? —miro por los pasillos sin encontrarla. Pensaba en buscar a su hermana para preguntarle, pero no tenía fuerzas para verla una vez más— No no... dime que no te has ido...

— ¿No te has ido, Link? —en eso, una melódica voz femenina me hizo mirar atrás mía. Era _____ sujetando unos libros. Por reflejo, mis brazos se acercaron a tomar sus libros por ella. Pude ver una sonrisa en su rostro, conjunto un leve colorido rosado en sus pómulos— Ay muchas gracias... ¿Link?

—No hay de qué, oye _____... quiero hablar contigo a solas un momento... —digo sonriendo tímidamente, sintiendo mis mejillas ahora coger su mismo color rosado— ¿Podemos hablar? —veo como asiente, no sin antes acompañarla a su casillero para guardar sus libros. ¿Estoy haciendo bien, Diosas...?

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