¿Deseas tu libertad?

—Primero que nada gracias por no juzgarme y sí, son dos chicos maravillosos —soltó un suspiro—son tan difíciles de diferenciar parecieran dos personas iguales, pero uno de ellos es más dulce, comprensivo, más adorable y mucho más tímido—Le lanzó una mirada tierna— el otro es más salvaje, más pasional aunque también sus atenciones me matan de ternura, creo que ambos están al mismo nivel.

El rostro de la muchacha no podía estar más teñido de rojo, le causaba demasiada pena tratar este tema con Adrien siendo uno de los implicados. 

Adrien disimuló una sonrisa, se sentía satisfecho por ver como su amada se sonrojaba solamente por mencionar al gato, eso sí que le sumaba buenos puntos. 

—vaya suena complejo, pues… ¿Cómo te gustaría ser tratada el resto de la vida?—le cuestionó levantándose para darle la espalda y mirar el cuadro de su madre, se lo señaló. 

—La verdad me gustaría ser tratada de las dos formas que estos chicos lo hacen—Confesó un poco apenada. 

— Ella es la primera mujer que amé y quien me enseñó todo sobre el amor. Era el ser más dulce y tierno del mundo y me decía que únicamente quien se robara tus suspiros de alegría y te hiciera sentir completa y llena de vida seria quien merece tu amor.—Empezó a caminar por el pequeño estudio que colindaba con su habitación, de la cual se podía ver una parte — decía que no siempre todo será felicidad con esa persona, pero que a su lado te sentirás muy fuerte para superar cualquier adversidad, te presento de la forma en que puedo a mi madre Marinette, aunque ella era mucho más hermosa y cálida que la pintura—se arrodilló ante ella y tomó su mano con el anillo. 

—Te expresas tan lindo de tu madre Adrien, estoy segura de que ella está muy orgullosa de la maravillosa persona que eres hoy en día —le Sonreía—Tu madre tenía toda la razón, el amor trae consigo la mayor de las felicidades, pero también la tristeza más profunda—miró el cuadro—la Sra. Agreste debió ser muy linda en persona no solo física sino en cuanto a su personalidad. 

—¿Deseas tu libertad para ir con esa persona? Si es así estoy dispuesto a dártela—lo estaba, aunque eso le ardiera en lo más profundo de su pecho, sentía tanto amor por ella que tan solo deseaba verla feliz e incluso estaba pensando en que tanto él como Chat Noir deberían dejarla en paz para que fuera feliz con su amor de tantos años atrás. 

La chica lo miró con un poco de confusión. 

—Sabes muy bien que eso no se puede Adrien, además me siento a gusto contigo —acarició la mejilla del muchacho—gracias por hacer esto, pero no me pongas en una situación como esa, no es tan fácil, pero—suspiró—si tú quieres romper el compromiso—tomó su anillo y lo empezó a sacar poco a poco, pensaba que el que quería la libertad era él. 

El de ojos verdes detuvo sus movimientos al percatarse de lo que hacía, besó sus nudillos mirándola con seriedad. 

—De esa forma no Marinette, tú serás una Agreste —pasó saliva antes de decirlo—yo desapareceré luego… Lo que menos deseo es causarte problemas —acarició sus manos, esto le resultaba difícil — quiero que seas feliz y logres aclarar esos sentimientos, que vivas una vida plena y dichosa con quien ames y quien te ame como a nadie—bajó la mirada de a poco, aquello le estaba partiendo el alma todo esto. 

Marinette sonrió, posó su mano en la barbilla del hombre rubio para besarle la punta de la nariz, un gesto inocente que le pareció a Adrien maravilloso, esa chica no dejaba de sorprenderlo.

—En verdad que eres un chico que vale la pena, cualquier chica estaría orgullosa de tenerte junto a ella —ella deseaba ser esa persona, pero estaba convencida de que le molestarían esas palabras, así que no lo externó—no quiero que desaparezcas, quiero que tú seas parte de ella Adrien. —puso sus dos manos a cada lado del rostro de su prometido —lo mismo digo corazón. Tu igual te mereces lo mejor —le sonrió y suspiró, ahora era su turno de escuchar algo que tal vez no sea de su agrado o le lastimara— ¿entonces como es la chica, eh? 

El Agreste acarició las manos de la chica que aún permanecían en su rostro, besó cada una en la palma. 

—Ella es dulce y tierna, pero también fuerte y llena de energía, es delicada, pero también arriesgada y candente. Tiene una mirada tan hermosa como el cielo de la mañana y un cabello tan oscuro y misteriosamente delicioso como el cielo de la noche. Ella me roba el aliento y me lo devuelve. Nunca conocí realmente el amor hasta que la conocí, me hace bajar al infierno y me transporta al cielo—aclaró la garganta antes de que fuese incapaz de controlarse y terminara robándole un beso—pero para ella no soy lo mismo. Es un amor que deberé tener en silencio. 

Las palabras de ese chico la estaban derritiendo internamente, deseaba con toda su alma que fueran para ella, aunque si ella amaba a Chat no debía permitir esos sentimientos, de pronto al oír la descripción física del amor de Adrien se separó de su lado. 

—¿Cabello oscuro? ¿Qué no era rubio?—hizo un gesto intentando recordar cada detalle de la mujer que había visto — Pensé que hablabas de la chica aquella de la fiesta con la que platicabas muy a gusto —le dio un pequeño codazo para parecer amistosa aunque la realidad era que moría de celos — Pero bueno de seguro es alguna chica que dejaste en otro lugar lejos de aquí.—Tomó aire —Deberías irla a buscar y dar todo por ella, quizá ella tenga el mismo amor para darte —Sentía como una punzada le daba en el corazón—debe ser una chica perfecta así como la describes, muéstrale tu amor sin ninguna barrera. 

—¿Rubio?—río un poco por la ocurrencia de la azabache —bueno realmente no la conozco, trataba de huir de ella, sin embargo parece que la que pudo ser mi heroína no lo comprendió—le guiñó un ojo—te equivocas Marinette… Ella estará mejor si yo no entro en su vida a confundir su corazón pues ella está enamorada ya de alguien más —se sentó viendo la ventana. 

Ella se sentó a un lado de él para acompañarlo en su risa, de verdad se sentía ingenua e ilusa por tener celos por alguien que al parecer a él no le caía para nada bien. 

—Oh entiendo. —suspiró rendida, ya que por un momento consideró la idea de decirle abiertamente acerca de quien la confundida era él y el gato negro, pero en realidad se veía muy enamorado de aquella chica que no deseaba opacar su oportunidad de amar— toma —se sacó el anillo y se lo puso en la mano cerrándola en un puño—sea quien sea aquella chica no te rindas y lucha por ella, estoy convencida de que ella más que nadie merece esto. 

Le dio un último beso en la mejilla, lo miró un par de segundos antes de cruzar la puerta con la mirada llena de lágrimas que se deslizaban como cascadas por su rostro, no quería estar en esa casa así que antes de que Tikki pudiera decirle algo, salió de ahí en busca de un lugar para poder desahogarse sin tener que dar explicaciones. 

Adrien quedó inmóvil por unos minutos procesando la información, pero en cuanto intentó ir tras Marinette no pudo encontrarla, buscó desesperadamente por toda el rededor sin éxito, en cuanto se hubo desesperado hizo uso de Chat Noir y salió a buscarla por todas partes. 

— ¿Dónde se metió? —sintió unas cálidas manos abrazarlo por detrás. 

Se trataba de LadyBug, quien al verlo a lo lejos no dudó ni dos segundos en ir a su lado, su llanto no paraba. 

—No digas nada Chat, solo abrázame ¿si? —le rogó— el amor es tan complicado, me siento tan herida—escondía el rostro en su espalda sollozando—lo peor es que tú no te das cuenta de lo que me haces sentir—se le había escapado lo último e intentó arreglarlo— quiero decir, perdona por lo del beso ese día, perdona por mis coqueteos, perdona por todo —lloraba aún más fuerte. 

Él solo asentía cada petición de la chica, giró todo su cuerpo para quedar frente a frente con ella, vio su rostro lleno de sufrimiento y algo en su corazón se le removía, no deseaba verla de esa forma, ella también sufría por amor como él y sabía que no era un sentimiento realmente bueno, no lo quería para su compañera. 

—My lady…—no la llamaba así desde la primera vez en la que se vieron y llamó su atención como mujer — no entiendo que hice pero lo siento. Perdóname— la abrazó más fuerte y limpiaba las lágrimas que le salían— ¿hice algo yo para herirte My lady? De ser así te lo ruego golpéame. Aquí basta con que sufra yo. 

Lo miró y pudo notar desconcierto en su mirada verde, aquella que tanto amaba, obviamente no estaba entendiendo nada. 

—No has hecho nada Chat, la culpa la tengo yo por fijarme en alguien que no debía—rompió el abrazo—es mejor que me vaya, nos vemos después Chat—Él la sostuvo de la mano y la regresó a sus brazos—te has convertido en mi necesidad, tonto. Ese apodo queda tan bien en ti —sonrió débilmente. 

Lo abrazó de nuevo aspirando el aroma que desprendía, ese que tanto le encantaba de él, sus brazos alrededor de ella la hacían sentir fuerte, querida e incluso deseada, despertaba sentimientos que solo eran comparados con Adrien, los amaba a ambos y no podía evitarlo, quería dejar de hacerlo pues no podía vivir en pecado. 

—¿Te refieres al de tu necesidad? O ¿a tonto—quería liberar tensión en el ambiente.

Río, amaba sus chistes fuera de contexto.—Eres un tonto. 

En cuanto empezó a reír y estar más tranquila la soltó—Ladybug, puedes…

Ya sabes decirme que te sucede, somos equipo y estamos para apoyarnos ¿no? 

Se sentó en el suelo jalándolo consigo. 

—Pasa que me he enamorado de ti y no, no me avergüenzo de decirlo. El amor es algo que no debe esconderse —sonreía observando el paisaje —pero también me gusta una persona, se llama Adrien agreste —jugaba con sus propias manos. —Pero tanto como tú como él me ha quedado clarísimo que son imposibles. —bajó la mirada triste empezando a llorar de nuevo—jamás me había enamorado tan fuerte y jamás nunca creí que fuera de dos personas a la vez.

—¿Adrien Agreste? —le cuestionaba confundido al no saber quién podría ser aquella chica que se había enamorado de sus dos partes, no entendía como pudo haber sido eso, además ¿Cómo que imposibles?, su rostro era tan indescriptible en estos momentos, parecía que sus neuronas se desconectaron, no sabía que decir ¿A caso la conocía cuando era una dulce civil?, en definitiva le iba a estallar la cabeza, pero tenía que reaccionar. 

—¿De dónde le conoces?

Necesitaba más información, pensaba en las jóvenes mucamas que trabajaban en su frío hogar, pero no tenía lógica si él apenas y tenía comunicación con ellas, era cierto que pasaban de a montones por su cabeza, ya que era hijo de un reconocido personaje, pero siendo honesto consigo mismo ninguna lograba encajar a la perfección con la descripción de LadyBug, ninguna daba el porte que caracterizaba a su compañera moteada, ninguna tenía esa personalidad extrovertida que pudiera identificarlas con la heroína catarina, la cabeza le dolía horriblemente, toda esa información lo habían dejado anonadado, no daba crédito a como surgió ese enamoramiento hacia él así de la nada, no lo comprendía en lo absoluto. 


✔️✔️ Penúltimo capítulo, nos vemos mañana... O al rato. 💚


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