Vagaba por las calles recordando aquellos momentos que a su lado vivió. Por fin había abierto su corazón, ¿para qué? Para ser destrozado otra vez.

Llego a aquel departamento en el que vivía con sus compañeras las cuales lo esperaban después de enterarse de lo que le paso, estaban preocupadas y alteradas. Vamos, estaba viviendo con un loco maníaco (no tanto como Yamazaki) sería capaz de darse un tiro.

- Podemos hablar los tres para que te desahogues un poco - sugirió la rubia sonriendole

- No necesito su maldita compasión - dijo cerrando tras de él la puerta de la habitación

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La única foto que tenía con esa persona la sostenía entre sus manos. Estaba recostado en su cama, viendo aquella estúpida fotografía.

- ¿Qué paso? - soltó en un susurro

El típico Había una vez... Cruzó por su mente.

Todo iba perfecto, habían construido muros indestructibles, creado un mundo donde vivían felices y gozaban de la existencia.

En ese tiempo dejo hasta de molestar al castaño para prestarle atención a esa persona que fue especial para él. Pero esos muros fueron golpeados y  cayendo como Domino.

Este sufrir no llegaría a su Fin, no terminaría fácil. Era un cuento de nunca acabar lo cual le preocupaba. Kusanagi no estaba para desatar su coraje, un punto  contra suya y eso le irritaba bastante.

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Otro día había comenzado. Entonces... Él seguía caminando por las calles pasando por aquellos lugares por los que tanto concurrían.

- Ey! Yagami! - unos "conocidos" llamaron su atención

- ¿Qué quieren? - dio la vuelta para encararlos

- Nos enteramos de tu problema. Vaya chica problemas -

- Tks, si solo vinieron a molestar larguense ahora mismo -

- Ese daño afectará tu corazón - dijo la pelimorada que información de él no le sobraba

- Es algo que no te incumbe - dio media vuelta para continuar su camino dejando a la chica gritando tras de él

Simplemente la ignoraba, quería olvidarla pero con todo el mundo jodiendo con querer ayudarlo le imposibilitaban la idea. Odiaba sentir dolor, odiaba sus sentimientos, odiaba que le mostraran simpatía, odiaba TODO.

Antes, ahora y después... ¿Después qué? Nada, solo queda el dolor.

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Trataba de hacer una canción, más tarde iría con los chicos a ensayar pero nada surgía. Su mente estaba bloqueada por completo.

Sus rimas contaban su historia y sus sentimientos lo cual le estresaba. No quería que nadie se enterara de su sufrir.

Esto ya lo tenía harto. Tomo su cuaderno y lo arrojo con ganas a la taza del baño, no le importó que el resto de las canciones su hubieran ido a la mierda quería terminar de sufrir.

Ya nada le salía bien, todo le costaba. Maldita depresión.

- Te odio - dijo en un susurro

Soportaba las ganas de llorar, si lo hacía se mostraría débil y no tenía que ser así. Su respiración empezó a ser entre cortada, no podía más, tenía que liberar ese sentimiento.

Tomó su chaqueta, celular y llaves tenía que tomar aire, aunque fuera contaminado tenía que salir ese departamento.

- Oye Yagami, quisiera... - apenas llegaban ambas chicas cuando el salió

- ¡Yagami! - grito la morena sin obtener respuesta, vio a su compañera algo preocupada. Temían lo peor.

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Iba caminando por las calles sin dirección alguna. Suspiraba porque inconscientemente su mente lo conducía por esas calles donde con ella estuvo.

Aquel puesto donde se conocieron. Agua de un charco en su cara

Ese callejón donde volvieron a coincidir. Casi la atropella

El señor que le vendía las flores le saludo. Rojas, que demuestran amor eterno

Estúpida vida y estúpido él por creer en palabras de alguien más. No miraba por donde iba, su rabia lo cegaba hasta que tropezó con alguien y derribo a la persona.

- Ten cuidado - dijo tranquila la persona que yacía en el suelo

- Tks - lo fulminó con la mirada

- Yagami - este solo lo vio por el rabillo del ojo. Suspiro - Se que estas mal. ¿Quieres que lo hablemos? - se puso de pie y se sacudió un poco

- ¿Para qué? -

- Necesitas desahogarte - sonrió aquel muchacho. Le molesto eso.

Antes de decir algo el chico se puso de pie y lo tomó de la muñeca obligándolo a correr. Este se mostró sorprendido ¿qué prendía?

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Un pequeño parque. Ambos bajo la sombra de un árbol. Iori acostado tapando sus ojos con su brazo y Kyo sentado a su lado disfrutando la brisa del día.

Si fueran pareja, esta sería una hermosa escena romántica pero no. Aun eran enemigos solo que tenían un extraño lazo de amistad que era un tanto violento y agresivo que muy raramente se mostraban amables. Hoy era ese "raramente"

- ¿Me dirás? - pregunto el castaño que volteo a verlo

- No - respondió seco. Esto hizo que riera Kusanagi - ¿Te causo gracia ? - se quito el brazo de los ojos y se notaba que estaba molesto.

- No tú, precisamente. Más bien tu actitud tan negativa -

Se había sentado para ver lo a los ojos y propinarle un golpe cuando ella iba hacía ellos.

No sabía que hacer. La chica que quería aun caminaba tranquilamente en su dirección. Kyo se dio cuenta ya que esperaba un golpe y al no llegar le causó curiosidad. Miro atrás y no sabía que hacer ¿qué hacía ella aquí?

- Iori - saludo la chica, el pelirrojo no respondió - ¿Podemos hablar? - sonrió amablemente

¿Iniciar o no nuevamente esta narrativa? ¿Regresar de nuevo a aquel desenlace? ¿Qué debía hacer?

Este cuento tenía que acabar pero temía a no verla nunca más. Pensaba mucho y ella se comenzaba a desesperar. Las rimas nacieron, en su mente giraban y su mente nublaban haciendo que se sintiera ciego.

Si acaso alguien en el cielo piedad le tuviera alejaría a esta chicas y a su encuentro nunca hubiera llegado evitando este terrible momento.

Por su mente paso lo que menos quería recordar:

Iniciaron su historia con Había una vez... Aquel pelirrojo que caminaba por las calles y en un movimiento brusco, empujo a una muchacha a un charco provocando que se mojara toda y sobre su rostro las gotas de agua deslizaran como si fuese sudor.

Continuaron Después... De aquel accidente él viajaba en motocicleta casi atropellando a aquella chica que le rayaba la madre hasta que lo vio bien. Su corazón salía.

Paso...  Menos de un mes y ella con otro se fue. Alguien que otra historia mejor le ofreció. Dejando a aquel pelirrojo en una situación atroz. Su Fin había llegado antes de lo esperado.

- Dije que no - se puso de pie

- ¿EH? Apenas lo dijiste - dijo la chica tratando de hacer obvio lo dicho

- Kusanagi te ha cambiado la voz - el castaño abrió sus ojos como platos, ¿realmente la estaba ignorando?

- Iori, escuchame -

- ... - no decía nada, sólo la veía con molestia

- Perdón por todo -

- Una simple disculpa no cura el daño -

Tenía razón, aunque rogara no lograría nada. Él volvió a levantar ese muro pero ahora más alto causándole más dificultad a ella para escalarlo y llegar nuevamente a su corazón.

Levanto la vista y él se estaba yendo. ¿Qué había hecho? Suspiro, trato y no lo logro por lo tanto no le rogaría. Se despidió del castaño y dio media vuelta para irse por donde vino.

Kyo se quedo algo atontado por la reacción de la chica. Miro a dirección donde se fue el pelirrojo parecía que se percato que ella no lo seguirá y regreso a lado del castaño.

- Siempre lo pensé y hoy lo retomó, es una estúpida -

- ¿Qué esperabas? Es igual de orgullosa que tú - el pelirrojo lo miro con rabia

- ¿Qué has dicho imbécil? -

- Lo que has oído - este se puso en pose de pelea, el pelirrojo sabía que lo provocaba pero no lo negaría..  Necesitaba esa pelea.

Quería sentirse vivo de nuevo, sentir esa adrenalina recorrer su ser antes de hacer cual su movimiento, adivinar el siguiente ataque. Extrañaba eso y jamás lo volvería a cambiar.

- Preparate para morir - dijo con su sonrisa sínica de siempre y demostrando su locura a través de sus ojos.

Tal vez su final fue ruin pero eso no quitaba esa chispa que aun existía en él...

Fin

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Wuuuuuuuuuuuu!! Hoy es el concierto ★0★ por eso decidí publicar este One-Shot este día :3

Como ya mencioné mi bella Guadalajara es el punto de partida porque el cantante le tiene mucho cariño porqur fue aquí donde tomó más ganas y valor para iniciar como solista TwT

Espero les haya gustado

Chao chao!!