17. Sospecha Confirmada.
Elliot se sentía solo.
Se sentía vacío.
Y no sabía porque se sentía así, bueno en realidad por una parte lo sabía, el haber discutido con su hermano lo había dejado mal, ambos discutieron fuertemente, que en estos momentos no se hablaban.
Y que, con tan solo recordarlo le dolía el alma.
FLASHBACK
—¿¡Cómo pudiste hacer eso!?
Elliot dejó de hacer la tarea de Química para encontrarse a su hermano furioso en la entrada de su habitación. Alzó una ceja y cruzándose de brazos, habló.
—¿Hacer? ¿Que es lo que hice?
—¡No te hagas el idiota!— cerró la puerta, acercándose a su hermano.— ¡Cómo pudiste escribir esas cosas! ¡Tus palabras lo hirieron!
—¿De que diablos me estás hablando?— preguntó, levantándose de su lugar, molesto por el comportamiento de su hermano hacia él.
¿Que diablos le pasaba?
Ethan gruñó furioso y gritó.
—¡De tu respuesta hacia el idiota que te mandaba notas! ¡De eso te estoy hablando!
Elliot enojado, arrugó su ceño.
—Escribí lo que sentía.— respondió mordaz.— Espera, ¿Leíste lo que le escribí?
—¡Si! ¡Hasta Ava lo leyó y esta indignada! ¿¡Por que hiciste eso!?
—¡Porque estaba cansado de esas estúpidas notas y sus malditas figuras de acción!— gritó furioso por lo que estaba escuchando.— ¿¡Que esperabas!? ¿¡Que le correspondiera a sus sentimientos!?
—¡Si! ¡Eso mismo quiero!— gritó de la misma manera, con su rostro rojo y sus ojos llenos de indignación.— ¡Tu y yo sabemos muy bien que sientes lo mismo por él!
—Claro que no.— respondió, negando con la cabeza con una sonrisa tensa en sus labios, apartándose de su hermano, dándole la espalda.— ¿Él? ¿Cómo voy a sentir algo por un chico? ¿Te estas escuchando? Es enfermo.
Ethan indignado al escucharlo decir eso, lo miró seriamente.
—Me canse de esperar a que me lo digas tú.— respondió molesto.— pero ahora veo que nunca me lo dirás porque no lo aceptas.
>>No lo quieres aceptar.<<
—¿Aceptar que?— preguntó harto, girándose hacia su hermano.
—Aceptar que te gustan los chicos.— respondió, observando como su hermano se volvía mas pálido de lo normal.— Eres gay Elliot y...
—No.— respondió negando con la cabeza.— no lo soy, no me gustan los hombres. ¿Que diablos te pasa?
—¿En serio? ¿A mi que me pasa? Que te pasa a ti.— se acercó hacia él dolido.— ¿¡Por que no lo aceptas!? ¡No esta mal ser gay!
—¡No lo digas!— bramó furioso.— ¡No te atrevas a decirme eso! ¡No lo soy!
>>¡Entiéndelo Ethan no me gustan los hombres!<<
—¡Ay por favor! ¿Por que lo niegas? ¿Por que me lo niegas a mi? Soy tu gemelo y te conozco.— respondió.— Ser gay no esta mal, no es enfermizo.
—Díselo al pueblo.— respondió mordaz.— díselo a la gente que vive aqui...
—¿Es eso? ¿Te preocupa por lo que dirán los demás?— preguntó sorprendido.— Elliot a ti nunca te importó lo que digan los otros, siempre los ignoraste y, ¿ es por ellos que no aceptas lo que sientes?
—Ethan quiero terminar mi tarea.— cambió radicalmente el tema.— así que vete.
Ethan sorprendido, con la boca abierta, soltó una risita sarcástica.
—¿Que me vaya? Todavía no terminamos de ha...
—Si, ya terminamos.— respondió.— Ve con tu noviecita a molestar a otra parte.
—¿Molestar? ¿Yo te estoy molestando?— volvió a hablar, sorprendido por las palabras de su hermano.
Elliot ya harto de escucharlo, cansado de la conversación, gritó.
—¡Si! ¡Me estas molestando! ¡Eres insoportable! ¡Siempre lo fuiste! ¡Y lo eres aún mas luego de que te juntaste con esa estúpida rubia oxi..!
Elliot no terminó de hablar al haber caído al suelo por la fuerte golpiza que recibió en su mejilla. Sorprendido y dolido, llevó su mano hacia aquella zona y desde el suelo levantó la mirada hacia su gemelo, encontrándose a un Ethan llorando con su puño cerrado.
—No te atrevas a insultarla.— murmuró.
— ¿La eliges a ella? Increíble.
Ethan aplano los labios, aun por sus mejillas recorriendo sus lágrimas, una tras otra.
—Ella me hace feliz.
—Entonces vete con ella.— respondió, levantándose del suelo, mirándolo con odio en sus ojos.— y a mi déjame en paz.
Ethan observó a su hermano fijamente y, con dolor en su pecho, asintió con la cabeza. Giró sobre sus talones y comenzó a caminar hacia la puerta cuando con su mano en el picaporte, lo miró sobre su hombro chocando ambas miradas, llena de dolor, enojo, frustración y traición.
—Yo puedo ser insoportable.— respondió.— pero no soy un cobarde como tú.
FLASHBACK
Nunca habían discutido tan fuerte, y nunca estuvieron tanto tiempo separados sin hablarse. Ni siquiera se habían golpeado, nunca, ninguno de los dos se habían levantado la mano contra el otro y el golpe que recibió por parte de su gemelo le dolió. Pero le duele aún más, la separación.
Porque si, dos semanas habían pasado desde ese día y para Elliot se le estaba haciendo un infierno.
Desganado, con una gran tristeza en su corazón y noches sin dormir, abre las puertas del instituto chocando con las miradas de los estudiantes. Quedó quieto en su lugar, con sus piernas temblando al tener todas las miradas sobre él.
Como si lo estuvieran juzgándolo.
—Ellos no lo saben.— pensó, agachando la mirada y comenzando a caminar rápidamente por los pasillos, agarrando con fuerza las correas de su mochila.— ellos no lo saben, no lo saben.
Luego de haber tenido esa pelea con su hermano, se sentía perseguido, como si todos supieran su secreto; hasta había pensado que con sus gritos de aquella discusión habían llegado a los oídos de sus vecinos, esparciendo el rumor.
Pero no era así.
Era su maldita y tortuosa imaginación, esa maldita imaginación que no lo ha dejado dormir por noches enteras pensando todos los escenarios posibles que podrían ocurrirle si el pueblo se llegara a enterar de su condición.
Ser gay.
Siempre lo supo, pero no quería ni quiere admitirlo porque hacerlo sería traer muchos problemas a su vida y para su pobre madre.
No podría soportarlo.
No podría soportar la mirada de decepción en los ojos de su progenitora.
Además que ella ya tenía bastantes problemas que la preocupaban y con pensar que se preocupara por él no lo valía, por lo tanto prefería callarse y guardar ese secreto bajo llave, para no molestar y arruinar su vida.
Todo iba a estar bien, si lo negaba.
Elliot saltó del susto al tener una mano en su hombro pero se tranquilizó al saber quien era.
—¿Estas bien?— preguntó preocupada la pelirroja.— perdón si te asusté.
—Estoy bien...— murmuró, intentando sonreír, ambos parados en el medio del pasillo, ignorando a los otros estudiantes.— ¿y tu...
Dejó de hablar al ver a las espaldas de su amiga, a los Cullen por el pasillo, caminando hacia su dirección. En donde su mirada recayó rápidamente en el grandulón, sintiendo su pecho apretarse al notar unas ojeras oscuras y profundas bajo esos bonitos ojos negros, notándolos mas apagado, teniendo una mirada llena de tristeza. Que por un momento su corazón se detuvo al chocar miradas, que rápidamente el dolor incrementó al notar como él los apartaba mirando hacia uno de sus hermanos.
Ya no tenia esa sonrisa radiante, que se dejaba ver dos adorables hoyuelos.
Ya no tenia esa alegría que lo caracterizaba y que muy a su pesar, le encantaba cuando lo veía a escondidas.
Luego sin poder evitarlo, sus ojos se dirigieron hacia Ava que ésta se encontraba con su novio, en donde ella al chocar miradas con él, le dedicó una mini sonrisa que Elliot le correspondió. Le dolía saber que hasta su amiga decidió quedarse con él, ya que ni hablaban, no tenían las mismas juntadas que hacían, ya no hacían lo de antes, ella siempre estando con su novio, tiempo solo para él, al igual que su hermano junto con su novia.
Siempre ellos.
¿Y los amigos? ¿Donde quedaban?
La tensión creció increíblemente, al pasar por detrás suyo su hermano, en donde no se dirigieron en ningun momento la mirada, dándose cuenta sus acompañantes al igual que varios alumnos que se encontraban a su alrededor.
—Hola Ethan.— saludó la pelirroja, intentando ignorar la tensión en el ambiente, que obviamente fracasó.
Ethan al escuchar su nombre paró de caminar y giro sobre sus talones encontrándose a su amiga pelirroja, que le sonrió hacia ella.
—Hola Magda.— respondió, en donde la pelirroja sonrió.
La mirada de Ethan se dirigió a su hermano, en donde ambos chocaron miradas, que duró unos segundos cuando Ethan decidió apartarla para mirar a su amiga, ignorando el dolor en su pecho.
—Nos vemos después.— volvió a hablarle, en donde recibió un asentimiento de cabeza por parte de la pelirroja como respuesta, ya marchándose de ellos.
Dejando a su hermano de lado.
—Ah... esto...
—No digas nada.— murmuró observando la espalda de su hermano, desapareciendo por los pasillos.
Elliot movía su comida sin intenciones de comerla. Podía escuchar los fuerte gritos de los estudiantes a su alrededor pero su concentración estaba en otra parte, como si su comida fuese lo más interesante.
Ni siquiera tenía apetito.
—Aquí estas.— sonrió la pelirroja, sentándose en frente suyo, en donde Elliot levantó la mirada e intentó sonreír.
Quedándose ambos en un silencio cómodo. Aunque Elliot podía notar, de reojo, como la pelirroja veía hacia la mesa de los Cullen, observando específicamente a alguien que no estaba allí.
—Magda...— la llamó, ganándose la mirada azulada de su amiga, mientras que esta comía su ensalada.— gracias por estar conmigo.
》Sé que te gustaría estar con ellos.— habló, haciendo un gesto de cabeza señalando hacia la mesa Cullen, ya que hubo varias veces que Avary y su gemelo la invitaron pero que la pelirroja siempre negaba.— pero estas aquí conmigo... gracias.《
—Oye...— sonrió, agarrando su mano, dándole un suave apretón.— eres mi amigo y si, ellos también lo son, pero...— frunció el ceño.— sentarse con gente que te miran con desagrado no lo vale.
Elliot asistió con la cabeza, recordando la mirada de desagrado que le dedicó el cabello de escoba a su amiga pelirroja.
—Bueno si... pero sabemos muy bien, que quieres sentarte con ellos por el escuálido.
La pelirroja soltó una carcajada ante el apodo que le dio su mejor amigo, mientras que Elliot disfrutó el ambiente amistoso que había entre ellos dos, observando divertido como las mejillas de la pelirroja se volvían del mismo color que su cabello.
—Amo el apodo, tienes tanta razón.
—¿En que? ¿Sobre qué quieres sentarte con ellos, por el pelo de escoba?
Magda sonrió apenada agachando la mirada y con timidez, asintió con la cabeza.
—Bueno... no es un secreto que me gusta.— murmuró, aplanando los labios.— pero está concentrado en otra chica.
Elliot iba a replicar cuando sus ojos se dirigen hacia la puerta de entrada del buffet, en donde entra Isabella Swan junto con el cobrizo. Muy amigables, pero que los estudiantes apostaban que dentro de unas semanas más serían pareja.
Elliot arrugó la nariz de desagrado, no sabía porque pero no le caía bien.
—¿Ves?— suspiró rendida, observando como el cobrizo se apartaba de la castaña y se dirigía a la mesa de los Cullen.
—No son nada.— respondió Elliot, ganándose la mirada de su amiga en él.
—Por ahora.
—Exacto, por ahora...
La pelirroja frunció el ceño sin entender muy bien a qué quería llegar su amigo.
—No entiendo, ¿En qué estás pensando?
—Bueno... todavía no son nada, solo son amigos...— comentó con una sonrisa peligrosa en sus labios.— tienes poco tiempo para..
—¿Para?
—Agh..— rodó los ojos, exasperado.— para confesarte tonta.
—¿¡Que tú quieres que yo haga que!?
Elliot chocó su mano contra su frente, al ganar varias miradas a su alrededor, incluida la de la mesa Cullen, que parecía que ahora se daban cuenta de su existencia.
—Escúchame...— habló, seriamente.— no son nada pero sabemos que falta poco para que algunos de los dos, de el primer paso... pero ahí entras tú.
—¿Y como lo haría?— preguntó, en donde se sorprendió al escucharse decir aquello, como si realmente pensara en hacerlo.— Eres malvado...— murmuró, señalándolo.
Elliot rió.
—Me lo han dicho.— se encogió de hombros, divertido.— ¿Y cómo lo harás? Como lo hizo ya-sabes-quien.
La pelirroja frunció el ceño.
—¿Como Voldemort?
Elliot rodó los ojos, exasperado, levantándose de su asiento ya que había sonado el timbre indicando las próximas clases.
Elliot y Magda comenzaron a caminar hacia la salida, ignorando ambos la sensación de tener dos miradas sobre su nuca.
—A veces me pregunto porque te sigo hablando.
—Porque me amas.— sonrió, agarrando el brazo de Elliot.— No puedes vivir sin mi.
—Si, claro...— murmuró, volviendo a respirar con tranquilidad al salir ya del buffet.
—¿Escucharon el rumor?— escuchó Elliot, mientras se colocaba su Jean luego de la última clase, gimnasia.— Va a venir una chica de la reserva.
—Si, dicen que está buenísima.
—¿Por que creen que una chica de la reserva viene para este lado?
—Dicen que golpeó al director del instituto.
—Yo escuché que golpeó a una de sus compañeras, y que ésta está en el hospital.
—Uhh chica fuerte.
Elliot ya terminaba de cambiarse, lo único que le faltaba era colocarse su buzo cuando lo que escuchó de sus compañeros lo congeló en el lugar.
— Yo escuché que es lesbiana.— un silencio tenso abordó en el lugar, causando que los vellos de Elliot se erizaran.— y esa tribu rara, la echó.
—¿Lesbiana? Que asco.— y el cuerpo de Elliot tembló al escuchar el tono despectivo de uno de sus compañeros.
Tenía que salir de allí, ya.
—Hey McCallister.— Newton con sus cabellos húmedos, se interpuso en su huida.— ¿Que paso? ¿A donde vas tan rápido?
—Déjame pasar Newton.— murmuró Elliot, esquivándolo para pasar y huir de los vestidores cuando es sujetado con fuerza su brazo y es empujado hacia los casilleros.
—¿Por que te vas? Si estamos hablando de algo interesante.— habló con burla, colocándose en frente de Elliot y sus dos amigos a los costado del castaño, impidiendo su huida.— Dime, ¿No crees que deberiamos enseñarle a la chica nueva que los chicos somos mejores?
Elliot se quedó callado, sintiendo sus piernas temblar y sus manos sudar.
Newton al no tener respuesta, lo empujó con fuerzas contra los casilleros, enojado.
—Te pregunté algo maldita escoria.— gruñó furioso, acercando su rostro al de Elliot.— ¿Que? ¿No tienes voz? ¿Que paso entre tu y tu hermano eh? Ya no esta Ethan para defenderte pequeña rata...
Elliot tragó saliva, sintiendo como comenzaba a faltarle aire y sus nervios incrementaban con los segundos que pasaban.
—No... no necesito a mi hermano para defenderme.— logró responder.— puedo hacerlo solo...
—¿En serio? No me hagas reír.— respondió burlón, golpeando con su puño el casillero a un lado del rostro de Elliot, que éste se encogió en su lugar al pensar que lo iba a golpear.— mírate eres un cobarde, estas temblando como un chihuahua...
>>¿Y crees que puedes defenderte? Entonces, anda, golpéame.<<
Elliot cerró sus manos en puños y aplanó sus labios de disgusto, furioso consigo mismo al no poder golpearlo. Al no poder defenderse.
—¡Mira como tiembla! ¡Eres un maldito cobarde! ¡Eres un marica!— gritó con burla hacia Elliot, empujándolo una vez mas contra los casilleros.
—No soy un cobarde...— gruñó furioso.— y no soy un marica...
—¿No? ¿No lo eres? Yo creo que si...— murmuró con desprecio y asco.— ¿Y sabes lo que le hacemos a enfermos como tú?
—Que no soy un...
Elliot no logró terminar de hablar al recibir un puñetazo en su estomago que lo hizo doblarse a la mitad, en donde luego recibió otro golpe en su cara, cayendo al suelo en donde fue golpeado con patadas hasta quedar inconsciente.
Elliot despertó confundido.
La luz blanca del lugar lo cegó por completo, en donde cerró los ojos, parpadeando varias veces hasta acostumbrarse. Dándose cuenta que estaba en la enfermería del instituto.
Se quiso sentar en la camilla cuando todo su cuerpo se tensó, adolorido, pidiendo a gritos que se recostara de vuelta.
—Que bueno que despertaste.
Elliot miró hacia la dirección que provino aquella voz, encontrándose a una mujer pelirroja, de ojos azules y con piel tostada, vestida junto con la bata médica, que la mujer le sonrió al tener su atención.
—Tuviste una gran siesta, tienes varios moretones...— lo miró con ojos analíticos.— se que no es la primera vez y que nunca me dices quienes son los que te molestan...
》No puedes seguir así, Elliott.《
—Estoy bien.— murmuró.—¿Como llegué aquí?— preguntó, completamente confundido, sin poder recordar muy bien que había pasado.
Solo recordaba sobre la chica nueva, su condición, sobre él queriendo huir de los vestidores para luego ser golpeado por Mike y sus amigos.
—Te trajo un Cullen.— habló la enfermera.— te encontró inconsciente en los vestidores y no dudó en ningún segundo en traerte...
—¿Un Cullen?— preguntó curioso, esta vez ignorando el dolor, sentándose.— ¿Como era?
—Es el más grande, parece intimidante pero creo que es tierno cuando sonríe.— habló con una sonrisa en sus labios.— creo que se llama Emmett.
》Estaba muy preocupado por ti, pero también enojado.《
—¿Preocupado?— pensó.— ¿Por mí?
—¿Enojado?— volvió a preguntar, siendo atendido por la mujer, revisando sus ojos y boca, hasta el pulso.
—¿Enojado?— soltó una risita divertida.— eso es poco, estaba furioso.
》Hasta se metió en problemas, quedó suspendido por dos semanas, al haber golpeado a uno de sus compañeros que ¿Puedes creerlo? lo mandó al hospital.《
—Tuvo suerte de que no lo echaran.
Elliot no daba crédito a lo que escuchaba, sintiendo su corazón latir rápidamente por lo que decía la enfermera y mas importante, por haber recordado aquella nota.
》 Odio ver como te molestan.
Como hablan mal de ti.
Mis hermanos me deben calmar para que no vaya y los molee a golpes.
Me deben agarrar muy fuerte porque sino, no me para nadie y soy capaz de mandarlos al hospital.
Y tú haces lo mismo con mi cuñado.
Es insoportable, ¿Como haces para aguantarlo?
Te entrego a Thor, hijo de Odín, Dios del trueno, herededo de Asgard y protector de Midgard.
El te cuidará.《
Ya está.
Su cabeza hizo click.
Sus sospechas fueron confirmadas.
Su deseo, muy dentro suyo, se hizo realidad.
Emmett Cullen era el chico de las notas.
<><><><><><><><><><><><><><><><>
Finaliza la maratón.
Si llega este capítulo a 200 estrellitas puede que haya sorpresa.
¡Nos vemos!
~M.
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