05

La nostalgia que sentía al contemplar las calles en donde creció y vivió gran parte de su niñez y adolescencia era grande, nada había cambiado desde que se fue y eso era mucho tiempo.

El enorme manzano seguía ahí, la horrible bicicleta del anciano Hank se mostraba como recordaba, desgastada y vieja. Las vecinas que antes eran jóvenes ahora eran madres de niños pequeños que corrían tras ese balón rojo y ¿Cómo olvidar esa casa color crema? Donde él solía vivir antes de marcharse, era ocupada por otra familia.

La parada de autobús que tomaba para ir a la secundaria se veía mejor que antes.

El vecindario cambió un poco pero todavía mantenía su esencia pacífica y calmada.

Caminó por la acera, saludando a esas señoras de la tercera edad que le recordaban y que tuvo una que otra anécdota divertida a lado de ellas con su mejor amigo.

Su mejor amigo.

Se preguntaba si cuando lo volviera a ver lo golpearía o primero lloraría, cualquier opción, estaba preparado.

Posando frente a esa calle se detuvo, tan sólo debía cruzar la calle y finalmente estaría cara a cara con la puerta color blanca.

La puerta de la casa de los Hwang.

Hace tanto que no sabe nada de ellos, no sabe qué ha sido de su hijo mayor SeokJin o de su hijo menor Kai.

No sabe qué ha sido de Hwang Hyunjin.

Pensar en él altera su pulso.

Pero cree que debe decidirse ya porque algunas gotas de las cargadas nubes empiezan a golpear su cuero cabelludo, con la respiración trabada en sus pulmones cruza la calle con prisa, la lluvia parece juguetona pues golpetea con más fuerza.

Una vez a salvo de la fría agua del cielo suspira.

No lo piensa dos veces y toca el timbre. Es mejor recibir reclamos, regaños o algún golpe a mojarse y quedar tendido en la cama por un resfriado.

- ¡Voy!

Esa voz se le hacía familiar.

Al parecer el pequeño Kai seguía con esa vocecita inocente, sonrió al vagar en sus viejas memorias donde el pequeño niño venía a él pidiéndole caprichosamente que lo abrazara o cargara.

O cuando le pedía besitos en la mejilla.

Se siente tan nostálgico.

Cuando la puerta se abre espera ver a al niño que recordaba pero un poco más crecido, sin embargo, lo que se para frente a él es algo completamente diferente.

- ¿Uh? ¿F-Félix hyung? ¿Es usted?

Sí, era un chico muy lindo como siempre.

El único detalle es que, ahora, le sacaba una cabeza. ¿Cómo pudo crecer tanto en tan poco tiempo?

A no ser que, no haya sido poco tiempo el que estuvo fuera.

- ¿Hyung?

- Hey - basta de sorpresas, era normal en esa familia que todos fueran altos, inclusive la señora Hwang lo era - has crecido mucho Hyuka.

El cariño que el niño le tenía no pareció desaparecer como creyó pues antes de que se diera cuenta; fue rodeado por el menor que hundía su cabeza en su cuello, la ternura que le causó fue mucha y por eso mismo y porque realmente lo necesitaba dejó caricias en el cabello castaño.

- Ha vuelto hyung - lo abrazó todavía más como si fuera a irse cosa que ya no haría - ha sido un poco triste sin su presencia aquí.

- ¿De verdad? - no sabe si era su instinto de protección pero arrullo la cara de Kai en sus manos como solía hacer.

El castaño sonrió dejándose.

- Sí, pero por favor pase, la lluvia está arreciando y hace mucho frío aquí - no contuvo la risa que le causó la expresión del menor y acató la invitación.

Mirar los alrededores de esa casa era una bomba de emociones, los colores neutrales aún seguían vivos, la fila de retratos de los hermanos Hwang seguían ahí desde que eran bebés hasta la actualidad.

Entonces fue consciente del tiempo en que estuvo tan lejos al determinar que el chico que ahora iba adaptando una altura más varonil como facciones ya no era un pequeñito de kínder.

Ahora tendría quizás unos ¿17 años?

El tiempo pasó volando.

- Las cosas siguen igual por aquí - tomó asiento siendo seguido por Kai que le invitó a hacerlo.

- Más o menos hyung - la voz del menor le confundió pues en su rostro un gesto de tristeza se plasmó.

- ¿Y eso?

- Estos últimas semanas Hyunjin se ha dedicado a cambiar por alguien más a pesar de saber que está mal - suspiró agotado del tema - aunque me diga que lo hace por voluntad propia, sé que miente, no se ve para nada contento con todos esos cambios que ha experimentado de un día para otro.

La inconformidad en el Hwang menor era clara, no era de esperar puesto que para Kai su hermano mayor Hyunjin era muy especial, su relación siempre fue la más fuerte entre ellos, no dice que con Jin se lleven mal, sólo que con el pelinegro es distinto.

Siempre ha sido así desde que Kai era un niño.

Quizás se deba a que ellos dos eran los menores.

- ¿Qué tipo de cambios Kai? - la mueca no le dejó una buena espina.

- Está fingiendo ser un fuckboy.

Félix casi se cae para atrás.

¿Un fuckboy?

- Aguarda un momento...- ladeó la cabeza procesando la información - ¿Hyunjin está intentando ser un fuckboy para llamar la atención de una simple chica? Eso es lo más ridículo que he escuchado en toda la mañana.

- ¡Exacto! Suena tan ridículo hyung pero él está dispuesto a hacerlo - recostó su cabeza en la mesa - si lo vieras, Dios, parece tener la cabeza llena de ella y nadie más. Es tan...triste.

- ¿Porqué?

- Porque lleva casi dos años intentando llamar su atención y nada, el resultado es el mismo. Al parecer mi hermano para ella es sólo un compañero de clases más.

- Entonces es un amor no correspondido.

- Lamentablemente sí hyung, pero Hyunjin no logra entenderlo aún.

- Tranquilo Kai, estoy seguro que la va a olvidar.

- ¿Y cómo?

- Porque es Hwang Hyunjin, para tu hermano nada es imposible.

- Hyung...creo que eso es lo más lindo que le han dicho a él todo este tiempo - tomó la mano del mayor con fuerza - por favor hyung, hágalo entrar en razón y póngale un fin a esta tontería que lo va a dañar. No soportaría verlo tan herido.

- Mi lindo Hyuka - con su pulgar dejó leves toques en la mejilla - deja que tú hyung se encargue del tonto de tu hermano.

A Kai le brillaron los ojos ante la respuesta del peli-rosa, lo sabía, Félix jamás lo iba a decepcionar.

- ¡Lo amo tanto Félix hyung!

- Y yo a ti pequeño Kai.

- Ah, sí cierto. Me gusta su nuevo estilo de cabello hyung - tiró de las hebras rosadas con cuidado de no lastimar al mayor - la coleta de caballo le sienta muy bien a usted. Lo hace ver muy atractivo.

- ¿Tú crees? - tocó su coleta y Kai asintió.

- Cualquiera podría enamorarse de usted hyung, es demasiado Kawaii - chilló.

- Supongo que debo creerte - revolvió las hebras cafés - espero que Hyunjin no quiera golpearme cuando me vea, hace tanto que no hablamos y temo por su reacción.

- Descuide hyung, él nunca sería capaz de golpear a alguien y menos a usted - se acercó a su oído y susurró - usted es alguien muy importante para Hyunjin, si lo golpea por error se lanzaría a un pozo sin pensarlo.

Félix rió.

¿Tan importante era?

Ambos absortos hablando que no se inmutaron del segundo en que la puerta fue abierta y que por el umbral de la cocina un alto azabache se asomaba.

Hyunjin entró sin muchos ánimos debido a que luego del "incidente" en el pasillo ya nadie quiso acercarse a él por miedo, entre ellos, Jisu que cada que cruzaban miradas se alejaba con la cabeza baja.

Sus esfuerzos los sentía por los suelos.

Logró ahuyentar a la chica que le gusta.

Es un buen momento para matarse.

Sus lamentos duraron muy poco cuando una cabellera rosada se posó en su campo de visión, ignoró la presencia de su hermano menor porque, debía de ser una broma.

Porque no creía que fuera posible volver a encontrar esos lindos ojos verdes en la cocina de su hogar.

Y si todavía no perdía completamente la cabeza y la persona con la que hablaba su hermano era él, diablos, no estaba preparado.

- Hyunjin...

Mierda, era él.

Esa voz arrulladora nunca logró salir de su mente.

Tragó nervioso, ansioso, confundido.

¿Por qué Hwang Félix estaba ahí en su cocina, bebiendo jugo de naranja y conversando con su hermano como si fuera lo más normal del mundo? No lo entendía.

Era el chico que considero su mejor amigo y que de un día para otro desapareció, para no volver a verle nunca más.

Hasta ahora.

Tanto tiempo quedó pasmado que al segundo en que tuvo al mayor cerca de su radio, le empezó a faltar el aire.

- ¿Hyunjin? ¿Me recuerdas?

Joder, ¿Cómo no recordarlo? Explíquenle.

Pero necesitaba respuestas y por eso, tomó la muñeca del mayor y salieron de la casa.

Ambos conteniendo aire, sin ser capaz de mirarse. Era natural, no se habían visto en tanto tiempo y verse tan casual no era ordinario.

- ¿Porqué apareces ahora?

Félix entonces supo que tendrían una larga charla y que debía una inmensa explicación.


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Todos los créditos a la autora original @Songjae_Choi

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