Zi-O

Bakugo recorría las calles de un lado a otro, buscando a la tal Katarina Claes. Pero al estar yendo por todas las calles como si fuera una escena de Scooby Doo se dio cuenta de algo.

-No tengo ni idea de lo que estoy haciendo- cayó al suelo cuando se dio cuenta que no sabía cómo se veía la tal Katarina, y que tampoco era como el lugar de donde Bakugo venía.

-Este universo se parece al mío, pero....... muchas cosas son muy distintas- Se sentó bajo un árbol mientras el viento soplaba y las hojas caían.

El podía escuchar el sonido de los pájaros cantando, los niños jugando tranquilamente, y el viento que silbaba al pasar por sus oídos.

A sus pies, escuchó y sintió como una pelota le chocaba. Al abrir sus ojos notó que una niña pequeña se acercaba a él para recogerla, pero se detuvo al ver a Bakugo con una mirada seria.

Bakugo simplemente tomo la pelota y la todo hacia la niña, quien le agradeció en silencio y se retiró a seguir jugando.

-Al menos este lugar parece no parece ser tan malo, pero como es que esa tal Katarina lo convirtió en....... ese desierto-

Bakugo se levantó del suelo y siguió su camino. Pero caminaba viendo al suelo sin darse cuenta que casi se chica con un montón de personas.

-¡Cuidado!- grito una voz que se acercaba a gran velocidad.

Cuando Bakugo miro a ver de dónde provenía, notó que una bicicleta se le acercaba y no pudo evitar el choque.

Bakugo termino con un dolor de cabeza que lo hizo enfurecer. -Grrrrrrr, ¿Se puede saber qué te pasa?- dijo enojado a la chica que le chocó.

-Lo siento mucho, pero se me hace tarde. ¡Adiós!- dijo tan rápido que parecía un relámpago, y de la misma forma se fue.

-¡Hey, vuelve aquí! No he terminado contigo- Bakugo comenzó a perseguirla hasta que terminó llegando a una escuela, con el aliento agitado.

Cuando llegó apenas y había alguien afuera, pero decidió entrar a explorar. Todo se veía normal, los alumnos en sus clases, los casilleros en perfecto estado y María observando como una acosadora.

-Espera, ¿Qué?- Bakugo se escondió en una esquina al ver a María viendo por la pequeña ventana de la puerta que daba a un salón. -Si ella está aquí, eso debe significar que la tal Katarina también.-

-*Pero no puedo que darme aquí todo el tiempo.*- Bakugo se retiró de ese pasillo sin hacer un solo sonido para salir de la escuela.

Al estar ya fuera, se durmió al techo de uno de los edificios cercanos, saco su Kyutama y procedió a transformarse.

¡Houou Kyutama! ¡C'mon the change!

-¡Star Change!- su traje apareció entre llamas y estrellas, pero apenas se transformó inserto la espada en su escudo.

De su cinturón, sacó una nueva Kyutama de color azul verdoso. -¡Gemini Kyutama! ¡Say the attack!-

-Espero que esto funcione- Bakugo activo la Kyutama pare que de su escudo y espada salieron unos rayos que procedieron a convertirse en estrellas y luego en una constelación para crear un clon de Bakugo.

Bakugo volteo a ver a su clon y ambos afirmaron con la cabeza para repetir el proceso otra vez y tener cuatro clones.

Los clones se colocaron viendo a cada lado de la escuela, en un techo distinto. Observando, y observando, y observando las lentas y aburridas clases.

Los cuatro se estaban quedando dormidos hasta que sonó la campana de salida. Los alumnos salían tranquilamente mientras que los Bakugos observaban atentamente a los alumnos y ver quién era a quien seguía María.

Pero María no se revelaba, Bakugo pensó que estaba dentro aún y mando a dos clones a buscarla.

Al pasar unos minutos sin respuesta de los clones, Bakugo iba a ir a buscar a María, pero su clon selo impidió.

Este le jalo de la manga para mostrarle algo. -Mirs en la entrada- dijo el clon, señalando a alguien parado frente a la puerta. Era Geordo quien se consiguió ropa nueva pero aún así era llamativa, lo que hizo que los estudiantes empezarán a susurrar cosas.

-Esto es malo. Debo buscar a esa tipa dentro. Tú quédate aquí y dime si entra i hace algo.-

-Entiendo- contestó el clon.

Bakugo procedió a entrar a la escuela desde el techo sin ser visto por nadie. Una ves dentro empezó a buscar a María por cada salón y cada taller que se encontraba, pero no había rastro alguno.

En eso, se fijo por la ventana a María junto a una chica que reconoció Bakugo como la chica de la bicicleta.

Él no podía escuchar lo que decían pero María parecía intentar hacer que la siga mientras que la castaña solo se veía interesada en un huerto detrás de la escuela.

Bakugo bajó hasta allí, aún con su traje, iba a salir por la puerta pero prefirió quedarse escondido a escuchar.

-Por favor, te estoy diciendo la verdad. Tienes que creerme- decía Maria tratando de convencer a la chica a su lado.

-Perdón pero me cuesta mucho creer que vienes del futuro y que yo me volveré....... ¿Cómo me llamaste?-

-¡Ohma Zi-O!- exclamó algo molesta.

-Eso- dijo para ver unos jitomates que se veían listos para cosechar. -Es que no quiero ser grosera, pero suenas como una lunática. ¿Estás segura que no quieres que llama a algún profesor?-

-¡Hablo en serio!- pero KATARINA decidió ignorarla. -Bien, ¿Si pruebo que lo que digo es cierto, vendrás conmigo?-

-Oh, si, seguro- sonaba algo burlona la castaña.

María tomó un ligero respiro antes de sacar de su traje una extraña tableta electrónica.

-Mira- dijo María para extenderle la tableta y mostrarle un vídeo.

En el vídeo, se podía ver a varios soldados escondidos entre escombros y rocas. La cámara del vídeo mostró un acercamiento a lo que parecía ser un monumento con 20 estatuas en ella.

Frente a esta se encontraba una persona con un traje negro con toques dorados y lo que parecían ser unas manecillas de reloj en su espalda.

La persona enmascarada se encontraba observando las esculturas en silencio, quitando polvo en algunas partes mientras que daba unas cuantas vueltas a sus alrededores.

-Se que están ahí- eso sorprendió a soldados que estaban cerca de la cámara. -Si creen que podrían derrotarme con una emboscada, están muy equivocados.-

La voz que se escuchaba estaba modificada por el casco y sonaba algo masculina, lo que hizo dudar a Katarina si decía la verdad.

<<Ataquen>> escuchó en las grabaciones mientras que muchos soldados comenzaban a correr contra Ohma Zi-O.

Ohma Zi-O simplemente alzó su brazo derecho y un reloj dorado se mostró para detener a todos los soldados para que esté luego moviera su mano y los lanzará a su costado.

La caída mató a algunos y otros estaban malheridos. Otros soldados que estaban montando motocicletas giraban a su alrededor intentando distraerle para que los compañeros en sus espaldas le detuvieran con cadenas.

Dos cadenas atraparon sus brazos pero evitaba las que iban dirigidas a sus piernas y cabeza. Ohma Zi-O agarró las cadenas y con estas jaló a sus captores para luego ponerlos en el camino de las motos.

Los soldados terminaron teniendo accidentes para evitar chocar con sus compañeros en el suelo.

El rey demonio usó las cadenas nuevamente para agarrar a dos soldados por el cuello y jalarlos hasta tenerlos a sus pies.

Amarró a ambos juntos como si estuvieran en la horca y les rompió el cuello. Empezó a cargar con el peso de ambos cuerpos con la cadena como si se trataran de una bola de pinchos.

Con los cuerpos de los soldados, empezaba a golpear con fuerza descomunal a las tropas mientras que otras terminaban atrapadas entre el espacio de ambas cadenas, terminando en más riesgo de la cadena.

Ahora, unos centinelas gigantes parecidos a las Time Mazines se hicieron presentes, quienes destruyeron la cadena de cuerpos y comenzaron una pelea cuerpo a cuerpo contra el rey demonio.

Varios de los centinelas daban golpes contra Ohma Zi-O, causando nubes de polvo y haciendo que más centinelas comenzaran a golpear y a subirse unos sobre otros para acabarlo.

Pero del centro, los centinelas salieron disparados en varias direcciones, con varios daños y algunos parecían comenzar a oxidarse.

-¿En verdad creían que podrían derrotar al rey del tiempo?- Ohma Zi-O tenía sus dos brazos alzados en un señal de repulsión.

Ahora presente, se hallaba una Time Mazine roja con una cabeza parecida a un reloj pero que no se podía ver su cara por el ángulo de la cámara.

-Vaya, vaya. Veo que alguien cree tener oportunidad contra mí- sin tiempo de reaccionar, la Time Mazine roja dio un puñetazo contra Ohma Zi-O que lo elevó en el aire.

De su espalda parecieron salir un par de alas moradas mientras se escuchaba una voz oscura diciendo: OOO.

La Time Mazine dio un salto y preparaba un derechazo que parecía cubrirse de fuego. El rey demonio hizo aparecer un círculo rojo con el sonido: Wizard.

Ohma Zi-O introdujo su mano para que está se agrandar y chocará con el puño del centinela.

Ambos colisionaron, causando que ambos fueran expulsados hacia a tras un poco. La cabeza del centinela cambio a ser una de toques negros con naranjas y se escuchar Ghost.

El centinela parecía ser un poco más rápido y ágil ahora, pero no tanto. Ohma Zi-O activó un nuevo poder Ghost, pero está vez fue acompañado por otros sonidos Hibiki, Kuuga.

El centinela escaló una gran roca cerca del rey demonio para acercarse a este. Ohma Zi-O empezó a crear tres especies de figuras humanas a sus espaldas que se combinaron en una y luego se integraron a su cuerpo.

Ambos salieron disparados contra el otro, causando una gran explosión en la que la Time Mazine terminó destruida.

Ohma Zi-O aterrizó en la roca de antes para ver su victoria, pero a sus espaldas salió una persona con un traje rojo y un hacha que hizo cubrirse con su espada.

Debido a por lo alto, no se podía ver ni escuchar casi nada excepto por unas cuantas chispas significando la colisión de sus ataques.

Pero al final, el hombre de rojo comenzó a caer de espaldas, causando que se lastimara mucho y terminará volviendo a su estado normal.

El rey demonio aterrizó frente al guerrero derrotado, caminando lentamente hacia el con su espada.

-No creas que esto ya terminó, siempre habrá alguien que pueda derrotarte-

-Lo dudo mucho-

-¿Y porqué crees eso?-

Ohma Zi-O se quitó el casco para revelar a una Katarina Claes más adulta y con una expresión aterradora. -Porque cada vez que mato a alguien como tu dice lo mismo-

En eso, Katarina voltea a ver a dónde estaba la cámara, quien la sostenía parecía pensar que no lo había visto. -Ya se los he dicho varias veces. Yo soy inevitable.-

Katarina se puso su casco nuevamente para seguido chasquear sus dedos y de estos saliera una luz morada que se extendió por todo el lugar.

La cámara cayó al suelo y solo se podía ver un fondo de roca. Pero el sonido solo mostraba gritos de dolor y sufrimiento de varios hombres y mujeres aún vivos en el campo de batalla.

Hasta que todos cesaron al mismo tiempo.

Cuando el vídeo acabo, Katarina se veía con la cara pálida y los ojos sumidos, sus manos temblaban y parecía querer hablar pero nada dalia de su bocs. Ambas terminaron sentándose mientras que comían unos dulces.

Katarina aún estaba triste por lo de antes pero parecía comer sin darse cuenta.

-Entonces.......... ¿Esa soy yo en el futuro?-

-Por desgracia para tí, si.-

-¿De..... de cuanto tiempo en el futuro?-

-Este es el año 2018, así que eso ocurrirá dentro de 50 años en el futuro-

-50.......... años.- Katarina se veía muy aterrada. -Yo creí...... Creí que si me volvía un rey entonces podría hacer un mundo en el que todos estuvieran felices. No...... eso.- decía mientras apuntaba al video.

-*¿Está en verdad es la misma persona que se convertirá en Ohma Zi-O?*- pensó María al ver lo distintas que parecían ambas versiones.

Bakugo estaba del otro lado de la pared, con espada en mano. La espada seguía en su funda pero no le tomaría nada de trabajo en sacarla y atravesar la pared, con Katarina al final.

-Creí que si me volvía un rey, marcaría una diferencia en el futuro. Pero para bien.-

Tomo el mango con fuerza para sacarla, pero cuando apenas alía unos centímetros de la funda su mente se bloqueó. Unos recuerdos recorrieron su mente.

Flashback

Bakugo estaba saliendo de un salón de clases mientras que se despedía de unos amigos.

-Nos vemos mañana- decía el rubio despidiendose para dirigirse a la salida.

-¡Kacchan!- grito una voz a lo lejos que hizo que se detuviera de golpe.

Bakugo suspiro como si estuviera deprimido. -¿Qué quieres Deku?-

-Tienes que ver mis avances. Estoy más cerca que nunca de completar la captura de las esencias-

-Eso lo dijiste 17 veces antes y todas han fallado.-

-Si pero está vez es distintas- dijo mientras que intentaba sacar de su bolsillo algo, pero había un montón de cosas más. -Esto puede marcar una diferencia en el futuro, estoy seguro-

Bakugo se quedó esperando por unos minutos en lo que el peliverde sacaba muchas cosas sin ser lo que quería mostrarle.

-Mira Deku, estoy algo ocupado ahora mismo- dijo viendo su reloj para disimular. -¿Qué te parece si lo vemos otro día? ¿Ok?-

Pero sin darle tiempo a responder, Bakugo se fue caminando mientras Deku ya había sacado lo que quería mostrarle.

-Oh, ehm, si........ ¡Te veo mañana!- dijo tratando de hablarle al rubio. -Aunque esto te hubiera sorprendido.-

En la mano de Izuku se encontraba una especie de botella con algo rojo y una forma que parecía asemejar a un conejo.

Fin del flashback

Bakugo agitó su cabeza para volver en sí. -¿Por qué recordé eso?-

-Entonces dime- escuchó a Katarina hablar. -¿Qué debo hacer? ¿Qué debo evitar para no volverme el rey demonio?-

-Eh, bueno.- No siguió ya que una sensación de peligro la alertó e hizo que Katarina se agachara agarrando su cabeza del cabello.

-Geordo- dijo en voz baja está María, haciendo que Katarina viera hacia el frente sorprendida y algo asustada.

Frente a ambas se encontraba el mismo sujeto del vídeo, sosteniendo un arco rojo con marca amarillas en el centro.

-¡Katarina Claes!- la forma tan seria de hablar del sujeto hizo que casi se desmayara del miedo. -Es hora......... ¡DE QUE MUERAS!- su arco cambio de forma a la de un hacha.

¡Ono!

Katarina dio un giro en el suelo con el que apenas y evito el ataque. Se levantó lo más rápido que pudo y salió corriendo a la entrada de la escuela.

-¡No escaparas!- grito Geordo, pero María lo intentaba degenera aferrándose a su hacha.

-No..... dejaré........ qué lo hagas!- forcejeaba con todas sus fuerzas.

-¡Suéltame!- gritó Geordo para aplicar una gran cantidad de fuerza y mandarla a volar.

Katarina alcanzó a llegar hasta la entrada de la escuela, donde se vio rodeada de muchas personas con las que podía cubrirse.

Geordo no podía salir en público ahora mismo. Katarina tomo su bicicleta desesperada, pero de la misma pareció caerse algo.

-¿Qué es esto?- dijo en voz baja al ver una especie de reloj.

Pero a sus espaldas vio al chico de traje rojo en una motocicleta que ni idea a de donde sacó.

-¡Mejor olvídalo!- grito para lanzar el reloj y pedalear lejos de la escuela, siendo seguido por Geordo.

Bakugo hizo desaparecer su traje y recogió el reloj que tiro Katarina anteriormente.

-¿Qué hará esto?- decía observándolo con cuidado, hasta que María apareció.

-Disculpa, eso es mío- dijo tratando de arrebatarle el extraño reloj de las manos.

Bakugo lo alejo de su alcance -Antes, quiero saber que hace-

-Es solo un reloj roto, devuelvemelo- intentó de nuevo alcanzarlo.

-¿Porque su forma es distinta?-

-Es moderno-

-¿Porque está roto?-

-Se rompió. Ahora devuelvelo- Maria se veía muy enojada, asi que lo entregó para no dar sospechas de nada.

María salió corriendo de la escuela en dirección contraria a Katarina y Geordo. Bakugo decidió seguir a María a quien sabe dónde.

Mientras tanto con Katarina

Katarina pedaleaba tan fuerte como sus piernas podían, pero no iba a poder superar a una moto.

Katarina entonces anoto que estaba cerca de un pequeño mercado y dio vuelta en dicha dirección.

En el camino, había varias personas, cajas y materiales que fácilmente podía evitar Katarina, pero la moto de Geordo no corrió la misma suerte y terminó llamando la atención de personas por los desastres que causaba y la extravagancia de su moto y traje.

-Si- celebro Katarina dejando atrás al guerrero de rojo.

Katarina se detuvo a respirar en un templo debido a lo mucho que tuvo que pedalear.

-Uff, eso estuvo cerca- el sudor paso por su mejilla.

-Y que lo digas- dijo una voz masculina a su lado.

Katarina se asustó y dio un pequeño salto -¡¿Quién eres tú?!-

-Mis disculpas, mi rey demonio- se inclinó para disculparse. -Soy Alan Stuart, uno de tus humildes sirvientes.-

-¿Sirvientes? ¿Rey demonio? ¡No!-

Alan levantó su mirada -¿No?-

-¡No me volveré ese monstruo!- Katarina empezó a agitar su cabeza amén negación.

-Lamento oír eso, pero el futuro ya está escrito y no puede ser cambiado- Alan abrió un libro que llevaba consigo. -Aquí lo dice. El día de hoy es uno muy importante para tí, pero ten cuidado con el robot rojo-

-¿Eh? ¿De que hablas?- dijo fallando se los ojos por unas cuantas lágrimas, pero cuando los volvió a abrir, Alan había desaparecido.

-¿A dónde de fue?- dijo viendo en todas direcciones. -¿Y qué era eso de robot rojo?-

A su espalda, algo gigante cayó. Al voltearse notó que era el mismo robot rojo que vio en el vídeo.

-Katarina Claes- sonó un altavoz que provenía del robot y que hizo tragar saliva a la pobre chica. -Esto termina aquí-

Katarina soltó un grito mientras veía el puño del robot dirigiéndose a ella.

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