21

Meryem.

Sentía los labios de Bruce en los míos, tenía los ojos cerrados disfrutando la sensación. Las manos del chico de labios dulces bajaron a mi cintura mientras mis manos de manera automática tomaron su cuello, parándome de puntillas en el proceso para lograrlo.

Debido a que estaba empapada y era de noche antes estaba temblando por el frío, pero inmediatamente me estabilicé y la temperatura volvió cuando nuestros labios se tocaron.El corazón me latía mil por hora y nunca había disfrutado un beso de esta manera, ni siquiera con Josh. El aire nos faltó, mordió levemente mi labio inferior y gemí. Nos separamos, nuestros ojos hacían contacto. El azul versus el café.

-Mer...-dijo ronco y negué.

-Si la vas a cagar prefiero que me beses-se rió, pero tomó mi palabra otra vez para unir nuestros labios.

El hecho de que ambos estuviéramos mojados hacía todo más intenso, sus pantalones se le pegaban a la piel y estaba perfectamente consiente de que mi camisa no dejaba nada a la imaginación tampoco. Algo de nervios sentía con su tacto, pero no me inquietaba como los demás. 

No sé cuánto tiempo pasó, pero ahora estaba sentada junto a Bruce escuchando su linda voz. Me agradaba escuchar "She Looks So Perfect" en su voz.

You look so perfect standing there
In my American Apparel underwear
And I know now, that I'm so down
Your lipstick stain is a work of art
I got your name tattooed in an arrow heart
And I know now, that I'm so down

Creo que el agradable momento lo iba arruinar cuando escapó un estornudo de mí. Bru me miró y se rió.

-Creo que es mejor entrar o alguien se va a resfriar

-Vamos, muero de frío-tomé su mano y el maldito estaba calentito, mientras que yo parecía un refrigerador humano.

Nos levantamos y tratamos de sacar todas las hojas y tierra pegada que teníamos en las piernas, bueno yo, el estaba con su pantalón; pero no le molestó colocar sus manos en mí con la excusa de sacar las ramitas. Caminamos despacio y tranquilos de vuelta a casa. Subí para darme una ducha rápida con agua caliente. Cuando ya estaba en mi cuarto con mi pijama de Star Wars entró nuevamente Bruce, solo con boxers.

-Eres una geek ¿Te lo han dicho?-se burló.

-Eres un mal educado, ¿Te lo han dicho?

-Sí, mucho, una vecina que tengo es una pesada, deberías conocerla, además tiene un nombre como Meryem, es media lo....- le tiré una almohada-Enojona

-¿Qué haces aquí?-

-No quiero dormir solito, además, Snake está acostado justo en el centro desparramado en todo su esplendor-dijo divertido.

-Tengo que ver eso-sonreí y caminamos al cuarto. Bru abrió la puerta y ahí estaba Snake tan tímido.

Dormía con la barriga hacía arriba, en el centro de la cama y nisiquiera se movió con el ruido que Bru y yo hicimos. Me reí bajo y cerramos la puerta.

-El sofa es cómodo

-Prefiero al sofá Meryem

Sonrió y no me pude resistir a sus ojos azules. Tomé su mano y entramos a mi cuarto.

Sequé mi pelo un poco y ya sentía como mi garganta picaba, Bruce miraba su celular cuando una lágrima de repente se le escapó.

-Hey-hablé- ¿Está todo bien?

-Si... no te preocupes, generalmente a las tres de la mañana me pongo melancólico

-Okey...-me recosté a su lado y lo abracé- Puedes confiar en mí, pero si no quieres hablar de aquello solo te daré amor, por ahora.

-Gracias Mer...-se acurrucó en mi pecho.

El calor corporal de ambos era agradable, además el perfume con olor a madera de Bruce me gustaba. Noté cómo su respiración era calmada y seguía acariciando su cabello inconscientemente.Sonreí y me sonrojé al recordar el beso que me acaba de dar con mi vecino. No sabía en qué iba a terminar todo esto, pero fuera lo que fuera me gustaba y demasiado, ahora la pregunta era, ¿le gustaba a él?

Las enormes ganas de hacer pis me despertaron, abrí los ojos y la luz del día ya entraba por el ventanal de mi cuarto. Miré a mi lado para saludar a Bruce pero él no estaba, ¿Había sido un sueño todo?

Caminé lento y con flojera al baño, hice mis necesidades para luego mirarme al espejo y vi mi pijama de Star Wars. Sonreí para mis adentros porque supe que no había sido un sueño. Otro estornudo escapó y limpié mi nariz, creo que iba a matar a Bruce por hacer que me resfriara.

Bajé a la cocina mientras me peinaba en una cola de caballo y sentí voces.

-¿Viste cómo estaba la entrada, Mustafa?-era la voz de mi mamá histérica.

-Ya Isa, no te molestes, seguramente fueron los chicos-esa era la voz grave de mi padre.

-¡ARRUINARON MI ALFOMBRA!-chilló molesta- Además, son las una de la tarde y ambos brillan por su ausencia...-se quedó en silencio cuando me vió.

-¿Buenos Días?-dije avergonzada.

-Buenas tardes-dijo mi padre burlesco- Ya vamos a comenzar a hacer el almuerzo, así que come una fruta para que no te saltes otra comida-besó mi frente

-¿Bruce no ha bajado?-dije buscando al pelinegro.

-Pensé que estaban durmiendo juntos-dijo mi mamá sarcástica, ¿Cómo lo supo?

-Somos amigos, mamá...-dije al tomar una manzana.

-Parecen infantes llenando de barro mi alfombra de la India ¿Sabes lo costosa que es, Meryem Arslan?-decía molesta mientras comenzaba a picar las verduras, vi que había carne, así que harían barbacoa, mierda.

-Perdón Mamá-dije como niña castigada.

Creo que después de dos años no habíamos tenido una conversación tan fluida. Aunque estuviera regañandome me volví a sentir bien de una manera extraña, como en casa. Besé su mejilla y salí detrás de papá, veía cómo estaba colocando el carbón mientras Snake llegó corriendo desesperado por hacer pis.

Pobre animal, su dueño era más animal que él. Luego de que Snake orinara las flores de mi madre corrió a mis brazos y me reí.

-¿Qué hay muchacho?-acariciaba al amigo perruno

-Menos mal tu madre no lo vio-dijo mi papá divertido.

Reí y Mustafa Arslan ya estaba colocando el carbón, él en las barbacoas era otra persona, no mi padre, un certificado y experto de las carnes. El peor karma de su vida era que su hija era vegetariana.

-¿Papá recuerdas que soy vegetariana, no?-seguía jugando con Snake

-Por supuesto, hare unas hamburguesas de lentejas que compré a ver que tal y unos morrones con huevo-sonreí- Investigué sobre tus raros gustos así que espero que quede bueno

-¡Eres el mejor!

Noté cómo llegaba Bruce vestido con unos shorts y una sudadera negra, traía lentes de sol, dos cervezas en sus manos y una sonrisa en el rostro.

¿Era la única que seguía en pijama? Qué vergüenza.

-Hola, Mer-besó mi mejilla- ¿Cómo dormiste?-sonrió, descarado, frente a mi padre.

-Horrible, no sé qué tenía un olor asqueroso anoche-me burlé y bajó sus anteojos para achinar su mirada, me reí.

-Buenas tardes señor Arslan-le entregó una cerveza- ¿Quiere que lo ayude?

-Muchacho no me trates de usted y claro

Paren el mundo, mi padre, Mustafa Arslan, acaba de aceptar la ayuda en una barbacoa, ¿Qué estaba pasando aquí? Bruce abrió las cervezas y comenzaron hablar de no sé qué cosas. Estaba sorprendida de que mi padre se llevara tan bien con mi vecino, solo sonreí al recordar el beso de anoche y me fui a cambiar. Que ya parecía vaga con mi pijama favorito de stormtroopers.

-Meryem, ¿me pasas las papas?- dijo mi papá.

Era la primera vez que alguien se había dirigido a mí desde que estábamos en la mesa, todo giraba en torno al europeo y sus experiencias por el mundo, tal parece, había estado en todos los continentes y uno de sus lugares favoritos era Japón.

-¿Qué te hacía viajar tanto, Bruce?- preguntó melosa mi madre.

-Trabajo- contestó, a lo que levanté las cejas sorprendida, durante todo este tiempo sabía muy poco de su vida antes de Guyana, nunca le había preguntado a qué se dedicaba.

-¿En serio?, ¿en qué trabajabas?, ¿por qué dejar un trabajo tan bueno como ese?- noté que Bruce se había colocado nervioso ante la pregunta y titubeaba antes de contestar.

-Mamá, ¿no tenías unas empanadas en el horno?

-¡LAS EMPANADAS!- gritó mi mamá asustando a mi padre a su lado para luego perderse en el interior de la casa.

Por alguna razón que desconocía la incomodidad de Hetch era notoria, y su relajo cuando lo salvé también.

-Así que, Bruce... - aunque lo había salvado de esa pregunta nada lo salvaría de ser el centro de atención, se había ido mi mamá pero mi papá seguía bombardeándolo- ¿practicas algún deporte?

Esta pregunta sí le gustó, porque sonrió ampliamente dejando su tenedor a un lado.

-Sí, golf- ahora era mi padre quien estaba sorprendido, aunque yo no me quedaba atrás, estaba descubriendo mucho de mi vecino.

-¿golf? Wow, tengo unos amigos que juegan pero nunca me he animado a jugarlo

-¿Hay un campo de golf en Georgetown?- vaya, vaya, ¿quién se sorprendía ahora? Sus ojos estaban abiertos como platos y lucía tan emocionado como un niño en navidad.

-Por supuesto, no muy lejos de aquí, a lo mejor algún día puedas enseñarme

-Me gustaría mucho, extraño jugarlo

Ahí estaban de nuevo los mejores amigos eligiendo un día para su cita.

El atardecer se hacía presenciar en la parcela de los Arslan, el sol se escondía y reflejaba sus colores en el lago dejando una vista panorámica exquisita. Habíamos terminado de comer y mamá se hacía lucir con sus empanadas mientras disfrutábamos de la última tarde del fin de semana alrededor de la mesa de centro hecha de un tronco, mamá y papá estaban delante de Bruce y yo, acaramelados como nunca, abrazados y sonrientes.

-Take my hand, take my whole life too
For I can't help falling in love with you- le cantó en murmuros el señor Arslan a su esposa, encantado de tener esa sonrisa sólo para él.

A pesar de lo mal que me podría llevar con mi madre siempre había admirado la relación que tenía con mi padre; si había alguna razón para creer en el amor verdadero y que las personas están destinadas son ellos.

Pensé que Bruce estaría incómodo ante tal escena de amor, pero al mirarlo se encontraba con una sonrisa de oreja a oreja admirando a la pareja.

-Tienes suerte que naciste mujer, de haber sido hombre te llamarías Elvis- dijo mi papá mientras mi mamá asentía.

-Elvis John Paul- agregó ella.

-¿John Paul? - preguntó confuso Bru.

-The Beatles- aclaré- Oigan, Bruce canta y toca la guitarra - les dije a mis padres.

-En serio, este chico hace todo, espera, creo que tengo una guitarra en la casa- dijo mi padre antes de entrar.

-¿Cómo sabes que toco la guitarra?- preguntó a lo bajo Bruce.

-Tienes el departamento lleno de guitarras, no me digas que son de decoración

-¡Aquí está! Yo solía tocar este bebé en las fiestas, no tocaba muy bien pero servía para conseguir chicas creyéndome Elvis Presley- guiñó a mi madre, para luego pasarle el instrumento al irlandés.

Él la comenzó a tocar y luego a afinarla, tocando diferentes acordes, finalmente se decidió por una canción, comenzó por

"Blackbird singing in a day of night
Take his broken wings and learn to fly
All your life
You've been always waiting for this moment to arise..."

Contuve el aliento durante toda la canción, aplausos y vítores le esperaron en cuanto terminó.

-¿Cómo sabías que esa era mi canción favorita?- le pregunté, pero él sólo sonrió y continuó tocando otra canción.

Esta vez eligió "Suspicious Mind", lo que volvió loca a mi mamá y se convirtió en seguida en su groupie número 1.

-¡Bruce cantas hermoso!,¡eres bienvenido cuando quieras! - dijo mientras lo abrazaba, ¿a mi mamá le agradaba un amigo mío? Ahora lo había visto todo.

-Meryem, hija, este muchachito es de oro, tráelo más seguido-

Isabella Arslan me había llamado hija sugiriéndome que fuese a casa más seguido, a lo mejor tenía algo que ver con ser irlandés lo que traía tanto milagro y suerte en mi vida, porque podría jurar que el día antes de conocer a Bruce estaba en medio de una lluvia torrentosa, pero al día siguiente llegó el arcoíris con él como olla de oro al final.

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Capítulo editado y co-creado por SmileWithHoran

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