26. Final







FLASHBACK

-¿Podrías hablar con mamá?- susurró Ethan, acostado junto con su hermano, en la habitación de Elliot.- esta preocupada...

-Tengo miedo.- murmuró Elliot con sus ojos llorosos.

- Lo sé.- habló de la misma manera, secando una lágrima que había caído por la mejilla de su hermano.- pero estoy acá, te esperaré y lo que quieras hacer, la decisión que tomes yo... te acompañaré.

>>Recuerda... no estás solo.<<

Elliot asintió con la cabeza y esquivando a su hermano, se levantó de su cama. Agarró una sábana y se cubrió con esta hasta la cabeza como si lo fuera a proteger. Se acercó hasta su puerta sin antes mirar a su hermano sobre su hombro, que se encontraba sentado, mirándolo con una sonrisa tranquilizadora.

-Todo va a estar bien.

Elliot asintió con la cabeza y con una respiración profunda, salió de su habitación para dirigirse hacia el cuarto de su madre, que se encontraba allí ya que la casa se encontraba en completa oscuridad. Estando en frente de ella, tocó la puerta con su mano temblorosa, dando dos golpes.

-Pasa.

El menor McCallister abrió la puerta, encontrándose a su madre sentada al borde de la cama, agarrando sus cabellos, mirando el ropero, como si fuese lo mas interesante del mundo. Pero lo que le rompió el corazón a Elliot fue los ojos rojos e hinchados de su progenitora, indicios de que había llorado.

-Mamá.- la nombró tan bajo que por un momento creyó que no lo había escuchado, pero no fue así, ya que sus ojos se clavaron en él apenas susurró, llamándola.

-Elliot.- lo llamó sorprendida, que rápidamente se limpió el rostro en un intento de quitarse las manchas de las lagrimas que habían quedado en su piel.- pasa, pasa.

Elliot, temeroso como un ciervo, se acercó hasta su madre, sin antes cerrar la puerta detrás suyo. Se sentó a su costado, sin mirarla, sin animarse a hablar, teniendo un nudo gigante en su garganta que en cualquier momento se largaba a llorar.

-¿Soy... una mala madre?

El menor levantó la cabeza, para mirarla a los ojos, sorprendido al escuchar esas palabras y verla derramar lágrimas, una tras otra.

-No...- murmuró.-no lo eres...

-¿Entonces? ¿Por que no me dijiste?- preguntó con la voz rota.- ¿Por que no me dijiste que eras gay?

Elliot se encogió de hombros, haciéndose una bolita con la sábana, queriendo desaparecer ante la mirada de su madre sobre él.

-Yo... tenía miedo.- susurró.- tengo miedo a como estas reaccionando.

-¿Me ves como un monstruo?- susurró, dolida.

Elliot negó con la cabeza, ya cayendo varias lágrimas.

-No, claro que no.- susurró.- solo... es que, no sabía como reaccionarías.

》Nunca estas en casa para saber tu opinión, para saber que piensas sobre el tema... y no, no te estoy reprochando porque no estás con nosotros todo el tiempo.《

-Porque se que te esfuerzas por traernos la comida a casa, porque trabajas doble turno para poder pagar todas las deudas.- siguió.- y... si no te dije fue porque primero no me aceptaba, no estaba seguro, tenía miedo a estos sentimientos y porque no quería traerte problema, no quería ser un estorbo.

-Elliot no te atrevas a decir eso.- masculló con la mandíbula tensa.- tú no eres un estorbo.

》Eres mi hijo, mi niño y no quiero que vuelvas a llamarte así nunca más. No eres un estorbo ni mucho menos un problema. ¿¡Cómo podría traerme tus sentimientos problemas!?《

-Mamá...- sollozó.- se que te juzgan, te tratan horrible en el trabajo, y todo por ser una madre soltera.

》Y si ellos se enteraban que soy gay, no quería que sufriera algún maltrato, un insulto, que te señalaran o...《

-Elliot, mi bebé.- lo atrajo a sus brazos, abrazándolo como cuando lo tuvo por primera vez.- si, puede que me traten mal, puede que hablen mal de mi... pero tú no debes preocuparte por lo que ellos digan de mí, porque a mi no me importa. ¿Oíste? No me importa.

>>Además, no estoy sola... está Andrómeda, la novia del doctor Cullen, e incluso el doctor que me hablan y hasta podría decirse que somos amigos.<<

-Son muy buenas personas, al igual que Regina, la cocinera... ¿Ves?- sintió los brazos de su hijo, rodear su cintura, como un niño.- No estoy sola, gracias a esas personas puedo ignorar los malos comentarios sobre mi.

>>Y gracias a ustedes, mis niños, sigo adelante, ustedes son mi vida, vivo por ustedes.- murmuró besando la cabeza que era cubierta por la sábana.- y que... tú.- sollozó, dolida.- que tu no hayas confiado en mi, que no me hayas contado como te maltrataban en el instituto, me dolió, me duele.<<

-Me he estado preguntando que hecho mal para no que me contaras, para no hablar conmigo por lo que te pasaba.- murmuró con voz ahogada.- sobre lo que sentías.

>>Tus sentimientos son importantes para mi y no me importa que te guste un chico, no me importa que seas gay Elliot.<<

Elliot al escuchar aquellas palabras, que esperaba ansiosa-mente desde el fondo de su corazón, hizo que se largara a llorar como un niño, derramando lágrimas una tras otra, mojando su remera e inclusive la de su progenitora.

Llorando de alivio.

Llorando al sentirse lleno.

Llorando de felicidad al tener a una madre como ella.

Y llorando por todos esos chicos y chicas que no tienen a una familia, a un familiar que lo apoye como su progenitora.

-No eres un estorbo, no eres un problema, no eres un enfermo ni mucho menos un pervertido.- lo abrazó, llorando.- eres mi hijo, eres gay y eso esta bien.

>>Eres increíble y muy lindo y estoy segura que ese tal Emmett te aceptará por como eres.<<

-Mamá.- chilló avergonzado, ocultando su rostro en el pecho de su madre.- no quiero hablar de eso... no quiero recordar la vergüenza que pasé.

Y Melissa lo entendió, abrazándolo aun mas fuerte.

Realmente lo entendía y estaba furiosa con esos chicos.

¿Cómo pudieron hacer eso? Fotocopiar la nota, en donde su hijo confesaba sus sentimientos al chico que le gusta y pegarlo por todo el instituto, eso fue muy cruel, no es un acto de una persona sino de un cobarde y realmente Melissa buscaría a los culpables por haber hecho eso y hacerlos pagar.

-Mamá...- la llamó.- lo lastimé.

>>Le dije cosas feas... me merezco su odio.<<

-No creo que te odie.- sacó la sabana de su cabeza, para acariciar sus cabellos.- yo creo que te ama tanto que te esta dando tu tiempo para que te aceptes.

>>Para que seas libre.<<

-Yo... creo estar listo.- susurró.- ya todo el instituto lo sabe.

>>Mejor dicho todo el pueblo lo sabe, y ya no siento esa presión sobre tener que esconderme pero...<<

-¿Pero?

-No puedo evitar imaginar que es lo que dirán, como me mirarán.- siguió.- se que no debo darle interés, ignorarlo como tu lo haces... pero no se me es fácil.

-Y no lo es, todos somos diferentes.- sonrió.- pero de a poco, con tu seres queridos, con tus amigos dejarás de prestar atención a lo que dicen los demás, comenzarás a ignorar esas miradas..

>>Con el tiempo, todo pasará, solo debes estar rodeado con tus seres amados.<<

-Entiendo...- susurró y por primera vez, después de tanto tiempo, sonrió.- gracias mamá.

-No me tienes que agradecer.- le besó la frente.- eres mi hijo y solo quiero tu felicidad.

>>Perdóname por no haberme dado cuenta sobre lo que sentías, por todo lo que estabas pasando... soy una..<<

-No termines esa frase.- interrumpió una nueva voz, ambos mirando hacia aquella dirección, encontrándose a Ethan parado en la puerta de la habitación.- no eres una mala madre.

-Ethan tiene razón.- siguió su gemelo.- nos das todo, siempre estas para nosotros sin importar que no estés en casa.

Melissa miró a sus dos tesoros con un sentimiento cálido en su pecho, llena de orgullo por las dos personas que estaba criando.

-Y...- hablaron a la vez, mirándose a la cara pare luego observar a su progenitora.- perdónanos por haberte hecho sentir mal por culpa nuestra.

-Fue mi culpa.- siguió Elliot.- yo...- se acercó hasta su gemelo y su madre, sentándose al costado de su progenitora, avergonzado.- yo insistí, lo quise obligar a que se aceptara tal y como es cuando Elliot no estaba preparado.

Elliot negó con la cabeza.- tú solo querías que fuese feliz.- le sonrió.- y lo entiendo.

>>Además yo no debí insultarte, a ti ni a tu novia.<<

-Ya pasó.- le sonrió Ethan.- ya estamos bien... hasta con Avary estamos bien.

Elliot rió.

-Oh si...- sonrió peligrosamente.

-¿La grabaste verdad?

-Obvio.- respondió.

-Esperen, me perdí.- interrumpió su madre, que se había quedado callada ante la conversación de sus hijos, aliviada al verlos bien.- primero, estoy feliz, demasiado feliz al ver que todo volvió a la normalidad, segundo también estoy contenta de que todo este bien con Ava que ambos estaban peleados con ella... y ¿Que grabación? y tercero.- miró a su hijo mayor, achinando los ojos, molesta.- ¿Desde cuándo tienes novia y cuando me lo ibas a decir?

Ethan rojo hasta las orejas comenzó a boquear como un pez fuera del agua, sin saber que decir.

-Lo siento...- susurró Elliot al ver la mirada fulminante de su hermano sobre él.- yo creí que ya sabía.

-¡Por supuesto que no sabía!- chilló Melissa.- ¡Espero que se esten cuidando! ¡Hay muchas enfermedades que se transmiten a través del sexo!

-¡Mamá!- chillaron los dos, rojos y avergonzados.- ¡No digas esa palabra!

-¿¡Cuál!? ¿¡Sexo!?- preguntó burlona al ver a ambos rojos como tomates.- ¿¡Como creen que los tuve ustedes!? ¿¡Con la cigüeña!? ¡No! ¡Fue con se..!

-¡Nos vamos a dormir!- gritaron a la vez, levantándose al mismo tiempo, yéndose a su habitación.- ¡Adiós!

-¡Oigan! ¡Quiero mi beso de buenas noches!

Ethan y Elliot volvieron a la habitación de su madre que sonreía con ternura al verlos a ambos con sus mejillas rojizas. Se acercaron hasta su progenitora y tanto Elliot como Ethan, le dieron un beso en cada mejilla.

Haciendo feliz a su madre.

-¿Podemos dormir contigo?- preguntó tímidamente Elliot.

-Por favor.- hizo un puchero Ethan.

-Por supuesto.- sonrió al ver cómo ambos se tiraba a la cama donde estaba sentada, dejándole un hueco en el medio a su madre.

Ya todos acomodados y calentitos bajo la frazada, comenzaron a hablar de lo que había pasado en la semana, escuchándose y dando algunos comentarios sarcásticos por parte de Ethan y comentarios molestos por parte de Elliot, terminando ambos riéndose de la conversación.

-Vamos, hay que dormir.- murmuró acariciando a ambos los cabellos de sus hijos.- mañana hablaré con mi superior para reducir horas... y estar más tiempo con ustedes.

-Mamá.- le reprocharon, siendo callados por un shh.

-Necesito estar más con ustedes.- murmuró.- me hacen bien.

》Necesito a mis hijos conmigo.《

-Esta bien...- volvieron a hablar con resignación.

Quedando en un silencio cómodo y cálido que hizo que Elliot se sintiera bien después de mucho tiempo, se sintiera feliz y libre.

Sintiendo que ya podría ser él mismo.

-Elliot.- lo llamó su madre.- no estas solo, ¿Si? Puede que el pueblo lo sepa y no te acepten o te miren mal... pero estamos aquí.

》Yo estoy, tu hermano está, incluido Avary y tus nuevas amigas, que sigo esperando conocerlas, están contigo.《

-Gracias mamá.- susurró con una mini sonrisa en sus labios.- solo necesito tiempo para mi.

-Esta bien.- respondió besando su cabeza.-Ethan...- lo llamó ahora al mayor.- quiero conocer a tu novia.

》¿Es la rubia, verdad? Una de las hijas del doctor Cullen.《

-¡Agh!- se quejó, girándose sobre la cama, para darle la espalda a su madre, dejándose escuchar la carcajada de su hermano, estando feliz al escuchar la risa de su gemelo que hace mucho no oía.- ¡No somos novios! ¿SI? ¡Todavía no se lo propuse!

-¿¡No son novios!?- gritó Elliot.- ¡Yo crei que si!

-¡Pues no! ¡No lo somos!

-¿¡Que estas esperando!?

Ethan se encogió en su lugar.

-Tengo miedo al rechazo.- murmuró.- no puedo evitar pensar que se puede conseguir a alguien mejor, más atractivo, más...

-Cierra la boca.- le gruñó Elliot.- ¿No te das cuenta como te mira? Ethan, ella te ve como si fueses su mundo.

-¿En serio?- preguntaron Ethan y su progenitora, que al darse cuenta que estaba su madre prestando atención, rojo como tomate, gritó.- ¡Mamá!

-Mmm... ahora me dan más ganas de conocerla, así que anda rápido pídele ser novios.

-Mamá...- giró de vuelta, para mirar a su madre otra vez y a Elliot que este estaba sentado, observándolo.- quiero que sea especial... como ella.

》Pero fracaso todo el tiempo, me retracto, tengo miedo.《

-Eres asombroso Ethan, ambos sacaron la belleza de su madre.

-Gracias a Odín.- hablaron a la vez, soltando risitas divertidas.

-Oigan, hablo en serio.- se quejó.- Ambos son hermosos e increíbles, si ella y él no se dan cuenta lo asombroso que son pues... ellos se lo pierden.

》Y no dudaré en sacar el arma, que tengo guardada, para dispararles si les llega a romper el corazón.《

-¡Mamá!

-¿Que?

-¡Te amamos!

FLASHBACK









-¿Cómo estas cariño?

Elliot abrió los ojos encontrándose a su madre, sentada sobre su cama, mirando con sus ojitos mieles a su hijo, preocupada.

-No estoy seguro de ir.- murmuró, que debajo de estas se podían apreciar profundas ojeras.

-Esta bien.- susurró, acariciando sus cabellos.- iré hablar con el director para que sancionen a esos chicos.

- No, mamá.- le agarró la mano.- no hagas eso.

-¿Como quieres que no lo haga?- masculló molesta, con la mandíbula tensa.- te hicieron pasar por un momento horrible, te han estado molestando por mucho tiempo y ya no puedo dejarlo pasar.

>>Eres mi bebé y realmente lo siento por no haberme dado cuenta...<<

-Mamá... ya lo hablamos.- le interrumpió, dolido.- no te culpes, no tienes que sentirse así.

>>No eres una mala madre, diste mucho por nosotros y lo sigues haciendo, estoy muy orgulloso de ti<<

-Yo...- sollozó.- tu y tu hermano son mis tesoros...

-Mamá, lo sabemos.- le interrumpió Ethan, que se encontraba parado debajo del umbral.- nosotros también te amamos.

Melissa asintió con la cabeza, orgullosa y amando con todo su corazón a sus bebés.

-Bien... no me gusta que te quedes solo.

-Yo me puedo quedar.- guiñó.

-Tú te vas al instituto.- le ragañó a Ethan.- y no te metas en problemas.

>>¡Te suspendieron dos veces en el año! ¡Dos veces!<<

-¡Oye! Mike merecía ese golpe.- refufuñó como un niño pequeño.- nadie se burla de mi gemelo.

》Y hace bastante tiempo quería golpearlo.《

Elliot rió divertido mientras que su madre suspiró, cansada.

-Te vas a clases.- demandó.- de paso, le pasas la tarea a tu hermano.

-Ohhhh.- rezongó.- ¿Por qué no me puedo quedar con él y cuidarlo?

-Ve.- le respondió Elliot.- debes cuidar de Magda y de Judy, principalmente a Judy que no se meta en problemas.

》Esa chica es como tú pero en versión mujer, da miedo.《

-¿Que la cuides dices? Ella se puede cuidar sola.- bromeó.- ¿No te acuerdas que Judy también se metió en la pelea?

-Oh.. si, bueno entonces cuida a Magda.- respondió.- Magda es un algodón de azúcar y no les gusta las peleas al igual que Ava.

-Ava se está volviendo salvaje.- habló, recorriéndole escalofríos a ambos.- ¡Atacó a Mike! ¡Fue la primera en saltar sobre él! ¡Nuestra Avary golpeó a Mike! ¡Fue increíble!

-Dime que la grabaste.- rogó el menor.

-Por supuesto, le pedí a Magda que grabara para poder meterme en la pelea.- sonrió radiante que al ver la mirada fulminante de su madre, desapareció.- debía proteger a mi hermano, a Ava y a Judy.

》Aunque esa chica si que es ruda, tiene un buen gancho.《

-Judy es genial al igual que Magda.- hablaron a la vez.

-¡Ya quiero conocer a ambas!- chilló Melissa, emocionada.- ¡Invitenlas a casa!

-Pronto.- respondieron a la vez.

-Bueno... ¿Estarás bien solo?- miró preocupada al menor.

-Si, mamá.- rodó los ojos.- ya, váyanse o llegarán tarde.

-Bien...- refufuñaron los dos.-Descansa.- le besó la frente su madre, levantándose de la cama para acercarse a su hijo mayor que se encontraba todavía en la puerta.

-Descansa copia.

-Cuídate y cuida a las chicas.

-Lo haré.






























Elliot gruñó molesto al escuchar el timbre de su casa.

¿No se daba cuenta que no había nadie? Bueno, exceptuando él que no quería bajar a abrir, estando muy cómodo en su cama.

Suspiró de alivio, al notar que dejó de tocar el timbre quedando en un silencio cómodo, cuando gruñe como un perro al escuchar que tocan la puerta.

¿¡No podía dormir en paz!?

Con un mal humor de muerte, se levanta de la cama pateando las sábanas con furia y se dirige hacia la salida de su cuarto. Pisando con fuerzas cada escalón, con un aura oscura rodeándolo, abrió la puerta listo para mandar a la mierda al idiota que se atrevió a interrumpir su sueño, quedándose congelado en el lugar al notar la persona en frente suyo.

Emmett Cullen.

Emmett estaba en frente suyo, sonriéndole cálidamente junto con sus manos metidas en sus bolsillos de su chaqueta.

Elliot abría y cerraba su boca, como un pez fuera del agua, sin saber que decir. Sintiendo sus mejillas enrojecerse con los segundos que pasaban y más al ver esos ojos dorados brillar de diversión y ternura, que solo lo miraban a él.

-¿Puedo pasar?

-No.- respondió automáticamente, como autodefensa, que se reprendió mentalmente al ser así, debía calmarse.- yo... digo... no quería decir eso... yo quise decir... si, puedes pasar.

Mordió con fuerzas su labio inferior, sin mirarlo y se corrió hacia un costado, para dejarlo entrar.

-Con permiso.- susurró, entrando, observando con curiosidad la casa.

Elliot nervioso cerró la puerta de su casa, y respiró profundamente para luego girarse sobre sus talones y observar que los ojos dorados del Cullen, ya estaban sobre él.

El menor Mcallister tragó saliva y con tartamudeos, habló.

-Mmm... pa-pasemos a... al li-living.- señaló en la dirección.- ¿Qui-quieres al-algo pa-para tomar?

-No, estoy bien así.- susurró, deseando tener el don de su hermano para poder calmarlo.

Elliot asintió con la cabeza y con pasos rápidos se dirigió al living sabiendo que lo seguía el Cullen.

-Puedes... sentarte.- murmuró arrugando el borde de su remera, que se dio un golpe mental al darse cuenta que estaba en pijama.- yo... lo siento, estoy en pijama... me iré a...

-No es necesario.- interrumpió Emmett aún parado.- será rápido.

》Lo siento.《

-¿Qué?

-Lo siento.- volvió a repetir con arrepentimiento.- no llegué a tiempo a agarrar la nota... no creí que ellos se atreverían a hacer eso.

》Y por mi culpa todos saben que eres...

-Gay.- lo dijo, después de tantas veces negarlo, en voz alta. Y se sintió bien por primera vez libre.- no debes disculparte...

》Yo fui el idiota en no darse cuenta que me estaban siguiendo.《

Emmett negó con la cabeza.

-Aún así no tenían porque haber hecho eso.- masculló enojado, al recordar como todos lo miraban con desagrado, se reían del menor y como leyeron la nota en voz alta para avergonzarlo aún más. Parecido a lo de Avary.- perdón... se que no estabas listo.

Elliot asintió con la cabeza, quedando entre ambos un silencio incómodo.

-Debo irme.

-¿Que?- preguntó molesto.- ¿Ya te irás?

-Si.- respondió.- vine solo para disculparme.

-¿No dirás nada más?

-¿Querías escuchar algo más?

-¡Si!- gritó molesto.

-¿Y que querías escuchar?- se cruzó de brazos, que por un momento logró intimidar a Elliot al ver sus fuertes y grandes músculos, que se sonrojó al notar que esa chaqueta le quedaba muy bien.

Apretó sus manos en puños y apartó la mirada de su cuerpo para clavarlo en la mirada dorada del Cullen.

-Yo... yo... quería...- tartamudeó.- ¡Yo quería saber si me aceptabas!

》¡Si correspondes a mis sentimientos por ti, maldito oso Polar!《

-¿Oso Polar?- se rió a carcajadas.- me lo tomaré como un halago.

Elliot gruñó.

-¡No ignores lo que te dije!

-¿Disculpa? ¿Que habías dicho?- jugó con él.

-¡Que me gustas idiota! ¡Me gustas y mucho!- gritó rojo hasta las orejas, sin saber si era por la adrenalina, por el enojo o por la vergüenza.-
¡Y quiero saber si me perdonas por haberte roto tu corazón!

Emmett soltó una risita nasal.

-Te perdoné desde el primer momento que me diste tu primer nota.- respondió con una sonrisa divertida al ver las mejillas rojizas de su humano.- y tu también me gustas, ¿Siempre te lo dije no? Desde mi primer nota te dije cuánto te amaba.

-Mentiroso, en tu primer nota pusiste 》si ti sicriti《- masculló avergonzado y molesto al ver esos ojos dorados brillar de diversión.

Emmett rió fuertemente.

-Veo que te acuerdas.- respondió.- y eso que tiraste la nota.

Elliot se puso más rojo que antes.

-Si, lo siento por eso...

-¿Solo por eso?

-Y por lastimarte, por lastimar tu corazón.- murmuró mirando hacia otro lado, arrugando los bordes de su remera de los nervios.- no me aceptaba.

》No aceptaba el hecho de ser gay.《

-Te entiendo... a mí también me costó.- respondió, sorprendiendo a Elliot.- tuve estos dos años dudando, molesto conmigo mismo por sentir estos gustos, me creía enfermo... pero juntándome con las personas correctas me hizo darme cuenta que no era así...

》Además que ya estaba perdido, cada vez que te veía me enamoraba más de ti y llegó un momento que no soportaba solo verte desde lejos y tampoco me alcanzaba el intentar hablar contigo cuando claramente me rechazabas.《

-Por eso comencé con las notas.- siguió, acercándose a Elliot, hasta estar frente a frente, con las puntas de sus pies rozándose. En donde tuvo que agachar la mirada al sacarle más de una cabeza a su humano.- para confesar mis sentimientos hacia ti, para decirte lo perdidamente enamorado que estoy de ti.

》Pero no me di cuenta de que te estaba molestando, estaba tan desesperado de confesar lo que sentía por ti que no me di cuenta que no sabía si tu... estabas listo a estos sentimientos.《

-Pero ahora si.-respondió inmediatamente, temblando de los nervios.- ahora si me acepto.

-Demuéstralo.- contestó.- demuéstralo... maña...

Emmett no logró terminar su propuesta al sentir sus labios ocupados con otros suaves y cálidos labios. Sorprendiendo por completo al procesar que su humano lo estaba besando, pudiendo observar lo tembloroso que estaba, con su rostro rojizo hasta las orejas y su boca sin moverse ante los nervios.

El vampiro cerró los ojos y le correspondió lo más suave posible, guiandolo en el beso, llevando las temblorosas manos de Elliot, que lo estaba agarrando desde las solapas de la chaqueta, hacia su cuello, acercándolo más hacia él, para luego colocar sus propias manos en la cintura de su chico, ayudándolo a sostenerse al estar un poquito en puntita de pies, para después poder disfrutar de su boca y de los latidos acelerados de su amado.

Elliot sentía que moriría en ese momento, moriría de los nervios, de la emoción y de lo feliz que se encontraba al no haber sido rechazado. Intentando seguir los pasos del beso, moviendo su boca contra la del Cullen que lograba calentar su corazón al notar lo agradable, duros y frescos labios de Emmett sobre los suyos.

Sentía que moriría en los brazos fríos del Cullen pero que moriría feliz.

Feliz y libre.

-¡Al fin!

Elliot al escuchar esa voz, se apartó de Emmett rojo como un tomate y miró hacia aquella dirección, sin poder atreverse a mirar al Cullen, encontrándose a una mujer de cabellos negros, hasta los hombros, sosteniendo su celular en su dirección.

Que parecía que había sacado una foto... ¿O grabado?

-¿¡Quién diablos eres tú!?- chilló nervioso al ver a una desconocida en su casa.

-Es mi madrastra.- respondió negando con la cabeza.- ¿Que haces aquí Andy?

-¿¡Tu madrastra!?- chilló más nervioso al darse cuenta que es un familiar, separándose completamente del Cullen.- ¿¡Cómo diablos entraste a mi casa!?

-¡Cuida como le hablas Andy jovencito!

-¿¡Mamá!?

Ahora si que moriría.

-No, la vecina.- exclamó, colocándose al lado de la morocha que ésta sonreía divertida ante la situación y contenta de haber visto aquel beso.- ¡Obvio que soy tu madre!

-¿En que momento llegaste?

-Recién.- volvió a hablar, cruzándose de brazos, mirando fijamente a su hijo menor.- ¿No me vas a presentar a tu novio?

-¡No somos novios!

Emmett carraspeó avergonzado al haber sido atrapado por su madrastra y principalmente por la madre de su humano, aunque él no haya dado el primer paso ante ese beso.

Sino que fue su humano.

Su Elliot.

-Un gusto conocerla señora McCallister.- se acercó hacia la mujer, tendiéndole la mano.- soy Emmett Cullen.

Elliot se acercó hasta Emmett, nervioso al ver la mirada fulminante de su madre hacia el Cullen, que después de varios minutos tensos correspondió el saludo.

-Bien... un gusto también, Emmett.

-¡Soy Andy!- se presentó con una radiante sonrisa a Elliot.- la madrastra de Emilio.

-Oh...- murmuró, decidiendo ignorar ese nombre.- soy Elliot, mucho gusto.

-Ya lo sé... Emmett no a parado de hablar de ti, desde... ¿Un año y medio?- se burló.- ha hablado tanto de ti, que ya se las cosas que te gustan y que no.

-¡Andy!- regañó Emmett, avergonzado, sabiendo que si fuese humano estaría rojo de la vergüenza.

-¿Que? Mi deber como madrastra es molestarte.- respondió con una sonrisa inocente en sus labios, causándole escalofríos a los presentes.- además, me la estoy cobrando cuando tu pensaste que estaba embarazada, hijo de puta.

》Solo porque subí más de tres kilos, por comer cosas dulces no te da el derecho de decirme que estoy embarazada y que encima, me delataste con tu padre, créeme cuando te digo que tengo muchas cosas más para molestarte.《

-Es terrorífica.- pensaron los presentes.

-Perdón... por haberte tratado así.. - susurró Elliot hacia Andy, que esta hizo un gesto con la mano, despreocupada.

-Tranquilo... fue mi culpa haber interrumpido su beso.- soltó un fingido sollozo, emocionada.- pero fue inevitable...

》¡Por fin E al cuadrado es real!《

-¿Eh?

-¡El nombre de su ship! Ya, lo sé, es malísimo pero ya se me ocurrirá otro.- sonrió.- ¡Pero no saben cuanto estuve esperando para que estén juntos!

-Todavía no...

-No, no somos novios.

-Oh, bueno... tomen su tiempo, para conocerse en persona... hablen.- hablo feliz.- de hecho... vamos a dejarlos solos... ¿No Melissa?

-Mmm... esta bien.- respondió sonriendo hacia su hijo, feliz de ver como sus ojos brillaban de emoción a pesar de la vergüenza que estaba pasando en frente suyo.- pueden ir a la habitación, pero con la puerta abierta.

-¡Mamá!

-¿Quieres té Andy?- ignoró por completo a su hijo.- tengo galletas.

-Uy si.- aplaudió feliz.- ¿Por qué siguen aquí? Anda, anda... vayan a hablar o sigan besándose.

-¡Andy!- le regañó Emmett, cansado de soportar esta vergüenza, aunque le encantaba ver las mejillas rojizas de su humano.

-Bye, bye...- saludó, yéndose a la cocina junto con Melissa, en donde comenzaron a planear la futura boda de esos dos.

-Va-vamos... E-Emmett.- murmuró tímido y que con dudas, agarró la grande mano del Cullen, que sonrió al sentir el firme agarre del chico de ojos dorados sobre la suya, entrelazando sus manos, sintiendo el choque de temperatura de sus pieles pero que se complementaban perfectamente.

-A donde tú vayas, yo iré- susurró sobre su oído.- no lo dudes en ningún momento.

Y besó la mejilla caliente de su chico que ya se podría comparar con un semáforo.

-Te quiero, Emmett.- susurró, apretando su agarre, comenzando a caminar hacia las escaleras y subir a su habitación, intentando apaciguar su corazón acelerado.

El vampiro sonrió gigante, sintiendo su corazón muerto latir con rapidez, llenándose de una gran calidez en el pecho, feliz.

Ya sabiendo lo que sus hermanos y su padre sienten por su pareja.

Se sentía completo.

Al fin, ambos pueden estar juntos después de tantos días, meses y años que rogaba el vampiro poder estar así junto con su humano. Si, puede que la gente los señale y los mire con desagrado pero estaba seguro que si estaban juntos, rodeados de sus familiares, de sus seres queridos lograrían pasar cualquier adversidad, cualquier comentario desagradable del pueblo homofóbico en el que viven.

-Yo te quiero más, Elliot.























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¡Al fin!

Voten - comenten - compartan.❤

No borren la historia de su biblioteca, please.

~M.

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