CAPÍTULOS ORIGINALES ENTRE EL 21 Y 23

Después del primer beso entre America y Valiant, ella se entera que Clarkson abortó a las hermanas de Maxon, y Maxon por su parte se enfrenta paralelamente a su madre, Celeste, Valiant y Marlee.
En aquel capítulo vemos una confesión de Maxon quién le admite a Valiant que él fue quien pidió que America fuera transformada en embajadora para poderla traerla de regreso nuevamente al palacio.
En aquella escena Valiant se siente utilizado y parte de un secreto del que no quiere ser cómplice, pero decide guardarlo hasta que Maxon se decida confesarlo todo.
En este capítulo Valiant se retira después de haber confesado lo que estaba comenzando a sentir por America y le pide disculpas a Maxon, porque es algo que no puede controlar, que no quiere perder su amistad y por lo mismo tampoco intentará conquistarla. Dejará que ella decida. Pero que tampoco controlará sus impulsos si se presta la situación para actuar.

...

LOS CAMBIOS

El cambio en esta escena se dará de la siguiente forma:
Valiant le admitirá a Maxon que quiere conquistarla, que no quiere ser parte de aquel secreto y que si quiere arreglar las cosas con America que no lo involucre, que bastante ya sufrió ella con su rechazo, y que si está en sus manos poder hacerlo, hará lo posible por hacerla feliz.
Es decir, él decide conquistarla.
Aquello provoca un corte en la amistad de ambos, algo que no pasa en La Única. Pero ese corte servirá para que Valiant se atreva a conquistar a America y el acercamiento entre ellos sea mucho más intenso.

PRIMERA ESCENA CAMBIADA - PERTENECIENTE AL CAPÍTULO 23
PUNTO DE VISTA DE MAXON.

CONFESIÓN DE VALIANT.

«-Cuando regresó...-continuó-, y descubrimos con Roger que seríamos sus soldados personales me pareció genial. Conocerla de cerca significaba aprender más de la persona que queríamos para reina... entonces... entonces...

-¿Entonces....?-mascullé. Me miró ceñudo. Luego cerró los ojos con pesadumbre.

-Entonces sucedió que la conocí... comenzó a hacer cosas por mí que... es decir...-se pasó la mano ilesa por la cabeza y volvió a hacer una mueca de dolor. La bajó rápidamente para agarrarse las costillas quebradas-... sabía que era buena con todo el mundo, pero ella hizo lo que nadie había hecho por mí en toda mi vida... y... no sé... su forma de ser, su autenticidad, su sonrisa, ella... me encanté con ella Maxon...-sus ojos temblaron al mirarme- creo que me gusta.

Comencé a temblar. No. No podía estar pasando eso. Entonces no me lo había imaginado.

Me puse de pie de golpe y lo miré desde arriba.

-¡No! -exclamé- ¡No puedes hacerme esto! ¡Somos amigos!

Me miró desde el sofá con el ceño fruncido, el rictus de dolor producto de sus heridas seguía ahí.

-¡Y por eso te lo estoy confesando! -exclamó y luego jadeó inclinándose un poco hacia atrás afirmándose el costado del abdomen-. Quería que lo supieras por mí, quería ser honesto.

-¿Honesto? -pregunté sorprendido-. ¡Estás diciéndome que te gusta America! ¿Qué se supone que debería pensar?

Entonces algo cambió en su mirada. Se puso de pie con esfuerzo y se acercó lentamente con un leve cojeo.

-Si es eso cierto, entonces ¿por qué sigues comprometido?-preguntó despacio.

Apreté los puños. Ya estaba cansado que todos me recordaran lo mismo todo el tiempo.

-¡Esa boda no va a suceder! ¡Tengo que acabarlo todo! Solo...solo...-me llevé una mano a la cabeza-. Solo necesito tiempo... -jadeé. Valiant sacudió la cabeza.

-¿Y quién le dará tiempo a ella? -susurró. Lo miré temeroso-. Escucha... yo...yo no aguanto. No puedo hacerme el idiota más tiempo ni pretender que nada me sucede. Ya no puedo fingir frente a ella... Lo lamento Maxon, pero esto es más fuerte que yo mismo... dejaré que las cosas sigan su cauce natural, y si ella me da una oportunidad, créeme, la voy a tomar.

-No me hagas esto...-supliqué finalmente. Me miró con sorpresa.

-¿Hacerte qué? -se quejó con algo de dolor cuando levantó la voz. Agitó la cabeza con pesadumbre-. No he hecho nada... mi único error fue besarla y lo hice por impulso... porque... me salvó la vida. Estaba lleno de...de...-intentó hacer una mímica con las manos, pero se arrepintió cuando le dolió el abdomen. Se volvió a encoger-...de adrenalina, miedo, terror, pánico... ese rebelde casi me vuela la cabeza con un arma Maxon... y America me salvó... me salvó...Si no hubiera sido por ella yo estaría muerto y esta conversación no existiría -un gemido escapó de su garganta y vi sus ojos húmedos-. Cada vez que pienso en ello me envuelve el terror de solo imaginar a Maya sola... y America impidió que aquello sucediera. Impidió que mi hermanita se quedara sola...

Parecía no poder creer lo que relataba. Estaba tan impresionado como yo cuando la vi agarrar el arma.

-¡No metas a tu hermana en esto! -pedí enojado. No podía aguantar, me estaban comiendo los celos, estaba perdiendo a America y lo sabía. Un paso en falso y ella se apartaría de mí para siempre. Valiant achicó los ojos y lo vi apretar la boca.

-¡Con Maya nos tenemos el uno al otro! Si muero ella queda sola en el mundo ¿entiendes lo que te estoy diciendo? -pude percibir el miedo en sus palabras, no pude evitar sentirme terrible por lo que acababa de causar. Jamás debí mencionar a la niña-. America impidió que eso sucediera... ¿cómo pretendes que no sienta algo por ella si hace cosas así todo el tiempo? -lo miré sorprendido. ¿No era que solo le gustaba? Al parecer se había dado cuenta de lo que había dicho porque cerró la boca de golpe. Nos quedamos mirando y bajó la cabeza-. Tal vez puedo ser un iluso, pero lo que siento por ella es real, y sí, es algo por lo que quiero pelear Maxon.

-¿Pelear? ¿Realmente quieres hacer esto? ¿Quieres competir? -pregunté con sarcasmo. El maldito orgullo me hacía sentir que tenía territorio ganado, pero había olvidado por un segundo que el que tenía todas la de perder, era yo, especialmente por el maldito compromiso que aún no podía terminar.

Asintió y alzó la mirada. Detrás de aquella expresión pude ver una gran carga de culpa, pero no había arrepentimiento.

-Los sentimientos de ella no están en una tómbola de juegos, Maxon -dijo sorprendido-. America en algún momento retornará a Italia cuando aquí acabe su trabajo, y tú seguirás comprometido y tal vez yo siga sintiendo algo por ella en silencio. Lo siento en el alma, pero no quiero pretender que nada sucede. Hace muchísimo tiempo que no sentía un halo de felicidad y esperanza en mi vida, y ella lo ha traído. Si la vida se presta para que haya un acercamiento, ya te lo dije, lo voy a tomar, pero no pienso competir como si fuera un premio que hay que ganar, simplemente dejaré que la vida decida por mí -sacudió la cabeza con lentitud-. No entiendo cómo no te pesa en algo la conciencia al ver su cara cuando te ve junto a Kriss, tienes que enmendar las cosas si quieres hacerlas bien, ya les has hecho suficiente daño, a las dos.

Tomé aire y apreté los puños con rabia.

-No te permito que me digas que le he hecho daño ¡no tienes idea de todo lo que he hecho por ella!

Me miró con tristeza, aunque había desafío en sus ojos.

-Lo que hacemos por los que queremos jamás es suficiente... -murmuró-. Y te lo digo con conocimiento de causa... Tienes que hacer más...

-¿Más? -jadeé-. ¿Más? -me llevé las manos a la cabeza y di vueltas por la habitación. No lo sabía... nadie sabía...-¿Es que acaso crees que no he dado todo por ella? ¡Arriesgué mi cabeza por ella!

-¿De qué hablas? -preguntó como si intentara recordar alguna gran hazaña.

Inhalé hondo.

-¿Por qué crees que te envié a Labrador hace casi un año? -parpadeó confundido.

-¿Qué tiene que...?

-¿Por qué lo crees? -repetí. Frunció una ceja, no esperé respuesta-: Porque sabía que si la habías dejado entrar a mi habitación entonces la dejarías subir a ese avión -Solté viéndolo fijamente. Valiant parpadeó varias veces. Al principio parecía no entender, pero luego se alejó un paso.

-¿Por qué....?-sacudió la cabeza y cerró los ojos como si se hubiese mareado-. ¿Por qué tú sabías que ella...? -me miró impactado-.Espera... un momento... ¿tú sabías que ella se subiría a ese avión?

Asentí y me desplomé en el sofá. Enterré la cara en una mano.

-Desde que se marchó del palacio sabía que ella se subiría a ese avión -lo miré desde abajo-. Era el único modo de tenerla aquí... conmigo.... El único modo de que pudiera volver a poner un pie aquí adentro...

Valiant me miró asustado, enojado... se desplomó en el sofá frente a mí.

-Tú...-sus ojos me veían con terror-. ¿Tú la enviaste a Italia?

Negué con la cabeza.

-Yo... -suspiré y cerré los ojos. Luego los abrí lentamente-... Yo fui quién le recomendó a Nicoletta hacerla su embajadora. America se fue por mí, porque yo le pedí a la realeza Italiana que la transformaran en diplomática, así podría volverla a ver... podría estar aquí conmigo de nuevo... podríamos trabajar juntos y...

-¿Reconquistarla...?-Valiant estaba aterrado. Su boca estaba abierta. Se volvió a poner de pie tan rápido que emitió un quejido ahogado. Se demoró en hablar-. ¿Cómo pudiste? -jadeó adolorido-. ¿Y cómo pudiste a mí involucrarme en toda esta mentira? -hizo una mueca dolorosa al moverse, lo vi apretar los dientes con agonía y respirar hondo- ¿Acaso alguien más lo sabe?

-No, solo los italianos...

-¿Engañaste a America para traerla de nuevo a tu lado?... -estaba espantado, al parecer era tal el impacto que ni siquiera se había dado cuenta que la herida que tenía en el labio había comenzado a sangrarle de nuevo-. ¿La engañaste...? ¿La...enviaste lejos de su familia solo por un capricho tuyo?... ¿Por...? ¿Por culpa de tu estúpido error decidiste mandarla al otro lado del océano solo para volverla a meter aquí adentro, en lugar de ir tras ella como una persona normal? Necesitabas.... ¿Necesitabas hacer todo este teatro para volverla a meter aquí?

Escucharlo decir así sonaba bastante mal... y manipulador.

-¡No tenía opción! -jadeé-. Acababa de elegir a Kriss, no podía terminar con ella de la nada. Necesitaba tiempo para descubrir cómo romper el compromiso sin causar un caos. El tiempo que America pasaría afuera era lo que necesitaba para arreglar las cosas...

-¿Arreglar qué? -gimió inclinándose un poco hacia delante sosteniendo su abdomen. Cerró los ojos con dolor. Cuando logró recomponerse me miró asustado-. ¡Sigues comprometido con Kriss! ¡Ha pasado un año! ¡Nada ha cambiado! ¡Pero America sí! La enviaste lejos Maxon, al otro lado del mundo, a un país desconocido ¿solo porque no tuviste las agallas de enfrentarte al país? -con la mano vendada apuntó hacia la ventana, como si del otro lado estuviera Italia-. ¿Cómo pudiste?

Lo miré enojado y me puse de pie de golpe.

-¡Porque la quiero de regreso conmigo! ¡Quiero enmendar mi error y quiero hacerlo bien! ¡Sé que manipulé las cosas, no quería hacerlo pero no tenía opción! -exclamé sintiendo mi pecho arder-. No sabía qué más hacer... fue... fue una medida desesperada.

Él agitó la cabeza y esta vez se tuvo que apoyar del respaldo del sofá, me miró con tristeza.

-Una medida desesperada en la que me involucrase sin haberlo pedido -susurró lastimado-. Nada de lo que ha ocurrido conmigo es algo que yo pedí, ¿y después me reclamas porque siento algo por ella?... Tú fuiste quién me llevó hacia America, tú causaste todo esto... -sacudió la cabeza y se acercó varios pasos a pesar del notorio dolor que sentía-. Escucha...-suspiró con dificultad-. No quiero ser parte de esto, no... no quiero ser parte de una mentira, de un engaño...yo...-me vio con tristeza-, ¿qué esperas que haga? ¿Para qué me contaste todo esto?

Lo miré con tristeza.

-Para que entiendas que el amor que siento por ella me ha llevado a arriesgar mi vida con este plan... Para que comprendas que no he dejado de amarla, que por eso te pedí ayuda en la recepción a su llegada...-dejé que algunas lágrimas se arrastrarán por mis mejillas-. Para que me dejes seguir luchando. Sé que su corazón aún siente algo por mí y no quiero perder eso... -pausé y lo miré con tristeza-, aunque temo que por ello sí perdamos nuestra amistad...

Entrecerró los ojos y agachó la cabeza. Luego se llevó la mano sana a la cara.

-Eso no puedo discutirlo -susurró sin mirarme-, eres una gran persona, algún día serás rey y yo seré tu súbdito, así que te debo respeto... pero... no me pidas que sea cómplice de esto...no puedo. Y tampoco me pidas que deje de sentir lo que siento. Lo lamento mucho Maxon, pero no pienso caer en este mismo juego. Si dices amar a alguien haces las cosas bien, no por debajo de la mesa. Y con esto no solo jugaste con America, sino que además le has hecho creer que todo fue por mérito propio -frunció la nariz e hizo una mueca de decepción que hasta a mí me dolió ver-. Esto llega hasta aquí -zanjó poniéndose de pie-. No le diré nada porque es tu trabajo hacerlo, pero a mí ya no me involucres más. Ella no se lo merece. Dios, Maxon...-suspiró dolido-. Ella es una persona extraordinaria. Dices amarla y haces algo así. Eso no es amor, eso es... es... es... ¡obsesión!

-Eso no...

-No se merece nada de lo que le ha sucedido. No quiero mentirle, no a ella... no se lo merece -agachó la cabeza con tristeza-... lamento que nuestra amistad termine así, pero no quiero ser el cómplice de una mentira tan cruel.

Me rodeó y se dirigió hasta la puerta. Lo escuché respirar sofocado. Sus últimas palabras me lastimaron. Porque de todo el palacio él había sido el primero en ofrecerme su amistad antes que cualquiera.
Y jamás había tenido un amigo.

-No le diré nada -agregó sin mirarme al llegar a la puerta, su voz sonaba ahogada. La mano la había apoyado en el pomo-. Pero eso no significa que no siga cerca de ella, al menos hasta que se marche del palacio -suspiró y escuché cuánto le costaba respirar-. No puedo cambiar lo que siento y tampoco puedo saber lo que siente ella, pero si se presta una oportunidad para hacerla feliz... voy a tomarla.

Abrió la puerta ysalió sin voltearse. »

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