Capítulo quince.
Reportense aquí:
Ginger.
Años antes.
Al momento que salí de la universidad, salí hasta el estacionamiento dónde sabía que estaría Eros esperándome.
Alce la ceja confundida al mirar a mi novio, afuera de su auto, y Addison estaba con él, eso no me daba buena espina, camine rápidamente hasta ellos y me escondí detrás de un árbol, queriendo escuchar su conversación.
—Eros, realmente estoy muy feliz de que hayas venido por mi.
¿Qué?
—Estas equivocada Addison, yo no he venido por ti, vine este...
—No tienes porqué fingir sé que has venido por mi, sé que llevas tiempo enamorado de mi, no te sientas mal Eros, el sentimiento es mutuo, yo también estoy enamorada de ti, si quieres podemos mantener una relación. —Addison, peino su cabello con una sonrisa tonta en su rostro.
—Estas equivocada, no siento nada por ti, estoy enamorado de otra persona.
—¿Otra persona? No, Eros tu no puedes estar con otra persona, mírame. —Se señaló ella misma—Soy la chica perfecta para ti, y lo sabes, no habrá otra chica igual que yo.
—Ese es el detalle, no quiero a nadie que se parezca a ti, deberías de entender que no me interesas, ya he sido claro muchas veces.
Pobre Addison, debía de entender que Eros no la quería.
—Quiero que sepas que tengo novia, y la amo.
Y la amo....
¿Eros me amaba? Nunca me lo había dicho, pero debía de admitir que al escucharlo decir esas palabras me hacían demasiado feliz.
—Deberias de dejarme en paz, deberías de entender que amo a otra persona.
—No puedes estar con ella. —Ella comenzó a sollozar.
—Claro que puedo, es mi vida y tu no tienes ningún derecho de querer meterte en ella, Addison.
Addison se tiró sobre él y lo beso, Eros intentaba alejarse, pero ella no estaba dispuesta a soltarlo, salí de mi escondite, era ahora o nunca.
Hale el cabello de Addison, alejándola de mi novio.
—Alejate de mi novio.
—¿Así que este es tu novio misterioso? —Ella se rio—Puedo estar segura que es producto de tu imaginación, Eros no puede ser tu novio.
—¿Porqué? ¿No puedes soportar que él me haya elegido a mi? ¿Qué me ame? ¿Qué no seas tú? No es producto de mi imaginación, Addison, Eros es mi novio. —Me acerqué a él y tome su mano, él puso su mano libre en mi cintura, acercándome a él, puso sus labios en mi cabello, dejando un beso ahí.
—Se los diré a las chicas.
Eso me daba mucho miedo, yo les había mentido durante mucho tiempo, y quizás se molestaban conmigo, pero era ahora o nunca. Addison debía de dejar en paz a Eros, tenía que alejarse de él y si está era la única manera de que ella se alejara, creo que podía soportarlo, podía hablar con las chicas y explicárselos.
—Diselos, no te tengo miedo.
—Eres una maldita Ginger, me has quitado al hombre que amo.
—No, no te he quitado nada, él nunca ha sido tuyo, deberías de dejarlo en paz, dejarnos. —Aclaré.
—Tu no le dirás nada a las chicas. —Eros le dijo, mientras apretaba con fuerza la mandíbula.
—Dejala, si quiere contárselo, que lo haga. No le tengo miedo.
Eros suspiro, besando mi cabeza.
—Ustedes no pueden estar juntos.
—Superalo, Addison.
—No serán felices, no los dejaré que lo sean.
—No tenemos miedo, haz lo que quieras.
Addison se alejo hecha una furia, me di la media vuelta para besar a Eros.
—Ella te ha besado. —Dije con horror.
—Deberias de besarme mucho, para que se quite el sabor de ella de mis labios. —Se estremeció.
—No me gustó que tocará lo que es mío.
—¿Ah, si? —Dejo un pequeño beso en mi cuello.
—Si. —Busqué sus labios y lo besé con suavidad.
—Me encanta que seas posesiva.
—Tu también lo eres.
—Solo un poco. —Admitió, sonriendo.
—Le dijiste que me amabas —Las mejillas se me pusieron rojas al decir aquellas palabras, él se río, besamos mi nariz.
—Sé lo que le dije.
—No me lo habías dicho.
—Pensé que lo sabías.
—No soy adivina.
—Pero casi. —Besó mi mejilla.
—Bueno...
—Bueno, pues ya lo sabes, te amo, Gin. —Acarició uno de mis rizos.
—Te amo, Eros. —Lo besé nuevamente.
Actualidad.
Alarmada me acerque a Eros, mirando como el hilo de sangre caía por su frente, y después comenzaba a gotear hasta su camisa blanca.
—Mierda, lo siento. —Dije algo avergonzada, realmente lo sentía y me sentía mal.
Eros tan solo se encogio de hombros, observandome.
—Siempre has sido algo salvaje creo que es una de las tantas cosas que amo de ti.
Mi piel se ruborizo de inmediato, camine hasta el baño que se encontraba en mi habitación por un poco de papel higiénico, para poder limpiar toda la sangre.
—Creo que necesitarás puntadas.
—No lo creo, en verdad, no me duele.
—Si que te duele. —Hice una mueca, toda esa sangre me estaba haciendo entrar en pánico, pero me obligue a tranquilizarme.
Eros se encogió de hombros, restándole importancia a mis palabras.
—Estoy segura que necesitarás puntadas. —Le entregué un espejo para que pudiera verse, Eros se miró con horror la frente, eso dejaría una pequeña cicatriz.
—No, no necesita ninguna puntada.
—¿Te limpio con alcohol?
—Si, quieres.
Camine nuevamente hasta el baño y saque mi botiquín de primeros auxilios, Haven miraba a Eros con su pequeña boca abierta y se reía, me acerque a él y lo hice que se sentará en la cama.
—Si te duele puedes decírmelo. —Dije con timidez.
Saque un poco de algodón y lo moje con alcohol, mientras lo pasaba por la zona lastimada, Eros entrecerro los ojos.
—Mierda. —Gruñó.
—Lo siento. —Repetí nuevamente, me sentía mal por lo que había hecho, me sentía muy culpable.
—Deja de pedir disculpas. —Él tomo mi mano y la llevo a su boca para dejar un beso en mi muñeca.
Continué limpiando, la boca de Eros tenía una ligera mueca de dolor, pero no decía nada, comencé a sollozar, me sentía una mala persona por haberlo lastimado.
—Estoy loca. —Ahogué los sollozos—No había ninguna razón por la que yo te lastimara, pero...
—Mierda, Gin. —Me acercó a él y me atrajo a su pecho—No estás loca. —Besó mi cabeza y sentí como inhalaba el olor de mi cabello—Acepto que no fue la manera de la que debías de actuar, pero tampoco es para que te llames loca, tenlo por seguro.
Comencé a llorar con ganas, Eros debería de estar molesto conmigo, yo lo había lastimado, pero él estaba más tranquilo que nada y yo estaba totalmente histérica.
—Ahora estoy histérica, porque lamento esto.
—En serio, si te vuelves a disculpar me molestaré contigo. —Él gruñó.
Alce la cabeza para mirarlo a los ojos, sus ojos color avellana me miraban con cariño, y podía apostar que yo también lo estaba mirando así, evitar amar a Eros era algo que no podía hacer, la sangre seguía cayendo, me separé del abrazo y limpie mis lágrimas mientras tomaba una venda y se la colocaba, no sin antes volver a limpiar la herida.
—Ma-má —Haven me miraba, con fijeza.
Oh, la pobre no tenía ni en cuenta que había lastimado a su padre.
Eros se agachó y tomo a Haven, quien lo miraba con sus grandes ojos de color avellana, ella puso su manita en la venda, con los ojos bien abiertos, Eros se río, pero después tomo la manita de nuestra hija y beso sus deditos, ella se río.
—Mamá fue quién le pegó a papi. —Le dijo, Haven metió sus deditos a su boca y con el dedo en la boca comenzó a balbucear.
—Oye, Ginger.
—¿Si? —Pregunté tirando los algodones usados.
—Le he contado a mi madre sobre Haven, quiere conocerla.
Sabía que Haven estaba en su derecho de conocer su abuela paterna, y no tenía ningún problema del que April estuviera cerca de ella, pero no quería que Owen se acercara a mi bebé en absoluto.
No después de haberme enterado que él fue el que le había pedido a Eros que me deshiciera de mi bebita.
—Seria una buena idea, ella está en su derecho de querer conocer a su nieta.
—¿Realmente no te importa?
—No. —Sonreí.
—Dame un besito, Haven. —Eros puso su mejilla, y la bebé comenzó a besar la mejilla de Eros, él tenía una sonrisa tonta en los labios. —Te amo, bebé —Él quiso besar su mejilla pero ella volteo la cara.
—Ño.
—Bueno, perdón señorita.
—Ma-má.. —Ella hizo un puchero viéndome, la cargue y besé su frente, ella se río, mostrándome sus pequeños dientes.
—¿Tienes hambre?
—Ño.
—Es si, Haven. —Eros le dijo, sonriendo.
—Ñooo
La senté en la manta mientras caminaba hasta las bolsas de comida, puse un poco en los platos y le entregué uno a Eros al igual que una lata de refresco, abrí la papilla de Haven y tome una cuchara, mientras intentaba llevarla a su boca.
Ella abrió su boquita, esperando a que la alimentara, le di un poco y ella hizo muecas, al parecer no le ha gustado, intenté darle otra cucharada pero ella volteo la cabeza, mire la papilla era de plátano, a Haven no le gustaba el plátano.
—¿No le ha gustado, verdad? — Eros, preguntó viéndonos.
—No le gusta el plátano.
—Dios, me siento como un mal padre, no se lo que le gusta y lo que no le gusta a mi hija.
—Creo que hoy puede comer un poco de arroz.
Tome un poco de mi comida y la lleve a la boquita de mi hija, que comenzó a masticarlo.
—¿Puedo alimentarla?
—¿Quieres hacerlo?
—Sí.
—De una vez te advierto que tú comida puede estar muy helada para cuando ella termine de comer.
—No importa, puedo comer la comida helada, no pasará nada.
—Esta bien. —Me reí, mientras le pasaba a Haven, él la sentó en su regazo y le comenzó a dar un poco de pollo.
Me levanté y camine hasta la cocina por un biberón con agua para dárselo a mi hija, Haven se reía, ya que Eros hacía un ruido de avión, mientras alzaba la cuchara y la guiaba hasta su pequeña boquita.
Ver a Eros tan atento con Haven, me recordaba de porque me había enamorado de él y pensar que tan solo había aceptado tener una cita con él, para olvidar a mi exnovio, quien se había alejado de mi.
Y no tenía ni idea de que Eros terminaría siendo el amor de mi vida, porque a pesar de lo que él me había hecho, yo lo amaba y nada cambiaría eso.
—¿En qué piensas, Gin? —Él me miró, confuso, Haven se quejo, al momento que su padre dejo de prestarle atención.—Perdón, cariño. También tu mami puede tener mi atención.
—Ño.
Abrí la boca sorprendida y comencé a reírme.
—Veo que alguien no me quiere compartir.
—Te estás ganando su cariño.
—Me siento muy afortunado de eso, Ginger.
—Bueno, te has estado portando como un padre responsable, ella te ve casi todo los días y le das amor, era obvio que ella iba a comenzar a quererte.
Eros parecía muy emocionado.
—¿De casualidad su mami no se a encariñado conmigo?
Rodeé los ojos.
—No.
—¿Eres como Haven y no es si?
—No es no.
Su risa ronca hizo eco por toda la habitación.
—¿Sabes algo?
—¿Qué cosa? —Metí una cucharada de arroz a mi boca.
—Hace un rato te estabas disculpando por haberme lastimado la frente ¿No?
—Ajá, te recuerdo que me dijiste que no tenía porque disculparme.
—Exactamente —Me dió la razón—Pero podrías no se, quizás darme un beso? Puedo asegurarte que eso me hará sentir mejor.
Rodeé los ojos y me levanté para caminar hasta el botiquín, saque un par de pastillas y se las entregué.
—Ten, por seguro que esto te ayudará más.
—Golpe bajo. —Acarició los rizos de nuestra hija, quien movía sus piecitos y estaba entretenida viéndolos.—Debo de admitir que siempre tu carácter a Sido lo más atractivo de ti, y eso hace que me gustes más, me encanta que no te dejes intimidar por nadie y que no quieras caer ante a mi tan fácil, no te preocupes Gin, me encantan los retos. —Sonrió.
❄️❄️❄️
¿Qué opinan de Eros?
Prometo actualizar los más rápido que pueda, espero que les guste, besos, por cierto, hay nueva actualización de FQMA.
Dejen sus opiniones sobre el capítulo aquí <3
Los quiero, besitos.❤️
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