Capítulo 29

Remordimiento

Iida miraba el cielo, de nuevo esas cosas atormentaban su cabeza, estaban siendo un fracaso como líder de grupo.

—¿Ese bastardo no sentirá culpa? — Masculló sorprendiendo a su amigo quien casi nunca lo había visto molesto.

—No lo sé. —Contestó Midoriya.

Él no sentía culpa, para nada ¿Por qué habría de sentir culpa? Ahora sabía cómo se escuchaba la respiración agitada del posible
amor de su vida;
Ahora tenía una colección más para todas las fotografías que tenía de la castaña, ahora sabía que color era la sangre de alguien tan linda como ella, ya sabía cómo se veía el terror en su rostro, ahora sabía que la chica había avanzado monumentalmente con su entrenamiento físico, las artes marciales y que el exigente entrenamiento de Bakugou estaba rindiendo sus frutos.

—Espero ése sujeto sepa lo que hace, juro por mi honor como líder que lo encontraré. —Iida acomodó sus gafas y salió del balcón dejando a Midoriya solo.

Izuku levantó la mirada, las estrellas son las favoritas de Ochako, sonrió intentando tocarlas. Miró hacia atrás y decidió animar a su amiga llevándola a ver las estrellas.

Guardó la pulsera en su mochila y la lanzó al sillón, caminó en dirección al cuarto de Kacchan. Tenía casi una semana que la chica había sido dada de alta del hospital, seguro que ya estaba mejor.

Llegó frente a la puerta, estaba abierta, así que empujó un poco. Esperó un insulto, pero jamás llegó, así que abrió más. Bakugou dormía con Ochako en los brazos, la castaña parecía haber llorado, Izuku frunció el ceño.

Decidió regresar solo, caminó y bajó hasta la sala, pero al ver a todos tan normales y distraídos mirando series de televisión y jugando, decidió volver a subir, era molesto estar con ellos últimamente.
Caminó a su habitación, cerró la puerta con llave, lanzó su mochila a la cama, prendió las luces y miró su gran obra de arte.

Los pósters de All Might habían sido sustituidos por miles de fotos de la castaña: cuando se descuidaba en el jardín mientras regaba flores, cuando llegaba primero del entrenamiento como siempre, cuando dormía, cuando caminaba, cuando se bañaba, cuando se cambiaba de ropa, cuando comía, cuando bebía, todo de ella.

En unas cuantas fotos salía de colado Kacchan, pero es que Ochako en verdad se veía muy bien, se recostó en su cama a admirar más cómodamente.
En su cama estaban unos cuantos vestidos y blusas, en sus almohadas estaban las medias que Ochako usaba para las clases, lástima que tuvo que quitárselas ¡Pero ella fue a comprar más! Así que nadie perdía.

¿Remordimientos? Él se asegurará
de no tenerlos.

Se dispuso a dormir, imaginando las infinitas posibilidades que tenía Katsuki de follarse a su posible amor de toda la vida; durmiendo con ella siempre en su habitación.

Se llenó de rabia al pensarlo...

Pero, aun así, consiguió dormir, pensando algo para asegurarse de que no estaba enamorado de la castaña.

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