Capítulo 6: Conociéndolo
Bridgette Dupain-Cheng
Los problemas siempre existen, y siempre existirán.
Eso es lo que siempre he pensado, es así, cada persona tiene sus complicaciones, yo también las tengo, no tenemos dinero, ella ni siquiera me paga el colegio, lo hace mi tía, pero, a pesar de todo eso, yo siempre intento sonreír, porque es lo único que pone feliz a mamá, y si ella es feliz, yo lo soy, así es como nos sostenemos juntas. Lo sé porque hay gente que sufre peores cosas, y yo, tengo el privilegio de estar aquí, con ella, sana y segura.
— Ya me voy, mamá-dije desde la sala.
— Está bien cariño, cuídate-dijo sonriéndome.
— Claro-afirmé.
Ella no podía llevarme al colegio, no teníamos un auto, me tocaba caminar, por suerte no me quedaba tan lejos el instituto. Siempre se quedaba en casa, cada día intentaba buscar un empleo aunque nunca tenía éxito, pero sé que puede lograrlo, confío en ella.
Siempre le he dicho que le ayudaría, que me buscaría un trabajo sencillo, pero nunca ha querido, dice que no quiere que me preocupe por ella, que pronto saldremos de todo esto; pero, si lo veo necesario, daré todo por ella.
Llegué al colegio, faltaban unos quince minutos para empezar las clases, miré de un lado a otro para ver si encontraba a Lila.
El sonido de un auto hizo llamar mi atención, vi salir a un chico rubio de ojos azules, que para mi sorpresa, se trataba de aquel chico con quien yo había chocado aquel día.
Intenté acercarme a él, pero parecía que no me había visto.
— ¡Oye, espera!-grité.
Empecé a caminar detrás de él mientras lo llamaba, pero parecía no querer oírme, como si me estuviese ignorando.
Me puse frente a él y simplemente se detuvo al instante, su expresión no se veía muy alegre, es más, parecía estar molesto.
— Disculpa que te interrumpa, pero yo...-dije sin terminar la frase.
Siguió su camino sin siquiera importarle que yo estuviese ahí. No entendía por qué se comportaba así conmigo, no era como si le hubiese hecho algo.
— ¡Disculpa!-exclamé poniéndome frente a él.
Subí mi rostro hasta encontrarme con sus ojos azules que en ese momento lograban causarme miedo, al igual que su ceño fruncido. Creo que no debí hacer eso. Además, su altura imponía dominancia.
— No me molestes, niña-dijo mirándome con odio.
— Yo... solo quiero hablar contigo-dije seriamente.
— ¿Acaso te conozco como para que puedas hablar conmigo?-preguntó elevando el tono de su voz.
— No, pero, quiero hablar con respecto a lo que pasó aquel día-dije juntando mis manos. — Perdón por caer encima de ti, yo realmente...
— No importa-respondió rápidamente.
Siguió caminando dejándome con la palabra en la boca, me estaba empezando a molestar su actitud, ¿tanto le costaba escuchar unos minutos?
— Oye, espera-dije tomándolo de la mano.
Él reaccionó al instante soltándose de mi agarre con tanta fuerza que hizo que cayera al suelo y me diera un fuerte golpe.
Hice una mueca de dolor, luego volví a observar a aquel chico maleducado y noté que se había quedado inmóvil.
Pensé que iba a disculparse, pero lo único que hizo fue poner su rostro serio, como siempre y fruncir su ceño.
— Nunca en tu vida vuelvas a tocarme-bufó.
Ni siquiera me ayudó a levantarme, solamente se fue sin decir más, sinceramente no esperaba que actuara así, debía haber una razón, no era posible que solo por una caída me odiara de por vida.
— ¡Bridgette!
Escuché la voz de mi amiga Lila, vi que se acercaba a mí, en este momento me alegraba de que estuviese conmigo, quería contarle todo lo que había sucedido.
— Amiga, ¿cómo estás?-dijo brindándome una sonrisa.
— Estoy bien...-dije sin muchos ánimos.
Ella me miró extrañada, sabía que algo me pasaba y que quería ser escuchada.
— Bueno... la verdad es que... nuestra situación económica cada vez empeora, mi mamá está triste, aunque no quiera demostrármelo, sé que se siente mal por no poder sacarnos adelante-dije soltando un suspiro. — Y la verdad es que he pensado en conseguirme un trabajo, para ayudarla, ya que tampoco quiero depender de por vida de mi tía, además, no podría hacerlo siempre, pero... ella no quiere y yo, no sé cómo ayudarla-dije bajando mi cabeza.
Lila me dio un fuerte abrazo y yo solo puse mi cabeza en su hombro mientras sentía una lágrima solitaria correr por mi mejilla.
— Sé que todo esto es difícil para ti, pero eres joven Bridgette, no deberías meterte en temas monetarios.
— Pero, si yo no la ayudo, ¿quién va a hacerlo, Lila? Yo soy su familia, y debo apoyarla, no pienso dejarla sola, no como lo hizo papá-dije recordando aquella escena.
Ella se separó de mí y me miró, su mirada se veía tranquila y a la vez preocupada.
— Si tú piensas que eso es lo mejor, hazlo, lucha por lo que quieres, Bridgette-dijo sonriéndome. — Sabes que siempre te voy a apoyar-dijo poniendo una mano en mi hombro.
— Gracias, Lila-dije en un tono dulce.
— Para lo que quieras-dijo guiñándome el ojo. — Ahora vamos, las clases están a punto de comenzar.
Caminé junto con mi amiga, en el pasillo nos encontramos con Nino quien estaba hablando con el mismo chico que hace unos momentos me había empujado.
— Ahí está-susurré.
— ¿Quién?-preguntó Lila.
— Ese chico, hace unos minutos me empujó-dije señalándolo discretamente.
— ¿De verdad? ¿Por qué no me lo dijiste?-preguntó mirándome.
— Ahí vienen-dije poniéndome nerviosa.
No sabía qué hacer, tenía ganas de salir corriendo para no ver a ese chico rubio, pero simplemente me quedé ahí, inmóvil, mientras Nino y su amigo se acercaban a nosotras.
— Hola chicas-dijo Nino amablemente.
— Hola Nino-dijo Lila.
— ¡Hola! ¿Cómo están?-dije elevando la voz.
Mi nerviosismo se notaba demasiado, tenía que relajarme un poco o podía parecer extraño, no quería asustarlo dos veces.
No se atrevía ni a mirarme, empezaba a pensar que estaba actuando de manera inmadura.
— Félix, no seas grosero, saluda-dijo Nino dándole un golpe suave en la espalda.
Félix... así que ese es su nombre, me gusta como suena.
— Hola-dijo en un tono frívolo.
Fue lo único que dijo y luego se fue, despidiéndose de Nino con una mirada, y a mí, ni siquiera me había visto de reojo.
— Discúlpenlo, a veces puede no ser tan amigable-dijo con sinceridad.
— No te preocupes-dijo Lila.
Realmente no comprendía por qué ese chico me trataba así, aunque no tenía que preocuparme tanto, hay cosas más importantes en las que pensar.
********************************************************************
12:55 PM
Hace unos minutos había sonado el timbre de salida, iba saliendo del instituto cuando lo vi, Félix bajaba las gradas de la entrada.
Él volteó a verme por un instante y luego siguió su camino. Cerré mis puños y empecé a caminar, posiblemente era yo la que me estaba equivocando al querer pedirle disculpas, pero este día no podía terminar así.
— ¡Espera, Félix!-exclamé poniéndome frente a él.
— ¿Qué quieres?-dijo en un tono molesto cruzando sus brazos.
— Esto no puede seguir así-solté de golpe. — Si estás enojado por lo que sucedió aquel día, perdóname, no fue mi intención-dije bajando mi cabeza.
Estaba esperando a que ese chico dijera algo, pero parecía haberse quedado mudo, aunque sabía que seguía ahí parado.
Empezó a caminar y justo cuando pasó cerca de mi hombro, escuché que pronunció unas palabras en voz baja.
— No fue tu culpa.
Abrí mis ojos de golpe y giré mi cabeza para observar como la silueta de Félix se iba alejando poco a poco.
Nunca pensé que lo escucharía decir algo así, y mucho menos a mí, me había dejado estupefacta. Sé que había hecho lo correcto.
Una pequeña sonrisa se formó en mi rostro, sabía que había algo más en él.
Sólo tenía que aprender más de él.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top