Capítulo 13

Sospecha



Denki caminaba normal por los pasillos, al ser vacaciones y tener prohibido salir no les quedaba más que aburrirse en la escuela. Se detuvo a mirar el atardecer, chasqueó la lengua al recordar que todos habían ido a la piscina, o pasear entre los bosques de la UA y a andar de tórtolos por ahí, pero como a él le tocaba el aseo de la cocina  se tuvo que quedar a lavar y restregar solo.

Una sombra entre los pasillos le erizó la piel. De forma escurridiza ésta se dirigió a la sala.

Por todos los cielos que las historias aterradoras de Tokoyami no fueran verdad, pensó rezándole al escepticismo. Caminó con miedo, entró lo más despacio que pudo, se detuvo en la sala y junto sus manos para una oración, como no. La sangre de Cristo tiene poder, repetía en su mente.

¡No! ¡Las películas de terror le han enseñado que jamás debe averiguar la cosa rara o el sonido raro!

Se dio la vuelta y caminó a su habitación.

Vaya que héroe tan valiente, le decía su cabeza llenándolo de culpa

¿La liga de los villanos?

¿Un fantasma?

¿Tokoyami?

Decía mientras comenzó a revisar todo el lugar, ya terminando de inspeccionar el pasillo de los hombres, fue al de las chicas casi temblando.

—Con permiso~ —Entró a revisar el pasillo sin encontrar nada, un ruido lo alertó y caminó hacia donde pareció escucharlo, la habitación de Ochako, en un instante recordó al acosador que merodeaba por ahí, llenándose de valentía e imaginando lo glorioso seria que las chicas lo amaran por detener a ese monstruo.

Tomó un respiro y abrió la puerta, miró al interior y no encontró nada, cuando estaba dispuesto a cerrar y suspirar de alivio ante la falta de criaturas de ultratumba, su cabeza vibró, cayendo como peso muerto al suelo.

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Izuku suspiró cuando el cuerpo del rubio estaba en el suelo, sonrió amable y caminó hasta el baño de la castaña, se calmó al estar en ese lugar tan personal. Que estupido de su parte olvidar que a alguien le tocaba limpiar ese día. Y él que pensaba que podía estar tranquilo entre las cosas de Uraraka.

Sus mejillas se colorearon levemente, buscó en el compartimiento del espejo y sacó el cepillo de dientes, lo miró llenándose de un rojo más potente, incluso soltó un pequeño jadeo ante la idea que cruzó su mente.

Cerró el compartimiento y el espejo reflejó su imagen llena de una enferma excitación, abrió la llave de agua y mojó el cepillo, poniendo pasta dental sobre él, se lo acercó a los labios.

—Ahh, esto no está bien. -—Dijo agitado para sí mismo, —es como, como un beso indirecto, —dijo nervioso mordiendo su labio inferior. —Sólo será un poco—, suspiró metiendo el cepillo a su boca.

Talló sus dientes de arriba, hacia abajo, sus dientes de abajo, hacia arriba, y no podía evitar entrecerrar los ojos ante el placer que sentía, las cerdillas del cepillo masajearon su lengua, sintiendo su pene endurecer y doler ante el tacto con la tela.

Muy apretado, pensó.

No, no Izuku, se dijo en su interior ¿Quién se masturba cepillándose los dientes con el cepillo de su posible amor de la vida? Intentó hacerse entrar en razón.

La puerta principal se abrió y Midoriya muy calmado cerró la llave de agua, jaló suavemente a Denki inconsciente hasta su habitación, lo dejó y salió por detrás a talvez ir a comprar pastelillos a la tienda.

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