Capítulo treinta y cinco.- ¿Embarazada?
Pongan su presente <3
Summer.
Las náuseas eran tan presentes, por lo que me levanté corriendo de la cama, mientras iba directamente al baño para poder vaciar mi estómago.
Me sentía fatal, debía de admitirlo. Enjuague mi boca mientras terminaba de lavar mis dientes, camine nuevamente hasta mi habitación donde observe a Nikolai que estaba profundamente dormido. Me acerqué a él y me acurruque en su pecho, sintiendo los latidos de su corazón en mi oído. Él murmuró algo entre sueños.
Cerré los ojos tratando de dormir, pero aún así me sentía fatal. Las náuseas no disminuían. Me desperté nuevamente sintiendo las náuseas, tenía dos días siendo una fuente de vómito. Estaba segura que tenía una infección.
Corrí hasta el baño y segundos después Nikolai agarro mi cabello, mientras acariciaba mi espalda.
—¿Está todo bien, Evangeline?
Negué, realmente no servía de nada mentir, estaba del asco.
—Me siento fatal.
—¿Cuándo comenzaste con los vómitos?
—Hace dos días.
—Deberíamos ir al médico
—Si, deberíamos. —Asentí, dándole la razón.
Con el cuerpo débil me levanté del piso mientras lavaba mis dientes y enjuagaba mi cara, Nikolai me atrajo hasta él, besándome la frente.
—Ve y descansa un rato, te prepararé algo para que comas, Summer.
—Bien. —Susurré sin fuerza, sintiendo el cuerpo débil.
Él me cargó haciendo que mis manos se posaran en su cuello.
—Estás muy pálida, Evangeline. Me hubieras dicho que estabas mal, y desde un principio hubiéramos ido al médico
—Ya se me pasará, solo es una infección.
—Pero aún así. —Me miró preocupado. —Verte así es fatal, mi amor. Me preocupas.
Le sonreí débilmente.
—Estaré bien.—Repetí.—Ahora debo de levantarme para poder arreglarme, debo de ir a trabajar.
—De ninguna manera. —Tomó mi mano cuando intenté levantarme.
—El deber llama.
—Llama a Jack y dile que no irás, que te sientes mal.
—Pero..
—Pero nada, Evangeline. Debemos de poner como prioridad tu salud, no tu trabajo.
—Aparte tu tienes unas entrevistas.
—Le llamare a Gia para que las cancele, no pienso moverme de aquí.
—No puedes cancelarlas por mí.
—Claro que puedo —Gruñó y acaricio mi mejilla.—Tu eres mi prioridad Evangeline, eres lo único que me importa.
—Pero aún así. —Traté de protestar.
—Pero nada, no iremos a ningún lado ninguno de los dos.
—No le puedo hacer esto a Jack, hoy es la pasarela.
—El debe de buscar una solución.
—Pero es importante.
—¡Que terca eres mujer! —Gruñó, frustrado mientras se acostaba a lado de mí y me atraía a él.
Mis manos rápidamente se colaron en su pecho mientras lo miraba con fijeza.
—No puedo hacer eso. —Me quejé.
—Claro que puedes, es tu salud.—Demandó— Debes de mejorar.
Rodeé los ojos.
—Eres muy mandón. —Dije escondiendo mi cabeza en su pecho.
—Simplemente me preocupo por ti y por tu bienestar, mi amor.
El corazón me latió con fuerza mientras sentía como su mano acariciaba mi cabello.
—Estoy muy cansada. —Susurré somnolienta .
—Duerme, Evangeline.
—¿Y Jack?
—Yo me encargó. —Sentí como besaba mi sien, y sus dedos acariciaban mi cabello.
Sentí como Nikolai tarareaba una melodía desconocida en mi oído, relajándome demasiado. Solamente sentí su aliento en mi oído, su olor embriagándome por completo y como sus dedos acariciaban mi cabello antes de caer en un profundo sueño.
Al despertar estaba sola en la cama, me estire mientras caminaba hacía el baño para lavarme la cara y los dientes. Me observé en el espejo, mi cabello estaba todo revuelto y tenía unas ligeras ojeras, bufé mientras salía en busca en Nikolai.
Lo encontré en la cocina sin camisa mientras tenía atado a la cintura un delantal, sus brazos se flexionaron mientras picaba algo.
Silenciosamente me acerque a él y lo abracé por la cintura poniendo mi cabeza en su ancha espalda.
—Hola, guapo. —Lo saludé, mientras dejaba un suave beso en su espalda.
—Hola, preciosa. ¿Cómo te sientes?
—Un poco mejor.
—Espero que hayas descansado.
—Lo he hecho. —Susurré mientras dejaba de abrazarlo para después ponerme enfrente de él.
—¿Qué preparas?
—Caldo de pollo, para ti.
—Odio el caldo de pollo.
—Porqué no te lo han hecho con amor.
Sonreí viéndolo mientras él colocaba las verduras en la olla. Se miraba tan guapo haciendo algo tan simple.
—¿Desde cuándo eres chef? —Pregunté alzando una ceja.
—Desde que mi novia está enferma.
—Eres genial.
—No, tu lo eres. —Se acercó a mi para poder besarme.
Sus dedos acariciaron mi frente con suavidad.
—No tienes fiebre —Admitió
—No. —Dije sonriendo.
—Summer. —Sus ojos se iluminaron, lo mire con fijeza.
—¿Sí?
—¿Deberíamos de comprar una prueba?
—¿Una prueba? —Alcé una ceja.—¿Una prueba de que?
—De embarazo.
Mis ojos se abrieron con sorpresa, el creía que podría estar embarazada.
—¿Crees que pueda estar embarazada?
—Podría ver una probabilidad, Evangeline.
Claro que podría ver una probabilidad, en ese caso ya hubieran unos cinco niños o más.
Hacer bebés era nuestro deporte favorito.
—Yo… —Tartamudeé estaba nerviosa, debía de admitirlo.
—Sí no quieres, no.
—No.. —Negué—Digo, podemos comprarla y ver qué es lo que sucede.
—Bien. —Sus ojos se iluminaron.
Un bebé, realmente no me cabía en la cabeza. Era muy irregular con mi periodo así que con eso no es algo que podría hacerme pensar en la idea de un bebé, el hecho de los vómitos, quizás si.
—Estoy nerviosa.
—No deberías por qué estarlo.
—Siento que si estoy embarazada aun no estoy preparada para esto.
—Si esa prueba sale positivo ambos seremos un equipo, tu y yo ya somos un equipo.
Nikolai se acercó a mí y aproveché para poner mis manos en su cuello para atraerlo a mi y besarlo.
—A ti no te noto nervioso.
—No tengo porqué estarlo.
—¿No te asusta la idea de un bebé?
—¿Porqué debería de asustarme, Evangeline? —Las yemas de sus dedos acariciaron mi mejilla haciéndome cerrar los ojos y después acaricio mis labios cortando mi respiración.
—No lo sé, el simple hecho de que nuestras vidas cambiarían.
—No, no tengo miedo. No estoy asustado, porque esto es lo que quiero contigo.
—¿Soy la única nerviosa? —Lo miré de reojo, él sonrió.
—Me parece que si, Evangeline.
—¡Dios!—Pasé las manos por mi cara.
—¿Te imaginas como sería?
—No. —Admití.
—Me gustaría que nuestros futuros hijos tengan el color de tus ojos .
—El color de mis ojos son muy comunes.
—El color de tus ojos me enamoraron.—Me atrajo hasta él, enterré la cara en su pecho, sintiendo los latidos de su corazón. Estar ahí era mi lugar favorito.
—Yo amaría que se parecieran a ti. ¿Te imaginas a un mini tu?
—Tu como madre serías grandiosa, eres una tía estupenda con Autumn y Hav, me imagino lo grandiosa que serás con nuestros hijos.
—Tu también serías un padre espectacular , ellos serían muy afortunados de tenerte como su papá.
—Te amo, Summer.
—Y yo te amo a ti, Nikolai. —Alcé la cabeza para poder besarlo, sentí como el sonreía en mis labios.
—Ahora deberías de comer un poco.
Asentí.
Él se alejo de mí mientras tomaba un cuenco y lo llenaba de caldo de pollo.
Lo dejo enfrente de mí, se miraba bien debía de admitirlo, pero no se me antojaba para nada.
—No quiero —Lo miré a los ojos.
—Debes de comer, Summer.
—Es que no quiero. —Me tapé la nariz y la boca.
Él se sentó a lado de mí mientras tomaba una cucharada de comida y la guiaba a mi boca.
—No, amor. —Negué
—Sólo un poco.
—No quiero.
—¿Y si estás embarazada? El bebé debe de alimentarse.
En eso tenía razón. Bufé y abrí la boca él sonrió con satisfacción mientras metía la cuchara en mi boca, realmente sabía delicioso.
—Esta delicioso. —Lo miré, mientras trataba de quitarle la cuchara, él negó.
—Me alegro que te haya gustado, preciosa. —
Metió otra cucharada de comida en mi boca, y segundos después beso mi frente.
—Puedo comer yo sola. —Le dije sonriendo, y él negó.
—Sé que puedes, pero no es ningún problema el que yo pueda alimentarte. ¿o te molesta?
—Para nada. —Lo mire, sonriendo.
El seguía llevando la comida a mi boca mientras yo lo observaba con fijeza, lo amaba demasiado y amaba esta forma de cuidarme.
—Realmente creo que le has puesto un toque mágico, odio el caldo de pollo.
—Ya te lo dije, lo hice con amor para ti.
Sonreí, besándole la mejilla.
—Iré a ducharme.
—Bien, limpiaré esto.
Asentí mientras me levantaba de la silla y caminaba hasta mi habitación, mis manos me estaban sudando en tan solo pensar en la prueba de embarazo. Tomé mi atuendo y camine hasta la ducha para darme un baño de unos diez minutos, tratando de controlar mis nervios.
Al salir de ducharme decidí secarme mi cabello y maquillarme un poco, necesitaba una distracción urgentemente.
—¿Summer? —Nikolai entro a la habitación y sonrió viéndome.
—¿Estás lista?
—Creo que sí.
—¿Crees? —Alzó una ceja con confusión.
—Estoy ansiosa y nerviosa.
—No debes de estarlo, sea lo que sea yo estaré contigo, no quiero que tengas dudas de eso. —Me atrajo hasta él para darme un beso en la frente.
—Esta bien, estoy lista. —Susurré apenas.
—Me iré a duchar rápidamente.
—¿Irás a tu apartamento?
Él asintió.
—No, no te vayas. Aquí hay ropa tuya. —No quería que se fuera y me dejara sola con mis pensamientos
—Claro, entonces iré a ducharme. —Besó mi frente mientras entraba a la ducha.
Saque un poco de ropa de él de mi armario mientras la colocaba en mi cama, me mordí las uñas ansiosa, esperando que el saliera.
Camine de un lado a otro por la habitación escuchando el ruido de el agua. Mi corazón estaba latiendo con tanta fuerza que tenía que se saliera de su caja torácica.
Sentí como alguien abrazaba mi cintura y besaba mi mejilla. Las gotas de agua cayeron por mi cuello al momento que él me beso.
—No escuché que salieras.
—Te llamé, pero estás sumida en tus pensamientos, deberías de relajarte
—Eso intento.
Besó mi sien para después alejarse, traía una toalla en la cintura mientras las gotas de agua caía por su abdomen, me miró divertido mientras tomaba la ropa y comenzaba a vestirse enfrente de mí.
Dios, lamí mis labios viéndolo, todo eso era mío.
Sacudió su cabello tratando de secarlo y lo peino un poco mientras tomaba mi mano se colocó de su perfume que se encontraba en mi habitación y su reloj mientras me miraba de reojo con una gran sonrisa.
Realmente ambos parecíamos que vivíamos juntos, aunque aun no lo hacíamos. Aún seguía pensando en irme a vivir con él, tenía demasiadas cosas en su apartamento como él tenía en el mío.
Había pasado un mes desde que él me había pedido que me mudará con él y aún seguía sin darle una respuesta.
—Nikolai. —Lo miré, él alzó la ceja sonriéndome de lado.
—Dime, Evangeline.
—¿Aun sigue en pie la propuesta de que me mudé contigo?
—Siempre.
—Acepto vivir contigo. —Sonreí viéndolo.
Su sonrisa se agrando mientras se acercaba a mí y me besaba.
—Entonces deberíamos de comenzar a guardar tus cosas para llevarlas a nuestro hogar temporal.
—¿Hogar temporal?
—No viviremos toda la vida en un apartamento, mi amor. He visto muchas casas, pero quiero que sea de tu agrado que sea algo que te haga sentir cómoda, después de todo será nuestras casa, nuestro hogar.
—Tu eres mi hogar.
—Tu eres el mío. —Besó mi nariz, puse mis manos en su cuello perdiéndome en esos profundos ojos azules.
—Me haces muy feliz. —Admití viéndolo—Si me hubieran dicho que tú te enamorarías de mí y que estaríamos juntos me hubiera reído, eso simplemente solo pasaba en mis sueños, creí que era algo platónico.
—No eras muy buena ocultándolo.
—¿Qué?
—Varias veces observé que entrabas a mi perfil de Instagram , o lo nerviosa que te ponías a mi lado.
—Mierda, que vergüenza. —Murmuré tapándome la cara.
—No sientas vergüenza, preciosa.
—Mejor vámonos.—Mencioné tomando mi bolsa y saliendo de mi habitación, escuché su risa ronca mientras sus pasos resonaban a mis espaldas
—Espérame, Evangeline.
Bufé y él tomó mi mano sonriendo.
—No te molestes, preciosa.
—No estoy molesta.
De reojo noté como sonreía de lado, gruñí notando como luchaba con borrar su sonrisa.
Salimos del edificio mientras subíamos al auto, su mano apretó con suavidad la mía.
—¿Y si la prueba sale positivo?
—Entonces tendremos a nuestro pequeño bebé.
Durante el camino la música venía sonando en la playlist de Nikolai mientras mi cabeza estaba recargada en la ventanilla. Al instante que llegamos a la farmacia baje rápidamente del auto.
—Te acompaño, Evangeline.
—¡No! —Dije rápidamente, el alzó una ceja.—Gracias, pero iré yo sola, no me perderé.
—¿Estás segura que quieres que te espere aquí?
—Sí, estoy segurísima. Iré rapidísimo.
Me aleje del el aferrándome a mi bolsa, sabía perfectamente que si el me acompañaba causaría que me sintiera más nerviosa, abrí la puerta de la farmacia y me acerque al mostrador.
—¡Hola, buenas tardes! ¿En qué puedo ayudarla?
—Buenas tardes, ¿Puedes darme tres pruebas de embarazo? Que sean distintas.
—Sí, claro.
Ella desapareció mientras me volteaba para otro lado, los biberones entraron a mi visión al igual que los pañales.
Mierda, necesitaba salir lo antes posible de aquí.
La chica se acercó a mí y me entrego las pruebas, le pagué y sonreí mientras salía.
—¿Todo bien? —Preguntó Nikolai al verme subir al auto.
—Sí, vamos conduce al apartamento. —Mordí mis uñas, él tomo mi mano mientras la bajaba a su regazo.
—¡No te muerdas las uñas, Evangeline.
Suspiré, cerrando los ojos, después de lo que me pareció una eternidad llegamos al edificio, subí al ascensor con Nikolai a mi lado, entramos a mi apartamento y camine hasta el baño. Leí las instrucciones y después las realice.
Salí del baño con las tres pruebas en la mano.
—¿Ya está?
—No, aún no. Debo de esperar cinco minutos.
—Entonces esperemos.
Me senté en la cama y Nikolai se sentó a mi lado abrazándome por los hombros, cerré los ojos suspirando su aroma.
—Siento que el tiempo está pasando muy lento.
—Estamos ansiosos.
Las ganas de vomitar se estaban haciendo más presentes por los nervios, estaba segura que era por eso.
Después de unos de unos segundos el alarma sonó así que camine rápidamente me acerque a las pruebas. Tomé una viendo solamente una rayita, casi me sentí culpable por respirar de alivio.
Tomé las otras dos para observar el resultado.
—¿Y bien? —Nikolai pregunto ansioso.
—Negativo. —Volví a respirar con tranquilidad.
Aun no me sentía lista para convertirme en madre, en cambio me sentí fatal al observar el rostro decaído de Nikolai.
—¿Entonces no seremos padres?
—No.
—Oh. —Susurró.
—No era el momento —Me acerqué a él para acariciar su rostro.
—Yo ya me había ilusionado con la idea de un bebé.
—Quizás después.
—Sí, quizás después. —Murmuro besándome la frente.
Pero sabía que en el fondo Nikolai deseaba que aquella prueba hubiera dado positivo, sin embargo yo esperaba que diera negativo, sabía que si fuera positivo iba a querer al bebé, pero no, aún no estaba lista para ese paso en mi vida. Me daba miedo el ser una madre horrible, una madre que no mereciera el amor de su hijo.
🧸🧸🧸🧸
Helloooou ¿Cómo están? Capítulo tarde pero seguro
Parte favorita del capítulo:
Vemos que Nikolai ya quiere un bebé con Summer. Pero aún es muy pronto, o ¿No?
No olviden darle amorcito al capítulo.
Dejen sus opiniones sobre el capítulo, nos leemos pronto, besos❤️
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