68

Alex.

-Dios, Alex ¿Qué hiciste?

-¿Pero, qué pasa?

-Te explico allá

-No, me dices ahora James, no me vas a tener así durante todo este tiempo

-Alex-se quejó y el sonido del motor a través de la línea cesó. Imaginaba que se había estacionado o detenido en algún lugar para poder conversar. Lo que era un aviso de que cedería ante sus demandas y le contaría todo de una vez por todas. 

-Dime-exigí, escuchando a James refunfuñar y golpeando algo, probablemente el manubrio.

-Bruce sí es Niall, pero Alex, él se lo dirá, no podemos meternos en esto

Sujeté el celular fuerte contra mi oreja, aunque había estado investigando y todo me parecía sumamente sospechoso en el fondo no pensaba realmente de que Bruce... o él... podría ser Niall. Cerré con fuerza los ojos y deseé no haber insistido porque todo lo que deseaba en esos momentos era agarrar mi cabeza y exigirle respuestas al supuesto cantante mientras gritaba a todo pulmón, mas, si Meryem llegase en ese preciso instante sólo vería mi rostro de estupefacción y un silencio rotundo, que en verdad ahogaba gritos de desesperación.

¿Podría ser cierto? Todos mis sentidos me gritaban que no, sin embargo ahí estaba James, con quien, a pesar de estar decepcionado sabía no mentía, menos en estos momentos, cuando su voz sonaba directa y clara, sin ningún titubeo. Entonces, ¿él lo supo todo este tiempo?

-¿Lo supiste todo este tiempo?-hice eco a mi conciencia susurrando ante el aparato, sin saber si James lo había escuchado, dado que a duras penas había escuchado yo. De una forma u otra, si lo hizo, me ignoró.

-Alex, di que estás ebrio o algo pero no sigas hablando del tema, después te lo explicaré mejor

Mi mirada intuitivamente se fue al cuarto donde mi amiga se había perdido, mierda, Meryem no lo sabía, era real, despeirta, Alex, ¡ÉL ERA EL JODIDO CHICO DE ONE DIRECTION!

-James, Mer acaba de terminar con Bruce...

-Mierda, llegaré con tequila en cinco, hoy tenemos que hacer que olvide el tema y después lo hablaremos de mejor manera-asentí automáticamente aunque él no podía verme, dispuesto a callarme hasta tener una explicación, aunque no era de James de quien precisamente la necesitaba.

-Es... está bien-colgó.

Meryem con el pijama ya puesto llegó al living, sus ojos seguían hinchados, pero tenía mejor cara y el celular había desaparecido de sus manos diciéndome que estaba cargando.

-¿Quién te llamaba tanto?-preguntó cuando me senté junto a ella en el sofá, ¿qué digo, qué digo?

-James...-me sonrojé.

-¿De verdad?-sonrió y luego agudizó su mirada con perspicacia, sabía lo que estaba pensando-¿volvieron?

Eso era exactamente lo que sabía estaba pensando, y mientras descubriese qué decirle me alegré de que enfocase su atención en mi inexistente relación.

-No-fruncí el ceño y sopesé que a lo mejor serviría que pensara que sí estábamos juntos-Viene en camino, espero que no te moleste...

-Tener a mis amigos aquí nunca me molestaría-sonrió entrecerrando los ojos, dándome a entender que de verdad pensaba que seguíamos en una relación.

-Y a nosotros nunca nos molestara ayudarte, Mer-la abracé- Sabes que te amamos mucho, más yo que él-la hice reír.

-Me dio algo de hambre-gruñó.

-Puedo hacer burritos, voy a ir a husmear tu nevera-justo lo que necesitaba, perder tiempo en la cocina hasta que James llegara a controlar la situación, porque sentía que cada vez que abría la boca podría revelar algo.

-¿Después de años volveré a comer los gloriosos burritos de Alex?

-Sip, así es-me encaminé a la cocina.

Abrí el refrigerador y tal como pensaba estaba casi vacío, a excepción de una mayonesa que revelaba ser vegana en su etiqueta, un par de tomates y choclo. Podía trabajar con ello. Era sencillo cuando la dieta alimenticia de mi amiga era similar a la de una vaca.
Con harina y los demás ingredientes hice la tortilla mientras Meryem veía la televisión consciente de que su presencia en la cocina no sería de mucha ayuda. Una vez más agradecí que no estuviese haciendo un esfuerzo por mantener una conversación, aunque por otro lado me sentía mal de que no fuese yo quien la estuviese distrayendo. Sabía que a pesar de que su mirada se dirigía a la pantalla que transmitía alguna novela mexicana mal traducida en realidad estaba repitiendo en su cabeza lo que sea que haya sucedido entre ella y Bruce... o Niall, luchando por no hacer notar su dolor.

-Eso tiene un olor increíble-habló fuerte.

-¡Ya están casi listas!

Mi amiga se levanto del sofá, caminó a la cocina y sacó unos platos, cuando estábamos dejando todo listo para cada uno armar su burrito, sonó la puerta del departamento con tres golpes intermitentes.

-Creo que ya sabemos quién es

-¡Qué tal, bebé!-anunció James vociferando aunque Mer de encontraba a un paso de él.

-¡James!- lo abrazó nuestra amiga recordándome que él era tanto amigo de ella como yo, y si había una razón para no decirle la verdad debía ser buena.

Nuestras miradas chocaron y a pesar de que debí enojarme con solo tenerlo frente no pude tener otro sentimiento que no fuese ternura, justificado por el recuerdo que vino a mi mente de los pensamientos que solía tener sobre James siendo un buen padre.

-Hey, Alex-sonrió inseguro.

-Hola...- me aseguré de cambiar mi expresión para que James supiera cuánto necesitaba responder de inmediato mis preguntas.

-Íbamos a comer burritos- Meryem quebró el extraño silencio que había quedado.

-¿De verdad? ¡Que coincidencia! ¡Traje tequila!-sacó la botella de vidrio de su bolsa de tela que traía en una mano.

-Ustedes están coordinados-pasó su mirada de James a mí y viceversa. 

-¿Noche mexicana?-sonreí para ella.

-Noche mexicana-respondió James.

Reíamos mientras seguíamos devorando nuestro cuarto burrito, Mer era la que menos hablaba, pero no dejaba de soltar risitas con las idioteces que hacia James, quien sabía lo hacía más de lo normal a propósito para evitar que yo hablara más de la cuenta (sólo para asegurarse) y para que Meryem se riera aunque sea por unos segundos.

-Alex-dijo tan pronto Mer fue al baño.

-Espero que empieces a hablar pronto- le fruncí el ceño.

-¿Siguieron hablando del tema?-estaba totalmente serio, no era el mismo chico de hace cinco minutos contando estúpidas anécdotas, tal como lo suponía, aquella era sólo una máscara para lo preocupado que en realidad estaba.

-No...-mi voz tembló, ¿qué esperabas Alex?

-Okey...¿Qué podemos inventarle para que beba rápido?- mordí mi labio pensando, ¿estaba bien emborrachar a nuestra amiga a propósito para que se olvide del tema?

-Podemos jugar verdad o shot, siempre hacíamos eso-sugerí después de unos minutos, mientras Jae buscaba juegos por internet.

-¡Eres un genio, amor!-habló regresando a su anterior faceta, luego se dio cuenta de lo que dijo, colocándonos a ambos en un terreno de vergüenza.

-Mi celular no quiere prender-llegó Mer gruñendo-¿alguno tiene cargador?

-Deja ya esa cosa-James se lo quitó-Mejor juguemos verdad o shot-le sonrió.

-Chicos lo que menos quiero ahora es beber-hizo una mueca.

-Te hará olvidar... Sé que lo necesitas-comenté.

Ella un poco con la mirada dolida se sentó junto a James resignada y el chico de cabello claro sirvió los shots.

-Yo empiezo-hablé-James... Cuando estuviste estudiando allá, ¿te metiste con otros chicos?- el abrió sus ojos en grande.

-Empezamos densos-susurró Mer riéndose nerviosa

-No me está gustando este juego-masculló entre dientes.

-¿por qué no? Tú querías que lo jugáramos-crucé mis brazos sobre mi pecho con modestia mientras le alzaba una ceja.

-Besé a uno ebrio, pero nada, más nadie te superaba-me guiñó el ojo y se inclinó para estar más cerca mío mientras sonreía ante mi reacción por su respuesta.

-Bueno, Meryem-dijo James- ¿Qué pasó entre tú y Fer?

La chica hizo una mueca y sólo tomó el shot, cerró los ojos fuerte y luego de que el líquido pasara por su garganta pesadamente me miró.

-Alex, ¿planeas estar con otras personas?-preguntó

-Por ahora no-respondí- solo quiero volver a sentirme bien conmigo mismo

La mirada de James se mantuvo fija en mí, sin despegarla ni un solo momento, cauto ante mis palabras. Aunque me inquietaba traté de disimular mis nervios.

Varias preguntas después, de las cuales mi amiga no respondió varias, ella estaba ebria, yo aun mantenía un poco mi estado de lucidez y fue el momento en el que Mer hablo.

-James, elige darle un beso a Alex o tomar un shot-rio, mi amiga ebria perdía todo rastro de cordura indudablemente.

No podía creer que James se estuviera aprovechando de esto, sonrió y se acerco a mí lentamente. Él era el más estable de los tres, y probablemente como efecto del alcohol mi cuerpo comenzó a temblar conforme veía en cámara lenta que se acercaba. En cuanto nuestras narices se rozaron cerré los ojos y decidí que este iba a ser otro error de la embriaguez, cuando sentí un estruendo contra la alfombra.

-¿Mer?-dijo James alejándose y luego viéndola desplomada en el suelo como escena del crimen.

-Creo que hay que llevarla al cuarto...-susurré aún en un estado neutro.

-Yo la llevo

James la tomó entre sus brazos y la dirigió a su pieza, mientras que con el poco razonamiento que me quedaba comencé a ordenar el desastre. Después de terminar de lavar los platos sentí las manos de James en mi cintura.

Mi respiración se atascó, sus labios levemente besaban mi cuello y sentía que todo esto era incorrecto, no era el momento, y no sabía si algún día volvería a serlo.

-James...-tartamudeé.

-Dime...-susurró, sus manos lentamente se posicionaron bajo mi camiseta, haciendo pequeños círculos.

-Ambos... tenemos una conversación...

-Alex- susurró en mi oído haciéndome estremecer. Me giró, odiaba que fuera más alto, siempre quedaba un poco más abajo de su barbilla- No estoy en condiciones de hablar-sus labios rozaban los míos.

-Pero...-fui callado con un beso, que sabía a gloria.

Mi cuerpo no podía dejar de reaccionar ante a James, era el único que producía  esta revolución de hormonas en mí. Cerré los ojos dejándome llevar por el cálido beso de él, ignorando cómo todo el departamento giraba a mi alrededor, por una razón u otra.

-No puedo dejar de decírtelo Alex, te amo-susurró cuando nuestro beso fue interrumpido por la falta de aire.

-No- musité colocando mis manos en su pecho para alejarlo, intentando con todas mis fuerzas de mantener el hilo de la situación.

-¿Algún día lograrás perdonarme?

-No es eso, bueno sí, pero tenemos que conversar, no creerás que yo también olvidé todo lo que me dijiste, necesito explicaciones

Mi teléfono sonó en mi bolsillo, James suspiró derrotado y se alejó de mí para desparramarse en el sillón. Saqué el móvil y vi que era mi padre.

-¿Aló?-contesté temeroso. Trata de no sonar ebrio. Trata de no sonar ebrio.

-¿Dónde estás metido, Alexander? Son las tres y media de la mañana y no está mi auto-gruñó con la voz de quien no solo regañaba a su hijo, sino de quien (sospechaba) había visto a su equipo favorito de fútbol perder.

-Perdón, ahora voy para allá, Mer no estaba bien, terminó con su novio...

-Okey me quedo tranquilo sabiendo que estás con Meryem, mientras no estés con ese marica de James, sus padres me llamaron preguntando por él, pensé que estarían juntos-dijo más sereno, pero todavía serio.

-Tranquilo papá-contesté un poco más frágil- Sabes que odio a ese chico-James, que cuando notó el giro de la conversación había ladeado su cabeza para mirarme, frunció el ceño y luego sólo se observó tristeza en su rostro, ensanchando los labios y pestañeando rápidamente.

-Llega pronto Alex-colgó.

James bajo la mirada, quería contradecir todo, pero no quería problemas ni ver a mi padre violento. Me decidí por abrir la boca, cuando se paró y entró a la habitación de Meryem.

Era el momento de irme, no sin antes borrar los mensajes, no quería ser el que revelara el secreto del mentiroso Niall Horan o como lo conocíamos, Bruce Hetch. Si James no quería darme respuestas, tendría que hacerlo el mismísimo verdugo.

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