Capítulo 12
• Fotografía •
Ochako estaba recostada en la ventana de su cuarto, con la puerta abierta y Katsuki a su lado, al fin las vacaciones habían llegado.
El ambiente de calma estaba en cada rincón de sus paredes, con ese tono dorado que solo una tarde de otoño te puede brindar, se sentía feliz y acogida.
Su mirada se posó en el cabello cenizo, era tan agradable estar a su lado, tan calmado que sorprendía.
Suspiró flechada y se recostó en el hombro de Bakugou. Tan cómodo.
—Hey, cara redonda, no te me pegues tanto. —Empujó suavemente, en realidad no quería que se quitara, pero tenía que mantener su orgullo y no mover la cola tan rápido como un perrito feliz.
La chica sonrió y no obedeció como era de esperarse.
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La rutina favorita de Izuku ahora era robar ropa de la castaña y ponérsela para masturbarse, no eran tan a "Flor de piel" como él deseaba, pero no era como si pudiera ir a decirle a Ochako que por favor tuviera sexo con él para calmarse las ganas que tenía de dejarsela ir hasta el fondo para escucharla gritar. Esas imágenes le podrían la cabeza.
Se quitó el vestido lila que ahora usaba, entró a darse una ducha y salió en busca de su mejor amiga.
Caminó por el pasillo para sonreír por la agradable sorpres, la vio solitaria lavando trastes, se acercó por detrás tocando el hombro de la castaña, ella se volteó curiosa y miró el rostro triste que fingía Izuku.
—¿Deku-kun qué sucede? —se secó las manos con su pequeño short café y acomodó su blusa negra de tirantes, Midoriya despojó de su ropa con su mirada a la castaña.
—Estoy triste —miró el suelo— ¡Y pues! Umm quería pedirte un abrazo Uraraka—san. —Confesó nervioso juntando ambos dedos índices.
Ochako le dio una sonrisa, pudo sentir el ligero peligro hace un rato, pero con ese adorable gesto.
¡Ah, cómo siempre! ¡Desbordando inocencia! ¡Pureza y delicadeza! ¡Tan excitante! ¡Tan profanable!
Tan ingenua.
Mordió en secreto su labio inferior conteniendo las ganas de abalanzarse sobre ella y profanar cada rincón de su cuerpo.
—No te preocupes, Deku-kun, todo está bien. —Rodeó el cuerpo de Izuku, ¡Vaya maravilla! Los pechos de la chica se presionaron contra su pecho, su cintura chocó con la de él, su aroma era tan vivido que podía tener una erección ahora mismo, controló sus impulsos y se dedicó a disfrutar el abrazo.
¡Podía sentir el palpitar del corazón de su amiga!
—Todo está bien. —Dijo dulcemente para hacer sentir bien absurdas amigo.
Oh por All Might,
¿Cómo se escucharía gimiendo?
Comenzó a imaginar el angelical sonido una y otra vez como un disco rayado, sin darse cuenta que su miembro comenzó a endurecer.
—Gracias Uraraka-san. —Se alejó delicado, desviando su problema y borrándolo de la mente de la dulce Uraraka.
—No te preocupes, cuando necesites algo ¡Sólo llámame! —Continuó lavando los trastes que le tocaban ese día.
Izuku miró por detrás a la chica, sus piernas blancas y formadas, con un trasero de maravilla, suspiró ante su encanto y sacó una cámara, un click muy bajo se escuchó y junto con eso él peliverde se marchó del lugar.
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¡Genial! ¿Cómo es que nunca se le ocurrió?
Las fotografías detienen el tiempo, capturando una atmósfera.
Caminaba animado rumbo a su habitación mirando la cámara, tan atento que topó con Denki por accidente.
—Perdón, Midoriya —dijo preocupado Denki, miró el rostro del chico que concentrado miraba el aparato, alzó una ceja, la cara de Izuku, era...... rara.
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