Capítulo treinta y cuatro.- Tuyo
Pongan su presente aquí con su personaje favorito.
Summer.
Nikolai había despertado en mi cama, realmente no tenía planeado que él durmiera conmigo, y que quizás pasará algo mas. Pero ambos habíamos bebido un poco de más, y ambos sabíamos que no era bueno beber de más.
Mi cabeza estaba en el pecho de Nikolai, sintiendo como sus latidos retumbaban en mi oído.
Deje un beso en su pecho mientras volvía a cerrar los ojos e intentar dormir. Sus manos rápidamente acariciaron mi cabello, suspiré escondiendo mi cabeza en la curva de su cuello.
—Buenos días preciosa.
—Buenos días. —Susurré, alzando la cabeza y dejando un suave beso en sus labios.
Él sonrió, quitándome un mechón de cabello de la cara.
—¿Cómo has amanecido?
—Espectacular. —Mencioné y su sonrisa creció.
—Yo también lo he hecho, tenía tiempo sin dormir tan feliz.
Alcé una ceja.
—No tengo a mi chica para abrazarla, dormir contigo abrazado me da paz.
Escondí nuevamente mi cabeza en su pecho, queriendo descansar.
—Deberíamos de levantarnos, te recuerdo que tenemos una cita.
—Un rato más, estoy un poco cansada.
—Evangeline.
Me subí encima de él y puse mis manos en su pecho, sus ojos se abrieron con sorpresa y lamió sus labios, mientras sus manos se posaban en mi cintura.
Besé su pecho, sin perderme su reacción, sus ojos estaban que echaban fuego. Luego con mi lengua recorrí su cuello.
—Summer. —Gruñó.
Deje un beso en su cuello mientras acariciaba su mejilla y dejaba un beso en sus labios, el los mordió suavemente y me aleje con una sonrisa, poniendo mis manos en su pecho, acariciándolo.
—Te amo, idiota. —Murmuré dejando un beso en sus labios nuevamente, él hizo que quedará debajo de él, mientras acariciaba mi mejilla, sonrió por mis palabras, era la primera vez que yo decía primero esas palabras
—Y yo a ti, preciosa. —Besó mi cuello, haciéndome cerrar los ojos, mientras trataba de sacarme la camisa que anoche me puse muy apenas. Simplemente sentí como sus dedos rozaban mis pechos, haciendo que soltará un gemido.
En ese instante se escuchó que tocaron la puerta y Nikolai bufó con frustración .
—Abre Evangeline, no puedo abrir así.
Sonreí observando el gran bulto entre su bóxer.
—Bien. —Susurré mientras caminaba hasta la puerta y me colocaba unos shorts que se encontraban tirados.
—Hola. —Saqué la cabeza, y me encontré a
Brianna que me miró confusa.
—¿Qué es eso que tienes en el cuello, Summer?
—¿Qué cosa?
—Tienes muy rojo, o mejor dicho, tienes un chupetón.
Mierda.
—¿Un…un chupetón? —Tartamudeé.
Nunca creí que Brianna sería la que nos encontraría en esta situación ni mucho menos que mirara el chupetón, que apenase entero de la existencia de eso, que su hijo me hizo por la noche.
Por dios, ella ya sabía lo que había estado haciendo con su hijo toda la noche, quizás también lo que estuvimos apunto de hacer.
—Si eso he dicho. ¿Estaban haciéndome un nieto?
Lo suponía.
Mis mejillas se pusieron rojas, y empecé a sudar, estaba muy nerviosa
—¿Eh? —Parecía estúpida, debía de admitirlo.
—Bueno, cómo sea. Iremos a desayunar para despedir a los chicos, se irán dentro de dos horas al aeropuerto para su luna de miel. Los estaremos esperando.
—¿En el restaurante del hotel?
—Si, aquí mismo.
—Perfecto, en un rato nos vemos.
—Por cierto, dile a Nikolai que no es un vampiro.
Con las mejillas rojas cerré la puerta, fulminando a Nikolai con la mirada.
—¿Qué sucede?
—¿Qué sucede? —Dije con ironía viéndolo.
—Sí.
—Me hiciste un chupete. —Le tire una almohada que él logro esquivar
—¿Tiene algo de malo?
—¡Tu madre lo vio! No sabes la vergüenza que siento.
—Mi madre sabe que estamos juntos.
—Pero no era para que mirara un chupete.
—Ya no soy un niño. —Se encogió de hombros.
—No lo digo por ti, lo digo por mi.
Él sonrió atrayéndome a él y haciendo que la poca barba que comenzaba a salirle me raspara en la mejilla.
—Para. —Le dije, riéndome, eso me estaba causando muchas cosquillas.
Se alejo de mí, mientras me abrazaba de la cintura, dejando su barbilla en mi hombro.
—Por cierto tu madre me a dicho que te dijera que no eres un vampiro.
Él se río.
—¿Por qué nos interrumpió mi madre? Por qué realmente estaba apunto de pasar algo muy estupendo
Rodeé los ojos.
—Iremos a desayunar, dentro de dos horas
Ginger y Eros se irán al aeropuerto.
—Si, es verdad.
—Iré a ducharme —Le dije.
—Te acompaño
—No. —Mencione con firmeza.—Haremos de todo menos ducharnos y debemos de estar ahí pronto.
—Nos pueden esperar. —Beso mi cabeza, abrazándome
Me reí alejándome de él, mientras dejaba un beso en su mejilla y entraba al baño. Al salir de ducharme lo encontré sentado en la cama, esperando a que saliera.
—Creí que te irías a tu habitación a duchar.
—Sólo fui por ropa, prefiero ducharme en tu ducha.
—Ve a ducharte rápido —Di un golpecito en su hombro —Mientras me tapo este chupetón.
—Deberías de dejarlo ahí.
—¿Y que todos lo vean? —Dije horrorizada, mientras negaba.
—Lo ha visto mi madre.
—Porqué yo no tenía ni idea que me habías atacado y que me habías hecho un chupetón.
—Me tentaste.
—Claro. —Sonreí de lado, mirándolo.
El me beso rápidamente mientras entraba a la ducha.
Saque mi base de maquillaje mientras colocaba un poco en una esponja y comenzaba a ponerla en mi cuello, difuminando. Realmente iba a matar a Nikolai.
Aproveche que tenía mi maquillaje fuera para maquillarme sencillamente, mientras acomodaba mi cabello en un moño bajo arreglado. Nikolai salió con una toalla mientras se cambiaba rápidamente, coloque un poco de perfume y por último me puse gloss.
—Venga, termina de arreglarte. —Le dije mientras comenzaba a juntar la ropa de ambos que estaba tirada por toda la habitación.
—¿Destrozaste mi sostén?
—Lo siento, fue el deseo.
—Era nuevo y me encantó.
—Te compro diez de esos si quieres.
Rodeé los ojos llevando la ropa a mi maleta, mañana regresaríamos a New York. Y al parecer las cosas entre Nikolai y yo iban bien, esperaba que así siguieran y que no fuera solo por el momento.
—Vamos. —Extendió su mano, así que la tome mientras salíamos de la habitación hacia el restaurante, de lejos observe a los chicos que mantenían una sonrisa en el rostro.
—Me imagino que tuvieron una mañana movida. —Ginger murmuró, alzando las cejas con picardía.
—¿Qué?
—Mamá nos contó que ahora Nikolai es Edward Cullen.
Mis mejillas se pusieron rojas, sentía como me quemaban.
—No sabía eso hermanito. —Ella se burló
—Dios. —Susurré, abanicándome con la mano.
Estaba muy nerviosa.
—Lo siento Summer, eso no es por ti, es por el idiota de mi hermano, me la debía.
—Realmente no me importa lo que piensen, Summer es mi novia.
—Si, pero no eres un vampiro, se supone que se ha tapado eso con maquillaje y todavía se nota.
Abrí los ojos con sorpresa y todos se rieron
—¿Podemos dejar de hablar de esto? —Mencioné con mucha pena.
—Bien, hagámoslo, lo sentimos por ti Summer.
—Esta bien. —Me encogí de hombros
Nikolai tomo mi mano acariciando mis nudillos con suavidad, me beso la mano, y Ginger no se perdió ese detalle mientras nos sonreía.
—Aun sigo sin asimilar que Nikolai está enamorado de Summer.
Yo sonreí
—Pues debes de asimilarlo, Gin. Por qué las cosas con Summer van muy serias.
—Quizás después de esta mañana pronto me podrán dar la noticia de que seré tía.
Negué.
—Sería grandioso un bebé de ustedes
Brianna le dio la razón.
—Seria genial.
—Puede ser. —Nikolai se encogió de hombros.
—¿A dónde irán de luna de miel? —Le pregunté a Gin, necesitaba cambiar rápidamente de tema, que dejarán de hablar de nosotros y concentrarnos en ellos.
—Iremos a Italia.
—Eso es genial, Ginger.
—Lo sé, estoy muy feliz.
—¿Y las pequeñas?
—Se quedarán con mi madre, ambos queríamos llevarla con nosotros, pero mamá dijo que era nuestra luna de miel, que debíamos disfrutarla y tiene razón.
—Es verdad. —Le di la razón.
Llegó un mesero y ordenamos de inmediato.
—¿A qué parte de Italia irán?
—Roma
—Ha de ser espectacular.
—Cuando quieras podemos ir. —Nikolai mencionó.
—Suena genial la idea.
Nos despedimos de los chicos con una gran sonrisa deseándoles un buen viaje y que disfrutarán su luna de miel.
—Ahora tu y yo, tenemos una cita.
—Si, ahora lo recuerdo. —Le respondí a Nikolai dándole un último tragó a mi bebida.
—Vamos, preciosa.
Me levanté de la silla y él hizo lo mismo mientras extendía su mano para que la tomara.
Él saco un par de billetes mientras los dejaba en la mesa.
—Eso es suficiente para pagar la comida de todos.
—Pero… —Su madre lo miró.
—Debemos de irnos, madre.
—Entiendo, vayan con cuidado chicos.
—Claro, madre. Nos vemos dentro de un rato.
Brianna asintió así que salimos del hotel.
—¿No necesitaré un bañador?
—Todo lo tengo arreglado, solo necesito que me acompañes.
—Vamos. —Asentí mirándolo.
Subimos a un auto que él dijo que había alquilado para estos días, mientras él conducía hasta la playa, tenía una mano en mi pierna y la otra en el volante mientras me observaba de reojo.
Al momento que llegamos a la playa el salió del auto y segundos después apareció a mi lado, abriendo la puerta del copiloto, le sonreí mientras tomaba su mano extendida y bajaba del auto.
Con nuestros dedos entrelazados nos acercamos hasta la playa, había una manta tirada en el suelo y una canasta, había un par de pétalos tirados y un ramo de gerberas.
—Esto es tuyo. —Me entrego las gerberas.
—A este paso me llenaras de gerberas y me duele demasiado que se marchiten, pero aún así. Gracias.
—No es nada.
—Hubo un problema con los asientos
—¿Y? Podemos sentarnos en la manta, no hay ningún problema.
—¿Estás segura?
—Sí, no pasa nada. Solo es arena.
—Hagámoslo.
Nikolai abrió la canasta y saco un par de bocadillos, segundos después abrió una botella de vino, y me sirvió en una copa para después pasármela, le agradecí llevando la copa a mis labios.
—Estaba pensando mucho en esto.
—¿Qué cosa?
—Me doy cuenta y te lo he dicho, no puedo estar separado de ti, es lo peor. Estuvimos una semana alejados, y sé que quieres tiempo, que te demuestre mis sentimientos. Bueno, este soy yo demostrándote que te amo.
Sonreí.
—Un picnic en la playa ya es bastante romántico.
—Quizás este loco, pero soy un loco enamorado.
El tomo mi mano mientras la llevaba a su boca, me acurruque a su lado, sintiendo como su fragancia se colaba en mis fosas nasales, tan solo quería enterrar mi nariz en su cuello y hacerle un chupete como el que me había hecho.
—Quizás es muy apresurado.
—¿De que hablas? —Bebí de mi vino
No lo estaba entendiendo para nada.
—¿Puedes venirte a vivir conmigo?
Me ahogue de inmediato , el vino tomo un rumbo diferente en mi garganta, tosí y Nikolai asustado se acercó a mi dejando unos pequeños golpes en mi espalda.
—¿Estás bien? —Al momento que deje de toser, asentí.
—Sí, lo estoy. Solo me tomo por sorpresa lo que me has dicho.
—Sé que sería un gran paso en nuestra relación pero siempre estamos juntos, y creo que sería correcto que te vengas a vivir conmigo a mi apartamento.
Quería gritarle que si, pero sabía que debía de pensarlo.
—¿Puedo pensarlo?
—Tómate el tiempo que quieras para pensarlo, mi amor.
Cada vez que me decía mi amor, las mariposas en mi estómago se volvían locas.
Pegué mi frente en su brazo, dejando un beso ahí. El metal frío de sus anillos me causó un escalofríos en mi columna vertebral al momento que me acarició.
Después saco de la canasta una frambuesa cubierta de chocolate mientras me la ofrecía, le di una mordida y él sonrió de lado. No entendía y ni comprendía como era tan guapo sin tan ni siquiera intentarlo.
—¡Vamos al mar! —Lo miré.
—Vamos.
—¿Mi bañador?
—Esta en esa bolsa.
Lo tomé y camine hasta el baño para poder cambiarme, me mire en el espejo, tenía razón la base no había quitado el chupetón.
Me cambié rápidamente y me solté el cabello, para después salir, sentía la mirada de varias personas, pero me acerqué a Nikolai que abrió la boca.
—¿Lo has comprado tu?
—Si, pero mi imaginación no le hace justicia a lo perfecto que esto te queda.
—Me encanto, muchas gracias. —Besé su mejilla.
—Tengo ganas de matar a todos esos chicos, odio como te ven.
—Vamos al mar, que es a lo que hemos venido.
—Espera, traje protector solar lo menos que quiero es que te quemes
—Bien. —Él me la tendía pero negué.—Ayúdame a ponerme.
—Claro, para mí es un placer.. —Se echo un poco en la mano y comenzó a untarla por mi cuerpo.
Si, lo sabía.
Sus dedos causaban un escalofrío en todo mi ser, el sentir como acariciaba y untaba el protector por mi cuerpo, luego se acercó a mi rostro.
—Cierra los ojos, mi amor.
Ahí estaba otra vez el latido acelerado de mi corazón. Cerré los ojos como el me lo había pedido y después sentí como colocaba el protector por todo mi rostro haciéndome reír.
Al abrir los ojos él tenía una sonrisa.
—Preciosa. —Susurró sin aliento.
—Me toca.
—¿Qué cosa?
—Ponerte protector.
Él asintió.
—Soy todo tuyo.
Se quito la camisa dejando ver esas perfectas pectorales que he recorrido con mis manos y mi lengua. El estaba parado así que lo tome de los hombros haciendo que se sentará, abrió los ojos sorprendido.
En ese instante unas chicas iban pasando, y lo observaron con una gran sonrisa, no lo habían reconocido lo sabía. Lo que querían era ligárselo.
Pero sobre mi cadáver harían eso.
Me senté sobre el, poniendo mis piernas alrededor de su cintura, sus ojos siguieron abiertos con sorpresa mientras besaba mi cuello, si eso le daba mucho mas acceso.
—Te pondré un poco de protector cariño. —Le dije tratando de alejar su boca de mi cuello, me estaba volviendo masilla en sus labios.
—Bien. —Se alejo de mi y puso su cara en mi hombro, viéndome embobado.
Tomé un poco de protector y comencé a colocarlo sobre su maravilloso abdomen pero sentí como sus manos acariciaban mis piernas haciéndome que la piel se me erizará.
Le coloqué en los brazos y por último le coloqué en la cara, él sonrió con los ojos cerrados, sin dejar de tocar mis muslos. Besé sus labios aprovechando que tenía los ojos cerrados, el jadeó en mi boca.
Su nariz se pegó con la mía, sintiendo su aliento abanicando mis labios, mientras su mano derecha acariciaba mi mejilla.
—Por favor, evangeline.
—¿Por favor qué? —Dije sin aliento.
—Ya no puedo estar así.
—¿Así como?
—Te tengo, pero a la vez no lo hago, sabes que te amo. Aprendí mi lección.
Suspiré, cerrando los ojos, sintiendo como sus dedos acariciaban con suavidad mis labios, los entreabrí para hablar.
Sus ojos azules me miraban con tanto amor, con tanto anhelo que me era imposible seguir así, lo amaba y era un idiota. Tanto él como yo
—¿Jamás lo volverás a hacer? ¿Jamás volverás a pasar de mí y escucharás mis inseguridades?
—Jamás haré eso, o algo parecido. Es un infierno estar sin ti, no estar a tu lado. Jamás volveré a pasar de ti, he aprendido mi lección.
—Sé que eres un coqueto, Nikolai. Pero eres mío, solo me perteneces a mí.
Sonrió de lado.
—Solo tuyo, Evangeline. —Hizo una breve pausa—Siempre lo seré.
Lo atraje a mi para besarlo, él me tomo de la nuca profundizando más el beso.
—Te amo. —Tomó mi cara entre sus manos.—No lo dudes jamás, por favor.
—Yo también te amo. Sólo no vuelvas a ser un idiota, porque te dejo y no regreso contigo, te lo juro.
—No necesitaré otra oportunidad. —Beso mi muñeca, tenía una gran sonrisa en su rostro.
Sentía que todo estaba en su lugar nuevamente.
🧸🧸🧸🧸
Hellooou. ¿Cómo están? Espero que bien.
🤎 — Aquí preguntitas — 🤎
¿Será que viene el bebé de Nikolai y Summer?
¿Que Summer se vaya a vivir con Nikolai?
¿Era justo que ya lo perdonará?
Espero que les haya gustado el capitulo y si es así no olviden dejar sus opiniones..
🤎 — Pregunta del día —🤎
¿Cuál fue el primer libro que leyeron?
En fin, nos leemos pronto, besos.❤️
Lxs quiere, Jaz <3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top