Capítulo 8

Asco




A las tres de la mañana Ochako recién entraba a su habitación, al día siguiente era un sagrado sábado.
Las vacaciones estaban a la vuelta de la esquina, emocionada por la idea levantó sus sábanas y no dudó en zambullirse entre ellas, se acomodó plácidamente y algo la hizo abrir los ojos.

Con miedo miró debajo de las sábanas, por la obscuridad no notó nada raro así que aventuró su mano. Su expresión demostró incomodidad y asco, sacó su mano y la colocó contra la luz de luna que entraba por su ventana, su mente se confundió, entre sus dedos estaba un líquido baboso, sin dudarlo lo acercó a su nariz y aspiró el aroma en un intento de averiguar de qué se trataba, el aroma no era desagradable, era como si fuera polvo de arroz o talvez maizena, se levantó de su cama y prendió la luz de la habitación. Ella no recordaba haber comido algo ahí, necesitaba limpiarlo, así que salió a buscar trapos y agua.


⚪⚪⚪

Casi se muere de un infarto cuando de regresó a su habitación y se topó con el Cenizo.

—Bakugou–kun pensé que ya dormirías. —Susurró acomodando los trapos dentro de un balde de agua que llevaba.

—No me vengas con mierdas, ¿Qué es eso? — Señaló el balde.

—Hay algo raro en mi habitación, lo limpiaré y dormiré en el suelo.

La respuesta llamó la atención del rubio explosivo, se adelantó a caminar moviendo la cabeza para que su novia lo siguiera.

Llegaron a la habitación entraron y cerraron con mucho cuidado para no hacer ruido.

—¿Qué es? —Bakugou miró analizando la habitación.

—Es mi cama, creo que fue una broma. —Dijo levantando las sábanas, la mancha era notoriamente grande, el líquido aún no era totalmente absorbido por las sábanas, eso significaba que era reciente.

El estómago de Bakugou se revolvió.
Bufando se acercó a ver la marcha, Ochako sin ninguna molestia pasó dos dedos entre el líquido.

—No huele raro, parece como si fuera una especie de pegamento raro ¿O el ácido de mina? ¿O Tsuyu? —Con las últimas palabras acercaba sus dedos a sus labios rosas para probarlo, de inmediato Katsuki golpeó su mano con coraje.

—¡¿Qué mierda haces, tarada?! — Bakugou miró sumamente molesto a la castaña.

—Quería saber qué era... —Dijo cerrando los ojos por el dolor.

—Ve a mi habitación, dormirás conmigo —, la castaña miró curiosa. —Que te vayas mierda. —Ordenó con una vena en la frente, de inmediato la castaña obedeció y salió camino a la habitación de Bakugou, al fin y al cabo tenía flojera de limpiar.




No podía describir lo que sentía, era un puto y profundo asco que lo dejaba nauseabundo.

Al imbécil de mierda que dejó esa porquería ahí, definitivamente lo asesinaría a golpes.
Su sangre hervía en rabia, su mandíbula rechinaba y la Nitroglicerina se mezclaba con el aire, un jodido enfermo mental se había ido a masturbar en la cama de su novia, ¡Santa mierda! ¡¿Quién coño fue él bastardo que hizo esa porquería?! ¡Definitivamente encontraría al responsable y le arrancaría los dientes uno por uno!

Mañana tendría una larga conversación con los chicos de las habitaciones.
Joder.

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