Capítulo treinta y cinco.

Ginger

Años atrás.

Me mire en el espejo mientras ponía mi mano en mi vientre mientras sentía los ligeros movimientos de mi bebé, tenía nueve meses de embarazo y no quería saber el sexo de mi bebé hasta que naciera. Yo sentía que eso sería mucho más emocionante.

Hace tiempo había decidido venirme a vivir con mis padres, ya que aún no me sentía lista de contarles a las chicas sobre el embarazo, así que creí que la mejor manera de mantenerlo en secreto era viniendo a vivir un tiempo con mis padres.

—Hola cielo. —Mamá entro a la habitación y me dedico una pequeña sonrisa mientras observaba mi vientre.

—Hola —La saludé mientras caminaba hasta mi cama.

—He preparado el desayuno, ven para que comas algo.

—Esta bien. —Le dije mientras sonreía.

Los movimientos de mi bebé eran cada vez más rudo, hoy era quince de abril y estaba cada vez más cerca del día del parto de mi bebé.

Cuando le dije a mi mamá que quería esperar hasta el día de su nacimiento para saber su sexo, mi mamá al principio trato de convencerme de saber que era para tener más preciso las cosas que íbamos a comprar. Pero cuándo se dió cuenta que yo no cedería, acepto lo que yo quería desde un principio.

Compramos mucha ropa de colores neutros, después ya vería si compraba ropa de color rosa o azul.

—Me duele un poco la espalda. —Le dije a mamá, ella sonrió viéndome.

—Son tus últimas semanas, Gin. Es obvio que te sentirás cansada, pero ya casi acabarás con esto y tendrás al bebé en tus brazos.

Anhelaba ya tenerlo en mis brazos. Tenía tanto tiempo sin saber nada de Eros y realmente estaba bien así, lo último que supe fue que Eros estaba saliendo con una chica. Sí eso me hizo dudar de las veces que me dijo que me amaba. No podía creer que así como si nada pudo olvidarme.

Yo lo odiaba pero lo odiaba tanto como aún lo amaba, mi bebé nunca sabría de la existencia de él, no después de lo que dijo sobre él, este bebé aún no nacía pero ya era mi todo y yo haría todo lo posible por que estuviera bien, no le faltaría nada, yo estaba segura de eso.

Salí de la habitación junto a mamá, papá estaba sentado leyendo el periódico.

—Te ves cansada. —Él me dijo.

—El bebé se está moviendo demasiado, está algo inquieto.

—Recuerdo cuando estaba embarazada de Nikolai, él estaba muy inquieto, eso no es buena señal ya que ese mismo día termine en el hospital, tu hermano quería nacer.

—¿Quieres decir que si el bebé esta inquieto puede ser señal de que quizás ya quiere nacer? —Soné alarmada.

—Eso quise decir, Gin.

—Oh, no.

El hambre se me quitó de inmediato, ahora tenía mucho miedo y estaba alarmada.

—Pero aún faltan cinco días.

—Sí, pero hay algunos bebés que se adelantan.

La mire alarmada, mi bebé nacería pronto yo aún no estaba lista.

Eros

Actualidad.

Las palabras de Gin aún seguían retumbando en mis oídos.

Ella estaba embarazada, lo que significaba que tendríamos otro hijo. Ella parecía asustada, mientras me miraba esperando una respuesta, sonreí viéndola.

—¿Seremos padres por segunda vez? —Pregunté, sí se que fue una pregunta bastante ridícula, después de que ella me haya afirmado que estaba embarazada.

Pero estaba nervioso por la noticia, debía de admitirlo.

—Eh, sí.

—Me parece genial.

¿Qué?

—Bien, lo que estoy tratando de decir es que estoy muy emocionado por eso, tener otro hijo contigo es genial, sabes que es lo que más deseaba y saber que se hará realidad, es una sensación que no se cómo describirla.

—Bueno sí, yo quería que lo supieras después de todo estás en tu derecho por si quieres involucrarte en la crianza de el bebé, por ende si quieres ir a las revisiones para ver cómo está, eres su padre después de todo.

Escucharla tan tranquila diciéndome todo esto no era agradable.

—Claro que quiero involucrarme en todo eso, ese fue mi sueño cuando estabas embarazada de Haven, quería que viviéramos esa experiencia juntos.

Ella se aclaró la garganta mientras me miraba.

—Eh otra cosa. —Ella susurró

—Dime, Gin.

—Sé que quizás quieras contarle a tu madre y a Becca lo del bebé pero creo que por el momento está mejor tenerlo en secreto, bueno, lo saben los chicos pero ellos no dirán nada, creo que es mejor esperar un tiempo para contárselo a nuestras familias.

No entendía el porque ella había tomado esa decisión pero aún así, asentí, debía de respetar sus deseos.

—¿Estás diciendo que soy el último en enterarme?

—Bueno, las chicas esperaron mientras hacía la prueba, así que no hay manera que te molestes.

—¿Y los demás?

—Bueno, a ellos quise contarles.

—Debí de ser el primero en enterarme.

—Eh..

Gruñí y pase las manos mi cabello despeinandolo, me enojaba demasiado que yo haya sido la última persona de enterarse del nuevo bebé.

—Tampoco es como si me hubiera enterado hace semanas.

—¿Cuando te enteraste?

—Hace dos días, pero me encontraba en shock, estaba muy sorprendida, aunque realmente no se porque si nunca usamos protección.

Ella en eso tenía razón.

—¿Cuánto tiempo tienes?

—Seis semanas.

Claro, ese bebé fue concebido en la fiesta de Halloween, que otro día pudo haber sido.

—La fiesta de halloween

Las mejillas de Ginger se sonrojaron, se miraba tan preciosa y notaba un brillo en sus ojos, mamá siempre había dicho que la mirada de una mujer embarazada cambiaba.

—Sí, eso mismo pensé. Hoy fue mi primer cita en el ginecólogo. —Me contó y saco una tirita de su bolsa y después me lo extendió.

—¿Que es eso?

—El bebé, me hicieron una ecografía

Tome las tiritas y ladeé la cabeza, no le encontraba forma a esto, solo miraba un par de manchas.

—No le encuentro forma. —Soné apenado.

Ella se río, su risa era música para mis oídos.

—El esuy pequeño aún, tiene el tamaño como de una semilla de granada, es muy pequeño aún, aparte escuché su corazoncito.

—Me hubiera gustado presenciar eso.

—Ya te tocará vivir esa experiencia. —Ella me sonrió, sus ojos brillaron.

Trague saliva mientras suspiraba, necesitaba hablar con ella, necesitaba que ella me escuchará y dejara de pensar cosas que no eran.

Ella debía confiar en mí, en qué nunca le haría daño, mucho menos la engañaría. Ginger era mi todo, era el amo de mi vida y sí, quizás me había equivocado en la forma de hablarle, y lo reconozco ahora solo quiero disculparme con ella, para estar bien, necesito recuperarla.

—Gin.

—Uhm.

—¿Podemos hablar?

Sus ojos se encontraron con los míos, como si temiera de lo que pudiera decir.

—No lo sé.

—Por favor, sólo escúchame, nada es lo que parece.

—Eros, yo los ví con mis propios ojos.

—Sí, puede ser que hubo una confusión pero es lo que es una confusión, si crees que te engañe con Keira estás bastante equivocada.

Ella se encogió de hombros mientras soltaba un suspiro, su nariz se arrugó, cada vez que pensaba algo a fondo, como los pros y contras que conllevaba algo, ella hacía ese gesto.

—Habla. —Mordio su labio inferior.

Suspiré con alivio,  ella me estaba dando la oportunidad de explicarme.

—El día que te fuiste, después de regresar de la universidad mire a Keira hablando con mi padre.

—¿Con tu padre?

—Sí.

—¿Cómo porque?

—Keira estaba trabajando con mi padre, ambos tenían un plan para separarnos al igual que Keira estaba tratando de ganarse nuestra confianza para después llevarse a Haven.

Los ojos de Gin se agrandan mientras suspira.

—¿Qué?

—Sí, Keira quería llevarse a Haven, quería llevársela a mi padre para poder manipularnos, no entiendo cual es el objetivo de mi padre.

—Tu padre está loco.

Si yo le daba la razón, cuando me di cuenta de los planes de mi padre y Keira me volví completamente loco, y más porque involucraba a Haven y Ginger, las personas que más amaba en esta vida.

No podían quitarnos a Haven, y yo sabía que si eso sucedía Ginger se volvería loca, y yo no podía permitir ver sufrir al amor de mi vida, eso fue después de haber defendido a Keira, yo al principio pensé que tan solo Ginger estaba celosa, pero ella tenía razón. Nadie cuidaría mejor a Haven que nosotros que somos sus padres y Ginger tiene una buena intuición ella siempre supo que Keira no era buena y yo simplemente no le hice caso. Me sentía tan mal por eso.

—Mi padre y Keira han tenido una aventura desde hace tiempo, mi padre nos tenía en la mira, y cuando comenzamos a buscar la niñera para Haven el mando a su amorío, ya que el creía que eso sería demasiado fácil para él.

—Realmente no entiendo para nada a tu padre, no puedo entender el porqué quiere a alejarnos de Haven, menos puede saber del nuevo bebé. —Ella gruñó, estaba molesta y estaba en su derecho.

—Solo nos quiere manipular.

—Haven no tiene la culpa de nada

—Ni tu, ni yo, ninguno y no te preocupes que él no sabrá lo del bebé, ni cuando decidas que se lo contemos a nuestros padres.

—Gracias, pero aún así, te recuerdo que estabas muy cerca de Keira. —Ella se cruzó de brazos.

—Yo solo la estaba despidiendo y la estaba amenazando con que no la quería cerca ni de ti, ni mucho menos de Haven. Esa es toda la verdad, si tan solo me hubieras dejado explicarte nos hubiéramos ahorrado todo esto.

—¿Estás seguro?

—Muy seguro. —Admití.

Me acerque a ella, ella aún seguía mordiendo su labio inferior, mientras me miraba de reojo, su olor a rosas hizo que se me nublara el sentido, ella olía delicioso, puse mi mano en su vientre y después me agache.

Los ojos de ella se abrieron demasiado, no pude evitar ladear una sonrisa.

—¿Que pasa?

—¿Que es lo que haces? —Respondió con otra pregunta.

—Bueno, solo quiero presentarme con el bebé

—Tengo seis semanas —Me recordó.

—Sé que tienes poco tiempo, y sé que tiene el tamaño de una semilla de granada. Pero aún así tengo fé de que me escuche.

Ella no dijo nada, solo me miró fijamente, puse mi mano en su vientre mientras lo acariciaba con suavidad, sentí como su piel se erizaba bajo mi toque.

—Hola bebé, soy papá, tan solo espero que el vientre de mamá sea cómodo, apenas me he enterado de tu existencia pero lo único que sé es que me has robado el corazón como tu hermana y tu mamá. —Besé su vientre y dejé una ligera caricia.

En ese instante alcé mi mirada y me encontré con los ojos grises de Ginger que estaban llorosos.

—¿Pasa algo?

—No, es solo que creo que debo de irme.

—Eh, no. Aún no hemos terminado de hablar. —Susurré mientras acariciaba su labio inferior y me acercaba a ella, necesitaba besarla, necesitaba decirle lo mucho que la amaba.

Mis labios estaban a escasos centímetros de los suyos mientras ella suspiraba, cerré la distancia y ella puso su mano en mi cuello, esos días se habían sentido eternos, sentía como si hubiera estado muerto en vida y al besarla se sentía como si estuviera regresando a la vida.

—Sólo quiero que sepas que te amo, y que no te haría daño, sé que aún sigues resentida conmigo, pero tan solo quiero que sepas que te amo demasiado que me duele, quiero que confíes en mí, que no temas.

Ella suspiro y puso su frente junto a la mía mientras las lágrimas comenzaban a caer. ¿Había dicho algo malo? La mire alarmado, mientras limpiaba sus lágrimas.

—¿He dicho algo malo?

—Eh, no. Solo tengo las hormonas al tope. Quiero que sepas que también te amo, y no quiero volver a separarme de tí, te pido perdón por haber desconfiado en tí.

—Yo te pido perdón por haberte hecho desconfiar de mí.

Ella negó y puso su mano en mi cuello mientras volvía a pegar nuestras frentes. Todo estaba en su lugar nuevamente.

💗💗💗

¿Que les diré? Lo perdono muy rápido. ¿Argumento válido o no válido? Odian o aman a Eros. O mejor dicho. Lo amodian?

En fin, feliz navidad para todos los lectores guapos que me leen 💗, que santa les haya traído su personaje ficticio favorito.

Espacio para poner que les regalaron:

Y ya, reconciliación para que no me odien. Tomemos esto como especial de navidad o milagro de navidad (hubo reconciliación) aunque todavía no iba a ver, realmente.

Pero tampoco soy tan mala como parece 🤣💗

Espero que se la hayan pasado muy bien, nos leemos no se que día, pero pronto. Por cierto. ÚLTIMOS CAPÍTULOS.  Necesito terminar FQMA y poder comenzar FQMQ. Aunque las actualizaciones de FQMQ se irán subiendo ya que acabe este libro.  Creo que me emocioné, bai bai



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